Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Este artículo analiza el Programa Nacional de Bilingüismo en conexión con otras reformas
educativas y lingüísticas promovidas en Colombia y distintos procesos de inclusión,
exclusión y estratificación que las acompañan. El autor esboza algunos patrones que han
acompañado distintas reformas educativas y lingüísticas en el país y diversos fenómenos
reportados a nivel internacional que ahora se pueden evidenciar en Colombia. Estos incluyen:
la “externalización” de discursos, la instrumentalización de las lenguas, la estratificación de
grupos, idiomas y culturas, y la estandarización y marketización de las lenguas extranjeras.
Este artículo busca demostrar que los procesos de inclusión, exclusión, y estratificación
social a través de la escuela son favorecidos no solamente a través del ejercicio del poder y
el control de parte del gobierno, sino también mediante la introducción de nuevos discursos,
políticas, y practicas escolares.
Introducción
Estos cambios comenzarían a generar reacciones inmediatas en toda Colombia. Si bien los
analistas tendían a coincidir en la importancia del inglés, la necesidad de mejorar la
enseñanza y el aprendizaje de idiomas extranjeros en Colombia y la importancia de un plan
coherente que pudiera atender las necesidades de los estudiantes y los maestros, varios
dirigentes locales e internacionales cuestionaron el plan (Boletín ASOCOPI, 2007;
Ministerio de Educación Nacional, 2005; Revista Internacional Magisterio, marzo de 2007).
Entre estas voces, algunas cuestionaron la propia adopción del término "bilingüismo";
en un país como Colombia (Ayala & Álvarez, 2005; Cárdenas; 2006; Sánchez &
Obando, 2008), o criticaron su limitada noción de bilingüismo español-inglés (de Zárate,
2007). Otros se alarmaron por sus efectos negativos en los diferentes grupos étnicos del país
(Gómez, 2007), su enfoque de adopción vertical que no reconocía los conocimientos y
esfuerzos locales para el mejoramiento de las escuelas y el desarrollo profesional (González,
2007; Quintero, 2007), o incluso su dudosa viabilidad debido al escaso contacto de los
estudiantes colombianos con el idioma extranjero (Genesse, 2007). Como ocurrió con
algunas de las reformas examinadas en la primera sección de este documento, la aplicación
del Programa Nacional Bilingüe comenzó a tener lugar en un ambiente muy disputado, lo
que necesariamente condicionaría su promulgación real.
Todas estas observaciones críticas nos llevan a plantear una serie de cuestiones importantes
sobre la política lingüística y educativa en Colombia. Por ejemplo, cabe preguntarse por qué
el Gobierno nacional sigue reforzando el plan a pesar de estas preocupaciones locales e
internacionales; cómo se conecta el Programa Nacional Bilingüe con otros programas
económicos, políticos y culturales oficiales y no oficiales que conforman la política nacional;
cómo circulan los discursos y las prácticas globales a través de la política internacional y se
adoptan a nivel nacional; cómo se representan los diferentes subgrupos de la población en
las actuales políticas educativas y lingüísticas de Colombia; y qué efectos finales pueden
tener estas políticas en los diferentes subgrupos de la población. Estas cuestiones perdurables
y bastante evolutivas en relación con las tendencias internacionales de reforma impulsarán
mi análisis en la sección final de este documento.
La política lingüística y educativa en Colombia y la reforma internacional: Explorando
los procesos de inclusión, exclusión y estratificación.
Para responder a algunas de estas preguntas, en la última sección de este documento exploro
la conexión entre lo local y lo global y cómo lo que sucede en Colombia se asemeja o difiere
de las tendencias internacionales de reforma lingüística y educativa. Para este último
propósito, investigo algunas tendencias internacionales que van de la mano con las reformas
actuales en los países y nos ayudan a explicar lo que sucede en Colombia. Estos procesos
pueden conceptualizarse como la "externalización de los discursos transnacionales";,
la "instrumentalización del aprendizaje de idiomas";, la "estratificación de
idiomas, grupos y culturas"; y la "normalización y comercialización de la enseñanza y
el aprendizaje de idiomas extranjeros";. En esta última sección, me explayaré sobre estos
asuntos como una forma de contribuir al debate actual en Colombia, contextualizar la política
nacional en un contexto internacional y, por lo tanto, explorar más las implicaciones de las
políticas actuales.
La externalización e internalización de la educación y los discursos lingüísticos
Los académicos de diferentes latitudes explican los procesos de préstamo y endeudamiento
de políticas que tienen lugar durante la época actual, el papel que desempeñan las
organizaciones internacionales en la transferencia de políticas y cómo se favorecen los
procesos de inclusión, exclusión y estratificación a través de políticas educativas y
lingüísticas como el Programa Nacional Bilingüe. Inspirándose en Schriewer (1990), Steiner-
Khamsi (2004) se refirió al concepto de "externalización"; para explicar cómo, en el
proceso de hacer que los sistemas escolares locales parezcan más "competitivos";, los
gobiernos nacionales adoptan diferentes discursos y modelos aceptados por una imaginaria
"comunidad internacional"; o una concreta otra, que es evocada "como una
fuente de autoridad externa"(p. 203).
Y este parece ser el caso del Programa Nacional Bilingüe y la mayoría de las reformas
lingüísticas y educativas que lo han precedido. Como se ha explicado anteriormente, los
funcionarios gubernamentales se han enfrentado a un historial de políticas ineficaces y a una
presión externa cada vez mayor para que adopten políticas lingüísticas que atraigan a
"la comunidad internacional";. En este proceso, han decidido tomar prestado un
discurso mundial sobre el "bilingüismo";, han adoptado un modelo europeo de
enseñanza y aprendizaje de idiomas, han aplicado normas y pruebas sólidas a nivel
internacional y han encargado a organizaciones transnacionales como el Consejo Británico y
Cambridge University Press la aplicación local. El resultado es una amalgama de discursos
internacionales adoptados, adaptados y resistidos a nivel local, mientras que los esfuerzos y
fracasos del pasado se resuelven políticamente tomando prestado de otros y degradando lo
local. Como ha sucedido en otros países, esta externalización e internalización de los
discursos y las prácticas han convertido la adopción y aplicación de la nueva política en un
proceso muy controvertido, en el que las presiones externas ejercen una influencia sobre los
encargados de la formulación de políticas locales, los académicos locales reaccionan en su
mayoría contra la reforma y los maestros y alumnos de las escuelas se quedan en medio del
debate con la intrincada tarea de promulgar la política (véase Saldarriaga y Toro, 2002).
La externalización e internalización de los discursos y la adopción de la retórica y las
prácticas de política internacional en Colombia se han relacionado con la exclusión de los
conocimientos locales no sólo en las reformas locales actuales sino también en las pasadas.
En el caso del Programa Nacional Bilingüe, en el proceso de formulación del plan el gobierno
nacional descargó toda la responsabilidad en representantes de organizaciones extranjeras
como el Consejo Británico, y aunque los líderes de las universidades colombianas fueron
llamados a participar, sus voces fueron silenciadas y sustituidas por las opiniones europeas
sobre el lenguaje, la enseñanza y el aprendizaje (Quintero, 2007). Esta es la razón principal
por la que los representantes de las universidades públicas más importantes del país
decidieron retirarse del proceso de aplicación, en lugar de limitarse a aceptar que sus nombres
e instituciones se utilicen para autenticar la imposición. Al igual que en los esfuerzos de
reforma de otros países (véase, por ejemplo, Tatoo, 2007; Veugelers, 2004; Zeichner &
Ndimande, 2008), se esperaba que los líderes colombianos validaran el programa en un
proceso de toma de decisiones de arriba abajo en el que los actores extranjeros han controlado
la agenda. Como podemos concluir, y en línea con las tendencias internacionales de reforma,
la externalización e internalización de los discursos de política en el caso de la reforma en
Colombia se ha acompañado de procesos de exclusión e imposición de nuevos discursos. En
este proceso, lo local se considera anticuado y obsoleto; los conocimientos locales son
sustituidos por los extranjeros, y los discursos prestados son internalizados por los
encargados de la formulación de políticas y los interesados de las escuelas nativas, al tiempo
que se toman como base para la reforma.
La instrumentalización del aprendizaje de idiomas
La externalización de los discursos y las prácticas en presencia de prestamistas
internacionales como el Consejo Británico parece estar estrechamente relacionada con un
segundo fenómeno: la instrumentalización de la educación y el aprendizaje de idiomas. Tal
como se presenta en la literatura (de Mejía, 2006; Lantolf & Sunderman, 2001; Tochon,
In press; Valencia, 2007a, 2007b; Ayala & Álvarez, 2005), el aprendizaje de un idioma
extranjero puede servir al menos para tres conjuntos de propósitos diferentes: un objetivo
humanitario, intelectual o cultural; un propósito cognitivo y de desarrollo del lenguaje; y un
objetivo utilitario, instrumental o práctico. Desde el punto de vista humanitario, intelectual y
cultural, los idiomas extranjeros permiten una mejor comprensión humana del "otro";,
lo diferente y lo inaccesible, al romper las barreras lingüísticas y permitir una inclusión
basada en la sensibilidad intercultural. Desde el punto de vista cognitivo o del desarrollo del
lenguaje, un idioma extranjero abre la posibilidad de conocer otras formas de percibir el
mundo a través del lenguaje, otras alternativas para nombrar lo que nos rodea, y desarrollar
una forma más flexible de razonar y afrontar el aprendizaje y la vida. Por último, desde un
punto de vista utilitario, una lengua extranjera se convierte en una herramienta que sirve para
fines económicos, prácticos, industriales y militares (véase Lantolf & Sunderman,
2001). El aprendizaje de un idioma extranjero, de esta manera, pierde la mayor parte de sus
motivaciones de desarrollo cultural y cognitivo, y se convierte en otra estrategia para elaborar
un mejor currículum, conseguir un mejor empleo, ser más competitivo en la economía del
conocimiento (Guile, 2006), o, como han explicado claramente Lantolf y Sunderman, incluso
participar en guerras que tienen lugar en el extranjero.
Y la externalización de los discursos y las prácticas parece excluir otras posibilidades y
promover una visión instrumental del aprendizaje de idiomas extranjeros en relación con
términos como "capital humano"; y "economía del conocimiento";. Esto suele
ocurrir cuando los modelos transnacionales y locales de "competitividad"; no sólo se
asocian con el intercambio de dinero, el capital económico o el comercio de bienes tangibles,
sino que también están relacionados con la "aplicación de conocimientos de cualquier
campo o fuente, nueva o antigua, para estimular el desarrollo económico";, o lo que Drucker
(1969) denominó la "economía del conocimiento"; (según cita Guile, 2006, pág. 355).
En este nuevo entorno, el "crecimiento económico"; y la "competitividad"; no
dependen sólo o principalmente de la posesión y el control de los flujos internacionales de
divisas, sino de la capacidad de competir con el capital humano (Becker, 2002). Tener este
capital humano incluye poseer tecnologías de información y comunicación, conocimientos
innovadores, información de vanguardia, ideas creativas, y ser un individuo competente,
saludable y multilingüe que domine al menos una de las lingua francas de nuestro tiempo.
Desde esta perspectiva, el énfasis reciente que los modelos internacionales de reforma ponen
en la educación y la importancia que las reformas locales otorgan a la tecnología, los flujos
de información, las credenciales, la enseñanza y el aprendizaje del inglés, las normas, los
exámenes y las regulaciones educativas están conectados con las necesidades productivas
locales y transnacionales. Éstas suelen estar determinadas por los grupos económicos en
virtud de opiniones racionales sobre la educación, el idioma y la política, y se destacan mucho
en las políticas económicas y sociales actuales (Hargreaves, 2003; Munck, 2005).
Como sucede en Colombia, estas opiniones instrumentales sobre la educación y la política
están estrechamente relacionadas con nociones particulares de "desarrollo";,
"competitividad";, "capital humano"; y "economía del conocimiento";.
Estas nociones conforman la política actual y la percepción pública de la educación formal y
el aprendizaje de idiomas extranjeros, especialmente cuando la gente ve en la educación y
los idiomas extranjeros una verdadera oportunidad de tener éxito y encontrar un mejor
trabajo. Así es como en el proceso de "inserción"; del país en la economía mundial, los
defensores de la reforma tienden a racionalizar el aprendizaje de idiomas extranjeros y a
reforzar los objetivos instrumentales a expensas de las razones cognitivas y socioculturales.
Como se demuestra en los documentos de política examinados anteriormente, el gobierno
suele vincular el bilingüismo a grandes expresiones como "ser competitivo";,
"economía mundial"; o como "el vehículo que necesitamos para aprovechar
sustancialmente los beneficios que ofrece, por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio o las
nuevas oportunidades comerciales y educativas disponibles en el extranjero"; (Ministerio de
Educación, 2005).
La estratificación de idiomas y culturas
Con la internacionalización de los discursos y las prácticas y la instrumentalización de la
educación, el aprendizaje, el conocimiento y los idiomas, se evidencia un tercer proceso en
Colombia: la estratificación de idiomas, grupos y culturas y la exclusión sistémica de grupos
e individuos menos poderosos. En el caso de Colombia, y en el contexto del Programa
Nacional Bilingüe, la situación de las lenguas y culturas indígenas se vuelve más que
preocupante. Como indica el último Censo Nacional (DANE, 2008), de los 44 millones de
habitantes del país, 1. 435. 575 habitantes se identifican como miembros de las comunidades
indígenas, afrodescendientes o rom que viven en Colombia, pero sólo el 44% de ellos habla
su lengua materna3. Es decir, mientras que según los datos oficiales el 3,2% de la población
de Colombia pertenece a estas tres minorías, sólo 635. 645 personas, es decir,
aproximadamente el 1,5% de la población total del país, manifiestan ser bilingües o
multilingües en cualquiera de sus idiomas y en español. Normalmente combinan dos o más
idiomas en su vida cotidiana, pero luchan por mantener su código lingüístico y su cultura en
un país donde el español es y ha sido históricamente dominante en los escenarios públicos,
legales y comerciales, y, como se presenta en la primera parte de este documento, a los
idiomas minoritarios locales no se les ha asignado el alto valor y respeto que merecen4 (de
Mejía. 2004; Sanmiguel, 2007).
Así es como, en tiempos en que los idiomas se estratifican según su valor instrumental en el
mercado de trabajo, y los idiomas como el inglés adquieren un estatus más elevado basándose
en la suposición de que ofrecen mejores posibilidades de empleo y de desplazamiento, se
considera que los idiomas indígenas están infravalorados y desaparecen (de Zárate, 2007;
Sanmiguel, 2007). Como ilustra de Mejía (2004): "Debido a la reciente apertura
económica del país en respuesta a las tendencias globalizadoras e internacionalizadoras, la
promoción profesional depende en gran medida del dominio del idioma inglés, y la educación
bilingüe se considera la clave para el desarrollo de los idiomas extranjeros. Así pues, el
bilingüismo de prestigio o de "élite"; tiene un perfil muy alto entre las clases media y
alta colombianas y hay una demanda creciente de programas bilingües (especialmente la
provisión de inglés-español). El apoyo de los padres a la educación bilingüe es, por lo tanto,
muy fuerte y asistir a una escuela bilingüe se considera de alto estatus"; (pág. 392).
Así pues, al imponer una noción particular de bilingüismo, el Programa Nacional Bilingüe
no parece ofrecer un contexto favorable para estas minorías culturales y lingüísticas; en
cambio, parece seguir estratificándolas y subestimándolas. Además, esta política parece
contribuir a la promoción del "bilingüismo de élite";, proceso que fue descrito por de
Mejía (2002) en el contexto de las escuelas bilingües privadas, pero que ahora parece
extenderse a toda la nación. Como dijo, el concepto de "bilingüismo de élite"; se aplica
a un grupo privilegiado de personas que, "debido al estilo de vida, las oportunidades
de empleo o la educación, necesitan trasladarse con frecuencia de un país a otro, o que, debido
al carácter multilingüe y multinacional de las organizaciones para las que trabajan, necesitan
interactuar diariamente con hablantes de diferentes idiomas"; (pág. 41). En la actual ola de
globalización, los miembros de estas élites, incluso en naciones como Colombia, conforman
grupos social y económicamente privilegiados que asisten a escuelas bilingües, trabajan en
corporaciones multinacionales, viajan por todo el mundo y, como explicó claramente el
analista francés Bourdieu, intentan retener y transformar el capital económico, social y
cultural para mantener su posición en la sociedad (Bourdieu, 1986; 1991).
El inglés como idioma internacional, en este contexto, representa una ventaja, especialmente
cuando el gobierno regula y prepara el terreno para que las personas instruidas sean
"bilingües"; en las nuevas condiciones. Los procesos de exclusión no sólo se dan a
nivel discursivo, sino también a través de un nuevo conjunto de prácticas que certifican y
clasifican a los estudiantes y profesores, los colocan en instituciones públicas, privadas o
bilingües, y ofrecen recursos dispares y calidad desigual en los diferentes programas
escolares. Como se explica en Valencia (2007a), los niños se sitúan así en diferentes vías
dentro del mercado laboral mundial y nacional, vías que pueden determinar en gran medida
su bienestar futuro, las posibilidades de acceso a instituciones de enseñanza superior y el
futuro papel en la economía del conocimiento. La evidencia de esta creación de élite a través
del Programa Nacional Bilingüe ha sido reconocida indirectamente por el Ministro de
Educación, quien afirma que uno de los objetivos finales del plan es tener al menos un 10%
de la población bilingüe para el año 2019 (El Tiempo, 28 de enero de 2008), no
necesariamente todos los estudiantes del sector privado y público. Como es evidente, la
estratificación de los diferentes subconjuntos de las poblaciones en función de su lengua
materna y de su capacidad para hablar inglés parece estar favorecida en las nuevas reformas
e indirectamente reconocida por los funcionarios del gobierno.
La normalización y comercialización de la enseñanza y el aprendizaje de idiomas
extranjeros
Un cuarto conjunto de procesos relacionados con la externalización de los discursos, la
instrumentalización de la educación y el idioma, y la estratificación de idiomas, grupos y
culturas puede describirse como la normalización y comercialización de la enseñanza y el
aprendizaje de idiomas extranjeros. En lo que respecta a la normalización, un examen de la
literatura local e internacional sobre estas cuestiones indica que la política nacional sigue una
lógica racional y una visión deficitaria de las escuelas y los maestros importados del
extranjero también. En los Estados Unidos, donde estos modelos se han reforzado en los
últimos decenios, los educadores se denominan comúnmente "fuerza docente
relativamente poco capacitada";, y las escuelas como organizaciones vagamente acopladas e
irresponsables en las que los maestros están aislados unos de otros, apenas responden a las
iniciativas de política y carecen de compromiso con las comunidades escolares (Elmore,
2000, pág. 5). Desde esta perspectiva, es necesario intervenir en el sistema escolar público
mediante la aplicación de un modelo de reforma escolar basado en normas y justificado por
la necesidad de control, parámetros comunes, centralización, evaluación permanente,
rendimiento mensurable, pruebas y, por último, recompensas y sanciones5.
Y esta parece ser la lógica detrás del Programa Nacional Bilingüe y las reformas que lo
acompañan. Más que nunca, el gobierno ha pedido la aplicación de normas en escuelas,
universidades y todo tipo de programas de idiomas. Además, han introducido modelos
extranjeros y preempaquetados de desarrollo profesional que indican lo que los profesores
necesitan saber y ser capaces de hacer. Es innegable que esta normalización de la enseñanza
y el aprendizaje de idiomas refleja una falta de confianza en los profesores, las universidades
y las escuelas, y un avance hacia la uniformidad mediante una normalización y un control
rigurosos. Esta normalización se basa en la introducción de modelos internacionales de
calidad y en un movimiento hacia la certificación, la acreditación y las credenciales que
pueden "probar"; la capacidad y habilidad individual e institucional para enseñar a
futuros maestros, ser un educador "competente"; o hablar inglés según los modelos
importados. Y este movimiento hacia la estandarización ha llegado con una comercialización
del campo. Esto se evidencia en la proliferación de instituciones privadas y agentes ad hoc
que determinan lo que hay que hacer en los programas de formación de profesores, escuelas
y centros de idiomas; preparan las diferentes pruebas y certificaciones; administran estas
herramientas; y obtienen beneficios con la venta de sus diferentes productos. Estos productos
incluyen el TKT y el ICELTS para los profesores actuales y futuros, el ICFES para los
estudiantes de las escuelas, o el IELTS, TOEFL o MELICET/MET para el público en general.
Así es como la enseñanza y el aprendizaje de idiomas en Colombia se convierten en una
cuestión de cumplir con una norma, pagar y tomar un examen de conocimientos de idiomas
y enseñanza, estar certificado y anunciarse como otro producto disponible en el mercado
"libre";. Mientras tanto, un número creciente de instituciones privadas y particulares
obtienen beneficios sobre la base de las nuevas reformas.
Al mirar la página web del Consejo Británico, es posible medir este movimiento hacia la
estandarización y la comercialización. Anuncian el IELTS -International English Language
Testing System- como "la prueba de lengua inglesa probada en el mundo"; y el British
Council como "uno de los mayores administradores del mundo de calificaciones y
exámenes internacionales, con más de 1,5 millones de pruebas tomadas con nosotros cada
año en más de 100 países"; (British Council, 2008, págs. 1-2). Entre los principales productos
anunciados en la página web y conectados a esta prueba única, se ofrece a los clientes
potenciales la prueba por 435. 000 dólares; materiales de práctica por 95. 000 dólares; un
libro de preparación por 90. 000 dólares; y un curso estándar por 935. 000 dólares. En otras
palabras, en un país en el que el salario mínimo para 2008 era de 461. 500 dólares, una
persona necesitaría un mes completo para pagar este examen, dos meses para pagar un curso
estándar y al menos medio mes para pagar los materiales y libros de preparación. Mientras
tanto, los administradores de las pruebas estarían ganando el equivalente a 652. 500 millones
de dólares, es decir, cinco veces el presupuesto nacional para investigación en 2008 en
Colombia.
Así es como en el contexto de la reforma lingüística y educativa en Colombia, las
organizaciones internacionales impulsan la definición de normas locales, las empresas
privadas realizan pruebas a los interesados en las escuelas y obtienen beneficios, mientras
que los maestros y estudiantes locales necesitan subvencionar sus propias pruebas para
mantener su empleo o acceder a otras oportunidades. Esto llama la atención sobre las
implicaciones económicas, políticas, éticas y educativas de esta reforma y sobre cómo la
influencia de las empresas editoriales privadas ha impulsado la adopción de este plan.
Mientras tanto, los educadores de escuelas y universidades siguen ajustando su labor a las
normas; los estudiantes siguen preparándose para los exámenes; y en Colombia prospera un
mercado en torno a la enseñanza y el aprendizaje de idiomas. Las múltiples dimensiones de
esta normalización y comercialización de la enseñanza y el aprendizaje de idiomas en
Colombia apenas comienzan a percibirse en el país y requieren un estudio continuo.
Observaciones finales y orientaciones futuras
En este documento se han examinado las políticas lingüísticas y educativas de Colombia en
relación con los procesos de inclusión, exclusión, estratificación y reforma internacional.
Para ello, he presentado las tendencias de la política lingüística en tiempos de la colonia,
después de la Segunda Guerra Mundial, y algunas reformas en las últimas tres décadas.
También he presentado el Programa Nacional Bilingüe, sus orígenes, objetivos, áreas de
intervención y herramientas de política, y luego me he centrado en cuatro procesos
interconectados y simultáneos que se favorecen junto con su formulación e implementación.
A lo largo del documento he intentado argumentar que, aunque el Programa Nacional
Bilingüe y la reforma educativa y lingüística que lo acompaña implican oportunidades para
algunos grupos e individuos, en su mayoría generan desigualdad, exclusión y estratificación
con los nuevos discursos y prácticas que se están adoptando. Como he explicado, la noción
instrumental de bilingüismo español-inglés prestada en el Programa Nacional Bilingüe, junto
con los textos y herramientas de política que lo acompañan, excluye a las lenguas indígenas
y a la mayoría de las lenguas extranjeras del debate sobre el bilingüismo y el aprendizaje de
segundas lenguas/idiomas extranjeras en Colombia; impone discursos y prácticas importados
en el país a expensas del conocimiento local; sirve al propósito de estratificar, incluir y
excluir a los estudiantes y profesores clasificándolos según el centro educativo al que asisten
y la puntuación que obtienen en una prueba estandarizada; y favorece la consolidación de un
lucrativo mercado en torno a la enseñanza, el aprendizaje y la certificación de idiomas en
Colombia en el que los que se benefician son, de nuevo, una minoría.
Al hacer este análisis, el presente documento llama la atención sobre el papel crucial y la
responsabilidad social y ética que tienen los encargados de la formulación de políticas
centrales, los maestros en servicio y futuros maestros, así como los educadores de maestros
e investigadores, en la formulación y promulgación de la reforma en Colombia. Le alerta a
uno sobre los múltiples intereses que hay detrás de las políticas actuales y pasadas en el país,
y el compromiso ético que todos tenemos en la apropiación real de los textos de política
actuales para la construcción de un sistema más equitativo a través de la elaboración de
políticas lingüísticas y educativas. Además, este análisis complementa otros trabajos que
tienen por objeto sensibilizar sobre las múltiples consecuencias de la enseñanza y el
aprendizaje de un idioma en el contexto de la llamada "economía del conocimiento";
y la reforma escolar internacional, y es de esperar que genere cambios en la forma en que las
autoridades nacionales toman prestados los discursos y prácticas extranjeros. Por último, este
examen indica las direcciones futuras teniendo en cuenta las lagunas encontradas en la
literatura existente. Como he puesto de manifiesto en el proceso de redacción de este
documento, no se ha publicado ninguna investigación empírica sobre la aplicación de las
políticas lingüísticas actuales y la forma en que las diferentes comunidades escolares
interpretan, promulgan, resisten y transforman los discursos y prácticas de política y los
utilizan como oportunidades para el desarrollo personal y comunitario. Los estudios sobre el
Programa Nacional Bilingüe en Colombia, incluido éste, han tratado de explicar la política y
sus posibles efectos basándose en experiencias anteriores o en observaciones iniciales, pero
sabemos poco sobre la aplicación inicial real de esta política en las escuelas y sobre cómo se
producen los procesos de resistencia y adaptación cuando se promulgan las reformas en la
calle. Es necesario que los estudios futuros se ocupen de esta laguna.