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ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA 

“PSICOPATOLOGÍA III” 

DISTORSIONES COGNITIVAS EN TRASTORNOS 


DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA  

PROFESORA: ​Jessica Lewis Paredes 

ALUMNOS:   

·​ S
​ uni Silva Valeria 

. Valencia Portugal Maria José  

·​ V
​ illalobos Arana Sophia 

·​ Y
​ uca Choque Marilin 

. Zea Yarlequé Piero 

SEMESTRE: VIII 

PSI 8-1 

2020 

“Los alumnos declaramos haber realizado el presente trabajo 


de acuerdo a las normas de la Universidad Católica San Pablo” 

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DISTORSIONES COGNITIVAS EN
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA
ALIMENTARIA

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ÍNDICE

Introducción………………………………………………………………………………….3

Objetivos……………………………………………………………………………………..4

Contenido…………………………………………………………………………………....4

Conclusiones………………………………………………………………………………....12

Bibliografía…………………………………………………………………………………..13

3
I. INTRODUCCIÓN

Los jóvenes en la actualidad toman muy en cuenta su aspecto físico, cómo se ven ante el
mundo y qué tienen que hacer para estar dentro de los estándares de belleza, frente a ello
consideran frecuentemente prototipos utópicos sometiéndose rigurosas dietas y ejercicios con
preocupaciones exageradas y sobrevaloradas para alcanzar la tan anhelada “figura perfecta”,
en función a este sometimiento surgen muchos problemas en cuanto a la alimentación, lo que
consideramos ahora “Trastornos de la conducta alimentaria” la sociedad no toma con la
importancia debida que esto es patológico y grave por lo que se ve un incremento de esta
problemática en la población, ya sea por falta de información o de importancia.

Para un mejor entendimiento tendremos que comprender qué es un trastorno de conducta


alimentaria y a que hace referencia. Principalmente se caracterizan por la presencia de
alteraciones importantes de las conductas relacionadas con la ingesta de alimentos,
acompañados por un gran temor a engordar y una excesiva preocupación por la imagen
corporal, la comida y el peso. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) constituyen
una compleja psicopatología cuya sintomatología acarrea importantes consecuencias en la
salud de quienes los padecen (Hudson, Hiripi, Pope, & Kessler, 2007).
Las manifestaciones clínicas de estos trastornos son el resultado de una combinación de
factores genéticos y ambientales que conducen a distorsiones importantes de la imagen
corporal acompañadas de cambios en los patrones de comportamiento alimentario
relacionados con el objetivo del control de la figura. Las alteraciones alimentarias en forma
de restricción y purgas suponen importantes deterioros de la salud física y psicosocial.
Afectan principalmente a mujeres, en torno al 90% de casos, y se ha descrito que los TCA se
encuentran entre las 10 causas más frecuentes de incapacidad en las mujeres.
Además constituyen la psicopatología con mayor riesgo de mortalidad debido por un lado a
las complicaciones médicas asociadas y por otro al riesgo de suicidio. Según estudios sobre
heredabilidad, neurobiológicos, y de alteraciones cognitivas, emocionales y sociales, se
categorizan en la mayoría de países como “enfermedades mentales graves”, “enfermedades
mentales con base biológica”, y en niños “enfermedades con dificultades emocionales
graves” (Klump, Bulik, Kaye, Treasure, & Tyson, 2009).

La etiología de estos padecimientos, resulta multifactorial; podemos mencionar que entre los
factores predisponentes y precipitantes de mayor importancia se encuentran: experiencias de
abuso sexual, físico o psicológico, algunos rasgos de personalidad obsesivocompulsiva, la
baja autoestima, la presión personal y del medio respecto a estereotipos; por mencionar
algunos. Marín V (2002)
Al igual que otros trastornos, se trata de enfermedades multideterminadas en las que los
factores psicológicos, biológicos y socioculturales se encuentran en un punto máximo de
entrecruzamiento. Además, frecuentemente se presentan en asociación con otros trastornos

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psiquiátricos como son: depresión, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo y abuso de
sustancias, lo que determina un marcado deterioro en el funcionamiento social.
Entonces ¿Por qué surgen estas distorsiones cognitivas en estos trastornos? Frecuentemente
las personas que lo padecen evidencian ser más vulnerables ante críticas o comentarios que
hace su entorno, suelen tener una baja autoestima así como un concepto propio deteriorado,
también puede considerarse un factor predisponente el hecho de que estén pasando por una
situación de alto estrés sin saber cómo afrontarla lo que puede desencadenar trágicamente en
alguno de estos trastornos. Pero ¿Qué es una distorsión cognitiva? Pues es aquella manera
errónea de procesar la información, es decir, malinterpretar lo que ocurre a su alrededor
generando múltiples consecuencias negativas lo que hace que los pacientes no desarrollen
conciencia del problema y tengan un pobre o carente insight. Por ejemplo las personas que
padecen depresión tienen una visión de la realidad diversificada en la que las distorsiones
cognitivas juegan un papel principal. En el caso de trastornos de conducta alimentaria su
aspecto físico es el que se ve distorsionado por lo que altera la cantidad de alimentos a ingerir
y los restringe o se somete a purgas para conseguir el aspecto idóneo a su óptica.

Por ello presentaremos cuáles son las principales distorsiones cognitivas estas que disfrazan
la realidad y que harán más complicado la visión que presenta la persona. En estos trastornos,
nos centraremos en la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa que son trastornos
multidimensionales en los cuales juegan un papel relevante la interacción de factores
fisiológicos, evolutivos, psicológicos y socioculturales, aún cuando el peso específico de cada
uno de ellos todavía no esté bien determinado (Saldaña y Tomás). Y cómo podemos
contribuir en la ayuda que necesitan estas personas, cuáles son los tratamientos que pueden
mejorar la calidad de vida de la persona y que de alguna manera retorne a su anterior vida sin
inseguridades.

II. OBJETIVOS
● Conocer cuales son las principales distorsiones cognitivas en los trastornos de
la conducta alimentaria, tanto en anorexia como en bulimia.
● Proporcionar información de que tratamiento es más eficaz para tratar estas
distorsiones cognitivas en el ser humano que las padece.

III. CONTENIDO

Los trastornos de la conducta alimentaria

Son más frecuentes en las mujeres y, generalmente, se inician durante la adolescencia


o la juventud temprana, aunque existen reportes de casos donde aparecen en la
infancia o en la vida adulta, son casos muy raros. Estas enfermedades, que están
caracterizadas por su cronicidad así como por la aparición frecuente de recaídas,
provocan a su vez alteraciones en el funcionamiento psicosocial de los individuos, ya
que, además de poseer un efecto devastador en los pacientes y en sus familias, se

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asocian a un alto riesgo de conductas suicidas. Estas enfermedades pueden poner en
riesgo la vida de los que las padecen.
La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son trastornos multidimensionales en los
cuales juegan un papel relevante la interacción de factores fisiológicos, evolutivos,
psicológicos y socioculturales, aún cuando el peso específico de cada uno de ellos
todavía no esté bien determinado (Saldaña y Tomás, 2012).

¿Que es una distorsión cognitiva?

«Las distorsiones cognitivas son pensamientos erróneos/creencias disfuncionales que


generan y mantienen actitudes y conductas perjudiciales»
En el caso de los trastornos de la alimentación existe una marcada ​dicotomización ​del
pensamiento en donde se le atribuye a las personas flacas una serie de características
tales como: ser feliz, exitosa, etc. y en el otro polo se ubican a aquellas personas que
tienen problemas con el peso, sin pensar grados intermedios, o se está absolutamente
gorda o flaca, a las cuales se les atribuye: infelicidad, fracasos, etc.

Bulimia nerviosa

El término bulimia proviene del griego bous (buey) y limos (hambre) y significa tener
hambre de buey. Lo que aludirá a una de las características del trastorno, la presencia
de episodios recurrentes de atracones.
Este comportamiento se asocia a vómitos autoprovocados o conductas compensatorias
para evitar la ganancia de peso. Empieza a reconocerse como entidad diagnóstica
avanzado el siglo XX a partir de los trabajos de Gerald Russell y que derivaron en su
inclusión en la tercera edición del DSM. No obstante en la década de los 70 ya se
habían descrito casos (Bruch, 1973) que encajan dentro de lo que conocemos hoy
como BN
La BN, al igual que la AN afecta mayoritariamente a mujeres (el 95% de los casos
son chicas). La edad de inicio es algo más tardía que en la AN, así, encontramos, por
ejemplo, que entre los 12 y los 21 años la prevalencia estimada en población española
es del 2,76%. (Pelaez Fernandez et al., 2007). Al igual que en la AN su inicio
prepuberal o más tarde de los 40 es raro. Los episodios de atracones y purgas
habitualmente comienzan tras un periodo en el que la persona ha permanecido a dieta
para perder peso. Los eventos vitales estresantes también pueden precipitar la
aparición de la BN. Se dan frecuentemente los diagnósticos cruzados entre la AN y la
BN, normalmente la persona transita desde la AN a la BN, el recorrido inverso ocurre
en un pequeño porcentaje de casos (10-15%, según el DSM-5). En el caso de la
bulimia existen datos que indican un mejor pronóstico, no obstante, en trabajos
recientes se ha publicado que de los sujetos que se someten a tratamiento, cerca de la
mitad se recupera, en un 20% de los casos el problema persiste y en el 30% restante se

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mantienen síntomas residuales que les mantienen dentro de los criterios diagnósticos
del TCANE

Anorexia Nerviosa

Es un trastorno psicológico que provoca que la persona se obsesione con su peso y lo


que ingiere.Se caracteriza por una imagen corporal distorsionada y el miedo
injustificado a subir de peso. Los síntomas incluyen tratar de mantener un peso por
debajo de lo normal mediante la inanición o el ejercicio excesivo. La AN se inicia
normalmente en la adolescencia o primera juventud y es más infrecuente que aparezca
en etapas prepuberales o después de los 40 años. Los datos de prevalencia para edades
entre los 12 y los 21 años oscilan entre el 0,5 y el 1% (Pelaez Fernandez, Labrador, &
Raich, 2007). Su inicio está por lo general relacionado con eventos vitales estresantes.
Muchas veces sucede tras un periodo de cambio en los patrones alimentarios previo a
la aparición de la sintomatología completa del cuadro. Su curso es variable, algunos
individuos tras un episodio se recuperan completamente; otros pacientes presentan un
patrón de recuperación parcial con recaídas, y otros permanecen con síntomas de
modo crónico. En el caso de la AN se ha estimado una duración media del problema
de siete años con un porcentaje de recuperación completa de en torno al 50%;
desafortunadamente, un 20% de los casos tienden a la cronificación (Steinhausen,
2002). Los datos de la revisión de seguimiento de más de 5.500 casos de Steinhausen
indican que la recuperación completa se consigue en menos del 50% de los casos, la
mejoría parcial o con síntomas residuales sucede en un 30% de pacientes y el 20% se
cronifica. En esta misma revisión se describe también la evolución de los síntomas
centrales del trastorno, así un 60% de casos consiguen restauración del peso, el 57%
recupera la menstruación y un 46% consiguen normalizar los hábitos alimentarios.
Las tasas de remisión alcanzan el 76% a los 5 años y el 86 % a los 8 años según
estudios derivados de ensayos controlados recientes (Eisler, Simic, Russell, & Dare,
2007; Halvorsen, Andersen, & Heyerdahl, 2004).

TCANE

Los trastornos de la conducta alimentaria no especificados, parciales o subclínicos


cubren un amplio espectro, por lo que es difícil generalizar comentarios sobre el curso
y pronóstico del grupo. Los pocos estudio de seguimiento y pronóstico indican que
entre el Sesgos cognitivos en los TCA: Un estudio de casos y controles 43 primer y
quinto años, tanto adultos como adolescentes, y tanto el perfil bulímico como el
anoréxico, tienen tasas de recuperación en torno al 75%. La cronicidad se sitúa en
torno al 25% (Keel & Brown, 2010). En seguimientos largos no se observan
evoluciones hacia cuadros completos. En el caso del trastorno por atracón las tasas de
recuperación varían mucho entre estudios entre el 20 y el 80%.

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Las manifestaciones clínicas de estos trastornos son el resultado de una combinación
de factores genéticos y ambientales que conducen a distorsiones importantes de la
imagen corporal acompañadas de cambios en los patrones de comportamiento
alimentario relacionados con el objetivo del control de la figura.

Una de las características principales de la AN es la imagen corporal, ​algunos


autores afirman que se trata de la “representación que cada persona construye del
cuerpo en su mente y la vivencia que se tiene de éste” (Raich, 2000). Otros autores se
centran en términos de los sentimientos y actitudes hacia el propio cuerpo,
separándolas de la representación mental que cada persona tiene de él, de tal forma
que es “la percepción del tamaño o la forma del cuerpo puede ser correcta y sin
embargo los sentimientos ser negativos, ya que éstos se relacionan normalmente con
el autoconcepto” (Bernis y Hollon, 1990).

Thompson, Cash, Roser (1990) afirman que la imagen corporal se compone de


varios aspectos:
● A. perceptivos: percepción del tamaño, el peso y la forma del cuerpo. Sus
alteraciones pueden dar lugar a sobreestimaciones o subestimaciones.
● A. cognitivos y afectivos: ​actitudes, pensamientos, sentimientos y emociones
que genera el propio cuerpo. Puede dar lugar a experiencias de placer,
displacer, disgusto, rabia, etc.
● A. conductuales: comportamientos que surgen de la percepción y las
emociones asociadas al cuerpo. Puede dar lugar a que la persona lo exhiba, lo
evite, lo camufla, etc.

Cuando la insatisfacción de la imagen corporal es elevada, genera un malestar


significativo que interfiere en la vida cotidiana (Cash y Grant, 1995). Por ello existen
tres teorías explicativas de los problemas asociados a la imagen corporal según lo
explica Rivarola en el año 2003:
● Teorías perceptuales ​que tratan sobre las percepciones del tamaño y forma
del cuerpo cuya base es fundamentalmente biológica.
● Teorías ​subjetivas que hacen referencia al desarrollo durante las etapas
evolutivas de la niñez y la adolescencia.
● Teorías ​socioculturales que examinan la influencia de la sociedad y los
modelos culturales, las expectativas que generan y mantienen la insatisfacción
corporal.

Autores que hablan sobre las distorsiones cognitivas en las personas y con que lo
asocian:
Rivarola (2003) afirman que estas personas suelen pensar con insistencia en un mismo
tema, y suelen tener ​distorsiones cognitivas como pensamiento dicotómico, ideas

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catastróficas, abstracción selectiva, magnificación, absolutismo e ideas de
autorreferencia. Suelen ser pensamientos muy automáticos que impactan de forma
negativa en el concepto de ellas mismas.
Manzaneque (2013) afirman que, muchas personas asocian el ​ser atractivo con ser
exitoso​, mientras que tener un físico poco atractivo es señal de fracaso, puesto que,
aunque la belleza interna es más importante que la externa, la primera impresión que da
la imagen física genera un concepto más o menos acertado de las personas.
Cash (1997) demuestra que, ​centrar la atención en una parte del cuerpo que genera
sentimientos negativos, puede llegar a cambiar el humor de una persona, por tanto, los
sentimientos son generados, al menos en parte, por la atención y las atribuciones que se
hacen del propio cuerpo.
De Gracia y cols (1999) definen que los autoesquemas como ​estructuras cognitivas que
promueven experiencias y acciones y cuyo contenido está formado por reglas implícitas
que la persona aprende del entorno, actitudes y creencias que constituyen la base de los
propios pensamientos, emociones y formas de actuar. Puede haber esquemas formados
para distintos factores que conforman el modo de verse a uno mismo, como la
personalidad, la identidad, el rol sexual, el peso, la forma y la apariencia física, etc. Por
tanto, se elabora la información en cada esquema en función de las experiencias que
cada persona tenga y que, a su vez, conforman el autoconcepto o la manera en la que
cada uno se ve a sí mismo. Estos esquemas, además, tienen un ​componente afectivo​,
de tal forma que, por ejemplo, una persona que tenga un esquema del peso, tendrá más
emociones negativas asociadas a él si recibe rechazo por parte de los demás.

Insatisfacción corporal y distorsiones cognitivas

Cash (1997) afirma que, a nivel cognitivo, existen algunos esquemas que se relacionan
con la insatisfacción corporal. Para ello elabora la “docena sucia”, un catálogo de
distorsiones asociadas a ésta insatisfacción. Éstas son:
1. La bella y la bestia: Distorsión que se define en términos de “blanco o negro”,
polos opuestos de una emoción o pensamiento. Se trata pues de un pensamiento
dicotómico en el que no cabe una percepción intermedia.
2. El ideal irreal: Distorsión que sucede cuando una persona evalúa su apariencia
en comparación con un estándar idealizado al que nunca es capaz de llegar.
3. Comparación injusta: Distorsión que surge al comparar la propia figura con la
de otras personas que sabemos que son más atractivas de forma objetiva, como
por ejemplo las mujeres de las revistas.
4. La lupa: ​Distorsión que consiste en centrar la atención en una parte del cuerpo
que genera malestar y exagerar su importancia.

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5. La mente ciega: Consiste en minimizar aquellos aspectos más positivos o
favorables de la imagen corporal.
6. Fealdad radiante: ​Distorsión que consiste en llevar el malestar generado por
una determinada parte del cuerpo al resto de características físicas.
7. Descontento: ​Surge cuando el hecho de encontrar un defecto lleva a la
búsqueda de otros defectos distintos.
8. El juego de la culpa: Distorsión que aparece cuando se atribuyen fracasos,
rechazos, etc. a un supuesto defecto físico.
9. Prediciendo desgracias: Distorsión que surge cuando se predice que el mal
aspecto físico producirá efectos en el futuro.
10. La belleza limitadora: Surge cuando aparece un límite en ciertos
comportamientos por la insatisfacción corporal.
11. Sentirse feo: ​Distorsión que aparece cuando la interpretación se convierte en
certeza.
12. El reflejo del mal humor: Surge cuando el estado de ánimo cambia porque la
apariencia física no se relaciona con la que la persona espera y eso genera que se
descargue con ella misma cambiando su humor.

Distorsiones cognitivas en la AN:

- Abstracción selectiva: ​Selección de parte de la información, ignorando otros


aspectos de la misma. Por ejemplo: si la paciente interpreta que se descontrola
ingiriendo determinados alimentos, se dirá a sí misma: «si como un trozo de
pizza, me la voy a comer entera, mejor no probarla».
- Pensamiento polarizado: ​Ausencia de término medio. El diálogo interno de
la paciente se caracteriza por estar compuesto de expresiones absolutistas:
«todo-nada», «bien-mal», «saludable-insalubre», «delgada-gorda», etc. (p.ej.:
«Ahora que mi estómago se ha acostumbrado a no comer, es mejor que no
coma nada. Si lo hago, volverá la sensación de hambre»).
- Maximización y minimización: ​Exageración de las consecuencias que
entiende como negativas (p.ej. me he comido un helado, me siento fatal…
estoy más gorda…) y minimización de las negativas (p.ej. me encuentro mejor

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cuando no como que cuando lo hago…si sigo teniendo energía, ¿qué más da
que no coma…?)
- Autorreferencias: ​Incomodidad en contextos que tienen que ver con la
comida y que derivan en pensamientos relacionados con los demás y con su
peso (p.ej. «odio comer delante de la gente… la gente se me queda
mirando…»).
- Inferencia arbitraria: ​Desorganización de la dieta basada en creencias o
informaciones erróneas, no científicas y no contrastadas. La evitación de
determinados alimentos (p.ej.: grasos), en favor de aquellos hipocalóricos
(p.ej. determinadas verduras), ejemplifica esta distorsión cognitiva. No saben
cómo combinar los alimentos, gestionar las cantidades y adecuarlas al gasto
calórico diario.
- Generalización excesiva: ​Realizar afirmaciones fundamentadas en casos
específicos. Por ejemplo: «si como hasta sentirme satisfecha, engordo lo que
como».

Bulimia Nerviosa

Trastorno de la alimentación que se caracteriza por episodios repetidos de ingesta


excesiva de alimentos en un periodo corto de tiempo. Esto se une a una preocupación
excesiva por el control del peso corporal, lo cual le puede llevar a utilizar métodos para
controlar el aumento de peso. La persona que padece bulimia se ve gorda, tiene una
idea distorsionada de su propio cuerpo, aunque presenta un peso normal y presenta
sentimientos permanentes de insatisfacción corporal, miedo a engordar, no es capaz de
controlar sus impulsos con la comida y no puede resistir el deseo de realizar un atracón.

Distorsiones cognitivas que se destacan:

1. Pensamiento dicotómico (Polarización): Divide la realidad en categorías


extremas y opuestas sin grados intermedios; p.e "Gordo frente a flaco“
2. Personalización: Relaciona los acontecimientos con la propia conducta o
como referidos a si misma sin base real (p.e en una chica inhábil socialmente
que cree: "Me rechazan por mi aspecto").
3. Sobreestimación de la imagen corporal: ​Se perciben más grueso de lo que
son.

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4. Autovaloración global y generalizada: ​Se estiman y valoran globalmente en
comparación con estándares sociales extremos (p.e "Si no tengo el cuerpo de
una modelo no valgo nada").

El descontrol de la ingesta y la restricción de la dieta que se producen en forma de


ciclos se relacionaría con las anteriores distorsiones cognitivas que interaccionan con
las necesidades biológicas de hambre en conflicto.

Modelo cognitivo de la bulimia

Ver la historia psicoevolutiva de desarrollo y la vulnerabilidad personal viendo:


- Desarrollo psicosexual
- Déficits en habilidades sociales
- Nuevas tareas de rol
- Actitudes perfeccionistas
- Valores culturales sobre la imagen y el cuerpo
- Significados sobre peso/imagen/autovaloración

Situaciones actuales activadoras

Ansiedad
- Estresores agudos o crónicos de tipo social, anímico, etc.
- Sensación de hambre
Estrategias de afrontamiento
- Descontrol de la ingesta
- Uso de laxantes, vómitos, etc.
Efectos-consecuencias
- Corto-plazo: Reducción de la ansiedad, distracción del estrés, control ilusorio
- Largo plazo: Incremento del malestar, culpa, disforia, etc.

Entre los ​factores causales más importantes recogidos por la literatura sobre el tema
para ambos trastornos están: 1) la presión cultural a la mujer para ser delgada; 2) el
deseo para alcanzar una imagen idealizada de cuerpo perfecto para compensar la baja
autoestima y el miedo a ser rechazada; 3) estados emocionales negativos, con presencia
generalmente de ansiedad y depresión; 4) estrés interpersonal con desarrollo de pocas
habilidades asertivas y de resolución de problemas; 5) hábitos alimentarios y control

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del peso pobres, potenciados por el intento de seguir una dieta rígida irreal y
drásticamente restrictiva; y 6) pensamientos desadaptados sobre nutrición, peso y
apariencia física.

Tratamiento interdisciplinario de los trastornos de la conducta alimentaria

Los grupos interdisciplinarios para el tratamiento de enfermedades crónicas surgen de


la ausencia de tratamientos específicos que puedan ser aplicados por un solo médico
tratante.
En el caso de los trastornos de la conducta alimentaria, además de lo anterior, se agrega
la gran dificultad de que no existen tratamientos farmacológicos o nutricionales de
eficacia demostrada.
El tratamiento se basa en programas más o menos estructurados que incluyen:
1. La psicoterapia ​(ya sea cognitivo conductual, psicoanalítica, familiar)
pretende cambiar las conductas alimentarias y los pensamientos irracionales,
explorar qué función tiene el síntoma, para así favorecer la construcción de
estrategias emocionales adecuadas. La psicoterapia familiar pretende
modificar las relaciones entre los miembros.
2. Las estrategias de apoyo durante el proceso psicoterapéutico que
incluyen: a) vigilancia y tratamiento de las comorbilidades endocrinas,
metabólicas, gastrointestinales, etc.; b) vigilancia y tratamiento de las
co-morbilidades psiquiátricas: depresión, trastornos obsesivos compulsivos,
alteraciones del sueño, etc.
3. Un programa psicoeducativo que permita una mejor comprensión del
padecimiento tanto al paciente como a sus familiares. ​Sostiene que el
tratamiento eficaz debe tener en cuenta la interdependencia entre la mente y
los factores biológicos que sufra la persona. En estos programas se da una
noción más clara de que el tratamiento no es una intervención puntual sino un
proceso gradual que lleva meses o años.

La Psicoterapia Cognitiva se caracteriza por ser un tratamiento:


- Activo: ya que terapeuta y paciente cumplen ambos roles activos en la terapia.
- Directivo: el terapeuta es el que dirige mediante sus intervenciones dicho
tratamiento.
- Estructurado: existen ciertos pasos a seguir para la realización del mismo.
- Con tiempos limitados: se planifica el trabajo terapéutico acotando el mismo a
cierto período de tiempo.
La Psicoterapia Cognitiva ​es un procedimiento que se desarrolló originalmente para
tratar la depresión, pero actualmente se desarrollaron diseños que permitieron tratar
otros trastornos y otras diversas problemáticas humanas. El tratamiento se basa
fundamentalmente en el supuesto teórico de que la conducta y los afectos de una

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persona se encuentran determinados por su forma de estructurar el mundo (Beck,
1976).
El esquema básico de la Terapia Cognitiva puede ser graficado como un triángulo en
donde en cada vértice podemos ubicar a los pensamientos o cogniciones, la conducta y
la emoción.
Los pensamientos se relacionan estrechamente con las emociones y las conductas, entre
todas existe una influencia recíproca pero ésta no debe ser entendida como una
causación. Cuando el circuito está establecido basta que aparezca un leve pensamiento
o emoción para que todo se active. Recordemos que las creencias las personas las
construyeron a partir de experiencias y procesos cognitivos particulares, por eso la
Terapia Cognitiva se valdrá de estos mismos elementos para el trabajo clínico. El
terapeuta junto con el paciente tratará de crear experiencias para contrastar sus
creencias.

IV. CONCLUSIONES

● Podemos desglosar que los pacientes con TCA evidencian deterioro en la flexibilidad
cognitiva y la planificación debido al daño infringido en todo su sistema sin que los
mismos tengan conciencia de ello, por lo que el desempeño en actividades cotidianas
se puede ver afectado en diferentes grados.

● En la actualidad tanto las redes sociales como los medios de comunicación juegan un
papel muy importante en la formación de estereotipos a seguir por las diferentes
personas, por ello es muy importante conocer y reforzar el desarrollo de las personas
en riesgo, más aún si se encuentran entre los 15 y 24 años ya que esa edad puede ser
de riesgo lo que se ve incrementado si la persona carece de autoestima y un buen
autoconcepto.

● Para lograr una eficaz intervención es importante saber que el enfoque


multidisciplinar es el que nos ayudará para una pronta recuperación, el tratamiento
médico sumado a la psicoterapia cognitiva restaurarán los déficit nutricionales y el
concepto que tiene cada uno de sí mismo.

● A óptica grupal hicimos un símil entre los trastornos alimentarios y las conductas
adictivas donde identificamos no en la totalidad, pero sí en una buena parte,
conductas que caracterizan ambas problemáticas, como la compulsión, evitación,
ansiedad, inseguridad, entrega a la recompensa inmediata sin tener en cuenta las
consecuencias del comportamiento a largo plazo, dificultades para detener el
consumo, malestar físico; podríamos tomarlo como una adicción a no comer o una
adicción al atracón, es como una adicción retorcida a un comportamiento negativo.

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BIBLIOGRAFÍA EN APA

○ La Mente es Maravillosa. 2020. ​¿Qué Son Las Distorsiones Cognitivas?​.


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<https://lamenteesmaravillosa.com/que-son-las-distorsiones-cognitivas/>
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senderismo, U., leyendas, T., personalidad, V. and TLPs, Á., 2020.
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○ http​://www.nicolasmorenopsicologo.com/sd/3depre_distorsiones.php

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