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Política Monetaria, Cambiaria y

Crediticia

A.  Política Monetaria: Instrumentos de regulación monetaria


        Los excedentes potenciales de liquidez con respecto al programa monetario
necesariamente deberán ser esterilizados con el fin de alcanzar la meta de
inflación. Para cumplir con tal propósito, es conveniente que el Banco de
Guatemala continúe contando con una variedad de instrumentos que le permitan
participar en el mercado monetario, de manera oportuna y ágil a fin de evitar
efectos nocivos en la evolución de la emisión y contribuir así a la consecución del
objetivo central de la política.
        A continuación se presentan los principales instrumentos que permitirían la
neutralización de excedentes de liquidez:
1.  Encaje e inversión obligatoria
        Como se indicó, las últimas disposiciones de política monetaria han estado
encaminadas a disminuir la tasa de la reserva bancaria. En la medida en que el
porcentaje de encaje e inversión obligatoria disminuya a 19.6% (14.0% de encaje
y 5.6% de inversión obligatoria), se estaría contribuyendo a disminuir las pérdidas
del Banco de Guatemala. Conviene indicar que, en el mediano plazo, una vez
resuelto el problema monetario estructural, el encaje debería reducirse a niveles
compatibles con su función primordial de servir como mecanismo de resguardo de
liquidez; esto implica que, de acuerdo al ordenamiento legal vigente, la tasa de
encaje debería ubicarse en torno al 10%.
2.  Venta de divisas
        En virtud de que el nivel de reservas monetarias internacionales con que ha
de finalizar 1998 estará en función de los flujos oficiales de capital provenientes
del exterior y de la utilización que el gobierno haga de tales recursos, el Banco de
Guatemala podría disponer de parte de sus reservas con el propósito de
neutralizar eventuales excedentes de liquidez en la economía generados por el
aumento del gasto público.
3.  Recepción de depósitos a plazo expresados en US dólares
        La realización de operaciones de estabilización expresadas en moneda
extranjera podría contribuir no sólo al objetivo de neutralizar excedentes de
liquidez, sino también al objetivo de reducir los costos de política, pues los títulos
denominados en moneda extranjera podrían generar costos menores a los pasivos
en moneda nacional. Estos pasivos en moneda extranjera deben estar en todo
momento adecuadamente respaldados con reservas monetarias internacionales,
por lo que deberá procurarse que el nivel de RIN refleje la colocación de tales
instrumentos, independientemente del plazo a que se coloquen los mismos.
        Los CDPs en dólares, al igual que los CDPs en quetzales, permitirán, entre
otros, esterilizar la liquidez resultante de monetizar el aumento de reservas
internacionales derivado de los flujos de capital, evitando así presiones
inflacionarias. A su vencimiento que, de acuerdo a la conveniencia monetaria,
podría ser menor o mayor de un año, los CDPs en dólares, contrariamente a los
CDPs en quetzales, no re-monetizarían puesto que equivaldrían a una venta de
divisas. Dicha "venta", contrariamente a la venta directa de dólares, se daría en
forma programada, diluyendo las presiones hacia la apreciación del quetzal. El
hecho de que los CDPs en dólares no re-moneticen a su vencimiento, aunado a la
posibilidad de que puedan colocarse a tasas de interés inferiores a las de los
CDPs en quetzales, implicaría comparativamente menores presiones sobre la tasa
de interés doméstica y menores costos para el banco central.
4.  Recepción de depósitos a plazo expresados en quetzales
        Las operaciones de neutralización de liquidez mediante la recepción de
depósitos a plazo resultan ser un instrumento de mercado muy efectivo para el
control monetario. Sin embargo, su uso deberá restringirse, en lo posible, a
estabilizar las condiciones de liquidez de corto plazo y procurando que sus costos
sean financiables.
5.  Otros mecanismos de control monetario
        Adicionalmente a los instrumentos señalados, es conveniente que el Banco
de Guatemala pueda valerse de otros mecanismos a su disposición y que en el
pasado le han sido de utilidad para regular la oferta monetaria. Al respecto, cabe
mencionar que las operaciones de mercado abierto se realizan principalmente
mediante el procedimiento de licitación; dicho procedimiento resulta, en ocasiones,
limitante para regular las fluctuaciones repentinas en la liquidez, derivadas de
factores estacionales o coyunturales, de perturbaciones externas, del manejo del
encaje por parte de los bancos o de cambios en las expectativas de los agentes
económicos. Para evitar que, como producto de tales situaciones, se generen
desequilibrios monetarios, es necesario que el banco central esté en posibilidad de
participar en el mercado de dinero a través del Fondo de Regulación de Valores
FRV, con el único fin de ajustarse a la dinámica de los mercados y propiciar así el
logro de su objetivo fundamental: la estabilidad de precios.
        Alternativamente al manejo del FRV, al banco central se le debería continuar
autorizando para participar en forma directa en el mercado monetario, lo cual le
permitiría realizar compras o ventas en el mercado abierto de títulos elegibles por
la autoridad monetaria, de acuerdo con los requerimientos de liquidez de la
economía; así mismo, se sugiere autorizar al Banco de Guatemala para que, en
este tipo de operaciones de corto plazo, hasta de 30 días, pueda negociar
directamente las tasas de interés. Lo anterior, con el objeto de combatir
fluctuaciones bruscas que, en determinado momento, se dan en el mercado de
dinero y afectan el equilibrio de las tasas de interés de corto plazo.
        Finalmente resulta oportuno mencionar el apoyo de la política fiscal que,
aunque no es un mecanismo que esté en manos de la autoridad monetaria, ha
cobrado relevancia en los últimos meses a raíz de la participación del gobierno en
el mercado de valores con el propósito de recoger liquidez excedente que luego
mantiene como depósitos en el banco central. Este apoyo tiene la particularidad
de no generar pérdidas para el Banco de Guatemala y de no impactar en la tasa
de interés más de lo que lo hacen las operaciones de mercado abierto del banco
central, ya que en la práctica puede asimilarse a operaciones de mercado abierto
cuyo costo corre a cargo del gobierno.
        En conclusión, se considera que es conveniente que el Banco de Guatemala
cuente con una gama, lo más amplia posible, de instrumentos de participación en
el mercado monetario para esterilizar los potenciales excedentes de liquidez, de
manera que la ejecución de la política monetaria, dentro de los límites
establecidos por las estrategias y lineamientos aprobados por la Junta Monetaria,
se efectúe indistintamente mediante los instrumentos que en cada oportunidad
esta institución tenga a su alcance, o una combinación de instrumentos, tomando
en cuenta las ventajas de cada uno de ellos.
B.  Política Cambiaria
        Se sugiere mantener las disposiciones de la política cambiaria vigentes. Esto
implica, entre otros aspectos, que la política cambiaria deberá ser neutral,
orientándose a mantener un mercado de divisas competitivo y transparente, en el
que el tipo de cambio sea determinado por la oferta y la demanda, de manera que
la participación del banco central se oriente, por un lado, a esterilizar la
monetización de origen orgánico y, por otro lado, a adquirir las divisas que
requieran el banco central, el gobierno central y las otras entidades del sector
público para cubrir sus obligaciones en moneda extranjera, así como para
contrarrestar movimientos especulativos, cíclicos o estacionales en el tipo de
cambio.
        En tal sentido, conviene establecer claramente que el objetivo central de la
política monetaria, cambiaria y crediticia es el de mantener niveles bajos de
inflación, por lo que en la medida en que se logre dicho objetivo se coadyuvará a
que el tipo de cambio efectivo real tenga un papel neutro; es decir, que no
estimule ni desestimule tanto las importaciones como las exportaciones.
C.  Política Crediticia
        Se sugiere continuar con la política de no otorgar crédito a los bancos y
sociedades financieras, salvo para atender problemas de liquidez de muy corto
plazo y a un costo superior al del mercado. Respecto al crédito con recursos
externos, se sugiere mantener la política de que el Banco de Guatemala no
contrate financiamiento en el exterior.
D.  Otras disposiciones
        Se recomienda a la Junta Monetaria autorizar a los bancos del sistema la
recepción de depósitos en dólares, a tenor de lo establecido en el artículo 65 de la
Ley Orgánica del Banco de Guatemala, y 3º. f) de la Ley Monetaria, y que instruya
a los departamentos técnicos del Banco de Guatemala a proponer la
reglamentación atinente a la administración de tales depósitos, sus tasas de
interés, sus encajes, así como a las estadísticas e informes que los mismos
ameriten, para su oportuna aprobación.
 

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