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Gelson A.

Pérez Pérez

Matrícula 13-6263

Sección 22

Asignatura

Español II

Tema :UNIDAD XII El ensayo

Facilitadora

Jilma Suero Castro


ACTIVIDADES DE LA QUINTA SEMANA

UNIDAD XII El ensayo

Ejercicios de asimilación

I- Desarrolla las cuestiones siguientes:

1.- ¿Qué es un ensayo?

Es una composición literaria que tiene por objeto presentar las ideas del autor
sobre un tema y que se centra, por lo general, en un aspecto concreto. Con
frecuencia, aunque no siempre, el ensayo es breve y presenta un estilo informal.
El género se diferencia así de otras formas de exposiciones como la tesis, la
disertación o el tratado.

2.- Describe el papel de las funciones denotativa y connotativa


del lenguaje en el ámbito del ensayo.

El Lenguaje Denotativo es cuando el texto es totalmente objetivo. En este tipo de


textos no se aplican los recursos de la poesía por ejemplo: La personificación, la
comparación, la metáfora, etc.

El Lenguaje Connotativo cuando un texto está escrito de manera connotativa,


significa que es subjetivo. Por ejemplo los poemas normalmente son connotativos
ya que tienen el uso de la metáfora, la hipérbole, la personificación. Estos
elementos hacen que el texto no sea directo y no este escrito tal como algo estaría
escrito en un diccionario.

Un ejemplo más claro sobre la función denotativa y connotativa, es la siguiente:

Denotación: Es una jirafa (animal)


Connotación : Es una jirafa (hombre alto) 

3.- El ensayo es una reflexión personal del autor. Sin embargo, se


recomienda hacer una documentación del tema antes de empezar
a escribir. ¿Por qué?

Son muchas razones por las que proceden a la limitación del tema a tartar, según
Félix Fernández, sugiere que aprovechen en primer lugar, las cotutoras naturales
que presentan los hechos, es decir, causas, con consecuencias del presente,
pasado y futuro.
4.- ¿Cuáles son las características del ensayo?

 Breve: que no le falte ni le sobre nada. No es tan fácil ser breve. Un ensayo no
va más allá de 4 ó 5 hojas tamaño carta, a máquina o en computadora, a
doble espacio, por un solo lado.
 Unitario: debe versar sobre un solo tema, sin abordar otros. Es como un solo
capítulo, todo seguido.
 Objetivo: debe emplearse un lenguaje impersonal, objetivo, científico, técnico.
No utilizar el lenguaje coloquial, ni el literario ni el periodístico.
 Personal: debe ser el resultado de todo un proceso personal, además de
incursionar en las propuestas individuales acerca de determinado tema.

II.- Lee detenidamente el siguiente ensayo. Responde las


interrogantes que aparecen al pie del mismo:

Para un arte de escribir

Jorge Mañach

Cubano (1898 – 1961)

Evidentemente, escribir es sólo cuestión de tener algo que decir y de decirlo lo


mejor posible. Por lo tanto, de substancia y de forma.
Prescindamospor el momento de lo que resulta anterior aún a eso, que es la
preparación general, el fondo de cultura y de adiestramiento específico
indispensable para tener algún depósito contra el cual girar. Sobre eso vendremos
luego, aunque sea previo. Asumamos que ese fondo existe en mayor o menor
medida, y que nuestro escritor en ciernes experimenta unas ganas irresistibles de
expresarse literariamente. Lo primero, repito, en ese trámite, es lo que se quiere
decir: la substancia.
La substancia puede ser de índole muy variada; substancia de pensamiento,
substancia de cosas o substancia de emoción. En otras palabras: el escritor
se pone ante la cuartilla como un meditador, como un “reportador” o como un
poeta…aunque sea en prosa. Obviamente, el trance menos severo es el del que
llamo “reportador”. Tiene éste el mundo, o una parcela de él, frente a sí. Las
cosas que se propone entresacar de él y revelar o destacar al lector están ahí: es
sólo cuestión de elegirlas con acierto, por lo que tienen de insólitas o, al contrario,
de características; por lo que tienen en todo caso, de significativas. Si no ve eso,
no vale la pena que escriba. El escritor es por definición, un señor que cree ver
más o mejor que los demás. No hay modo de quitarle al oficio esa vanidad. Y ya
el ver claras las cosas significativas, el verlas con su propio perfil, no es poca
substancia. De los buenos informadores, entran pocos en libra.
Otro modo de substancia esla emoción que se experimenta ante las cosas o
por la ausencia y nostalgia de ellas. Es la materia del poeta; del escritor de
sensibilidad o el escritor de fantasía. El primero es el que se conmueve con
presencias; el segundo, el que se emociona con ausencias. Aquél podrá informar
primero de las cosas que le impresionan, como en el caso del cronista o del
narrador, pero lo más importante de su materia será siempre la herida que ellas
hacen en su sensibilidad, y su acierto expresivo consiste en respirar por esa
herida. El segundo se crea un mundo a su gusto o su angustia. Tendrá que ser
un mundo interesante, un mundo en que el aleteo de su fantasía sea bastante
vigoroso para despertar la fantasía que los demás hombres llevan dormida.
Y finalmente, está el escritor cuya materia es el pensamiento. Se parece mucho al
escritor emotivo; sólo que en él la sensibilidad es de la inteligencia y de la
conciencia, y consiste en la aptitud para reaccionar con ideas ante las cosas del
mundo, o ante las ideas mismas de él y de los demás.
Es evidente que esas substancias _ imágenes de cosas, emociones, ideas_, se
tienen o no se tienen cuando se va a escribir. No sé que haya ninguna fórmula
para hacerse de ellas, para agenciárselas a la fuerza. La cultura contribuye
mucho a esa dotación, pero si no va acompañada de sensibilidad, la cultura por sí
sola no vale. Hay mucha gente cultísima que no sabe escribir, no ya porque
carezca de la técnica del caso, a que luego me referiré, sino porque tiene lo que
pudiéramos llamar la cultura pasiva, sin vibración de sensibilidad bastante para
irradiar las substancias de ella. Miran, sienten y piensan para sí. La experiencia
del mirar, el sentir y el pensar no los llena y estremece al punto de que necesiten
desbordarse en la comunicación literaria. El escritor genuino es siempre una
sensibilidad que no puede contenerse. Por eso generalmente, se les paga tan
mal.
Una vez en posesión de esa materia efusiva, el problema del escritor es
precisamente la efusión; cómo expresarla, cómo sacársela de dentro y darle un
cauce comunicativo. Y aquí me parece que no hay más que dos vías posibles: la
de la inspiración y la del método.
La inspiración es un modo de expresarse que, misteriosamente, se ordena a sí
mismo. Es propio de los escritores poéticos, pero no patrimonio exclusivo de
ellos. Hay días en que también el reportador ve las cosas más significativas que
nunca; impudorosamente parecen mostrarle de por sí su perfil desnudo y
agruparse en su justa jerarquía, sin que haya más que trasladar al papel su
misteriosa espontaneidad. También el meditador habitualmente afanado tras la
esquivez y sutileza de los conceptos, tiene días en que éstos se le echan encima
como un rumoroso enjambre y le punzan lo más delicado de la conciencia, como
si quisieran incitarle al hallazgo y la plenitud. En esos días, se dice que se está
“inspirado”.
Vaya usted a saber de qué depende eso. A lo mejor, de una buena digestión, de
una víspera de sueño reparador. O tal vez de un culto destilamiento que
lentamente se le ha ido produciendo entre los cuarzos del espíritu.
La inspiración, pues, es un estado de gracia. Lo mismo le puede sobrevenir al
escritor novicio que al veterano. Los poetas dependen casi enteramente de ella
(por eso escriben tan poco…si son poetas de verdad). Los demás, no pueden
depender de cosa tan adventicia, sobre todo si son escritores profesionales.
Cuando las imágenes y las ideas no hallan su camino de por sí, no hay más
remedio que abrírselo. Esto es lo que se llama metodizar la exposición. Método
significa, como es sabido, camino.
Permítaseme tomar el ejemplo que me es más cercano en este momento.
Mientras esto escribo, ando un poquillo afortunado. Mal que bien, esto va saliendo
con cierto orden, sin que yo hiciera demasiado plan previo de expresión.
Sencillamente, antes de ponerme a escribir, puse en una cuartilla, a la carrera,
diez o doce renglones de tipo telegráfico, con las ideas y las fórmulas verbales que
de entrada se me ocurrieron acerca del tema. Como no tenían orden espontáneo
alguno, se lo he ido dando al escribir. Pero mucho más a menudo ocurre que uno
no está tan “de vena”; y entonces sí hace falta un esquema previo de lo que se va
a decir, un “esqueleto” en que los conceptos se jerarquizan y articulan
lógicamente. He aquí, pues una primera recomendación para el novicio que
quiera irse habituando a la expresión ordenada, sobre todo en el campo de las
ideas. Solamente cuando uno ya se ha disciplinando un poco en eso, puede
confiarse con alguna soltura “a lo que salga”.
Pero nunca hay que confiarse demasiado. “Lo que sale” es, frecuentemente, lo
que cuesta menos trabajo. Aquello de la línea de menor resistencia también opera
en esto de escribir. Cierto abandono ha sido característico del escritor hecho.
Como el elegante de raza, éste lleva sus prendas con naturalidad y soltura, hasta
con cierta displicencia. El “empaque” es una calamidad, en el escribir como en
todo; la retórica no es otra cosa que el estilo de “empaque” o empaquetado. Pero
no hay que exagerar la cosa. No hay que olvidar, sobre todo, que para poder
llegar a esa soltura y abandono, es necesario haberse formado antes, por la
disciplina, por la vigilancia severa de la propia expresión, una especie de instinto
de lo que está bien. Nada hay más peligroso para el novicio que querer escribir
“fácilmente” antes de tiempo. De ahí proceden a menudo la vulgaridad, la
superficialidad, el simplismo, el contentarse con lo que buenamente “sale”. Decía
un buen pintor español Casado del Alisal, que “el poco más o menos nunca ha
hecho buenos artistas”.

Ejercicios

1.-Transcribe un párrafo expositivo de este ensayo.


A continuación se transcribe un párrafo del ensayo “Para un arte de escribir”, del
escritor cubano Jorge Mañach Cubano (1898 – 1961), el cual citamos “La
inspiración es un modo de expresarse que, misteriosamente, se ordena a sí
mismo. Es propio de los escritores poéticos, pero no patrimonio exclusivo de
ellos. Hay días en que también el reportador ve las cosas más significativas que
nunca; impudorosamente parecen mostrarle de por sí su perfil desnudo y
agruparse en su justa jerarquía, sin que haya más que trasladar al papel su
misteriosa espontaneidad. También el meditador habitualmente afanado tras la
esquivez y sutileza de los conceptos, tiene días en que éstos se le echan encima
como un rumoroso enjambre y le punzan lo más delicado de la conciencia, como
si quisieran incitarle al hallazgo y la plenitud. En esos días, se dice que se está
“inspirado”.
2.- ¿Cuál es el propósito de Jorge Manach en este escrito?

El propósito de Jorge Manach en este escrito, es que todo en la vida tiene su


tiempo para realizar cualquier actividad, y que debemos antes tener la preparación
y capacidad suficientes para cuando se presente el momento hacerlas bien,
necesitamos experiencia, la cual la obtenemos haciendo y perfeccionando
nuestros conocimientos. Un novicio, o sea un principiante realizaran sus funciones
diferentes a un veterano o diestro en la materia, el primero con más aciertos y el
último con muchos desaciertos. Un ejemplo, en el juego de dominós la experiencia
y los conocimientos de una persona diestra y un novato. El novato cometería
errores con suma facilidad, claro por la falta de práctica.
3.- ¿De qué manera hace convivir la denotación y la connotación para lograr
sus fines? Ilustra con ejemplos.

La denotación y la connotación, cuando se usan expresiones que se pueden


entender en cualquier parte del mundo que se hable el idioma español.
Connotación son las palabras que significan lo mismo y la denotación es el uso
distinto que hacemos de las mismas.
Convive la denotación y connotación, cuando el autor expresa: Pero mucho más
a menudo ocurre que uno no está tan “de vena”;o sea esto quiere decir que no
está inspirado, motivado, desanimado para realizar una tarea.

Color negro: Función Denotativa


Color morado: Función Connotativa.

5.- Interpreta en tu propio estilo por lo menos tres de sus recomendaciones;


escribe un párrafo breve de cada una.

Solamente cuando uno ya se ha disciplinando un poco en eso, puede


confiarse con alguna soltura “a lo que salga. Esto nos sugiere que cuando ya
hemos adquirido los conocimientos y experiencias en una actividad, en esa
medida vamos obteniendo mucho más confianza, las cosas salen con más
naturalidad, debido al continuo uso de hacer, porque la experiencia da seguridad
Pero nunca hay que confiarse demasiado. Por lo general, las personas que aun
hayan acumulado los conocimientos y destrezas en una actividad cualquiera que
realice, siempre debe mantener la coherencia, por el exceso de confianza también
nos puede traicionar en el momento más importante. Nunca creernos que no
podemos fallar.

No hay que olvidar, sobre todo, que para poder llegar a esa soltura y
abandono, es necesario haberse formado antes, por la disciplina, por la
vigilancia severa de la propia expresión, una especie de instinto de lo que
está bien.En ese sentido, debemos siempre tener presente que la preparación, la
responsabilidad, el interés, son factores determinantes para lograr el éxito en la
vida.
III Elige un tema de tu interés, cuyas vivencias y posteriores impresiones
sean para tí tan relevantes que quieras compartir con otros tus
consideraciones al respecto. Elabora un ensayo de cuatro párrafos, por lo
menos. Cuida la ortografía, la estructura y el estilo.

LA FELICIDAD

La felicidad. ¿Qué es la felicidad? ¿Cómo se llega a ella? A primera vista,


preguntas simples, pero al meditarlas se descubre la profundidad y complejidad de
ellas. A lo largo del siguiente ensayo, intentaré dar una respuesta a estas dos
preguntas, al analizar y comparar distintas respuestas que se han dado a ellas a lo
largo de la historia.
En cuanto a qué es la felicidad, existen una gran cantidad de respuestas. En la
antigua Grecia, Platón la definió la felicidad como “lograr el equilibrio entre las
partes del alma; esto es vivir de acuerdo al orden natural,” Sócrates sostiene que
es la “imperturbabilidad.” mientras que Santo Tomás de Aquino la identifica con “la
contemplación beatífica de Dios, y la vida de un santo.” Ahora bien en la
actualidad el concepto de felicidad ha cambiado. Por definición de diccionario
sabemos que es un “estado de ánimo que se complace con la posesión de un
bien,” sin embargo muchos sostienen que los bienes materiales no son necesarios
para alcanzarla, y hasta otros la definen como un estado de ánimo que se alcanza
mediante el despego de los bienes, tanto materiales como morales, o espirituales.
Se puede apreciar lo distintas que son estas diversas definiciones, sin embargo,
en mi opinión se puede encontrar un punto medio en estas definiciones, una
“definición general,” la cual puede ser “(la felicidad) la más alta de todas las
sensaciones, un estado de ánimo sublime de satisfacción y bienestar espiritual.”Ya
definida la felicidad como tal, más importante es el “cómo alcanzarla.” Esta
interrogante tiene aún más respuestas que “qué es la felicidad,” y es también
mucho más trascendente, debido a que las vidas de las personas giran alrededor
de la felicidad, y el cómo alcanzarla define como una persona vive su vida.
En conclusión, puedo decir que la felicidad es algo mucho más complejo de lo que
se puede imaginar a simple vista, pero ésta puede variar de persona a persona, y
de cultura en cultura. Para mí en lo particular, es el amor y no me refiero al amor
solo de pareja. Me refiero al amor a la vida, a tu entorno, a tu familia, al prójimo, a
los animales, a la naturaleza; pero sobretodo al amor propio, porqué si tú eres feliz
¿Cómo pretendes hacer felices a los demás? La felicidad es aceptarse y aceptar
a los demás, buscar el lado positivo de la vida, ya que para muchos la felicidad es
la riqueza de bienes materiales, belleza, fama, entre otras cosas, las cuales no
llenan el espíritu. Busquen la felicidad a su manera, lo que es feliz para mí, no es
para otros.

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