Carmen Quirós Ruiz

CRISIS AMBIENTAL GLOBAL

Como crisis global entiendo el escenario problemático en el que nos encontramos debido al
conjunto de eventos pasados, dinámicas presentes y previsiones de futuro que tenemos en
cuánto a nuestro planeta en su totalidad. Pudiéndose éste desglosar en diferentes amenazas
como son la pérdida de biodiversidad, contaminación de ecosistemas, alteración de ciclos
biogeoquímicos, aparición de enfermedades emergentes, subida de temperatura, pérdida de
recursos y afecciones a la salud entre otras. Teniendo además en consideración los perjuicios
sociales, económicos, políticos y humanos que acarrea.

Al referirnos a punto de inflexión inferimos en aquel escenario ,el cuál de ser alcanzado,
produciría ciclos de retroalimentación positiva imposibles de frenar. Superaríamos el límite
resiliente de nuestro ecosistema y transicionaríamos a otro estado con imposibilidad de
retorno al anterior. Estos límites han sido identificados como 9 y 3 de ellos ya han sido
sobrepasados (Rockström et al., 2009) Estos son: Cambio climático, Acidificación de los
océanos, Agotamiento del ozono troposférico, Alteración del ciclo del nitrógeno y del fósforo,
Escasez creciente de agua dulce, Cambios en los usos del suelo, Pérdida de biodiversidad,
Acumulación de aerosoles en la atmósfera y por último Contaminación química.
No sabría discernir cuál es el más preocupante, pero a mi parecer, el cambio climático es el
que tiene un bucle de retroalimentación positiva más acuciante. Esto es así debido a que un
aumento inminente de la temperatura derretiría el permafrost de las zonas árticas, liberando
así más gases de efecto invernadero y haciendo aumentar aún más la temperatura. Además, el
aumento de la temperatura favorece la acidificación de los océanos, la pérdida de
biodiversidad y la escasez de agua dulce. Altera además el sistema socioeconómico lo que
produce un aumento del expolio de recursos y del consumo para compensar la decadencia, lo
que conllevaría a perpetuar la alteración de ciclos biogeoquímicos, aumentar el cambio de uso
del suelo, contaminación química etc.

Todos estos puntos de inflexión tratan factores biofísicos sistémicos. Podríamos tener en
cuenta también y especular sobre el punto de inflexión sociopolítico y un escenario potencial
de actuación humana. Es decir, ¿el hecho de que sigamos con la misma trayectoria después de
tantos años de datos y últimamente además de pruebas tan tangibles de que nuestro sistema
colapsará puede significar que el ser humano ha llegado a un punto de inflexión respecto a su
forma de actuar? Yo prefiero pensar que no y depositar mi fe en esta especie que es la mía
para que siga teniendo sentido el esfuerzo por los pequeños cambios que anhelan y buscan en
su fondo allanar el camino para que llegue un cambio profundo. Por ello creo firmemente que
la educación es y seguirá siendo necesaria, principalmente porque es una de las herramientas,
si no la única, más importantes que tenemos. Un pueblo con una educación distinta
demandará políticos con unas intenciones distintas que implementarán un modo de actuación
distinto. No soy tan optimista, sin embargo, con la unión internacional y suma de fuerzas entre
países, requisito que me parece indispensable para conseguir el cambio del que hablamos, y
que parece estar más lejos de conseguirse.

Otra cuestión a tener en cuenta es si el decrecimiento económico es una alternativa viable a la

crisis ambiental global. Esto, a priori, parece ir en contra de los principios que han regido el
desarrollo de la humanidad hasta llegar a como la conocemos hoy. Pero tampoco nunca antes
se había llegado al estado en el cuál estamos hoy, ni a nuestro grado de conocimiento sobre él
y sus consecuencias futuras. Por ello creo que encontraremos la forma de hacer viable, más
que un decrecimiento económico, un cambio de modelo económico. Empezando por ejemplo
por frenar el crecimiento en vez de decrecer y también por modificar la forma de crecimiento,
 Carmen Quirós Ruiz

ya que será más fácilmente realizable una transición que un cambio abrupto. Como muestra
de esta posibilidad, algunas compañías aseguradoras y fondos de pensiones han comenzado a
desinvertir en combustibles fósiles, con la consecuente inversión en otras empresas no
contaminantes.

Para este cambio de paradigma económico es necesario la puesta en marcha de propuestas de

cambio hacia modelos sostenibles. Un ejemplo son las BECCS (Bioenergy with carbon capture
and storage). La bioenergía con captura y almacenamiento de carbono es el proceso por el cuál
se extrae energía de la biomasa mientras se captura y almacena el carbono, eliminándolo de la
atmósfera. En el quinto informe de la IPCC ya se sugiere la implementación de estas emisiones
para alcanzar las 22 gigatoneladas de absorción de CO2 por año (IPCC, 2014).

El problema que se nos plantea es que para capturar ese CO2 necesitamos utilizar energía, ya
que se trataría de una reacción endotérmica. La posible solución sería entonces utilizar fuentes
de energía renovables como la eólica o la solar. Para esto debemos aumentar y mejorar en
gran medida el panorama de estas energías. Sin embargo, nos seguiría entorpeciendo el
elevado coste de producción de bioenergía y la falta de disponibilidad de biomasa.

Un cambio primordial es aquel de la manera de obtención de la energía, ya que es la base de la

cadena. Sin embargo, modificar otras dinámicas también sería altamente beneficioso. Por
ejemplo, debemos convertir los vegetales en nuestra fuente mayoritaria de proteínas para que
nuestro tamaño poblacional sea sostenible, ya que sabemos que la industria ganadera afecta
terriblemente a la integridad de los ecosistemas. Esto implicaría también un gran descenso del
consumo de pescado, lo que ayudaría a los océanos a recuperarse de la sobrepesca, el daño a
los fondos marinos, contaminación, amenaza de especies, diezmado de los superdepredadores
etc.

Otro evento necesario para mejorar las condiciones de vida y el estado de los ecosistemas es el
éxodo urbano, ya que hoy en día hay más personas viviendo en las ciudades que en el ámbito
rural, y esto es más difícil de sostener de una manera sostenible que si viviéramos distribuidos
por todo el territorio y no hacinados en ciertos puntos.

Uno de los cambios que más ansío que alcancemos y más inmediato me parece en cuánto a
poder percibir la mejora tras su aplicación es el cambio de paradigma respecto al consumo.
Producir cosas que no necesitamos, que vamos a utilizar una sola vez o cuyo tiempo de vida
útil es muy limitado no tiene ningún sentido. Por ejemplo, vestirse es necesario, pero la
derrocación del modelo “fast-fashion” también lo es.

El único modo que veo para implantar todas estas medidas es la educación, ya que aunque se
haya probado tras varias décadas y hayamos conseguido muy poco, no me parece que
tengamos muchas más alternativas. Consecuentemente y acompañando la educación, están
también las tareas obligatorias de investigación científica, divulgación y asociación entre
individuos para poder conseguir todos estos cambios profundos. A pesar de ello, creo que no
cogeremos inercia en el cambio hasta que no veamos todavía de manera más tangible las
consecuencias de nuestro sistema. Por ello creo en la educación como forma paliativa del
problema que tenemos, pero no me parece que vayamos a conseguir nada de manera utópica
y con la inmediatez que necesitamos.
 Carmen Quirós Ruiz

Bibliografía

IPCC. (2014). Mitigation of Climate Change Working Group III Contribution to the Fifth
Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change (N.o 5).
https://archive.ipcc.ch/pdf/assessment-report/ar5/wg3/ipcc_wg3_ar5_full.pdf

Rockström, J., Steffen, W., Noone, K., Persson, Å., Chapin, F., Lambin, E., Lenton, T., Scheffer,
M., Folke, C., Schellnhuber, H., Nykvist, B., de Wit, C., Hughes, T., van der Leeuw, S., Rodhe, H.,
Sörlin, S., Snyder, P., Costanza, R., Svedin, U., Falkenmark, M., Karlberg, L., Corell, R., Fabry, V.,
Hansen, J., Walker, B., Liverman, D., Richardson, K., Crutzen, P. and Foley, J., 2009. A safe
operating space for humanity. Nature, 461(7263), pp.472-475.