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CICLOS DE LA VIOLENCIA:
Existen tres fases en que se produce y reproduce la
violencia: acumulación de tensión, estallido de
violencia y luna de miel. La articulación de estos
momentos da origen a lo que conocemos como círculo
de la violencia.
Acumulación de tensión: Esta es la fase más difícil de
identificar, su elemento principal es la violencia
psicológica, Usualmente dura unas semanas o incluso
hasta meses, en ese periodo el agresor manifiesta cada
vez mayor irritabilidad, intolerancia y frustración:
insulta, aísla, crítica, humilla, responsabiliza de su
estado de ánimo, cela, deja de hablar, discute y no te
permite hablar, en otras palabras se pierde la
comunicación, Las víctimas sienten como un peligro
que las hace actuar de manera precipitada, tratan de
anticipar que el agresor no se ponga de mal humor. En
estas circunstancias la mujer suele justificar la
conducta agresiva con frases como “yo lo provoque” o
“me cela porque me quiere”.
Estallido de violencia: Es el resultado de la tensión
acumulada. Se pierde toda posibilidad de
comunicación con el agresor y descarga sus tensiones.
Después del incidente violento que no sólo son
agresiones físicas sino también, maltrato psicológico
(intimidación, menosprecio, humillaciones),
relaciones sexuales forzadas y otras formas de
coacción sexual, junto con comportamientos
dominantes y de abuso tales como, por ejemplo, acoso
verbal, destrucción de propiedades de la víctima o
aislamiento, es posible que el mismo agresor cure las
lesiones de su víctima o la lleve al hospital
argumentando que se trató de un “accidente”.
Luna de miel: En esta fase se inicia un periodo de
reconciliación, esta fase puede durar días, semanas e
incluso meses, el agresor se muestra arrepentido, no
por el hecho de haber estallado sino por haberse
excedido en la manera de hacerlo, pide disculpas y
promete que el incidente no volverá a suceder. La
víctima quiere creer que esto es verdad. El abusador
puede lucir vulnerable, causando en la víctima un
sentimiento de culpa y responsabilidad por el
bienestar del abusador. La víctima puede sentirse
agotada y los niños pueden convertirse en cuidadores,
tomando la responsabilidad de mantener la paz. Tras
varias repeticiones del ciclo, la fase de la
reconciliación desaparece, pasando de la
“acumulación de tensión” al “estallido de violencia”.
En este caso las agresiones serán cada vez más
violentas.
Cuando la mujer está inmersa en el círculo de la
violencia, se cree responsable de la conducta de su
pareja. Desarrolla sentimientos de culpa y vergüenza
por ser incapaz de terminar con la relación. Cree que
evitará el daño callando, encubriendo a su agresor,
teniendo relaciones sexuales a su pesar y tolerando el
maltrato reiterado a sus hijas e hijos. Lo que la
mayoría de las mujeres desconoce es que cuando la
violencia se haga más frecuente y severa, las víctimas
desarrollarán síntomas depresivos, apatía, indefensión
y desesperanza. No actuar a tiempo podría causar
daños irreparables en su salud y, en un caso extremo,
la muerte.
Secuelas de violencia:
Depresión, ansiedad, trastorno del sueño, trastorno por
estrés postraumático, trastornos de la conducta
alimentaria, intento de suicidio, abuso de alcohol,
drogas y psicofármacos. Así como miedo, aislamiento
social, baja autoestima, irritabilidad, labilidad
emocional, dificultades para concentrarse, rabia y
algunas dirigen su rabia hacia sí mismas (suicidio,
automutilación, maltrato a los hijos), falta de
asertividad, pérdida de seguridad, sensación de
indefensión, percepción de vulnerabilidad,
sentimiento de responsabilidad y culpabilidad por el
incidente traumático)
Es por ello que es importante acudir con un psicólogo,
pues al enfrentar este hecho traumático junto a un
psicoterapeuta y poder hablar con confianza y con
libertad sobre el hecho traumático a alguien que no te
juzga sobre tus sentimientos y tus experiencias
reprimidas, estás dejando expresar tus pensamientos y
sensaciones ocultos, lo cual a lo largo de las sesiones
te ayudará a liberar tu carga emocional, y te hará
sentir al menos un poco aliviada, lo cual, además de
ayudarte a superar ese evento traumático te irá
sanando poco a poco y podrás recuperar ese
empoderamiento y autoestima.
Acciones para prevenir la violencia familiar: