Tema: Metodología de la Implementación la Evaluación Autentica en la
Educación Superior. Materia: Legislación Militar DD.HH. DIH. Estudiante: Juan Marco Antonio Ampuero Gallardo ——————————————————————————————————— Para exponer nuestras reflexiones, en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Materia de Legislación Militar DD.HH. DIH. es conveniente saber el significado de lo que es la evaluación auténtica, considerada como aquella actividad realizada de forma sistemática y concertada con quien aprende o se forma, conduce a aprendizajes más eficientes. incluye múltiples formas de medición del desempeño de los estudiantes los instrumentos de evaluación al ser variados, pueden ser diferentes para cada estudiante, por ejemplo técnicas de evaluación autentica que son valoraciones de desempeño, portafolios y auto- evaluaciones.
La evaluación auténtica se realiza basada en tres preguntas a ser planteadas:
“Qué se quiere que”, “Cómo se sabe que” y “Qué actividades se deben diseñar para”. La primera está relacionada con todo lo que el docente, quiere que sus estudiantes sean, sepan y sepan hacer al final del modulo de Legislación Militar DD.HH. DIH. y que no lo saben hacer al comienzo. La segunda hace referencia al proceso de reflexión que ha de acompañar las actuaciones del docente en el aula para asegurarse de que sus estudiantes están yendo hacia las metas que se quieren alcanzar en las unidades de enseñanza de Legislación Militar DD.HH. DIH.; esto es, con la evaluación y el uso de sus resultados. Finalmente, la tercera pregunta está centrada en las actividades o tareas que el docente debe diseñar para que, a medida que sean realizadas por los estudiantes, se progrese en el camino de alcanzar los objetivos que se ha propuesto cumplir al final del modulo. Respecto a la relación entre estas tres preguntas, es pertinente hacer notar que en primer lugar, la evaluación determina en gran medida lo que el estudiante aprende, la forma como lo hace e incluso, en muchos casos, lo que el docente enseña; en segundo lugar, que el docente ve y proyecta la evaluación en función de sus objetivos, en función de aquello que él quiere lograr con sus estudiantes, mientras que estos la ven en función de una meta a corto plazo: aprobar el modulo. En pocas excepciones, la mirada del docente no coincide con la mirada del estudiante y ambos terminan persiguiendo metas diferentes: lo que el maestro quiere no es lo que el estudiante busca, las actividades de evaluación que el docente realiza no siempre están encaminadas a lograr lo que aquél quiere, por lo que la evaluación no apoya el aprendizaje que se busca. Es entonces cuando se escuchan de parte de algunos estudiantes expresiones como “Profe, usted nos dijo que ese tema no entraría en la evaluación y nos puso preguntas acerca del mismo” o “Eso tan fácil no pensé que lo iba a preguntar en el examen profe”. Cuando la evaluación no mantiene a los estudiantes ligados a un proceso continuo de trabajo y reflexión acerca de lo que se debe ser, aprender y aprender a hacer, ni las actividades de evaluación mejor sería decir las pruebas o exámenes se constituyen en actividades de aprendizaje, se puede decir que las tres preguntas anteriormente planteadas no están alineadas. He aquí el propósito fundamental de la evaluación auténtica: centrar la mirada del docente y del estudiante en alcanzar objetivos comunes, lo que el docente quiere que aprenda y aprenda a hacer. Por ello, la evaluación es una actividad más de aprendizaje, un medio para aprender y un medio para mejorar las actividades de evaluación deben ser diseñadas de tal manera que estimulen y fundamenten prácticas eficientes de aprendizaje alrededor de metas claras previamente establecidas y conocidas ampliamente tanto por los docentes como por los estudiantes, de modo que se comprometa activamente a estos últimos para abordar con criterio y calidad su propio desempeño y el de sus compañeros. El análisis del camino recorrido y por recorrer hacia las metas trazadas debe ser oportuno y con perspectiva de futuro a fin de fundamentar el aprendizaje presente, inmediato y posterior de los estudiantes, teniendo que ser continuo y fundamentado en el diálogo claro y transparente entre el docente y los estudiantes. Lo anterior solo se logra a partir de tareas de evaluación que estén alineadas con las Normas Militares vigentes y con la estructura curricular de Materia Militar, a través de la cual avanzan los aprendices. En relación con las limitaciones asociadas a una práctica de la evaluación auténtica, podría decirse que las principales emergen justamente de los atributos mencionados y de su realización establecida en los ambientes educativos de la Universidad Militar de las Fuerzas Armadas del Estado Boliviano.
Se debe recordar que, no siempre diseñar una buena actividad de evaluación
es fácil y factible máxime cuando la cultura de la evaluación e incluso la normatividad institucional para su realización, en la mayoría de los casos, está hecha básicamente para una evaluación y seguimiento del aprendizaje de los estudiantes a partir de pruebas escritas; es cierto que este tipo de pruebas deja evidencias que pueden ser útiles en caso de reclamos, pero también es cierto que son muy limitadas en cuanto a su validez y confiabilidad, particularmente cuando en la cotidianidad no siempre se procede sobre pruebas estandarizadas, por lo que la Metodología de Evaluación Auténtica busca que las tareas evaluativas simulen los procesos y productos que los futuros profesionales deben enfrentar en el trabajo, de manera que al resolverlas el estudiante aprenda, desarrollando competencias y logrando un desempeño contextualizado.
Otra reflexión importante en la Materia de Legislación Militar DD.HH. Y DIH. es
utilizar procedimientos adecuados para convertir la evaluación en una experiencia educativa, tanto por el valor que en sí misma tiene como porque nos permite tomar conciencia de la calidad de la experiencia diaria en las clases y del tipo de conocimientos que pretendemos construir. También es nuestra responsabilidad como docentes diseñar y desarrollar estrategias de evaluación coherentes con los propósitos y las finalidades que guíen nuestras clases y a desarrollar procedimientos de evaluación que faciliten el aprendizaje autónomo y crítico de los estudiantes; consecuentemente se tiene que tener presente que la evaluación forma parte de la actividad cotidiana de nuestras prácticas educativas.as demandas de formación profesional; ideas construidas desde las prácticas cargadas de valor que circulan en la misma sociedad. Las preguntas por el sujeto que aprende guardan también estrecha relación con las concepciones sobre el conocimiento. En términos generales es posible concebir al conocimiento como una construcción siempre relativa del sujeto que aprende y en un contexto dado. El conocimiento tiene una naturaleza situada y debe entenderse como parte de la actividad, el contexto y la cultura en la que se desarrolla y utiliza. Definidas en términos generales las relaciones entre enseñanza, evaluación y aprendizaje, es preciso ahora avanzar en consideraciones más puntuales acerca de la evaluación auténtica. La evaluación autentica transfiere y usa el conocimiento para enfrentar y resolver experiencias reales, lo cual le permite al estudiante responder, interpretar y solucionar problemas, esto promueve el aprendizaje y la evaluación de competencias cognitivas, funcionales, éticas y personales en situaciones reales, estimulando a los estudiantes a desarrollar habilidades cognitivas y procesos de pensamiento usados por los maestros.