Gracias Señor Todopoderoso porque en tu palabra me aseguras que
quién habita a tu abrigo será acogido en tu sombra. Hoy te digo Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.» Sólo tú puedes librarme de las trampas del cazador y de las mortíferas plagas, pues me cubrirás con tus plumas y bajo tus alas hallaré refugio. ¡Tu verdad será mi escudo y mi baluarte! No temeré el terror de la noche, ni la flecha que vuele de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Mil y Diez Mil Podrán caer mil a mi izquierda, y diez mil a mi derecha, pero a mí no me afectará. No tendré más que abrir bien los ojos, para ver a los incrédulos recibir su merecido. Te he puesto a ti Señor como mi refugio, a ti mi Dios como mi protección, ningún mal habrá de sobrevenirme, ninguna calamidad llegará a mi hogar. Porque tú ordenarás que tus ángeles me cuiden en todos mis caminos. Con sus propias manos me levantarán para que no tropezar con piedra alguna. Aplastaré al león y a la víbora; ¡hollaré fieras y serpientes! Librado Y Unido «Tú Señor me librarás, porque me has unido a ti; Me protegerás, porque he reconocido tu nombre. Te Invocaré Señor, y me responderás; Tú el ETERNO estarás conmigo en momentos de angustia y me has prometido que me librarás y me llenarás de honores. Me colmarás con muchos años de vida y me hará gozar de mi salvación.» Lo creo con todo mi corazón: Amén.