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Los endemoniados gadarenos

(mateo 8:28-34, marcos 5:1-20, Lucas 8:26-39)

¿De cuantos endemoniados gadarenos habla la biblia de dos como dice mateo o de uno como dice
marcos 5:1-20, Lucas 8:26-39?

Esta pregunta muestra una aparente contradicción bíblica que muchos a veces pasan por alto,
mientras que otros lo usan como arma para desacreditar la fidelidad de la biblia; sin embargo, no
hay contradicción. Leamos la primera cita: (mateo 8:28-34)
La narración que nos cuenta el apóstol Mateo nos muestra a dos endemoniados que vivían en los
sepulcros y los cuales le salen al encuentro a Jesús cuando éste llega a su tierra, a continuación,
Cristo echa fuera los demonios quedando así libres, pero no sin antes haber una manifestación
demoniaca que causó pánico en las personas cercanas al hecho impidiendo al Maestro entrar a
esa tierra. A hora leamos la versión que nos cuenta el evangelista (Lucas: 8:26-39)
En la versión de Lucas vemos la misma historia, pero con algunas diferencias, la primera y más
importante es que nombra a un solo endemoniado, parecería que esto fuera algo irresoluble pero
no es así, los hechos que narra el evangelista dan a entender algo que es fundamental en la
narración de historias y en la independencia de cada autor al escribir. La diferencia entre Mateo y
Lucas es que Mateo se enfoca en la liberación de los dos endemoniados y hasta allí deja su
narración, mientras que Lucas apuntó su vista a uno de los dos endemoniados distinguiéndole en
algunos actos: primero, el endemoniado de Lucas al ser liberado le ruega a Cristo que le deje
seguir, siendo la decisión del rabino el aceptar nuevos discípulos que le acompañen; segundo,
Jesús a ese personaje que le ruega estar a su lado lo manda a predicar el evangelio a un lugar que
a Él no le permitieron dado el temor que causó la liberación entre las personas del pueblo.
Por tanto, en los acontecimientos existían dos endemoniados gadarenos a los cuales nombra
Mateo para registrar su liberación, pero uno de esos endemoniados liberados decide seguir a
Cristo convirtiéndolo nuestro Señor en el primer predicador de esas tierras y esa es la historia que
narra Lucas; estas expresiones son normales en la literatura ya que todos vemos las cosas desde
puntos distintos y  de los hechos nos llaman la atención aspectos diferentes, de tal manera que no
hay contradicción en las narraciones, al contrario, es prueba de que los autores escribieron de
manera independiente siendo esto un argumento a favor de la fidelidad de las escrituras.

Mateo 8:28-34

Este pasaje nos muestra unos de los ataques más despiadados de los demonios a la vida de los
seres humanos: la posesión demoniaca. En el Nuevo Testamento vemos varios casos de posesión
demoniaca, pero este en específico nos muestra lo terrible condición a la que los demonios
pueden arrastrar a una persona.  Cuando Jesús arriba a la región de Gadara le salieron al
encuentro dos endemoniados. La Biblia los describe como feroces y violentos a tal punto que
nadie podía pasar por aquel lugar: feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel
camino. También los tres evangelistas nos dicen que estas personas vivían entre los sepulcros: “Y
cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un
espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros”, (Marcos 5:2-3) Aparte de eso, estos
endemoniados experimentaban por obra de los espíritus malos una fuerza sobrenatural ya que
anteriormente los habitantes habían tratado de aprisionarlos con cadenas pero estos las habían
hecho pedazos: “Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, más las cadenas
habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar” , (Marcos
5:4). El comportamiento de estos endemoniados era aterrador tal y como lo describe Marcos: “Y
siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose
con piedras”, (Marcos 5:5). Y de acuerdo a Lucas andaban desnudos y tenían ya mucho tiempo de
vivir en esta terrible condición: “Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad,
endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los
sepulcros”, (Lucas 8:27). aquí podemos ver lo terrible que es el ataque de Satanás sobre la vida de
los seres humanos.

En este pasaje de la biblia podemos ver también la autoridad de Jesús sobre los demonios:

“Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para
atormentarnos antes de tiempo? Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los
demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. Él les dijo:
Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se
precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas” (mateo 8:29-
32) Inmediatamente cuando los endemoniados ven a Jesús corren a Él. El evangelio según Marcos
agrega que no solo corrieron a Él, sino que también se arrodillaron (Marcos 5:6) mostrándonos
que los demonios reconocieron a Jesús como Dios. Por qué corrieron directamente hacia Él y no lo
atacaron, sino que se arrodillaron reconociendo su señorío. los demonios entendieron que no
había forma de escapar del Jesús ya que se trataba del mismo Dios y decidieron mejor pedir
misericordia. En Marcos, se nos dice que Jesús le pregunto su nombre al demonio que
atormentaba al hombre: “Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo;
porque somos muchos”, (Marcos 5:9). En las Escrituras encontramos solo este caso donde Jesús
hablo con los demonios en esta ocasión le pregunto su nombre. Aquellos demonios respondieron
que se llamaba Legión, porque eran muchos los que habían poseídos a aquellos podres hombres.
Una legión era un regimiento romano de 6,000 soldados, por tanto, era una considerable cantidad
de demonios. El evangelio según Marcos nos dice que al saber que Jesús los iba a expulsar de los
cuerpos de los gadarenos le rogaron que no los echase de la región de Gadara (Marcos 5:10), y
Lucas dice que le rogaban para que no los echase en el abismo (Lucas 8:31). Por eso los demonios
le rogaron que les diese permiso de tomar posesión de un hato de cerdos que estaba cerca de
aquel lugar, y Jesús se los permitió y aquel hato de cerdos se vuelven locos ante la presencia de
aquellos demonios y se precipitan por el despeñadero para morir ahogados. “Y los que los
apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con
los endemoniados. Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que
se fuera de sus contornos” (mateo 8:33)

  La reacción de los habitantes de gadara no es la que se esperaría, la mayoría de personas


valoraban más sus bienes y riquezas que la misma vida humana. En lugar de estar alegres de ver
que estos hombres hoy estaban libres, como lo dice Marcos “Vienen a Jesús, y ven al que había
sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal;
y tuvieron miedo”, (Marcos 5:15). Para estos hombres sus riquezas y posesiones eran más
importantes que el bienestar de las personas por lo que no valoraron el milagro de Jesús y mejor
le rogaron que se fuera de aquel lugar (mateo 8:34). Marcos nos dice que al partir Jesús de aquella
región uno de los hombres que había estado poseídos quería acompañarlo ya que estaba
completamente agradecido por su liberación. Pero Jesús no le permitió ir con Él, sino que le dijo
que se quedara en aquel lugar para testificar lo que Dios había hecho por él asegurándose así que
su mensaje fuese más allá de las fronteras israelitas: (Marcos 5:18-20).

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