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TEMA: ECHA TU PAN SOBRE LAS AGUAS.

Ecl 11:1  Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. 

INTRODUCCIÓN:

La expresión “echa tu pan sobre las aguas”, es referida en amplios sentidos; uno de ellos es ser ampliamente generoso y
compartir la bendición que Dios ha dado a nuestras vidas, para que a su tiempo esa misma generosidad de frutos a
nuestra vida. Como el que siembra tarde o temprano cosecha lo sembrado. Otro punto de vista es con respecto al
evangelio, tal vez no veamos resultados inmediatos cuando compartimos el Pan de vida, pero la cosecha final es segura.

El Pan es figura en varios pasajes bíblicos y con significados diversos. Entre ellos: el pan literal, la provisión, Jesús como
persona, la semilla, la palabra, el pan espiritual, etc…

1. DIOS PROVEEDOR (PAN DE NOBLES)

Deu 8:2  Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para
afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 
Deu 8:3  Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían
conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá
el hombre. 

El alimento que sacio al pueblo de Israel no era cualquier alimento, sino uno especial que descendía de la presencia de
Dios el cual sustenta a los nobles. Pero este Pan es provisto cuando nos encontramos en el desierto y con hambre para
que venga el sustento de parte de Dios.

Este tipo de Pan es el que provee el Padre en tiempos de dificultad, de prueba, cuando creemos que ya no hay
esperanza alguna, y no solo en lo natural sino también en lo espiritual.

Mat 6:26  Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Debemos tener la certeza de la provisión de Dios, en una comparación con las aves del cielo que no realizan ningún
esfuerzo para proveerse a sí mismos y aún son provistas; imagínense ustedes que realizan esfuerzos para tener la
provisión, crees que Dios no bendiga el fruto de tus manos.

Adán tenía que labrar una tierra árida con espinos y cardos para tener su sustento con esfuerzo.

Gén 3:17  Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo:
No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 
Gén 3:18  Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 
Gén 3:19  Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues
polvo eres, y al polvo volverás. 

Observamos la provisión de Dios en condiciones adversas, pero una vez entrados en la tierra prometida, la provisión
celestial cesa, para dar paso a la bendición de todo lo que trabajemos y cosechemos es la bendición de poseer la tierra
prometida, el regreso al huerto del Edén; los frutos del Reino de Dios.

2.- LA TRANSICIÓN DEL SUSTENTO.


Jos 5:9  Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue
llamado Gilgal, hasta hoy. 
Jos 5:10  Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los
llanos de Jericó. 
Jos 5:11  Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra, los panes sin levadura, y en el mismo día espigas
nuevas tostadas. 
Jos 5:12  Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel
nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año. 

Estos pasajes nos enseñan que una vez pasado el desierto y alimentados de una provisión celestial, ahora se da paso a
un sustento por el fruto de nuestro trabajo bendecido; en otras palabras nos adentramos a conseguir nuestro alimento
por el esfuerzo de nuestro servicio en el Reino de Dios.

Una vez limpiados de la afrenta, la abominación de Egipto para ser guiados en la santidad de su pueblo.

3.- LA FIGURA DEL PAN DEL CIELO.

Jua 6:31  Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. 
Jua 6:32  Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero
pan del cielo. 
Jua 6:33  Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 
Jua 6:34  Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 
Jua 6:35  Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed
jamás.

Este es el verdadero Pan del cielo, el alimento para toda la humanidad, el sustento espiritual de la misma.

Esto podemos apreciarlo desde los tiempos del rey Saúl.

1Sa 10:3  Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que
suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino; 
1Sa 10:4  los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos. 

1er hombre representa al Padre, el 2do representa al hijo y el 3er representa al Espíritu Santo.

Observamos que de tres Panes solo le dio 2 Panes a Saúl quien representa la humanidad. Estos Panes otorgados a la
humanidad uno es la Palabra de Dios y el Otro es nuestro Salvador Jesucristo. El tercer Pan está reservado en la
presencia de Dios “el Rhema”, los tesoros escondidos.

Col 2:2  para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno
entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 
Col 2:3  en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento . 

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