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Explicación del caso Anheuser-Bush InBev SA/NV en

Ecuador por motivo de su concentración económica a escala


mundial con SABMiller
En el mes de noviembre del año 2015 las productoras cerveceras más grandes del
mundo, AB InBev y SABMiller, tomaron la decisión de concentrarse económicamente,
esto obviamente resulto ser de interés mundial, pues de darse por concluida dicho
trámite, la entidad resultante de dicha concentración tendría en su poder una tercera
parte del mercado mundial de la cerveza, ya que en su amplio catálogo constan varias
marcas muy reconocibles como podrían ser Corona Extra o Budweiser, al tener tanta
presencia en el mercado, AB InBev tiene varias sedes, fabricas productoras y canales de
comercialización alrededor del mundo, por esta razón, con el motivo de proceder con el
proceso de concentración económica con SABMiller, tenían que gestionarlo de manera
legal en todos los países en los que tenían influencia, entre estos, varios países europeos
y Ecuador.

Para iniciar en los países europeos en los que se debió tramitar se establecieron ciertos
principios básicos para las concentraciones económicas, los cuales son; la certeza de la
medida para impedir efectos anticompetitivos en el mercado, la posibilidad de que la
disposición pueda ser efectuada y realizada por el operador económico concentrado, y el
corto plazo en la implementación de la medida a ser tomada por los operadores. Dado
que con estos principios una concentración económica estándar se puede dar y aprobar
con normalidad, son tomados como base estructural para todo organismo encargado del
control de concentraciones económicas, esto para la mayoría de países, que tienen una
economía capitalista.

Pero, ¿Qué paso en Ecuador y porque es tan notable el caso en nuestro país? La SPCM
dicto once condiciones para que esta concentración económica se pueda dar, que, de
manera resumida, establecían los tres principios básicos antes mencionados, establecían
medidas a futuras conductas y acciones que puedan afectar de manera negativa al
mercado, y distintas regulaciones de carácter social, como lo serian el apoyo a los
productores de cerveza artesanal, por medo de sus medios de producción y
comercialización, así como una condición que plantaba dar el 5% del capital social
concentrado, con estas circunstancias se puede notar un intento de retribución a la
sociedad de manera económica, además del apoyo a los terceros que adquieran las
acciones desinvertidas del concentrado económico resultante.

A pesar de esto, la concentración económica entre AB InBev y SABMiller acepto


dichas condiciones y el proceso siguió adelante, y en julio de 2016 la Comisión de
Resolución de Primera Instancia decidió aceptar la concentración, casi un año después
de que la notificación obligatoria previa haya sido dada por parte de AB InBev, pero el
superintendente de control de poder del mercado resolvió no aceptar el trámite, y en un
acto completamente sorpresivo, adjunto en el oficio una nueva condición, la
desinversión de la marca Club, lo que sí podría afectar de manera directa al mercado,
disminuyendo de manera significativa el poder del mercado que el agente concentrado
tenia después de la concentración, aun así, AB InBev decidió aceptar estas condiciones,
a pesar que de esta forma, AB InBev no solo no ganaría, perdería un aproximado del 9%
en la concentración con SABMiller.

De esta forma vemos como las condiciones planteadas por la SCPM fueron de dudosa
eficacia, al dificultar y extender tanto este proceso, que normalmente no tardaría más de
4 meses, y el afectar tanto a AB InBev con la desinversión de la marca Club.

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