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A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
V:.M:. y QQ:.HH:.
INTRODUCCIÓN:
"puede que estemos a punto de entrar en un futuro post humano, en el que la tecnología nos
dotará de la capacidad de alterar gradualmente la esencia humana con el tiempo."
Francis Fukuyama: “El fin del hombre: consecuencias de la revolució n biotecnoló gica".
Los cambios culturales y sociales nos han inducido a reordenar velozmente las ideas, los
há bitos, las costumbres, las aficiones, la concepció n del tiempo y del espacio, la estructura
familiar, la influencia intergeneracional, la remoció n de arcaicos conceptos en medicina,
física, astronomía, agronomía, telecomunicaciones y en mú ltiples y variadas esferas del
conocimiento humano.
El aborto, la eutanasia y la eugenesia, son temas que está n instalados hoy en el centro de la
sensibilidad nacional y que demandan criterios y respuestas asertivas, por tratarse de una
cuestió n ligada indisolublemente a la existencia misma del ser humano y al significado de
ésta, confluyen aquí no só lo puntos de vista jurídicos, sino también médicos, filosó ficos,
morales, religiosos y hasta econó micos, lo que explica su enorme complejidad y las
dificultades para alcanzar soluciones que satisfagan los distintos intereses en juego.
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La orden masó nica no posee varas má gicas ni pretende pontificar sobre la materia. el
pensamiento masó nico, má s bien perfila métodos y conductas para aproximarse a la
cuestió n való rica y ética subyacente, desde diversos á ngulos y con una amplia perspectiva
de bú squeda. Cada masó n confía en el libre examen y en su propia conciencia como sabios
consejeros al momento de tomar una decisió n.
Permite que una sociedad donde conviven personas con diferentes valores y creencias
aspiren en conjunto al bien comú n, condició n necesaria para fortalecer la democracia.
negativa a acatar ó rdenes o leyes o a realizar actos o servicios invocando motivos
éticos o religiosos.
la ética racional considera que el individuo debe responder en primer lugar al
tribunal de su propia conciencia, la objeció n de conciencia se define como un
derecho subjetivo a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen sus
propios principios morales.
lo anterior entronca con otras figuras de desobediencia al derecho, especialmente
con la desobediencia civil y, de manera aú n má s alta, con el denominado derecho de
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ÉTICA - LAICISMO
La ética "consiste en principios generales que ayudan a determinar las reglas de conducta";
la ética se ocupa en algo má s general que las reglas morales y está menos sujeta a cambios.
No corresponde a la ética establecer las reglas efectivas de conducta, esto es asunto de la
moral, a la ética le incumbe proporcionar una base de la que estas reglas puedan
deducirse.
El sujeto diferencia lo bueno de lo malo mediante un có digo ético, có digo que puede ser
adoptado de entre los que entregan autoridades unipersonales o institucionales o
mediante las propias ideas extraídas del estudio, del conocimiento, y de las propias
convicciones. Todos los có digos éticos poseen una fuerte carga való rica constituida por
valores explícitos o implícitos en ellos, los que dan base a los principios éticos y a las
normas morales que se derivan de tales có digos.
Sin embargos nos preocupa en este momento ser capaces de establecer otro có digo, el que
emana del Laicismo, aquella doctrina que defiende la independencia del hombre para
adoptar sus propias creencias en materia religiosa o el derecho a no tenerlas si así lo
decide su razó n, y que ademá s procura exceptuar a la esfera pú blica de las imposiciones
religiosas.
La posició n laica en lo ético se sustenta en algunas bases o ideas matrices de las cuales se
deriva un có digo no explícito en el cual quienes asumen tal posició n pueden encontrar
guías, o insinuaciones para sus conductas morales concretas. Estas bases son:
humano es má s valioso que los Estados y los gobiernos, má s valioso que las costumbres y
las instituciones, má s valioso que la ciencia, la tecnología, el arte, má s valioso que las
filosofías, las doctrinas políticas y los sistemas de pensamiento, má s valioso que el poder,
la fama o la gloria.
5. El Laicismo aspira a una moral universal. Es una consecuencia del eclecticismo laico.
El universalismo laico se entiende como el otorgarle la má xima autoridad al asentimiento
universal del género humano, subordinando los fines personales, familiares o nacionales a
los de la sociedad humana en general. El Laicismo acepta una progresiva ordenació n
moral del mundo y la posibilidad del advenimiento de una moral universal sin la cual no
tendría sentido su aspiració n y creencia en el continuo perfeccionamiento de la
humanidad.
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DESARROLLO:
El dictador nazi Adolf Hitler decidió exterminar a todas aquellas personas de raza judía, a
los gitanos, a los deficientes mentales y a los masones, con la intenció n de mejorar la
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especie, teniendo como supuesto la mejor capacidad física e intelectual, de cará cter
hereditario de los alemanes. El genocidio practicado por este dictador fue en aras de la
eugenesia, y lo llamó higiene racial.
Sin embargo, los alcances del término van mucho má s allá de lo que a primera instancia
tenemos en mente, y nos lleva a un límite donde la decisió n de si considerar o no a la
eugenesia como éticamente reprochable, no admite una só lo respuesta. El conocimiento
no es intrínsecamente bueno o intrínsecamente malo. Es tarea de instituciones como la
nuestra el agregar el cará cter való rico a las técnicas, al conocimiento y a los actos
humanos.
Los defensores de la eugenesia aseguran que esta prá ctica alivia el sufrimiento (al evitar
que nazcan personas con malformaciones o graves enfermedades) y permite que la
sociedad ahorre recursos.
Sus detractores, en cambio, consideran que la eugenesia es contraria a la ética y creen que
la manipulació n de estas leyes bioló gicas es inmoral.
El término Eugenesia fue acuñ ado por Francis Galton, primo de Charles Darwin, en 1883,
con el significado de “bien nacido”. Argumentando la necesidad de estimular a las
personas capaces y con inteligencia superior, a que tuvieran má s hijos, con la idea de
construir una raza humana “mejorada”. El diccionario de la Real Academia Españ ola
define a la Eugenesia como: “Aplicació n de las leyes bioló gicas de la herencia al
perfeccionamiento de la especie humana.”
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Los mecanismos que emplea la Eugenesia pueden ser "positivos", mediante el fomento de
la reproducció n de aquellos individuos considerados "má s aptos". Por el contrario sus
mecanismos pueden también ser "negativos", mediante trabas o impedimento de la
reproducció n de los "individuos menos aptos".
Competencia entre los distintos países para ver quién era el primero en conseguir
una població n perfecta.
Realizació n involuntaria de esterilizaciones para conseguir incentivos econó micos.
Eliminació n de individuos con problemas mentales, porque conlleva un excesivo
gasto econó mico.
Controlar el porcentaje de crecimiento de “ineptos”, con el propó sito de mejorar la
raza favoreciendo la productividad de los “aptos” por medio de matrimonios
tempranos y saludable crianza de los hijos.
Segregació n de los débiles mentales y locos, porque caían fá cilmente en el crimen y
la prostitució n degenerando así la sociedad cada vez má s.
Prohibició n de contraer matrimonio, de las diversas enfermedades y taras humanas,
para detener el proceso de degeneració n, las enfermedades y alteraciones mentales
varias.
Se elaborarían planes de educació n para poder aumentar el cociente intelectual de
estas personas.
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Los nazis incluyeron en su retó rica el concepto de “vida indigna de ser vivida” para
impulsar la eugenesia en los grupos sociales que consideraban “desviados”
(discapacitados físicos y mentales, homosexuales) y “conflictivos” (judíos, gitanos,
comunistas). El argumento llevó a que los científicos alemanes realizaran experimentos
genéticos con los seres humanos.
Sin embargo, no fueron los alemanes los ú nicos en apoyar la eugenesia, en países como
Suecia y Estados Unidos, también se realizaron programas de eugenesia que tenían por
objetivo de proponer un pueblo uniforme, de rasgos definidos y “pura sangre”. Para este
efecto se realizaron programas de esterilizació n para asegurarse la reproducció n de
aquellos individuos que contaran con la dotació n física e intelectual esperada. Muchas
víctimas sufrieron estas medidas, en su mayoría eran alcohó licos, epilépticos, ciegos o
sordos o mujeres consideradas promiscuas o criminales. Los etiquetaban como débiles
mentales y aseguraban que era la mejor forma de asegurar el porvenir de las sociedades.
Ademá s proponían que la esterilizació n era la mejor solució n a la pobreza.
La esterilizació n forzosa amenaza aun a muchas personas. En Europa, los minusvá lidos no
está n exentos de peligro. En 1992 el Parlamento Europeo aprobó una resolució n que
contempla para los minusvá lidos la imposició n de la esterilizació n como conclusió n de un
proceso judicial. Esto es algo inaceptable puesto que atenta contra los derechos de esas
personas. Ya en Alemania y en Españ a se ha despenalizado la esterilizació n de los
deficientes mentales.
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Hasta aquí hemos definido QQHH los significados y alcances; historia, presente y
futuro de la Eugenesia. Este es el conocimiento, los hechos. Entremos ahora en la tarea de
definir si la eugenesia, en todas o algunas de sus formas, es éticamente aceptable o
reprochable.
Es un hecho cierto que los médicos y científicos, interesados por la salud de sus pacientes,
y por el avance de la ciencia, intentará n todos los medios posibles para intervenir el
genoma humano. Habrá entonces, que imponer un límite a esta actividad, tal como se hizo
con el mundo científico que durante añ os desarrolló y buscó aplicaciones a la energía
nuclear. Como indicó anteriormente, no es rol de la ciencia en si misma buscar y
establecer los límites éticos y legales de sus descubrimientos y de sus aplicaciones
prá cticas, esta tarea está en manos de: políticos, religiosos y filó sofos.
Para efectuar el aná lisis de la validez ética de las técnicas eugenésicas, analicemos el
siguiente esquema:
En este caso la identificación del problema ético corresponde a decidir si en cada uno
de los casos expuestos, el procedimiento eugenésico es éticamente justificable.
Pensemos por ejemplo en tres aspectos importantes de la vida social, y que pudiera
resultar de interés mejorar por la vía de la eugenesia: la inteligencia, la conducta y la
sexualidad. Si se planifica obtener mejoras sociales significativas, mediante la eugenesia,
es necesario sostener que la genética desempeñ a un rol fundamental en el control de estas
tres características, y que la influencia del ambiente es de menor cuantía. Muchos
investigadores, filó sofos y políticos han sostenido esta tesis, sin embargo la evidencia
experimental informa hoy en día, con meridiana claridad, que la genética es responsable
só lo en alguna medida, cercana al 50% del control de la inteligencia, la conducta y la
sexualidad de los individuos.
Sin duda que aquí se abrirá un enorme capítulo de discusió n para determinar qué
condició n es y qué condició n no es una enfermedad. Es probable que las condiciones que
se asocien a un riesgo mayor de muerte así sean consideradas, pero habrá discusió n
respecto de otras con consecuencias de menor gravedad. El otro capítulo amplio de
discusió n que se abre, en caso de aceptar esta modalidad como vá lida es el de la equidad
en el acceso, puesto que manteniendo el actual orden de cosas, só lo los má s adinerados
podrá n, mediante este “tratamiento”, disfrutar de niñ os “completamente sanos”.
Nos parece por otro lado que la Eugenesia destinada a lograr una “mejoría del
individuo” se aparta del buen juicio ético. Se trata, en este caso, de aplicar la terapia
génica en línea germinal, o la terapia génica de mejoramiento para introducir en el nuevo
individuo ya no la solució n a una enfermedad, sino que una característica física o
intelectual que se considera mejor. Esto es aproximarse a lo que se denomina “niñ os de
diseñ o”, es decir a que cada padre o pareja pueda decidir las características físicas o
conductuales de sus hijos, eligiendo su color de cabello, agregando unos centímetros má s
a su estatura, una personalidad má s apacible e intelectual, el gusto por la mú sica, etc. Nos
parece, QQHH que este extremo del uso de la eugenesia se aparta de la naturaleza
humana, y de los lineamiento que nos provee la ética laica, pues abandona la visió n
antropocéntrica y especialmente el humanismo científico que caracterizan al laicismo,
dejando al menos algunos hombre al servicio de la ciencia y del progreso y no al revés
como debe ser.
dado que no se habría producido ningú n avance político esencial má s allá de los principios
de la Revolució n Francesa. En una de sus obras má s recientes “El fin del Hombre,
consecuencias de la revolució n biotecnoló gica” dice como lo señ alamos en la Introducció n:
“…Huxley (en Un Mundo Feliz, publicado en 1932) tenía razón, la amenaza más significativa planteada por
la biotecnología contemporánea, estriba en la posibilidad de que altere la naturaleza humana y, por
consiguiente, nos conduzca a un estado “post humano” de la historia. Esto es importante, porque la
naturaleza humana existe, es un concepto válido y ha aportado una continuidad estable a nuestra
experiencia como especie. … La naturaleza humana determina y limita los posibles modelos de regímenes
políticos, de manera que una tecnología lo bastante poderosa para transformar aquello que somos tendrá,
posiblemente consecuencias nocivas para la democracia y para la naturaleza de la propia política….”
Quien puede arrogarse el poder de determinar quién o cual será la pró xima persona
que nacerá
¿Es la Eugenesia una forma de selecció n de las pró ximas generaciones?, má s allá de
la naturaleza.
Como debemos enfrentar esta temá tica, desde un punto de vista É tico y Moral.
Existe una gran diferencia entre las prá cticas eugenésicas tradicionales o macro
eugenésicas, que sirvieron como herramienta de discriminació n y desigualdad
social; y las prá cticas eugenésicas modernas, orientadas al tratamiento y prevenció n
de enfermedades que afectan a individuos en particular.
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Analizaremos algunos de los dilemas morales asociados a los nuevos modos de morir que
han surgido con el desarrollo de la técnica médica en los ú ltimos añ os. La posibilidad de
postergar artificialmente la muerte plantea cuestiones éticas relevantes tanto para
quienes desean seguir viviendo como para quienes prefieren, en cambio, morir libres de
las "interferencias" de la medicina moderna.
ENSAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
CLASIFICACIÓN DE LA EUTANASIA
Eutanasia activa: consiste en realizar actos para ayudar a morir eliminando o aliviando el
sufrimiento.
Eutanasia pasiva: supone dejar de hacer aquello que permitiría alargar la vida. (Se omite o
se interrumpe un tratamiento). En ambos casos, aplica lo que dice el doctor Benedetto
Saraceno: “nada sobre mí sin mí”.
TOMÁS MORO, publicó su “utopía” en 1516, en ella el santo y doctor de la iglesia cató lica.
Decía que en caso de enfermo terminal, siendo su vida un tormento, no dude en morir, ya
sea quitá ndose él mismo la vida o pidiendo que se la quiten, siguiendo el consejo de los
sacerdotes, intérpretes de la voluntad de dios.
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Las redes sociales permiten ejercer un debate participativo de temas que no son
impuestos por la agenda mediá tica de los grandes medios de comunicació n tradicionales
ni por el propio estado.
LEGISLACIÓN CHILENA
Có digo penal: art. 393 sanciona el auxilio al suicidio y el art. 494 nº 14 la omisió n de
socorro.
Có digo de ética del colegio médico de chile: establece el deber de respetar la vida humana
desde su inicio y hasta su término.
Desde el añ o 2000 se han presentado seis proyectos de ley sobre eutanasia o sobre
derechos de los pacientes.
2000. diputados Girardi y otros.
2004. senador Nelson Á vila.
2006. diputados juan bustos y Fulvio Rossi.
2006. senadores Girardi, Ruiz-Esquide y otros.
2006. derecho a una muerte digna. Mismos de 4.
2006. del ejecutivo. Sobre eutanasia pasiva.
Mario Vargas Llosa: Jack Kevorkian es un auténtico héroe de nuestro tiempo, porque su
cruzada a favor de la eutanasia ha contribuido a que este tema tabú salga de las
catacumbas, salte a la luz pú blica y sea discutido en todo el mundo.
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Fernando Sabater: filó sofo españ ol "la vida de un ser humano no es un fenó meno
bioló gico, sino un fenó meno simbó lico, entonces el mantener a alguien obligatoriamente
vivo só lo bioló gicamente no es mantenerlo humanamente y eso es importante."
Opinión de la iglesia
Todo ser humano posee una dignidad intrínseca e inviolable, que le confiere el derecho
irrenunciable a la vida y es un deber inexcusable del estado protegerla, incluso cuando la
persona, su titular, pueda no valorarla.
Los cuidados paliativos, representan la ú nica opció n moralmente aceptable ante el final
natural de los seres humanos.
CONCLUSIONES GENERALES
La frase, “yo soy yo y mis circunstancias” de José Ortega y Gasset, tiene vigencia en
estos casos, ya que no puede entenderse la vida de un individuo prescindiendo de
las circunstancias en las que vive.
Los masones debemos asumir conscientemente la responsabilidad de guiar por los
terrenos de la É tica nuestra propia evolució n bioló gica, que debe ser el fruto del
conocimiento, base de la auténtica Libertad espiritual del Hombre. Esto significa
que debemos escoger metas en las que los Valores estén involucrados, ya que,
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Concluyamos que la actitud meliorativa del masó n, que entiende que el mundo no es
por principio ni radicalmente malo ni absolutamente bueno, sino que puede ser
mejorado y perfeccionado, debe ser su sello, de ésta actitud masó nica que la vemos
en la mayor parte de las tendencias filosó ficas de todas las épocas, y constituye una
sociología y una moral que podrían también calificarse de activistas, es decir,
concluyamos ademá s que existe un esfuerzo humano por mejorar constantemente la
condició n humana, aunque la vida este llena de crueldad e injusticia, y el masó n
debe realizar este esfuerzo en forma indefinida.
Debemos hacer bien las cosas, es la actitud masó nica má s aconsejable hoy en el
mundo que nos rodea, ya que llevamos dentro de nuestro ser ese empuje infinito,
fruto de un racionalismo idealista que puede mirar cualquier horizonte para tomar
lo mejor de la creació n humana, es la fe en la inteligencia y la razó n que otorga al
hombre la facultad de forjar su propio destino, equilibrado entre la escuadra y el
compá s.
La masonería al tratar estos temas científicos, ensancha los caminos, enriquece las
posibilidades de avance de cada hermano, y nos da la posibilidad de tener má s luces
que ofrecer en el largo proceso de aprendizaje que nos liga a la felicidad y a vivir en
plenitud los avances científicos y tecnoló gicos que nos permiten realizarnos como
hombres en este mundo que es nuestro mundo
definitiva, la ética laica pretenden afirmar la identidad del ser humano, otorgarle el
reconocimiento a sus mejores valores, hacerlo digno de su historia de progreso,
entregarle la libertad espiritual que lo aleja de la animalidad, reconocerlo como un
ser que posee capacidades para actuar, con atributos y también con deberes. El
Laicismo hace al hombre responsable de sus actos ante sí mismo y ante el juicio de
sus congéneres; guiado só lo por su conciencia moral, juez implacable y al cual no
puede engañ ar.
SFU
FUENTES:
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