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Empecemos por sentarnos cómodamente, con la espalda recta.

O si prefieres tumbarte, puedes


hacerlo. Este ejercicio comenzará con el sonido de una campana... cuando escuches el sonido de la
campana, intenta concentrarte en él todo lo que puedas.
(Sonido de campana)

Mantén los ojos cerrados (Pausa) permite que tus manos descansen sobre tus piernas o sobre tu
regazo. Tómate unos momentos para comprobar cómo se siente tu cuerpo. (Pausa)

Ahora, cuando estés preparado, permite que el foco de tu atención se desplace hacia los sonidos que
te rodean. (Pausa) Lentamente, lleve tu conciencia a estos sonidos.

Fíjate en los sonidos que escuchas (Pausa)... en esta habitación, fuera de ella, cerca y lejos. Sin
hacer ningún esfuerzo para escuchar los sonidos, simplemente permite que los sonidos lleguen a ti.
(Pausa)

Observa cuando tu mente empieza a distraerse con los recuerdos. (Pausa) Es natural que tu mente
divague. (Pausa) Cuando eso ocurra, redirige suavemente tu atención a los sonidos que te rodean.

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