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Unidad 7
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Literatura
a. Ordena la secuencia del cuento. Escribe entre los paréntesis el número que corresponde.
(___) El hombre regresa a casa a observar la montaña que ha devorado.
(___) El hombre decide comerse la montaña.
(___) El hombre mastica todo cuanto está al alcance de su boca.
(___) Nadie admitirá que se comieron la montaña, darán otras razones.
b. Responde las siguientes preguntas:
•• ¿Quién es el personaje del cuento “La montaña”? ¿Qué opinión tiene el de sí mismo?
c. Identifica y marca el nombre de los personajes que no admitirán la desaparición de la montaña a causa de
un devorador. Luego, justifica tu elección.
La lechuza dormilona
©EDUCACTIVA S.A.C. Prohibido fotocopiar. D.L. 822
Cuando iba a la escuela por la mañana y por la tarde, no podía impedir cerrar los ojos y quedarme dormida. Los
demás me llamaban la lechuza dormilona. Y siempre sacaba malas notas. Entonces, fui a hablar con la profesora y
le pedí que diera clase por la noche. Ahora, yo soy la que más atiende. Tengo los ojos bien abiertos, y veo todo lo
que la maestra escribe en el tablero. ¡Y los demás se quedan dormidos!
Lanzas, D. Los animales cuentan 365 historias. (Adaptación)
Personajes
Espacio donde ocurren los hechos
Tipo de narrador
Unidad 7
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Leemos
¿En qué espacio o lugar ocurren los hechos que se narran ¿En qué tiempo ocurren o se narran los hechos que se
en este cuento? narran en el cuento?
Blancaflor
Érase un joven gastador que no le gustaba trabajar. Un día se le presentó un misterioso caballero y le dijo:
–Si me prometes que al cabo de veinte años vas a buscarme, tendrás todo cuanto quieras; cada vez que metas las
manos en el bolsillo las sacarás llenas de oro.
–¿Por dónde iré a buscarle? –dijo el mozo.
–Pregunta por el Castillo de Oro, allí te espero.
Hicieron el contrato y el misterioso caballero desapareció. El joven vivía feliz, lleno de riquezas, pues nada más
meter las manos en el bolsillo las sacaba con monedas de oro. Pasó un día y otro día, un año y otro año, hasta veinte
pasaron, el plazo se cumplió y el mozo echó a andar, pregunta que te pregunta por el Castillo de Oro. Llegó a un
monte lleno de pájaros de todos colores y volvió a preguntar. Los pájaros tampoco lo sabían, pero le dijeron que
vendría el Ave tamaña, que tal vez pudiera ayudarle, aunque mejor se escondiese porque nunca se sabe el humor de
un Ave. A la noche llegó el Ave tamaña; entonces un gorrioncillo decidido va y le dice:
–Señora, hay un mozo que pregunta por el Castillo de Oro, y solo tú puedes ayudarle.
–¿Dónde está el mozo? –graznó el Ave tamaña.
–Aquí, señora Ave.
©EDUCACTIVA S.A.C. Prohibido fotocopiar. D.L. 822
–¡Desdichado de ti..., desdichado de ti...! –dijo el Ave–. Aquel caballero que te llenó de oro es un mago poderoso,
muy malo. Cuando te vea te mandará tres trabajos imposibles; si no los haces, te matará.
Recuperado de http://goo.gl/Y83wBX (Fragmento)
Unidad 7
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Literatura
Por un costado de la colina, que allí era pedregosa y empinada, se desprendió algo de gravilla que cayó rebotando y
saltando por entre los árboles. Mis ojos giraron instintivamente hacia esa dirección, y vi una figura que se escondía
con gran rapidez detrás del tronco de un pino. Lo que pudiera ser aquello, un oso, un hombre o un mico, no
podía decirlo a ciencia cierta, parecía oscura y peluda; no pude ver más. Pero ante esta nueva aparición me detuve
paralizado de terror.
Ahora estaba acorralado: a mis espaldas los asesinos, frente a mí aquella cosa indescriptible. Acechándome. […]
Al instante, la criatura apareció de nuevo, y dando un largo rodeo se me adelantó. Yo estaba cansado, pero aunque
hubiera estado tan fresco como si acabara de levantarme, comprendí que era inútil tratar de competir en velocidad
con aquel adversario. La criatura saltaba de un tronco a otro con la soltura de un gamo, corría como un ser humano
sobre las dos piernas, pero era diferente a todos los hombres que yo había visto, pues lo hacía encorvándose hacia
adelante, casi doblado. Sin embargo, era a todas luces humano, no me cabía ahora la menor duda. […] Me quedé
quieto, imaginando algún método de escape, y, mientras lo hacía, vino a mi mente el recuerdo de mi pistola.
Tan pronto compredí que no estaba indefenso, me llené de valor y decidí encarar a aquel hombre de la isla con
resolución; y eché a andar con paso firme hacia él.
Estaba oculto tras otro árbol, pero seguramente me estaba mirando con atención, pues tan pronto comencé a
moverme hacia él reapareció y dio un paso hacia mí.
Stevenson, R. L. La isla del tesoro. (Fragmento)
a. ¿Cuál es la aventura que se narra? Menciona las acciones que realiza el protagonista.
7. Observa con atención la imagen. Con tus observaciones escribe un breve texto narrativo.
©EDUCACTIVA S.A.C. Prohibido fotocopiar. D.L. 822
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