Anghello Cristopher González Hernández

Literatura Iberoamericana I

6 de septiembre de 2021

Reflexión Unidad 1 ¿Descubrimiento, encuentro, invención, invasión?

O ‘Gorman menciona que hablar del descubrimiento de América implica interpretar los

hechos, darles un significado mayor a lo ocurrido. La inserción de América a la cultura

occidental fue el mayor encuentro con la otredad a la que los hombres alguna vez se han

enfrentado: existió una ruptura de los paradigmas religiosos, geográficos y científicos para

ambas partes del encuentro. Sin embargo, realmente no se puede llamar un descubrimiento,

esta etiqueta proviene de una visión posterior y alterada de los hechos que encubre

dinámicas de poder que solo presta atención a un solo grupo de los dos involucrados.

Además, que hace explicita una dinámica de poder que explica el comportamiento de Colón

y de Vespucio sobre las poblaciones encontradas aquí en América.

La lectura de las cartas de Colón y de Vespucio remiten mucho a pensar en la

violencia ejercida desde el inicio de Europa en América; además de que consta lo poco

trascendente que era el otro para estos exploradores. Colón narra como en un intercambio

de bienes acepta los regalos valiosos de los indios y él a cambio les entregaba cosas como

vidrios rotos. Así mismo, al final de su carta Vespucio narra el rapto de una mujer de su

casa. Creo que realmente no existió un verdadero interés en el otro desde Europa, poco

interés existió en los primeros encuentros por entender y conocer al otro. En el mal llamado

Nuevo Mundo se encontró la excusa perfecta para la imposición cultural.

Realmente la génesis del continente en la cultura de occidente sigue siendo para los

americanos una búsqueda de la identidad, de saber quiénes somos y hacia dónde debemos

de ir. Al mismo tiempo es un recordatorio de las deudas tan importantes que existen con los
pueblos originarios de América. Vale la pena seguir repensando estas verdades tan

socialmente aceptadas como el descubrimiento o la lectura eurocéntrica de la conquista

para encontrar en ella nuestras propias heridas y resignificar aquello en lo que se ha

encasillado y afectado a un continente entero. Los paradigmas historiográficos y los

documentos propios de la época nos son fuente de una lectura de la época tanto de las

verdades como de aquello que no ocurrió pero que se tenía que contar que ocurrió como

parte de una historia escrita por vencedores y dominadores.