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NUESTRO HOGAR

Entre los pilares más importantes del desarrollo sostenible se encuentra la preservación de
la biodiversidad en el planeta. Se trata de un tema que debe ser analizado minuciosamente,
dado que la diversidad biológica que existe, conformada por la amplia de variedad de seres
vivos y otros elementos naturales,
está influenciada por las
actividades industriales y el modo
de vida que tiene el ser humano.

El valor de la biodiversidad puede


ser medido desde dos puntos de
vista, pero siempre hay que tener
en consideración los ecosistemas
y diferencias genéticas entre cada
especie, pues ambos son el
resultado de la interacción con el
medio ambiente. Asimismo, al
tratarse de un proceso histórico
natural es necesario que su
existencia continúe de manera indefinida, representando su derecho inalienable.

En primer lugar se encuentra el aspecto ecológico, donde la biodiversidad tiene un valor


sistémico y funcional, dado que la propia supervivencia del ser humano depende de su
integridad. De este modo, los elementos que la constituyen tienen la capacidad de regular
los flujos naturales de energía, estabilizando los ecosistemas y afectando los procesos
atmosféricos y climáticos. Pero también están encargados de recuperar y reconvertir los
desechos y nutrientes.

Aunque ciertos descubrimientos científicos y avances tecnológicos hayan favorecido el


desarrollo de la agricultura, la diversidad biológica sigue siendo indispensable para que los
ecosistemas tengan un funcionamiento adecuado. Por tanto, cuando las delicadas redes que
ha creado la naturaleza no son respetadas, se empieza a percibir un desequilibrio. Esto se
puede evidenciar en varias actividades que en los últimos años han aumentado
dramáticamente, como la pesca industrial, donde hay una extracción de recursos marinos a
gran escala, lo que provoca perturbaciones antrópicas.

Al presentarse un mayor consumo de recursos, y manifestarse una depredación del medio


ambiente en favor de un crecimiento económico no regulado, la biodiversidad es
amenazada por grupos de poder que no toman en consideración a la humanidad como
conjunto, ni la posibilidad de un futuro libre de catástrofes naturales. Aquí su valor puede
ser analizado de otra forma, estudiando la necesidad a largo plazo de los alimentos,
suministros y materia prima. Además, la diversidad biológica contribuye al turismo,
permitiendo que muchos países perciban ingresos significativos gracias a la preservación de
parques, bosques y reservas.

No cabe duda que los gobiernos de cada nación deben establecer la misión de conservar y
defender la biodiversidad. Las nuevas generaciones tienen que entender su importancia, y
valorarla en cada etapa de sus vidas. Dentro de lo posible, debemos evitar los productos y
servicios cuyos fabricantes no prioricen la responsabilidad ecológica, pues tanto el hombre
como su cultura son parte del planeta Tierra, y todos tenemos la obligación de protegerlo y
respetarlo.

Los cambios que ha sufrido la sociedad en las últimas décadas han tenido una repercusión
dramática en el plano económico. Antes no existían grandes industrias y maquinarias, en
cambio, nuestros ancestros se concentraban en el cultivo y la crianza de animales. No
obstante, a partir del crecimiento poblacional se ha hecho más complicado cubrir las
necesidades mínimas de la gente, y el concepto de desarrollo sustentable cobra mayor
importancia.

Básicamente se trata del conjunto de acciones que buscan conservar el medio ambiente y
priorizar la equidad social, todo en función de las generaciones actuales y futuras. Esta
visión apareció por primera vez durante los años cincuenta, y hoy en día es impulsada por
muchas naciones para establecer un modelo económico más responsable.

Para entender mejor de qué se trata el desarrollo sustentable, resulta esencial analizar su
relación con las problemáticas que caracterizan al mundo de hoy. Actualmente, existen un
gran número de personas que no tienen forma de satisfacer sus necesidades básicas. Este
nivel de pobreza obstaculiza cualquier oportunidad de mejorar sus condiciones de vida, y
demuestra una grave crisis humanitaria. Pensando en esto, uno de los objetivos de la
Organización de las Naciones Unidas es apoyar a las poblaciones menos favorecidas.
Por otro lado, cabe mencionar que el crecimiento poblacional ejerce cada vez más presión
en el planeta y los recursos naturales. Para enfrentar esta situación se ha optado por el uso
de nuevas tecnologías, las cuales pueden provocar mayores complicaciones a largo plazo.
Un ejemplo esto se observa en los fertilizantes manipulados químicamente, que si bien
aumentan la productividad de los cultivos, con el pasar de los años tendrán un efecto
negativo sobre los suelos. La única forma de evitarlo es mediante una planificación
responsable por parte de las empresas. Asimismo, los gobiernos están en la obligación de
plantear leyes y normas para regular ciertos procesos que terminarán perjudicando a las
generaciones futuras.

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