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Adolescencia
Carrera:Licenciatura en Administración
Catedra: Doctrina Social de la Iglesia
Alumno: Cristian Leandro Vilar
Año:2013
Presentación
El porque de este trabajo
El presente trabajo fue elegido por que el alcoholismo es un tema que esta en nuestra
sociedad desde hace tiempo y no es tomado con mucha seriedad y responsabilidad por
muchos adultos y esa falta de seriedad y responsabilidad se esta potenciando cada vez mas
en los adolescentes, que cada vez empiezan en una edad mas temprana abarcando tanto a
hombres como mujeres.-
Planes propuestos
Enseñanza de la iglesia
La escritura nos dice que debemos evitar toda especie de mal. La manera de obedecer esto
donde el alcohol anda metido, es de evitarlo por completo. Debemos considerar nuestra
reputación dentro de la iglesia y la reputación de la iglesia ante los ojos del mundo. Para
algunos, la abstención puede parecer muy extrema, pero es una solución garantizada para
todos los problemas causados por el alcohol. Sin el Espíritu Santo esto puede ser difícil o
imposible de lograr, pero con el Espíritu Santo no es difícil lograr. El Espíritu da poder para
vencer. Dios nos hace criaturas completamente nuevas, con nuevos amores y deseos. Él quita
al mismo deseo, para que ya no tengamos más el deseo de beber. Además, el Espíritu nos da
todo el gozo, la paz, el alivio y la satisfacción que necesita. El alcohol puede dar un gozo
temporal y un escape temporal de nuestros problemas, pero el Espíritu Santo nos da el gozo
permanente y soluciones permanentes a nuestros problemas
Contenido
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El alcohol y el alcoholismo
El alcohol es una droga como cualquier otra, con la única diferencia que es legal.
Alcoholismo, es una enfermedad, caracterizada por la ingesta de alcohol que a medida que se
excede el consumo consciente, causa daños en el buen juicio del bebedor y en su salud. Esta
adicción no solo afecta al bebedor, sino también, a los familiares y a todo su y a su entorno.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) define el alcoholismo como la ingestión diaria
de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un
combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de vino 30
gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos). El alcoholismo parece ser producido por la
combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y genéticos.
El abstemio: son aquellas personas que no beben nunca o muy rara vez.
El bebedor moderado: nos referimos a aquellas personas que solo beben en casos especiales.
El bebedor fuerte: este considera a la bebida como algo importante en su vida, y que sin ella
todo sería aburrido.
Y finalmente tenemos al alcohólico estos son individuos que continúan bebiendo aún cuando
conocen los problemas que les ocasiona la bebida y tienen una fuerte dependencia.
El alcohol se está considerando cada vez más como una droga que modifica el estado de
ánimo, y menos como una parte de la alimentación, una costumbre social o un rito religioso.
Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un
daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.
El consumo de alcohol es un hábito, forma parte de los llamados estilos de vida, estando
ampliamente extendido y culturalmente aceptado en la mayoría de los países occidentales.
Por tanto, no es solo un comportamiento individual, sino que se encuentra fuertemente
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influenciado por normas sociales y por el contexto socioeconómico y cultural en el que
vivimos. Cambios en estos contextos se acompañan de cambios en el uso / abuso de alcohol.
Uno de esos cambios está siendo la incorporación generalizada de los adolescentes y jóvenes
al consumo de alcohol. El consumo juvenil del alcohol presenta hoy unas características
propias que han generado una “cultura del consumo de alcohol” diferenciada del consumo
tradicional.
El problema, por tanto, no es que beban sino que sus formas de beber están más lejos del
modelo tradicional y tienen que ver con sus estilos de vida y su manera de divertirse, con su
manera de estar y de proyectarse en el mundo. Para analizar esta situación debemos hacerlo
desde una triple dimensión: desde el adolescente, desde la sustancia, en este caso el alcohol,
y desde el contexto actual: los valores de nuestra sociedad, el sistema productivo, la
publicidad, el papel de la familia, de la escuela, de los grupos de iguales, etc.
La adolescencia es un tiempo de enormes cambios que a menudo pueden ser confusos para
un adolescente. Saber lo que significa ser un adolescente puede ayudarle a estar más cerca de
su hijo/a y a ejercer una influencia mayor en las decisiones que él/ella deben tomar, incluso
aquellas decisiones relacionadas al consumo del alcohol.
Cambios físicos. La mayoría de los jóvenes de 10-14 años experimentan un aumento rápido
de estatura y de peso, al igual que el comienzo de su desarrollo sexual. Como resultado,
muchos están más pendientes de su cuerpo que cuando eran más pequeños y comienzan a
compararse con otros jóvenes y a preguntarse si son suficientemente altos(as),
suficientemente delgados(as), suficientemente fuertes, suficientemente atractivos(as). Un
adolescente que siente que de alguna forma no da la talla, tienen mayor probabilidad de
hacer cosas para agradar a los amigos, incluso experimentar con el alcohol. Durante este
tiempo de vulnerabilidad, es particularmente importante que le deje saber a sus hijos(as) que
ante sus ojos, sí dan la talla y que son muy importantes para usted.
Destrezas de pensamiento. La mayoría de los adolescentes aún están muy orientados hacia el
"ahora" y sólo comienzan a entender que sus acciones -como el consumo de alcohol- tienen
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consecuencias. Además, tienden a creer que nada malo les va a suceder, lo que contribuye a
explicar por qué a menudo toman riesgos indebidos. Por lo tanto, es importante que los
adultos inviertan tiempo para ayudar a los jóvenes a entender cómo y por qué los
riesgos relacionados con el alcohol sí les conciernen.
Cambios sociales y emocionales. A medida que los niños se acercan a la adolescencia, los
amigos y "la aceptación" cobran más importancia. Los adolescentes jóvenes comienzan a
cuestionar los valores y las reglas de los adultos y tienden a buscar en su grupo de amigos, y a
través de los medios, las claves de cómo deben comportarse. Dado a este desarrollo normal,
quizás no debe sorprendernos que los padres a menudo tengan conflictos con sus hijos(as)
según atraviesan los primeros años de la adolescencia. Durante este tiempo, a veces
turbulento, quizás el reto más grande para los padres sea lograr un balance entre proveerles
su apoyo y establecer los límites adecuados, y respetar la necesidad cada vez mayor de
independencia de su hijo(a).
Para algunos, significa el falso atractivo de entrar en el mundo de los adultos y romper con las
pautas que marcan el universo de la niñez. Para muchos más, en cambio, no hay verdadera
diversión sin alcohol de por medio, y ello porque el alcohol, aun consumido en pequeñas
cantidades, estimula la corteza cerebral y vuelve a las personas más desenfadadas y
ocurrentes. El problema es que tras esos primeros efectos de euforia aparece una pérdida de
autocontrol y las personas asumen conductas que sin el catalizador etílico no serían capaces
de adoptar.
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Nuestro país tiene más de 1.265.000 alcohólicos mayores de 16 años, pero lo sintomático del
futuro nada promisorio es que tiene más de 800.000 menores de entre 12 y 15 años que ya
consumen alcohol regularmente.
La afición por el alcohol se ha convertido en un hábito que tiene hondo enraizamiento en las
franjas más jóvenes de la sociedad.
Al traspasar los límites de una ingesta moderada y esporádica, los bebedores de alcohol
-tanto más cuando se trata de jóvenes- se arriesgan a transformarse en adictos.
Las cifras del consumo juvenil comienzan a ser preocupantes por su progresivo asentamiento
y, sobre todo, por las pocas barreras capaces de contrarrestar su incidencia.
El alcohol representa una droga "lícita" con la cual se inician los jóvenes en el vicio adictivo
porque es barato, accesible y socialmente aceptado. Las organizaciones criminales lo utilizan
como una puerta a nuevas experiencias dado que trabaja abriendo brechas en las que se
infiltra, gradualmente, el concepto de iniciación en el consumo.
El exceso en el consumo de alcohol suele ser el primer paso antes de probar la marihuana o la
cocaína. El alcohol es, en muchos casos, el camino a la droga y muchísimos jóvenes han
comenzado a transitarlo.
¿Culpas de la sociedad...?
Las bebidas alcohólicas suelen aparecer asociadas con el éxito social, en los negocios o en el
deporte. Los momentos más románticos se acompañan con vino o champagne. La cerveza
patrocina al seleccionado nacional de fútbol... Y la lista podría seguir indefinidamente.
Muchas cosas generan que el adolescente beba, entre ellas la presión de los grupos de
adolescentes. A menudo, el consumo de alcohol es exaltado como un reto que convierte el
abuso en un falso valor.
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Hay, además, una cultura que favorece el consumo del alcohol. Además, muchos de los
espectáculos deportivos, que tienen por mayoría de público gente joven, tienen como
publicidad marcas de conocidas bebidas alcohólicas, y sin ir muy lejos, la selección nacional
tiene como patrocinio la marca de cerveza más conocida de la Argentina.
Los alcohólicos comenten suicidio entre 6 y 15 veces más que la población normal.
Los hijos de alcohólicos tienen 4 veces más posibilidades de serlo que los hijos de no
alcohólicos.
Por lo mismo que los adultos. No tanto por el sabor sino por el efecto. Hay una cierta
hipocresía social acerca de este tema, que nos impide ver claro que el alcohol "pega" y que en
eso consiste su éxito. Es una droga; una droga legal, pero una droga. Y aun más: una droga
encantadora, sensacional, socializante, divertida, accesible, barata, generalmente manejable.
Los chicos toman alcohol para sentir la libertad y la distensión que a los adultos tanto nos
gusta sentir al tomar cerveza, vino, champagne o whisky. El problema es que mientras los
adultos pueden manejar su consumo, por experiencia y porque la madurez aumenta la
capacidad de autoconocimiento y autocontrol, los chicos no evalúan correctamente los
peligros y pueden dañarse severamente.
El consumo de alcohol adolescente es uno de los temas más preocupantes para los padres
que adoran a sus hijos, un tema que quita el sueño y genera una comprensible angustia. El
problema merece ser abordado seria e imaginativamente.
¿Por qué los adultos no logran evitar que los jóvenes se maten bebiendo?
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Hay varias respuestas posibles:
Porque no saben tratar con los chicos cuando estos empiezan a hacerse adultos (tal
vez porque tampoco encontraron para sí mismos las respuestas que los chicos están
buscando y suelen pedir con una desesperación que hace tambalear todo a su paso).
Porque por más que dicen que no hay que tomar de más ellos mismos lo hacen (un
poco al modo en que muchos adultos de hoy dicen con indignación "los chicos no leen",
olvidando que jamás los verán con un libro en la mano).
Debe haber razones circunstanciales inmanejables, pero también es cierto y comprobable que
los adolescentes que no saben cuidarse son por lo general los que no están siendo bien
queridos, es decir, los que no sienten el contacto, la cercanía, la intimidad, con adultos
comprensivos y maduros (hay muchas personas con apariencia adulta que no lo es en
realidad).
Los chicos que corren más peligros son los que no tienen adultos emotivamente cercanos que
los ayuden a entenderse y a entender el mundo siempre complejo con el que los humanos
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tenemos que enfrentarnos. Porque un gran amor que no sabe generar esta cercanía no es
más que una emoción remota, escondida, casi diríamos un amor no realizado. No se trata
tanto de decir cuánto quiere uno a sus hijos, sino de hacer las cosas a las que ese amor nos
compromete y jugarnos por él.
Hay que tener en cuenta que el alcohol acompaña desde siempre a la civilización humana, en
todas partes del mundo. Son buenas las restricciones de venta a los menores de edad, los
controles estrictos en boliches, etc. Pero no son la solución completa.
Para poder cuidar a los chicos de los peligros de una ingesta excesiva, o de un hábito
temprano, es necesario:
1) Entender por qué el efecto del alcohol es tan buscado (no simplificar este punto, que es
clave, en una niebla moral falta de realidad).
2) Dar información realista acerca de los peligros, es decir, enseñar a tomar (no mezcles, no
manejes, tomá mucho agua, pará a tiempo, negarse no es de persona débil sino lo contrario),
es decir.
3) Ayudarlos a mejorar el control respecto de sus acciones (es decir, ayudarlos a madurar,
tratando no sólo el tema del alcohol sino las otras cuestiones que les preocupan)
5) Ayudarlos a madurar pero mediante una capacitación en la lucha por sus deseos, porque la
insistencia en el deber, y sobre todo en un deber desangelado, jamás resultó saludable para
nadie.
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Para todo eso los adultos tienen que aprender: a hablar con los chicos (a hablar, no a
putearlos o enseñarles desde una posición superior dudosa: hablar es compartir), y a
controlar ellos mismos sus propios excesos.
Es como todos los problemas sociales una gran tristeza que esta problemática no solo atrape
a los jóvenes sino que cada vez son más y de edades más jóvenes (casi niños). Donde las
autoridades parecen mirar para otros lados y no se preocupen del tema con la seriedad que
se merece, donde las políticas para erradicar esta situación que causa mucho mal a la
sociedad no se implementan con la eficiencia que se debería, pero principalmente se ve que
las familias toman el asunto del alcoholismo de los jóvenes con irresponsabilidad y
negligencia, donde parece que la educación en los hogares es muy indulgente con los jóvenes
y en muchos casos se ve como si el dialogo no existiera entre padres e hijos y ni hablar de las
familias que no se encuentran bien constituidas como grupos humanos de amor y respeto
entre sus integrantes.
Por eso es importante el dialogo con los jóvenes desde pequeños, pero en muchos casos con
los adultos (incluso hasta reeducarlos) para que estos puedan ayudar y dialogar de forma
responsable y razonable y entendiendo que de ellos depende el camino que tomaran los
jóvenes en su vida, no solo en esta cuestión especifica del alcohol si no en cada aspecto de su
vida. Además las autoridades y todos los grupos sociales que forman parte de una comunidad
como sociedad se comprometan en forma seria y responsable para tratar de solucionar y
ayudar a los más jóvenes en esta situación que es apremiante hoy día en casi todas las
sociedades.-
Bibliografia
www.claramente.com.ar/.../alcoholismo_en_la_adolescencia.htm
http://alcohol-adolescente.blogspot.com/
http://www.prevencionalcohol.com/2008-01/algunas-estadisticas-sobre-
alcoholismo/
http://www.lanacion.com.ar/1352482-por-que-toman-alcohol-los-jovenes