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Resp:. Log:. Occidente N° 158


Valle de Santiago
13 de Mayo 2015, e:.v:.

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

V:.M:. y QQ:.HH:.

"Aborto, eugenesia, eutanasia y la libertad individual. Objeción de


conciencia o idea"

INTRODUCCIÓN:

"puede que estemos a punto de entrar en un futuro post humano, en el que la tecnología nos
dotará de la capacidad de alterar gradualmente la esencia humana con el tiempo."
Francis Fukuyama: “El fin del hombre: consecuencias de la revolució n biotecnoló gica".

Los cambios culturales y sociales nos han inducido a reordenar velozmente las ideas, los
há bitos, las costumbres, las aficiones, la concepció n del tiempo y del espacio, la estructura
familiar, la influencia intergeneracional, la remoció n de arcaicos conceptos en medicina,
física, astronomía, agronomía, telecomunicaciones y en mú ltiples y variadas esferas del
conocimiento humano.

Los persistentes cambios de nuestra época, cuyas proyecciones e intensidad resulta


aventurado anticipar, hacen que una ética amarrada por normas y regulaciones
dogmá ticas inalterables, devenga obsoleta e incongruente respecto de la explosiva
variabilidad de las costumbres.

El aborto, la eutanasia y la eugenesia, son temas que está n instalados hoy en el centro de la
sensibilidad nacional y que demandan criterios y respuestas asertivas, por tratarse de una
cuestió n ligada indisolublemente a la existencia misma del ser humano y al significado de
ésta, confluyen aquí no só lo puntos de vista jurídicos, sino también médicos, filosó ficos,
morales, religiosos y hasta econó micos, lo que explica su enorme complejidad y las
dificultades para alcanzar soluciones que satisfagan los distintos intereses en juego.

La esencia de la cuestió n radica entonces en el contenido ético y humanista que ha de


guiar el ejercicio del derecho, de la ciencia y de la técnica, como de toda actividad humana,
al servicio del hombre y de la humanidad.

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La orden masó nica no posee varas má gicas ni pretende pontificar sobre la materia. el
pensamiento masó nico, má s bien perfila métodos y conductas para aproximarse a la
cuestió n való rica y ética subyacente, desde diversos á ngulos y con una amplia perspectiva
de bú squeda. Cada masó n confía en el libre examen y en su propia conciencia como sabios
consejeros al momento de tomar una decisió n.

Frente a estos nuevos y formidables desafíos éticos, en el presente trabajo concluimos


finalmente que como masones debemos asumirlos desde la perspectiva de nuestros
principios y valores que hace al hombre responsable de sus actos ante sí mismo y ante el
juicio de sus congéneres, guiado só lo por su conciencia moral, juez implacable y al cual no
puede engañ ar.

CONCEPTOS BASICOS PARA EL ANALISIS

“Libertad individual, Objeción de conciencia o idea"

Es una forma de incumplimiento de una obligació n de naturaleza legal, cuyo acatamiento o


realizació n produciría en la persona una grave lesió n de su conciencia, por motivaciones
de índole ético, moral, religioso, axioló gico o de justicia del individuo objetor.

Desde un punto de vista socioló gico, se la ha considerado como el conflicto producido


entre la norma jurídica, que impone un deber, y la norma moral por parte del objetor, que
se contrapone al cumplimiento de la anterior.

En la prá ctica clínica se describe como un derecho de los profesionales, fundamentado


principalmente en la libertad de conciencia.

Debe plantearse en situaciones específicas, como una excepció n, con prudencia,


compatibilizando los derechos de todos los involucrados.

Permite que una sociedad donde conviven personas con diferentes valores y creencias
aspiren en conjunto al bien comú n, condició n necesaria para fortalecer la democracia.

negativa a acatar ó rdenes o leyes o a realizar actos o servicios invocando motivos
éticos o religiosos.

la ética racional considera que el individuo debe responder en primer lugar al
tribunal de su propia conciencia, la objeció n de conciencia se define como un
derecho subjetivo a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen sus
propios principios morales.

lo anterior entronca con otras figuras de desobediencia al derecho, especialmente
con la desobediencia civil  y, de manera aú n má s alta, con el denominado derecho de
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resistencia a la opresión, proclamado en la declaración de derechos del hombre y del


ciudadano al inicio de la revolució n francesa  (1789).

esto puede plantearse ante cualquier tipo de mandato que se derive del
ordenamiento jurídico, como normas médicas u obligaciones tributarias.

el supuesto má s destacado, no obstante, es la objeció n de conciencia al servicio
militar.

la objeció n, por tanto, entra en juego cuando se da un choque —a veces dramá tico—
entre la norma legal que obliga un hacer y la norma ética o moral que se opone a esa
actuació n. en caso así, el objetor de conciencia, se decanta por el no a la ley,
atendiendo a lo que se considera un deber de conciencia.

ÉTICA - LAICISMO

La ética "consiste en principios generales que ayudan a determinar las reglas de conducta";
la ética se ocupa en algo má s general que las reglas morales y está menos sujeta a cambios.
No corresponde a la ética establecer las reglas efectivas de conducta, esto es asunto de la
moral, a la ética le incumbe proporcionar una base de la que estas reglas puedan
deducirse.

El sujeto diferencia lo bueno de lo malo mediante un có digo ético, có digo que puede ser
adoptado de entre los que entregan autoridades unipersonales o institucionales o
mediante las propias ideas extraídas del estudio, del conocimiento, y de las propias
convicciones. Todos los có digos éticos poseen una fuerte carga való rica constituida por
valores explícitos o implícitos en ellos, los que dan base a los principios éticos y a las
normas morales que se derivan de tales có digos.

Sin embargos nos preocupa en este momento ser capaces de establecer otro có digo, el que
emana del Laicismo, aquella doctrina que defiende la independencia del hombre para
adoptar sus propias creencias en materia religiosa o el derecho a no tenerlas si así lo
decide su razó n, y que ademá s procura exceptuar a la esfera pú blica de las imposiciones
religiosas.

Principios propios de los cuales emana la posición laica en lo ético:

La posició n laica en lo ético se sustenta en algunas bases o ideas matrices de las cuales se
deriva un có digo no explícito en el cual quienes asumen tal posició n pueden encontrar
guías, o insinuaciones para sus conductas morales concretas. Estas bases son:

1. Concepción antropocéntrica. Para el laicismo el hombre tiene el cará cter de supremo


valor; el ser humano es má s valioso que la tierra en que vive y má s valioso que todas sus
creaciones. Estas carecerían de sentido sin él y valen só lo con referencia a él. El ser
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humano es má s valioso que los Estados y los gobiernos, má s valioso que las costumbres y
las instituciones, má s valioso que la ciencia, la tecnología, el arte, má s valioso que las
filosofías, las doctrinas políticas y los sistemas de pensamiento, má s valioso que el poder,
la fama o la gloria.

2. El Laicismo propicia el Humanismo Científico. Por consecuencia de su posició n


antropocéntrica el Laicismo es Humanista, al poner al hombre como centro de sus
preocupaciones estima que éste puede llegar a ser feliz en la tierra y que tiene el derecho y
la real posibilidad de la mayor felicidad. Este Humanismo está impregnado de una visió n
científica del acontecer natural y social, y má s que una simple visió n, es una postura activa
en favor de poner el progreso científico y técnico al servicio del hombre y no al revés.

3. El Laicismo es Meliorista. El Meliorismo es una actitud frente al mundo, que no es


pesimista ni optimista, sino que está orientada hacia la esperanza de lo mejor y la
voluntad de realizarlo. El mundo no es por principio ni radicalmente malo ni
absolutamente bueno, sino que puede ser mejorado. El hombre tiene por misió n
perfeccionar el mundo mediante su esfuerzo convenientemente dirigido, en armonía con
las leyes de la naturaleza y la sociedad, sin causa superior, realizando sus creaciones por
causas fá cticas, sin milagros ni actos providenciales.

4. El Laicismo es Ecléctico. Frente a los clá sicos sistemas éticos: utilitarismo y


hedonismo, el Laicismo asume una posició n ecléctica. Ni utilidad, ni placer pueden
constituir para el Laicismo los ú nicos motores de la conducta moral. Pero si por
utilitarismo ha de entenderse aquella gama de una ética en que la inteligencia señ ala al
individuo lo que le es beneficioso o dañ ino; y el hedonismo no es el placer material el que
considera sino aquel otro de cará cter moral, algo así como el placer del bien que se ejecuta
por amor mismo al bien, es evidente que ambas posiciones pueden ser incorporadas a las
bases del Laicismo para construir una moral puesta al servicio de la humanidad.

5. El Laicismo aspira a una moral universal. Es una consecuencia del eclecticismo laico.
El universalismo laico se entiende como el otorgarle la má xima autoridad al asentimiento
universal del género humano, subordinando los fines personales, familiares o nacionales a
los de la sociedad humana en general. El Laicismo acepta una progresiva ordenació n
moral del mundo y la posibilidad del advenimiento de una moral universal sin la cual no
tendría sentido su aspiració n y creencia en el continuo perfeccionamiento de la
humanidad.

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DESARROLLO:

ABORTO Y LA LIBERTAD INDIVIDUAL. OBJECIÓN DE CONCIENCIA O IDEA”

Daremos solo algunos antecedentes actualizados, ya que hay suficiente informació n y


opiniones sobre el tema, la literatura es muy numerosa y las soluciones escasas por la gran
diferencia de planteamientos en los que predominan los religiosos, los políticos y los de
cará cter ético y filosó fico.

 De los 210 millones de embarazos anuales, 80 millones son no planeados, es decir 2


de cada 5 embarazos. (OMS)
 De los embarazos no planeados, 46 millones (58%) terminan interrumpiéndose, 19
millones de estos en países donde la intervenció n voluntaria del embarazo es ilegal.
 En América latina se practican 3.700.000 abortos inseguros. El riesgo de muerte a
causa del aborto inseguro en los países en desarrollo es de 370 por cada 100.000
casos. (OMS)
 El nú mero de mujeres que mueren a causa del aborto anualmente es 68.000, lo que
equivale al 13% de la mortalidad materna. En américa latina, el aborto inseguro es
responsable del 17 % de las muertes maternas. (OMS)
 Chile, Colombia y el Salvador, son los ú nicos tres países de américa latina en los
cuales la interrupció n voluntaria del embarazo está prohibida bajo cualquier
circunstancia.
 só lo el 4% de la població n mundial vive en países donde el aborto está
absolutamente prohibido
 dos tercios de los abortos practicados al añ o corresponden a mujeres de 15 a 30
añ os.
 en América latina má s del 50% de los abortos se practican a mujeres de 20 a 29
añ os y casi el 70% a mujeres menores de 30 añ os. (OMS)
 el riesgo de morir durante el parto de las jó venes de edades entre 15 y 19 añ os es
dos veces mayor que el de las mujeres de 20 a 30 añ os. Este riesgo es cinco veces
mayor en las menores de 15 añ os.
 en el mundo, la principal causa de muerte de adolescentes de 15 a 19 añ os son los
embarazos tempranos, sus riesgos y complicaciones. (fci) En los países en desarrollo
14% de los abortos se han practicado a menores de 20 añ os

EUGENESIA Y LA LIBERTAD INDIVIDUAL. OBJECIÓN DE CONCIENCIA O IDEA

El dictador nazi Adolf Hitler decidió exterminar a todas aquellas personas de raza judía, a
los gitanos, a los deficientes mentales y a los masones, con la intenció n de mejorar la

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especie, teniendo como supuesto la mejor capacidad física e intelectual, de cará cter
hereditario de los alemanes. El genocidio practicado por este dictador fue en aras de la
eugenesia, y lo llamó higiene racial.

Cuando enfrentamos el tema de la eugenesia, muy probablemente tenemos en mente el


antecedente señ alado, motivo por el cual es posible que ante la pregunta ¿es reprochable
la eugenesia desde el punto de vista ético?, la respuesta de la gran mayoría de los
presentes sea sí, es reprochable.

Sin embargo, los alcances del término van mucho má s allá de lo que a primera instancia
tenemos en mente, y nos lleva a un límite donde la decisió n de si considerar o no a la
eugenesia como éticamente reprochable, no admite una só lo respuesta. El conocimiento
no es intrínsecamente bueno o intrínsecamente malo. Es tarea de instituciones como la
nuestra el agregar el cará cter való rico a las técnicas, al conocimiento y a los actos
humanos.

La etimología del término eugenesia hace referencia al “buen nacimiento”, pretende


aplicar las leyes bioló gicas de la herencia para perfeccionar la especie humana, la
eugenesia supone una intervenció n en los rasgos hereditarios para ayudar al nacimiento
de personas má s sanas y con mayor inteligencia.

Los defensores de la eugenesia aseguran que esta prá ctica alivia el sufrimiento (al evitar
que nazcan personas con malformaciones o graves enfermedades) y permite que la
sociedad ahorre recursos.

Sus detractores, en cambio, consideran que la eugenesia es contraria a la ética y creen que
la manipulació n de estas leyes bioló gicas es inmoral.

La selecció n artificial, el diagnó stico prenatal, la ingeniería genética y el control de


natalidad son mecanismos propios de la eugenesia, a lo largo de la historia, esta prá ctica
ha sido utilizada como justificativo para practicar la discriminació n, obligar la
esterilizació n de grupos sociales y hasta exterminar a las razas o etnias consideradas
como inferiores.

El término Eugenesia fue acuñ ado por Francis Galton, primo de Charles Darwin, en 1883,
con el significado de “bien nacido”. Argumentando la necesidad de estimular a las
personas capaces y con inteligencia superior, a que tuvieran má s hijos, con la idea de
construir una raza humana “mejorada”. El diccionario de la Real Academia Españ ola
define a la Eugenesia como: “Aplicació n de las leyes bioló gicas de la herencia al
perfeccionamiento de la especie humana.”

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Los mecanismos que emplea la Eugenesia pueden ser "positivos", mediante el fomento de
la reproducció n de aquellos individuos considerados "má s aptos". Por el contrario sus
mecanismos pueden también ser "negativos", mediante trabas o impedimento de la
reproducció n de los "individuos menos aptos".

CAUSAS QUE PROVOCAN LA EUGENESIA

La “eugenesia” es la aplicació n del estudio de la herencia al perfeccionamiento de las


cualidades de la raza humana. Detrá s de este interés por la eugenesia existían dos
convicciones filosó ficas muy extendidas:

 la creencia en la perfecció n de la especie humana y

 la confianza cada vez mayor en la ciencia como la forma má s fiable y ú til de


conocimiento.

Los descubrimientos científicos logrados en el siglo XIX dieron impulso a la eugenesia. Al


comprobarse que muchas de las características físicas eran hereditarias, los defensores de
la eugenesia se esforzaron por promover características humanas que consideraban
positivas y por suprimir las negativas. Esto se conseguía incentivando a hombres y
mujeres con características "positivas" a casarse entre sí, y esterilizando a los
considerados "defectuosos".

CONSECUENCIAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS, SOCIALES Y EDUCATIVAS

 Competencia entre los distintos países para ver quién era el primero en conseguir
una població n perfecta.
 Realizació n involuntaria de esterilizaciones para conseguir incentivos econó micos.
 Eliminació n de individuos con problemas mentales, porque conlleva un excesivo
gasto econó mico.
 Controlar el porcentaje de crecimiento de “ineptos”, con el propó sito de mejorar la
raza favoreciendo la productividad de los “aptos” por medio de matrimonios
tempranos y saludable crianza de los hijos.
 Segregació n de los débiles mentales y locos, porque caían fá cilmente en el crimen y
la prostitució n degenerando así la sociedad cada vez má s.
 Prohibició n de contraer matrimonio, de las diversas enfermedades y taras humanas,
para detener el proceso de degeneració n, las enfermedades y alteraciones mentales
varias.
 Se elaborarían planes de educació n para poder aumentar el cociente intelectual de
estas personas.

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 En los centros educativos se educarían tan só lo personas perfectas, para tener en el


futuro un mundo perfecto. Creació n de centros especiales para estas personas si no
son eliminadas.

PRINCIPALES DEFENSORES DE LA EUGENESIA

Por un lado nos encontramos los capitalistas oportunistas quienes encuentran en la


eugenesia una justificació n a su egoísmo y un pretexto para destruir pueblos que son
competidores potenciales (con el pretexto de su progreso y felicidad).
Por otro lado podemos destacar a los socialistas materialistas, internacionalistas o
nacionalistas (má s tarde denominados nacional-socialistas, nazis), que alteraban en los
ambientes intelectuales de las grandes ciudades.
Aparte de los anteriores citados no debemos de olvidar a Galton y Darwin. La eugenesia
supo gozar de prestigio social y fue apoyada por personalidades como Winston Churchill y
Alexander Graham Bell. Sin embargo, a partir de su vinculació n con las políticas raciales
impulsadas por el régimen nazi en Alemania, esta disciplina comenzó a ser condenada.

Los nazis incluyeron en su retó rica el concepto de “vida indigna de ser vivida” para
impulsar la eugenesia en los grupos sociales que consideraban “desviados”
(discapacitados físicos y mentales, homosexuales) y “conflictivos” (judíos, gitanos,
comunistas). El argumento llevó a que los científicos alemanes realizaran experimentos
genéticos con los seres humanos.

Sin embargo, no fueron los alemanes los ú nicos en apoyar la eugenesia, en países como
Suecia y Estados Unidos, también se realizaron programas de eugenesia que tenían por
objetivo de proponer un pueblo uniforme, de rasgos definidos y “pura sangre”. Para este
efecto se realizaron programas de esterilizació n para asegurarse la reproducció n de
aquellos individuos que contaran con la dotació n física e intelectual esperada. Muchas
víctimas sufrieron estas medidas, en su mayoría eran alcohó licos, epilépticos, ciegos o
sordos o mujeres consideradas promiscuas o criminales. Los etiquetaban como débiles
mentales y aseguraban que era la mejor forma de asegurar el porvenir de las sociedades.
Ademá s proponían que la esterilizació n era la mejor solució n a la pobreza.

PAÍSES Y EUGENESIA (Contemporáneo)

La esterilizació n forzosa amenaza aun a muchas personas. En Europa, los minusvá lidos no
está n exentos de peligro. En 1992 el Parlamento Europeo aprobó una resolució n que
contempla para los minusvá lidos la imposició n de la esterilizació n como conclusió n de un
proceso judicial. Esto es algo inaceptable puesto que atenta contra los derechos de esas
personas. Ya en Alemania y en Españ a se ha despenalizado la esterilizació n de los
deficientes mentales.
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Sin embargo en países del tercer mundo es donde má s se promueve y se impone la


esterilizació n. Esta prá ctica hoy es uno de los métodos má s utilizados para el control
demográ fico.
El informe de 1997 del Fondo de las Naciones Unidas para la Població n revela que la
esterilizació n se está aplicando en un 40% de la població n como un método de control
demográ fico.
EE.UU. promueve directa o indirectamente la esterilizació n en los países del tercer mundo,
a través de fondos destinados a agencias particulares.

ANÁLISIS ÉTICO DE LA EUGENESIA

Hasta aquí hemos definido QQHH los significados y alcances; historia, presente y
futuro de la Eugenesia. Este es el conocimiento, los hechos. Entremos ahora en la tarea de
definir si la eugenesia, en todas o algunas de sus formas, es éticamente aceptable o
reprochable.

Es un hecho cierto que los médicos y científicos, interesados por la salud de sus pacientes,
y por el avance de la ciencia, intentará n todos los medios posibles para intervenir el
genoma humano. Habrá entonces, que imponer un límite a esta actividad, tal como se hizo
con el mundo científico que durante añ os desarrolló y buscó aplicaciones a la energía
nuclear. Como indicó anteriormente, no es rol de la ciencia en si misma buscar y
establecer los límites éticos y legales de sus descubrimientos y de sus aplicaciones
prá cticas, esta tarea está en manos de: políticos, religiosos y filó sofos.

Para efectuar el aná lisis de la validez ética de las técnicas eugenésicas, analicemos el
siguiente esquema:

1. Identificació n del problema ético


2. Identificació n de los principios éticos involucrados
3. Obtener informació n científica éticamente relevante
4. Proposició n de alternativas y selecció n de la correcta.

En este caso la identificación del problema ético corresponde a decidir si en cada uno
de los casos expuestos, el procedimiento eugenésico es éticamente justificable.

La información científica éticamente relevante corresponde a conocer la informació n,


de la mejor calidad disponible para determinar los riesgos y beneficios de la intervenció n
eugenésica.

Es menester enfrentar la tarea de responder la ya repetida pregunta respecto a si la


eugenesia es éticamente aceptable o éticamente reprochable.
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En primer lugar es preciso establecer que, a nuestro parecer, la Eugenesia Tradicional o


Macro Eugenesia debe ser desterrada de las prá cticas de los grupos y de los estados
modernos, fundamentalmente porque se transforma en un instrumento de discriminació n
contra grupos específicos de la població n, y por otro lado porque habitualmente no logra
los fines que persigue.

Pensemos por ejemplo en tres aspectos importantes de la vida social, y que pudiera
resultar de interés mejorar por la vía de la eugenesia: la inteligencia, la conducta y la
sexualidad. Si se planifica obtener mejoras sociales significativas, mediante la eugenesia,
es necesario sostener que la genética desempeñ a un rol fundamental en el control de estas
tres características, y que la influencia del ambiente es de menor cuantía. Muchos
investigadores, filó sofos y políticos han sostenido esta tesis, sin embargo la evidencia
experimental informa hoy en día, con meridiana claridad, que la genética es responsable
só lo en alguna medida, cercana al 50% del control de la inteligencia, la conducta y la
sexualidad de los individuos.

Sin duda que aquí se abrirá un enorme capítulo de discusió n para determinar qué
condició n es y qué condició n no es una enfermedad. Es probable que las condiciones que
se asocien a un riesgo mayor de muerte así sean consideradas, pero habrá discusió n
respecto de otras con consecuencias de menor gravedad. El otro capítulo amplio de
discusió n que se abre, en caso de aceptar esta modalidad como vá lida es el de la equidad
en el acceso, puesto que manteniendo el actual orden de cosas, só lo los má s adinerados
podrá n, mediante este “tratamiento”, disfrutar de niñ os “completamente sanos”.

Nos parece por otro lado que la Eugenesia destinada a lograr una “mejoría del
individuo” se aparta del buen juicio ético. Se trata, en este caso, de aplicar la terapia
génica en línea germinal, o la terapia génica de mejoramiento para introducir en el nuevo
individuo ya no la solució n a una enfermedad, sino que una característica física o
intelectual que se considera mejor. Esto es aproximarse a lo que se denomina “niñ os de
diseñ o”, es decir a que cada padre o pareja pueda decidir las características físicas o
conductuales de sus hijos, eligiendo su color de cabello, agregando unos centímetros má s
a su estatura, una personalidad má s apacible e intelectual, el gusto por la mú sica, etc. Nos
parece, QQHH que este extremo del uso de la eugenesia se aparta de la naturaleza
humana, y de los lineamiento que nos provee la ética laica, pues abandona la visió n
antropocéntrica y especialmente el humanismo científico que caracterizan al laicismo,
dejando al menos algunos hombre al servicio de la ciencia y del progreso y no al revés
como debe ser.

La postura defendida por Francis Fukuyama, es particularmente interesante al respecto.


Fukuyama es cientista político y alcanzó notoriedad por su libro “El fin de la Historia”
publicado en 1989, donde defendió la tesis de que la historia había finalizado en 1806
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dado que no se habría producido ningú n avance político esencial má s allá de los principios
de la Revolució n Francesa. En una de sus obras má s recientes “El fin del Hombre,
consecuencias de la revolució n biotecnoló gica” dice como lo señ alamos en la Introducció n:

“…Huxley (en Un Mundo Feliz, publicado en 1932) tenía razón, la amenaza más significativa planteada por
la biotecnología contemporánea, estriba en la posibilidad de que altere la naturaleza humana y, por
consiguiente, nos conduzca a un estado “post humano” de la historia. Esto es importante, porque la
naturaleza humana existe, es un concepto válido y ha aportado una continuidad estable a nuestra
experiencia como especie. … La naturaleza humana determina y limita los posibles modelos de regímenes
políticos, de manera que una tecnología lo bastante poderosa para transformar aquello que somos tendrá,
posiblemente consecuencias nocivas para la democracia y para la naturaleza de la propia política….”

ANÁLISIS RESPECTO DE LA EUGENESIA

 Quien puede arrogarse el poder de determinar quién o cual será la pró xima persona
que nacerá

 ¿Es la Eugenesia una forma de selecció n de las pró ximas generaciones?, má s allá de
la naturaleza.

 Como debemos enfrentar esta temá tica, desde un punto de vista É tico y Moral.

 Nosotros los masones, como siempre lo hemos sostenido, no tenemos la verdad


absoluta, solo nuestro punto de vista, y en estos temas, es donde es má s difícil tener
una posició n clara e informada. Creemos que el control natal negativo, es decir que
pretende evitar los Malos Nuevos integrantes de la sociedad es una aberració n
desde el punto de vista ético y moral.

 La eugenesia es aquella intervenció n destinada a la modificació n de las


características genéticas de la descendencia. La eugenesia se sustenta en un ideario
o filosofía que establece esencialmente la supremacía del determinismo bioló gico
por sobre las influencias del medio ambiente, y en consecuencia estima que las
intervenciones genéticas son má s potentes y efectivas que las intervenciones
ambientales.

 Existe una gran diferencia entre las prá cticas eugenésicas tradicionales o macro
eugenésicas, que sirvieron como herramienta de discriminació n y desigualdad
social; y las prá cticas eugenésicas modernas, orientadas al tratamiento y prevenció n
de enfermedades que afectan a individuos en particular.

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 Las prá cticas eugenésicas no constituyen un ú nico tipo de intervenció n que


podamos aceptar o rechazar éticamente de modo global. Cada uno de los tipos de
intervenciones eugenésicos debe ser analizado en detalle para poder establecer
nuestra opinió n.

"EUTANASIA Y LA LIBERTAD INDIVIDUAL. OBJECIÓN DE CONCIENCIA O IDEA”

Analizaremos algunos de los dilemas morales asociados a los nuevos modos de morir que
han surgido con el desarrollo de la técnica médica en los ú ltimos añ os. La posibilidad de
postergar artificialmente la muerte plantea cuestiones éticas relevantes tanto para
quienes desean seguir viviendo como para quienes prefieren, en cambio, morir libres de
las "interferencias" de la medicina moderna.

ENSAÑAMIENTO TERAPÉUTICO

Se considera una prá ctica médica basada en la aplicació n de métodos extraordinarios y


desproporcionados de soporte vital en enfermos terminales, pero por el grado de
deterioro del paciente no le suministran beneficio alguno y prolongan innecesariamente
su agonía. Suspender un tratamiento calificado por el equipo médico como fú til o
desproporcionado, o retirar un soporte vital, en situaciones de enfermedad terminal,
irreversible, que no tienen expectativa terapéutica, no supone eutanasia.

CLASIFICACIÓN DE LA EUTANASIA

Eutanasia activa: consiste en realizar actos para ayudar a morir eliminando o aliviando el
sufrimiento.
Eutanasia pasiva: supone dejar de hacer aquello que permitiría alargar la vida. (Se omite o
se interrumpe un tratamiento). En ambos casos, aplica lo que dice el doctor Benedetto
Saraceno: “nada sobre mí sin mí”.

OPINIÓN SOBRE EUTANASIA EN CHILE

Las encuestas icso-udp de los añ os 2010, 2012 y 2013. 


“la mayoría de los entrevistados en esas oportunidades señ alaron estar de acuerdo o muy
de acuerdo con la afirmació n “un enfermo terminal tiene derecho a solicitar su muerte
asistida (eutanasia)”. icso-udp = instituto de investigació n de ciencias sociales. Universidad Diego Portales.

TOMÁS MORO, publicó su “utopía” en 1516, en ella el santo y doctor de la iglesia cató lica.
Decía que en caso de enfermo terminal, siendo su vida un tormento, no dude en morir, ya
sea quitá ndose él mismo la vida o pidiendo que se la quiten, siguiendo el consejo de los
sacerdotes, intérpretes de la voluntad de dios.
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Las redes sociales permiten ejercer un debate participativo de temas que no son
impuestos por la agenda mediá tica de los grandes medios de comunicació n tradicionales
ni por el propio estado.

Establecen la necesidad de incorporar, en la agenda de cobertura de dichos medios, los


reclamos y temas que afectan a la sociedad, induciendo a un mayor intercambio y diá logo
desde la base social, es decir, má s democracia.

LEGISLACIÓN CHILENA

Constitució n política: en el artículo 19 n° 1º asegura a todos. El derecho a la vida y a la


integridad física y psíquica de la persona.

Có digo penal: art. 393 sanciona el auxilio al suicidio y el art. 494 nº 14 la omisió n de
socorro.

Có digo de ética del colegio médico de chile: establece el deber de respetar la vida humana
desde su inicio y hasta su término.

El tema de la eutanasia no se encuentra en la agenda legislativa del gobierno.

Desde el añ o 2000 se han presentado seis proyectos de ley sobre eutanasia o sobre
derechos de los pacientes.
2000. diputados Girardi y otros.
2004. senador Nelson Á vila.
2006. diputados juan bustos y Fulvio Rossi.
2006. senadores Girardi, Ruiz-Esquide y otros.
2006. derecho a una muerte digna. Mismos de 4.
2006. del ejecutivo. Sobre eutanasia pasiva.

Humberto Maturana, premio nacional de ciencias: “estamos viviendo en una sociedad


donde no se nos trata como ciudadanos responsables. Si yo decido morir ahora, es mi
decisió n… no hay un conflicto entre la ciencia y la persona. Y nada debiera limitar la
voluntad humana”.

Mario Vargas Llosa: Jack Kevorkian es un auténtico héroe de nuestro tiempo, porque su
cruzada a favor de la eutanasia ha contribuido a que este tema tabú salga de las
catacumbas, salte a la luz pú blica y sea discutido en todo el mundo.

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Fernando Sabater: filó sofo españ ol "la vida de un ser humano no es un fenó meno
bioló gico, sino un fenó meno simbó lico, entonces el mantener a alguien obligatoriamente
vivo só lo bioló gicamente no es mantenerlo humanamente y eso es importante."

Opinión de la iglesia

La eutanasia es una grave violació n de la ley de dios, en cuanto a eliminació n deliberada y


moralmente inaceptable de una persona humana.

Todo ser humano posee una dignidad intrínseca e inviolable, que le confiere el derecho
irrenunciable a la vida y es un deber inexcusable del estado protegerla, incluso cuando la
persona, su titular, pueda no valorarla.

Los cuidados paliativos, representan la ú nica opció n moralmente aceptable ante el final
natural de los seres humanos.

La eutanasia, o suicidio asistido, es ilegal en la mayor parte de países.

Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y algunos estados en estados unidos permiten la


eutanasia o en algunos casos, el suicidio asistido a pacientes desahuciados que deseen
morir por dolores insoportables, siempre que se cumplan ciertas condiciones.

En 1994 y tras un referéndum, Oregó n fue el primer estado norteamericano en permitir el


suicidio asistido para enfermos incurables.

CONCLUSIONES GENERALES

La masonería tiene por objeto fundamental formar hombres verdaderamente libres,


libertad que es aprendida por medio del estudio de la verdad y se realiza con la
prá ctica de la virtud. Así, el masó n se forja en la actitud serena, abierta e ilustrada
para conocer y sopesar las má s diversas circunstancias del humano acontecer, y
elegir, de entre ellas, las que constituyan só lida garantía para el ennoblecimiento y
dignificació n de la naturaleza humana.

La frase, “yo soy yo y mis circunstancias” de José Ortega y Gasset, tiene vigencia en
estos casos, ya que no puede entenderse la vida de un individuo prescindiendo de
las circunstancias en las que vive.
Los masones debemos asumir conscientemente la responsabilidad de guiar por los
terrenos de la É tica nuestra propia evolució n bioló gica, que debe ser el fruto del
conocimiento, base de la auténtica Libertad espiritual del Hombre. Esto significa
que debemos escoger metas en las que los Valores estén involucrados, ya que,
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a no mucho andar, cada uno de nosotros estará frente a una interrogante, a un


dilema, que lo hará meditar sobre el tema que acabamos de analizar... si es
que ya no lo ha hecho.

Concluyamos que la actitud meliorativa del masó n, que entiende que el mundo no es
por principio ni radicalmente malo ni absolutamente bueno, sino que puede ser
mejorado y perfeccionado, debe ser su sello, de ésta actitud masó nica que la vemos
en la mayor parte de las tendencias filosó ficas de todas las épocas, y constituye una
sociología y una moral que podrían también calificarse de activistas, es decir,
concluyamos ademá s que existe un esfuerzo humano por mejorar constantemente la
condició n humana, aunque la vida este llena de crueldad e injusticia, y el masó n
debe realizar este esfuerzo en forma indefinida.

Debemos hacer bien las cosas, es la actitud masó nica má s aconsejable hoy en el
mundo que nos rodea, ya que llevamos dentro de nuestro ser ese empuje infinito,
fruto de un racionalismo idealista que puede mirar cualquier horizonte para tomar
lo mejor de la creació n humana, es la fe en la inteligencia y la razó n que otorga al
hombre la facultad de forjar su propio destino, equilibrado entre la escuadra y el
compá s.

Este perfeccionamiento constructivo de cada masó n inspirado en el amor a la obra


francmasó nica, se expresa en el desbastar de su piedra bruta, que simboliza su
meliorismo, así se cultiva personalmente cada aprendiz, como cada compañ ero en
su caminar por la objetividad de su conocimiento y de los maestros en su saber
axioló gico.

La masonería al tratar estos temas científicos, ensancha los caminos, enriquece las
posibilidades de avance de cada hermano, y nos da la posibilidad de tener má s luces
que ofrecer en el largo proceso de aprendizaje que nos liga a la felicidad y a vivir en
plenitud los avances científicos y tecnoló gicos que nos permiten realizarnos como
hombres en este mundo que es nuestro mundo

Nuestra sociedad chilena se encuentra invadida del pensamiento cristiano


occidental. Cada vez que intentamos analizar un problema ético, nos resulta difícil
escapar a este modelo de pensamiento. Pero, QQHH, es nuestra obligació n el
hacerlo. Como masones estamos llamados a adherir a un có digo ético conformado
en base a los principios del laicismo ya enumerados: antropocentrismo, humanismo
científico, meliorismo, eclecticismo, y moral universal.

El trabajo masó nico a la manera sugerida nos permitirá acercarnos a la ética de la


cooperació n científica en lugar de la antigua doctrina de pecado y castigo. En
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definitiva, la ética laica pretenden afirmar la identidad del ser humano, otorgarle el
reconocimiento a sus mejores valores, hacerlo digno de su historia de progreso,
entregarle la libertad espiritual que lo aleja de la animalidad, reconocerlo como un
ser que posee capacidades para actuar, con atributos y también con deberes. El
Laicismo hace al hombre responsable de sus actos ante sí mismo y ante el juicio de
sus congéneres; guiado só lo por su conciencia moral, juez implacable y al cual no
puede engañ ar.

SFU

FUENTES:

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS), Unsafe Abortion. Global and


regional estimates of the incidence of unsafe abortion and associated mortality in 2000,
4 a Edició n, Ginebra, 2004, www.who.int/reproductivehealth.
CENTRO PARA DERECHOS REPRODUCTIVOS (CRR), Reflexiones sobre el aborto,
Briefing paper, New York, 2003, www.reproductiverights.org.
CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOBRE DINÁMICA SOCIAL (CIDS), El aborto inducido
en Colombia: características demográ ficas y socio-culturales, Universidad Externado de
Colombia y OMS, Bogotá , 1992.
ALLAN GUTTMACHER INSTITUTE (AGI), Readings on Induced Abortion, New York,
2000,.
FAMILY CARE INTERNATIONAL (FCI), Demorar el matrimonio y el primer
nacimiento, Grupo Inter Agencial para una Maternidad sin Riesgo, New York, 1998,
www.safemotherhood.org.
MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, Plan de choque para la reducció n de la
mortalidad materna, UNFPA y OPS, Bogotá , 2004, www.minproteccionsocial.gov.co.
PROFAMILIA, Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2000, UNFPA, Bogotá , 2002,
www.profamilia.org.co. IPAS, Asegurando el acceso de las mujeres al aborto seguro,
Chapel Hill, 2005, www.ipas.org

Manuel Campos Leiva, 3°


Enrique Sánchez Kaplan, 3°
José Lattus Olmos, 3°
Jean Pierre Lattus Sanhueza, 2°
Hernán Godoy Neicul, 1°
Mario Martínez Ortíz, 1°

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