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Causa nº 32473/2014 (Casación). Resolución nº 182068 of


Corte Suprema, Sala Primera (Civil) of November 02, 2015

Resolution Date: November 02, 2015

Movimiento: ACOGIDA CASACIÓN FONDO, ANULADA SENTENCIA DE

Rol de Ingreso: 32473/2014

Rol de Ingreso en Cortes de Apelación: 180-2014 - C.A. de Santiago

Rol de Ingreso en Primer Instancia: C-12493-2012 - 2º JUZGADO CIVIL DE SANTIAGO

Issuing Organization: Sala Primera (Civil)

Id. vLex VLEX-586131034

Link: https://2019.vlex.com/#vid/pellegrini-garcia-moreno-carlos-586131034

Text

Content
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
CUARTO
QUINTO
SEXTO
SEPTIMO
OCTAVO
NOVENO
DECIMO
UNDÉCIMO
DUODÉCIMO
DÉCIMOTERCERO

Sentencia citada en: un artículo doctrinal

S., dos de noviembre de dos mil quince.


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VISTOS:

En estos autos Rol Nro. 12.493-2012 seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de S.,
caratulados “P.G.C.A. con R.R.H., por sentencia de veintinueve de noviembre de dos mil trece,
escrita a fojas 211 y siguientes, se acogió la acción de nulidad deducida y, en consecuencia, se
declaró nulo absolutamente el contrato de compraventa celebrado mediante escritura pública de
31 de marzo de 2008, entre C.M.L.S., representada por G.I.M. y la Sociedad Agrícola Los
Copihues y La Isla S.A., como vendedores y H.R.R., como comprador, por adolecer de objeto
ilícito, y se rechazó la demanda de indemnización de perjuicios deducida en forma conjunta.
Asimismo, se acogió la acción reivindicatoria impetrada, ordenándose cancelar la inscripción
conservatoria a que dio lugar el referido contrato, a nombre del demandado y revivir las
inscripciones de dominio a nombre de C.M.L.S. y de Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla,
con costas.

Apelada esta decisión por los demandados una Sala de la Corte de Apelaciones de esta ciudad,
por sentencia de diez de noviembre de dos mil catorce, escrita a fojas 301, con mayores
fundamentos confirmó la sentencia de primera instancia.

En contra de este pronunciamiento, los demandados deducen recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

CONSIDERANDO:

PRIMERO
Que los recurrentes denuncian en un primer capítulo de su nulidad la infracción de las normas
reguladoras de la prueba, citando al efecto los artículos 1699 y 1700 del Código Civil y 342 N°1
y 2 del Código de Procedimiento Civil, al desconocer los sentenciadores la fuerza probatoria
que emana de los procesos traídos a la vista en los cuales se decretó un embargo y una medida
precautoria respecto de los bienes materia de autos, procesos en los cuales la demandante fue
parte, habiendo sido notificada de las actuaciones procesales respectivas.

Señalan que en los referidos juicios se dictó sentencia firme y ejecutoriada, con anterioridad a la
celebración del contrato cuya nulidad se demanda. Así, en los autos Rol N°14.346-1989, del
Vigésimo Quinto Juzgado Civil de S. se declaró el abandono del procedimiento, por fallo de 27
de junio de 2002, el que fue confirmado por la Corte de Apelaciones de esta ciudad y en la
causa seguida ante el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de S., Rol N°1445-93, la sentencia de 4
de octubre de 1996, que rechazó la demanda, la que quedó ejecutoriada, al haberse desistido la
demandante del recurso de apelación que había deducido, el 17 de enero de 2002.

Agregan que el alzamiento del embargo dispuesto en la primera de las citadas causas, se
decretó con fecha 25 de enero de 2008 y el de la medida precautoria en el otro proceso, el 7 de
noviembre de 2008.

Sostienen que tampoco consideran los jueces del fondo la secuencia de mandatos otorgados a
su parte para la venta del fundo B., los que no sólo dejan establecida la regularidad y legitimidad
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de su actuar, sino que también, en virtud de la cuenta anticipada y finiquito otorgados por la
demandante, la privan de la legitimidad activa o interés para impetrar la nulidad declarada por la
sentencia. De este modo, se infringen las normas reguladoras de la prueba al no tener los
sentenciadores por acreditado el conocimiento por parte de la demandante de los actos
procesales, así como el término de las causas y el alzamiento de las limitaciones, -embargo y
medida precautoria- que afectaban los derechos de propiedad transferidos por la compraventa
cuya nulidad se declara, ni la rendición de cuenta anticipada, aceptación y finiquito, que las
partes suscribieron por escritura pública y con anticipación del contrato impugnado, con lo cual
quedaría de manifiesto la falta de interés de la actora en la acción de nulidad impetrada.

En un segundo capítulo se invoca la vulneración del artículo 1464 N°3 en relación con el 1810,
ambos del Código Civil, argumentando que quedó demostrado con la prueba rendida que a la
fecha de celebración del contrato materia de autos, la causa en que se decretó el embargo de
los derechos transferidos se encontraba terminada por sentencia ejecutoriada y que además, se
había decretado el alzamiento del embargo, hechos que eran de conocimiento de la
demandante por ser parte de dicho juicio. Asimismo, el proceso en el que se dispuso la medida
precautoria, a la época de los actos y contratos de que se trata, también había concluido y el
beneficiario de la misma era el Sr. G.I., es decir, el mandatario vendedor de los derechos cuya
venta ha sido declarada nula.

Expone que si bien en términos generales la medida de prohibición en cuestión subsiste


mientras se mantenga vigente su inscripción conservatoria, esto no se aplica cuando se trata de
las propias partes intervinientes o interesados en el juicio, puesto que si para ellos -como lo ha
determinado la doctrina- la prohibición rige desde que se notifica la resolución judicial que la
decreta, lo lógico es que también se considere levantada la medida o embargo desde que se les
notifica la resolución que ordena alzarlo.

Concluye, conforme a la jurisprudencia y doctrina que cita, que no existe ilicitud en el caso sub
lite, desde que el demandante fue parte en los juicios y el tercero adquirente no ha ejercitado
acción alguna, no obstante haber sido notificado de las actuaciones en los juicios que
concluyeron y declararon el alzamiento del embargo y prohibición.

En un acápite final se denuncia la conculcación del artículo 1683 del Código Civil, aduciendo
que la demandante, carecería del interés que dicha norma requiere para el ejercicio y éxito de la
acción de nulidad, al haber otorgado amplio y completo finiquito respecto del mandato de venta
ejercitado por parte del Sr. G.I.M., pues con ello perdió todo interés económico en la venta de los
derechos de que se trata.

SEGUNDO
Que la sentencia impugnada ha dejado establecidos, como hechos de la causa, los siguientes:

1º. - El 31 de marzo de 2008 se suscribió escritura pública de compraventa entre G.I.M.,


actuando en representación de la Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A. y de
C.M.L.S., en calidad de vendedores y H.R.R., como comprador, en virtud de la cual se
vende el 75% de la propiedad denominada fundo B. ex Infiernillo, ubicada en la comuna
de Yungay, Provincia de Ñuble, Región de Bío-Bío, en la suma de $189.518.632.
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2. - Por resolución de 23 de enero de 1990 del Vigésimo Quinto Juzgado Civil de S., dictada
en juicio ejecutivo Rol 14.346-1989, caratulado “Banco de La Nación Argentina con
Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.”, se decretó embargo sobre los derechos
que corresponden a la Sra. C.M.L.S. y a la Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.
en el inmueble denominado F.B. ex Infiernillo, practicándose las correspondientes
inscripciones. Este embargo fue alzado por resolución de 19 de mayo de 2008.

3. - En causa Rol 1.445-93 seguida ante el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de S., caratulada
“Izquierdo con Banco de la Nación Argentina” se concedió la medida precautoria de
prohibición de celebrar actos y contratos sobre el 25% del F.B. ex Infiernillo, que figuraba
inscrito a nombre de la Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.; medida que se
inscribió a fojas 305 N° 237 año 1993 en el Registro de Prohibiciones, el 25 de junio de
1993.

4. - La referida prohibición de celebrar actos y contratos se alzó el 4 de diciembre de 2008, en


virtud de la solicitud presentada en la citada causa, por el apoderado de don G.I., el 5 de
noviembre de 2008.

TERCERO
Que en el fallo impugnado los jueces del fondo señalan que la hipótesis de objeto ilícito que
establece el numeral tercero del artículo 1464 del Código Civil, referida a “las cosas
embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en
ello”, debe ser comprendida en un sentido amplio, entendiéndose por embargo no sólo la
institución propia del juicio ejecutivo, mediante la cual el juez ordena la entrega de bienes del
deudor a un depositario, sino cualquier prohibición de enajenar, secuestro, retención o medida
precautoria en general, lo que incluye en la situación prevista en la norma citada, tanto el
embargo como la medida precautoria que se han decretado respecto de los bienes materia de
autos.

Asimismo, sostienen que ha de entenderse que el acto es nulo, cuando el embargo existe al
momento de su celebración, aunque después éste se alce. Así entonces y, aplicando el
artículo 1810 del Código Civil, aun cuando a la fecha de la inscripción de la compraventa de la
cosa embargada, se encontrara cancelada dicha medida de apremio, no por eso deja de ser
nula la venta, doctrina que aplica extensivamente el citado precepto a todos los casos del
artículo 1464 del citado código.

Estiman que lo anterior es corroborado por lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 1801 del
Código Civil, que establece que la venta de bienes raíces no se reputa perfecta ante la ley,
mientras no se ha otorgado escritura pública; y en la especie, por haber quedado claramente
establecido que al momento de celebrarse el contrato de compraventa cuya nulidad se ha
solicitado -31 de marzo de 2008- existían plenamente vigentes el embargo y la medida de
prohibición de celebrar actos y contratos, decretados judicialmente por el Vigésimo Quinto
Juzgado Civil de S. en los autos Rol 14.346-90 y por el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de esta
ciudad en la causa Rol 1.445-93 respectivamente, que versaban sobre la cosa vendida,
determinan la existencia del objeto ilícito del contrato.
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CUARTO
Que con relación al artículo 1464 N°3 del Código Civil, se ha sostenido en doctrina que hay
objeto ilícito en la venta del inmueble embargado por decreto judicial hecha sin autorización del
juez o el consentimiento del acreedor, no obstante que lo que la ley prohíbe y sanciona con
nulidad absoluta es la enajenación, o sea, el acto por el cual se transfiere a otro, a cualquier
título, la propiedad u otros derechos reales sobre las cosas embargadas por decreto judicial,
entendiendo por tales los bienes retenidos o prohibidos de enajenar o gravar por orden del juez
competente. De este modo se ha entendido que el legislador, al emplear el término
“enajenación”, no lo hace en sentido estricto de transferencia del dominio sino en un sentido
amplio, o sea como un acto por el cual se transfiere a otro la propiedad u otro derecho real sobre
una cosa a cualquier título (Repertorio de Legislación y Jurisprudencia. E.orial Jurídica, año
1969, p.69).

QUINTO
Que partiendo de la doctrina transcrita en el apartado anterior, cabe examinar la situación que se
plantea respecto del inmueble objeto del contrato impugnado, a cuya época de celebración, se
encontraba afectado por dos limitaciones: un embargo y una medida precautoria de celebrar
actos y contratos. El primero fue decretado, como se ha señalado, en los autos ejecutivos Rol
N° 14.346-1989 del Vigésimo Quinto Juzgado Civil de S. caratulados “Banco De La Nación
Argentina con Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.”, en el que se declaró el abandono
del procedimiento, por sentencia que quedó ejecutoriada al notificarse el decreto que ordenó
cumplirla, el 23 de agosto de 2006. El embargo decretado en dicho proceso y que afectó los
derechos de doña C.M.L.S. y la Sociedad Los Copihues y la Isla S.A., en el F.B. ex Infiernillo,
fue dejado sin efecto por el tribunal, al resolver las peticiones formuladas en tal sentido por los
demandados, por resoluciones de 25 y 29 de enero de 2008 y finalmente por la de 19 de mayo
del mismo año, que acogió las solicitudes del banco ejecutante, ordenando el alzamiento de tal
medida y respecto de todo el bien.

La segunda limitación consistió en la medida precautoria de celebrar actos y contratos,


decretada en los autos Rol N°1.445-1993, seguidos ante el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de
esta ciudad, caratulados “Izquierdo con Banco de la Nación Argentina”, la que fue inscrita en el
Registro de Prohibiciones del Conservador de Bienes Raíces de Yungay, del año 1993 y alzada
por resolución de 4 de diciembre de 2008, a petición del solicitante de la misma, el Sr. G.I..

SEXTO
Que desde la perspectiva del artículo 1463 Nº 3 del Código Civil, para que haya objeto ilícito en
la enajenación de las especies embargadas, el embargo o prohibición debe existir al momento
de la enajenación (así lo afirman los autores A.L.H., en su obra “El Objeto En Los Actos
Jurídicos”. E.orial Jurídica de Chile, año 1958, página 129 y V.V.D.R., en la “Teoría General del
Acto Jurídico”. E.orial Jurídica de Chile. Quinta Edición, página 178).
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La propia norma citada permite excepcionalmente la enajenación en este tipo de casos, cuando
hay autorización judicial o el acreedor consiente en ello. Lo primero tiene lugar cuando el juez
que dispuso el embargo o la prohibición, autoriza su enajenación. Lo segundo, cuando el
acreedor en cuyo beneficio se dispuso la medida consiente en el acto de enajenación. Esta
situación se relaciona con lo dispuesto por el artículo 12 del Código Civil, que permite al titular
de un derecho renunciarlo si está establecido en su propio beneficio y no está prohibida su
renuncia, pues al aceptar o dar su autorización en tal sentido, lo que hace es renunciar a los
derechos que le corresponden en su calidad de acreedor embargante o solicitante de una
medida que cede en su favor.

Así, resulta procedente que la o las personas en cuyo beneficio se dispuso el embargo o la
medida precautoria, puedan consentir o autorizar la enajenación en cuestión, en forma expresa
o tácita, ya que la ley no ha precisado cómo debe darse esta autorización, ni ha establecido
solemnidades especiales. Lo determinante es que el consentimiento debe darse de manera
inequívoca, como esta Corte ha señalado: “la declaración de voluntad de cualquiera clase que
sea, expresa o tácita, debe manifestarse claramente, con actos tales que, examinadas todas las
circunstancias, no dejen ningún motivo racional para dudar de ella, o por hechos de los cuales
se deduzca necesariamente…”. (R.D. y J, Tomo XLIII, S.. 1ª, pág 120).

SEPTIMO
Que precisamente es esta la situación que se configura en el caso sub lite respecto de la
prohibición de celebrar actos y contratos que recaía sobre el bien materia del contrato cuya
nulidad se reclama, desde que conforme ha quedado establecido y ha sido reconocido por los
propios actores en su libelo, la medida fue solicitada por el Sr. G.I.M. –demandante en la causa
anterior- cediendo en su beneficio, de modo que su intervención posterior en la compraventa,
constituye claramente una autorización en este sentido y una renuncia a los efectos y derechos
que le asistían, en un juicio que por lo demás, ya había concluido, sin éxito para su parte.

OCTAVO
Que respecto del embargo que afectó a la propiedad materia del contrato y que constituye el
fundamento de la acción de nulidad, cabe consignar que fue decretado en favor del banco
ejecutante en un proceso en que los actuales demandantes fueron partes, al haber sido
demandados en él y que dicha medida de apremio fue dejada sin efecto, por resoluciones de 25
y 29 de enero de 2008, con anterioridad a la celebración del contrato de compraventa que se
impugna.

Esta situación plantea la necesidad de determinar los efectos del alzamiento del embargo sobre
un bien inmueble, para lo cual debe distinguirse si se está entre las partes o frente a terceros. Al
respecto, don A.L.H., señala: “… si el alzamiento se refiere a bienes raíces, comprende el
decreto que lo ordena, la notificación de éste y la cancelación de la inscripción en el
Conservador de Bienes Raíces. No cabe duda que entre las partes litigantes, el alzamiento
produce efectos desde que se les notifica la resolución respectiva, de la misma manera que ha
regido desde la notificación del decreto que lo ordena, sin necesidad de la inscripción, que es
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un requisito de publicidad en favor de terceros.” (“El Objeto En Los Actos Jurídicos”. E.orial
Jurídica De Chile. Año 1958, página 134 y 135).

Lo anterior lleva a concluir que habiendo sido los demandantes partes en el juicio en que se
decretó y luego alzó el embargo, el efecto de esta última resolución se produjo con su
notificación a las partes en el mismo proceso, momento a partir del cual para ellas dejó de tener
la calidad de bien incomerciable, por lo que dicho embargo no puede constituirse en
fundamento del vicio invocado.

NOVENO
Que, sin perjuicio de lo señalado en los motivos anteriores, el asunto propuesto en el recurso
también conlleva un cuestionamiento a la legitimidad de los demandantes para deducir la
acción de nulidad en los términos y bajo los fundamentos que han planteado las partes. Sobre el
particular, cabe consignar que la acción es un derecho subjetivo autónomo dirigido a obtener
una determinada resolución jurisdiccional, favorable a la petición de la persona que la ejerce.

En palabras del profesor A.R.S., “la legitimación se vincula con la titularidad de la situación
controvertida en un juicio y es un presupuesto de fondo de procedencia de la acción; es decir
una exigencia cuya falta determina ineludiblemente que no se pueda conceder la petición de
tutela judicial solicitada en el proceso. Si no concurre la legitimación –activa y pasiva- faltará un
elemento básico para acceder a la tutela judicial. (Curso de Derecho Procesal Civil, Tomo I,
E.orial Jurídica de Chile, pág.93).

En este sentido, la atribución subjetiva de los derechos y obligaciones deducidos en juicio, es


una cuestión de fondo que afecta el ejercicio de la acción y que, por lo tanto, debe ser objeto de
análisis al momento de pronunciar la decisión. Constituye, entonces deber del tribunal
determinar si concurre o no la legitimación para impetrar la acción civil o pretensión ejercida en
la demanda, presupuesto procesal de fondo para poder obtener una sentencia favorable.

DECIMO
Que en virtud de lo dispuesto en el artículo 1683 del Código Civil cuando la nulidad no aparece
de manifiesto en el acto o contrato ni es requerida su declaración por el ministerio público en el
sólo interés de la moral y de la ley, es necesario que quien la alega tenga interés en ello. Ese
interés debe ser legítimo y existir al tiempo de celebrarse el acto impugnado, esto es, cuando se
comete la violación de ley que se invoca como fundamento de la nulidad absoluta y que vulnera
el derecho del peticionario. Dicho interés debe derivar de la celebración del acto jurídico mismo
y no de sus posteriores consecuencias, teniendo su causa jurídica y necesaria en la infracción
que se reprocha. Precisando lo anterior se ha dicho: “debe entenderse que ese interés sea de
carácter jurídico, o sea, que la ilicitud del acto o contrato haya lesionado los derechos del que
solicita la nulidad y, por esta causa, tiene acción para reponer el mal o los perjuicios que le
hayan ocasionado con el acto o contrato ilícito”. G. de los Tribunales, 1918, pág.1045, citada por
A.B., La nulidad y rescisión en el derecho chileno, Tomo I, Pág. 550 y ss.)

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Sobre el tema, el autor R.D.Á. manifiesta que la nulidad pedida por un particular, sea o no parte
del negocio, debe necesariamente revestir utilidad para el peticionario. “En caso contrario, se
preferirá mantener la validez del negocio….Para destruir la validez normal se requerirá, si la
alegación la hace un particular, que tenga para él interés, porque aunque la nulidad absoluta
tiende a proteger intereses superiores a los meramente individuales, no son los particulares los
llamados a cautelar tales intereses. A ellos se les confiere el derecho a pedir la nulidad, porque
siendo el negocio inválido, a ellos beneficia la nulidad. Para cautelar los intereses por la
sociedad está el ministerio público y el juez” (Teoría general del Negocio Jurídico, E.. Jurídica
de Chile, 1977, pag.221).

UNDÉCIMO
Que aplicando los razonamientos que preceden al caso concreto, aparece con claridad que los
demandantes carecen de legitimación activa ad causam para el ejercicio de la acción de
nulidad, al invocar o pretender valerse de impedimentos derivados de limitaciones que afectaron
al bien raíz pero que fueron dispuestas en resguardo de derechos de terceros. En primer
término, un embargo que se decretó en un juicio en el que tuvieron la calidad de sujetos pasivos
y en el cual la cautela no fue trabada a su favor sino de un tercero. En segundo lugar, una
medida de prohibición de celebrar actos y contratos, que fue decretada en favor de quien
compareció al acto cuya nulidad se pretende, consintiendo en la enajenación, como autoriza la
ley.

En las condiciones anotadas, los demandantes no se encuentran facultados para ejercer la


acción deducida, al no estar amparados con el reconocimiento de un derecho subjetivo que
legitime su pretensión y no ver lesionado ningún derecho que les afecte, como consecuencia de
haber recaído la compraventa en un bien que estuvo antes sujeto a medidas cautelares que
resguardaban derechos de terceros.

DUODÉCIMO
Que conforme a lo razonado cabe concluir que los sentenciadores han incurrido en una errada
interpretación y aplicación del artículo 1464 N°3 del Código Civil, tal como lo denuncia el
recurrente, al tener por configurado el vicio de objeto ilícito en el contrato de compraventa de que
se trata, ignorando las circunstancias y elementos referidos en los motivos precedentes.

DÉCIMOTERCERO
Que, los anteriores razonamientos son suficientes para acoger el recurso de casación intentado
sin que sea necesario analizar las restantes infracciones invocadas.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 767 y 768 del
Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el fondo deducido en lo
principal de la presentación de fojas 307, en contra de la sentencia de diez de noviembre de dos
mil catorce, escrita a fojas 301 y siguientes, la que en consecuencia se invalida y se la
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reemplaza por la que se dicta separadamente y a continuación, sin nueva vista.

R..

Redacción a cargo de la Ministra señora R.M.M.D.

Nº 32.473-14.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. P.V.A., G.S.G.,
Sra. R.M.D., Sr. J.F.B. y Abogado Integrante Sr. R.G.B.

No firman el Ministro Sr. V. y el Abogado Integrante Sr. G., no obstante haber ambos concurrido
a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con feriado legal el primero y ausente el
segundo.

Autorizado por el Ministro de fe de esta Corte Suprema.

En S., a dos de noviembre de dos mil quince, notifiqué en S.retaría por el Estado Diario la
resolución precedente.

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