Está en la página 1de 4

“Año del dialogo y la reconciliación nacional”

 Nombre: Luis Fernando

 Apellidos: Salazar Vioslada

 Curso: comunicación

 Profesora: Celina Barboza Díaz

 Tutora: Nancy Gómez Gutiérrez

 Director: Sergio Perales Dávila

 Grado: 3º

 Sección: B

COMPRENSION LECTORA

ENCARGADA: 2018
Celina Barboza Díaz
La Canasta vacía
DEDICATORIA Por aquel día vi partir a Rubén sin decir adiós. Este tenía un
rostro camuflado, sumiso o tal vez apagado y supe en aquel
entonces que, mi madre después de la cosecha de uvas
Este cuento va dirigido a mis amigos tomo una siesta en el bohío refugiado en el campo. ¡Las
quienes me apoyan con el trabajo canastas se encuentran llenas! decían los peones del campo.
Muy cayado anduvo Rubén durante la cosecha, sin embargo
en equipo durante el año escolar y
todos éramos como familia y mucha confianza desde el
todo por salir siempre adelante, en campo había entre nosotros, la gente del lugar hablaba muy
la vida. bien de los peones y lo mucho que mis padres, pos patrones
gobernaban muy bien el pueblo.
Pero Rubén casi siempre estaba cayado, sumiso sin hablar,
sin preguntar u opinar, sin decir casi ninguna palabra, solo
para decir gracias. Era muy discreto y oculto, no siempre
solía estar en la hacienda del campo como la mayoría de sus
compañeros. Mi madre siempre dejaba una canasta llena de
Gracias compañeros y amigos por su dedicación. uvas para mí y mis hermanos, aunque no precisamente
teníamos la costumbre de acabar con todas las uvas, pues
sabíamos que en algún momento las uvas estarían a nuestra
disposición.
Aquel día Rubén tenía mucha hambre y quizá habría saciado
su sed con la canasta llena de uvas, decidí ayudar a nuestro
amigo yo supe que Rubén se llevó la canasta sin esfuerzo
alguno así que fui por la puesta del sol, allá donde se
desvanecía su silueta. Busque y busque sus rastros y no lo
pude hallar, el viaje fue largo y cansado después de dos días
Rubén nuca volvió a la hacienda y en el pueblo sobe él,
decían que su extraña figura desapareció del lugar, que casi
nunca se escuchaba de él a menos que una leyenda quedara
dibujada en los ojos de muchos y pues muchas historia
reflejaban en nuestro campo. Como cuidador del lugar y
peón de don Aquiles, mi padre. Fue una buena persona
aunque siempre ocultaba algo. Por ahora no se sabe de su
existencia aunque se logra observar por el atardecer una
silueta de hombre desvaneciéndose por el lugar a la puesta
del sol. A donde siempre observo desde mi banca con una
canasta siempre llena de uvas.

Autor: Luis F. Salazar V.

También podría gustarte