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La Cultura - Estrategias Conceptuales para Entender La Identidad
La Cultura - Estrategias Conceptuales para Entender La Identidad
LA CULTURA
Estrategias conceptuales para entender la identidad,
la diversidad, la alteridad y la diferencia
Escuela
de Antropología Aplicada
UPS - Quito
Ediciones
Abya-Yala
2002
ANTROPOLOGÍA Y CULTURA
Una mirada crítica a la identidad, diversidad, alteridad y diferencia
Patricio Guerrero Arias
ISBN: 9978-22-247-2
A Mónica
A modo de entrada...................................................................................................... 13
5. Cultura y Naturaleza............................................................................................ 59
La cultura como ecosistema humano.................................................................. 59
La cultura como instrumento adaptativo ........................................................... 60
La cultura como resultado de las necesidades humanas.................................... 62
Cultura y conductas naturales ............................................................................. 63
6. Cultura, jerarquización y poder.......................................................................... 65
Cultura dominante y cultura dominada ............................................................. 65
Cultura de la pobreza ........................................................................................... 66
Cultura popular ..................................................................................................... 67
Cultura de masas................................................................................................... 68
La cultura como folklore...................................................................................... 70
Rescate o revitalización cultural .......................................................................... 72
descubrir la fuerza constructora que tiene biduría. Seres humanos vaciados de ter-
la palabra, el amor y la sabiduría. Desde nura, de identidad y sentido.
entonces el ser humano se ha quedado sin
aliento, su mirada está nublada y por eso Es por ello que frente a la realidad de
hoy no alcanza a mirar sino solo a ver la estos tiempos, la antropología tiene la her-
apariencia de la realidad y de la vida; no mosa pero difícil tarea de aportar a mirar
escucha al otro ni a sí mismo, peor aún lo la vida más allá de las apariencias de los
que le dice su corazón. Solo oye lo que le seres, las cosas y los hechos, de ayudarnos
grita la razón, ha perdido la fuerza de la a que nos quitemos el velo que no nos per-
palabra ha sepultado su memoria y carece mite mirar las diversas dimensiones es-
de humildad, de ternura y sabiduría. condidas de la realidad. Pero sobre todo, la
antropología debe contribuir a la cons-
En estos tiempos posmodernos, de trucción de nuevos sentidos de la existen-
globalización, en los que se hace del mer- cia que estén marcados por la razón y el
cado el nuevo dios, del consumo la nueva corazón, para que la humanidad se recu-
religión, y de los centros shoppings las pere a sí misma y pueda revitalizar los sue-
nuevas catedrales, el poder está constru- ños, el amor, la esperanza, la dignidad, la
yendo hombres de madera sin capacidad ternura y la alegría, que son los hilos in-
de mirar más allá de las apariencias; sin sustituibles para que podamos seguir te-
aliento, fríos, sin corazón, sin amor ni sa- jiendo la trama infinita de la vida.
REFLEXIONES INICIALES
En sociedades como las nuestras, atra- viendo un momento histórico en que en-
vesadas por la riqueza de la diversidad y la cuentra condiciones en las que puede
diferencia, la antropología debe contribuir transformarse en un instrumento que
a la defensa por el derecho a esa diversidad contribuya a la liberación del ser humano.
y diferencia; a proponer soluciones políti- Esta perspectiva de una antropología
cas para que nuestros “objetos de estudio” comprometida con la vida, pasa por una
ya no sean vistos como tales sino como su- redefinición de su función, de su tarea
jetos políticos e históricos en plenitud, co- teórica, su epistemología, su metodología;
mo pueblos con destino y no como meno- y, sobre todo de su perspectiva ética y po-
res de edad a los que hay que proteger en lítica. Ello implica una praxis más com-
forma paternalista para asimilarlos al “de- prometida con la humanidad, que contri-
sarrollo” y la “civilización”, objetivo por el buya a la descolonización de la teoría y su
que ha trabajado la antropología. práctica para nutrirla de contenido crítico
y liberador.
Frente a todo este panorama y ante la
complejidad de los problemas de las socie- La antropología debe ser un instru-
dades contemporáneas, se plantean innu- mento científico que permita afirmar
merables dilemas éticos y políticos a los nuestro compromiso con la vida, que con-
antropólogos. Uno de ellos es si deben o tribuya no solo a estudiarla, conocerla, in-
no comprometerse con los grupos con los terpretarla, sino que aporte, fundamental-
que están trabajando. Frente a esto se rea- mente, a transformarla.
viva la vieja discusión sobre la supuesta
“neutralidad” de la ciencia aceptada por la ¿Por qué estas páginas?
vieja antropología tradicional, mientras Este ensayo intenta ser una aproxima-
que para la nueva antropología crítica, a la ción a esa nueva mirada de la antropolo-
que hemos llamado antropología com- gía como ciencia de la alteridad, la diversi-
prometida con la vida, está claro que su dad y la diferencia, como ciencia del senti-
responsabilidad suprema y su mayor com- do que las sociedades humanas constru-
promiso debe ser con la vida misma y yen a través de la cultura.
siempre en función del ser humano, de su
bienestar, su dignidad, su libertad y felici- Una nueva mirada de la antropología y
dad. Sin un compromiso por la defensa de su “objeto” central de estudio, la cultura,
la dignidad y libertad humanas, la antro- nos plantea la necesidad de realizar una re-
pología seguirá siendo la ciencia de lo exó- visión crítica de su praxis y de las formula-
tico, un instrumento útil para el ejercicio ciones teóricas que en torno al concepto de
del poder y la dominación. cultura se han venido manejando.
mundo homogeneizado, que demanda de la prioridad de la vida como centro del ser
una acumulación ilimitada y en ese proce- humano y de todo lo existente. Hay que
so prioriza el valor del capital y no el de la refundar una mirada que nos atrevemos a
vida. Un modelo concentrador del capital, llamar cosmo-antropo-céntrica, así como
del poder, de la tecnología que los instru- formas de alteridad cósmica en la perspec-
mentaliza para la virtualización de la rea- tiva de ir construyendo otro tipo de inte-
lidad y para la guerra. Modelo depreda- rrelación, más holística y armónica, entre
dor, ecocida, pues está aniquilando la na- el ser humano, la naturaleza y el cosmos.
turaleza transformando todo lo que ve en
mercancía; modelo excluyente que condu- Antropología y contemporaneidad
ce a la mayoría de la humanidad a la mise-
Como bien lo señala Auge3, el proble-
ria y a la muerte. Estas son las bases de es-
ma de definir la disciplina y su objeto es
te viejo esquema continuamente recreado
y que han llamado “modernidad”, “nuevo un problema también de la contempora-
orden mundial”. La globalización no es si- neidad de la antropología dada la diversi-
no una nueva máscara del viejo rostro del dad de hechos y procesos que la misma
poder, una nueva fase de este viejo mode- contemporaneidad presenta. Esto implica
lo de dominación. que hay que empezar a buscar los otros
horizontes y escenarios de su praxis, co-
La antropología ha sufrido un comple- menzar a pensar y pensarnos por nosotros
jo síndrome de valores dada su histórica mismos a partir de nuestras realidades y
complicidad con el poder. Entrampada en procesos, de nuestras especificidades cul-
su matriz eurocéntrica y en paradigmas turales, y considerar la contemporaneidad
analíticos, teóricos y metodológicos que se que estos tienen.
derivan de su rol colonial dominador, ha
intentado reivindicar su autonomía mo- Hoy más que nunca, como anotara Au-
ral, ética y política y legitimar su voz ante, ge4, se plantea la cuestión de saber si la an-
en y con los “condenados de la tierra”.2 tropología tiene algo que decir que sea es-
pecíficamente antropológico sobre las
Hoy estamos seguros que la antropolo- nuevas situaciones. Lo más importante es
gía tiene la posibilidad de comprometerse que desaparezca la noción de “objeto” que
con la vida, no únicamente para entender- la antropología construyó con relación a
la, sino para transformarla. Ahora tiene la los sujetos sociales, entender que no busca
posibilidad no solo de descolonizarse, si- estudiar al ser humano como tal, cons-
no de contribuir a la construcción colecti- truirlo como “objeto de estudio”, sino que
va de un nuevo sentido de civilización, de lo que estudiamos son los procesos, los fe-
un nuevo proyecto civilizatorio, no solo nómenos, los hechos socio-culturales, las
desde una visión antropocéntrica, sino nuevas realidades, los nuevos mundos que
desde una perspectiva cósmica que ponga esos sujetos y seres humanos concretos
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construyen y a los que se encuentran arti- “alocronismo”, que implica una fría distan-
culados. cia frente al otro, quien nunca es conside-
rado un contemporáneo, un igual, por eso
Si bien hay que interrogarse, según Au- en este encuentro no existe diálogo, pues
ge5, sobre lo esencial de la definición de la el diálogo implica contemporaneidad e
antropología, hoy es más importante dis- igualdad de los interlocutores. En el viejo
cutir sobre la función teórica, metodoló- discurso antropológico la ausencia del
gica, ética y política que la antropología otro es obvia, el otro aparece como objeto
cumple en la actual etapa de la historia. y víctima, no es considerado un productor
sino solo un informante.
La antropología ha comenzado a ver la
contemporaneidad de sus antiguos “obje- En consecuencia es necesario estable-
tos” de estudio y a hablar con ellos. Es im- cer la contemporaneidad en la relación
portante no olvidar que este proceso de frente al otro para establecer una perspec-
cambios no responde a la maduración de tiva de “altercronismo” o “dialocronismo”
la antropología o de los antropólogos en en la que hablen las diversas voces de los
sí, sino a las nuevas condiciones históri- sujetos, que anulen la distancia y se cons-
cas, al proceso de insurgencia simbólica de truya la alteridad en la relación de igual-
esos “objetos” transformados por su pro- dad del “observador y el observado”. Ha
pia praxis y lucha en sujetos políticos e llegado la hora de una nueva forma de al-
históricos que imponen su presencia y teridad, una alteridad que escuche a los
contemporaneidad. La antropología no otros para aprender de ellos y establecer
puede ignorar este hecho. un diálogo de saberes que nos beneficie
como humanidad.
La contemporaneidad de la antropolo-
gía está ligada a la necesidad de plantear Es importante ver que el proceso histó-
una reflexión sobre el presente, de enten- rico que vive la humanidad le brinda a la
der las nuevas situaciones, las nuevas rea- antropología nuevas posibilidades para
lidades y problemáticas, los nuevos acto- que se piense a sí misma y pensar en la
res y sujetos, los nuevos escenarios y pro- multiplicidad de otras problemáticas, es-
cesos y tratar de encontrar una interpreta- cenarios, actores, que debe interpretarlos,
ción antropológica a los mismos. construirlos, analizarlos, desde su especi-
ficidad teórica y metodológica, pero par-
La clásica antropología en su mayoría tiendo siempre de sus propias exigencias y
ha tenido una evidente actitud etnologi- realidades.
zante, ya que no ha considerado la con-
temporaneidad de los sujetos, pues hace En la unidad y diversidad de la actual
de las representaciones de los “otros”, ob- contemporaneidad, la antropología no so-
jetos de descripción y análisis, generando lo es posible sino necesaria, sobre todo
una situación como la llama Auge6 de ahora que la humanidad atraviesa una
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Es vital estudiar en esta etapa de gran- hay que entender sus lógicas internas, sus
des cambios planetarios cómo se perciben sentidos, ver qué significados y significa-
y viven estos por parte de los actores so- ciones construyen.
ciales en su quehacer cotidiano. Hay que
analizar el proceso de occidentalización de Comencemos a mirar la riqueza de la
las culturas tradicionales, pero también diversidad como la realidad desde la que
examinar la resemantización de sentidos se puede construir el futuro en perspecti-
que estas hacen de la globalización. Hay va de la conformación de una sociedad
que prestar atención a los procesos de in- que respete la pluralidad y la diferencia,
terdependencia e interinfluencia que se da que haga posible la unidad en la diversi-
desde lo global a lo local, así como desde dad. Por ello es importante empezar a
lo local a lo global. Debemos tratar de considerar las dimensiones insurgentes
comprender la complejidad política que que tienen la cultura, la diversidad y la di-
tiene el proceso de construcción de identi- ferencia.
dades y de etnicidades reconstruidas en
La antropología puede ser un instru-
un mundo globalizado.
mento que aporte a la comprensión de la
Debemos dar más atención a la dimen- complejidad de la unidad y la pluralidad
sión política de los nuevos procesos de los de las sociedades humanas como aporte a
pueblos indios, negros y de las diversida- la construcción de una sociedad que se
des; analizar su inserción en los sistemas funde en el respeto a la diferencia y que
democráticos dominantes. Junto a ello hay ayude a convivir pacíficamente en la dife-
que discutir cuál es la nueva significación rencia. La antropología tiene la tarea de
de la democracia, someter la razón homo- contribuir a la construcción de verdaderas
geneizante de la democracia a la crítica de sociedades interculturales en las que su
la razón plural y diversa. Debemos empe- mayor reto es la búsqueda de la democra-
zar a cuestionar la eficacia simbólica de los tización del poder, es decir posibilitar que
grandes mitos construidos por el poder todos los sectores que conforman la socie-
con los que naturaliza y legitima el orden dad puedan ejercer el derecho de tomar
dominante, tales como el mito de la de- sus propias decisiones y que los demás
mocracia o el mito del desarrollo que se seamos capaces de reconocerlas y respe-
los muestra como las únicas formas posi- tarlas.
bles de hacer humanidad y de alcanzar la
felicidad. Es necesario analizar, críticamente, los
procesos que hemos denominado de in-
El reto es empezar a pensar y construir surgencia simbólica que las diversidades
formas alternativas que rompan el orden sociales están llevando adelante. Para ello
sacralizado que el poder ha otorgado a la hay que estudiar el carácter de sus luchas
democracia y al desarrollo, pero para esto de sentido en la perspectiva de la cons-
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mito y la función de los nuevos mitos y ri- una perspectiva antropocéntrica, pues no
tos de la modernidad. es solo con otros seres humanos con quie-
nes tejemos las relaciones de sentido de la
Un problema que pensamos es vital en existencia, debemos empezar a construir
esta nueva mirada de la antropología es la formas de alteridad más cósmicas que per-
cuestión de la alteridad. Toda identidad se mitan relacionarnos y dialogar con amor y
construye en la confrontación y negocia- respeto con todos los seres de la naturale-
ción con los “otros” diferentes, con diver- za y el mundo en los que palpita la vida. Si
sas alteridades, de ahí que toda crisis de no empezamos a ver a los ríos, los árboles,
identidad en realidad es una crisis de la al- el mar, los animales, las plantas, como esos
teridad. En consecuencia, el problema más “otros” de los que también depende nues-
importante que la antropología debe en- tra propia existencia presente y futura, los
frentar en la actualidad no solo es priori- depredaremos, contaminaremos, convir-
zar (lo ha venido haciendo) el análisis de tiéndolos en simple mercancía para el
la identidad, sino empezar a considerar la mercado de la vida, como lo ha hecho el
cuestión de la alteridad. En realidad, lo modelo civilizatorio ecocida de Occiden-
que está viviendo la humanidad no solo es te. Tejer nuevas relaciones de alteridad
una crisis de identidad ( no saber quiénes cósmica con todo lo existente es una for-
somos); la crisis mayor es una crisis de al- ma no solo de enfrentar la razón depreda-
teridad dada por nuestra incapacidad de dora occidental, es empezar a construir
conocer, reconocer, valorar, respetar, tole- una nueva racionalidad, un nuevo ethos,
rar y convivir con la “insoportable dife- un proyecto civilizatorio distinto en pers-
rencia del otro”. Una característica de estos pectivas de la defensa de la vida en todas
tiempos postmodernos y globalizados es sus formas, manifestaciones y representa-
que vivimos en sociedades terriblemente ciones.
fracturadas en la alteridad. El desafío de la
construcción de una humanidad intercul- La antropología debe dejar de ser la
tural, tejer nuevas relaciones de sentido de ciencia de la otredad y mostrarse como
la alteridad no solo es crear un escenario ciencia de la mismidad, esta es otra forma
nuevo y conflictivo para la antropología, de romper su visión colonial. El estudio de
sino una tarea para una nueva antropolo- pares -analizar las construcciones simbó-
gía comprometida con la vida. licas de nuestras propias identidades, de
nuestros colectivos de trabajo- resulta un
Pero además de esto la antropología escenario nuevo y necesario para una an-
hace posible que reflexionemos sobre la tropología diferente que debe estudiar la
necesidad de repensar las relaciones de al- conducta de los mismos antropólogos. Es
teridad que hoy construimos. De ahí que hora de preguntarnos: ¿qué tipo de antro-
nos atrevamos a proponer que no se debe pología estamos haciendo? Hay que estu-
entender la alteridad únicamente desde diar las comunidades científicas, las uni-
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versidades y las escuelas de antropología más altos desafíos que se plantea en el cer-
que los forman. Hay que comenzar a tra- cano mañana para la diversidad de actores
bajar en una antropología que se piense sociales.
más autocríticamente.
El proceso de construcción de socieda-
Hoy vivimos y enfrentamos, al decir de des interculturales no solo que interpela y
Auge10, una situación de urgencia que exi- cuestiona la realidad social en su conjun-
ge la necesidad de una antropología emer- to, sino, además, al conjunto de la ciencia,
gente, una antropología de urgencia dada sus miradas y representaciones sobre la
la crisis de alteridad y de sentido que vive realidad misma; cuestiona las perspectivas
la contemporaneidad. Hoy la antropolo- teóricas, metodológicas, así como sus
gía, a pesar de todos aquellos que anuncia- practicas, sus metas y éticas que adquieren
ban su muerte, muestra la fuerza de su vi- un nuevo sentido frente a los desafíos de la
gencia, su potencialidad autocrítica para modernidad, la postmodernidad y la glo-
recrearse; está más claro que donde esté balización del mundo, para plantearle co-
presente el ser humano y mientras este si- mo requerimiento impostergable la nece-
ga tejiendo tramas de sentido, es decir sidad de ir colectivamente pensando y re-
mientras continué hilando la trama infini- pensando cómo avanzar en la construc-
ta de la vida, hay terreno fértil para el tra- ción de una nueva antropología, más
bajo antropológico. Es por todo eso (lo comprometida con la vida, que trabaje en
reiteramos una vez más) que el verdadero la perspectiva de la esperanza y la ternura,
sentido del sentido de la antropología es porque lo que está en juego es la dignidad
contribuir a la construcción de nuevos de la vida en todas sus formas, la de un
sentidos de la existencia. mundo en el que sea posible la felicidad de
todos los seres, donde no sea la razón ins-
Por una antropología comprometida con trumental sino el corazón abierto a la in-
la vida certidumbre y la ternura, lo que determi-
ne el latido de la existencia.11
El proceso de globalización que pre-
tende un modelo de sociedad homogenei- En un mundo en el que los proyectos
zada, la creación de una cultura planetaria dominantes buscan vaciarnos de sentido
que imponga la anulación de la diversidad para imponer el sentido único e irreversi-
y las diferencias, al ver en ellas fuerzas in- ble del mercado y el consumo es tarea in-
surgentes que enfrentarían a este proyecto mediata de la antropología trabajar en la
civilizatorio, nos plantea tareas y desafíos perspectiva de la construcción de nuevos
importantes para la construcción de so- sentidos de la existencia en función del ser
ciedades interculturales; la posibilidad de humano, de la naturaleza y el cosmos, en
pervivencia de esas diferencias en un la perspectiva de un nuevo orden simbóli-
mundo globalizado es quizá uno de los co, de un nuevo proyecto civilizatorio, de
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una humanidad intercultural que se nutra Una de las cuestiones más estratégicas
en la riqueza de la diversidad y la diferen- que hoy se le plantea a la antropología es
cia que son parte de la bondad de la pro- pensar que tipo de humanidad y sujeto
pia vida. Para ello se hace necesario “des- queremos ayudar a construir, para ello hay
construir” los paradigmas de una antro- que continuar trabajando en una estrate-
pología que aún conserva la razón colo- gia integral para la vida, reconstituyendo y
nial con la que nació y todavía sustenta y dando un sentido nuevo a la cotidianidad,
que sigue siendo útil a la reproducción de en la perspectiva de la construcción de
la colonialidad del poder. Hoy más que nuevos sujetos sociales, políticos e históri-
nunca es urgente que nutramos de vida cos. Esto implica trabajar la perspectiva de
tanto la teoría, las metodologías como los la liberación de la subjetividad en una re-
discursos, quizá esto permita construir volución del ethos que nos construya como
una antropología verdaderamente com- seres humanos en plenitud de dignidad y
prometida con la vida, que no solo se con- por tanto incapaces de ser manipulados
forme con hablar sobre la realidad sino por el poder, ese es otro escenario necesa-
que desde su inserción con la realidad y la rio para el aporte de la antropología.
vida misma contribuya a la necesidad im-
postergable de su transformación. Hay que crear una civilización que ha-
ga posible el desarrollo multicolor de to-
Hoy no se trata solo de la descoloniza- das las culturas, que recupere el amor, la
ción de la antropología sino de cómo sensibilidad, que construya una humani-
aporta para hacer una revolución del senti- dad en la ternura, que reconstruya nuevas
do, una guerrilla epistémica, una batalla se- formas de alteridad no solo entre los seres
miótica, la insurgencia de los símbolos que humanos, sobre todo de estos con todo lo
nos permitan fundar una propuesta civili- existente en la naturaleza y el cosmos.
zatoria distinta, que termine con la irra-
Este es un tiempo fundacional, en cuya
cionalidad de la razón en que se funda-
dialéctica se anuncia la negación de una
menta la actual civilización de la muerte
forma de civilización que se niega a sí mis-
que representa Occidente, para construir
ma para abrir un nuevo tiempo, una nue-
una nueva civilización de la vida, que se va era, el Pachacutec del sentido, de un
alce desde nuestras raíces de ancestralidad nuevo sentido civilizatorio alternativo,
andina y comunitaria, desde nuestras pro- que todos debemos ayudar a construir.
pias reflexiones, desde nuestras realidades.
Solo así comenzaremos a construir una Este es un tiempo que requiere de nue-
antropología con rostro propio, que con- vos sujetos y sentidos, otros discursos y
tribuya a la configuración de un nuevo prácticas, otras formas organizativas,
proyecto civilizatorio en función de la vi- otras acciones, nuevas propuestas progra-
da, la humanidad y el cosmos. máticas y políticas que respondan a las
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exigencias de la nueva realidad que en- Estos son retos que modifican las con-
frenta el mundo Tiempo en que debemos cepciones teóricas, metodológicas, éticas y
seguir intransigentemente militando por políticas, así como las tareas y los caminos
los sueños, la ternura y la materialización no solo de las ciencias en general y de la
de las utopías, por la construcción de una antropología en particular, también el de
historia que no llegó a su fin, que al con- las universidades, y, fundamentalmente,
trario todavía está por hacerse. los de la propia vida.
Notas
lítica. Aspectos que no han sido aborda- cindible hacer una reconstrucción de su
dos, y frente a los cuales proponemos al- génesis social, su genealogía, que nos per-
gunas reflexiones. mita comprender y seguir esas huellas, co-
nocerlas para mirar luego cómo la cultura
Si consideramos a la antropología ya aporta a la construcción del nuevo cami-
no como la ciencia de lo exótico, sino co- no o proyecto histórico que están plan-
mo la ciencia de la alteridad, la diversidad, teándose las diversidades sociales. Cono-
la pluralidad y la diferencia, se hace nece- cer sus huellas implica hacer una breve
sario la construcción de una estrategia aproximación diacrónica de su proceso,
conceptual de la cultura, que nos ayude a revisar las diversas consideraciones que en
pensar la unidad de la humanidad en la los distintos procesos históricos se han he-
diversidad y a comprender la diferencia en cho con relación a uno de los conceptos
la rica pluralidad. Una estrategia concep- más complejos de las ciencias sociales: la
tual que de cuenta de la existencia y rique- cultura.
za de esa diversidad, pluralidad y diferen-
cia evidenciada en el carácter pluricultu- Breve aproximación diacrónica
ral, multiétnico, plurilinguistico y pluri-
nacional que caracteriza a nuestras reali- La cultura en el mundo Greco-romano
dades, y sobre todo que exprese una com- Si partimos de su consideración etimo-
prensión de la cultura en perspectiva del lógica, cultura viene del latín colere que
proyecto histórico que están llevando ade- significa cultivar, en referencia a una de las
lante las diversidades sociales como pro- actividades productivas, la agricultura.
yecto histórico de nuestros pueblos.2 Ca- Inicialmente el verbo latino tuvo el sentido
da vez está claro que si la cultura fue una de habitar y cultivar, referido a la pobla-
fuerza vital presente a lo largo de la histo- ción rural, que mediante la agricultura de-
ria de la humanidad, sigue siendo la fuer- ja de ser nómada para transformarse en se-
za imprescindible para transformar la dentaria, la agricultura les obligaba a esta-
propia historia. blecer un lugar fijo de habitación. El verbo
se refiere así a la población rural, en con-
Aproximarnos a una estrategia con- traposición al de civilización que en cam-
ceptual de la cultura, exige la necesidad de bio hace referencia a la población urbana.
hacer, inicialmente, una breve aproxima- Al principio aludía a un habitar con los
ción diacrónica a la misma, para situarla dioses, de ahí se derivará posteriormente la
históricamente dentro de las diversas for- idea de rendir “culto” a los dioses.4
maciones sociales, ya que las palabras, los
conceptos y los seres humanos tienen su Se considera que fue Cicerón quien
historia y más que eso, hacen la historia.3 emplea el vocablo cultura por primera vez
Puesto que la cultura ha dejado profundas como concepto, pues en su Disputas Tus-
huellas en el caminar humano, es impres- culanas habla por primera vez de cultura
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animi, cultura del espíritu, partiendo de la ros intentos de comprender los hechos
analogía que se encuentra con el cultivo culturales como parte de las problemáti-
de la tierra, pero relacionándola específi- cas del ser humano y la sociedad.6
camente con toda la práctica humana que
transforma las cosas que no se encuentran Entre los romanos se acentúa la dico-
originariamente en la naturaleza.5 tomía entre una noción subjetiva indivi-
dual, “cultura animi”, y una noción social
La noción de cultura que está detrás “civitas”, que significa ciudadano libre. De
del término, fue empleada antes que la ahí surgirá el término “civilización” con el
propia palabra cultura como tal. Ya se en- que se hace referencia también a la cultu-
cuentra entre los griegos, Herodoto, Ho- ra, que solo logra realidad propia dentro
mero, Hipócrates, la noción de cultura del hombre. Civilización tiene un sentido
animi, que la entendían dentro de la pai- político y urbano que implica un sentido
dea, o sea los valores que el hombre “sa- de cultivo social y perfeccionamiento, sen-
bio” o “culto” transmitía como voz de la tido que se mantendrá en lo posterior.
divinidad. Frente a la cultura como paidea
surge la polis desde el pensamiento sofista La cultura en la Edad Media y el Renaci-
miento
con relación a un conjunto de leyes e ins-
tituciones reales-objetivas que han sido En la época medieval la cultura se
instauradas por los hombres para ordenar muestra subordinada a la teología y es de-
la vida de la sociedad. La cultura solo es finida con relación al culto de la religión
posible dentro de la polis y como expre- hasta la llegada del Renacimiento, que
sión del logos (razón) como atributo dis- abre nuevos horizontes culturales. En el
tintivo de lo humano. Renacimiento prevalece el concepto de
“humanitas” que recoge la confluencia de
Posteriormente estas reflexiones son
cultura subjetiva y objetiva, el hombre tra-
profundizadas y sistematizadas por Aris-
duce los sentimientos y experiencias de la
tóteles, quien concibe una primera noción época. Dante y Bocaccio, aunque no usan
antropológica de cultura al ponerla cerca- la palabra cultura como tal le dan ese sen-
na al mundo humano, al mundo social, la tido. Mirándola, Pascal y Bacon, en cam-
polis, por tanto al mundo de la razón filo- bio, comienzan a usar lingüísticamente el
sófica, por eso dirá que “la filosofía es la término que empieza a desarrollarse des-
cultura de la razón”. La cultura desde la pués del post-Renacimiento.
perspectiva aristotélica es vista como “ese
saber que permite al hombre discernir En el siglo XVI, en Francia, Alemania e
acertadamente acerca de todo”. En conse- Inglaterra, comienza a usarse la noción de
cuencia es la reflexión filosófica antropo- cultura con el término de civilización,
lógica el antecedente histórico más remo- dándole las mismas connotaciones que
to que permite informar sobre los prime- traían del pasado.
38 / Patricio Guerrero Arias
El concepto de cultura que venia ads- mo también una nueva concepción antro-
crito a la reflexión filosófica va adquirien- pológica del ser humano.7
do autonomía gracias a los aportes que
hacían posible el nuevo desarrollo de las La concepción de cultura estará mar-
ciencias. Lo gnoseológico en filosofía, el cada por un claro contenido etnocentris-
desarrollo de las ciencias naturales que ta, propio de las sociedades dominantes
impulsaron el método inductivo experi- europeas. Una muestra evidente de esta
mental y la reflexión racionalista, determi- postura etnocéntrica la encontramos en
naban nuevas formas de ver los diversos Hegel, representante del pensamiento
campos del saber y de acercarse a la reali- ilustrado, para quien la verdadera cultura
dad y a las construcciones humanas. se sustenta en la noción de geist (espíritu).
La cultura comienza a ser vista con rela-
La cultura según la Ilustración ción a diversos aspectos, como las costum-
bres, el lenguaje, el pensamiento, el genio
En el siglo XVIII los iluministas, los ro-
el carácter, la familia y la sociedad civil. En
mánticos y la Ilustración, superan la vi-
consecuencia la cultura no es sino una
sión racionalista y ven a la cultura como
producción del espíritu propio de las so-
una “configuración del espíritu humano”,
como producto de la razón humana que ciedades civilizadas. Para este filósofo,
forma “todo el modo de vida de un pue- tanto África, América como Asia, aún no
blo”. Es aquí cuando nuevamente se vuel- habían madurado como para entrar a for-
ve a hablar del sentido de cultura como mar parte de la historia de la humanidad,
cultivo del espíritu, que se va formando pues consideraba que aún vivían en una
alrededor de la sociedad burguesa, que “cultura natural”, como niños que se limi-
termina su estructuración a finales del si- tan a existir lejos del espíritu de lo que sig-
glo XVIII con la revolución francesa. Pero nifica pensamientos y fines elevados (civi-
es en este momento histórico cuando se lización); son culturas naturales que debe-
incorpora la visión de cultura como tota- rán desaparecer cuando la civilización se
lidad. acerque a ellas.8 El triunfo de la razón
marcaba, según Hegel, el triunfo de la ci-
Estas concepciones van unidas a los vilización de Occidente, de ahí que este fi-
nuevos modelos políticos que montaron lósofo decrete que “la historia ha termina-
un sistema teórico de justificación de la do,9 adelantándose en siglos al reciente
expansión y colonización, la Ilustración, el anuncio de Fukuyama, sobre el fin de la
Romanticismo, el Positivismo. Nociones historia.
como cultivo del espíritu, naturaleza hu-
mana, individualidad, etc, se constituyen En el siglo XVIII se formula una defi-
en pilares ideológicos a partir de los cuales nición de cultura entendida con relación a
la nueva sociedad estructura una nueva “costumbres”, “tradición”, “herencia so-
forma de producción social, política, co- cial”, pero por razones ideológicas se man-
La Cultura / 39
tiene la concepción de cultura que repro- dades para que, como lo dijera Diderot en
duce la metáfora de cultura como el culti- 1755 en su Enciclopedia, surja una “ciencia
vo de la tierra, con relación al cultivo del del hombre”. Mientras que Alexander
espíritu. La cultura empieza a ser entendi- Chavannes, en 1787 formula por primera
da como la posesión de bienes culturales vez el termino “etnología”, concibiéndola
(espirituales) que determinan el buen como la disciplina que estudia la “historia
gusto, los modales y valores que corres- de los progresos de los pueblos hacia la ci-
ponden a la burguesía dominante y se co- vilización”.11
mienza a hablar de la “cultura de las artes”,
la “cultura de las letras”, la “cultura de las Al tiempo que se afirmaba la separa-
ciencias”. Se concibe también la “cultura ción entre práctica cultural y actividad in-
como acción”, la acción de instruir, y a la telectual, se imponía otro tipo de división
noción de “cultura como estado”, estado con relación al trabajo intelectual frente al
de la mente cultivada por la instrucción, manual, que se utilizó como criterio de
que le conduce al individuo a la cultura.10 valoración futura; se valorizó lo intelec-
tual en desmedro del trabajo manual que
Esta visión sobre la cultura construyó fue descalificado. El trabajo intelectual
una dicotomía que ha estado siempre pre- constituyó el patrimonio de las elites po-
sente cuando se habla de cultura: la sepa- seedoras de la cultura, mientras que el
ración entre cultura y naturaleza. La cul- manual fue ejecutado por quienes care-
tura como expresión distintiva de la espe- cían de ella. Dicotomía que alcanzaría su
cie humana, como el acumulado de sabe- cúspide en la división internacional del
res aprendidos y trasmitidos por la huma- trabajo, empleándose hasta el presente.
nidad, se encuentra en oposición al mun-
Esta definición y división claramente
do de la naturaleza, a ese “espíritu natural”
etnocentrista respondía a necesidades po-
que carece de cultura. La cultura se la ve
líticas concretas de ese momento históri-
en singular, con características de univer-
co, que demandaba la universalización del
salidad y enmarcada en la idea de la “uni-
modelo económico capitalista, que veía en
dad del espíritu humano” y con un senti-
las colonias dependientes de Europa, no
do estrictamente antropocéntrico. La cul-
solo las fuentes de provisión de materia
tura está ligada a la noción de progreso,
prima y fuerza de trabajo, sino, además,
evolución, razón, como sinónimo de edu- como los nuevos mercados para vender
cación, de instrucción, que es la visión que sus productos, modernizar las formas de
caracterizó la ideología del iluminismo de explotación, expandir sus valores y erigir-
la época. Lo interesante es que en este mo- se como la cúspide del desarrollo de la ci-
mento histórico la visión antropocéntrica vilización humana.
que hace del “hombre” el centro del uni-
verso, lo coloca también como el centro de La incorporación definitiva del termi-
la reflexión científica, lo que abre posibili- no cultura, kultur, se da en Alemania a
40 / Patricio Guerrero Arias
partir de 1850, con una doble acepción: y transmitirlas a sus sucesores como una
cultura subjetiva y cultura objetiva o his- herencia continuamente creciente.13 Este
tórica (civilización). En adelante el térmi- concepto podría considerarse como una
no cultura será usado en el sentido de to- moderna definición de cultura; se adelan-
talidad, como algo que pertenece a un co- ta al formulado por los evolucionistas que
lectivo social, un pueblo o toda la huma- veían a la cultura como herencia social y
nidad. Esta nueva percepción de la cultu- como conducta aprendida y transmitida.
ra implica la caída de la visión hegeliana Pero también con su visión de los signos,
del espíritu, para abrirla a una percepción Turgot se adelanta a la propuesta semióti-
más materialista, que irá definiendo la di- ca contemporánea.
cotomía entre Geist y Natur (espíritu y na-
turaleza), entre la idea y la materia, que Herder: pluralidad y culturas
marcará la discusión futura. Una muestra
Como respuesta a la visión naturalista
de ello es que W. von Humboldt definió la
cultura como el control que podemos ha- de la cultura, resultante de la visión evolu-
cer de la naturaleza gracias a la ciencia.12 tiva unilineal de la historia, a la noción de
humanidad universal y de razas superio-
Los enciclopedistas que hacen posible res, dominante en ese momento, el filoso-
una profunda transformación social, eco- fo alemán G. Herder, representante de la
nómica y humana plantean una visión de- ilustración, opone una nueva visión con-
mocrática de la producción y distribución siderada en ese entonces como retardata-
culturales. Se reconoce a Voltaire como el ria, pero que para ahora tendría plena va-
iniciador de la preocupación científica en lidez.
torno a la cultura, quien rescatará el con-
cepto para la ciencia y la historia y mos- Herder introduce la visión de historia
trará la interrelación de las dos. Ahí se co- no como proceso continuo, ni como re-
mienza hablar de historia cultural. sultado del progreso de la razón. Sostiene
que cada pueblo desarrolla de manera au-
Turgot, otro representante de la ilus- tónoma e independiente su propia cultura
tración francesa, aporta el concepto de y que ninguna es históricamente la conti-
“progreso” para entender la dinámica de nuidad de la anterior. Cada cultura tiene
los cambios históricos, siendo estos el re- su propia especificidad y no puede ser juz-
flejo de los progresos sucesivos de la hu- gada ni comparada en referencia a otras,
manidad hacia su plena perfección, en puesto que cada una se modifica según el
contraposición a la noción de providencia lugar geográfico, la época y su dinámica
heredada de la escolástica. Turgot dice que interna; Herder aporta una nueva visión
el hombre posee un infinito tesoro de sig- que considera la cultura en plural, habla
nos que le permiten conservar las ideas por primera vez de la existencia de la di-
adquiridas, comunicarlas a otros hombres versidad de culturas. A Herder se lo consi-
La Cultura / 41
Occidental y que construyen una nueva fi- mas, especialmente Gran Bretaña, Holan-
losofía de la historia, que tenía como eje da y Francia. Se abrían posibilidades de
una teoría de la evolución, sustentada en conocimiento de otras realidades cultura-
las nociones de universalidad, totalidad, les diferentes frente a las cuales dichas po-
orden sucesivo y acumulativo, continui- tencias mostraron profunda intolerancia.
dad, necesidad, causalidad y progreso. Se- La dominación de los países coloniales ya
gún esta visión, tres fueron los estadios de no podía realizarse por la fuerza, se plan-
desarrollo de la evolución humana: el sal- tea la necesidad de definir formas más
vajismo, la barbarie y la civilización. En efectivas de dominación, para ello es nece-
dicho proceso evolutivo se da un progreso sario comenzar a estudiar sus “usos y cos-
permanente de la razón y es la civilización tumbres”. Esto obligará a los países impe-
europea la que encarna la más alta expre- rialistas a buscar los fundamentos teóricos
sión de ella, por lo tanto se erige a sí mis- y metodológicos que permitan entender
ma como la más alta forma de humani- esas “otredades” culturales diferentes que
dad. Esta tipología permite elaborar y jus- según el modelo evolutivo legitimado se
tificar un orden jerarquizado entre los se- encontraban en estadios salvajes y primi-
res humanos y las sociedades,20 e inicia tivos de desarrollo.
una dicotomía entre unos pueblos “salva-
jes y primitivos” que son vistos como en Era necesario contar con una ciencia
estado natural y por tanto carentes de cul- que les otorgue los fundamentos que justi-
tura, y otros pueblos “civilizados”, los úni- fiquen su acción civilizadora, pues Occi-
cos portadores de razón y cultura. Dicoto- dente como se auto consideraba la más al-
mía que con otros nombres, pero con ta expresión de la civilización humana se
iguales connotaciones, se mantendrá his- atribuyó a sí mismo la tarea de llevar esas
tóricamente hasta nuestros días. sociedades por los caminos de la razón y el
progreso, de la cultura y la civilización. Así,
El interés del estudio de la evolución surge la antropología como ciencia hija del
humana busca coincidir con las descrip- colonialismo, que no solo hará de la cultu-
ciones taxonómicas de las ciencias natura- ra un concepto clave, sino el fundamento
les, que influyen notablemente en las cien- de su propia existencia. La cultura de los
cias sociales: se buscará alcanzar iguales “otros” se vuelve el “objeto de estudio” pri-
niveles de rigor, comprobación, experi- vilegiado de una antropología que nace
mentación y objetividad empírica. Surge como ciencia de la otredad, y esta ofrecerá
así una nueva conciencia de la realidad so- las bases teóricas y metodológicas para la
cial a la que Comte llamará positivismo. legitimación de la expansión colonial.
Desde el punto de vista político, el si- Será Edward. B. Tylor quien inicie la
glo XIX coincide con el proceso de expan- antropología como ciencia y quien dé al
sión imperialista de las potencias maríti- concepto de cultura una dimensión dife-
44 / Patricio Guerrero Arias
rente a la que se había sostenido hasta en- artes, leyes, moral, costumbres y cualquier
tonces. La cultura empieza a ser mirada habilidad adquirida por el hombre como
desde una perspectiva antropológica, pues miembro de la sociedad”. Concepto que se
la antropología ya se ha constituido como mantendrá hasta nuestros días. Esta no-
la ciencia que se dedica a su estudio espe- ción reproduce la alemana vigente, pero
cífico. Tylor define a la cultura como el introduce una mayor formalización. Des-
objeto central de estudio de la antropolo- de 1890 la palabra cultura se ha empleado
gía y formula su clásico concepto de cultu- con diversas acepciones, pero en todos los
ra, señalando que esta es “ese complejo to- casos se ajustan al horizonte que fuera
tal, que incluye conocimientos, creencias, planteado por Tylor.
Notas
seen cultura, los cultos, que gustan del ar- Esta postura invisibiliza la cuestión del
te, la lectura, la música clásica, el teatro, poder, aunque evidencia un claro etno-
los que tienen acceso a los modernos siste- centrismo y reproduce la vieja dicotomía
mas tecnológicos de comunicación, que que excluye y separa seres humanos y so-
conocen de computación e internet, como ciedades. Desde esta mirada la sociedad se
los nuevos universos simbólicos de la cul- ha dividido entre aquellas sociedades civi-
tura de la postmodernidad y que siempre lizadas, que están en el universo del saber
termina siendo un patrimonio de las cla- y la razón (logos), frente a otras sociedades
ses dominantes. En el otro están los igno- “primitivas, aborígenes”, que apenas están
rantes, los rudos, los incultos, los aliena- en el de los sentidos (timos). Mientras las
dos, los excluidos de la modernidad, y, por unas poseen ciencia, las otras poseen ma-
lo tanto carentes de cultura. Los pueblos gia; las unas crean cultura, las otras pro-
ágrafos y las personas analfabetas, según ducen folklore; las unas tienen religión, las
este enfoque cognitivo, no poseen cultura otras idolatrías; las unas medicina, las
y en consecuencia son desvalorizados y otras hechicería; mientras las unas tienen
deslegitimados socialmente. literatura, las otras simplemente mitos. En
definitiva, mientras unas sociedades viven
Otra consecuencia de este enfoque es en la civilización, otras aún están en el sal-
que piensa a la cultura como la ocupación vajismo y la barbarie.
del tiempo libre,4 lo que provoca un ma-
yor empobrecimiento de la cultura. Hoy Esta dicotomía se ha preservado a lo
se la ve como sinónimo de entretenimien- largo de la historia solo que con diferentes
to, distracción, divertimento y placer que nombres; hoy nos dicen que hay socieda-
producen los medios masivos, la televi- des que están en desarrollo, que otras se
mantienen en el subdesarrollo; mientras
sión, el TV cable. Medios que se han con-
unas viven en la modernidad, otras como
vertido en las nuevas factorías de la pro-
la mayoría de nuestros pueblos aún viven
ducción simbólica, en los centros de la so-
en el atraso de las tradiciones.
cialización de la cultura. Ser culto hoy sig-
nifica estar bien informado, conectado a la Esta postura cognitiva e ideológica de
red, saber navegar, estar al tanto de los cultura resulta evidentemente etnocen-
concursos de belleza y las novedades del trista y sin sostenibilidad, sin embargo, si-
mundo de la moda y las estrellas del es- gue siendo la más difundida a pesar de
pectáculo, poder dar un precio al saber y que ya la antropología ha demostrado que
al conocimiento participando en los pro- la cultura nada tiene que ver con la educa-
gramas de concurso. Esas son las nuevas ción o el buen gusto. La cultura es una
formas de la ciber-cultura mediática de la construcción social específicamente hu-
modernidad, que producen y difunden los mana y, por lo tanto todos los seres huma-
mass medias. nos poseen cultura, es más son los cons-
48 / Patricio Guerrero Arias
tructores de ella. Por ello, una sencilla olla Esta postura de buscar reducir la cultu-
de cerámica construida en la selva para la ra a una especie de “moral universal”, re-
preparación de alimentos es una cons- sulta homogenizante y equívoca, puesto
trucción cultural al igual que una sonata que la cultura y sus sistemas simbólicos de
de Beethoven.5 Lo que pinta Picasso es valores, de prácticas, de creencias y cons-
una construcción cultural, como también trucciones que tienen que ver con la cultu-
lo son los trabajos de los pintores de Ti- ra, no puede ser reducida a expresiones
gua, que le dan luz y color a la memoria. universalizantes y homogéneas, ya que la
cultura se expresa en la riqueza de la di-
La cultura es tan esencial para la vida versidad, la pluralidad y la diferencia, que
de los individuos y las sociedades que no son las que enriquecen la propia vida y en
existe persona o sociedad que pueda vivir consecuencia la propia cultura, que no es
sin ella. Lamentablemente por razones sino una respuesta creadora frente a ella.6
ideológicas necesarias para el ejercicio del
poder y la dominación, esta visión cogni- Otra versión en esta perspectiva es la
tiva es la que más se maneja y está cotidia- que ve la cultura desde una dimensión ne-
namente extendida; continuamente es re- gativa, ligada a los antivalores; de ahí que
producida por la acción del sistema edu- se hable de “cultura de la corrupción”,
cativo formal y por los medios de infor- “cultura del consumismo”, “cultura de la
mación que terminan alimentando una delincuencia”, “cultura de la violencia”,
razón colonial, etnocéntrica, racista y dis- etc.7 Estas formas de ver la cultura desde
criminatoria. valoraciones universalistas positivas o ne-
gativas empobrece su concepto y hace que
Perspectivas universalistas pierda su riqueza analítica, puesto que, co-
mo decíamos, reduce la cultura a los limi-
Otra forma muy común y empobreci-
tes estrechos de las costumbres, ya que co-
da de conceptualizar la cultura es la de
mo es habitual robar creemos que tene-
equipararla a valores universales y cos-
mos una “cultura del robo o la corrup-
tumbres que son aparentemente compar-
ción”, y no leemos el sistema de manifesta-
tidas y comunes a muchas sociedades y
ciones y representaciones simbólicas que
pueblos. General y equivocadamente se
la hacen posible. Debemos ver que la cul-
cree que un acto, una conducta que se
tura constituye no una fuente de antivalo-
vuelve costumbre, por lo tanto se compar-
res, sino que es en sí misma el supremo
te en el conjunto de la sociedad, se trans-
valor humano, que hizo posible que los
forma automáticamente en cultura. De
humanos lleguen a ser tales y que lleguen
ahí que mucho se hable de “cultura de la
a construcciones de sentido.
paz”, “cultura democrática”, “cultura ciu-
dadana”, “cultura del amor”, “cultura de la Por tanto hay que ver la cultura ligada
solidaridad”, etc. a la posibilidad positiva y la fuerza trans-
La Cultura / 49
Notas
1 Jofre. 27-28 / Ortega: 14 8 Cuche: 127
2 Linton. 1982: 43 / Kluckhohm. 1983: 27 9 Cuche: 128
3 Sues: 196 10 Cuche: Ibid.
4 Sanchez. 1998: 78 11 Cuche: 129
5 Kluchohm: 27 / Corinne-Brown. 1983: 5 12 Cuche: Ibid.
6 Sues. 1995: 151 13 Cuche: 130
7 Sues: Ibid.
4
LA CULTURA COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL
La cultura no puede seguir siendo leí- creada con y junto a los “otros” y para los
da como un atributo casi natural y genéti- otros, en comunión, en relación dialógica
co de las sociedades. La cultura tiene que con los “otros”. En consecuencia nosotros
ser mirada como una “construcción” espe- pensamos que la cultura constituye un ac-
cíficamente humana, resultante de la ac- to supremo de alteridad, que hace posible
ción social. La cultura es esa construcción el encuentro dialogal de los seres huma-
que hizo posible que el ser humano llegue nos para ir estructurando un sentido co-
a constituirse como tal y a diferenciarse lectivo de su ser y estar en el mundo y la
del resto de los seres de la naturaleza. vida.
llega la muerte, pero siempre seremos sobre todo, dar un sentido al ser y estar en
miembros de una sociedad y de una cul- el mundo. Eso es lo que diferencia al ser
tura. Como dice Ruth Benedict: “la cultu- humano del resto de las especies.
ra es lo que une a los hombres”. Es gracias
a esa herencia social que las sociedades Vale no confundir la relación entre cul-
son lo que son y de ella depende la conti- tura y sociedad. La sociedad puede ser
nuidad de su existencia, ahí es de donde cualquier conjunto de individuos de cual-
cada generación toma sus sistemas de va- quier especie, determinado agregado ani-
lores, las pautas para dar sentido a su exis- mal que se mantiene junto como un gru-
tencia presente y la construcción de su fu- po de interacción entre los que existe una
turo.1 “conciencia” de pertenencia. Una sociedad
humana es un conglomerado con esas ca-
Decir que la cultura es una construc- racterísticas, sin embargo, en la sociedad
ción social no implica confundir la vida humana, las interacciones están marcadas
social como tal con los procesos cultura- por las construcciones culturales genera-
les, puesto que la vida social no es solo un das por esa sociedad. Por ello que no se
patrimonio humano, diversas especies conozca ninguna sociedad sin cultura.
animales cuentan con formas más com-
plejas de organización social. Un ejemplo De forma sencilla podríamos apuntar
conocido lo ofrece la estructura social de que una sociedad siempre está integrada
las hormigas, que muestra un nivel tal de por gente, la cultura es, en cambio, la ma-
complejidad en su organización y división nera como esta gente se conduce. Por lo
del trabajo, del que los humanos podría- tanto: una sociedad no es una cultura, po-
mos aprender. Sin embargo, a pesar de tal see una cultura.3 La sociedad humana es
complejidad, la base de dicha organiza- más que un conglomerado de individuos,
ción no reside en la cultura, sino en el ins- la unidad de esos individuos acorde a con-
tinto. Ahí radica la gran diferencia de la venciones culturales específicas. La cultu-
sociedad humana: esta solo se sustenta en ra constituye una serie de patrones de
la cultura. normas integradas de conducta que hacen
posible dar a esa agrupación un distinto
Uno de los factores vitales de la cultu- sentido para su existencia en sociedad y
ra como construcción social es el lenguaje para asegurar la continuidad de la misma.
simbólico que da a la comunicación hu-
mana una especificidad propia, ya que los Una cuestión que esclarece mucho más
animales se comunican pero la comunica- la diferencia entre cultura y sociedad, co-
ción humana es esencialmente una comu- mo plantea Godelier,4 son las característi-
nicación simbólica, que hace posible no cas diferenciadoras de los seres humanos
solo aprender, sino, también, transmitir, con relación a los demás animales socia-
almacenar y planificar lo aprendido,2 y, les, que hacen que los hombres no se con-
La Cultura / 53
formen con vivir en sociedad, sino que es- una forma de herencia, que se tiene no ge-
tos “producen la sociedad para vivir”, por- néticamente sino en forma social,6 pues
que han sido capaces de construir nuevas todo ser humano forma parte de una so-
formas de pensar y de actuar, tanto sobre ciedad y de una tradición cultural especí-
la naturaleza como sobre sí mismos. En fica.
definitiva han sido capaces de construir la
cultura y fabricar la historia, las demás es- La cultura como conducta aprendida
pecies son parte de una historia, pero de se expresa desde los inicios de la vida del
una historia que no ha sido creada cons- ser humano, cuyo proceso de aprendizaje
cientemente por ellas, sino de una historia de las normas culturales ha sido llamado
de la naturaleza, es decir del proceso de socialización, el que, según algunos antro-
evolución de la materia viva que se engen- pólogos, no empieza con el nacimiento, si-
dra en determinados procesos temporales. no desde el proceso de la gestación en el
En cambio el ser humano pudo llegar a la que se inicia el camino de la vida, que es el
historia porque fue capaz de construir de crecer y aprender. Mientras que especí-
cultura. Todas las fuerzas que pone en ficamente al proceso de aprendizaje de la
movimiento le permiten crear y recrear cultura de los infantes se ha llamado en-
nuevas formas de sociedad, y es en esa doculturación.
misma fuerza transformadora que consti-
Una clara muestra del carácter apren-
tuye la cultura donde encuentra la posibi-
dido de la cultura la encontramos en la
lidad para transformar la sociedad y la
prolongada dependencia del infante hu-
historia.
mano.7 Si todo ser humano dispone de
La cultura como conducta aprendida5 una capacidad cerebral para el aprendiza-
je, nadie como el ser humano necesita tan-
Esta es una de las más generalizadas to de los otros para aprender y ser parte de
concepciones de la cultura en la antropo- la sociedad. Es la organización social y la
logía, sus orígenes los hallamos en la for- vida en grupos la que nos ofrece el contex-
mulación evolucionista de Tylor, que veía to necesario para el aprendizaje de los
la cultura con relación a capacidades y há- otros. Es quizá allí, en su marcada depen-
bitos “adquiridos” por el “hombre como dencia de los otros en donde se encuentra
miembro de la sociedad”. Si la cultura es la mayor fragilidad, pero también la ma-
una construcción social, esta solo puede yor grandeza de lo humano, el saber que
ser aprendida y transmitida dentro del se- solo podemos llegar a ser lo que somos
no de una sociedad concreta. La cultura, gracias a los demás, a los otros y con los
lo señala Beals Hoijer, es una forma de otros; y a la cultura que otros han cons-
comportamiento aprendido. La cultura se truido. Es por ello que podemos reafirmar
aprende, se trasmite por medio de la inte- que la cultura es un acto supremo de alte-
racción social. En ese sentido constituye ridad y para construir alteridad.
54 / Patricio Guerrero Arias
cultura dominante haya determinado pa- un bus, cuando las normas ideales deman-
ra ello, empleando mecanismos informa- dan actitudes de respeto frente a mujeres,
les que van desde la censura, la evitación, niños y ancianos por parte de los hom-
la murmuración y otros, o a través de bres, lo real es que vemos como mujeres
aquellos que están formalmente estableci- embarazadas o ancianas con bolsos están
dos en las leyes.13 paradas frente a la mirada indiferente de
corpulentos jóvenes cómodamente senta-
Entender el proceso de variación cul- dos. Ancianos y niños no son recogidos
tural nos conduce a la consideración de lo por los chóferes de los buses y son irrespe-
que generalmente se concibe como cultu- tados constantemente en los derechos que
ra ideal y cultura real.14 demandan las normas ideales.
Cultura ideal: hace referencia a esa for- Otro ejemplo, lo tenemos en el hecho
ma, su nombre lo indica, de percibir la de que, idealmente, la nuestra es una so-
cultura como modeladora de la conducta ciedad cuya organización social se susten-
social total, es decir: a la serie de princi- ta en el matrimonio monogámico, pero la
pios normas y valores que le dan a sus norma de conducta más evidente es la
miembros los patrones ideales de lo que
conducta poligámica. La permisividad en
“debería ser” y de lo que se “debería
el rompimiento de las normas religiosas
hacer”.
evidencia esa ruptura entre las normas
La cultura real: se refiere, en cambio, a ideales y las reales de conducta; la actitud
aquellas normas de conducta que son vi- de recogimiento, respeto al prójimo, pare-
vidas en la realidad por los miembros de ce solo darse durante la permanencia en el
una cultura y que no necesariamente templo; una vez salido de este otra es la
coinciden con las normas ideales, al con- conducta real.
trario muchas de las veces entran en con-
tradicción con ellas o implican su rompi- Finalmente, uno de los ejemplos más
miento. La falta de claridad, coherencia y decidores lo encontramos en la reciente
la contradicción continua que se encuen- declaratoria de nuestro país como uno de
tra en las normas ideales, proporciona a los países más corruptos de América Lati-
los individuos la mejor justificación para na. Esta es la prueba de la existencia de la
un comportamiento muy alejado de lo incompatibilidad de las normas ideales y
ideal y que al ser parte de la vida real, ter- las reales de conducta. Vemos que el Con-
mina siendo socialmente justificado. greso Nacional es un escenario que se su-
pone legisla las normas ideales para el
Un claro ejemplo de la falta de cohe- cumplimiento de la justicia, la moral y el
rencia entre normas ideales y normas de orden social, pero en realidad es el espacio
conducta lo podemos encontrar en la co- más corrupto de nuestro sistema demo-
tidianidad de la vida. Así podemos ver en crático. La democracia resulta igualmente
La Cultura / 57
Notas
1 Kluchkhom: 36 / Corinne-Brown: 19 / River- han trabajado con profundidad sobre estos te-
so. 1974: 45 mas.
2 Hoebel en Shapiro. 1993: 234 6 Linton: 12
3 Corin-Brown: 8 7 Nanda. 1994: 49
4 Godelier. 1990: 17 8 Rossi-O’Higgins. 1981: 25
5 Para una mayor referencia sobre la cultura co- 9 Kotak. 1994: 34-35
mo conducta aprendida y compartida y sobre
10 Nanda: 49 / Murdock. 1997: 80 / Linton: 48
subcultura, recomendamos consultar los traba-
11 Kluchkhom: 50 / Nanda: 41
jos de Franz Boas, Ruth Benedict, Margaret
Mead, Geza Roheim, Ralph Linton, Abram 12 Nanda: 53 / Kotak:38-39
Kardiner, entre otros, que son los representan- 13 Nanda: 43
tes de la Escuela Cultura y Personalidad, que 14 Nanda: 42
5
CULTURA Y NATURALEZA
Lo naturaleza configura la base, la mi- turaleza. Pero a su vez podemos decir que
tad del ser humano que no le resulta sufi- ser poseedor de tal fuerza cultural trans-
ciente y por ello tiene que trascenderlo, formadora es parte de la naturaleza mis-
para hacerlo desarrolla la creatividad hu- ma de lo humano.
mana que hace posible la continua recrea-
ción de la cultura. En consecuencia la cul- Si bien es lícito distinguir entre natura-
tura no es un mero accidente fortuito, se leza y cultura, no se pueden oponer am-
convierte en factor clave de estructuración bos conceptos, ni pensar que uno es más
del ser humano y de las relaciones que es- determinante que el otro. El determinis-
tablece con los demás. La vida humana mo biológico, es tan equivoco y dañino
transcurre en continua adaptación a las como el determinismo cultural, los dos
formas culturales que le son transmitidas, factores son interdependientes, ya que la
que necesitaban haber sido creadas pre- cultura tiene su origen en la naturaleza
viamente mostrando que la capacidad humana y sus formas están restringidas
constructora y creadora del ser humano es tanto por la biología como por las leyes
más fundamental que su capacidad recep- naturales, las que encuentran un sentido
tora, y a su vez es la base para la construc- para la praxis humana y son canalizadas
ción de la cultura. por la cultura. El uso selectivo que el ser
humano hace del medio ambiente es esen-
La cultura como instrumento adaptativo cialmente cultural.4
bemos dejar de considerar que en situa- mano diverso, diferente y con especifici-
ciones como las que actualmente vivimos dad propia.6
por la presión de claros intereses ideológi-
cos, económicos y políticos del poder, esa Si bien la cultura es un sistema adapta-
relación se está modificando. tivo esto no implica que todo aspecto del
sistema sea bien adaptativo, ni que cada
Lo señalado anteriormente implica la sistema sea la estrategia más eficiente para
necesidad de hacer una lectura crítica de utilizar el medio ambiente. Los sistemas
la cultura en su función adaptativa. La socio culturales solo son una posible solu-
cultura es la principal construcción hu- ción de un sin número de alternativas
mana que orienta, a partir de los conoci- igualmente adaptativas. Ese nivel de re-
mientos y saberes trasmitidos socialmen- presentaciones, interpretaciones y de
te, los procesos de adaptación de los seres prácticas sociales basadas en tales repre-
humanos frente a la naturaleza. Cada cul- sentaciones, no siempre resulta ser positi-
tura es un estilo de vida diverso y diferen- vamente adaptativo, dado que ciertas re-
ciado, que capacita a un grupo para en- presentaciones, interpretaciones, prácticas
frentar y dar respuestas a las tensiones me- y comportamientos culturales pueden ser
dio-ambientales para garantizar su sobre- mal adaptantes, pues pueden dañar el en-
vivencia y reproducción en un entorno torno y poner en riesgo la existencia del
concreto.5 grupo. Si bien la manipulación creativa
del entorno puede en ciertos casos fomen-
El proceso adaptativo está determina- tar una economía más segura en el presen-
do por el conocimiento simbólico social- te, pero también puede -como lo están ha-
mente producido y transmitido y la praxis ciendo las practicas ecocidas capitalistas-
que ese conocimiento hace posible, lo que agotar recursos en forma irreversible, po-
implica la elaboración de representaciones niendo en riesgo la sobrevivencia presente
e interpretaciones sobre la naturaleza, que y futura del planeta.
son compartidos por quienes integran
una sociedad y en base a estos se determi- Lo que nos recuerda que la relación en-
nan diversas prácticas sociales, distintas tre naturaleza, sociedad y cultura como lo
estrategias de acción que regulan las for- señala Bergier,7 bien puede parecerse a la
mas de conducta individual y colectiva historia del aprendiz de brujo, en la que el
frente a la naturaleza, para poder enfren- aprendiz crea sus propias realidades, las
tar las diversas constricciones que esta le que después adquieren movimiento pro-
impone. Las estrategias adaptativas no son pio e independiente y actúan según la ló-
homogéneas ni estables, por el contrario gica de su propio ser, que resultan cada vez
contradictorias y esencialmente dialécti- más difícil de controlar incluso por el pro-
cas, ya que cada cultura en definitiva no es pio creador; de ahí el peligro de que el ser
sino un estilo de vida, un ecosistema hu- humano pueda terminar ahogándose en
62 / Patricio Guerrero Arias
las propias aguas que él ha producido. La biente. Este enfoque no considera que la
cultura trasciende las diversas fases de la cultura hace del ser humano, parafrasean-
cotidianidad de la vida natural y social, se do a Engels, no un esclavo de la naturale-
presenta al individuo con existencia pro- za sino un arquitecto de ella, pues tiene
pia y autónoma, esto hace que las socieda- gracias a la cultura la capacidad de trans-
des y los individuos a veces no reconozcan formarla y en ese proceso la posibilidad de
en ella las huellas de su creador, que no es transformarse a sí mismo.
sino el mismo ser humano con otros y en-
tre otros. La cultura siendo una creación La cultura, no es el resultado de la ne-
humana a veces presenta un rostro inhu- cesidad, no negamos que la necesidad
mano, pues lleva la impronta de lo que es puede motivar a la acción al ser humano,
absolutamente arbitrario y obligatorio. pero no significa que por sentir necesida-
Esa naturalización de la cultura solo pue- des ya se tenga cultura. Para que la cultu-
de operarse gracias al poder y la fuerza in- ra exista se hace necesario poner en juego
termediadora de los símbolos, que son los la capacidad creadora y la praxis humana:
que hacen posible la humanización de la puedo tener hambre, esa es evidentemen-
naturaleza y la sobrenaturalización de las te una necesidad biológica, pero para sa-
dimensiones de lo humano, proceso de tisfacerla requiero encontrar una respues-
eufemización simbólica que parecería ser ta creativa y una praxis concreta, que están
la única forma de poder construirnos co- dentro del marco de determinadas res-
mo seres humanos en sociedad. puestas culturales construidas en ciertas
interacciones sociales y en momentos
La cultura como resultado de las necesi- concretos de la historia; esas respuestas no
dades humanas son el resultado de la necesidad sino de la
praxis y acción creadora de los seres hu-
Lo anterior resulta importante para
manos. La cultura es una construcción es-
abordar y cuestionar una postura que no
ha sido suficientemente discutida. Se trata pecíficamente humana, una construcción
de aquella que ve a la cultura como resul- social, resultante de la praxis del trabajo
tado de las necesidades humanas, como humano.
sostienen las visiones funcionalistas clási-
Si bien como parte de la naturaleza los
cas,8 que le dan una perspectiva mera-
seres humanos somos seres biológicos y
mente biológica al analizarla como pro-
estamos sujetos a procesos marcados por
ducto de las diversas necesidades del
“hombre”. nuestra naturaleza animal, no son estos
procesos los que determinan la vida hu-
Una visión de este tipo reduce al ser mana en sociedad, sino aquellos que están
humano a un mero animal instintivo, lo modelados culturalmente. Las diversas
muestra como pasivo esclavo de las cons- necesidades biológicas naturales que com-
tricciones que le impone el medio am- partimos con el resto de los animales, co-
La Cultura / 63
Notas
1 Para mayores referencias sobre los temas de es- 8 Ver al respecto la obra clásica de Bronislaw Ma-
te apartado, sería recomendable consultar los linowski Una teoría científica de la cultura. Su-
trabajos de los representantes de la Escuela de damericana Ediciones. Argentina. 1980.
Ecología cultural y de los Neoevolucionistas 9 Nanda: 77
como: Leslie a. Withe, Gordon Childe, Julian 10 Cuche: 8
11 Nanda: 77-78
Steward; así como del Materialismo Cultural de
12 Kluckhom: 32 / Nanda: 81-82
Marvin Harris, y de la Antropología Marxista
13 Para tener referentes más amplios sobre el aná-
de Maurice Godelier, y los recientes aportes de lisis de la fuerza cultural de las emociones reco-
Arturo Escobar. mendamos consultar el texto de Rosaldo Cul-
2 Guerrero 1996: 2-3 tura y Verdad. Abya-Yala. Quito. 2000. También
3 Godelier: 17 de Michael Taussig Un gigante en convulsiones.
4 Kluckhom: 31 Gedisa. España 1996 / De Marc Auge Las for-
5 Nanda: 62 mas del olvido. Gedisa. España. 1998 / De Cris-
6 Godelier: 22-23 tina Larrea. La cultura de los olores. Una aproxi-
7 Cit en Azcona. 1991: 15 mación a la antropología de los sentidos. Biblio-
teca Abya-Yala N. 46. Abya- Yala. Quito. 1997.
6
CULTURA, JERARQUIZACIÓN Y PODER
Tenemos que considerar que las cultu- Frente a esto la cultura popular no
ras populares están marcadas por los pro- plantea un sentido universalizante, sino
cesos de dominación y hegemonía del po- que recupera el sentido de lo local. Sin
der de la clase dominante. La diferencia embargo, a veces se corre el riesgo de dar a
está, quizás ahí resida su fortaleza, en que la cultura popular fuertes connotaciones
han sido capaces de construir sus produc- esencialistas e idealizantes, porque se con-
ciones culturales en situaciones de domi- cibe lo popular como un sujeto homogé-
nación social y dentro de ella hacen de la neo, íntegro, armónico y alejado de con-
cultura un instrumento de resistencia y flictos, así bajo la categoría de popular se
de insurgencia contra el poder y la domi- homogeiniza lo campesino, lo proletario,
nación lo regional, lo rural, lo urbano y se identi-
fica solo a lo indígena como la única y ge-
Las culturas populares son construc- nuina expresión de lo propio, de lo ances-
ciones vitales que se dan en procesos de tral, negando en consecuencia la riqueza
dominación como dice Michael de Cer- de la diversidad de la pluralidad y diferen-
teau;8 la cultura popular es la cultura co- cia que caracteriza a nuestras realidades
mún de la gente común y que es construi- socio culturales.
da en la cotidianidad, gracias a la inteligen-
cia y capacidad creadora y práctica de la Es importante aclarar que dado el ca-
gente común, de ahí que la cultura popu- rácter diverso de nuestras realidades socio
culturales, resulta más correcto hablar no
lar sea una forma, una “manera de hacer
de la existencia de una cultura popular, si-
con” y dentro de la producción cultural
no de culturas populares; aquí encontra-
dominante y en las condiciones sociales de
mos no una, si no varias culturas, cada
dominación, dentro de las cuales encuen-
cual con su identidad y diferenciada como
tra sus referentes simbólicos de sentido,
las culturas indígenas, las culturas afroe-
que son los que dan un significado y una
cuatorianas, las diversas culturas mestizas
significación a sus praxis sociales. y las culturas populares urbanas, marca-
Una diferencia muy importante es das por profundas diferencias regionales,
constatar que cuando se habla de cultura de género, generacionales, que están cons-
elitista o cultura dominante, esta tiene un truyendo y reconstruyendo permanente-
mente sus modos de ser y de diferencia-
claro sentido homogeneizante y anulador
ción en una dialéctica continua de lucha
de las diferencias, puesto que se sustenta
de sentidos.
en principios que se consideran con valor
universal, que responden a un modelo ci- La cultura de masas
vilizatorio que se ha impuesto como el
único y la más superior forma de hacer El empleo de esta noción de cultura
humanidad. también ha sido motivo de interpretacio-
La Cultura / 69
nes varias dada su falta de claridad semán- mente los mensajes de la cultura de las eli-
tica. Para Edgar Morín,9 la cultura de ma- tes y además naturalizar el orden social
sas tiene que ver con el modo como es dominante.
producida y señala la analogía que tiene
con las formas de producción capitalista. Esta visión puede resultar igualmente
La cultura de masas es el resultado de un extrema, pues otorga un poder absoluto e
proceso similar al de la producción indus- inefable a la producción mediática y ve a
trial masiva y seriada, que produce una la masa consumidora como si fuera ho-
cultura para el consumo masivo y que por mogénea, pasiva y acrítica. Este enfoque
lo tanto está destinada al mercado y regu- no considera la dimensión política que
lada por esas mismas leyes. Es por eso que tiene la diversidad, pues si bien la produc-
la cultura de masas ha sido llamada indus- ción mediática muestra uniformidad en el
tria cultural. mensaje, no se encuentra la misma uni-
formidad en la percepción de dichos men-
Quienes ven la cultura de masas como sajes, no toda la gente percibe de la misma
cultura del consumo, ponen su acento en manera los mensajes mediáticos,10 sino
el rol de los medios masivos de informa- que cada uno decodificará los mismos,
ción; la cultura de masas es un producto acorde a su situación socio histórica, a su
de dichos medios para difundir las formas praxis, a su experiencia y su sentido frente
culturales dominantes. a la vida. No hay que olvidar que estamos
ante sujetos sociales reales, que tienen la
La cultura de masas resulta ser, según capacidad suficiente para apropiarse, rein-
Stavenhagen, no una cultura de masas, si- terpretar y resemantizar los mensajes que
no una cultura producida para las masas, reciben de acuerdo a la especificidad de
producida como cualquier otra mercancía los universos de sentido de sus representa-
en esas nuevas factorías de lo histórico ciones simbólicas y culturales.
que son los medios masivos de informa-
ción, con el fin de modelar, alienar y ho- Uno de los mitos más característicos de
mogeneizar universos culturales diversos. esta era de revolución científico-tecnoló-
Para ello se instrumentaliza un evidente gica en la comunicación y que está mar-
proceso de usurpación simbólica, median- cando el ritmo de la modernidad y de la
te el cual la cultura dominante, los amos postmodernidad, lo constituyen los mass
del poder, usurpan los símbolos de la cul- media, que se han convertido en mito, sig-
tura popular y los resemantizan, los ubi- no omnipresente de la civilización con-
can en otro contexto, pero al usurparlos temporánea y a su vez en el espacio repro-
los deforman, los empobrecen, los alienan ductor de nuevos contenidos mitagógicos.
e ideologizan, haciéndolos así instrumen- Los medios de “comunicación” de masas
tos útiles para la construcción de los ima- son algo más que simples medios transmi-
ginarios que permiten consumir pasiva- sores de acontecimientos o difusores de la
70 / Patricio Guerrero Arias
actualidad, sino que son verdaderos am- fermedad social reconocida, acostum-
plificadores de los signos de estos tiempos, brándonos a ella, viéndola como algo na-
factoría de la historia, talleres donde se tural con la que debemos convivir cotidia-
forjan los acontecimientos del presente, namente. Esta vacuna, producida a través
centros emisores de lo espectacular, so- de la cultura de masas, representa para el
portes de las nuevas mitologías de la mo- poder la mejor defensa contra el riesgo de
dernidad. Los mass media constituyen ese una subversión que desestabilice el orden
anfiteatro planetario en el que se presen- de dominación establecido.
tan y consumen diariamente las grandes
ceremonias mitológicas del presente, don- La cultura como folklore
de se fabrican en serie los nuevos sueños,
Esta es quizá la más empobrecida vi-
ídolos e idolatrías, héroes y ritualidades.
sión que se tiene frente a la cultura. Es un
Cultura de masas que si bien es produ- equívoco generalizado el confundir cultu-
cida y fabricada por la sociedad de consu- ra con folklore, pues todavía se mantiene
mo, no por ello deja de ser cultura, como esa vieja tradición que considera el folklo-
señala Morín,11 está constituida por un re como la ciencia del pueblo y se limita a
cuerpo de símbolos, mitos e imágenes que mostrar solo aquellas dimensiones más
se refieren a la vida práctica. Es una cultu- exóticas y externas de la cultura, que pue-
ra que genera y reproduce nuevas formas den ser destinadas al consumo, al mercado
cultural.
de percepciones de la realidad, nuevos
imaginarios, proyecciones e identificacio- La visión de la cultura como folklore se
nes para hacernos dependientes del orden sustenta en una visión cognitiva y objeti-
dominante, que genera un nuevo discurso vante de la cultura, que la convierte en ob-
simplificador, alienante, que busca anular jeto, en cosa a ser mirada y por ello termi-
nuestra historicidad despojándola de con- na exotizándola. Está cargada de conteni-
tenidos críticos, perturbadores y, peor dos ideologizantes que alimentan una mi-
aun, revolucionarios. rada romántica, paternalista e ilusoria de
la cultura, a la que se la quiere despojar de
Es un discurso que nos conduce a la su historicidad, pues solo la ven atada a la
mitificación del estatuto social y a la justi- nostalgia del pasado, a tradiciones inme-
ficación del ejercicio de la dominación; a moriales en las que se pretende encontrar
través de este discurso, tomando esa figu- la nobleza de nuestras raíces, la fuerza te-
ra retórica del pensamiento burgués que lúrica de nuestra “raza”, la autenticidad, la
es descrita por Barthes,12 se inocula la va- originalidad y la pureza de las manifesta-
cuna que logra inmunizar al poder contra ciones del pueblo.13
el saber molesto y ocultar los principales
males sociales, inyectándose así en el ima- La antropología ha aportado una mi-
ginario colectivo pequeñas dosis de la en- rada más sistémica sobre la cultura, que
La Cultura / 71
das desde las profundidades simbólicas tanto, desde afuera de las comunidades
del rito. El acto folklórico es una mera que construyen la cultura. En el rescate
usurpación simbólica que, como todo pro- cultural, la comunidad no tiene sino un
ceso de usurpación, empobrece y distor- mero rol de objeto pasivo, de mero infor-
siona el significado y la significación del mante, lo que contribuye a su alienación y
mismo; su objetivo es agradar al público dependencia, pues no se la ve, como el su-
asistente, más no encontrarse con las fuer- jeto histórico capaz de encargarse de la
zas hierofánicas que hagan posible que gestión de sus propias construcciones cul-
continúe el orden del cosmos y la vida. turales.
Rescate o revitalización cultural Hoy se trata de trabajar en procesos no
de rescate sino de revitalización cultural,
La noción de rescate cultural ha con- puesto que estos, como su propio nombre
ducido y reducido la cultura a expresiones lo dice, solo pueden ser posible desde la
meramente folklóricas o exotizantes, vi-
propia vida de los actores vitales que la
sión que es la más comúnmente aceptada
construyen. En la revitalización cultural la
en el trabajo cultural, que se ha caracteri-
comunidad y los actores sociales comuni-
zado por tratar de encontrar, al modo de
tarios se constituyen en sujetos sociales,
los primeros evolucionistas, los survivals o
políticos e históricos, lo que permite rom-
restos materiales de la cultura, para mos-
per el contenido ideologizante de los res-
trarlos como las verdaderas y únicas ex-
catadores, que lo único que les ha intere-
presiones de nuestra identidad cultural
sado es encontrar “piezas” para ser fosili-
original. El llamado rescate cultural está
zadas en los museos, en la frialdad de sus
cargado de un profundo sentido etnocén-
vitrinas. Mientras que quien revitaliza la
trico e ideológico y ha sido característico
del trabajo institucional oficial de la cultu- cultura lo hace desde las dimensiones pro-
ra dominante. fundas de su memoria colectiva, acrecen-
tando el acumulado social de su existen-
El rescate cultural siempre ha sido un cia, que le permita afirmar los propios re-
hecho externo, que se lo hace desde la au- cursos culturales que han sido capaces de
toridad del experto o el rescatador, por lo construirse como pueblo.
La Cultura / 73
Notas
1 Cuche: 87 6 Cuche: 90
2 Cuche: Ibid. 7 Cuche: Ibid.
3 Para mayores referentes recomendamos con- 8 Cit en Cuche: Ibid.
sultar la obra clásica de Oscar Lewis. Antropo- 9 Cit. en Cueto1982: 7
logía de la Pobreza. Fondo de Cultura Econó- 10 Cuche: Ibid.
mica. México. 1977 11 Cit. en Cueto. Op. cit.: 12
4 Nanda: 187 12 Barthes.1994: 247
5 Cuche: 89 / Malo: 24 13 Almeida.1992: 131
7
LA CULTURA COMO
CONSTRUCCION SIMBOLICA
bólicas, que son interpretables. La cultura caciones que en esos hechos expresan. Eso
no son solo atributos casuales, aconteci- solo es posible desde un acercamiento al
mientos, modos de conducta, institucio- mundo conceptual, a las representaciones
nes o procesos sociales; la cultura es un de los propios sujetos constructores de
contexto dentro del cual todos esos proce- cultura. Se trata de descifrar lo que la ac-
sos encuentran significado y significación, ción simbólica debe expresar sobre sí mis-
que tejen interacciones simbólicas, que ma, es decir, sobre el papel que juega la
dan sentido a la vida de los seres humanos cultura en la vida de los seres humanos.
y las sociedades. De ahí la importancia de considerar las di-
mensiones simbólicas de la acción social,
Analizar la cultura como sistema sim- expresadas a través de sus diversos discur-
bólico nos permite un acercamiento más sos, arte, religión, ciencia, ley, moral, etc.5
vital a los universos de sentido que cons- Quizás esta sea la única manera de acercar-
truyen los seres humanos y las sociedades, nos a las dimensiones reales de la existen-
cuestión que solo se la puede hacer com- cia y la cultura, la misma que solo encuen-
prendiendo el mundo de las representa- tra su verdadero sentido en las múltiples
ciones, los imaginarios de los diversos ac- interacciones simbólicas que construye.
tores sociales, tratando de interpretar la
“lógica informal de la vida real” como lo La importancia de lo simbólico en la
plantea Geertz.4 O sea, de lo que se trata es construcción del sentido de la vida coti-
de descubrir su coherencia interna, que es diana es señalada igualmente por Agnes
lo que la caracteriza por ser una construc- Heller,6 puesto que al contrario de lo que
ción sistémica, a fin de encontrar el senti- sucede con los signos que se refieren al
do que se expresa en los actos culturales, mundo objetal, el símbolo va más allá de
entendidos como diversas formas de dis- ese nivel, una clara distinción entre pre-
curso social que se expresan de manera sentación y representación se encuentra
múltiple, tanto en palabras como en ac- entre los dos, mientras que el signo permi-
ciones. En el análisis de estos discursos so-
te la “presentación” del mundo y la reali-
ciales lo importante, como en todo análi-
dad, el símbolo hace posible la “represen-
sis de discurso, es ver que el código no de-
tación” de la misma. La diferencia está en
termina la conducta, no es el hecho de ha-
el contenido axiológico que los símbolos
blar, sino lo dicho en el hablar y éste no es
son capaces de expresar y por la inserción
sino la exteriorización intencional consti-
tutiva de la finalidad del discurso. que éstos tienen en la vida cotidiana,
puesto que el lenguaje simbólico de la vi-
No debe verse la cultura (estos discur- da cotidiana es axiológico, por eso cons-
sos sociales) solo en el nivel de lo mani- truyen un determinado sentido de la exis-
fiesto, de hechos en si, sino en las dimen- tencia, una forma concreta de ser y estar
siones del sentido, de las diversas signifi- en el mundo y de actuar dentro de este.
La Cultura / 77
No debemos olvidar que una de las ca- a que continúe existiendo un sentido para
racterísticas fundamentales de las culturas seguir viviendo.
es la construcción de universos simbóli-
cos, que son los que posibilitan la legiti- Los universos simbólicos son el con-
mación de las relaciones entre los indivi- junto de significados construidos por una
duos con el mundo. Son estos universos cultura, que ordenan y legitiman los roles
simbólicos, como lo plantean P. Bergier y cotidianos, constituyen el marco de refe-
T. Luckmann,7 los que construyen zonas rencia para poder entender y operar la
de significados necesarios en los procesos realidad del mundo y hacen posible el or-
humanos, que permiten operar en la reali- denamiento de la historia, permiten situar
dad cotidiana y que son asumidos por to- los acontecimientos colectivos en una uni-
das las formas institucionales que una so- dad de coherencia necesaria dentro de una
ciedad y una cultura han construido. Los temporalidad, en la que tiene sentido un
universos simbólicos se convierten en la pasado para entender sus experiencias
matriz de todos los significados objetiva- presentes y sobre la base de su memoria
dos en la acción social, asumidos subjeti- pensar el futuro. Por ello es necesario ver
vamente como realidades necesarias para que los universos simbólicos, que dan sig-
la acción humana, de ahí que tengan un nificado a la acción humana, están carga-
carácter nómico u ordenador, pues ayudan dos de historicidad, ya que son un pro-
a ordenar la realidad y a volver a ella cuan- ducto social e histórico concretos; de ahí
do nos hallamos en el lado sombrío o que no pueda entenderse los procesos de
marginal de la existencia. significación y de sentido de las diversas
culturas sin analizar los procesos históri-
Es ahí cuando los seres humanos cons- cos que los hicieron posible.
truyen procesos de eufemización simbólica
como único recurso para ordenar el caos Leer las culturas como discursos socia-
del mundo y la realidad.8 Basta ver como les y los universos simbólicos que la cultu-
ante la tremenda crisis provocada por un ra construye tiene una profunda impor-
capitalismo salvaje, la gente encuentra en tancia política, puesto que esto viene a
sus universos simbólicos posibilidades de romper con cierta forma de “imperialis-
resistencia y de insurgencia frente a esa si- mo lingüístico” que niega la capacidad del
tuación de miseria en la que sobrevive. O discurso, de la palabra, a otras culturas a
cuando tenemos que enfrentar situaciones las que consideró inferiores como conse-
que van más allá de nuestra capacidad de cuencia de la imposición de un idioma he-
entenderlas, como la muerte, un desastre gemónico que corresponde a otras formas
natural o la desestructuración social, es en de representación del mundo. Por ello, se
los universos simbólicos donde estas si- impone el idioma del más fuerte y todo
tuaciones logran resemantizarse y ayudan debe ser leído a través del discurso que ha-
78 / Patricio Guerrero Arias
Notas
SISTEMA DE SISTEMA DE
REPRESENTACIONES MANIFESTACIONES
Aspecto Ideal-Mental de la Cultura Aspecto Material de la Cultura
Mentalidades / Imaginarios/ Hechos/ Prácticas / Objetos/ Discursos y
Racionalidad / Ethos Relaciones Sociales/ Comportamientos/
Cosmovisiones/ Valores/ Ideas/ Actitudes/ Sujetos/ Entidades.
Creencias/ -Relaciones y Regulaciones que permiten
Sentidos / Sentimientos / formas de comunicación, de
Significados/ Significaciones Autocomprensión, de Identificación
de un Grupo.
NIVEL EMIC NIVEL ETIC
NIVEL ESOTÉRICO NIVEL EXOTÉRICO
NIVEL CONNOTATIVO NIVEL DENOTATIVO
EQUILIBRIO
PERMANENCIA CAMBIO
es fácilmente perceptible: vestido, lengua, ciones, las prácticas y las acciones; que
ritualidad, fiesta, sino también en aquellas modelan la vida cotidiana de los indivi-
manifestaciones simbólicas que no siem- duos. El habitus posibilita a los actores so-
pre están conscientemente vividas, ni ob- ciales encontrar su propia trayectoria so-
viamente manifiestas; hay que ir más allá cial, orientarse en sus propios espacios so-
de lo externamente perceptible. La cultura cietales y diferenciarse de otros.
se expresa tanto en lo social, lo económi-
co, lo político, como en lo ideológico, en el El habitus vendría a configurar lo que
mundo de las representaciones y los ima- nosotros hemos llamado el acumulado so-
ginarios simbólicos. cial de la existencia de un pueblo, esa raíz
de ancestralidad que es resultante de las
Entonces la cultura es un conjunto de anteriores prácticas históricas de un gru-
diferencias significantes y de significacio- po, las mismas que a través del habitus in-
nes y sentidos por los que una sociedad, ternalizan y conservan en su ser aquello
grupo humano, étnico, clase o sector so- que sus antecesores construyeron en el pa-
cial, se reconoce, se distingue y diferencia sado y que ahora están en condiciones de
de otros, pero no se puede caer en el re- reproducirlas, de recrearlas o revitalizarlas
duccionismo de ver simplemente un rasgo para que guíen sus acciones en el presente.
u otro como definitorio de cultura, sino
que tenemos que verla desde sus dimen- Si bien el habitus, por un lado, nos per-
siones holísticas y sistémicas, como un sis- mite entender el proceso de reproducción
tema totalizador e integrado. de las estructuras objetivas del pasado,
que muy bien pueden ser y de hecho lo
Cultura y “habitus” han sido, instrumentalizadas para el ejer-
cicio del poder, por otro, el habitus puede
El concepto de habitus ha sido emplea- ser entendido en su dialéctica como un
do por Bourdieu cuando busca dar a la principio generador y de estrategia, que
cultura un sentido antropológico.6 El ha- permite a los diversos actores sociales en-
bitus tiene relación con aquello que anali- frentarse a las nuevas y siempre cambian-
zábamos en torno a la memoria colectiva. tes situaciones que son propias de la dia-
Para Booudieu el habitus no es sino la ma- léctica socio histórica. Las prácticas socia-
terialización, la incorporación de esa me- les que tienen un carácter transformador
moria colectiva en la que se van configu- de las estructuras, son resultantes de la in-
rando una serie de sistemas estructurados teracción entre las prácticas determinadas
y estructurantes que, surgiendo en el pasa- por el principio generador del habitus y su
do, se transmiten y se preservan hasta el confrontación con las nuevas circunstan-
presente; que se convierten en los princi- cias o eventos históricos, lo que genera co-
pios, en las matrices generadores que or- mo consecuencia la posibilidad del cam-
ganizan las representaciones, las percep- bio y la transformación de la sociedad.
La Cultura / 83
Notas
1 Geertz: Ibid. / Guerrero. 1996: 5-6 4 Guerrero: Ibid.
2 Guerrero: Ibid. 5 Amodio. 1988: 7
3 Guerrero: Ibid. 6 Cuche: 104
9
LA CULTURA COMO RESPUESTA
CONTRA-HEGEMÓNICA
que ver a la cultura desde la dialéctica de mente construye como cultura. Esto nos
la propia vida y la realidad, como un re- ayuda a comprender mejor el por qué y
sultado, como respuesta, como creación cómo los pueblos indios y negros han te-
ininterrumpida del ser humano frente a nido históricamente la capacidad de utili-
ella, que los pueblos producen para man- zar todos los recursos culturales en forma
tenerse, para recrearse o innovarse acorde creativa, no sólo aquellos que están bajo
a los cambiantes condicionamientos so- su control directo, sino aquellos que les
ciohistóricos. La cultura se nutre de la rea- han sido dados, tanto los que vienen del
lidad, y es esta la fuente que ofrece moti- pasado como los que hacen referencia al
vos para la producción simbólica. futuro, mostrando cómo memoria y pro-
yecto son parte consustancial de la cul-
Es importante no olvidar el carácter tura.
social y “construido” de la cultura, al decir
construido no estamos diciendo que sea La cultura hace posible el equilibrio
una invención arbitraria o artificial, sino entre el cambio y la permanencia, por ello,
que es el producto de concretas praxis y debe vérsela no como una “esencia”, una
acciones sociales. De ahí la necesidad de “sustancia”, una “cosa” inamovible, sino
estudiar los procesos sociales mediante los como construcción dialéctica de la crea-
cuales la cultura es dialécticamente cons- ción y producción humana en constante
truida y reconstruida en un determinado cambio y transformación. No existen cul-
proceso de la historia. turas estáticas ni intactas, solo existen cul-
turas cambiantes sujetas, quiéraselo o no,
Mirar la cultura como construcción a los continuos procesos de transforma-
dialéctica nos permite entender mejor los ción que caracterizan la dialéctica de la
procesos que han sido abordados desde la propia vida.
óptica del cambio cultural; los procesos de
difusión, innovación, invención, así como Dimensión política de la cultura
los de aculturación, reinterpretaciones
sincréticas o de hibridación, heterogenei- La cultura es una forma de ser y hacer
dad y bricolaje cultural como los que ca- mediante la cual un pueblo construye los
racterizan a las sociedades contemporá- significantes, significaciones y sentidos de
neas. Entonces es necesario tener claro una forma de identidad propia, que lo dis-
que dichos procesos de cambio solo son tingue y diferencia de otros. Es por eso
posibles por la naturaleza dialéctica de la que la defensa de la cultura hoy es parte
propia cultura. fundamental de las propuestas programá-
ticas y de los proyectos históricos de las di-
Entender el sentido dialéctico de la versidades y los movimientos sociales
cultura nos posibilita tener un acerca- contrahegemónicos, por lo tanto, es uno
miento más vital al ser humano, para ver de los escenarios privilegiados de conflic-
su praxis y entender lo que él cotidiana- tos, demandas identitarias, de lucha de
La Cultura / 87
sentidos por el control de los significados puede hacer a partir de los recursos cultu-
y las significaciones sociales que inevita- rales y simbólicos que ha sido capaz de
blemente se expresan en toda sociedad. construir en su proceso histórico. Ahí se
expresa la eficacia de la funcionalidad de
Si consideramos a la cultura como una lo simbólico, pues sin símbolos no es po-
construcción, como un proceso y produc- sible construir un sentido de lo social, un
to de la sociedad, pero, además, si la ve- sentido de la existencia.
mos y sabemos constructora del sentido
de lo social, por tanto, la cultura es un es- Para que haya eficacia simbólica en el
cenario de luchas de sentido por la vida y ejercicio del poder, no bastan formas de
por cambiar la vida. Lo anterior plantea la dominación económica o socio política,
necesidad de que la discusión sobre la cul- sino que se hace necesaria la dominación
tura deba hacérsela en relación con el con- de los imaginarios, del mundo de las re-
junto de los hechos sociales, de los actores presentaciones, de los universos de senti-
societales que la construyen y de los pro- do, la usurpación de la memoria de los
cesos socio políticos que están llevando que sufren la dominación, pues esto hace
adelante. Es importante que consideremos posible el dominio de los cuerpos y las
que la cultura no solo se ha convertido en conciencias, y permite al poder la legiti-
un “problema” político, sino que posee mación y naturalización de la domina-
una dimensión política vital.3 ción. Este ha sido un recurso que el poder
Si la cultura es escenario de luchas de ha instrumentalizado a lo largo de su his-
sentido, entonces puede, por un lado, ser toria. Otro recurso efectivo es el de usur-
instrumentalizada desde el poder, para su par, de esos otros que sufren la domina-
legitimación, para el ejercicio de la domi- ción, aquellos símbolos que, sabiéndolos
nación y la naturalización de las desigual- ajenos, pueden ayudar a construir un or-
dades; pero por otro, puede ser un instru- denamiento de la sociedad, que haga posi-
mento insurgente, de lucha en perspecti- ble la preservación y legitimación del or-
vas de la impugnación y superación de ese den dominante. A ese proceso es al que
poder. En el primer caso estaríamos ha- hemos llamado usurpación simbólica.
blando de lo que nosotros hemos llamado
Mediante la usurpación de los símbo-
procesos de usurpación simbólica y, en el
los y los significados, si bien se construye
segundo, de procesos de insurgencia sim-
un sentido de lo real, este sentido es trans-
bólica.
figurado, resemantizado: las interacciones
La usurpación simbólica simbólicas se ven alteradas. Todo proceso
de usurpación simbólica empobrece, dis-
Toda sociedad tiene la necesidad de torsiona, aliena el significado y la signifi-
justificar su pasado y su presente, sus orí- cación de los símbolos, lo que provoca su
genes o cómo piensa su porvenir. Solo lo empobrecimiento y alteración, su exotiza-
88 / Patricio Guerrero Arias
del poder que son más cercanas a este, las do de un largo proceso de acumulación
que ejercen su acción sobre los individuos, histórica de sus luchas, por eso hoy no es-
buscan al enemigo inmediato más que al conden sus símbolos sino que los propo-
principal y no esperan solucionar el pro- nen como referentes de un nuevo sentido
blema del futuro. Estas luchas no atacan civilizatorio, de un nuevo sentido de la
tanto la estructura del poder, sino una téc- existencia; sus símbolos dejan de ser obje-
nica, una forma del ejercicio de ese poder, tos folklóricos para pasar a ser referentes
tampoco se plantean un programa de ejer- políticos para una nueva sociedad.8
cicio de un poder alternativo. No han sido
luchas que permitieran transformar la es- Este proceso de insurgencia simbólica
tructura de un poder hegemónico que pa- se evidencia, además, en la constitución
ra ser trasformado necesita algo más que del movimiento indígena y negro, no solo
ser resistido.7 como sujeto social que resiste al poder, si-
no como sujetos políticos con perfila-
La resistencia ha sido la condición his- miento de sujetos históricos. La autodefi-
tórica para que los pueblos indios se pre- nición de los pueblos indios como nacio-
serven en la historia, pero ya no se trata nalidades es una clara expresión de ello.
solo que se mantengan dentro de un or- Nacionalidades, que ahora, ya no solo se
den que los discrimina, margina y desco- conforman con resistir al poder sino que
noce su diversidad y diferencia; se trata de demuestran su potencialidad para reba-
que puedan construir su propio destino sarlo, para tomarlo, aunque por pocas ho-
histórico con el conjunto de las diversida- ras, como sucedió el 21 de enero. Si bien
des sociales, para ello ya no basta resistir al su acción no cambió las bases estructura-
poder, sino que hay que insurgir contra les del poder, sí dejó claro que tienen la
ese poder. Hay que rebasar los limites de la potencialidad para hacerlo; pero además,
resistencia, pues lo que ahora parece olvi- cambió en la sociedad los imaginarios que
darse es que se confronta la disputa con el se han construido sobre el movimiento
poder y por el poder. indio y desde el punto de vista simbólico,
inauguró un hecho cualitativamente nue-
El proceso de insurgencia simbólica, vo, diferente, de la lucha social en el pro-
que se expresa en la lucha de los pueblos ceso de insurgencia simbólica.9
indios y las diversidades sociales, es resul-
tante de un acumulado social e histórico Desde los pueblos negros, como expre-
de larga duración, que ha ido de la resis- sión de este proceso de insurgencia sim-
tencia a la insurgencia, un ejemplo: cada bólica, vemos un fuerte movimiento que
vez se hace más visible la fuerza de su ri- trabaja por la revitalización política de su
tualidad y de sus símbolos en la acción po- memoria colectiva, pues son sus referentes
lítica, como ha sucedido en los últimos le- de ancestralidad los que están guiando sus
vantamientos. Esto solo puede ser resulta- luchas y propuestas políticas presentes. Es
90 / Patricio Guerrero Arias
por esto que le han planteado al Estado la vitalidad de su cultura, ya que como se-
nacional homogeneizante que se reconoz- ñalaba Almilcar Cabral,10 solo pueden
ca y legitime la constitución de sus pro- movilizarse y luchar aquellos pueblos que
pios espacios geopolíticos territoriales, las conservan y recrean su memoria colectiva
comarcas y palenques, que revitalizan for- y su cultura.
mas de organización y administración del
espacio territorial, ancladas en lo más an- Todavía el principal obstáculo que se
cestral de su cultura y orígenes. interpone entre el imperio y nuestros pue-
blos es la cultura. Frente a los proyectos
La propuesta de constitución de co- homogeneizadores de la globalización y la
marcas y palenques tiene un profundo planetarización del mercado, la cultura
contenido político, rompe la visión ho- permite que nos definamos como distin-
mogeneizante que caracteriza la organiza- tos, como pueblos diversos, plurilingüísti-
ción geopolítica del territorio, por parte cos, multiétnicos, plurinacionales, y con
del Estado nación dominante. Esta pro- identidades culturales y étnicas propias y
puesta plantea que se reconozca y legitime diferenciadas. Sometidos en lo político,
el derecho que tienen los pueblos negros a dependientes en lo económico, polariza-
tener autonomía territorial, a diseñar pro- dos en lo social, nuestros países resisten al
cesos de autogestión económica, así como
estatuto de semicolonias gracias a su espe-
a construir su propia autonomía política.
cificidad cultural. La cultura no solo que
Al mismo tiempo están avanzando en
nos ha preservado de la conquista política,
procesos de revitalización de su religiosi-
dad, de sus cultos y ritualidades ances- sino que nos a permitido sobrevivir a ella.
trales. La cultura es una respuesta creadora
Todo esto demuestra que no se puede frente a la realidad y la vida, por ello es un
dejar de analizar la dimensión política que instrumento imprescindible para su
se expresa en la cultura, pues gracias a ella transformación. No podríamos entender
los pueblos sometidos a la dominación la dónde está esa fuerza que afirma a los
han resistido, han tenido la capacidad de pueblos indios y negros en la lucha por la
reinterpretar, sincretizar, heterogeneizar o defensa de su identidad por más de 500
resemantizar elementos y significados de años de dominación. Los pueblos indios y
la cultura dominante afirmando sus pro- negros han venido resistiendo desde hace
pios recursos culturales. siglos desde su cultura, y desde ella hoy in-
surgen para dejar de ser pueblos clandes-
La cultura se ha convertido en el fun- tinos y construirse como pueblos con des-
damento de la lucha de los pueblos por la tino.
construcción de sus proyectos de futuro y
utopías posibles, esas luchas que son en sí En ese sentido encontramos que la cul-
un acto cultural y a la vez expresiones de tura, la diversidad cultural, la diferencia,
La Cultura / 91
tienen un sentido político insurgente y tiene la cultura, lo que permite no sólo en-
contrahegemónico, pues no solo que ha- frentar la situación de dominación pre-
cen posible resistir e insurgir contra el pro- sente, sino potencializar proyectos de fu-
yecto homogeneizante de la sociedad do- turo.
minante que busca construir una cultura
planetaria, que anule la riqueza de la diver- Analizar la cultura desde una dimen-
sidad y la diferencia; sino que, además, les sión política significa entenderla como
construye un sentido para seguir luchando constructora de nuevos sentidos de alteri-
en el presente, en la perspectiva de la ma- dad, pues la cultura hace posible el en-
cuentro entre los seres humanos a través
terialización de sus proyectos de futuro.
de todos los símbolos de la identidad y la
Ver la dimensión política de la cultura memoria colectiva, que han sido social-
implica repensar la cultura de cualquier mente construidos. La cultura hace refe-
grupo social en función de los referentes rencia a los testimonios de lo que somos, a
las profecías de la imaginación, así como a
simbólicos o de sentido que tal sector de la
esa fuerza insurgente que orienta la lucha
sociedad dispone para responder a sus
para enfrentar a aquello que nos impide
transformaciones y a las situaciones de ser. La cultura ante todo es comunicación,
crisis, ahí es cuando las sociedades recu- no puede ser ni muda ni sorda, debe ser
rren a los contenidos simbólicos de su sis- grito constructor de nuevos lenguajes y
tema cultural, pues encuentran un acervo nuevas voces que permitan crear y recrear
de significaciones y sentidos con un pro- la vida y hablar no solo sobre la realidad,
fundo enraizamiento histórico que pro- sino que a partir de ella ayudar a su trans-
porciona al grupo un conjunto de res- formación.11
puestas y estrategias para enfrentar situa-
ciones críticas, enfrentando, desde la cul- Es necesario comenzar a ver la fuerza
tura, los proyectos hegemónicos domi- insurgente que la cultura tiene, por ella es-
nantes tamos aquí humanamente presentes en el
mundo y en la historia, por ella tenemos
Mirar la dimensión política de la cul- memoria, con ella hemos resistido a la do-
tura impone la necesidad de repensar el minación y a la ignominia, ella trae luz del
ámbito de la cotidianidad en la que los su- pasado para alumbrar los caminos presen-
jetos sociales construyen la cultura; anali- tes, ella hará posible la insurgencia de una
zar las formas diversas de producción de nueva vida y de los sueños en el cercano
estrategias y respuestas para la sobrevi- mañana.
vencia y reproducción de los grupos socia- Cultura: diversidad, pluralidad, alteri-
les sometidos a procesos acelerados de cri- dad y diferencia
sis como la que estamos actualmente vi-
viendo. Allí encontraremos evidenciada, La actual globalización y planetariza-
una vez más, la dimensión política que ción del mercado deja en evidencia que
92 / Patricio Guerrero Arias
estamos asistiendo a un proceso de desa- plemente es diferente, uno más entre mu-
rrollo desigual y combinado del capitalis- chos otros posibles. Todo modelo de cen-
mo; mientras, por un lado, se intenta la tralidad cultural termina siendo homoge-
construcción de un proyecto de cultura neizante, está lleno de injusticia y se vuel-
planetaria homogeneizante, por otro, la ve discriminador y excluyente; pero ade-
globalización no ha podido evitar la in- más, despoja a la cultura de la más alta ex-
surgencia de las diversidades sociales. Hoy presión de su riqueza: la diversidad.12
más que antes emergen e insurgen con
fuerza distintas diversidades de género, re- Esa visión homogeneizante de la cultu-
gionales, étnicas, políticas, religiosas, eco- ra ha atravesado la práctica de la antropo-
lógicas, generacionales, sociales, así como logía, considerada generalmente como la
movimientos contraculturales, “subcultu- ciencia de lo primitivo, de lo indio, lo
ras”, “minorías”, que toman la palabra y marginal, lo que determinó una exotiza-
cuestionan la existencia de una visión ho- ción de su mirada y una construcción del
mogeneizante de la vida, a un modelo ci- “otro” como mero “objeto” de dicha mira-
vilizatorio que impuso una forma única da. Hoy está cada vez mas claro que la an-
de hacer humanidad, y reivindican su de- tropología es la ciencia de la diversidad, la
recho a ser reconocidos, valorados y res- pluralidad y la diferencia, de la alteridad,
petados en su diferencia. la otredad, pero también de la mismidad y
que el antropólogo tiene como tarea apor-
Hoy se evidencia la existencia de un tar a mostrar los rostros multicolores de
proceso de insurgencia de lo cultural que nuestras diversidades.
se expresa a través de la preocupación so-
bre temáticas como lo multiétnico, la mul- Una mirada de nuestra realidad nos
ticulturalidad, la pluriculturalidad, la in- permite entender lo anterior, puesto que
terculturalidad, la diversidad y la diferen- el Ecuador es un país pluricultural, pluri-
cia. Todas estas expresiones demuestran lingüístico, pluriétnico y plurinacional. En
que ha llegado a su fin una visión unitaria su interior conviven sociedades, culturas,
y evolucionista unilineal de la historia. grupos étnicos y distintas nacionalidades
Hoy han entrado en crisis los modelos de y pueblos con lenguas, tradiciones históri-
centralidad absoluta, que han pretendido cas, cosmovisiones, formas de organiza-
construir formas homogeneizantes de mi- ción sociopolíticas e identidades propias y
rar la realidad y la cultura. Resulta insoste- diferenciadas que hacen de este un país
nible pretender que el devenir humano multicolor, diverso, de múltiples rostros.
avance en una sola dirección; el modelo
civilizatorio de Occidente, que erigió una El carácter plural y diverso del Ecuador
visión hegemónica y homogeneizante de es una realidad existente desde mucho an-
la cultura y de la humanidad, no es un tes de su constitución como Estado nacio-
modelo ni único ni mejor que otros, sim- nal, pues ya en la época prehispánica su te-
La Cultura / 93
rritorio estuvo habitado por distintas so- proyecto de sociedad futura, que no solo
ciedades y culturas con diferentes niveles interpela al conjunto de la nación-estado,
de desarrollo social, político y cultural. sino al modelo civilizatorio que ha sido su
Desde entonces, esa diversidad se ha man- fundamento. Por ello plantean un esque-
tenido y enriquecido, constituyendo su ma de sociedad, un proyecto civilizatorio
principal característica y su mayor ri- diferente, que se muestra como la posibi-
queza. lidad para superar la situación de atraso,
dominación y miseria, en la que histórica-
En esta conjunción de la diversidad, mente han vivido, y que se reconozca y le-
cada grupo social, etnia, pueblo o nacio- gitime la existencia de esa diversidad y
nalidad, ha ido configurando los conteni- pluralidad y de su derecho a la diferencia.
dos de una cultura que se sustenta en su
propio y diferente sistema de valores, de Cuando hablamos de cultura no pode-
símbolos de identidad, de prácticas y sa- mos hacerlo desde perspectivas homoge-
beres que han sabido crear, preservar y re- neizantes, sino desde la mirada de la di-
vitalizar a través de su historia. versidad, la pluralidad, la alteridad y la di-
ferencia, es ahí en donde está la riqueza de
El reconocimiento de la riqueza de la la humanidad, porque ninguna cultura es
diversidad, de la pluralidad y la diferencia, igual a otra. Si bien todas las culturas tie-
a pesar de haber existido siempre, es un nen sus especificidades e identidades dife-
hecho reciente, resultante de un proceso renciadas, sin embargo, se puede encon-
de acumulación histórica de la acción so- trar expresiones de unidad en esa diversi-
ciopolítica de actores sociales, hoy consti- dad. La cultura permite la relación cons-
tuidos como sujetos políticos e históricos tante con los “otros”, es una negociación,
que dejan de ser simples “pueblos clandes- una confrontación con “el otro”, en esa re-
tinos”, para pasar a constituirse como lación mostramos aquello que nos afirma
“pueblos con destino”, que se autodefinen y nos diferencia; la cultura es un acto su-
y demandan su reconocimiento como na- premo de alteridad, un llamado siempre
cionalidades y pueblos diferentes. presente para que podamos pensar y vivir
la diferencia, que posibilita que pueda es-
Su constitución como nacionalidades y tablecerse un encuentro dialogal entre esa
pueblos es el resultado de un largo proce- diversidad y diferencia.
so de acumulación histórica de la lucha
social de los pueblos indios y negros, lo No puede pensarse la alteridad sin
que les ha permitido constituirse en una pensar la diferencia, pero podríamos decir
fuerza social innegable, así como ganar es- que no se puede pensar la diferencia y la
pacios de representación política antes ne- diversidad sin la alteridad. La alteridad re-
gados. Pero sobre todo les ha posibilitado quiere, por lo menos, de dos sujetos que se
proponer al conjunto de la sociedad un diferencien y de que el uno esté frente al
94 / Patricio Guerrero Arias
otro y que pueda llegar a ser por el otro, valos, los salasacas, los tiguas o los cañaris;
puesto que el otro es distinto, diferente; y todavía más: al interior de cada uno de
pero es justamente la diferencia de ese esos pueblos, existen diferencias en las co-
otro la que hace posible que el uno exista. munidades que los constituyen.
La consideración de la alteridad y la dife-
rencia se plantea como un principio que En definitiva, podríamos decir, aunque
no posibilita la exclusión en ningún mo- parezca redundante, que la diferencia no
mento; la alteridad es reconocer al otro en solo que es diferente con relación a sus as-
su diferencia, y en ese reconocimiento no pectos externos más manifiestos, sino que
puede haber exclusión, la exclusión del la diferencia permite también diferencias
otro implicaría la exclusión de uno mis- profundas en el mundo de las representa-
mo.13 ciones, y son justamente esas diferencias
internas que construyen el sentido de una
La perspectiva de la cultura desde la al- cultura las que configuran la diversidad.
teridad, la diversidad, la pluralidad y la di-
ferencia, rompe las visiones funcionalistas El concepto de la diversidad debe ser el
y estructuralistas que han buscado cons- eje conductor respecto a la mirada de la
truir y explicar la cultura desde los gran- realidad sociocultural. Los antropólogos
des “universales de la cultura”, dentro de deben contribuir a mostrar que la unidad
los cuales la diversidad, pluralidad y dife- de la diversidad no solo que es posible, si-
rencia quedaba homogeneizada. La rique- no que constituye una realidad que debe-
za de la propia vida demuestra fehaciente- mos legitimar cotidianamente, pues es ne-
mente que no existe ninguna manifesta- cesario la cohesión dentro de la variedad y
ción, peor representación, de la cultura no en la uniformidad, ya que esta es una
que tenga validez universal, que sea igual necesidad para la convivencia pacífica de
de una sociedad a otra. nuestros pueblos y para la construcción de
su futuro.
Las formas de vestir, comer, vivir; las
formas de construirse una visión del mun- Una cuestión que no conviene olvidar
do, de sus representaciones sobre la vida, es que la diversidad, la pluralidad y la di-
la muerte, el tiempo, el espacio, así como el ferencia, tienen profunda importancia po-
sistema de valores, el ethos de una cultura, lítica, un contenido insurgente, dado que
varía de una sociedad a otra. Al interior de cuestionan y rompen la mirada homoge-
una misma cultura que aparentemente es neizante de la civilización dominante que
“homogénea” se expresan manifestaciones quiere encasillar la riqueza de la vida en
y representaciones culturales con caracte- un concepto de unidad en el que a veces se
rísticas propias y diferenciadas, así por reconocen las diferencias, pero por no es-
ejemplo dentro de la nacionalidad qui- tar en el nivel de aquellos que dicen poseer
chua de la sierra no son lo mismo los ota- una cultura superior, los marginan y ex-
La Cultura / 95
cluyen, como sucede con los proyectos dora de la historia y la unidad de las cul-
multiculturalistas instrumentalizados turas, las muestra como culturas congela-
desde el poder. La defensa del derecho a la das en el tiempo, resistentes al cambio, an-
diversidad y la diferencia hace posible que quilosadas en su historicidad, como socie-
se entienda la riqueza de matices de la dades con una falsa armonía, alejadas de
unidad y pone a las diversidades que la los conflictos que plantea la vida. Desde la
constituyen en el mismo estatuto de todas diversidad, la pluralidad y diferencia, se las
las sociedades. No se busca construir so- puede ver como culturas vitales, en su
ciedades y culturas con visiones excluyen- contemporaneidad, en un proceso de
tes, sino que al defender su derecho a ser cambios, de continuidades y discontinui-
diferentes hacen posible mostrar realida- dades, de construcciones, desconstruccio-
des pintadas con sus propios colores, por nes y reconstrucciones y entender las di-
ello que la riqueza de su unidad está en la námicas conflictivas que las constituyen,
diversidad multicolor que la conforma. que son las que hacen posible recrear su
vitalidad, la misma que se vuelve esa fuer-
Desde la perspectiva de la diversidad, za constructora de sentido, que le permite
es posible tener una visión más dialéctica a un pueblo transformar todas las dimen-
de la cultura, puesto que la visión totaliza- siones de su vida.
Notas
ra por la que ha podido llegar a ser lo que nos hace distintos, así como poder saber
se ha construido como pueblo. lo que soy, lo que somos y lo que me o nos
hace diferentes. Si soy quichua, entonces
Hay que entender el proceso de cons- no soy mestizo; si soy hombre, en conse-
trucción de la identidad en forma dialécti- cuencia no soy mujer; si soy ecuatoriano,
ca. Esto implica rebasar la mera “mismi- no puedo ser argentino, etc.
dad” para poder ver, que es en relación de
alteridad en el encuentro dialogal con el En esa dialéctica entre la pertenencia y
“otro” como se puede reflexionar sobre sí la diferencia podemos encontrar que se
mismo y reconocer y reafirmar su exis- marca una frontera simbólica entre la pro-
tencia. piedad y la ajenidad. En el terreno de la
pertenencía, está lo propio, mientras que
La identidad no se construye en el va- en el terreno de la diferencia se ubica lo
cío, sino en una situación relacional, en ajeno. No se trata, como dice Lourdes En-
una continua dialéctica de la alteridad. En dara,14 de fronteras materiales, sino de
esta relación de alteridad todo proceso de fronteras imaginarias, simbólicas, para el
pertenencia, construye otro de diferencia. ejercicio de la alteridad, para la relación
Las identidades sociales se definen a partir con los otros. Estas fronteras simbólicas
de una agrupación de individuos que se son las que delimitan territorios de perte-
autodenominan y definen frente a los nencias y diferencias, dentro de lo que los
“otros” grupos como diferentes. Al igual individuos o los grupos sociales pueden
que la mismidad, la otredad es consubstan- delimitar el espacio social sobre el cual
cial a la construcción de la identidad, ya pueden ejercer su “soberanía” cultural. Las
que ésta solo es posible en la alteridad; fronteras simbólicas son las que marcan el
siempre frente al “yo” está un “alter”, “el límite entre lo propio y lo ajeno, hasta
otro” y frente al “nosotros” están los “otros. donde podemos llegar nosotros y hasta
No existe la “mismidad” sin la “otredad”. donde permitimos que lleguen los otros;
No existe identidad sin alteridad. la violación de esas fronteras simbólicas
puede llegar a ser motivo de conflicto.
La identidad es por tanto una construc-
ción dialógica que se edifica en una conti- Estas fronteras simbólicas no pueden
nua dialéctica relacional entre la identifi- ser vistas como inmutables, no porque es-
cación y la diferenciación, entre la perte- taríamos construyendo una visión esen-
nencia y la diferencia; esto implica el en- cialista de las mismas; al contrario, son
cuentro dialogal, la comunicación simbó- construidas como demarcaciones sociales
lica con los “otros”. Es en las relaciones de e imaginarias que pueden transformarse
alteridad, solo en el encuentro, en el diálo- acorde a los niveles relacionales que esta-
go con un “alter”, con el “otro”, en donde blecen los grupos entre si, puesto que no
se resuelve lo que nos es propio y lo que existen identidades culturales fijas, sino
La Cultura / 103
que éstas, están sujetas a una dialéctica so- son el producto de un proceso socio histó-
ciohistórica continua, que modifica a su rico de creación constante, de acciones so-
vez las fronteras simbólicas que delimitan ciales y de sujetos sociales concretos
nuestras pertenencias y diferencias.
La cultura, como construcción simbó-
Para definir la identidad de un grupo lica de la praxis social, es una realidad ob-
no es suficiente hacer un inventario de los jetiva que le ha permitido a un grupo o in-
rasgos culturales materiales objetivos que dividuo llegar a ser lo que es. Mientras que
éste posee; lo que se trata es de delimitar la identidad es un discurso que nos permi-
cuáles son sus fronteras imaginarias y te decir “yo soy o nosotros somos esto”,
simbólicas y encontrar, dentro de ellas, los pero que solo puede construirse a partir
rasgos diacríticos que las constituyen; es de la cultura.16 De ahí que cultura e iden-
decir, aquellos rasgos distintivos que les tidad sean conceptos diferentes, pues no
permiten a los individuos y a los grupos es lo mismo “ser” que “decir lo que se es.”
hablar de sus pertenencias y sus diferen-
cias. Una diferencia identitaria no es auto- La identidad, por tanto, es una cons-
máticamente resultante de una diferencia trucción discursiva: todo discurso no es
cultural, así como una cultura particular sino, en términos generales, decir algo so-
no significa que automáticamente ya ge- bre algo. Cuando hablamos de nuestra
nere una identidad diferenciada. La iden- identidad, cuando decimos “yo soy” o
tidad solo podrá ser construida en las re- “nosotros somos”, estamos construyendo
laciones e interacciones que se teje con los un discurso; pero ese discurso que mues-
otros; de ahí que la identidad no sea algo tra mi pertenencia, y a la vez mi diferen-
fijo, sino algo que se construye y recons- cia, solo puede sustentarse sobre algo con-
truye en el proceso de las interacciones so- creto: la cultura, que es una construcción
ciales.15 específicamente humana que se expresa a
través de todos esos universos simbólicos
Cultura e identidad y de sentido socialmente compartidos,
que le ha permitido a una sociedad llegar
Uno de los equívocos más generaliza- a “ser” todo lo que se ha construido como
dos es tratar a la cultura y a la identidad pueblo y sobre el que se construye un re-
como sinónimos. Error que, creemos, se ferente discursivo de pertenencia y de di-
debe esclarecer. Cultura e identidad no ferencia: la identidad.
son la misma cosa, sin embargo, vale tener
presente que culturas, identidades y dife- La construcción de la identidad solo
rencias colectivas son representaciones puede hacérsela a partir de la selección de
simbólicas socialmente construidas. ciertos rasgos o características que se asu-
Construidas significa que no son fenóme- men como parte de ese “ser”; eso es lo que
nos “naturales” ni arbitrarios, sino que nos permite decir “soy o somos esto”,
104 / Patricio Guerrero Arias
“porque pertenecemos a esta cultura”. Po- negro, soy indio, soy blanco-mestizo”; el
dríamos decir que la pertenencia se cons- vestido, la música, el lenguaje, la comida,
truye como una representación que refleja las artesanías, etc. Un rasgo diacrítico se
lo que un grupo piensa que es. La cultura convierte en referente identitario depen-
evidencia lo que ese grupo es. La identi- diendo de determinados contextos; así por
dad nos permite decir, hablar, construir ejemplo: el vestido o el idioma entre los
un discurso sobre lo que pensamos que blanco mestizos, no son rasgos diacríticos
somos.17 exclusivos de su identidad, pero entre al-
gunos de los pueblos indios, el vestido y el
La construcción de la identidad indivi- idioma, continúan siendo un rasgo diacrí-
dual o colectiva es un acto de selección de tico identitario muy importante, que hace
elementos referenciales (hitos) o de rasgos evidente su pertenencia y diferencia.
diacríticos a los que se les asigna un senti-
do de propiedad, al que grupos o indivi- No podemos olvidar, además, que los
duos se adscriben y a partir de los que rasgos diacríticos se encuentran en el sis-
pueden decir “yo soy, o nosotros somos tema de las representaciones simbólicas,
esto”.18 Cada grupo selecciona aquello que que están en la memoria colectiva y que
considera propio o ajeno, de acuerdo al son la parte más vital del horizonte cultu-
momento, a las condiciones políticas y ral de los pueblos. En la memoria están los
económicas particulares de su proceso sistemas de creencias, los imaginarios, los
valores, las cosmovisiones, los mitos, que
histórico, acorde a las condiciones de ocu-
son elementos referenciales del pasado y
pación del territorio socio cultural de los
del presente, que orientan la formación de
grupos con los cuales entra en interrela-
su identidad. Por ejemplo los shuar se
ción o conflicto. identifican como el pueblo guerrero, po-
Los rasgos diacríticos son factores muy seedor de la fuerza del Arútam que habita
la selva y las cascadas sagradas; los chachis,
importantes para dirimir la confrontación
como habitantes de la selva y el agua. De-
de nuestras diferencias con los otros. Son
pendiendo de la vitalidad de su memoria
los factores diferenciadores los que mues-
colectiva, un pueblo podrá dar un sentido
tran nuestra pertenencia y diferencia, los
diferente y más profundo a sus rasgos dia-
que nos hacen ser parte de un grupo y por críticos y hacerlos jugar un papel protagó-
lo tanto ser diferente de otro. Algunos de nico en sus propuestas políticas de futuro.
esos rasgos diacríticos se encuentran en el La wipala, por ejemplo, es tomada como
nivel manifiesto, pueden ser evidentes, símbolo de identidad dentro de su hori-
por ejemplo, la lengua: “nosotros que ha- zonte cultural, simbólicamente representa
blamos quichua, somos quichuas”; la raza, el ideal de su lucha por la construcción de
aunque no nos guste como concepto de una sociedad intercultural en la que sea
diferenciación biológica por su contenido posible la unidad en la diversidad y la di-
ideologizado, es un factor identitario: “soy ferencia.
La Cultura / 105
resultantes de conflictos y luchas históri- como la de todo hecho social, está sujeta a
camente situadas. La identidad es una razones multicausales y multifactoriales.
construcción histórica permanente, que La identidad es itinerante, fluctuante,
no se limita al plano de lo cultural, sino multidimensional, tiene distintos niveles,
que atraviesa todas las dimensiones de la rasgos y formas. Por eso no se puede ha-
vida cotidiana. blar de identidad sino de identidades,
puesto que éstas son múltiples, fragmen-
Las identidades, al estar sujetas a un tadas y diferenciadas.
condicionamiento siempre histórico, al
nutrirse de historicidad, se tornan atribu- Son múltiples porque cada individuo
to no solo de las sociedades tradicionales, contiene simultáneamente varias identi-
también de las sociedades modernas; pues dades como parte de su “ser”; son frag-
las identidades son contemporáneas porque mentadas porque cada identidad nos vin-
responden a situaciones actuales. En su cula con otro conjunto de actores societa-
construcción se articula la tradición y la les que ocupan distintos espacios sociales
modernidad; el pasado no es un volver o geográficos. Son diferenciadas porque
atrás, es un referente para la construcción haciéndonos sentir que somos parte de un
de futuro. conjunto mayor, nos permite afirmar
nuestras propias especificidades, las que
Son una construcción discursiva, se sus- nos diferencian de los otros y nos ayudan
tentan como ya analizábamos, sobre algo a sentirnos más nosotros.
concreto, la cultura, que es aquella que
nos permite ser, sobre la que construimos De acuerdo con la situación relacional
un referente de pertenencia; la identidad, en la que un individuo encuentra lazos de
en cambio, es la que nos permite decir adscripción y pertenencia, la identidad ex-
“soy o somos esto”, porque pertenecemos presa lo que se ha llamado una “geometría
a esta cultura. variable”,22 con la que cada individuo o
grupo puede operar una pluralidad de re-
Son fuente de sentido de un grupo. Re- ferencias identitarias; entre las que pode-
presentan la manera en que un grupo va- mos encontrar están aquellas que se cons-
lora las diversas dimensiones de su ser y truyen de acuerdo a sus pertenencias so-
estar en el cosmos, el mundo y la vida. ciales, con relación a la clase social, géne-
ro, generación, pertenencia cultural, ads-
Las identidades son múltiples y cripción política o religiosa, etc.
diferenciadas
Esto determina que un individuo sea
La identidad no es única, monotópica, poseedor al mismo tiempo no de una
univoca, monosémica, ni unidimensional, identidad única y fija, sino de identidades
por el contrario es diversa, pluritópica, múltiples y diferenciadas. Así vemos que
multívoca, polisémica, su construcción, tiene una identidad individual acorde a su
La Cultura / 107
Una evidencia muy sencilla, pero muy Sin querer decir que la cosa funcione
clara de la construcción de identidades tan mecánicamente, este ejemplo nos per-
múltiples y diferenciadas, la podemos en- mite entender cómo se expresa la dialécti-
contrar en la confrontación deportiva, co- ca de la construcción de las identidades
mo muy bien lo ha ejemplificado el antro- múltiples y diferenciadas; pero, además,
pólogo José Almeida. En toda competen- aclara el por qué la identidad es una cons-
cia deportiva se expresan fronteras muy trucción discursiva, puesto que si fuese
claras de pertenencía y diferencia, por una esencia inamovible no podríamos
ejemplo: en la disputa Liga contra Aucas cambiar tan dialécticamente de discurso
(clubes de Quito), me siento hincha del de identidad y construir nuestras perte-
108 / Patricio Guerrero Arias
nencias y diferencias, acorde a las cam- y pertenencia que han dado como resulta-
biantes condiciones del contextos socio do procesos de mixtura, hibridación, hete-
histórico. rogeneidad, bricolaje y reinterpretación
sincrética cultural e identitaria que fun-
Por tanto, podemos evidenciar el ca- cionan como mecanismos adaptativos pa-
rácter multidimensional de las identida- ra enfrentar nuevas situaciones relaciona-
des, puesto que se viven distintos niveles les que están generalmente marcadas por
identitarios y se da simultaneidad en la vi- evidentes asimetrías sociales, por la segre-
vencia de las identidades sociales múlti- gación, la discriminación y el conflicto.
ples; esto no quiere decir que no exista en-
tre ellas la unidad necesaria que las cons- Entender el carácter multidimensional
tituye como tales, pues al decir “yo soy o de las identidades, que son múltiples y di-
nosotros somos” no nos referimos a un ferenciadas, nos permite mostrar la false-
solo factor unívoco, sino a una pluralidad dad de una supuesta “identidad nacional”
de formas de adscripciones, de pertenen- que desde una visión claramente esencia-
cias y diferencias que son las que configu- lista y homogeneizante han instrumenta-
ran nuestras múltiples y diferenciadas lizado ideológicamente los sectores domi-
identidades. nantes. La identidad nacional es una ente-
La ruptura del concepto unívoco de lequia, una falacia construida por el po-
identidad y la consideración de que estas der, puesto que la nación nace como una
son múltiples y diferenciadas, nos ayuda a categoría homogeneizante que siempre
entender mejor fenómenos tan actuales pretendió anular la diversidad y la diferen-
como los de las identidades mixtas o iden- cia, para lo cual construyó símbolos y dis-
tidades sincréticas, híbridas, heterogéneas, cursos uniformadores. No existe por ello
presentes en un mundo marcado por la identidad nacional, sino identidades que
globalización y la acción de los medios el poder las ha querido ver como identida-
masivos de información que planetarizan des “clandestinas” y que hoy están luchan-
ciertas visiones culturales; o por los proce- do por su derecho a ser reconocidas, valo-
sos de migraciones internacionales masi- radas y respetadas en su diversidad y dife-
vas operados como consecuencia de las rencia.
crisis estructurales que enfrentan los paí-
ses emisores como es el caso del Ecuador. El concepto de multidimensionalidad
y fragmentación nos resulta útil, como lo
Estos procesos han obligado a que los advierte Consuelo Fernández-Salvador,23
individuos y los grupos que pertenecen a para entender el carácter multidimensio-
horizontes culturales diferentes a los de nal y fragmentado de la cultura, para afir-
los países receptores tengan que ir cons- mar que así como no hay “identidad na-
truyendo, a partir de sus especificidades y cional” tampoco existe una “cultura na-
diferencias, nuevas formas de adscripción cional”, como nos quiere hacer creer la no-
La Cultura / 109
ción hegemónica dominante. La noción ello, antes que hablar de identidad nacio-
de cultura nacional niega la existencia de nal debemos hablar de identidades diver-
nuestras realidades como sociedades plu- sas, múltiples y diferenciadas, que se en-
riculturales, con identidades propias y di- cuentran, dialogan, negocian y se con-
ferencidas. Es importante considerar que frontan al interior de una nación plural.
la cultura tampoco puede definirse solo
por lo étnico, su naturaleza plural y diver- Funciones de la identidad
sa implica considerar las interacciones y
Entre las funciones básicas de la identi-
construcciones de múltiples y diversos
procesos y actores que la hacen posible. dad podemos encontrar, según Rivera, las
siguientes:24
El concepto de identidad nacional, de
cultura nacional, así como el del estado Función Locativa. Permite a los sujetos
nacional están en profunda crisis por las sociales encontrar su orientación y ubica-
propias contradicciones que se expresan ción con relación a su adscripción y perte-
en el proceso de globalización, dentro del nencia social. La identidad nos ayuda a ser
cual los estados nacionales han perdido y decir lo que somos, a no ser iguales, a
aceleradamente su autonomía y su sobe- conservar las distancia del “nosotros”
ranía al someterse a las reglas que impone frente a los “otros”; a mantenernos en los
la economía transnacional, que los obliga límites de esas fronteras simbólicas que
a la adopción de modelos económicos que marcan los territorios de nuestras perte-
nada tienen que ver con los intereses na- nencias y de nuestras diferencias sociales.
cionales. La paradoja está en el hecho de
que aquellos que defienden los estados na- Función selectiva. La identidad selec-
cionales y la supuesta identidad nacional, ciona, de acuerdo a los valores que le son
para poder estar hoy en la modernidad y inherentes, el sistema de preferencias de
la globalización, solo lo pueden hacer a los actores sociales, por tanto sus opciones
costa de dejar de ser nacionales, de perder prácticas en la cotidianidad van acordes a
su soberanía y funcionar acorde a las de- la pertenencia a la que se adscriben; por
terminaciones de los consorcios transna- eso cada actor social actúa “de acuerdo a
cionales que ordenan y regulan el funcio- lo que es y a donde pertenece”.
namiento de la economía mundial.
Función integrativa. Implica integrar
Esta visión de la identidad nacional las experiencias del pasado con las del pre-
construida por el poder resulta una fala- sente en una memoria colectiva comparti-
cia. No negamos que el sabernos parte de da, hacer funcional todo el acumulado so-
una nación, de un país, construye un sen- cial de la existencia de un pueblo que le ha
timiento de pertenencia, pero que no ne- permitido llegar a ser lo que es. Esto le
cesariamente debe homogeneizarnos; por ayuda a no fragmentar la identidad en el
110 / Patricio Guerrero Arias
Notas
Es una de las formas de las identidades tico como consecuencia de los procesos de
sociales más importantes, por lo que ame- descolonización y lucha de resistencia e in-
rita que nos detengamos para hacer una surgencia de las llamadas “minorías étni-
aproximación a su análisis. cas” y las diversidades sociales en el mun-
do occidental capitalista. Esto ha hecho de
Etnia viene del griego ethnós que signi- la etnicidad uno de los temas políticos
fica pueblo. Étnico procede en cambio del centrales del mundo contemporáneo.1
latín ethnicus que hace referencia a la per-
tenencia a una comunidad específica: na- La etnicidad se refiere a una de las for-
ción, pueblo, etnia, cultura, etc. Inicial- mas de identificación social que se esta-
mente en el siglo XIX la categoría de etni- blece y se expresa, primero, con relación
cidad hacía referencia solo a la pertenen- con uno mismo, luego para la relación y
cia racial, lo que llevó a confundir los con- negociación de su identidad con los otros
ceptos de etnia y raza. En los Estados Uni- diferentes2 a través de formas de perte-
dos se le da un uso políticamente más tác- nencia y diferencia construidas sobre la
tico para referirse a los grupos raciales base de diversos rasgos y características
menores de inmigrantes (griegos, italia- que dependen del enfoque con el que es
nos, judíos, árabes, etc.), pues se conside- analizada.
raba que lo racial abarcaba un campo, una
variedad amplia de realidades sociales Siguiendo a Malguesini y Giménez,3 la
dentro de las cuales estaba lo étnico. Otro etnicidad es analizada desde tres enfoques:
equívoco generalizado era asociar lo étni-
co a lo folk para referirse a una particular Para los primordialistas, la identidad
forma de vestido, comida, música, artesa- étnica está basada en los vínculos profun-
nía, etc.; con lo que se construía una vi- dos y primordiales que un individuo tiene
sión exotizante de la etnicidad. con su cultura. Ven la etnicidad como un
fenómeno primordialmente biológico y
Es a raíz de la década del setenta y pos- que está determinado por factores genéti-
teriores que la categoría de etnicidad va cos y geográficos, lo que implicaría que la
ganando estatuto propio desde la perspec- etnicidad es un organismo biosocial, una
tiva epistemológica. Los aportes de Barth suerte de selección natural, un impulso
sobre Los grupos étnicos y sus fronteras primario instintivo que lleva a un indivi-
abrirán un nuevo debate al respecto. La et- duo a sentirse genéticamente adscrito al
nicidad gana su propio estatuto socio polí- grupo social del cual desciende.
114 / Patricio Guerrero Arias
rebasan lo cultural, pues son de orden so- defensa es hoy el eje de las propuestas so-
ciopolítico. En este sentido, la identidad ciopolíticas de las diversidades sociales.
7
permite a quienes hacen uso de ella: For-
talecer la cohesión social; sirven como Identidad, diversidad y diferencia, son
aglutinadores de un grupo para dotarlo de instrumentos insurgentes que ayudan a
una visión colectiva compartida. enfrentar el colonialismo cultural externo
e interno y los proyectos globalizadores
Pueden ser fuente de intolerancia y homogeneizantes, frente a los cuales nues-
conflicto, pueden generar expresiones de tra única esperanza es saber que somos
discriminación, etnocentrismo, racismo y distintos, que poseemos culturas diversas
heterofobia. Un claro ejemplo de esto lo e identidades propias y diferenciadas.
evidencian los conflictos de Yugoslavia,
La etnicidad reconstruida
Chechenia, Ruanda, entre Palestina e Is-
rael, que han llegado a transformarse en La expansión de la globalización que
conflictos extremos, marcados por la vio- vivimos ha generado el resurgimiento de
lencia, la destrucción y la muerte, que re- diversos fenómenos sociales como el tu-
sultan de difícil manejo. rismo, en torno al cual, han surgido nue-
vos procesos en el campo de las identida-
Pueden ser manipuladas por las fuer-
des, como los de “etnicidad reconstruida”.
zas hegemónicas y el poder, como ocurrió
Empleamos el concepto de etnicidad re-
en las pasadas guerras que vivió nuestro
construida para referirnos a las identida-
país: la guerra fue instrumentalizada para
des étnicas que han surgido como res-
la imposición de medidas que favorecían
puesta a las demandas del mercado turís-
la implementación del modelo neoliberal.
tico, en situaciones marcadas por la globa-
Otro claro ejemplo de manipulación lización y la dependencia. La etnicidad re-
identitaria es el uso que se hace del regio- construida nos permite entender los pro-
nalismo por parte de la oligarquía costeña, cesos de readaptación de los individuos,
que manipula el sentido de pertenencia las sociedades y sus construcciones cultu-
regional para sus proyectos hegemónicos. rales, con relación al “otro”, al espectador,
La manipulación de la identidad es el re- al consumidor, al turista.
flejo de procesos de manipulación y usur-
El turismo como nueva realidad, como
pación simbólica por parte de quienes de-
alternativa de subsistencia, obliga a los
tentan el poder, a fin de lograr la repro-
grupos étnicos a entrar en un proceso de
ducción y legitimación del mismo.
readaptación cultural, para lo cual, se ven
Tienen una dimensión política, pues obligados a crear un nuevo realismo inte-
son armas de lucha contrahegemónica, rétnico para un tipo diferente de interac-
contra el poder; sirven para liberarse de ción con los otros. En esas interacciones
las situaciones de dominación, lo que su los contenidos simbólicos de su cultura
La Cultura / 117
Notas
1 Malguesini y Giménez. 1997: 85 1996. También de Kees Koonings y Patricio Sil-
2 Consuelo Fernández-Salvador, conversación va. Construcciones étnicas y dinámica socio cul-
personal. tural en América Latina. Abya-Yala. Quito.
3 Malguesini y Giménez: Ibid. 1999.
4 Para ampliar los referentes sobre este enfoque, 5 Koonings y Silva: 5
sugerimos los textos de Michiel Baud / Kees 6 Baud y Koonings Et. Al. 1996: 15
Koonings. Et. al. Etnicidad como estrategia en 7 Litle. 1992: 35
América Latina y el Caribe. Abya-Yala. Quito.
12
DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA IDENTIDAD
rán las representaciones que podamos ha- cado previamente como tales.3 En el caso
cer con relación a nosotros mismos o la del Ecuador, cuando se habla de la estruc-
forma cómo somos percibidos por los tura étnica del país solo se piensa en los
otros. Así, vemos que en situaciones de indios, los negros o los marginales, pues
dominación, la heteroidentidad o la iden- para el poder los “étnicos son los otros”, ya
tidad externa que nos atribuyen los otros, que ellos están por encima de toda clasifi-
está marcada por la discriminación y la cación, pero además por encima de los
exclusión, lo que tendrá un impacto pro- clasificados.
fundo en las representaciones que cons-
truimos sobre nosotros, o sea, en nuestra Por eso encontramos que en situacio-
autoidentidad o mismidad. nes de dominación pueden darse expre-
siones de identidad negativa, que van a
En las negociaciones identitarias, en las conducir a un grupo o a algunos de sus
que se expresan relaciones asimétricas, se miembros a sentir vergüenza, desprecio y
evidencia que no siempre la relación entre negación de sí mismos, como consecuen-
grupos o comunidades diferentes están cia de la interiorización de la imagen em-
marcadas por relaciones simétricas. Por el pobrecida que los otros les atribuyen, lo
contrario, no todos los grupos tienen el que provoca la eliminación o el oculta-
mismo poder de identificación, pues este miento de los rasgos diacríticos o diferen-
depende del nivel de relaciones sociales ciadores que forman parte de su identidad
que establecen entre sí; no todos tienen la cultural. Esto explica el por qué en mu-
misma fuerza simbólica para autodefinir- chos de los casos se deja de hablar la len-
se y definir a los otros, sino, como señala gua materna, de usar la vestimenta tradi-
Bourdieu,2 sólo los grupos que disponen cional, y se procura mimetizarse, actuar
de mayor poder están en capacidad de im- acorde a las normas de la cultura hegemó-
poner a los demás la imagen sobre ellos nica para evitar la presión social y la ver-
mismos y la que ellos construyen sobre los güenza de “ser” lo que son, pues por eso se
otros. Las definiciones identitarias van a los excluye y discrimina.
operar como instrumentos clasificatorios
que determinarán o impondrán el lugar La identidad debe ser entendida, desde
que cada grupo ocupa dentro del sistema una dimensión política, como una pode-
de estratificación dominante. rosa arma, como un instrumento insur-
gente contra el poder; se convierte en es-
Una expresión de esta realidad es el trategia para la acción social, es decir: un
proceso de etnización que los sectores do- producto de la elección consciente de un
minantes construyen con relación a los grupo para alcanzar los objetivos que se
grupos que consideran “marginales”, a propone. La identidad, como estrategia,
quienes se les atribuye el carácter de “étni- permite ver las respuestas desde los acto-
cos”. En esa categoría entran sólo aquellos res societales y su capacidad de provocar
grupos que los amos del poder han clasifi- efectos sociales mediante sus acciones y la
La Cultura / 121
reflexión sobre las mismas. Los procesos mentos equivalen a las características que
de etnicidad reconstruida frente a las nue- se consideran cuando se habla de un gru-
vas situaciones sociohistóricas; el proceso po étnico. La etnia en consecuencia sería
de reinvención de la tradición por el que una “nación en sí”, pues posee los elemen-
costumbres, aparentemente seculares, ad- tos objetivos de una nación.
quieren una contemporaneidad política; o
cómo a los hechos contemporáneos se los La “nación para sí” es aquella que, ade-
carga, estratégicamente, de ancestralidad, más de poseer las condiciones objetivas
son expresiones de la función política de antes señaladas, expresa la decisión, la vo-
la identidad y de cómo esta opera como luntad consciente, política e ideológica de
estrategia consciente para orientar la lu- sus miembros, que los lleva a autorecono-
cha social. cerce como tales, lo que la convierte en
una “comunidad imaginada” (Anderson),
Un claro ejemplo de cómo la identidad o en una “comunidad de destino” (Boro-
se construye como estrategia para la lucha jov), que deja de pensar en sí misma y lu-
política, es el proceso que vienen llevando cha por construir un proyecto histórico
adelante las nacionalidades indias y los para el conjunto de la sociedad. Una “na-
pueblos negros que han avanzado desde ción para sí” expresa su conciencia, su vo-
una concepción de “etnicidad en sí” y de luntad política de autoreconocerce, pero
“etnicidad para sí”, al de “nación en sí” y sobre todo de autodeterminarse de acuer-
“nación para sí”, que ha determinado su do a sus especificidades y al acumulado
autoconstitución como nacionalidades y social que da razón a su existencia, la que
pueblos diferentes. Esta distinción entre ha sabido construir, preservar y revitalizar
“nación en sí” y “nación para sí”, es clave en su proceso histórico.4
para comprender la dimensión política
que tiene la identidad como estrategia. Por ello que el concepto de nacionali-
dad debe mirárselo desde dimensiones
La “nación en sí” la constituye una co- políticas; surge como propuesta de los
munidad de sujetos sociales que compar- propios actores que se autodefinen como
ten una serie de rasgos socioculturales co- nacionalidades. La diferencia entre etnia o
munes como lengua, costumbres, creen- “nación en sí” y nacionalidad o “etnia pa-
cias, normas, valores, religión; es decir un ra sí” está en que las dos hacen referencia
ethos compartido, además de símbolos, a proyectos sociopolíticos diferentes. La
formas de organización, se asientan en un etnia plantea una propuesta que reivindi-
mismo espacio territorial y poseen un pa- ca el derecho a recuperar la identidad his-
trimonio histórico común; rasgos que les tórica y cultural como base para la unidad
permite adscribir, autoidentificarse, auto- de pueblos diversos. La nacionalidad ad-
reconocerce y ser reconocidos por otros quiere una diferencia política cualitativa-
en su especificidad. La cuestión se vuelve mente distinta, pues propugna un proyec-
compleja cuando para algunos estos ele- to de dimensión histórica que rebasa las
122 / Patricio Guerrero Arias
Notas
1 Guerrero. 1993; 35 4 Ramón.1993: 7-12
2 Cit en Cuche: 113-114 5 Ramón: Ibid.
3 Cuche: Ibid.
13
REFLEXIONES FINALES
Antes que hacer una revisión de lo que ser humano, lo que implica la necesidad
se ha discutido a lo largo de este trabajo, lo de transformación de sus referentes teóri-
que vamos a señalar son algunas cuestio- cos, metodológicos y, sobre todo, de su
nes que nos parecen fundamentales en praxis, sus metas y éticas.
una estrategia conceptual de la cultura.
La antropología encuentra, en la nueva
Estamos viviendo el tiempo histórico situación histórica, escenarios diferentes
de la antropología o el tiempo antropoló- sobre los que debe mostrar su contempo-
gico de la historia. Como nunca antes la raneidad y su especificidad como ciencia
antropología encuentra en este momento del sentido. Hoy podemos decir que, espe-
histórico condiciones para poder superar cíficamente antropológico, son los nuevos
la mirada exótica, que la construyó como escenarios marcados por la globalización
ciencia del otro, de lo primitivo, solo para y la revolución de los mass media que
el estudio de “tribus” de indios y margina- construyen sentidos distintos de la exis-
les, o de las sociedades no occidentales, tencia. La antropología puede contribuir a
para mostrarse en plena contemporanei- ayudarnos a entender la diversidad de sen-
dad como ciencia de la mismidad y de la tidos que las sociedades construyen hoy
otredad, es decir: como ciencia de la alte- para poder ser y estar en el cosmos, el
ridad, la diversidad y la diferencia. mundo y la vida.
unívoco de ella, sino que se hace necesaria La diversidad muestra su enorme ri-
la construcción de una estrategia concep- queza, rompe con las visiones homogenei-
tual de la cultura, pero desde la perspecti- zantes y permite entender la dialéctica de
va de los propios actores constructores de las culturas y las sociedades como res-
cultura y desde sus proyectos históricos. puesta a la dialéctica de la propia vida.
Hay que superar las perspectivas cog- Es importante hacer una lectura crítica
nitivas, universalistas, funcionalistas, sobre la identidad, romper con las visio-
folklóricas e instrumentales de la cultura nes esencialistas y empezar a verla como
para entenderla desde las nuevas dinámi- un proceso en construcción continua, su-
cas sociohistóricas, de ahí la necesidad de jeto a una constante historicidad y al con-
analizarla desde su perspectiva contrahe- flicto.
gemónica, desde su historicidad, verla co-
Es fundamental empezar a discutir que
mo una construcción dialéctica y no olvi- el problema actual no es tanto de identi-
dar la función política que la cultura ha dad. El problema fundamental que en-
tenido y tiene a lo largo de la historia. frentan hoy las sociedades es la cuestión
de la alteridad, nuestra incapacidad de po-
La cultura ya no puede seguir siendo
der encontrarnos, valorar, respetar y tole-
mirada solo desde las dimensiones de sus
rar la “insoportable diferencia del otro”. La
manifestaciones, es necesario un enfoque antropología puede contribuir a devolver
sistémico que la vea desde el nivel de las el sentido de alteridad propio de la vida
representaciones simbólicas que son las social; aportar a un diálogo de saberes que
que van construyendo el acumulado so- abra espacios de encuentro, de conviven-
cial de la existencia de un pueblo que se cia pacífica entre las diversidades y dife-
expresa en la memoria colectiva. rencias, en sociedades como las actuales
profundamente fracturadas en la alteri-
Hay que terminar con la visión del tra- dad.
bajo de rescate cultural por su carga ideo-
logizada y propugnar trabajar en la pers- Debemos construirnos una visión di-
pectiva de la revitalización de las culturas ferente de la alteridad que no se reduzca
desde las dimensiones profundas de senti- únicamente a una alteridad antropocén-
do que estas construyen. trica, es decir, creer que “los otros” solo
son los humanos. Es necesario una alteri-
Hay que incorporar en el análisis de la dad cósmica que vea que los “otros”, de los
cultura la consideración de la diversidad, que depende nuestra existencia, son todos
la pluralidad, la alteridad y la diferencia. los seres vivos, todo lo que existe y que
La cultura es un acto supremo de alteridad forma parte del cosmos, la naturaleza y la
que solo encuentra sentido con los otros y sociedad que hacen posible que se teja la
en los otros. sagrada trama de la vida.
La Cultura / 127
Ante la falta de sentido que actualmen- raciones teóricas, metodológicas, pero so-
te enfrenta la humanidad, la antropología bre todo, para su praxis. Hoy como nunca
puede contribuir a la construcción de un antes, tenemos la posibilidad de construir
nuevo sentido de la vida, a pensar en un y trabajar en una antropología compro-
nuevo modelo civilizatorio abierto a la di- metida con la vida, que no se limite solo a
versidad, a la alteridad y a la diferencia pa- estudiarla y conocerla, sino que aporte,
ra que podamos ser capaces de construir fundamentalmente, a su transformación.
sociedades interculturales, sustentadas en Una antropología que contribuya a la
el respeto y tolerancia de dicha diversidad construcción de sociedades intercultura-
y diferencia. les, de una nueva civilización, de una nue-
Ahora está claro que son los diversos va humanidad; que se sustente en la fuer-
universos de la propia vida los escenarios za insurgente del amor, los sueños, la ale-
que tiene la antropología para sus elabo- gría, la esperanza y la ternura.
A MODO DE CIERRE
Ya hace muchas lunas, en los principios moso arco de colores que desde entonces,
de un tiempo que está más allá de la pala- hizo más luminoso el universo.
bra y la memoria, cuando la luz empezaba
a bañar la tierra y el agua a nutrirla de vi- Así nació el arco iris; conjunción de la
da; los dioses para evitar que los seres hu- diversidad, del color y de la luz, diciéndo-
manos transiten los caminos del mundo nos que esta es la muestra más hermosa de
en la oscuridad; decidieron que debían la unidad de lo diverso. Allí, en el arco iris,
pintar esta que sería su morada, con los están los diferentes colores de la luz, todos
colores y la transparencia de la luz. hablándonos con luminosidad y armonías
propias; distintos pero juntos, unidos en la
Enviaron enseguida a miles de pájaros diferencia; enseñándonos que allí, en la
cantores para que recogieran en sus pe- unidad de la luz pueden brillar colores di-
queños picos, las cristalinas gotas de agua ferentes, pero sin que nadie busque opacar
de los ríos, las lagunas y las fuentes, para el fulgor del otro, ni tampoco por ello, de-
que les trajeran la alegre risa de las casca- jar de ser lo que cada uno es; sino por el
das y los riachuelos y el poder y la profun- contrario, hablándonos, que de la unión
didad transparente de mares y océanos; les de esa luminosa diversidad depende su
ordenaron que subieran a lo más alto del propia existencia y esa unidad armónica
cielo y dejaran caer las gotas del néctar de que da una mágica claridad a la tierra. El
la vida para que fecunden el vientre de la arco iris nos ayuda a entender que aun
tierra. Al deslizarse el agua por el infinito, siendo distintos, es posible que sigamos
se iba abrazando en alegre danza con la brillando con luz propia, que podemos es-
mágica luz del padre sol que empezó a tar unidos a pesar de ser diferentes, que no
descomponerse en el horizonte en bellísi- hay luminosidad más profunda y más her-
mas partículas de luz; dibujando un her- mosa, que la unidad de la diversidad.
BIBLIOGRAFÍA