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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD


DEL CUSCO
ESCUELA DE POSGRADO EN DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

Curso:
DERECHO PENAL CONSTITUCIONAL
Tema:

“HABEAS CORPUS”

Docente:
Dr. Julio Ríos Mayorga

Maestristas:

 Albert Daniel Hancco Luna


 Norma Sofia Ccollatupa Cabrera
 Alberti Huacac Carrillo
 Jhonatan Huaman Pillco
 Luigi Alexis Castellanos Pacheco
 Verónica E. Agramonte Robles

CUSCO – PERU
2017
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Índice

Introducción_____________________________________________________________4
1. Capítulo I___________________________________________________________5
1.1. El Habeas Corpus___________________________________________________5
1.2. Ámbito de Protección______________________________________________5
1.3. Finalidad________________________________________________________6
1.4. Características____________________________________________________6
1.5. Legitimación_____________________________________________________7
1.6. Modalidades de Habeas Corpus______________________________________7
1.6.1. Reparador____________________________________________________7
1.6.2. Restringido___________________________________________________8
1.6.3. Preventivo___________________________________________________8
1.6.4. Traslativo____________________________________________________9
1.6.5. Instructivo___________________________________________________9
1.6.6. Correctivo__________________________________________________10
1.6.7. Innovativo__________________________________________________11
1.6.8. Excepcional_________________________________________________12
1.6.9. Conexo_____________________________________________________12
1.6.10. Residual____________________________________________________13
1.7. Procedimiento de Habeas Corpus en el Código Procesal Constitucional______14
2. Capítulo II__________________________________________________________16
2.1. EL habeas Corpus contra resoluciones judiciales y disposiciones fiscales______16
2.1.1. EL Habeas corpus penal contra actos funcionales del poder judicial y del
Ministerio Publico._____________________________________________________16
2.1.1.1. El tribunal constitucional peruano y la tipología del Habeas Corpus_____16
2.1.2. Concepto del Habeas Corpus______________________________________17
2.1.3. Evolución Histórica del Habeas Corpus en el Perú_____________________18
2.1.4. Características del habeas Corpus__________________________________21
2.1.5. Requisitos que prevé el Código Procesal Constitucional para la procedencia
del hábeas corpus contra resoluciones judiciales._____________________________22
2.1.6. Que exista resolución judicial firme. ¿Los actos funcionales de los fiscales
también están comprendidos en el artículo 4 del Código Procesal constitucional?____23
2.1.7. Vulneración manifiesta del derecho constitucional invocado_____________25
2.1.8. Libertad individual y tutela procesal efectiva_________________________25
2.1.9. Consideraciones sobre la libertad individual según el Tribunal Constitucional
y el Poder Judicial._____________________________________________________25
2.1.10. Consideraciones sobre la tutela procesal efectiva._____________________26
3. Capítulo III_________________________________________________________27
3.1. Postura sobre la improcedencia del Hábeas Corpus contra actos de investigación
preliminar______________________________________________________________27
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3.1.1. Postura a favor de la procedencia del habeas Corpus contra actos de


Investigación Preliminar________________________________________________27
3.1.1.1. Imposibilidad de sustracción del control constitucional_______________27
3.1.1.2. Estado de Derecho____________________________________________28
3.1.1.3. Defensa de la Legalidad________________________________________29
3.1.1.4. Ejercicio de la función requirente________________________________30
3.1.1.5. Afectación del derecho a la libertad______________________________31
3.1.1.6. Derecho al debido proceso______________________________________33
3.1.1.7. Derecho a la defensa__________________________________________34
3.1.1.8. Derecho a la imputación necesaria_______________________________34
3.1.1.9. Derecho a la interdicción o proscripción de la arbitrariedad____________35
4. CAPÍTULO IV______________________________________________________37
4.1. Improcedencia del habeas corpus y sustracción de la materia________________37
4.1.1. Causales de Improcedencia general_________________________________37
4.1.1.1. Cuando la amenaza al derecho invocado no es cierta ni eminente_______37
4.1.1.2. Cuando los hechos y el petitorio no se refiere directamente al contenido
constitucionalmente protegido del derecho invocado.________________________38
4.1.1.3. Cuando el agraviado haya recurrido a otro proceso judicial para solicitar la
tutela de sus derechos fundamentales.____________________________________38
4.1.1.4. Cuando haya litispendencia_____________________________________39
4.1.1.5. Cuando se cuestione una resolución firme recaída en otro proceso
constitucional en el que se haya respetado el derecho al debido proceso._________40
4.1.1.6. Cuando a la presentación de la demanda ha cesado la amenaza o la
violación de un derecho constitucional o se ha convertido en irreparable.________41
4.1.2. Causales de improcedencia específico______________________________43
4.1.2.1. Cuando la resolución judicial cuestionada carece de firmeza___________43
4.1.3. Sustracción de la materia_________________________________________43
5. Conclusiones________________________________________________________45
6. Recomendaciones____________________________________________________46
7. Bibliografía_________________________________________________________47
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Introducción

En esta sociedad globalizada, de cambios jurídicos, se es inalcanzable el estudio del


Derecho Procesal Penal sin primeramente analizar el ámbito constitucional, por ser de objeto
esencial para el estudio del Derecho Procesal, como los conceptos básicos del habeas corpus,
la tipología y tipos de habeas corpus frente a la vulneración de derechos protegidos e la
persona, así mismo la del improcedencia del habeas corpus, actos preliminares y rechazo
liminar de habeas corpus.
Se debe tener en cuenta que la relación del derecho procesal penal frente a las garantía
constitucional del habeas corpus ha demostrado de suma importancia para la libertad del
individuo vulnerado en sus derechos, cabe decir que esta garantía ha sido muy aplicada para
desconcierto de los órganos jurisdiccionales, para su aplicación e interpretación, la libertad
tiene distintas manifestaciones: libertad de expresión de información, de opinión, de
conciencia y de religión, de residencia y de transito consagradas en nuestra constitución.
El hábeas corpus se impone en la historia del constitucionalismo moderno como una
garantía de protección específico del derecho a la libertad del individuo, que consideramos
encuentra sustento político, jurídico y social, por la importancia del derecho que protege.
Derecho básico que por su naturaleza requiere de una tutela muy urgente.
En el Perú, en cambio, el hábeas corpus se reconoce para la protección de la “libertad
Individual y derechos conexos” (artículo 200.1 de la Constitución). A su vez, su desarrollo
legal a través del Código Procesal Constitucional prevé un amplio catálogo de derechos que
van más allá del derecho a la libertad personal (integridad personal, no ser obligado a
reconocer culpabilidad contra sí mismo, a la libertad de tránsito, a la inviolabilidad del
domicilio, a no ser objeto de una desaparición forzada, al debido proceso, entre otros).
Además, en el ordenamiento jurídico peruano, el hábeas corpus contra resolución
judicial no solo está permitido, sino que es el supuesto más común. Otras diferencias
relevantes consisten en que mientras que en España el hábeas corpus se configura como un
procedimiento de tutela urgente del derecho a la libertad personal y derechos legales del
detenido, que se tramita en la jurisdicción ordinaria y se resuelve en una sola instancia; en
cambio, en el Perú es un proceso también de tutela urgente, que protege diversos derechos
fundamentales, y se tramita en la jurisdicción constitucional y en tres instancias,
constituyendo el Tribunal Constitucional la tercera instancia. En cuanto a los sujetos
legitimados para demandar, en España rige un numerus clausus, mientras que en el Perú rige
el actio populis.
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1. CAPÍTULO I

1.1. El Habeas Corpus

El habeas corpus puede ser entendido como derecho fundamental y como proceso. En
la primera aceptación se hace referencia al derecho que tienen las personas de recurrir a un
juez o tribunal competente para que si demora se pronuncie sobre la legalidad de su detención
y ordene su libertad si esta fuera considerada efectivamente ilegal. Esta noción guarda
reminiscencias con el origen histórico del habeas corpus.
[CITATION Gua16 \l 10250 ] Hace un enfoque indicando “que surgió como remedio
contra aprehensiones ilegales representando la defensa de aquello que los antiguos romanos
denominaban iusmovendi et ambulandi o los anglosajones consignaban como power of
locomotion”.
En su segunda aceptación, el habeas corpus desde su concepción inicial ha sido
considerado un instrumento de protección de uno de los atributos más valiosos de la persona
como es la libertad frente a cualquier acto de privación arbitraria de la misma
[ CITATION Ram10 \l 10250 ]. Este segundo plano conceptual del habeas corpus
indica la conformación de un verdadero proceso y más específicamente de un proceso
constitucional, de tipo urgente, mínimamente contradictorio, impugnativo y especial,
perteneciente a la jurisdicción constitucional de la libertad que engloba aquellos medios
destinados a afianzar los derechos humanos fundamentales, emergentes del texto
constitucional expresa o tácitamente.
El habeas corpus se sitúa entonces en el carril técnico jurídico de lo que se conoce
como proceso constitucional en la medida que se condice con el rasgo esencial de este
proceso, vale decir su carácter instrumental y la defensa de los derechos fundamentales.

1.2. Ámbito de Protección


Si bien la concepción clásica del habeas corpus impregna ineluctablemente su
dimensión tutelar “En el sentido de que la libertad personal es el clásico derecho protegido
por el habeas corpus.”, lo cierto es que la constitución de 1993 y la legislación ordinaria ha
receptado una concepción amplia de la libertad individual como se puede apreciar del artículo
constitucional 200.1.
“Acciones de Garantía Constitucional, Artículo 200.- Son garantías constitucionales: 1.
La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual
o los derechos constitucionales conexos.”

y del artículo 25, del código procesal Constitucional.


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“Artículo 25.- Derechos protegidos Procede el hábeas corpus ante la acción u omisión
que amenace o vulnere los siguientes derechos que, enunciativamente, conforman la
libertad individual: 1) La integridad personal, y el derecho a no ser sometido a tortura o
tratos inhumanos o humillantes, ni violentado para obtener declaraciones. 2) El derecho a
no ser obligado a prestar juramento ni compelido a declarar o reconocer culpabilidad
contra sí mismo, contra su cónyuge, o sus parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad. 3) El derecho a no ser exiliado o desterrado o
confinado sino por sentencia firme. 4) El derecho a no ser expatriado ni separado del
lugar de residencia sino por mandato judicial o por aplicación de la Ley de Extranjería.
5) El derecho del extranjero, a quien se ha concedido asilo político, de no ser expulsado
al país cuyo gobierno lo persigue, o en ningún caso si peligrase su libertad o seguridad
por el hecho de ser expulsado (…).”

1.3. Finalidad

Una de las finalidad del habeas corpus es primigeniamente la libertad de la persona,


sin que este sea privado de ese derecho nato así mismo [CITATION Ars16 \l 10250 ] afirma
“Si bien inicialmente el habeas corpus era concebido como el mecanismo de tutela idóneo
para resguardar la libertad individual, nos referimos a su origen histórico, como remedio
contra una detención, hoy cabe afirmar que dicho proceso constitucional puede ser
promovido con la finalidad de tutelar otros derechos fundamentales, tales como el derecho a
la libertad de tránsito, a la integridad personal y otros derechos conexos”.
En ese entender la primigenia de Habeas Corpus es el restablecimiento de la libertad
personal vulnerada; es decir, volver al estado anterior a la privación de libertad de la persona.
Según Ivan Noguera Ramos “señala que el Hábeas Corpus persigue dos finalidades:
una Inmediata, es decir reponer el derecho violado o vulnerado y, la segunda: Mediata que
es sancionar penalmente a los responsables”.
En nuestra opinión, la finalidad del Hábeas Corpus es detener la vulneración de un
derecho protegido por la constitución o impedir que la amenaza de violación del mismo se
cometa (libertad personal y conexos). El Hábeas Corpus no consiste en determinar la
responsabilidad penal de la persona a favor de quien se interpone, como dijimos, por medio
de este proceso sólo se verifica si existe amenaza o afectación de la libertad individual y, en
caso que esta se verifique, ordenar se repongan las cosas al estado anterior de la violación o
amenaza de violación.

1.4. Características

No cabe duda que la garantía constitucional como es el Habeas Corpus, ha


demostrado ser la más importante de las garantías, no por la antigüedad sino por el mismo
hecho de la vulneración de ciertos derechos y entre ellas la libertad como derecho
fundamental de la persona, y entre ellas la vulneración de derechos conexos.
El Autor [ CITATION Ars16 \l 10250 ], ha referido que El tribunal constitucional ha
precisado que el proceso de habeas corpus responde a dos características esenciales: brevedad
y eficacia en ese sentido lo que se pretende con este remedio procesal es que se restituya el
derecho a cese la amenaza o violación en el menor tiempo posible debido a la naturaleza
fundamental del derecho a la libertad individual. Por ello el proceso de habeas corpus no
puede se considerado ni mucho menos utilizado como un recurso más para modificar la
decisión emitida por un órgano jurisdiccional que puso fin al proceso y que fue expedida a la
luz del debido proceso Exp. N° 6253-2006-PHC/TC (fj. 11),
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[CITATION Cas \l 10250 ], “El proceso es un medio que no puede exigir un


dispendio superior al valor de los bienes que están en debate, que son el fin. Una necesaria
proporción entre el fin y los medios debe presidir la económica del proceso. Este principio
está referido especialmente a tres áreas distintas: ahorro de tiempo, gasto y esfuerzo”.
1.5. Legitimación

En el derecho procesal se distingue la capacidad de la legitimación, así mientras


aquella es la cualidad de una persona que presupone la atribución de derechos, cargas u
obligaciones que se deriven de la realización jurídica que es el proceso (capacidad para ser
parte) y/o la posibilidad de ejercer válidamente tales atribuciones al interior del proceso
(capacidad procesal)[ CITATION Mon \l 10250 ],
Por eso la legitimación, por su parte, “solventa la cuestión de quien puede solicitar en
juicio la tutela jurisdiccional un derecho subjetivo en el caso concreto y recontra quien puede
pedirse”.
En ese entender el artículo 26 del Código Procesal Constitucional, prevé la
legitimación de cualquier particular para que promueva la interposición de un habeas corpus
a favor de quien esté siendo agraviado o estén vulnerando su libertad individual o derechos
conexos; en tal sentido, no es indispensable la legitimación para obrar ordinaria para incoar
este proceso constitucional, porque ello conllevaría a enervar la pretensión de obtener tutela
jurisdiccional inmediata para este atributo fundamental. lo regulado explica la naturaleza de
la acción, pues existen caos de privación de libertad en donde la persona perjudicada se
encuentra imposibilitada de poder ejercer su derecho.
1.6. Modalidades de Habeas Corpus
1.6.1. Reparador

Es la modalidad clásica y primigenia, de todas las demás existentes.


[ CITATION Ram10 \l 10250 ], “sostiene que este hábeas corpus procede frente a
la privación arbitraria de la libertad física, bien se trate de actuación policial o
judicial indebida o de un particular que dispone el internamiento de un tercero en un
centro psiquiátrico”.
A nuestro entender procede también contra la negligencia penitenciaria que
mantiene en prisión a sentenciado, que ya cumplieron su condena, así como frente a
sanciones disciplinarias privativas de la libertad..
El Supremo Intérprete de la Constitución viene sosteniendo que esta
modalidad se utiliza cuando se produce la privación arbitraria o ilegal de la libertad
física como consecuencia de una orden policial; de un mandato judicial en sentido
lato (juez penal, civil, militar); de una decisión de un particular sobre el
internamiento de un tercero en un centro psiquiátrico sin el previo proceso formal de
interdicción civil; de una negligencia penitenciaria cuando un condenado continúe en
reclusión pese a haberse cumplido la pena; por sanciones disciplinarias privativas de
la libertad, etc. (véase la STC Exp. Nº 02663-2003-HC/TC).
El hábeas corpus reparador tiene como finalidad restablecer la libertad de una
persona arbitrariamente detenida. Y procede contra la autoridad policial o judicial
que efectuó el acto o resolución judicial arbitraria. Esta modalidad es llamada hábeas
corpus vertical porque la autoridad está por encima del particular a quien se ha
vulnerado su derecho fundamental [CITATION Cal14 \l 10250 ].
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1.6.2. Restringido

Esta modalidad del hábeas corpus, se viene empleando cuando la libertad


física o de locomoción es objeto de molestias, obstáculos, perturbaciones o
incomodidades que, en los hechos, configuran una seria restricción para su cabal
ejercicio. Pese a no privarse de la libertad al sujeto, se le limita en menor grado, en tal
sentido procedería ante: a) prohibición de acceso o circulación en determinados
lugares; b) seguimientos perturbatorios carentes de fundamento legal y/o proveniente
de órdenes dictadas por autoridades incompetentes; c) reiteradas e injustificadas
citaciones policiales d) continuas retenciones por control migratorio o la vigilancia
domiciliaria arbitraria o injustificada, etc.
Ahora bien, es preciso considerar que las perturbaciones a que se hace
referencia en esta disposición, no solo deben entenderse atribuidas a los agentes
públicos (efectivos policiales); sino también a las personas que puedan producir
dichos hechos sin ser funcionarios al servicio del Estado. Es por ello que el hábeas
corpus restringido también procede frente a los actos lesivos cometidos por particular
[ CITATION CAS06 \l 10250 ].
Entre los actos perturbatorios el caso “Crisólogo Motta Arenas”, tenemos: el
registro diario, pormenorizado y detallado de las actividades de una persona y su
familia, las horas de salida y regreso a su domicilio, las personas que lo acompañan,
los vehículos que usa, las visitas que recibe en su domicilio, las personas que ingresan
a su hogar (cotejar STC Exp. Nº 06936-2005-PHC/TC).
Siguiendo la misma línea, el Máximo Intérprete de la Constitución viene
sosteniendo en reiteradas sentencias que la instalación de rejas como medidas de
seguridad vecinal no es inconstitucional, dado que se parte de la necesidad de
compatibilizar o encontrar un marco de coexistencia entre la libertad de tránsito como
derecho y la seguridad ciudadana como bien jurídico.
1.6.3. Preventivo

El hábeas corpus preventivo es aquel que viene siendo utilizado en los casos
en que, no habiéndose concretado la privación de la libertad, existe una amenaza
cierta e inminente de que ello ocurra, con vulneración de la Constitución o la ley de la
materia.
Concretizando el tema, en el caso Patricia Garrido Arcentales vs. Cap. PNP
Henry Huertas, el hábeas corpus preventivo tiene como requisito sine qua non, que los
actos destinados a la privación de la libertad se encuentran en proceso de ejecución;
por ende, la amenaza no debe ser conjetural ni presunta, debe ser cierta y de inminente
realización; se requiere que la amenaza sea conocida como verdadera, segura e
indubitable, que se manifieste con actos o palabras que no dejen duda alguna de su
ejecución y propósito; e inminente y posible, esto es, que no deje duda sobre su
ejecución en un plazo inmediato y previsible (véase la STC Exp. Nº 00399-96-
HC/TC).
Debemos decir que el Supremo Intérprete ha equiparado lo cierto con lo
eminente. La Real Academia Española define como “cierto” el resultado del
conocimiento de algo como verdadero, seguro e indubitable y lo inminente” como una
situación antecedente que denota el advenimiento de un hecho que está por suceder
prontamente. Jurisprudencialmente, en el caso Eleobina Mabel Aponte Chuquihuanca
donde se desarrolló la tipología del hábeas corpus de manera incompleta, esta
ciudadana no fue privada de su libertad, pero existió una amenaza, que provino de una
orden de detención dictada por el órgano jurisdiccional emplazado. “El mandato de
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detención se basó en el incumplimiento de la recurrente de apersonarse al local del


juzgado con el ropero de madera cuya custodia le había sido encomendada. Sin
embargo, la resolución cuestionada no hace referencia al escrito presentado con fecha
22 de julio de 2003, en el que indica su falta de recursos económicos para efectuar el
traslado del mueble, solicitando, a su vez, que dicha diligencia se realice en su
domicilio. Por tanto, no hay renuencia a acatar los mandatos judiciales por parte de la
recurrente que justifique la medida de detención cuestionada” (revisar la STC Exp. Nº
02663-2003-HC/TC).
1.6.4. Traslativo

El hábeas corpus traslativo viene siendo empleado para denunciar mora en el


proceso judicial u otras graves violaciones al debido proceso o a la tutela judicial
efectiva; es decir, cuando se mantenga indebidamente la privación de la libertad de
una persona o se demore la determinación jurisdiccional que resuelva la situación
personal de un detenido.
[ CITATION Gua16 \l 10250 ] Indica que también opera en que las
autoridades judiciales o penitenciarias indebidamente estuvieran prolongando la
privación de libertad de procesados y reos, caso típico es el condenado continua su
condena, por lo tanto se tutela el derecho a la excarcelación de un procesado o
condenado cuya libertad haya sido declarada por el juez.
César Landa sostiene que este hábeas corpus “busca proteger la libertad o la
condición jurídica del estatus de la libertad de los procesados, afectados por las
burocracias judiciales (…)”.
Este hábeas corpus permite denunciar mora en el proceso judicial o demora
en la determinación jurisdiccional de la situación personal de un detenido; sin
embargo, con ello se pretende la excarcelación del detenido.
En efecto, debemos precisar que el plazo razonable de privación de la libertad
se evalúa con base en criterios expuestos por el Tribunal Constitucional y dicho plazo
toma en cuenta todo el proceso, a saber: a) complejidad del proceso; b) conducta
obstruccionista de parte del procesado, actuando de mala fe; c) comportamiento de la
autoridad, del juez y del fiscal, negligencia o dilatación del proceso por parte de estos
y; d) grado de afectación, solo este cuarto elemento es enfocado en el plazo para ser
juzgado, como sucedió en el caso de Salazar Monroy.
Este hábeas corpus se extiende hasta los beneficios penitenciarios dado que
no son derechos fundamentales, sino garantías previstas por el derecho de ejecución
penal (véase la STC Exp. Nº 02700-2006-PHC/TC).
Así, su denegación, revocación o restitución de acceso obedece a motivos
objetivos y razonables, de conformidad con el tempus regit actum, que toma en
cuenta el momento de la presentación del pedido de los beneficios penitenciaros. El
juez constitucional tiene que motivar aquello, sin limitarse solo a los requisitos
formales, debiendo evaluar a cada interno en concreto, siendo el juzgador quien tiene
la última palabra (véase la STC Exp. Nº 01811-2011-PHC/TC).

1.6.5. Instructivo

El hábeas corpus instructivo viene siendo utilizado cuando no sea posible


ubicar el paradero de una persona detenida-desaparecida. La finalidad de su
interposición es no solo garantizar la libertad y la integridad personal, sino,
adicionalmente, asegurar el derecho a la vida, y desterrar las prácticas de ocultamiento
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o indeterminación de los lugares de desaparición, como se plasmó en el caso de


Genaro Villegas Namuche (revisar la STC Exp. Nº 02663-2003-HC/TC). Así, la Corte
Suprema Penal h a considerado la desaparición de una persona como delito de lesa
humanidad (A.P. Nº 09-2009).
La Corte Interamericana ha sostenido que: “Habiendo quedado demostrado
(…) que la detención del señor Castillo Páez fue realizada por miembros de la Policía
Nacional del Perú y que, por tanto, se encontraba bajo la custodia de este, la cual lo
ocultó para que no fuera localizado, la Corte concluye que la ineficacia del recurso de
hábeas corpus es imputable al Estado, configurando con ello una violación del artículo
25 de la Convención en relación al artículo 1.1” (CIDH, caso Ernesto Castillo Páez vs.
Perú, párrafo 84 de la sentencia de fecha 3 de noviembre de 1997).
El hábeas corpus instructivo se sustenta en el derecho a la verdad, siendo un
derecho implícito en nuestra Carta Fundamental. La desaparición es un delito
permanente, que tiene relevancia para la aplicación de la ley penal. Por lo tanto, este
hábeas corpus surge del compromiso del Estado de prevenir, investigar, sancionar,
reparar y adecuarlo al Derecho interno [ CITATION Ars16 \l 10250 ].
1.6.6. Correctivo

El hábeas corpus correctivo viene siendo usado cuando se producen actos de


agravamiento ilegal o arbitrario respecto a las formas o condiciones en que se
cumplen las penas privativas de la libertad. Ello resguarda a la persona de
tratamientos carentes de razonabilidad y proporcionalidad, cuando se ha determinado
que cumpla un mandato de detención o la pena.
La modalidad de este hábeas corpus procede ante la amenaza o acto lesivo del
derecho a la vida, la integridad física y psicológica, o del derecho a la salud de los
reclusos o personas que se encuentran bajo una especial relación de sujeción
internados en establecimientos de tratamiento públicos o privados, como se
determinó en el caso Víctor Polay Campos (véase la STC Exp. Nº 00774-2005-
HC/TC). También puede aplicarse en personas internadas en centros de
rehabilitación y de menores, así como en internados estudiantiles, etc.
Procede también en los casos de arbitraria restricción del derecho de visita
familiar a los reclusos de ilegitimidad de traslado de un recluso de un establecimiento
penitenciario a otro; y por la determinación penitenciaria de cohabitación en un
mismo ambiente de reos en cárcel procesados y condenados.
En cuanto a la integridad física, la persona tiene derecho a conservar la
estructura orgánica, a preservar la forma, disposición y funcionamiento de los
órganos del cuerpo humano y, en general, la salud del cuerpo. Está prohibido que se
le generen incapacidades, deformaciones, mutilaciones y enfermedades contagiosas.
En cuanto a la integridad psíquica, se preservarán las actividades motrices,
emocionales e intelectuales. Se afecta la integridad psíquica de la persona mediante
procedimientos médicos de exploración del subconsciente, lavado de cerebro,
hipnosis no consentidas, etc.
En la integridad moral, debe darse el respeto al desarrollo de la vida personal
de conformidad con la libertad de conciencia. Se tiene el derecho a desarrollar la
personalidad y el proyecto de vida en comunidad conforme a las convicciones
personales tales como la religión, política, cultura, etc. En esta modalidad de hábeas
corpus se discute el maltrato a la integridad física, psíquica, moral, dado que la
persona ya está detenida.
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En el caso Abimael Guzmán Reynoso se estableció que este proceso de


hábeas corpus opera en todo ámbito, ya sea cuando la reclusión se cumpla en un
establecimiento penitenciario común o en un penal militar, o el internamiento se
efectúe en un establecimiento público y/o privado (véase la STC Exp. Nº 00590-
2001-HC/TC).
Igualmente, es idóneo en casos que, por acción u omisión, importen violación
o amenaza del derecho al trato digno o se produzcan tratos inhumanos o degradantes.
Por ejemplo, en el caso Juan Islas Trinidad y otros, se sostiene en resumen: a) la
tortura es una forma agravada y deliberada de penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes; b) el trato degradante o humillante es capaz de crear sentimientos de
temor, de angustia y de inferioridad capaz de humillar, envilecer y de quebrantar la
resistencia física y moral; c) el trato inhumano consiste en ocasionar sufrimientos de
especial gravedad pero sin llegar a la tortura (confrontar la STC Exp. Nº 01429-2002-
PHC/TC).
En el caso Natalia Foronda Crespo y otras, Carlos Mesía(3) sostiene que se
deben tener en cuenta las exigencias prácticas de este hábeas corpus: a) aunque la
privación de la libertad como consecuencia de una sentencia condenatoria no
constituye una detención indebida, es indispensable en los supuestos de hábeas
corpus correctivo que el juez efectúe una investigación in situ; b) la presencia del
juez en el lugar de reclusión no debe entenderse como meramente formal. Su
obligación es verificar directamente la realidad de la denuncia, y de ser el caso,
disponer de personal especializado que pueda colaborar en la determinación exacta
de los hechos denunciados; c) los interrogatorios no deben versar sobre temas
colaterales o irrelevantes; d) el punto central de esta modalidad, es el de examinar si
las condiciones de reclusión, detención o internamiento resultan lesivas de los
derechos fundamentales o contrarias a los principios constitucionales; e) el análisis
debe centrarse en los derechos a la vida, a la integridad, a la salud, a no ser objeto de
penas o tratos inhumanos o degradantes, a la dignidad e, incluso, a la contravención
de principios constitucionales que incidan negativamente en la situación de las
personas (cotejar la SCT Exp. Nº 02333-2004-HC/TC).
[ CITATION Mar15 \l 10250 ] Precisa también que Finalmente, el habeas
corpus correctivo, también incluye la retención en el ámbito doméstico. Vale decir,
seria extensible al caso de retención por violencia doméstica o familiar hacia las
mujeres, menores de edad, ancianos y otros dependientes (revisar la STC Exp. Nº
04381-2010-PHC/TC).

1.6.7. Innovativo

El hábeas corpus innovativo es utilizado, pese haber cesado la amenaza o la


violación de la libertad personal. En virtud de él, se solicita la intervención
jurisdiccional con el objeto de que tales situaciones no se repitan en el futuro en el
particular caso del accionante (revisar la STC Exp. Nº 05470- 2005-PHC/TC).
Domingo García Belaunde, alega que este hábeas corpus “debe interponerse
contra la amenaza y la violación de este derecho, aun cuando este ya hubiera sido
consumado”. Acota Landa Arroyo que a pesar de haber cesado la violación de la
libertad individual, sería legítimo que se plantee un hábeas corpus innovativo, siempre
que el afectado no vea restringida a futuro su libertad y derechos conexos.
Esta modalidad, por ejemplo, procede cuando una persona está siendo
realmente buscada por la justicia, quien tiene igual nombre y apellidos que otra
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persona. Por consiguiente, ha procedido en casos de homonimia, en caso de nombres


y apellidos exactamente iguales (revisar la STC Nº Exp. 04542-2005-PHC/TC).
1.6.8. Excepcional

[ CITATION Mar15 \l 10250 ], El hábeas corpus excepcional es otra


modalidad, la que se presenta cuando estamos ante un estado de excepción –llámese
emergencia– de un plazo de 60 días, donde se suspenden el derecho a la inviolabilidad
de domicilio, libertad de tránsito, derecho de reunión y libertad y seguridad
personales.
La suspensión de aquellos derechos no puede ser abandonada al mero arbitrio
de la autoridad, sino que debe ajustarse a lo que se entienda como estrictamente
necesario y justificado en orden a la observancia de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad. Así, los procesos de hábeas corpus y amparo no se suspenden
durante el régimen de excepción.
[ CITATION Ars16 \l 10250 ] sostiene que “si no existe relación de causalidad
entre el acto restrictivo y los motivos que justificaron la suspensión de los derechos en
un estado de excepción (emergencia o de sitio), o si de la demanda se refiere a
derechos constitucionales que no han sido suspendidos, entonces el hábeas corpus
resulta plenamente viable”.
Así, en ningún supuesto existe la posibilidad de que un Estado limite o elimine
la posibilidad de que sus ciudadanos puedan acceder a un recurso efectivo para la
protección de sus derechos fundamentales. Procede esta modalidad en los estados de
excepción, así lo expresó la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la
Opinión Consultiva Nº 8-87.
1.6.9. Conexo

[ CITATION Mar15 \l 10250 ]El hábeas corpus conexo viene siendo utilizado
cuando se presentan situaciones no previstas en los tipos anteriores, tales como la
restricción del derecho a ser asistido por un abogado defensor libremente elegido
desde que una persona es citada o detenida; o de ser obligado a prestar juramento; o
compelido a declarar o reconocer culpabilidad contra uno mismo, o contra él o la
cónyuge, etc.
Si bien no hace referencia a la privación o restricción en sí de la libertad física
o de la locomoción, guarda, empero, en grado razonable de vínculo y enlace con ellas.
Adicionalmente, permite que los derechos innominados (del art. 3 de la Constitución)
entroncados con la libertad física o de locomoción, puedan ser resguardados.
Este hábeas corpus procede en defensa de los derechos fundamentales de
contenido constitucional ligados a la libertad individual, para que la autoridad
jurisdiccional y administrativa respete el derecho al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva que son garantías constitucionales, en el campo del Derecho
Procesal Penal. En el caso Margi Eveling Clavo Peralta, se mencionaron: a) la
garantía de no incriminación, el derecho al silencio, el derecho de defensa, que
implica la no declaración; b) el imputado tiene el derecho de declarar cuantas veces
quiera, pues es él quien controla la oportunidad y contenido de las informaciones que
desea incorporar al proceso; c) toda persona en un proceso penal tiene derecho a un
juez imparcial, que es una garantía limpia e igualitaria contienda procesal; d) el
derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; e) el derecho de utilizar los medios de
prueba pertinentes; f) la garantía del ne bis in idem procesal; g) el derecho a la
presunción de inocencia; h) el derecho de defensa (el derecho en referencia tiene una
13

doble dimensión. En su vertiente material, se expresa en la posibilidad de que el


imputado pueda ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma
conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado delito. En su vertiente
formal, supone la asesoría técnica, la asistencia letrada, el patrocinio de abogado
defensor durante todo el tiempo que dure el proceso) (cotejar la STC Exp. Nº 02028-
2004-PHC/TC).
Por otro lado, el derecho a la verdad, es un derecho innominado que se protege
a través del hábeas corpus conexo, aun cuando fuere descubierto” por la vía del
hábeas corpus instructivo. En el caso Genaro Villegas Namuche se precisó que el
derecho a la verdad consiste en el derecho de conocer las circunstancias de tiempo,
modo y lugar, en que se han cometido violaciones de derechos humanos, así como los
motivos que impulsaron a sus autores. Se trata de un bien jurídico colectivo
inalienable pero a su vez con una dimensión individual que tiene por titulares a las
víctimas, sus familias y a sus allegados (confrontar la STC Exp. Nº 02488-2002-
HC/TC).
Finalmente, su ejercicio se concreta a través de la obligación específica por
parte del Estado peruano de investigar, informar, colaborar y facilitar el acceso de los
familiares a la documentación que se encuentra bajo control oficial.
1.6.10. Residual

Por su parte el hábeas corpus residual procede contra resoluciones judiciales


que afecten un derecho fundamental tales como el debido proceso y la tutela procesal
efectiva. Como afectación al debido proceso material tenemos la razonabilidad y
proporcionalidad, y en cuanto al debido proceso formal tenemos el juez natural, plazo
razonable, derecho de defensa, motivación de resoluciones, pluralidad de instancias,
derecho de prueba, cautela procesal y cosa juzgada. Se afectará a la tutela procesal
efectiva cuando se afecte la tutela judicial efectiva, vale decir, el acceso a la justicia y
a la ejecución de resoluciones judiciales, dado que contiene al debido proceso material
y formal [ CITATION Mar15 \l 10250 ].
En esta modalidad cabe destacar el hábeas corpus contra hábeas corpus, dado
que no existe en la jurisprudencia antecedente de este proceso, siendo muy ajeno al
amparo contra el amparo. El CPCt. en ningún momento ha establecido que no pueda
prosperar un hábeas corpus por omisión judicial, sino que se refiere exclusivamente al
caso de hábeas corpus contra resoluciones judiciales firmes recaídas en otro proceso
constitucional [ CITATION Ars16 \l 10250 ].
El hábeas corpus contra hábeas corpus se promovió en el caso de Raúl Arturo
Laynes Romero, a consecuencia de que el recurso de apelación interpuesto por el
demandante en otro proceso de hábeas corpus no había sido atendido oportunamente.
En tal sentido, no se trataba de una resolución judicial firme lesiva de derechos, sino
más bien, de una omisión judicial. Por ende, no era de aplicación el artículo 4 –la
procedencia del hábeas corpus ante una resolución judicial firme que vulnera un
derecho–, pues era un supuesto totalmente distinto, la inexistencia de una resolución,
supuesto no contemplado por el CPCt. Para que se ampare este proceso, el Supremo
Intérprete indicó: “La libertad personal es, a su vez, un derecho fundamental a la par
un valor superior del ordenamiento jurídico. Como tal, si bien puede ser restringido de
conformidad con las previsiones constitucionales y legales, no puede serlo hasta un
extremo que resulte vaciado de contenido esencial. De ahí que si, a consecuencia de
decisiones de la autoridad judicial, se ve limitado en su ejercicio, tal restricción solo
puede ser válida en tanto contribuya a los objetivos de cada proceso, lo que, sin
14

embargo, requiere compatibilizar las restricciones producidas como referentes como


la razonabilidad, proporcionalidad, necesidad y provisionalidad de cada medida
restrictiva. Esta lógica es válida tanto para los procesos penales en que se ve
involucrada la libertad individual de manera inmediata o directa, como en procesos de
otro tipo (civiles, constitucionales, etc.), donde tal derecho puede verse afectado de
manera inmediata o indirecta (véase la STC Exp. Nº 03491-2005-HC/TC).
Si bien se trata de un proceso atípico en sus alcances, sus características,
empero son bastantes particulares. Por tratarse de un emplazamiento contra jueces
constitucionales (defensores prima facie de los derechos), no pueden considerarse con
un carácter abierto, pues de ser así, se desnaturalizaría el régimen de presunción
favorable del que goza todo proceso constitucional por el solo hecho de su existencia.
Aun cuando es viable el proceso de hábeas corpus contra un proceso de la misma
naturaleza, tal situación no puede ser una regla general, sino una medida excepcional,
cuya procedencia ha de requerir una sensata ponderación según la naturaleza de cada
supuesto.
El hábeas corpus contra resoluciones judiciales solo se habilita de manera
excepcional cuando la resolución judicial que se cuestiona incide de manera directa y
negativa en el derecho a la libertad personal.
1.7. Procedimiento de Habeas Corpus en el Código Procesal Constitucional

La demanda constitucional de habeas corpus puede presentar por cualquier persona,


aun cuando la afectación constitucional no le haya causado perjuicio alguno en sus intereses
subjetivo material.
Así mismo, dicha demanda se presenta sin ningún requisito de validez alguno, salvo
los previstos en el artículo 27 del código procesal constitucional que prescribe que la
demanda de habeas corpus puede ser presentada por escrito o verbalmente, en forma directa o
por correo, a través de medios electrónicos de comunicación otro idóneo, tratándose de
demanda verbal, se levanta un acta ante el juez o especialista de causa, sin otra exigencia que
la de suministrar una sucinta relación de los hechos.
[ CITATION Gua16 \l 10250 ] Con relación al juez ante quien se presenta la demanda
constitucional de habeas corpus, nuestro ordenamiento jurídico ha optado la posibilidad de
que cualquier órgano jurisdiccional de primera instancia pueda asumir competencia en todo el
territorio nacional, aun cuando la afectación constitucional se haya producido fuera de su
jurisdicción, este ejerza ordinariamente sus atribuciones. En ese sentido el artículo 28 del
código procesal constitucional es claro al referir que la demanda de habeas corpus se
interpondrá ante cualquier juez penal, sin observar turno.
Así una demanda constitucional de habeas corpus no puede ser desestimada por
razones de competencia territorial según la legislación ordinaria, por ejemplo cuando aquella
demanda es presentada ante el juez penal del distrito judicial de Lima por una detención
arbitraria producida en el distrito judicial de Tacna.
Ahora bien, el trámite del habeas corpus es de carácter sumarísimo, en especial para
los casos de detenciones arbitrarias. En este supuesto, el juez puede constituirse en el lugar de
la detención y de comprobarse la detención arbitraria, ordenara su libertad. Este es el caso del
habeas corpus reparador, en el cual no será necesario que se notifique al responsable de la
agresión para que se cumpla la resolución judicial que ordenara su libertad del detenido
injustamente. Y es que conforme se desprende de la naturaleza misma del proceso
constitucional en mención, lo tutelado en esta vía procedimental es la incolumidad del
derecho a la libertad personal que manifiestamente ha sido trasgredida. En consecuencia, con
estas acciones constituciones no se persigue a los eventuales responsables, lo que no implica,
15

evidentemente, que de identificarse a alguno, el juez constitucional deba remitir copias


certificadas ante los órganos correspondientes.
El artículo 33 del Código procesal Constitucional establece normas especiales de
procedimiento. En primer lugar, se menciona que no cabe recusación, salvo por el afectado o
quien actué en su nombre. En segundo lugar, no caben excusas de los jueces ni de los
especialistas de causa. Tercer lugar, esta sumariedad implica, por disposición de la ley, la
habilitación permanente de días y de horas para la realización de las actuaciones procesales.
Encuarto lugar no interviene el Ministerio Publico. En quinto lugar se pueden presentar
documentos cuyo mérito apreciara el juez en cualquier estado del proceso. En sexto lugar, el
juez o la sala designara un defensor de oficio al demandante, si lo pidiera y por ultimo las
actuaciones procesales son improrrogables, lo que busca dar celeridad al trámite a fin de
restablecer el derecho afectado.
Como consecuencia de esta sumariedad, lo jueces están obligados a tramitar con
preferencia los procesos constitucionales, especialmente el habeas corpus, solo cabe
interponer recusación por el afectado o quien actué en su nombre, no siendo admisible la
excusa del juez o especialista de causa.[ CITATION Mar15 \l 10250 ].
16

2. CAPÍTULO II

2.1. EL habeas Corpus contra resoluciones judiciales y disposiciones fiscales


Antes este tipo de análisis la observación previa, la elaboración de este capítulo solo
tienen sentido si el hábeas corpus se relaciona o vincula con procesos penales en los que está
en juego la libertad individual del imputado, denunciado o del condenado.
En ese sentido, se tiene cuenta que la línea de investigación siempre ha girado en
torno al Derecho Penal material y, circunstancialmente, al Derecho Procesal Penal. Al
respecto, si bien las garantías constitucionales, dentro de las cuales se encuentra el hábeas
corpus, tienen una evidente connotación dentro del ámbito del moderno Derecho Procesal
Constitucional, ello no significa que su estudio y análisis solo deba ser hecho por un
constitucionalista o procesalista. Es más, en los últimos años, el Tribunal Constitucional ha
conocido, conoce, y quizá seguirá conociendo, procesos de hábeas corpus contra resoluciones
judiciales y disposiciones fiscales emitidas en un proceso penal, tal como daremos cuenta en
las siguientes líneas. Siendo así, queda claro por qué un penalista desde luego, con las
limitaciones del caso, también está facultado para estudiar y analizar el hábeas corpus por ser
de gran interés [ CITATION Jam12 \l 10250 ].
1.1.1. EL Habeas corpus penal contra actos funcionales del poder judicial y del
Ministerio Publico.
1.1.1.1. El tribunal constitucional peruano y la tipología del Habeas Corpus
Sin lugar a dudas, el Tribunal Constitucional se ha convertido en una
institución clave para la vida en democracia, pues habitualmente se somete a su
competencia casos importantes para la vida en comunidad.

“La jurisprudencia del Tribunal Constitucional es vinculante para todas las


instancias judiciales y fiscales. Resulta importante destacar que el Tribunal
Constitucional peruano ha establecido que la jurisprudencia, en tanto doctrina sobre
las interpretaciones de los derechos fundamentales, previstos en la Constitución o en
la ley, vincula a todos los jueces en los fundamentos relevantes que han incidido en la
solución de un conflicto de derechos y que la identificación del ámbito de vinculación
es competencia del juez que va a aplicar la jurisprudencia vinculante en los términos
que lo hace el artículo VI del Código Procesal Constitucional. Así deberá observarse
la STC Exp. Nº 6167-2005-PHC/TC, de fecha 28 de febrero de 2006, hábeas corpus
interpuesto por Fernando Cantuarias Salaverry contra el fiscal provincial que le
formuló denuncia por delitos de falsedad genérica y fraude procesal en agravio de la
Compañía de Explotaciones Algamarca y el Estado. En el fundamento jurídico 2 se
afirma la vinculación existente entre la fiscalía y los jueces: “Al respecto, la
jurisprudencia constitucional, en tanto doctrina sobre las interpretaciones de los
derechos fundamentales previstos en la Constitución o en la ley, vincula a todos los
jueces en los fundamentos relevantes que han incidido en la solución del conflicto de
derechos (ratio decidendi). Más, la identificación del ámbito de vinculación es
competencia del juez que va a aplicar la jurisprudencia vinculante en los términos en
que lo hace el referido artículo VI del Código Procesal Constitucional. Ello configura
una institución constitucional-procesal autónoma, con características y efectos
17

jurídicos distinguibles del precedente vinculante, con el que mantiene una diferencia
de grado”.
Asimismo, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, en su artículo 1,
define al Tribunal Constitucional como “el órgano supremo de interpretación y
control de la constitucionalidad. Es autónomo e independiente de los demás
constitucionales. Se encuentra sometido solo a la Constitución y a su Ley
Orgánica. El Tribunal Constitucional tiene como sede la ciudad de Arequipa.
Puede, por acuerdo mayoritario de sus miembros, tener sesiones descentralizadas
en cualquier otro lugar de la República”.
La superioridad del Alto Colegiado como el intérprete más calificado y
autorizado por el poder constituyente, coloca al Tribunal como guardián de los
derechos fundamentales y como órgano supremo de control de la Constitución
(artículo 201 de la Norma Fundamental). Entonces, si bien no es el único
intérprete, a él le corresponde decir la última palabra sobre lo que es o no
constitucional, y ningún poder u órgano constitucional puede contradecirlo o
desvincularse de sus decisiones, sino a costa de poner en cuestión tanto nuestro
sistema de justicia constitucional como el sistema democrático (STC Exp. N°
5961-2009-PA/TC).
Ahora bien, en atención a que los procesos constitucionale s –a diferencia
de los procesos ordinarios– son procesos de tutela de urgencia (es decir,
extraordinarios), cabe preguntarnos: ¿Hasta dónde el Tribunal, en el marco de un
proceso constitucional, puede revisar una tipificación penal y la subsunción de las
conductas en un tipo penal? Sobre el particular, el Tribunal Constitucional
también se ha pronunciado, precisando que –excepcionalmente– puede “efectuar
un control constitucional sobre una resolución judicial por afectación del
principio de legalidad penal y, en concreto, en aquellos casos en los que al aplicar
un tipo penal o imponer una sanción el juez penal se aparte del tenor literal del
precepto, o cuando la aplicación de un determinado precepto obedezca a pautas
interpretativas manifiestamente extravagantes o irrazonables, incompatibles con
el ordenamiento constitucional y su sistema material de valores”( cotejar STC
Exp. N° 2758-2004-HC/TC, f. j. 8.).
Por otro lado, el profesor [CITATION MarcadorDePosición1 \t \l
10250 ].nos dice que: “El Derecho Constitucional influye y conforma la política
criminal. La dogmática del sistema penal, por el contrario, es asunto de la
doctrina y la jurisprudencia, es decir, forma parte del ‘Derecho ordinario’ y es
monopolio de la ‘jurisdicción ordinaria’. Ya ahora deseo añadir una segunda
hipótesis que modula la anterior: un cierto ámbito de las cuestiones
fundamentales de la dogmática penal están abiertas a la influencia directa del
orden constitucional, es decir, en cierto modo se encuentran a la vez dentro de las
fronteras de la Constitución y en vinculación con la política criminal”.
1.1.2. Concepto del Habeas Corpus

Etimológicamente, hábeas significa ‘tener’, y corpus ‘cuerpo’. Uniendo ambos


términos latinos tenemos la expresión “tener el cuerpo” o “tener corporalmente a una
persona”. De estas dos ideas deriva una más explícita: “Una acción para que quien tiene
prisionera a una persona, la muestre. Quien tiene corporalmente a una persona ilegalmente, la
someta a la autoridad competente”.
“Hábeas corpus es una frase latina adoptada por el inglés y admitida en castellano, con la
que se hace referencia, según la definición de la Real Academia, al “derecho de todo
18

ciudadano, detenido preso, a comparecer inmediatamente y públicamente ante un juez o


sala penal, para que oyéndole, resuelva, si su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o
mantenerse”. Históricamente, el hábeas corpus (que significa ‘traedme el cuerpo’) hacía
mención al interdicto De homine libero exhibendo, consagrado en el Título XXIX, Libro
XLIII del Digesto Romano, en virtud del cual toda persona libre, pero que estuviere
detenida, podía recurrir ante el pretor para que este, mediante edicto, ordene al autor de la
detención que ponga al detenido ante su presencia, a fin de que se pronuncie sobre la
legalidad de la detención.

El acta de comparecencia del interdicto De homine libero exhibendo comenzaba con la


frase Habeas corpus ad subticiendum. De ahí fue tomada por el Derecho inglés, que lo
consagró el 26 de mayo de 1679 mediante el Habeas Corpus Amendment Act, bajo el
reinado de Carlos II. Así, el Habeas Corpus Amendment Act inglés fue el que hizo célebre
la institución y le otorgó su carta de naturaleza, representando la formalización de una
institución de antigua data en el Derecho consuetudinario anglosajón. Posteriormente el
hábeas corpus inglés pasó a las colonias ancladas en América del Norte como parte de las
instituciones del Common Law. Las constituciones de Massachussets y de New Hamsphire
de 1780 le otorgaron rango constitucional. Desde Estados Unidos se expandió de modo
natural a los países de América Central y a América del Sur.

El proceso de hábeas corpus está presente en casi todos los ordenamientos constitucionales
de Latinoamérica, bajo el influjo del modelo angloamericano. Si bien existe un tronco
común, cuenta con diversas variantes que se reflejan incluso en su denominación, pues
algunos ordenamientos lo conocen como recurso de exhibición personal (Honduras, El
Salvador y Guatemala), mientras que en Chile se le conoce como recurso de amparo. La
diferencia más notable se aprecia en México, en donde el hábeas corpus se encuentra
comprendido dentro del amparo. Incluso en aquellos países que distinguen al proceso de
amparo del de hábeas corpus, los derechos objeto de protección no siempre son los mismos.
En Colombia, por ejemplo, el hábeas corpus solo protege el derecho a no ser detenido en
forma arbitraria o ilegal; en cambio, la integridad personal se defiende a través de la tutela
de amparo. De otro lado, en Argentina, Costa Rica y Perú, el hábeas corpus protege tanto
la libertad física como la integridad personal”.

La idea central y básica de la acción de hábeas corpus es la defensa de la libertad


individual, más propiamente entendida como libertad física o corporal, frente a un arresto o
detención indebida que puede, entre otros, realizar la policía; y como un medio de defensa
que concede la Constitución u ordenamiento jurídico de un estado para enfrentar los excesos
represivos del poder de las autoridades, principalmente policiales,[ CITATION Ton \l
10250 ].
“el proceso constitucional de hábeas corpus tiene por cometido proteger el derecho
fundamental de la libertad individual. Tal protección se bifurca en dos direcciones: protege la
libertad personal amenazada y repone la libertad individual vulnerada en forma arbitraria por
cualquier autoridad”[CITATION VAL05 \l 10250 ].
El hábeas corpus no puede ser considerado como recurso porque no está impugnando
ninguna resolución judicial ni administrativa, es una verdadera acción porque mediante esta
se recurre a la jurisdicción solicitando protección cuando nuestros derechos se ven vulnerados
o amenazados. El hábeas corpus representa una acción porque implica un acto de recurrencia
de un detenido o sus familiares, ante el juez penal o la sala penal para pedir que se resuelva su
situación de detención ilegal y se le restituya su libertad en forma inmediata. No se trata del
simple escrito que se presenta, tampoco de una tácita o expresa impugnación del acto ilegal
de la autoridad policial, se trata de un impulso orientado fundamentalmente a hacer cesar la
violación del derecho, a conseguir la restitución de la libertad violada[CITATION Ton \l
10250 ].
19

1.1.3. Evolución Histórica del Habeas Corpus en el Perú

Las etapas evolutivas del hábeas corpus peruano, según el profesor [ CITATION
Dom73 \l 10250 ], son:
i. Primer periodo (que comprende desde 1897 a 1933): aparece para proteger
la libertad individual, y aun cuando se intentó ampliar su espectro de
protección a otras esferas, se mantuvo; sin embargo, en su concepción
primigenia. Destaca en este periodo el rango constitucional que adquiere
con su incorporación a la Ley Fundamental de 1920.
ii. Segundo periodo (que comprende desde 1933 a 1979): el hábeas corpus en
esta etapa extiende su protección no solo a la libertad individual, sino
también a los demás derechos constitucionales. Funcionó como hábeas
corpus en sentido escrito, y se tramitó en la vía penal; y de otro lado, como
amparo a partir del D.L. N° 17083, cuyo trámite se siguió en la vía civil.
iii. Tercer periodo (que comprende desde 1979 y que, en nuestra opinión,
termina abruptamente con la derogación de la Constitución de 1979 a raíz
del golpe de Estado del 5 de abril de 1992, fecha en que se disuelven el
Congreso y el Tribunal de Garantías Constitucionales): en rigor este
periodo abarcaría hasta la vigencia formal de la Constitución de 1979, es
decir, hasta 1992. Asimismo, estimamos que habría un virtual cuarto
periodo.
iv. Cuarto periodo (que se inicia con la Constitución de 1993 y con la
posterior legislación de sucesivas reformas a la primigenia Ley de Hábeas
Corpus y Amparo): en este período se mantienen los perfiles propios de
afirmar la libertad individual, hoy incorporados en la Constitución de 1993
a través de una confusa redacción que contempla que el hábeas corpus
tutela la libertad individual y los demás “derechos conexos”. En el marco de
la actual Constitución se aprecia una política legislativa de sucesivas
reformas, tanto del hábeas corpus como de la acción de amparo, muchas de
ellas, pareciera, tratando de restarle vigor a ambos institutos.
v. Quinto periodo (la inminente regulación del hábeas corpus en un Código
Procesal Constitucional): este periodo cabe ubicarlo bajo el escenario del
siglo XXI, y cuyo encaje normativo es el Código Procesal Constitucional
que regula todos los procesos constitucionales, entre los que se encuentra el
emblemático proceso de tutela de la libertad individual. Este periodo, a
futuro, desde nuestra perspectiva va a complementarse con una nueva Carta
Política, donde posiblemente se mantendrán todos los procesos
constitucionales, o puede crearse algún otro, como el de la acción de
inconstitucionalidad por omisión que venimos propugnando. No obstante,
la necesidad de tener un Código Procesal Constitucional hoy se ha tornado
una realidad.

Actualmente todo esto se puede realizar bajo la acción constitucional de hábeas


corpus, que es el mecanismo o vía protectora más eficaz y efectiva para proteger al individuo
de cualquier arbitrariedad que afecte su derecho a la libertad individual y locomotora.
 En primer lugar, el hábeas corpus solo servía para tutelar y reparar la
libertad individual. En ese sentido, el numeral 1 del artículo 200 de nuestra
Carta Magna establece que la acción de hábeas corpus “(…) procede ante el
hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona
20

que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales


conexos”. Al respecto, el artículo 2 del Código Procesal Constitucional
establece lo siguiente: “Los procesos constitucionales de hábeas corpus (...)
proceden cuando se amenace o viole los derechos constitucionales por
acción u omisión de actos de cumplimiento obligatorio, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona. Cuando se invoque la amenaza
de violación, esta debe ser cierta y de inminente realización”. Que, siendo
así, el proceso de hábeas corpus es una garantía de trámite inmediato y
urgente20, que se encuentra vinculada, en esencia, con la protección de la
libertad individual de la persona humana y los derechos conexos a ella, a fin
de resguardarlos de actos lesivos realizados por cualquier persona o
autoridad cuando ellos sean producto de un acto arbitrario e ilegal. Un tema
que también ha estado ligado a los hábeas corpus –por su conexión a la
libertad– es el de los magistrados que han sido recusados, quienes no
pueden declarar la contumacia, dictar órdenes de captura o apremios que
restrinjan la libertad del procesado, concretamente nos referimos a la
sentencia de fecha 21 de junio de 2002 (Exp. N° 0786-2002-HC/TC)1.
 Por otro lado, tal como lo señala [ CITATION SAG88 \l 10250 ] “el
hábeas corpus en su origen histórico surge como remedio contra una
detención. Sin embargo, el desarrollo posterior del instituto ha hecho que se
proyecte hasta situaciones y circunstancias que si bien son próximas a un
arresto, no se identifican necesariamente con él”. De ahí que se reconozca
que algunas figuras del hábeas corpus abandonan los límites precisos de la
libertad física para tutelar derechos constitucionales también –aunque de
índole distinta–, tales como los derechos a la libertad de tránsito y a la
integridad personal. En suma, el hábeas corpus es un derecho nato del ser
humano y, a la vez, un proceso concreto al alcance de cualquier persona, a
fin de solicitar del órgano competente el resguardo de su libertad y los
derechos conexos a esta (artículo 200, numeral 1 de la Constitución),
tutelándose por este medio un conjunto de derechos fundamentales (derecho
a la seguridad, a la libertad de tránsito23 y a la integridad personal,
previstos en los artículos 2, numerales 11, 24, y 24, literal “h”), que ha ido
evolucionando bajo la interpretación del principio constitucional pro
homine (artículo V, Título Preliminar del Código Procesal Constitucional).

En este punto debemos de precisar que el Tribunal Constitucional ha establecido en


un caso el llamado hábeas corpus atípico, interpuesto por un particular contra otro a favor
de un tercero. Es el caso de Francisco y Juan Felipe Tudela contra Graciela de Lozada, en
cuya sentencia –específicamente en el fundamento jurídico 39– se establece: “ todos los
1
“En el caso de autos, el beneficiario sostiene que una vez recusada la jueza emplazada por causal de falta de
imparcialidad, esta se arrogó, ilegalmente, la facultad de resolver y denegar la recusación y, a posteriori,
prosiguió tramitando el proceso penal expidiendo las /cuestionadas resoluciones materia de autos. En efecto,
está probado en autos, de fojas diez y trece, que la jueza emplazada rechazó de plano la recusación que le
formulara el beneficiario y, ulteriormente, ordenó su ubicación y captura al haberlo declarado reo contumaz por
no presentarse a la lectura de sentencia. Al respecto, este Tribunal estima que esos mandatos judiciales están
reñidos con el procedimiento previsto en el artículo 33 del Código de Procedimientos Penales. Una forma de
violar el derecho constitucional al proceso debido es, incumpliendo –como en el caso de autos– el
procedimiento preestablecido, específicamente, el establecido para el incidente de recusación, el que no puede
tramitarse al margen de la ley procesal penal y omitiendo directivas de actuación jurisdiccional, como así lo hizo
la jueza emplazada, cuando el desarrollo de dicho acto procesal está legal y plenamente regulado. Por lo tanto, la
declaración de reo contumaz del beneficiario, y la consecuente orden de captura, resultan arbitrarias, debiéndose
reponer las cosas al estado anterior a la amenaza de su derecho a la libertad individual (…)”.
21

hechos que propiciaron la interposición de este hábeas corpus atípico, así como los hechos
ocurridos después, y que encuentran acreditados debidamente en autos, traducen la existencia
de un cuadro generalizado de situaciones anómalas que giran alrededor de la persona de
Felipe Tudela y Barreda, generando duda razonable sobre el libre goce de sus derechos de
libertad individual e integridad personal” [ CITATION Jam12 \l 10250 ].
Luego, el Tribunal Constitucional ha establecido un hábeas corpus excepcional, que
es otra modalidad, la cual se presenta cuando estamos ante un estado de excepción en otras
palabras le daremos el nombre de emergencia– con un plazo de 60 días, en el que se
suspenden los derechos a la inviolabilidad de domicilio, libertad de tránsito, de reunión, y
libertad y seguridad personales. La suspensión de estos derechos no puede ser dejada al libre
arbitrio de la autoridad, sino que debe ajustarse a lo que se entienda como estrictamente
necesario y justificado, en orden a la observancia de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad. Así, los procesos de hábeas corpus y amparo no se suspenden durante el
régimen de excepción.
Asimismo, encontramos el hábeas corpus residual que procede contra resoluciones
judiciales que afecten un derecho fundamental, tales como el debido proceso y la tutela
procesal efectiva. Como afectación al debido proceso material tenemos cualquier lesión o
amenaza de la razonabilidad y proporcionalidad; y en cuanto al debido proceso formal
tenemos afectaciones o amenazas a los derechos al juez natural, al plazo razonable, al
derecho de defensa, a la motivación de resoluciones, a la pluralidad de instancias, el derecho
de prueba, la cautela procesal y la cosa juzgada. Se afectará la tutela procesal efectiva cuando
se lesione la tutela judicial efectiva, vale decir, el acceso a la justicia y a la ejecución de
resoluciones judiciales, dado que contiene al debido proceso material y formal[ CITATION
Jam12 \l 10250 ].
En esta modalidad cabe destacar el hábeas corpus contra hábeas corpus, dado que
no existe en la jurisprudencia antecedente de este proceso, siendo muy ajeno a la figura del
amparo contra amparo. El Código Procesal Constitucional en ningún momento ha establecido
que no pueda prosperar un hábeas corpus por omisión judicial, sino que se refiere
exclusivamente al caso del hábeas corpus contra resoluciones judiciales firmes recaídas en
otro proceso constitucional. Si bien no hace referencia a la privación o restricción en sí de la
libertad física o de la locomoción, guarda, empero, un grado razonable de vínculo y enlace
con ellas. Adicionalmente, permite que los derechos innominados (artículo 3 de la
Constitución), entroncados con la libertad física o de locomoción, puedan ser resguardados.
Este hábeas corpus procede en defensa de los derechos fundamentales de contenido
constitucional ligados a la libertad individual, para que la autoridad jurisdiccional y
administrativa respete el derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva, que
son garantías constitucionales en el campo del Derecho Procesal Penal. En el caso Margi
Eveling Clavo Peralta se mencionaron las siguientes: a) la garantía de no incriminación, el
derecho al silencio, el derecho de defensa, que implica la no declaración; b) el imputado tiene
el derecho de declarar cuantas veces quiera, pues es él quien controla la oportunidad y
contenido de las informaciones que desea incorporar al proceso; c) toda persona en un
proceso penal tiene derecho a un juez imparcial, que es una garantía a una limpia e igualitaria
contienda procesal, d) el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; e) el derecho de
utilizar los medios de prueba pertinentes; f) la garantía del ne bis in idem procesal; g) el
derecho a la presunción de inocencia; h) el derecho de defensa (el derecho en referencia tiene
una doble dimensión). En su vertiente material, se expresa en la posibilidad de que el
imputado pueda ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento
de que se le atribuye la comisión de un determinado delito. En su vertiente formal, supone la
asesoría técnica, la asistencia letrada, el patrocinio de abogado defensor durante todo el
proceso.
22

Por otro lado, el derecho a la verdad es un derecho innominado que se protege a través
del hábeas corpus conexo, aun cuando fuere “descubierto” por la vía del hábeas corpus
instructivo. En el caso Genaro Villegas Namuche se precisó que el derecho a la verdad
consiste en el derecho de conocer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se han
cometido violaciones de derechos humanos, así como los motivos que impulsaron a sus
autores. Se trata de un bien jurídico colectivo inalienable, pero a su vez con una dimensión
individual que tiene por titulares a las víctimas, sus familias y a sus allegados (Cfr. STC Exp.
N° 2488-2002-HC/TC).
1.1.4. Características del habeas Corpus
a) Es de Naturaleza Procesal
Siendo el hábeas corpus una acción, contiene actos de carácter jurídico;
no solamente es de recurrencia del interesado con las formalidades que la ley
señala, sino también de la del juez o sala penal que admite la petición, que se
desplaza e interviene para constatar la detención indebida y para resolver la
consiguiente libertad.

b) Es de procedimiento sumario. Especial a la prueba en el proceso de


Habeas Corpus Penal.
Tanto por la pretensión de la norma, como por la urgencia de
restablecerse el bien vulnerado –la libertad individual, física o corporal–, que
es base para el uso y goce de los demás derechos. El procedimiento está
llamado a ser no solo sumario, sino sumarísimo. La brevedad en su trámite
no solo debe depender de los pocos actos procesales que contiene y la casi
ausencia de términos, sino también del carácter extraordinario que se le
concede.
Si bien no está prohibido que el juez constitucional realice diligencias
tendientes a comprobar la vulneración de un derecho fundamental, debe
tenerse en cuenta que solo se actúan aquellas que puedan ser apreciadas en
forma inmediata, y que no demanden una complejidad, por cuanto la
actuación de los medios probatorios no puede ser de la misma magnitud que
la de un proceso ordinario dado el carácter sumarísimo que corresponde a
los procesos constitucionales (de lo contrario, el magistrado debe decidir en
forma inmediata, rechazando la demanda). La tutela inmediata, propia de
estos elementos especiales, no permite actuaciones procedimentales cuya
complejidad se extiende por un determinado tiempo. Por ello, el hábeas
corpus solo procede ante la amenaza cierta e inminente, y cuando ello no
está claramente determinado no se satisface este requisito.[ CITATION
Jam12 \l 10250 ]
Debemos tener en consideración que en el hábeas corpus, si bien por
previsión legal no existe actuación probatoria, sin embargo siempre la
racionalidad y la naturaleza de la pretensión constitucional exigen que se
efectúen constataciones elementales y se recaben las explicaciones
pertinentes, no solo con el ánimo de verificar la eventual amenaza o
vulneración de la libertad personal o de un derecho conexo a ella, sino
también para no restringir el derecho de defensa de los eventuales
implicados.
Es por ello que el artículo 31 del Código Procesal Constitucional
establece: “Cuando no se trate de una detención arbitraria ni de una
vulneración de la integridad personal, el juez podrá constituirse en el lugar de
23

los hechos, o de ser el caso, citar a quien o quienes ejecutaron la violación,


requiriéndoles expliquen la razón que motivó la agresión, y resolverá de
plano en el término de un día natural, bajo responsabilidad”. La facultad
prevista en la ley se ha consagrado porque se pueden presentar supuestos en
los que la vulneración o amenaza del derecho fundamental sea tan
contundente que no exista necesidad de alguna diligencia de verificación; en
cambio, si esa vulneración o amenaza no resulta contundente,
definitivamente será necesario que se practiquen diligencias mínimas.

1.1.5. Requisitos que prevé el Código Procesal Constitucional para la


procedencia del hábeas corpus contra resoluciones judiciales.

Debemos de tener en consideración que la hoy derogada Ley N° 23506, establecía


sobre la procedencia del amparo y del hábeas corpus contra resoluciones judiciales, lo
siguiente:

“Artículo 4.- El amparo procede respecto de resoluciones judiciales dictadas con


manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el
debido proceso. Es improcedente cuando el agraviado dejo consentir la resolución que dice
afectarlo.
El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma
manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva.
Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en
la que se respetan, de modo enunciativo sus derechos de libre acceso al órgano
jurisdiccional a probar, de defensas, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a
no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimientos distintos de
los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho, a acceder a
los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad de revivir procesos fenecidos, a la
actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones judiciales y a la
observancia del principio de legalidad procesal penal”.

Los jueces tenían y tienen actualmente la competencia para aplicar de modo directo
las normas constitucionales, y en particular las relativas a derechos fundamentales, en la
resolución de casos concretos. Todo ciudadano, de acuerdo con las reglas orgánicas y
procesales correspondientes, tiene la posibilidad de obtener la tutela jurídica de sus derechos,
aun cuando estos no hayan sido objeto de regulación legal, por supuesto, cuando esta vulnera
su contenido esencial. En este aspecto, creo que hoy es opinión pacífica que el
establecimiento de un sistema de jurisdicción concentrada, según el modelo austríaco, no
impide en modo alguno que los jueces ordinarios interpreten y apliquen la Constitución,
sobre todo en materia de derechos fundamentales[ CITATION VAL05 \l 10250 ].
Ahora bien, sobre la procedencia del hábeas corpus contra resoluciones judiciales
debemos ubicar, por ejemplo, lo que se ha dicho en el Expediente Nº 2007-3009-0-1601-JR-
PE-I, del 10 de julio de 2007, publicado el 20 de agosto del mismo año. En efecto, dicho fallo
ha señalado lo siguiente: “(…) para la procedencia de los procesos constitucionales de
defensa de los derechos constitucionales, se requiere la existencia de un acto lesivo contra el
cual reclamar la violación o amenaza de violación, el mismo que debe reunir las siguientes
características: a) el acto lesivo debe ser personal o directo; es decir que recaiga en una
persona determinada; b) el acto lesivo debe ser concreto, esto es, real, efectivo, tangible,
concreto o ineludible y actual; c) el acto lesivo debe ser manifiestamente ilegítimo e
incontestable, que tenga una naturaleza ilegal notoria, que no tiene asidero en la ley; d) debe
24

ser arbitrario; e) debe atacar un derecho constitucional líquido, cierto e incontestable, lo que
significa que los derechos que se protegen a través de los procesos constitucionales son los
que nacen directamente de la Constitución y afectan los valores fundamentales del ser
humano”[ CITATION Jam12 \l 10250 ].

1.1.6. Que exista resolución judicial firme. ¿Los actos funcionales de los fiscales
también están comprendidos en el artículo 4 del Código Procesal
constitucional?

Una resolución judicial se convierte en firme cuando ha sido impugnada y el superior


jerárquico ha emitido decisión final confirmándola (ejecutoriada). También lo hace cuando
dicha resolución es consentida, es decir, cuando el justiciable presuntamente agraviado con
ella no la impugna. Además, es menester considerar que el sentido de resolución judicial
firme no puede medirse solo por la posibilidad legal de cuestionarla directa e inmediatamente
a través de remedios o recursos, sino a través de la contradicción o defensa, que constituye el
ingrediente principal de la tutela judicial efectiva.
En ese sentido, en el Expediente N° 2007-311, del 11 de abril de 2007 y publicado el
17 de agosto del mismo año, se ha advertido que: “El objeto de este proceso constitucional no
es hacer las veces de un recurso de casación o convertir a la instancia de la justicia
constitucional en supra-instancia de la jurisdicción penal ordinaria, sino como se deduce de la
propia Constitución, proteger únicamente derechos constitucionales (…). Hay que tener
presente que para la procedencia del hábeas corpus contra resoluciones judiciales, se
requieren la concurrencia de la firmeza de la resolución; lo que se justifica en razón a que el
hábeas corpus no puede ser el instrumento jurídico reemplazante o alternativo de los medios
impugnatorios propios que existen dentro de todo proceso judicial (…) en consecuencia y en
mérito a lo dispuesto en el artículo cinco, inciso uno del Código Procesal Constitucional; se
resuelve: Declarando improcedente la demanda de hábeas corpus” (EXP. N° 2137-2004-
HC/TC).
Sobre el auto judicial firme o resolución judicial firme debemos invocar el precedente
vinculante establecido en la STC Exp. N° 1209-2006-PA/TC, caso Compañía de Cerveza
Ambev Perú S.A.C. vs. Sala De Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema, del 14
de marzo de 2006. Dicho precedente indica que: “La categoría de resolución judicial firme,
debe ser comprendida al margen del trámite integral del proceso, pues ello permite que
incluso un auto, y no solo la sentencia que pone fin al proceso, puedan merecer control por
parte del juez constitucional. La condición es, en todo caso, que su trámite autónomo (…)
haya generado una decisión firme, esto es, una situación procesal en la que ya no es posible
hacer prosperar ningún otro recurso o remedio procesal que logre revertir la situación
denunciada.
En tal sentido, ante las afectaciones que se discuten en un hábeas corpus contra un
auto de apertura de instrucción que vulnera la tutela procesal efectiva y el debido proceso, no
existiendo recursos impugnatorios expresos contra dicha resolución, deviene firme y no
procede ningún remedio procesal en su contra, por lo que no se puede exigir previamente la
interposición de un recurso como condición de firmeza del auto de apertura de instrucción.
El Tribunal Constitucional ha establecido en el f. j. 3 de la STC Exp. Nº 6081-2005-
PHC/TC, caso Alonso Leonardo Esquivel Cornejo, que “(...) no corresponde declarar la
improcedencia de la demanda, toda vez que la resolución cuestionada es el auto apertorio de
instrucción, contra el cual no procede ningún medio impugnatorio mediante el cual se pueda
cuestionar lo alegado (...)”. En efecto, el auto de apertura de instrucción constituye una
25

resolución que resulta inimpugnable por ausencia de una previsión legal que establezca un
recurso con este fin. Por lo tanto, cabe emitir pronunciamiento sobre el fondo del asunto.
En resumen, según el artículo 4 del Código Procesal Constitucional solo cabría la
presentación de una demanda de hábeas corpus por violación del derecho a la tutela procesal
efectiva cuando exista una resolución firme. La firmeza de las resoluciones judiciales es
aquel estado del proceso en el que no cabe presentar medio impugnatorio alguno y, por lo
tanto, solo cabría cuestionar la irregularidad de la actuación judicial a través del control
constitucional; consecuentemente, la inexistencia de firmeza comporta la improcedencia de la
demanda, tomando en cuenta la previsión legal del mencionado código. En un caso conocido
por la Sala Penal de Huancayo, actuando esta como órgano constitucional en grado de
apelación, se señaló que la resolución judicial cuestionada que disponía la ejecución de la
pena accesoria de inhabilitación impuesta al recurrente en una sentencia condenatoria por la
comisión de delito doloso, no había sido objeto de recurso impugnatorio alguno por el
recurrente sentenciado y destinatario de la inhabilitación dispuesta. Así, su conducta procesal
demuestra su aceptación y consentimiento respecto de lo resuelto; por lo tanto, la resolución
que supuestamente le produce agravio no tiene carácter firme, lo que hace improcedente la
demanda.
1.1.7. Vulneración manifiesta del derecho constitucional invocado
La procedencia de las garantías constitucionales, requiere necesariamente la
existencia de un acto vulnerado, amenazado. Y este generalmente está vinculado a dos
supuestos concretos: a la violación o la amenaza de un derecho constitucional, el que debe
reunir las siguientes características:

a) Deber ser personal y directo, es decir, que recaiga en una persona o personas
determinadas.
b) Debe ser concreto, esto es real, efectivo, tangible, ineludible y actual.
c) Debe ser manifiestamente ilegítimo e incontestable, que tenga una
naturaleza ilegal, notoria, que no tiene asidero en la ley.
d) Debe ser arbitrario.
e) Debe atacar un derecho constitucional cierto e incontestable.

En el Expediente N° 04397-2009 de hábeas corpus expedido por la Tercera Sala Penal


de la Corte Superior de Justicia de Junín, en su considerando tercero, punto 3.5, la Sala señaló
lo siguiente: “Que, la decisión glosada en el punto que antecede, podía y debería ser
cuestionada, –en su caso– dentro del mismo proceso penal; o, en el peor de los casos, debería
haber sido impugnada para que el juez ordinario de jerarquía superior se pronuncie
expresando si esa decisión es correcta o no; empero, se ha recurrido irregularmente a la vía
constitucional no obstante la expresa prohibición consignada en el artículo 4 del Código
Procesal Constitucional que establece que:
“El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma
manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva”. En este caso, ni la resolución es
firme, ni tampoco existe una vulneración, mucho menos ‘manifiesta’, pues es un juez
competente el que se pronuncia sobre un mandato de detención que se encontraba totalmente
vigente, no teniendo tampoco obligación de variar ese mandato, sino exclusivamente en base
a los presupuestos legales procesales. Debe precisarse además, que en el Expediente Número
6218-2007 (f. j. 12).
Se ha establecido que una demanda de hábeas corpus puede rechazarse liminarmente
cuando: a. Se cuestione una resolución judicial que no sea firme (artículo 4); b. Los hechos y
el petitorio de la demanda no están referidos en forma directa al contenido
26

constitucionalmente protegido del derecho invocado (artículo 5.1). Esas dos causales se
presentan en el presente caso; por lo que, la demanda debería ser incluso, rechazada
liminarmente; es decir, de un lado, no es una resolución firme la que se cuestiona; y, de otro
lado, al corresponder la valoración de los medios probatorios al juez ordinario, no cabe que el
juez constitucional resuelva al respecto modificando la medida cautelar, principio que
también ha sido establecido en la misma sentencia glosada del Tribunal Constitucional, en el
fundamento 15”.
1.1.8. Libertad individual y tutela procesal efectiva

Como es sabido, el citado artículo 4 del Código Procesal Constitucional, en su parte


pertinente, señala: “El hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en
forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva”, en ese sentido,
analizaremos sucintamente tanto la libertad individual como la tutela procesal (o
jurisdiccional) efectiva de manera individual.
1.1.9. Consideraciones sobre la libertad individual según el Tribunal
Constitucional y el Poder Judicial.

El Tribunal Constitucional en la RTC Exp. N° 5773-2007-PHC/TC, caso Stojan


Colakov y otros, de fecha 27 de noviembre de 2007, sostuvo lo siguiente: “Que como ya se
ha precisado, tratándose de un hábeas corpus conexo la alegada afectación al debido proceso
debe redundar en una afectación a la libertad individual. En el caso concreto, se tiene que la
situación jurídica de los beneficiarios en el proceso penal que se les sigue es la de
comparecencia simple, no habiéndose dispuesto ninguna limitación o restricción a su libertad
; esto último que tiene su correlato de confirmación con lo vertido por la juez emplazada (…),
quien afirma que se dictó mandato de comparecencia simple. En consecuencia, se advierte
que no existe agravio al derecho protegido por este proceso constitucional de la libertad”.
Luego, en la misma resolución agrega: “Que de lo expuesto queda claramente
establecido que, para la procedencia de una demanda de hábeas corpus por violación del
derecho al debido proceso, debe existir de por medio la afectación de la libertad individual,
ya que, como lo ha declarado este Tribunal, el hábeas corpus no tiene por objeto proteger en
abstracto el derecho al debido proceso. En todo caso, la vía idónea para pedir la tutela del
debido proceso como manifestación de la tutela procesal efectiva es el proceso constitucional
de amparo”. Finalmente, señaló que: “Dentro de este marco de consideraciones, en opinión
del Tribunal Constitucional, la afectación alegada en el presente caso no forma parte del
contenido constitucionalmente protegido por el hábeas corpus. Dicho de otro modo, no existe
agravio al contenido constitucionalmente protegido por el hábeas corpus en la medida que la
supuesta afectación al debido proceso no tiene incidencia directa en la libertad individual. En
consecuencia, la demanda debe declararse improcedente en aplicación del artículo 5.1 del
Código Procesal Constitucional”.
De ahí que se admita que también en un proceso de hábeas corpus es posible que el
juez constitucional se pronuncie sobre una eventual vulneración del derecho fundamental al
debido proceso; pero para ello es necesario que exista, en cada caso concreto, conexidad entre
aquel y el derecho fundamental a la libertad personal. Por lo demás, la doctrina ha expresado
que la vulneración al debido proceso y a la tutela procesal efectiva –mediante la cual se
encuentran garantizados los derechos a probar, de defensa, al contradictorio y a la obtención
de una resolución motivada en derecho, entre otros permite la interposición de la acción de
hábeas corpus.
Dicho de otra forma, “este derecho a la tutela procesal efectiva congrega en buena
cuenta los conocidos derechos al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva”. En esa
27

línea, el tercer párrafo del artículo 4 del Código Procesal Constitucional desarrolla el
concepto de tutela procesal efectiva que comprende o incluye el derecho al debido proceso,
señalando: “Se entiende por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una
persona en la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos de libre acceso al órgano
jurisdiccional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso, a
no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimiento distintos de
los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada en derecho,(…) y a la
observancia del principio de legalidad procesal penal”.
1.1.10. Consideraciones sobre la tutela procesal efectiva.

El derecho a la tutela procesal efectiva, también denominado tutela jurisdiccional


efectiva en nuestra legislación, es un derecho humano y, a la vez, una garantía constitucional
de la administración de justicia impuesta como una obligación principal para los Estados que
debe ser respetada sin objeción. Tal derecho consiste en tener la posibilidad de acceder a la
jurisdicción ordinaria o especial, a fin de hacer valer los derechos conculcados y obtener una
decisión justa y razonable. Ello significa que toda persona tiene derecho a un recurso efectivo
ante los tribunales competentes, sea como denunciante o denunciado, sea como demandante o
demandado. Este derecho está regulado en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, artículos 8 y 10, en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, artículo XVIII, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 2
y 14, y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos artículos 8 y 2564.
Por otro lado, se incluye como uno de los principios y derechos de la función
jurisdiccional en el artículo 139, inciso 14 de la Constitución de 199365. Consideramos que
este, al ser una de las manifestaciones de un derecho fundamental y garantía del debido
proceso tendría que ubicarse también en el catálogo de derechos fundamentales, a fin de
facilitar su aplicación y observancia en el ámbito administrativo y entre particulares.
La tutela jurisdiccional efectiva es un derecho que garantiza el acceso al sistema
judicial y a obtener de este una resolución fundada en Derecho, y por lo tanto motivada, que
puede incluso ser de inadmisión cuando concurra una causa legalmente prevista. A ello hay
que añadir el derecho a no sufrir indefensión, esto es, a poder ejercer en el proceso, en apoyo
de la propia posición, todas las facultades legalmente reconocidas[ CITATION Jam12 \l
10250 ].
28

2. CAPÍTULO III

2.1. Postura sobre la improcedencia del Hábeas Corpus contra actos de


investigación preliminar

Esta posición considera que la naturaleza de la función requirente o postulatoria del


Ministerio Público, radica en la capacidad de promover la acción penal con la finalidad de
que el órgano jurisdiccional proceda a la apertura de instrucción. Se busca justificar la
improcedencia de la demanda constitucional de hábeas corpus contra los actos de
investigación preliminar, porque el Ministerio Público carecería de capacidad resolutiva del
conflicto penal, fuente de donde se derivarían los actos vulneradores de los derechos
fundamentales. Es decir, se asume que con el auto apertorio del proceso penal, vale decir,
desde el inicio de la jurisdicción común, recién se abriría la posibilidad de la intervención de
la jurisdicción constitucional. No antes, toda vez que la actividad fiscal corresponde a la etapa
prejurisdiccional del proceso penal. La crítica contra esta postura radica en la perspectiva a
priori e in abstracto asumida, que descarta cualquier posibilidad de vulneración de derechos
constitucionales durante la configuración de actos de investigación [ CITATION Lil14 \l
10250 ].
La extremada aplicación de estos actos impide cualquier problematización al respecto.
A la forma de administración de los procesos establecidos en la ley orgánica de cada
institución, es consecuencia de esta postura, en el que se encontraría proscrito el control
constitucional, desconociendo la obligatoriedad del control constitucional, y el Estado.
2.1.1. Postura a favor de la procedencia del habeas Corpus contra actos de
Investigación Preliminar
La improcedencia del habeas corpus contra actos de investigación preliminar
se sustenta sobre los siguientes fundamentos:
2.1.1.1. Imposibilidad de sustracción del control constitucional
Las actuaciones del Ministerio Público durante la investigación preliminar
(esto incluye a la labor policial) se constituyen en objeto de control
constitucional, mediante la garantía del hábeas corpus, debido a que el Ministerio
Público es el organismo creado mediante mandato constitucional para conducir la
investigación preliminar.
No solo tiene origen constitucional, sino que se le ha encomendado la
tarea de proteger principios que la Constitución reconoce. El Ministerio Público
se encuentra en la obligación de respetar todos los derechos que se consagran en
la Constitución, y además, someter sus actuaciones funcionales bajo las garantías
constitucionales estatuidas constitucionalmente.
El principio de la defensa de la legalidad, que le asigna la Máxima Norma,
convierte al fiscal en doblemente garante de los derechos humanos, pues se
encuentra obligado especialmente por el artículo 158, inciso 1, y en general,
porque siendo parte de la estructura unitaria denominada Estado, por disposición
29

del artículo 44 de la Constitución, garantiza la vigencia de los derechos humanos.


[ CITATION Lil14 \l 10250 ].
Según el principio de primacía de la Constitución, la finalidad de los
procesos constitucionales, implica asumir la Constitución como norma jurídica
fundamental, por encima de todas las demás normas. Este principio significa que
el orden jurídico y político del Estado se encuentra estructurado sobre la base del
imperio de la Constitución, y obliga por igual a todos, gobernantes y gobernados.
Por tal razón, si existen decisiones o acciones que, supuestamente
amparadas en ley, vulneren derechos fundamentales dentro del procedimiento de
investigación preliminar, serán objeto de alguna acción constitucional, gracias a
estos principios, que defienden la supremacía de la ley fundamental por encima
de cualquier otra norma de rango inferior.
Hasta este punto, tenemos que la postura a favor de la procedencia del
hábeas corpus contra actos de investigación preliminar se fundamenta en nuestro
diseño constitucional orgánico-político, por el origen y funciones del Ministerio
Público. En esta línea de pensamiento, nuestro diseño constitucional contralor, a
través de la efectividad de los derechos fundamentales, garantizados por las
acciones constitucionales entre las que se encuentra el hábeas corpus–, se
constituyen en límites sustantivos al poder político, sin excepción normativa en
cuanto a la legitimidad pasiva. Con ello, no existe persona, sector o institución
que pueda ser sustraído del control constitucional, por lo que los actos del
Ministerio Público vulneradores de derechos constitucionales, constituyen
materia perfectamente asumible por la garantía constitucional en
análisis[ CITATION Lil14 \l 10250 ].

2.1.1.2. Estado de Derecho

El Estado de Derecho se sustenta sobre la base de la estructuración,


división y funcionamiento de los órganos estatales, debidamente limitados por la
estricta vigencia de los derechos constitucionales. En esta perspectiva, el
Ministerio Público, por mandato constitucional, sustenta parte esencial de su
racionalidad en la función investigadora para sistematizar un conjunto de
elementos de prueba debidamente recogidos, actuados y razonados, que permitan
denunciar ante el Poder Judicial la realización de un hecho presuntamente
delictivo en el marco del respeto de los derechos fundamentales de la persona
[ CITATION Dia88 \l 10250 ].
El Estado de Derecho es la primera forma de Estado moderno que hará su
aparición, producto de la Revolución Francesa y el triunfo de la ideología liberal,
cuyas características generales son las siguientes:

a) Imperio de la Ley.- Es decir, que la ley deberá de primar por encima


de todo capricho personal. De esta manera, se pretende evitar la
arbitrariedad de parte de las autoridades, y la incertidumbre sobre lo
correcto o incorrecto por parte de los gobernados. El imperio de Ley
establece que no hay más autoridad que la Ley, y todos se someten a
ella y lo que establece.

b) División de poderes.- Para evitar el absolutismo, que vendría a ser la


concentración de todo el poder en una sola persona o una institución, la
división de poderes garantiza un equilibrio que les permita un control
30

mutuo, evitando de esa manera los abusos por parte de la autoridad, y


propiciando un mejor desempeño en el cumplimiento de sus tareas.

c) Legalidad en la administración de justicia.- La justicia parte del


conocimiento entre lo que está permitido y lo que está prohibido para
los ciudadanos. Esta función deberá de cumplir el derecho: dar a
conocer lo que está permitido o prohibido. Además de establecer las
consecuencias de los actos que incumplan los mandatos judiciales,
evitando de esta manera la libertad para decidir qué es permitido y qué
es prohibido por parte del juez, y proscribir la desproporción o
arbitrariedad, al momento de dictar las consecuencias sobre el
incumplimiento de tales mandatos.

d) Derechos y libertades fundamentales.- Garantía jurídico-formal y


efectiva realización material. Un Estado de Derecho parte de la idea de
limitación a la autoridad; y la mejor manera de establecer ello es
fijando núcleos invulnerables (vulneración injustificada se entiende)
que permitan al ciudadano cumplir sus fines, y a su vez restringir el
ámbito de actuación del Estado. Para ello, no es suficiente con la mera
declaración de los derechos, sino que además es necesaria la
implementación de mecanismos que permitan garantizar la efectiva
realización material, así como acudir en su salvaguarda en caso de
vulneración.

Nuestro esfuerzo busca la realización de este Estado de Derecho,


directamente vinculado más con la característica d, porque pretendemos que se
brinden o refuercen mecanismos que garanticen la efectiva materialización del
derecho a la libertad y derechos conexos dentro de la fase prejudicial llamada
investigación preliminar.
2.1.1.3. Defensa de la Legalidad

El mandato constitucional en el inciso 1 del artículo 158 de nuestra


Constitución señala que la función del Ministerio Público es la de promotor de la
acción judicial en defensa de la legalidad, artículo que fue desarrollado en el
Decreto Legislativo Nº 52 o Ley Orgánica del Ministerio Público, que regula el
funcionamiento de este órgano, señalando que el Ministerio Público tiene como
función principal la defensa de la legalidad.
[CITATION Gua01 \l 10250 ], para quien, originalmente, hablar del
principio de legalidad era hacer referencia a la sujeción a la ley por parte de los
jueces, consideraba que estos eran una especie de “bocas de la ley”. Pero esta
visión ha sido dejada de lado, y ha dado paso a una legalidad ampliada a todos los
poderes del Estado, ya no solamente a los jueces, sino que inclusive a los
legisladores, sobre la base que la ley no solo es un elemento formal, sino que
contiene dentro de sí estructuras valorativas. Sin embargo, el autor sostiene que
“la vieja definición de legalidad significa conformidad a la ley. Se llama
“principio de legalidad” aquel en virtud del cual “los poderes públicos están
sujetos a la ley”, de tal forma que todos sus actos deben ser conforme a la ley,
bajo la pena de invalidez. Dicho de otra forma: es inválido todo acto de los
poderes públicos que no sea conforme a la ley”. Ello no permite observar el
31

contenido ético valorativo de lo que deberá entenderse por ley, pues en esta
encontramos un contenido formal, uno material y otro político. Este último
contenido está vinculado directamente a los principios constitucionales que se ven
reflejados en los derechos humanos. Por lo que desde esta perspectiva, la
legalidad no solo es conforme a la ley, negando cualquier oposición a la misma
de parte de los derechos, sino que los derechos deberán de prevalecer sobre la ley
misma. Configurando solo así la vigencia del Estado Constitucional.
Sin embargo, ha de entenderse que la relación entre el Tribunal
Constitucional, como máximo organismo garantizador de la efectividad de los
derechos fundamentales, y el Ministerio Público, en su función persecutoria del
delito, es altamente conflictiva. En este contexto, no existe espacio en el que se
configure mayor nivel de confrontación entre la Constitución y el Ministerio
Público, que la etapa de la investigación fiscal, porque perseguir el delito implica
descubrir aquello que se oculta u ocultan otros, para lo cual es necesario salvar
algunos obstáculos, pero dentro del contexto de respeto a los derechos
fundamentales y sus respectivas garantías constitucionales.
2.1.1.4. Ejercicio de la función requirente

El efectivo ejercicio de la función requirente, postulatoria, o capacidad de


promover la acción penal, por parte del Ministerio Público, para la obtención de
una decisión jurisdiccional, sustenta la postura afirmadora de la procedencia de
hábeas corpus estudiado. Esto por cuanto la imputación fiscal ha de cumplir un
mínimo nivel de respeto a los derechos fundamentales de la persona.
[ CITATION Lil14 \l 10250 ].
La exigencia constitucional del contenido de la imputación ha configurado
el derecho a la imputación necesaria, con entidad propia y contenido específico.
Esta exigencia constitucional se vincula al principio de legalidad que se encuentra
en literal “d”, inciso 24, artículo 2 de la Constitución: “Nadie será procesado ni
condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente
calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni
sancionado con pena no prevista en la ley”.
El fiscal, quien es el encargado de ejercitar la acción penal, deberá actuar
con responsabilidad al momento de formular la imputación, pues esta debe partir
del principio de legalidad mismo, es decir, que el tipo que vaya a imputarse se
encuentre vigente. Y, además, que cumpla otros requisitos exigidos por la
normativa vigente.
Precisamente, cuando la actividad derivada de la función requirente del
Ministerio Público vulnera derechos constitucionales, deviene en procedente el
hábeas corpus contra actos de la investigación preliminar. Ello porque, aunque si
bien es cierto el fiscal no decide sobre la condena, prisión preventiva o demás
restricciones de la libertad, sin embargo, es quien solicita la intervención judicial,
y pone en peligro concreto con su actuar la libertad o algún otro derecho conexo
de un individuo sospechoso. Este control constitucional resulta imprescindible en
la etapa de la investigación preliminar ante la inexistencia del control
jurisdiccional ordinario con respecto a los actos de investigación directos, en
razón de las funciones, atribuciones y competencias asignadas
constitucionalmente al Ministerio Público. En un modelo acusatorio, el juez,
como tercero, garantiza que el fiscal no cometa excesos, cumple la función de
32

vigilante. No es de extrañar por eso que dentro del nuevo Código Procesal Penal,
se haya designado al juez de la etapa preparatoria como juez de garantías.
2.1.1.5. Afectación del derecho a la libertad

Nuestra Constitución Política consagra en su artículo 1 que el fin supremo


de la sociedad y el Estado es la defensa de la persona humana y su dignidad.
Ambos conceptos son tan amplios que engloban dentro de sí una serie de
situaciones casi interminable. Esta primera y principal aspiración que irradia a la
Constitución no se materializa a través de un cumplimiento automático. Requiere
de otras herramientas, que le permitan salir de su esfera meramente programática.
Especialmente, son los derechos económicos, educativos, judiciales, pero sobre
todo de predisposición política, los que requieren mayor desarrollo programático.
Los filósofos del Estado moderno han reconocido que la persona humana y su
dignidad son consustanciales con la libertad, como esferas indesligables,
haciéndose imposible hablar del uno sin el otro. Es así que el primer grito
revolucionario burgués tuvo como estandarte la libertad, que como concepto
filosófico se relacionaba con la facultad que tenía la persona de escoger entre las
opciones religiosas, políticas, filosóficas; pero que se materializaba como la
facultad de poder desplazarse sin intromisiones de ningún tipo, menos las del
aparato estatal, salvo las excepciones fundadas en lesión de otros derechos
similares El derecho ampara todas las manifestaciones de la libertad, por
considerarlas principios estructuradores del ordenamiento jurídico, como
exigencias del modelo de sociedad y los valores que ella defiende.
Dentro de esas herramientas se consideran los derechos fundamentales,
que permiten el desarrollo de la persona humana, pues se entiende que es persona
aquel sujeto que en primer lugar quiere y es libre y se comporta como un ser
libre. No se puede hablar del hombre sin que al menos se le piense como libre y
como responsable de sus actos. Por ello, la necesidad de la constitucionalización
del derecho a la libertad en sus distintas manifestaciones, y por consiguiente, la
constitucionalización de las medidas que permiten proteger este derecho, como el
hábeas corpus. Pero como ya se había manifestado, el derecho a la libertad tiene
un sinfín de manifestaciones, ya que en cualquier momento estamos ejerciendo
ese derecho. Por lo que, a efectos de controlar mejor nuestro ámbito de estudio,
desde una perspectiva más específica, es necesario precisar qué derechos
constitucionales relacionados con la libertad se verían afectados, con la finalidad
de buscar protección en el hábeas corpus contra actos de investigación preliminar.
El legislador vio conveniente establecer un númerus clausus para los
derechos que serían protegidos por el hábeas corpus, en virtud del artículo 25 del
Código Procesal Constitucional, y anteriormente estuvo especificado de la misma
manera en la Ley Nº 23506.
[ CITATION Bor96 \l 10250 ], esta decisión buscó evitar un abuso de
estos derechos por parte de los ciudadanos.
Para poder establecer mejor este desarrollo será preferible señalar primero
los derechos que se ven protegidos directamente por el hábeas corpus, para ello
acudimos al artículo 25 del Código Procesal Constitucional, que establece los
supuestos de procedencia del hábeas corpus:

1) La integridad personal, y el derecho a no ser sometido a tortura o tratos


inhumanos o humillantes, ni violentado para obtener declaraciones.
33

2) El derecho a no ser obligado a prestar juramento ni compelido a declarar


o reconocer culpabilidad contra sí mismo, contra su cónyuge, o sus
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad.
3) El derecho a no ser exiliado o desterrado o confinado sino por sentencia
firme.
4) El derecho a no ser expatriado ni separado del lugar de residencia sino
por mandato judicial o por aplicación de la Ley de Extranjería.
5) El derecho del extranjero, a quien se ha concedido asilo político, de no
ser expulsado al país cuyo gobierno lo persigue, o en ningún caso si
peligrase su libertad o seguridad por el hecho de ser expulsado.
6) El derecho de los nacionales o de los extranjeros residentes a ingresar,
transitar o salir del territorio nacional, salvo mandato judicial o
aplicación de la Ley de Extranjería o de Sanidad.
7) El derecho a no ser detenido sino por mandato escrito y motivado del
juez, o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito; o si ha
sido detenido, a ser puesto dentro de las 24 horas o en el término de la
distancia, a disposición del juzgado que corresponda, de acuerdo con el
literal “f”, inciso 24, artículo 2 de la Constitución sin perjuicio de las
excepciones que en él se consignan.
8) El derecho a decidir voluntariamente prestar el servicio militar,
conforme a la ley de la materia.
9) El derecho a no ser detenido por deudas.
10) El derecho a no ser privado del documento nacional de identidad, así
como de obtener el pasaporte o su renovación dentro o fuera de la
República.
11) El derecho a no ser incomunicado sino en los casos establecidos por el
literal “g”, inciso 24, artículo 2 de la Constitución.
12) El derecho a ser asistido por un abogado defensor libremente elegido
desde que se es citado o detenido por la autoridad policial u otra, sin
excepción.
13) El derecho a retirar la vigilancia del domicilio y a suspender el
seguimiento policial, cuando resulten arbitrarios o injustificados.
14) El derecho a la excarcelación de un procesado o condenado, cuya
libertad haya sido declarada por el juez. 15) El derecho a que se observe
el trámite correspondiente cuando se trate del procedimiento o detención
de las personas, a que se refiere el artículo 99 de la Constitución.
16) El derecho a no ser objeto de una desaparición forzada.
17) El derecho del detenido o recluso a no ser objeto de un tratamiento
carente de razonabilidad y proporcionalidad, respecto de la forma y
condiciones en que cumple el mandato de detención o la pena.

También procede el hábeas corpus en defensa de los derechos


constitucionales conexos con la libertad individual, especialmente cuando se trata
del debido proceso y la inviolabilidad del domicilio. De los derechos protegidos
que se acaban de señalar, es preciso observar cuáles pueden ser potencialmente
vulnerados mediante actos de investigación policial. El primer supuesto es el
inciso 1 que proscribe las torturas, el maltrato físico o tratos inhumanos para
obtener declaraciones. Recordemos que el Ministerio Público cumple la función
de recabar información para poder iniciar el proceso formalmente. En esta
34

primera búsqueda puede incurrir en excesos o abusos para obtener cierta


información, por lo que se hace necesario el control constitucional.
El supuesto del inciso 13, que proscribe la vigilancia del domicilio y la
suspensión del seguimiento injustificado de una persona, se constituye en uno de
los más probables dentro de la investigación preliminar. No se trata de interferir
en las funciones del Ministerio público y de la Policía Nacional, sino que se
deberá ordenar y efectuar vigilancias o seguimientos de manera justificada. La
actuación inconstitucional no es por la vigilancia o seguimientos en sí, sino por la
arbitrariedad o ausencia de toda racionalidad en tales actuaciones.
Además, antes de finalizar este punto será preciso señalar que a pesar de
que el legislador buscó establecer detalladamente los supuestos en los que
procedía hábeas corpus, estos supuestos quedaron abiertos, cuando se dice que
también se protege los derechos conexos a la libertad, tal como se ha pronunciado
el Tribunal Constitucional [ CITATION Ros09 \l 10250 ].
2.1.1.6. Derecho al debido proceso

El derecho al debido proceso se encuentra garantizado por el inciso 3 del


artículo 139 de la Constitución Política del Estado, y la incorporación de
contenidos específicos de este derecho en casos concretos, se ha efectuado sobre
la base de la norma internacional sobre derechos humanos vinculante para el
Perú[CITATION Cas06 \l 10250 ].
E incluso, cuando el nuevo contenido del derecho al debido proceso, es de
tal entidad, como el derecho a un plazo razonable en la administración de justicia
que adquiere autonomía, su reconocimiento se sustenta en el artículo 3 de la
Constitución Política del Estado, en razón de su condición de derecho
constitucional implícito, cuya existencia se deriva de los principios y valores
recogidos expresamente en la Constitución Política del Estado, y la normativa
internacional sobre derechos humanos a la que se encuentra obligado el Perú.
Este artículo 3, recordemos, es el que permite hablar de un númerus apertus en la
lista de derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, por lo que, si
bien no hay una referencia expresa dentro de lo establecido por la Constitución, sí
podemos introducir nuevos derechos fundamentales mediante la jurisprudencia,
que intenta resolver las necesidades de la realidad con respecto a la “ausencia” de
derechos fundamentales.
El contenido del debido proceso (en sus aspectos o vertientes material y
procesal como dice el autor [ CITATION Ang07 \l 10250 ] “a nivel de la
investigación preliminar implica el contenido de todos y cada uno de los
derechos, principios y valores constitucionales, que conforman el debido
proceso, los mismos que han sido delineados en el presente punto. Para el
Tribunal Constitucional el derecho al debido proceso” implica el respeto, dentro
de todo proceso, de los derechos y garantías mínimas con que debe contar todo
justiciable, para que una causa pueda tramitarse y resolverse en justicia. Tal es el
caso de los derechos al juez natural, a la defensa a la pluralidad de instancias,
acceso a los recursos, a probar dentro de un plazo razonable, etc.
2.1.1.7. Derecho a la defensa

El respeto por el derecho a ser escuchado antes de ser denunciado


formalmente constituye la forma primera y más elemental del derecho a la
defensa. Es decir, antes de ser escuchado por un juez, el derecho a la defensa
35

exige ser oído por el fiscal o policía; no para rendir una declaración formal, sino
la oportunidad que la parte requirente oiga por primera vez la posición del
denunciado. Esto solo y exclusivamente con la finalidad de ser oído, y no de
brindar declaración alguna.
Para [ CITATION GIM85 \l 10250 ], los actos de defensa en todo su
despliegue, desde el inicio de la investigación hasta la conclusión del proceso,
constituyen materia del hábeas corpus, no como resultado de una concepción
liberal-individualista (propia del Estado del siglo XIX) que concibe la defensa
como derecho potestativo del imputado, sino como producto de la defensa
pública, que responde a la concepción del Estado social sobre el proceso penal,
garantizando la defensa efectiva del procesado[ CITATION Rox02 \l 10250 ].
Aunque lo que se recoja dentro del procedimiento investigatorio carezca de
carácter vinculante, y que posteriormente, los medios de investigación sean
verificados a través de los medios de prueba, es de vital importancia prestar
declaración dentro de la etapa preliminar, pues, se podría evitar el inicio de un
proceso penal con el consiguiente menoscabo que se produce en la esfera
personal tanto material como espiritual del imputado. Si bien es cierto no hay
obligación de asistir a rendir declaración en esta etapa, existe la necesidad del
imputado de asistir e intentar aclarar los hechos, para evitar posteriores molestias.
Además, es necesario que las citaciones a las que se es convocado como
investigado, contengan la especificación de los cargos que se le imputan, de esa
manera poder preparar la defensa correspondiente. Caso contrario, estamos ante
un caso de indefensión, cuando se convoque al imputado a presentarse al
Ministerio Público, sin que se expliquen las razones de la citación.[ CITATION
Lil14 \l 10250 ].
2.1.1.8. Derecho a la imputación necesaria

Haciendo referencia que la imputación necesaria define toda precisión de


un hecho punible así se puede identificar que, este derecho ha sido desarrollado
en el medio por James Reátegui, y constituye un aspecto relevante del derecho
directamente involucrado en esta etapa de investigación preliminar [CITATION
REÁ11 \l 10250 ]. Para el autor, la investigación preliminar, como parte
integrante de la actividad persecutoria del delito liderada por el Ministerio
Público, debe estar rodeada de determinados principios de carácter constitucional,
y que su vigencia y su respeto pueden viabilizarse con el hábeas
corpus[ CITATION Gar82 \l 10250 ].
El principio de imputación necesaria protege derechos constitucionales
que han de estar presentes en la formalización de la denuncia. Estos derechos
consisten en la interdicción a la arbitrariedad, legalidad y debido proceso. La
imputación tiene que concretarse en las etapas iniciales del proceso penal, por lo
que bien puede denominarse, dice el autor, como “derecho a obtener una
resolución con imputación concreta”[ CITATION Cor00 \l 10250 ].
. La imputación necesaria exige que la etapa inicial sea donde se realice
con mayor intensidad este principio, pues solo de esa manera se asegura una
mejor protección de los derechos de defensa y la tutela de los demás derechos.
[ CITATION Jam12 \l 10250 ] Señala que este principio hace su aparición
dentro del proceso regulado por el Código de Procedimientos Penales, a partir de
la promulgación de la Ley Nº 28117, que modificara el artículo 77 del Código de
Procedimientos Penales. En esta ley se amplía el texto, por cuanto se señalan de
36

manera expresa que la instrucción solo se abrirá, si se considera que aparecen


indicios suficientes o elementos de juicio reveladores de la existencia de un
delito, que en la anterior ley no se hacía mención, además de precisar que es
necesario se haga la diferencia entre autor y partícipe.
El derecho a la imputación necesaria está conformado por una trilogía de
derechos, que se deberán de tener en cuenta si es que se pretende respetar el
Estado de Derecho Constitucional: motivación de las resoluciones, legalidad de la
conducta, y defensa del imputado. Para James Reátegui, el derecho de imputación
necesaria se desprende de otro derecho, que viene a ser el derecho a la tutela
procesal efectiva, de ahí que esta trilogía esté referida a derechos que se respetan
en su mayoría a la luz de un proceso penal, y no tanto de derecho material.
Empero, la exigencia de la imputación necesaria ha de ser en concordancia
práctica con la naturaleza y finalidad de la formalización de la denuncia, toda vez
que será el auto apertorio del proceso penal, el que inexorablemente deba
expresar una imputación concreta, específica y Particular Se entiende entonces la
vinculación de este principio con la materia de este trabajo, puesto que, primero,
la exigencia de este principio está ubicada en la etapa preprocesal[ CITATION
MAN49 \l 10250 ], buscando la concurrencia de los más elementales derechos
para sostener una adecuada imputación fáctico-jurídica acorde al momento
preprocesal; y segundo, la vulneración del principio de la imputación necesaria
conllevaría a la vulneración del debido proceso, procediendo entonces un hábeas
corpus de tipo conexo.
2.1.1.9. Derecho a la interdicción o proscripción de la arbitrariedad

La interdicción a la arbitrariedad garantiza que las decisiones del director


o conductor de la investigación se encuentren sujetas a elementales parámetros de
racionalidad, con la finalidad de evitar excesos, caprichos y subjetividades por
parte del mismo. En el caso del Ministerio Público, este derecho le es exigible
como discrecionalidad razonada, e implica necesariamente que la función estatal
de persecución del delito debe compatibilizar con la vigencia de los derechos
fundamentales de la persona. De allí que la formalización de la denuncia por parte
del Ministerio Público debe sustentar en forma clara y precisa la descripción
suficientemente detallada de los hechos presuntamente delictivos respecto a cada
uno de los investigados. Además, el no respeto a la legalidad, equivale a la
arbitrariedad, pues, en caso de tener como consecuencia la lesión del derecho a
libertad, se configura motivo para entablar una demanda de hábeas corpus, por
cuanto la lesión tiene como base un acto arbitrario, sin justificación alguna2.
Reiteramos, empero, como bien señala [CITATION HEI04 \l 10250 ], se
deben proscribir las actividades arbitrarias del Ministerio Público, mediante el
establecimiento de garantías necesarias, todo ello dentro del marco del proceso
penal en un Estado de Derecho.
Hasta este punto hemos analizado nueve argumentos, sobre cuya base
encontramos abundantes razones para la procedencia del hábeas corpus contra
actos de investigación preliminar. No solo desde la imposibilidadde sustraer
cualquier persona, ente, organismo o zona del control constitucional, sino por los
propios fundamentos del Estado de Derecho, protector de las libertades
2
Recordemos que la lesión de los derechos fundamentales sí se puede configurar, siempre y cuando sea una
decisión razonable y producto del respeto de los principios de legalidad, motivación y razonabilidad, mediante
la aplicación del test de proporcionalidad. Este permite una afectación legítima del derecho fundamental, a
través de los subprincipios de adecuación, necesidad y proporcionalidad en estricto.
37

personales de los individuos y garantizador de la interdicción de la arbitrariedad.


El Ministerio Público está obligado a respetar los derechos fundamentales y
ejercer la función requirente con sujeción a la Constitución Política para
garantizar el derecho a la libertad, derecho a la defensa, derecho a la imputación
necesaria, y el debido proceso de los investigados. Existe tanto contenido
constitucional en juego que resultaría imposible negar la posibilidad de la
procedencia del hábeas corpus contra los actos de investigación preliminar, que
nos preocupa la dicotomía o ambigüedad en que se desenvuelve el Tribunal
Constitucional respecto a una temática de tanta importancia. Sin embargo,
consideramos que la procedencia del hábeas corpus contra los actos de
investigación preliminar resulta procedente en tanto no vacíe el contenido del
interés público sobre la persecución e investigación del delito, ni transgreda los
intereses de los presuntos agraviados o víctimas.
En otras palabras, el hábeas corpus deberá proceder siempre y cuando se
haya vulnerado un derecho fundamental de la persona durante la investigación
preliminar, y que este resultado no sea, a propósito de la realización legítima de
las finalidades de la investigación preliminar. En consecuencia, sostenemos, la
imprescindibilidad del análisis casuístico para el estudio de la procedencia del
hábeas corpus contra los actos de investigación preliminar a cargo del Ministerio
Público. Esto contribuirá al desarrollo de una perspectiva constitucional de las
instituciones materiales y procesales relativas a la investigación preliminar del
delito[ CITATION Cor001 \l 10250 ].
Estamos convencidos de que la fundamentación empleada para la
procedencia del hábeas corpus contra actos de investigación preliminar,
satisfacerá no solo la vigencia subjetiva de los derechos fundamentales de la
persona humana, sino reafirmará la vigencia objetiva de estos, contribuyendo al
fortalecimiento del Estado democrático de derecho.
38

3. CAPÍTULO IV

3.1. Improcedencia del habeas corpus y sustracción de la materia


3.1.1. Causales de Improcedencia general
3.1.1.1. Cuando la amenaza al derecho invocado no es cierta ni eminente
La agresión directa no es la única forma de contravenir los derechos
constitucionales, cabe también un comportamiento opuesto a estos en caso de que
se vean amenazados. Amenaza y agresión directa constituyen transgresiones
contrarias al ordenamiento constitucional, pasibles de protección mediante los
procesos constitucionales.
En lo concerniente a la tutela frente a amenazas, esta no significa
únicamente que deba evitarse que se conviertan en agresión (cumplimiento de la
amenaza), pues no debe verse a la protección constitucional como un mero medio
de defensa preventiva. Por el contrario, debe considerarse que la amenaza en sí
misma constituye una limitación para el ejercicio efectivo de los derechos
fundamentales.
Asimismo, es necesario precisar que esta amenaza a los derechos
esenciales no puede ser una mera elucubración carente de peligrosidad
real. Es decir, no puede tratarse de actos futuros remotos e inciertos, que
pueden o no suceder, y de cuya ocurrencia no se tiene certeza clara y fundada. Al
respecto, si bien la Constitución establece que los procesos constitucionales de la
libertad (amparo, hábeas corpus, hábeas data) protegen frente a las amenazas sin
más, el Código Procesal Constitucional precisa que esta amenaza debe ser cierta y
real”.[CITATION Jur08 \p 99-100 \l 10250 ]
En torno a ello, el tribunal ha precisado que “se requiere que la amenaza
sea conocida como verdadera, segura e indubitable, que se manifieste con actos o
palabras que no dejen duda alguna de su ejecución y propósito de inminente y
posible, esto es, que no deje duda sobre su ejecución en un plazo inmediato e
imprevisible (STC Exp. Nº 0399-1669-HC/TC, f. j. 4.) Citado en [CITATION
Jur08 \p 100 \l 10250 ].
Además, ha señalado que para que se determine si existe certeza de la
amenaza del acto vulnerador de la libertad individual, se requiere la existencia de
“(...) un conocimiento seguro y claro de la amenaza a la libertad, dejando de lado
conjeturas o presunciones”. (STC Exp. Nº 0008-2005-PHC/TC, f. j. 3.) Citado en
[CITATION Jur08 \p 100 \l 10250 ] En tanto que, para que se configure la
inminencia del mismo, es preciso que “(...) se trate de un atentado a la libertad
personal que esté por suceder prontamente o en proceso de ejecución, no
reputándose como tal a los simples actos preparatorios. (STC Exp. Nº 2435-2002-
HC/TC, f. j. 2.) Citado en [CITATION Jur08 \p 100 \l 10250 ].
Así, en caso de que sea una amenaza la que se quiere revertir mediante el
proceso de hábeas corpus, si esta es supuesta o irreal, es absolutamente inocua o
su realización no sea cercana, se entiende que los derechos fundamentales
39

invocados no quedan en riesgo y, por lo tanto, no procede la demanda de tutela


constitucional. [CITATION Jur08 \p 100 \l 10250 ].
3.1.1.2. Cuando los hechos y el petitorio no se refiere directamente al
contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado.

El artículo 5, numeral 1 del Código Procesal Constitucional señala que el


petitorio de las demandas constitucionales debe estar referido al ámbito
constitucionalmente protegido de los derechos invocados.
De esta forma, a través de los procesos constitucionales, y
específicamente del hábeas corpus, se protegen solo contenidos de derechos con
relevancia constitucional, y no pretensiones de naturaleza legal, administrativa o
contractual, tan solo vinculadas con el contenido de un derecho fundamental, pero
que no forman parte de él. [CITATION Jur08 \p 101 \l 10250 ].
“Según el colegiado constitucional, para determinarse que estamos
ante el contenido constitucionalmente protegido de un derecho debe
atenderse a que se trate de una pretensión válida; es decir, un “sentido
interpretativo (…) válidamente atribuible a la disposición constitucional que
reconoce un derecho”. (STC Exp. Nº 0008-2005-PHC/TC, f. j. 3.) Citado en
[CITATION Jur08 \p 101 \l 10250 ].
“Ello quiere decir, como ha dejado indicado el tribunal en otra sentencia,
que el contenido del derecho alegado debe referirse a una posición
iusfundamental prima facie protegida, es decir, estar referido al “ámbito
normativo protegido” que se desprende del enunciado que reconoce el derecho
fundamental, el cual debe alegarse intervenido (lesionado, amenazado) en el caso
llevado ante la justicia constitucional. Solo en tal caso estaremos ante una
auténtica controversia constitucional, esto es, una pretensión con asidero
constitucional (con “fundamentalidad” o “relevancia constitucional”).
[CITATION Jur08 \l 10250 ]
Asimismo, debe precisarse que el contenido protegido de un derecho
fundamental no solo se desprende de las disposiciones de la Constitución, sino
también de los tratados internacionales en materia de derechos humanos.
Asimismo, en muchos casos debe tenerse en cuenta las leyes de desarrollo
constitucional y la jurisprudencia (nacional y supranacional), que ayudan a
delimitar el contenido protegido, lo que se produce con cierta frecuencia debido a
la naturaleza abierta e indeterminada de las normas que reconocen derechos
fundamentales[CITATION Jur08 \l 10250 ].
Con lo indicado, si el ámbito protegido por el derecho invocado no se
desprende de las normas constitucionales (y tratados sobre derechos humanos),
pero sí directamente de otras fuentes jurídicas (por ejemplo: leyes o normas de
inferior jerarquía, actos administrativos, actos y negocios jurídicos), no estamos
ante el denominado “contenido constitucionalmente protegido”, sino solo ante un
ámbito infralegal que merece protección a través la jurisdicción ordinaria.
[CITATION Jur08 \l 10250 ] “
3.1.1.3. Cuando el agraviado haya recurrido a otro proceso judicial para
solicitar la tutela de sus derechos fundamentales.

Esta causal de improcedencia implica que el demandante optó por otra vía
la de la justicia ordinaria para que sus derechos afectados sean protegidos. Al
respecto, se sabe que en todo proceso judicial no solo se debe respetar los
40

derechos fundamentales, sino que además este debe estar al servicio de su


adecuada protección. Por ello, todo proceso judicial sirve para la protección de
los derechos constitucionales, siendo la jurisdicción constitucional simplemente
una más especializada y de carácter urgente. [CITATION Jur08 \l 10250 ].
Por ello, no puede admitirse la existencia de dos procesos en los que se
pretenda lo mismo. Según las consideraciones del tribunal, el objeto de esta
causal de improcedencia “es evitar que se emitan sentencias contradictorias sobre
el mismo asunto controvertido, y se configura cuando el proceso judicial
ordinario se inicia con anterioridad al pro-ceso constitucional y exista
simultaneidad en la tramitación de ambos, vale decir se genere una articulación
disfuncional al haber acudido a la vía ordinaria antes que a la constitucional para
la defensa del derecho fundamental (RTC Exp. Nº 04828-2007-AA/TC, f. j. 3.)
Citado en [CITATION Jur08 \p 101 \l 10250 ].
Con ello se privilegia la opción que tomó inicialmente el demandante de
recurrir al proceso ordinario, debiéndose declarar improcedente la demanda
constitucional de hábeas corpus presentada después. [CITATION Jur08 \p 102 \l
10250 ].
Ahora bien, el juez constitucional, al determinar la improcedencia por esta
causa, deberá asegurarse de que existe identidad entre el proceso ordinario (ya
iniciado) y el constitucional (que se presenta ante él). Una vez más, siguiendo al
máximo intérprete de la constitucionalidad tenemos que esta identidad de
procesos se produce “cuando en ambos participan las mismas partes, el petitorio
es el mismo es decir, aquello que efectivamente se solicita, así como el título,
esto es, el conjunto de fundamentos de hecho y de derecho que sustentan el
pedido- y el interés para obrar es así mismo igual”. [CITATION Jur08 \p 102 \l
10250 ].
Si bien es difícil que se produzca esta identidad con respecto del proceso
de hábeas corpus -ya que no existen procesos similares-, ello no es imposible. Por
ejemplo, ante un proceso de hábeas corpus contra resolución judicial, el colegiado
constitucional consideró que “la solicitud de nulidad interpuesta contra [la
resolución cuestionada] por el recurrente, revela que este optó por recurrir a una
vía judicial paralela para solicitar la tutela de sus derechos fundamentales, lo que
supuso incurrir en la causal de improcedencia [actualmente] establecida en el
artículo 5.3. del Código Procesal Constitucional. (STC Exp. Nº 03526-2004-
HC/TC, f. j. 8.) Citado en [CITATION Jur08 \p 101 \l 10250 ]
3.1.1.4. Cuando haya litispendencia

Esta causal está estrechamente vinculada con la anterior. En efecto, así


como no es tolerable que un demandante inicie un proceso constitucional,
solicitando una tutela ya pedida en un proceso ordinario en trámite, por los
mismos argumentos deberá declararse improcedente un proceso constitucional
cuando exista otro pendiente en el que se analice la misma afectación.
[CITATION Jur08 \l 10250 ] .
Refiriéndose explícitamente a las diferencias y semejanzas entre esta
y la anterior causal de improcedencia, ha dejado anotado el Tribunal
Constitucional:
“El artículo 5, inciso 6 del Código Procesal Constitucional estable-
ce que no proceden los procesos constitucionales cuando ‘[...] haya
litispendencia’. El objeto de la causal de improcedencia descrita es evitar que se
41

emitan sentencias contradictorias sobre el mismo asunto controvertido y se


configura al existir simultaneidad en la tramitación de los procesos
constitucionales, vale decir cuando ambos se encuentren en curso. Por su parte, el
artículo 5, inciso 3 del citado ordenamiento procesal establece la improcedencia
de los procesos constitucionales cuando ‘el agraviado haya recurrido previamente
a otro proceso judicial para pedir tutela respecto de su derecho constitucional’. La
finalidad de la vía paralela, al igual que en el caso de la litispendencia, es evitar
los pronunciamientos contradictorios sobre la misma cuestión y se materializa
cuando el proceso judicial ordinario se inicia con anterioridad al proceso
constitucional y exista un trámite simultáneo de los procesos”. (STC Exp. Nº
00893-2007-PA/TC, f. j. 3.) Citado en [CITATION Jur08 \p 104 \l 10250 ].
Así visto, ambas causales buscan que se proscriba la posibilidad de doble
pronunciamiento de contenido contradictorio, máxime teniendo en cuenta que
podría tratarse de una actuación temeraria del demandante. [CITATION Jur08 \p
104 \l 10250 ]

3.1.1.5. Cuando se cuestione una resolución firme recaída en otro proceso


constitucional en el que se haya respetado el derecho al debido
proceso.

El Código Procesal Constitucional, en el mismo inciso que prevé la


improcedencia de los procesos constitucionales por litispendencia (artículo 5,
numeral 6 del Código Procesal Constitucional), señala que no proceden los
procesos constitucionales para cuestionar “una resolución firme recaída en otro
proceso constitucional”. Con ello, el legislador habría querido limitar sobre todo
la procedencia de “amparo contra amparos”, “amparos contra hábeas data” y
“hábeas corpus contra hábeas corpus”, que son las modalidades de “procesos
constitucionales contra procesos constitucionales” que podrían presentarse.
[CITATION Cas06 \p 340-342 \l 10250 ].
Al respecto, en lo que concierne a esta parte, nos avocaremos a la
explicación del “hábeas corpus contra hábeas corpus”, pero teniendo muy en
cuenta lo anotado en la jurisprudencia constitucional sobre el “amparo contra
amparo”, que es la modalidad sobre la cual el Tribunal Constitucional ha tenido
más ocasiones para pronunciarse. [CITATION Jur08 \l 10250 ]
Ahora bien, debe tenerse en cuenta que el “hábeas corpus contra hábeas
corpus” es una forma de “hábeas corpus contra resolución judicial”. Al respecto,
el artículo 4 del Código Procesal Constitucional indica que procede el hábeas
corpus “cuando una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la
libertad individual y la tutela procesal efectiva”. En tal sentido, si no fuera por la
causal de improcedencia analizada aquí, deberíamos admitir que puede
cuestionarse a través de un proceso de hábeas corpus las irregularidades ocurridas
en otro proceso de hábeas corpus, siempre que en este último se considere
comprometidos los derechos a la tutela procesal efectiva (conformado por los
derechos al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva) y a la libertad
personal (además de otros derechos conexos que pudieran estar involucrados).
[CITATION Jur08 \l 10250 ].

Al respecto, no obstante la redacción prohibitiva y cerrada del código, el


colegiado constitucional ha admitido la procedencia de procesos
constitucionales contra otros en caso de que se haya afectado la tutela procesal
42

efectiva. Ha explicado el tribunal que “cuando el Código Procesal Constitucional


se refiere en su artículo 5, inciso 6, a la improcedencia de un proceso
constitucional que cuestiona una resolución judicial firme recaída en otro proceso
constitucional, esta disposición restrictiva debe entenderse referida a procesos
donde se han respetado de modo escrupuloso el debido proceso y la tutela
procesal efectiva en sus distintas manifestaciones, conforme al artículo 4 del
mismo Código Procesal Constitucional” (STC Exp. Nº 3846-2004-PA/TC, f. j. 5.)
Citado en [CITATION Jur08 \p 105 \l 10250 ].
Ello, por cuanto una especial tarea de la justicia constitucional es
controlar todo ejercicio de poder, incluyendo el ejercido por los propios
jueces constitucionales. Efectivamente, al respecto debe tenerse en cuenta que
“no hay campos de invulnerabilidad a donde el proceso constitucional no pueda
ingresar y donde, por ende, no se pueda corregir los eventuales excesos” (STC
Exp. Nº 216-2003-AA/TC, f. j. 3.) Citado en [CITATION Jur08 \p 105 \l
10250 ].
No obstante, el Tribunal Constitucional ha hecho una atingencia res-
pecto de la procedencia de un “proceso constitucional contra otro proceso
constitucional” (a partir de analizar la procedencia del “amparo contra amparo”):
“Dada la naturaleza excepcional de los procesos constitucionales el amparo
contra amparo’ se configura como una excepción dentro de la excepción, por lo
que los jueces deben valorar la intensidad de la afectación y el nivel de
acreditación que se presente a efectos de no permitir que cualquier alegación
pueda merecer una nueva revisión de los procesos constitucionales. Este
colegiado considera pertinente dejar establecido que su uso excepcional solo
podrá prosperar por única vez y los derechos procesales) ” (STC Exp. Nº 3179-
2004-AA/TC, f. j. 20.) Citado en [CITATION Jur08 \p 107 \l 10250 ], asimismo a
las decisiones materialmente injustas (STC Exp. Nº 3361-2004-AA/TC, f. j. 49,
STC Exp. N° 1223-2003-AA/TC, f. j. 3, d.) Citado en [CITATION Jur08 \p
107 \l 10250 ], o no conformes a Derecho (STC Exp. Nº 00654-2007-AA/TC, f. j.
24..) Citado en [CITATION Jur08 \p 107 \l 10250 ],
3.1.1.6. Cuando a la presentación de la demanda ha cesado la amenaza o la
violación de un derecho constitucional o se ha convertido en
irreparable.

Esta causal de improcedencia está prevista en el numeral 5 del artículo 5


del Código Procesal Constitucional. Señala que la demanda debe ser rechazada
por el juez constitucional si al presentarse ya no existe una intervención vigente
(lesión o amenaza) en el derecho fundamental invocado, o si tal intervención ha
sido tan grave o continua que no hay forma de revertir la situación
inconstitucional, para regresar las cosas al estado anterior a la afectación (que es
el objeto de los procesos constitucionales, según el artículo 1 del Código Procesal
Constitucional). [CITATION Jur08 \l 10250 ].
Como puede apreciarse, se trata de supuestos distintos, uno (cese de
amenaza o violación) vinculado a la decisión voluntaria del agresor de no
continuar con su comportamiento lesivo; así, por ejemplo, “en los casos en los
que la autoridad, funcionario o persona demandada es quien con su propio
comportamiento devuelve las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de
violación de los derechos, sin que para tal efecto resulte necesario
43

pronunciamiento por parte del juez constitucional”. [CITATION LUI08 \p 400 \l


10250 ].
El otro supuesto (daño irreparable) implica “una situación especial
generada como resultado de la gravedad y sobre todo de las consecuencias del
agravio producido. En este supuesto, la vulneración alegada ha sido de tal
magnitud o relevancia, que se hace materialmente imposible reponer las cosas al
estado anterior a la violación o amenaza de violación de los derechos (…),
siquiera parcialmente” [CITATION LUI08 \p 400 \l 10250 ].
Ahora bien, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional habría
reconocido la posibilidad de que se inicie un proceso de hábeas corpus, no
obstante que la afectación o amenaza hayan cesado o se hayan tornado
irreparables. Así, tenemos al “hábeas corpus innovativo”, que según el colegiado
constitucional: “[p]rocede cuando, pese a haber cesado la amenaza o la violación
de la libertad personal, se solicita la intervención jurisdiccional con el objeto de
que tales situaciones no se repitan en el futuro, en el particular caso del
accionante” (STC Exp. Nº 3179-2004-AA/TC, f. j. 20.) Citado en [CITATION
Jur08 \p 107 \l 10250 ].
Al respecto, existe calificada doctrina a favor[ CITATION LAN03 \l
10250 ] y en contra[CITATION cas08 \l 10250 ] de que se pueda iniciar un
hábeas corpus soslayando la causal de improcedencia que analizamos. El
principal cuestionamiento que se hace a esta posibilidad es que ya no existe una
agresión vigente de un derecho fundamental [ CITATION cas08 \l 10250 ] y, por
lo tanto, nada habría por tutelar; e incluso se incurría en la causal de
improcedencia del numeral 1, del artículo 5 del Código Procesal Constitucional,
que obliga a que exista una intervención en el contenido protegido de un derecho
fundamental. [CITATION Jur08 \l 10250 ]
En tal sentido, se considera que por “hábeas corpus innovativo” no debe
entenderse aquel proceso iniciado después de que se produjo el cese o la
irreparabilidad del daño (es decir, una excepción al artículo 5, numeral 5, del
Código Procesal Constitucional), sino únicamente al proceso en que se produjo la
sustracción de la materia, es decir, el supuesto en que, en un proceso de hábeas
corpus ya iniciado, ocurrió un daño irremediable o se revirtió la fectación, pero el
juez considera que igual- mente debe emitir pronunciamiento sobre el fondo,
prohibiendo que se produzcan nuevas afectaciones a los derechos(STC Exp. Nº
0106-2004-HC/TC, f. j. 6. / STC Exp. Nº 00256-2003-HC/TC, f. j. 9.) Citado en
[CITATION Jur08 \p 107 \l 10250 ] (conforme lo prevén los artículos 1 y 34
numeral 4 del Código Procesal Constitucional).
Con lo anotado, en general no procederán los hábeas corpus en caso
de afectación o amenazas que hayan cesado o se hayan reparado. Sin
embargo, ante determinados supuestos en los que el juez considere especialmente
graves los hechos lesivos ocurridos, podría admitir a trámite la demanda y
resolver proscribiendo una posible reiteración de los daños. Ello ha sido
reconocido en alguna jurisprudencia y por un sector de la doctrina. [CITATION
Jur08 \l 10250 ]
Así, por ejemplo, tenemos la STC Exp. Nº 5490-2007-HC/TC (caso
Elvito Rodríguez), en la que señala el colegiado: “Si bien (…) se advierte que el
mandato de detención impuesto al demandante fue variado por el de
comparecencia, habiendo cesado así la vulneración que se alega en la demanda,
resulta necesario no solo proceder al reconocimiento del derecho fundamental
invocado, sino reconocer también que el agravio cometido contra el demandante
44

implicó un grave atentado contra sus derechos constitucionales a la dignidad, al


honor y a la presunción de inocencia, por parte de las autoridades que
participaron en su detención” (f.j.3), declarando de esta forma fundada la
demanda “bajo apercibimiento de aplicarse las medidas coercitivas previstas en el
artículo 22 del Código Procesal Constitucional, (...) en caso de reiteración de los
actos violatorios cuestionados”.
Otro ejemplo interesante de este supuesto -y que proviene de la doctrina-
es: “El caso de una persona que es detenida arbitrariamente por la policía y
expulsada inmediatamente del país, pero que el hábeas corpus por ser
extemporáneo podría ser declarado improcedente por sustracción de la materia;
pero, como fue expulsado ilegalmente se entendería fundado su hábeas corpus,
para que tenga el derecho de regresar libremente y no encontrar una ficha policial
que restrinja o afecte su libertad personal por haber sido expulsado del
país”[CITATION LAN03 \p 116-117 \l 10250 ].

3.1.2. Causales de improcedencia específico


3.1.2.1. Cuando la resolución judicial cuestionada carece de firmeza

Como señalamos, el hábeas corpus procede contra la resolución judicial


que vulnera de manera manifiesta la libertad individual y la tutela procesal
efectiva (artículo 4 del Código Procesal Constitucional). El código precisa
asimismo que esta resolución debe tener condición de firme.
Al respecto, una resolución firme es aquella sobre la cual se han
interpuesto todos los medios impugnatorios que contempla la ley procesal, si los
hay. En tal sentido, se trata de una resolución que o bien ha llegado a la máxima
instancia revisora y ya no puede ser cuestionada dentro del proceso ordinario, o
una respecto de la cual no se ha previsto medios impugnatorios.
En efecto, una resolución judicial firme no es, en todos los casos,
aquella que pone fin al proceso. Así, no se trata siempre de una resolución
definitiva, sino cuanto menos de una que ya no puede ser modificada, sea porque
no existen vías para su impugnación (como sucede con el auto de apertura de
instrucción) o porque es una resolución de la última instancia judicial (frente a la
cual no quedan mecanismos de impugnación). En cualquier caso, una resolución
firme es una inimpugnable.
Además, la firmeza de la resolución judicial debe provenir de lo pre-
visto en la ley respecto a si existen recursos impugnatorios pendientes,
pero no del consentimiento de la resolución por parte del presunto afectado.
Ciertamente, durante el proceso judicial deberá exigirse la tutela de los derechos
constitucionales que se consideran afectados, vía los mecanismos ordinarios
existentes. Si ello no se realiza y la decisión judicial queda consentida, la
demanda no debería proceder, pues no estaríamos ante un supuesto de resolución
judicial firme, sino más bien de una aceptada por las partes. Tal restricción se
fundamenta en el carácter excepcional del amparo contra resoluciones judiciales,
debiéndose entender que los jueces ordinarios (y no solo los constitucionales)
tienen la tarea de proteger los derechos fundamentales de los involucrados en el
proceso, asimismo que la supuesta afectación es tan urgente que obligó al
afectado a agotar los mecanismos existentes en el proceso judicial. [CITATION
Jur08 \l 10250 ].
45

3.1.3. Sustracción de la materia

Si luego de presentada la demanda cesa la violación o la amenaza de violación de los


derechos constitucionales, o si el daño se vuelve irreparable, se produce la sustracción de la
materia justiciable para el juez que conoce del caso.
Efectivamente, si de acuerdo con el artículo 1 del Código Procesal Constitucional la
finalidad de los procesos constitucionales de la libertad (incluyendo el hábeas corpus) es
reponer las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho
constitucional, y si tal reposición no se puede lograr debido a que se produjo la
irreparabilidad o cese de la afectación, continuar con el proceso de hábeas corpus carecería,
prima facie, de sentido.
Sin embargo, el referido artículo 1 también señala que, atendiendo al agravio
producido, el juez constitucional puede declarar fundada la demanda si lo estima pertinente,
precisando además los alcances de su decisión y disponiendo que el demandado no vuelva a
incurrir en los mismos actos. De lo contrario, si el agresor insiste en su conducta
inconstitucional, el juez estará facultado para adoptar las medidas coercitivas que contempla
el artículo 22 del Código Procesal Constitucional.
Al respecto, debe tenerse en cuenta que, en general, ante un supuesto de cese o
irreparabilidad del daño dentro del proceso (sustracción de la materia), el juez constitucional
debería declarar improcedente la demanda. Solo si encuentra suficientes méritos en la lesión
producida o si los hechos ocurridos son de una trascendencia tal que obligan a un
pronunciamiento favorable, el juez constitucional quedará constreñido a emitir sentencia
sobre el fondo, declarando fundada la demanda y ordenando las medidas que correspondan,
de acuerdo con el código.
Sin duda la sustracción de la materia guarda relación con la causal de improcedencia
prevista por el artículo 5, numeral 5 del Código Procesal Constitucional. Al respecto, debe
tenerse en cuenta que la primera (sustracción de la materia) se refiere al cese o irreparabilidad
de la vulneración o la amenaza cuando el trámite de hábeas corpus ya fue iniciado, mientras
que la causal mencionada se refiere al cese o irreparabilidad [CITATION Jur08 \l 10250 ].
46

4. Conclusiones
 La siguiente conclusión es poder determinar las circunstancias del Habeas Corpus
como garantía constitucional de la libertad de la persona y proteger los derechos
protegidos que consignan en la constitución política del Perú.
 Queda claro que la demanda de habeas corpus es interpuesta ante cualquier juez
jurisdiccional y este no puede negarse a resolverlo, así mimos dicha demanda debe ser
atendido en el tiempo menor posible, aun cuando la afectación se haya producido un
diferente lugar, vale decir que el proceso de habeas corpus de carácter sumarísimo
para las detenciones arbitrarias y excarcelaciones

47

5. Recomendaciones
 Frente a este tipo de garantía constitucional se debe de actuar de forma más eficiente
y no dilatar procesos de vulneración de derechos de la persona y conexos, no cabe
duda que en países como México el proceso constitucional como el habeas corpus,
solo es de aplicación para la detención arbitraria y los demás derechos vulnerados
están amparados en la acción de amparo para su protección, cabe decir en España el
habeas corpus es resuelto en una sola instancia, sin la necesidad de que haya una
apelación, implica que en nuestra legislación, el habeas corpus es de aplicación hasta
una tercera instancia, el tribunal constitucional.
 El procedimiento del proceso de habeas Corpus en el proceso constitucional, en
cuanto la vulneración de un derecho primigenia o conexo es de interés de na
colectividad o de interés individual, sin embargo el tiempo para su apelación es de
solo dos días hábiles para impugnar, a todo ello el individuo al interponer una
demanda de habeas corpus, y para interponer el recurso de apelación el tiempo de dos
días no basta para el análisis de la sentencia,


48

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