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Autor: Bruno Leandro Ponferrada. Prof.

en Filosofía y Técnico en la Gestión de Recursos


Humanos.
Los talibanes: su origen y normas

En septiembre del año 2001 Al Qaeda, organización paramilitar y terrorista, atacó a los Estados
Unidos teniendo como consecuencia un saldo de más de 3000 víctimas. Esto generó la ofensiva
militar de Estados Unidos para dar con los responsables del ataque. Las investigaciones de
inteligencia militar se dirigieron a un país en específico, Afganistán. Por aquel año quienes
detentaban el poder gubernamental de Afganistán eran los talibanes, movimiento y
organización militar fundamentalista islámica. Las trabajos de inteligencia estadounidense en
conjunto con el servicio de inteligencia pakistaní y Nothern Alliance, formada por aquellos
grupos étnicos afganos que no estaban a favor del dominio talibán del país, expusieron la
relación bilateral existente entre el gobierno Talibán y Al Qaeda. De modo que el día 7 de
Octubre de 2001 se dio inicio a la operación “Libertad Duradera”. Esta operación fue liderada
por el gobierno estadounidense de George Bush y detonó el fin del régimen político Talibán en
Afganistán.

Después de 20 años, el 16 de agosto del año 2021, el Talibán volvió a tomar protagonismo
internacional. Esto después de tomar el control político de 26 capitales de Afganistán, entre ellas
Kabul, la capital del país. Esta situación, por un lado, produce incertidumbre a nivel
internacional, con respecto a las políticas gubernamentales y de relaciones exteriores que
podrían tomar los talibanes. Por otro, provoca temor a nivel regional, en cuanto a las normas
sociales y culturales que aplicarían.

Esta incertidumbre y temor que genera el regreso de los talibanes a la poltrona política, se
relaciona con las particularidades de su origen y sobre todo con las prácticas normativas que
siguen.

El presente artículo abordará, de manera sucinta, estos dos puntos referentes al Talibán: su
origen y normas. Esto con la pretensión de aportar conocimiento sobre el movimiento Talibán
y sus prácticas.

Ahora bien, en lo que respecta al origen del movimiento Talibán, se puede informar que durante
los diez años que duró el control soviético sobre Afganistán, entre 1979 y 1989, muchos
estudiantes se levantaron en armas y se unieron a la insurgencia apoyada por los Estados
Unidos. Estos estudiantes se hacían llamar “estudiosos del Islam”, llamados “talib” en
Afganistán, talibanes para occidente (Cfr. Sánchez, 2020 pp. 31). Fueron estos talibanes los que
en el año 1994 darían inicio al movimiento talibán en Afganistán (Cfr. ídem. pp. 33). Un
movimiento que tenía como objetivo eliminar la violencia y la corrupción, todo ello guiándose
bajo las leyes de la Sharia (Cfr. ídem. pp. 33). Poco a poco los talibanes empezaron a hacerse
con el control de la región, echando abajo aquellos puestos de control dirigidos por líderes
tribales que se iban bien uniendo a ellos o bien aceptando que los talibanes eran superiores en
fuerzas.

En Septiembre de 1995 los talibanes entraron en Herat, segunda gran ciudad que caía bajo su
mando y un año más tarde, el 27 de septiembre de 1996 se hacían con el control de la capital
Kabul. Allí establecieron un gobierno provisional y comenzaron a implantar sus leyes, basadas
en el respeto de la Sharia.

La toma del control político de los talibanes, por medio de la fuerza bélica, provocó un
sentimiento encontrado entre la población. Dado que algunos lo veían con buenos ojos,
sintiendo expectación y emoción por la instauración de la unanimidad política en el país y la
aplicación de la ley islámica. Lo que llevaba a vislumbrar lo que parecía el fin de la guerra.

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Autor: Bruno Leandro Ponferrada. Prof. en Filosofía y Técnico en la Gestión de Recursos
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Mientras que otros lo veían con temor debido a la dureza de las acciones que éstos tomaban y
a la rectitud de sus normas y sus sanciones por no cumplirlas (Cfr. Ídem. pp. 34).

En lo referente a sus prácticas normativas, se debe señalar que la sociedad afgana ideal de los
talibanes tiene el claro objetivo de conseguir imponer una misma versión del Islam en todo el
territorio afgano. Esta versión del Islam se basa en la aplicación rigurosa del código normativo
de la Sharia. Estas leyes se caracterizan por poseer una interpretación estricta del Corán, de
forma que las normas establecidas pueden ser ampliamente criticadas desde la cultura
occidental o a partir de los derechos humanos. Empero, los talibanes a través de la aplicación
de estas leyes pretenden terminar con la corrupción, los crímenes y las luchas dentro de la
sociedad. Por ejemplo, aquel que hubiese perpetrado un hurto, se le amputa la mano, de
manera que sea públicamente conocido por el resto de ciudadanos y el mensaje quedase claro
para todos. Otras de las regulaciones estipuladas por la Sharia, y que fueron aplicadas de 1996
a 2001, son la pena de muerte en caso de asesinato, la prohibición de actividades como música
o la televisión no controlada por el propio Estado, la ordenanza para los hombres de dejarse
crecer la barba y, sobre todo, las restricciones a los derechos de las mujeres (Cfr. La Nación,
2001).

En atención a las restricciones que la Sharia establece para las mujeres, se puede indicar la
prohibición de trabajar, no poder recibir una educación, no poder salir de casa si no es
acompañada de su marido, unas normas de vestimenta realmente estrictas, que se castigan con
maltrato físico en caso de no ser cumplidas, no poder practicar deporte o salir al balcón de su
propia casa (Cfr. ABC, 2013). Esto con el fin de acabar con todos aquellos males de la sociedad y
de establecer una verdadera sociedad islámica en Afganistán.

Por lo tanto, a partir de lo expuesto se puede deducir que el Talibán es un movimiento bélico
que surge de convicciones morales que tienen como base el ideal de justicia estipulado en la
Sharia. Esto lo configura como un grupo fundamentalista y extremista. Fundamentalista, puesto
que presenta la actitud de un grupo de personas que aceptan y promueven un conjunto de
creencias dogmáticas que se adhieren de forma literal a un texto sagrado al que consideran
infalible, cuyo cumplimiento condiciona e incluso determina la inclusión o exclusión de los
individuos a ese grupo (Cfr. Priego, 2018, p. 262). Esa estricta visión de la realidad que sus
partidarios entienden como pura e ideal, se logra acudiendo a aquellas costumbres y actos
sociales que se practicaban en los orígenes de ese credo y que, por tanto, es considerado como
esencial o fundamental. Extremista, ya que sus prácticas, para llevar a cabo sus creencias y
estrategias, se salen de lo ordinario, es decir, rompen con los consensos sociales establecidos
sobre lo que es aceptable y bueno (Cfr. ídem. pp. 265).

Fuentes

ABC (2013); Las veintinueve prohibiciones que los talibanes imponen a las mujeres; Recuperado
de: https://www.abc.es/internacional/20131018/abci-veintinueve-razones-talibanmujeres-
201310162122.html

As (2021); Cómo los talibanes tomaron el control de Afganistán en 10 días; Recuperado de:
https://as.com/diarioas/2021/08/18/actualidad/1629272077_926067.html

La Nación (2001); Cinco años atrás caía Kabul bajo los talibanes; Recuperado de:
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/cinco-anosatras-caia-kabul-bajo-los-talibanes-
nid338776

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Autor: Bruno Leandro Ponferrada. Prof. en Filosofía y Técnico en la Gestión de Recursos
Humanos.
Sánchez I. (2019); Los talibanes: más allá de un movimiento fundamentalista el origen y la
evolución del movimiento talibán en Afganistán; Comillas Universidad Pontificia, Facultad de
Ciencias Humanas y Sociales; Recuperado de:

https://repositorio.comillas.edu/xmlui/handle/11531/40856

Priego A. (2018); Fundamentalismo, extremismo, fanatismo y terrorismo religioso. Una


clarificación de los conceptos; Revista Comillas Vol. 76 Núm. 148, Las religiones: encuentros y
desencuentros; Recuperado de:

https://revistas.comillas.edu/index.php/miscelaneacomillas/article/view/9256

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