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Valoracion cefalocaudal

Paciente masculino de 30 años que acude a servicio de urgencias a nuestro

Centro por empeoramiento anímico con ideación suicida.

Consciente, orientado. Aspecto físico cuidado. Evita contacto visual.

Abordable y colaborador. Hipomimia. Lenguaje enlentecido con tono de voz baja .

Ánimo depresivo con sentimientos de tristeza, que presenta ritmo circadiano.

Vacío existencial. Anergía, apatía, anhedonia, dificultad de concentración. Pérdida

de ilusión de interés. Tendencia al aislamiento social. ideas de minusvalía y cuerpo.

Baja tolerancia a la frustración. Impulsividad. Ideación suicida escasamente

estructurada. No se aprecia alteración del curso ni del contenido del pensamiento de

tipo delirante.

Niega alteraciones sensoperceptivas. Hiporexia con pérdida ponderal no

cuantificada. insomnio de conciliación. Despertar precoz.

- Cabeza: Simétrica, sin presencia de hematomas o abrasiones

- Cuello: dolor cervical, sin ingurgitación yugular o presencia de heridas visibles

- Cabello: Castaño corto sin presencia de lesiones visibles.

- Ojos: ojos simétricos, con presencia de midriasis y sensibilidad a la luz, no se

observa presencia de secreciones.

- Nariz: sin heridas visibles.

- Orejas: simétricas, sin presencia de secreciones

- Labios: pálidos, se observa signos de deshidratación, no se observan heridas

o pérdidas de fluidos

- Piezas dentales: completas con presencia de halitosis

- Lengua: se encuentra libre de lesiones, presencia de deshidratación

- Vello facial: si presencia


- Tórax: se procede a la auscultación, palpación, percusión, inspección, se

observa la expresión correcta de tórax

- Abdomen: no hay dolor en la zona de palpación profunda

- Piel: sin presencia de edemas, piel acorde a su edad, se observan presencia

de tatuajes, tez blanca.

- Extremidades: sin presencia de heridas, vello mínimo

- Dedos: sin lesiones

- Uñas: cortas sin presencia de micosis u alteraciones

Conclusión:

Debido a la magnitud del problema, la disminución de la conducta suicida

debe convertirse en una prioridad en las agendas políticas, sociales, mediáticas y

también sanitarias, donde se necesita una mayor concienciación y capacitación de

sus profesionales, a través del conocimiento de las claves de su prevención e

intervención.

Nosotros como personal de enfermeria, a través de una adecuada vigilancia

de la salud podemos ser capaces de saber detectar factores de riesgo de suicido en

la población atendida, reducir la influencia de estos factores, facilitar la consecución

de apoyos sociales e institucionales y ayudar a los trabajadores, que están

pensando en el suicidio como única salida a una situación problemática en su vida,

a buscar soluciones alternativas, dándoles apoyo y esperanza.

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