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Acercándonos a una vida Santa…

Agustín Nistal escribió el último tomo de su diario


entre finales de los años de 1930 y 1942. Sería
oportuno leer en Fe con Fidelidad y Lo que los
místicos no revelaron sus últimos días para hacer
una comparación de su vida. Casi toda su vida vivió
momentos difíciles. Una década más o menos antes
de morir, escribe esta experiencia. Una calumnia
sobre él, un deseo firme y una promesa para él.
25- de mayo de 1936. He pasado por muchos
peligros. Pero la Vida Interior y la Profesión de la Santísima Virgen me han librado de
ellos: Se me tildó, por haber dado limosna y socorrido a una pobre. Pero yo no tuve
respecto a ella ni el más leve mal pensamiento. Corrió después contra mí una calumnia
de lo más grosero que imaginar se puede. Pero yo puedo asegurar que respecto de esa
clase de pecado, por la Misericordia de Dios, nunca tuve ni siquiera un mal deseo. Son
tales las sospechas que han circulado a cerca de mí, que, por el honor de la
Congregación, por la defensa de mi doctrina, por el porvenir de la Obra del perpetuo
Socorro, y por la Salvación de las almas, creo conveniente, necesario y aún la justicia
decir aquí, que por la Misericordia de Dios y la Bondad de la Sma. Virgen nunca he
perdido la preciosa joya de la Virginidad.
En momentos de profunda Tribulación: Expuse amargas quejas a nuestro Señor: y me
respondió: P. Nistal ¿Qué quieres? -- -Señor, hacerme santo, y que hagáis prosperar la
Obra. -- Ya te he dicho y te repito que nunca te abandonaré. Estás llamado para cosas
mayores. Fíjate en la gran vuelta que va dando Rusia, y como se va aproximando a su
conversión. Fíjate como Etiopía está próxima a abrazar la Religión de los
Romanos”.-- Yo os ofrezco mis penas en unión de los dolores de la Sma. Virgen y de
los Santos Mártires por la conversión de las almas. –“ Y yo en cambio de lo que sufres,
te prometo el Cielo. Ciertamente te salvarás y reinarás conmigo por toda la eternidad.
Yo mismo me entregaré a ti: más no te puedo dar. Y ¿Qué es todo lo demás comparado
con esto? Enjuga tus lágrimas: Cesa de llorar”. ´Páginas 45-
46 del Tomo V de su diario.

Recordando, orando y actuando…


A la primera leída, ¿Me queda algún eco? Observa las actitudes del P. Nistal.
¿Cuántos años hace de su partida al cielo?
¿Qué medios usó el P. Nistal para superar su tribulación?
¿Has experimentado la calumnia alguna vez? ¿Cuáles fueron tus reacciones?
¿Experimentaste algún crecimiento en tu persona?
¿Cómo te diriges a Dios cuando estás en momentos difíciles?
Haz tu propia oración con tus recuerdos y termina agradeciendo la vida del P. Nistal, tu
vocación y tu relación con Dios.

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