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SILVERSTEIN VS ASEGURADORAS

Muchos autores han comparado la seguridad aérea estadounidense antes y


después del 9/11, ciertamente, la primera es un chiste comparado con la
segunda1. La destrucción del Word Trade Center fue un insuceso bastante cruento
e inusual que, además de cambios en la política, impactó el sector asegurador.
Este último se estremeció por la batalla legal emprendida entre Silverstein y el
asegurador que amparó la integridad de las dos torres. La controversia, centrada
en interpretar si la caída de las torres se produjo en un incidente, o dos. Lo
relevante se halla en la redacción de la cláusula de aseguro, que estableció:

“significara todas las perdidas o daños atribuibles directa o indirectamente a


una causa o a una serie de causas similares. Todas estas pérdidas se sumarán, y
su resultado total será tratado como un incidente, sin que interese el periodo de
tiempo durante el cual, o el área sobre la cual, ellas ocurran.”

No obstante, no es sensato construir toda una teoría de responsabilidad o asignar


cargas bajo la interpretación de una sola cláusula contractual, sin ignorar las
demás, pues debe recordarse que el contrato es obligatorio en la medida del
articulado que lo compone. En el contrato de seguro hay muchas cláusulas que
hacen perder efecto al amparo que en ella que se consagra. Por ejemplo, en el
marco del 11 de septiembre, muchas aseguradoras se negaron a pagar los
seguros de vida de víctimas fatales del ataque terrorista, porque estas no
amparaban “actos de guerra”:

Under most insurance contracts, especially those covering commercial and


private property, any “act of war” triggered an exclusion of the risk and would
free the insurer of the obligation to cover the claim.2

1
PATERNINA, P. K. C. (2014). “POLÍTICA DE SEGURIDAD NACIONAL Y TERRORISMO POST 9/11 EN ESTADOS
UNIDOS, AMÉRICA LATINA Y COLOMBIA EN EL PERIODO (2000).
2
“En la mayoría de contratos de seguro, especialmente aquellos que cubren propiedad privada y comercial,
cualquier “acto de guerra” provocaba una exclusión del riesgo y liberaba al asegurador de cubrir el siniesto”
La traducción es mía, el original se encuentra en Liedkte, Patrick, en “El impacto del 11 de Septiembre en los
contratos de seguro: una appreciación” disponible en
https://www.genevaassociation.org/sites/default/files/publications-document-
type/pdf_public/2011_geneva_report_4.pdf#page=77
Pero, concédase en gracia de discusión que la póliza del WTC amparaba, en
realidad, cualquier riesgo que no pudiera atribuirse a la mala fe del tomador. Y es
que el asegurador no negó su voluntad del pago, sino que la controversia era el
quantum de la indemnización, derivada de, como se dijo, considerar el ataque
terrorista como un único suceso, o más bien la ejecución de un plan subversivo
que se ejecutó en dos etapas.

¿Por qué se derrumbaron las torres?

Una pregunta loable, dado que si el colapso de ambas torres se produjo por un
deficiente diseño o una inadecuada ejecución o mantenimiento de sus áreas
(como muchos creen3), la caída se debería a eso y no al choque de los aviones
(que sólo serían el inicio de los eventos).

Las torres se elevaban por 110 pisos a través de 417 metros, con una estructura
de acero reforzado que compartía la carga del edificio con las columnas centrales
de acero, más flexibles para evitar el desgaste producido por el viento. El material
empleado tenía una resistencia de 1.000 °C. Fueron construídas entre 1966 y en
1970 ya se encontraban en uso4.

Por otro lado, el Boeing 767 fue un avión fabricado por Boeing Commercial
Airplanes desde 1981 y descontinuado en 2018, por lo que en los 2000 era
bastante popular. Medía 48 metros de ala a ala, y el fuselaje de aluminio estaba
formado por cuadernas del mismo material 5. Los aviones se estrellaron en las
torres a más de 470 millas por hora (750 km/h), cargados con 43.000 litros de
combustible, de los que no habían consumido mucho.

El primer avión se estrelló en la torre 1 entre el piso 94 y 98. La fuerza del impacto
destruyó los muros prefabricados en todos los pisos aledaños, y las alas
destruyeron las columnas de los pisos donde se alojaron. Adicionalmente, se
liberó una fuerza que hizo saltar los tornillos de las varas diagonales que repartían

3
Joric, C. (2017). Historias de un colapso. Historia y vida, (588), 64-73.

4
Ruiz-García, F. (2016). La verdadera causa del derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York.
Editorial Club Universitario.

5
Reche, Agustín (2009). Estructuras principales del avíon. International Virtual Aviation Organisation.
el peso de la estructura a lo largo de las vigas, así que la energía se disipó entre
las vigas, que ahora debían asumir el peso de los pisos superiores y del avión
siniestrado. Recuérdese que el edificio no era macizo, es decir, no estaba
completamente lleno de vigas en toda su extensión, sino que tenía fosos para
alojar maquinaria y cableado (los más pequeños), y los ascensores (los más
grandes). Estos no se extendían como un único espacio en el edificio, o si no el
mismo carecería de la suficiente fuerza para soportar su propio peso, sino que
había ascensores que llevaban del vestíbulo al piso 40, y de allí había que tomar
varios para alcanzar la azotea.

Inicialmente ningún incendio se detectó posterior al choque, dado que el


combustible no se enciende con una chispa, sino que reacciona con el cambio en
la presión. El líquido, sin embargo, eventualmente se filtró por los ejes quebrados
de las turbinas y comenzó a evacuar el tanque. Esta diferencia de presión hizo
que comenzara a salir y a encenderse en “bolas de fuego”, que por sí mismas no
causaron un daño importante sino hasta que encontraron material inflamable.

El fuego comenzó a arder y a calentar el acero. El reforzado de las vigas, por su


alto contenido de carbono, resistía mejor el calor, pero lo condujo a toda la
estructura aledaña, lo que, lejos de derretirlo, lo ablandó y comenzó a curvarlo. El
acero del núcleo del edificio contuvo el calor en una zona, pero al contrario del
anterior, se fundió luego de combarse. Como fuere, las vigas, que sostenían el
peso y la estructura del edificio, se debilitaron y comenzaron a ceder ante el peso
de la construcción. Primero colapsó el piso 94, donde había entrado el avión, y
ante el súbito aumento de energía, los demás pisos fueron derrumbándose hasta
que el edificio desapareció. Eso explica porqué el acero de los pisos superiores el
metal está torcido en formas naturales, mientras que los de los inferiores se
aprecian con cortes limpios y bruscos, dado que no fueron calentados, sino que
fue fuerza bruta la que los quebró.

El proceso de derrumbe en ambas torres fue, esencialmente, el mismo 6.

6
CORLEY, D. W. G., & CTL Group. (2003, October). Structural Investigation of the New York World
Trade Center Collapse. In Proceedings of the CIB-CTBUH International Conference on Tail
Buildings (Vol. 20, p. 23).
¿Un evento? ¿Dos eventos?

Es la pregunta que hay que responder, y la anterior reseña parece no resolverla.


He desechado el tema del secuestro porque me parece irrelevante en la medida
que el daño que se les reclama a las aseguradoras es la destrucción de las torres,
daño este que se produciría en dos momentos espaciales: 8:46 am hora local
para la torre norte, y las 9:02 para la torre sur. Sin embargo, es un solo suceso,
pues no se entiende de qué forma, para Silvertein, eran dos, o ¿acaso esperaban
que los terroristas se coordinaran y, de manera sincrónica, hicieran impactar las
aeronaves en los edificios para que fuese un solo evento? ¿o debía tratarse de
una demolición realizada con precisión militar para que convergieran en un solo
momento? Como se vio arriba, todo apunta a una única unidad física: un Worl
Trade Center, un plan terrorista, que se materializó en dos momentos precisos,
que tuvieron el mismo final: el derrumbe de ambas torres. Nótese cómo la
actuación de los yihadistas fue de manera siempre uniforme, y las cuestiones que
parecieran eventos divididos (el choque de los aviones o el derrumbe de las
torres), fueron conducidos por fuerzas ajenas a sus voluntades, como la
propagación del calor.

Ahora bien, cosa distinta es de qué manera debe indemnizarse a Silverstein, y es


que en el hipotético caso que sólo se hubiese derrumbado una torre, el monto de
la indemnización sería de 3.500 millones de dólares. Pero ese no fue el caso:
dado que un contrato de seguro se concibe para trasladar el monto de las
pérdidas, y (más importante) la estipulación contractual es que las pérdidas se
sumaran, el monto que deberá pagar el asegurador será por ambas pérdidas, es
decir, 7.500 millones.

REFERENCIAS

Baltensperger, E., Buomberger, P., Iuppa, A. A., Keller, B., & Wicki, A. The Geneva Reports.

CORLEY, D. W. G., & CTL Group. (2003, October). Structural Investigation of the New York World

In Proceedings of the CIB-CTBUH International Conference on Tail Buildings (Vol. 20, p. 23).

Joric, C. (2017). Historias de un colapso. Historia y vida, (588), 64-73.Trade Center Collapse.


Reche, Agustín (2009). Estructuras principales del avíon. International Virtual Aviation
Organisation.

Ruiz-García, F. (2016). La verdadera causa del derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York.
Editorial Club Universitario.
PATERNINA, P. K. C. (2014). “POLÍTICA DE SEGURIDAD NACIONAL Y TERRORISMO POST 9/11 EN ESTADOS
UNIDOS, AMÉRICA LATINA Y COLOMBIA EN EL PERIODO (2000).

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