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EL SEÑOR ES NUESTRO REFUGIO

 El que vive bajo la sombra protectora


del Altísimo y Todopoderoso,

dice al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»

Sólo él puede librarte
de trampas ocultas y plagas mortales,

pues te cubrirá con sus alas,
y bajo ellas estarás seguro.
¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!

No tengas miedo a los peligros nocturnos,
ni a las flechas lanzadas de día,

ni a las plagas que llegan con la oscuridad,
ni a las que destruyen a pleno sol;

pues mil caerán muertos a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
pero a ti nada te pasará.

Solamente lo habrás de presenciar:
verás a los malvados recibir su merecido.

Ya que has hecho del Señor tu refugio,
del Altísimo tu lugar de protección,
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no te sobrevendrá ningún mal
ni la enfermedad llegará a tu casa;
11 
pues él mandará que sus ángeles
te cuiden por dondequiera que vayas.
12 
Te levantarán con sus manos
para que no tropieces con piedra alguna.
13 
Podrás andar entre leones,
entre monstruos y serpientes.
14 
«Yo lo pondré a salvo,
fuera del alcance de todos,
porque él me ama y me conoce.
15 
Cuando me llame, le contestaré;
¡yo mismo estaré con él!
Lo libraré de la angustia
y lo colmaré de honores;
16 
lo haré disfrutar de una larga vida:
¡lo haré gozar de mi salvación!»
ESPIRITU SANTO
TU QUE ME ACLARAS TODO,
QUE ILUMINAS TODOS MIS CAMINOS
PARA QUE YO ALCANCE MI IDEAL,
TU QUE ME DAS EL DON DIVINO DE PERDONAR
Y OLVIDAR EL MAL QUE ME HACEN,
Y QUE EN TODOS LOS INSTANTES DE MI VIDA ESTÁS CONMIGO;
QUIERO EN ESTE CORTO DIÁLOGO
AGRADECERTE POR TODO
Y DECIRTE QUE NUNCA QUIERO SEPARARME DE TI,
POR MAYOR QUE SEA MI ILUSIÓN MATERIAL
DESEO ESTAR CONTIGO
Y CON TODOS MIS SERES QUERIDOS
EN LA GLORIA PERPETUA
GRACIAS POR TU INFINITA MISERICORDIA
CONMIGO Y CON LOS MÍOS.
AMEN.
SANTA INÉS DEL MONTES

Oh Dios Padre Misericordioso, concédeme la dicha de saber imitar


a santa Inés virgen y mártir, que siendo aún casi una niña ofreció en Roma el
supremo testimonio de la fe, consagrando con el martirio el título de la
castidad,
ayúdame a seguir sus pasos, a ser:

fiel al amor de tu hijo Jesús, que murió por nosotros en la Cruz,


fiel en lo mucho y en lo poco,
fiel en la alegría y en la tristeza,
fiel en la adversidad y en la bonanza,
fiel en el hogar y en trabajo,
fiel en el estudio y en la diversión
fiel en la bondad y en la oración.

Que nunca me separe de ti, que por la intercesión de Santa Inés, pueda
obtener remediar esta apremiante dificultad que tanto me aflige: (hacer la
petición).

Señor, te suplico me escuches, confiando en tu gran bondad y por la mediación


de santa Inés, espero ser prontamente socorrido.

También te solicito me ayudes a caminar rectamente por el sendero de la


fe,
el amor, la virtud y la bondad, y bajo el amparo protector de la Santísima
Virgen María, me mantengas siempre alejado de las ocasiones de pecado,
de injusticias y maldades, de violentos y opresores y me concedas todo aquello
que sea más conveniente para tu mayor honra y gloria y provecho de mi alma,
para morir en tu gracia y gozarte eternamente en la bienaventuranza del cielo.

Amén.

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