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Causa nº 21900/2014 (Otros). Resolución nº 56718 of Corte


Suprema, Sala Primera (Civil) of April 20, 2015

Resolution Date: April 20, 2015

Movimiento: ACOGIDA CASACIÓN FONDO, ANULADA SENTENCIA DE

Rol de Ingreso: 21900/2014

Rol de Ingreso en Cortes de Apelación: 5968-2012 - C.A. de Santiago

Rol de Ingreso en Primer Instancia: C-12575-2011 - 7º JUZGADO CIVIL DE SANTIAGO

Issuing Organization: Sala Primera (Civil)

Id. vLex VLEX-566389074

Link: https://2019.vlex.com/#vid/zamorano-olea-raul-fernando-566389074

Text

Content
PRIMERO
SEGUNDO
TERCERO
CUARTO
QUINTO
SEXTO
SEPTIMO
OCTAVO
NOVENO
DECIMO
UNDECIMO
DUODECIMO
DECIMO TERCERO
DECIMO CUARTO
DECIMO QUINTO
DECIMO SEXTO
DECIMO SEPTIMO

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Santiago, veinte de abril de dos mil quince.

VISTOS:

En estos autos rol Nº 12575-2011, seguidos ante el Séptimo Juzgado Civil de Santiago, juicio
ordinario sobre nulidad de tradición de inmuebles, caratulados “Z.O.R.F. con Inversiones Co-
Mass Limitada”, compareció don P.R.S.M., en representación de Inversiones Patricio Salomón
M. Limitada, demandando la nulidad de las inscripciones practicadas a favor de las sociedades
Inversiones Co-Mass Limitada e Inversiones R.S.M.L. y que rolan a fojas 4135 N° 3436 y fojas
4136 N° 3437, ambas del año 2009 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Chillán, por adolecer de objeto ilícito.

Expuso que respecto de esos inmuebles, su parte solicitó y obtuvo una medida prejudicial
precautoria de celebrar actos y contratos en el juicio incoado en el 27° Juzgado Civil de
Santiago, rol N° 17.472-2009 caratulado “Inversiones con Inmobiliaria Coyancura Limitada”,
medidas que fueron solicitadas en razón de que Inmobiliaria Coyancura Limitada le adeudaba el
precio de venta de las propiedades antes señaladas.

Además, en el juicio ejecutivo tramitado ante el 19° Juzgado Civil de Santiago Rol N° 18.210-
2003, caratulado “R. con Inmobiliaria Coyancura Limitada”, esos inmuebles se encontraban
embargados. Si bien este último tribunal autorizó al remate celebrado el 10 de marzo del año
2009 en el juicio ejecutivo Rol N° 14.904-2006 seguido ante el 21° Juzgado Civil de Santiago,
caratulado “Banco del Desarrollo con Inmobiliaria Coyancura Limitada”, esa autorización fue
condicionada a que el tribunal de la ejecución retuviese y pusiera a disposición del tribunal
autorizante la cantidad de $140.000.000, lo que en definitiva no sucedió, porque la ejecutante se
hizo del total de los fondos del remate.

Aseveró la actora que al tomar conocimiento de esta anomalía, el 19° Juzgado Civil ordenó al
Conservador de Bienes Raíces de Chillán, “no alzar el embargo que afectaba a las propiedades,
mientras no se resolviera dicho incidente”, no obstante lo cual el 21° Juzgado Civil, a
requerimiento de los adjudicatarios que se hicieron parte en esa causa –quienes no informaron
lo que estaba ocurriendo ante el 19° Juzgado Civil- dejó sin efecto lo ordenado por el Juez de
aquél tribunal y ordenó al Conservador de Bienes Raíces de Chillán proceder a la inscripción de
las adjudicaciones. En el intertanto, ya se había inscrito la medida precautoria concedida por el
27° Juzgado Civil de Santiago.

En síntesis, adujo que la inscripción de las adjudicaciones adolece de objeto ilícito, pues al
momento de practicarse se encontraban vigentes embargos y medidas precautorias sobre los
bienes raíces de marras.

A su turno, las demandadas contestaron el libelo instando por su íntegro rechazo, postulando en
su defensa que la actora carece de interés pecuniario en la declaración de nulidad, desde que
sólo persigue la cancelación de las inscripciones practicadas en el Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Chillán y no la invalidación de la adjudicación o de la
subasta precedente, por lo que aún en el caso de acogerse la demanda, esa sentencia no
acarrearía el ingreso al patrimonio del demandante de los inmuebles, pues los actos procesales
y jurídicos que sirvieron de base para practicar dicha inscripción permanecerían válidos.

De otro lado, postuló que además de dirigir la acción en contra de las sociedades demandadas,
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De otro lado, postuló que además de dirigir la acción en contra de las sociedades demandadas,
era necesario emplazar a la sociedad Inmobiliaria Coyancura Limitada, pues la eventual
declaración de nulidad de las inscripciones acarrearía consecuencias jurídicas que también
afectarían a la anterior propietaria de los inmuebles y aseveró, en cuanto al fondo del asunto,
que la medida precautoria decretada por el 27° Juzgado Civil de Santiago no se encuentra
vigente y que a la fecha de adjudicación de los inmuebles se había autorizado la subasta por la
totalidad de los Juzgados que habían decretado embargos sobre dichos bienes, incluso aquella
dictada por el 19° Juzgado Civil –autorización que, por lo demás, en ningún momento se
revocó- de modo que al 9 de junio del año 2009, fecha en la cual se requirió al Conservador de
Bienes Raíces de Chillán la inscripción de la escritura de adjudicación, no existía impedimento
para la tradición, habiéndose practicado la inscripción de dominio dentro del plazo de vigencia
del repertorio solicitado, por lo que no concurre ninguno de los vicios de nulidad previstos en el
artículo 1464 del Código Civil.

Mediante sentencia de 24 de mayo de 2012, escrita a fojas 282, el juez subrogante del tribunal
referido en el primer acápite de esta expositiva acogió la demanda, declarando que la
enajenación de las propiedades raíces denominadas Lote Uno – A y L. número Dos, adolecen
de nulidad absoluta por objeto ilícito, disponiendo, en consecuencia, la cancelación de las
inscripciones practicadas a favor de las demandadas.

La parte demandada impugnó esa decisión mediante recursos de casación en la forma y


apelación y una sala de la Corte de Apelaciones de esta ciudad, mediante sentencia de 16 de
mayo de 2014, escrita a fojas 393, desestimó el libelo de nulidad formal y confirmó la decisión.

En contra de este último fallo, la misma parte interpone recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:

PRIMERO
Que el impugnante aduce que el fallo vulnera las normas contenidas en los artículos 1700,
1706, 1707, 1683, 1464 N° 3 del Código Civil; 15, 16 y 17 del
Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces, en relación al 1464 N° 3 del
Código Civil.

En primer lugar y en lo que hace al interés que los jueces reconocen a la actora para impetrar la
demanda de nulidad, señala que en la sentencia se desconoce el valor probatorio de los
instrumentos públicos acompañados a la causa, pues consta en autos que en la escritura de
modificación de la sociedad Inmobiliaria Coyancura Ltda., de 6 de diciembre de 2005, la actora
declaró que aquella nada le adeudaba en relación al precio de compraventa de los inmuebles
en cuestión, recibiendo en pago de esa acreencia, derechos sociales de Coyancura Ltda.,
instrumento que hace plena fe en contra de la demandante y permite además desvirtuar lo
declarado en la escritura de transacción de 13 de mayo de 2010, por medio de la cual esas
mismas partes convienen una serie de prestaciones con el objeto de terminar el juicio ventilado
ante el 27° Juzgado Civil de Santiago, procedimiento en el que se persiguió el pago del saldo
insoluto del precio de los inmuebles.
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Arguye que esa escritura de transacción, además, le es inoponible, tanto porque no se tomó
nota de ella al margen de la escritura de 6 de diciembre de 2005, como porque se otorgó en
forma posterior a la escritura de adjudicación de los inmuebles.

En consecuencia, esa errónea valoración incide también en la equivocada aplicación del


artículo 1683 del Código Civil, pues no puede reconocerse interés en la demandante sobre la
base de la existencia del juicio que promovió en contra de Inmobiliaria Coyancura Ltda. y en la
escritura de transacción referida, porque ya al 6 de diciembre del año 2005 la actora había
recibido una serie de derechos sociales en pago de la deuda, siendo evidente que la
transacción altera las declaraciones efectuadas por las partes en la escritura de modificación de
derechos sociales.

Una segunda razón para declarar la infracción del artículo 1683 del Código Civil se relaciona
con el hecho de que la nulidad perseguida y declarada en el fallo no alcanza a la adjudicación y
la subasta que precede a las inscripciones, por lo cual lo resuelto no acarrea el ingreso de los
bienes raíces al patrimonio de la actora, quien tampoco es el propietario inmediatamente
anterior de esos inmuebles.

T. al quebrantamiento del artículo 1464 N° 3 del Código Civil, afirma la recurrente que la
sentencia se equivoca al aplicar esa disposición, pues aun cuando al momento de practicarse la
inscripción de las adjudicaciones, los inmuebles se encontraban gravados con embargos y
medidas precautorias de prohibición de celebrar actos y contratos, tales impedimentos no
existían cuando fue requerida al Conservador de Bienes Raíces la inscripción del dominio de
los bienes raíces. Así, la sentencia confunde la enajenación y la venta, conceptos que
jurídicamente son distintos, sin considerar que al contar la subasta con la autorización del juez
que decretó el embargo, la posterior enajenación no puede adolecer de objeto ilícito, toda vez
que los artículos 15, 16 y 17 del Reglamento del Registro Conservador de Bienes Raíces
determinan que la anotación presuntiva se convierte en inscripción cuando se haga constar que
se ha subsanado la causa que impedía la enajenación, reconociendo que cuando la anotación
se convierte en inscripción, ésta surte todos los efectos de tal desde la fecha de la anotación, sin
embargo de cualesquiera derechos que hayan sido inscritos en el intervalo de una y otra, efecto
que debe reconocerse a la inscripción de autos, la que fue precedida de una anotación
efectuada con anterioridad a las inscripciones de la medida precautoria decretada por el 27°
Juzgado Civil de Santiago y la resolución del 19° Juzgado Civil de la capital que dejó sin
efecto, “por ahora”, el alzamiento del embargo que existía en esa causa.

Así, al establecer los jueces que la inscripción de la escritura de adjudicación se practicó el 29


de julio de 2009, subsanados los defectos que motivaron el rechazo de la inscripción definitiva
en el Registro de Propiedad, debieron reconocer a la anotación el efecto retroactivo que
prescriben las citadas normas reglamentarias;

SEGUNDO
Que con el mérito de la prueba rendida en el proceso y los expedientes tenidos a la vista, la
sentencia cuestionada dejó establecido, como hechos de la causa, los siguientes:

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1. - El 10 de marzo del año 2009, ante el 21° Juzgado Civil de Santiago en los autos Rol N°
14904-2006, caratulados “Banco del Desarrollo con Sociedad Inmobiliaria Coyancura
Limitada”, se llevó a efecto el remate del Lote Uno – A y el Lote Número Dos, inmuebles
resultantes de la subdivisión del Lote Uno –el primero- y de la Hijuela número Uno –el
segundo- ambos provenientes del Fundo denominado El Mono, ubicado en la comuna de
Chillán;

2. - Dichos inmuebles fueron adjudicados por don C.P.L.C., en la cantidad de $630.000.000,


quien compró para Inversiones Co – Mass Limitada e Inversiones R.S.M. Limitada;

3. - Con fecha 2 de junio de ese año, el 19° Juzgado Civil de Santiago, dispuso oficiar al 21°
Juzgado Civil de Santiago a fin que se sirviera disponer lo necesario para la retención de
la cantidad de $140.000.000 del remate efectuado a los referidos inmuebles;

4. - El día 9 de ese mismo mes y anualidad se requirió al Conservador de Bienes Raíces de


Chillán la inscripción de la escritura de adjudicación de las propiedades antes referidas;

5. - El 3 de julio de 2009, el 19° Juzgado Civil de Santiago decretó la suspensión “por ahora”
del alzamiento de embargo de la propiedad rematada en la causa Rol N° 14.904-2006
caratulada “Banco del Desarrollo con Inmobiliaria Coyancura Ltda”;

6. - El 6 de julio del mismo año, el 27° Juzgado Civil de Santiago otorgó la medida
prejudicial precautoria de Celebrar Actos y Contratos contemplada en el artículo 290 N° 4
del Código de Procedimiento Civil, respecto de las señaladas propiedades;

7. - Con fecha 20 de julio del año 2009 se inscribió al margen de la inscripción de fojas 595
N° 198 del año 2007 del respectivo registro, la resolución de alzamiento dictada con fecha
16 de junio de 2009 por el 21 Juzgado Civil de Santiago, causa número 14904-2006 y el
cúmplase de fecha 14 de julio de 2009 del Segundo Juzgado Civil de Chillán, exhorto N°
172-2009;

8. - A su turno, el 10 de julio de 2009 se anotó al margen de la inscripción de embargo de los


inmuebles que corren inscritos a fojas 1687 vuelta número 835 del Registro de Propiedad
del año 2006, y fojas 10787 número 4540 del Registro de Propiedad del año 2005, una
resolución judicial de fecha 03 de julio de 2009 del 19° Juzgado Civil de Santiago, en
virtud de la cual se decretó la suspensión “por ahora” del alzamiento del embargo;

9. - El 29 de julio del mismo año se inscribió la escritura de adjudicación de la propiedad a


nombre de las demandadas, rolantes a fojas 4135 número 3436 y fojas 4136 número 3437
del Registro de Propiedad del año 2009 del Conservador de Bienes Raíces de Chillán;

10. - Consta en el certificado de Hipotecas y Gravámenes, Interdicciones y Prohibiciones y de


L. del inmueble inscrito a fojas 10788 número 4541 del Registro de Propiedad del año
2005 a nombre de Inmobiliaria Coyancura Limitada, de fecha 17 de julio de 2009, la
medida precautoria decretada por el 27° Juzgado Civil a fojas 3488 N° 1751 del año
2009, decretada en causa Rol N° 17472-2009;

11. - El día 29 de julio de 2009 se inscribió la adjudicación del inmueble que corre inscrito a
fojas 10787 número 4540 del Registro de Propiedad del Conservador del año 2005 a
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nombre de Inversiones Co – Mass Limitada e Inversiones R.S.M. Limitada;

12. - En el certificado de Hipotecas y Gravámenes, Interdicciones y Prohibiciones y de Litigios


del Conservador de Bienes Raíces de Chillán, de fecha 11 de noviembre de 2009, se
indica la vigencia de una medida precautoria de fojas 3487 vuelta N° 1750 en el Registro
del año 2009 decretada en causa Rol N° 17472-2009 del 27° Juzgado Civil de Santiago,
sobre el inmueble inscrito a fojas 4136 número 3437 del Registro de Propiedad del año
2009 a nombre de las demandadas;

13. - Con fecha 31 de agosto de 2009 el mismo tribunal amplió dicha medida prejudicial
precautoria sobre el Lote Dos resultante de la subdivisión del lote H. número uno del
Predio denominado Fundo El Mono y Monte de U., ubicado en Chillán, inscrito a fojas
1687 vuelta N° 835 del año 2006 del Conservador de Bienes Raíces de la misma comuna;

14. - El 9 de julio de 2010, se notificó al Conservador de Bienes Raíces de Chillán y se le


requirió la inscripción del alzamiento de los embargos sobre las propiedades inscritas a
fojas 4135 N° 3436 y de fojas 4136 N° 3437 del Registro de Prohibiciones del
Conservador de Bienes Raíces de Chillán del año 2009;

15. - El día 12 de julio de 2010 se anotó el alzamiento al margen de la inscripción de Medida


Precautoria de fojas 3487 vuelta N° 1750 del Registro de Prohibiciones del año 2009;

TERCERO
Sobre la base de tales hechos, y en lo que interesa al recurso de casación en el fondo, los
sentenciadores concluyeron que las enajenaciones de las propiedades raíces en referencia,
cuyas inscripciones actuales corresponden a las de fojas 4136 N° 3437 y de fojas 4135 N°
3436, respectivamente, ambas del 2009, a nombre de las demandadas, “al momento de
convertirse en tales (inscripción de dominio) al tenor de lo dispuesto en los artículos 13 y
siguientes del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces, se encontraban
afectas a una medida prejudicial precautoria de prohibición de celebrar actos y contratos,
ordenada por decreto judicial del 27° Juzgado Civil de Santiago, en la causa Rol N° 17.472-
2009, y a sendos embargos trabados por resolución judicial expedida en el juicio caratulado
“R.H.M. con Inmobiliaria Coyancura Limitada”, Rol N° 18.210-2006 del 19° Juzgado Civil de
Santiago, todos gravámenes y limitaciones debidamente inscritos y vigentes a la época que nos
atañe”, añadiendo que “si bien la medida prejudicial precautoria aludida aparece anotada en el
título correspondiente con posterioridad a la fecha del requerimiento de la inscripción de venta
forzada, puesto que éste (el requerimiento) se efectuó con fecha 9 de junio de 2009, aún en ese
caso y considerando que dicha anotación se convirtió recién en inscripción con fecha 29 de julio
de 2009, es decir, una vez que las propiedades sub lite se encontraban afectas a las antedichas
medidas cautelares”, circunstancias que conducen a los jueces a concluir que el modo de
adquirir tradición del derecho real de dominio de las propiedades sub lite, constituido por su
competente inscripción, adolece de objeto ilícito, en atención a la existencia de una medida
prejudicial precautoria de prohibición de celebrar actos y contratos y sendos embargos trabados
sobre aquéllas, debidamente inscritas y vigentes, que las afectaba, “dado que no cabe excluir la
aplicación del artículo 1464 del Código Civil, cuando dispone expresamente la nulidad absoluta
en los términos del inciso primero del artículo 1682 del texto de bello, por situarse, como en este
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caso, en la hipótesis descrita en el N° 3 de la disposición mencionada”. Explican que tratándose


la de la especie una compraventa forzada, al disponer el artículo 1810 del mismo código que no
pueden venderse las cosas corporales cuya enajenación esté prohibida por la ley, hace
extensivo el objeto ilícito a las cosas embargadas por decreto judicial, comprendiéndose
también las que tengan una medida cautelar que se efectúa, sin la autorización del juez o el
consentimiento del acreedor.

En el basamento duodécimo del fallo de primer grado los sentenciadores postulan que la
imposibilidad legal de venderse las cosas corporales o incorporales cuya enajenación esté
prohibida por la ley no puede significar otra cosa sino que tales actos adolecen de objeto ilícito,
según lo preceptuado por el artículo 1464 del Código Civil. Así, “la tradición y solo ésta, respecto
de los inmuebles adjudicados por las demandadas en remate y subasta pública, inscritas
actualmente a su nombre, adolece de un vicio de aquéllos que contempla el inciso 1° del
artículo 1682 del texto legal en comento, que acarrea su nulidad absoluta”.

En cuanto a la autorización para la subasta prestada por el 19° Juzgado Civil de Santiago,
manifiestan los jueces en el basamento duodécimo del fallo de segundo grado que es necesario
distinguir dos situaciones o momentos diversos. El primero, aquel existente al momento de
efectuarse la subasta y, el segundo, el que concurría cuando se produjeron las inscripciones
cuya nulidad se solicita. Luego, señalan que “si bien al momento de llevarse a cabo la subasta
se contaba con la autorización –aunque condicionada- del 19° Juzgado Civil de esta ciudad, lo
cierto es que, al momento de practicarse la inscripción a nombre de las demandadas, esto es, al
consumarse la enajenación, tal embargo se encontraba vigente”.

Asimismo, en relación a la falta de vigencia de la medida precautoria decretada en los autos Rol
17.472-2009 del 27° Juzgado Civil de Santiago –cuya anotación se practicó en forma posterior
al requerimiento efectuado para la inscripción de la adjudicación- exponen que el efecto
retroactivo que otorga a las inscripciones presuntivas el artículo 17 del Reglamento
Conservatorio, sólo se producirá cuando se acredita que se han subsanado los defectos que
motivaron el rechazo de la inscripción definitiva en el Registro de Propiedades, situación que
ocurrió recién el 29 de julio de 2009, esto es, encontrándose plenamente vigente la prohibición
de enajenar.

Declaran, además, que a la demandante le asiste un interés de índole pecuniario en la nulidad


que persigue, por adeudarle la sociedad Inmobiliaria Coyancura Limitada el precio de venta de
las dos propiedades en referencia, incumplimiento que dio origen al juicio rol N° 17472-2009,
en el cual esas deudas han sido reconocidas en virtud del contrato de transacción acompañado
a los autos, hechos que, en opinión de los jueces, “han entorpecido indudablemente el afán del
demandante de recuperar a posesión de los inmuebles cuya enajenación se ha tornado estéril
de acuerdo a lo razonado en el considerando décimo tercero, circunstancia que, obviamente, no
puede sino entrañar una afectación patrimonial idónea para proveer a favor del actor
legitimación activa suficiente con miras a instar por la presente acción, satisfaciéndose de tal
manera el presupuesto en cuestión”, desestimándose en segunda instancia la alegación del
demandado de serle inoponible la escritura de transacción acompañada al juicio recién referido,
por tratarse de una alegación nueva planteada únicamente en el escrito de apelación, sin que
esa circunstancia, con todo, altere el interés que se ha reconocido a la actora, que existe desde
que se dedujo la demanda en contra de Inmobiliaria Coyancura Ltda.;

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CUARTO
Que previamente a adentrarse en el análisis de la cuestión de fondo sometida a enjuiciamiento,
debe abordarse el capítulo relativo a infracción de leyes reguladoras de la prueba, citando
específicamente los artículos 1700, 1706, 1707 del Código Civil, al desconocer los
sentenciadores del fallo impugnado, el valor probatorio de documentos, consistentes en la
escritura de modificación de la sociedad Inmobiliaria Coyancura Ltda., de 6 de diciembre de
2005, la actora declaró que aquella nada le adeudaba en relación al precio de compraventa de
los inmuebles en cuestión, recibiendo en pago de esa acreencia, derechos sociales de
Coyancura Ltda., instrumento que hace plena fe en contra de la demandante y permite además
desvirtuar lo declarado en la escritura de transacción de 13 de mayo de 2010, por medio de la
cual esas mismas partes convienen una serie de prestaciones con el objeto de terminar el juicio
ventilado ante el 27° Juzgado Civil de Santiago, procedimiento en el que se persiguió el pago
del saldo insoluto del precio de los inmuebles;

QUINTO
Que, en lo relativo a la prueba instrumental, no es efectivo que la sentencia impugnada vulnere
los artículos 1700, 1706 y 1707 del Código Civil, por cuanto el primero dispone que el
instrumento público hace fe en cuanto al hecho de haberse otorgado y a su fecha, pero no en
cuanto a la verdad de sus declaraciones que en él se hayan realizado; el segundo precepto
refiere que los instrumentos públicos o privados hacen fe entre las partes aún en lo meramente
enunciativo, con tal que tenga relación directa con lo dispositivo del acto o contrato; y, finalmente
el último precepto dispone que las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo
pactado en escritura pública, no producirán efecto contra tercero y tampoco, tampoco lo
producirán las contraescrituras públicas, cuando no se haya tomado razón de su contenido al
margen de la escritura matriz cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado
en cuya virtud ha obrado el tercero.

La situación planteada en el recurso no concuerda con ninguna de las hipótesis previstas en


tales normas. En efecto, la sentencia no desconoce la existencia ni el valor de tales documentos
que sustentan la alegación de la demandada relacionada con la inoponibilidad de la transacción
celebrada entre el actor y la Sociedad Coyancura Limitada, la que desecha porque “constituye
una alegación nueva que solo ha sido introducida en el libelo de apelación, pero que no formó
parte de la discusión, sin perjuicio de haber sido acompañada por el actor a fin de acreditar su
interés en la nulidad que solicita” (fundamento undécimo sentencia de alzada);

SEXTO
Que, a la luz de lo expuesto, se advierte que lo que realmente se denuncia es una errada
valoración de la prueba documental rendida en juicio, al acusar que no se le ha otorgado valor
probatorio alguno a los documentos que menciona, pretendiendo con ello, que esta Corte
realice una nueva ponderación de los mismos, lo que resulta improcedente puesto que tal
actividad es extraña a los fines de la casación en el fondo, siendo propia y exclusiva de los
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jueces del grado;

SEPTIMO
Que despejado el capítulo relativo a la prueba, cuyas reglas no han sido vulneradas, han
quedado fijados como presupuestos fácticos inalterables y sobre la base de los cuales han de
analizarse los errores de derecho denunciados, los indicados en la fundamentación tercera del
presente fallo;

OCTAVO
Que, como es sabido, la posesión de los bienes raíces obedece en nuestro ordenamiento
jurídico a reglas que le son propias y que hacen notable excepción con las que informan la
posesión de los bienes muebles. Este carácter excepcional de la posesión de los inmuebles,
deriva lógicamente de la implantación de la inscripción conservatoria, como único medio legal
de efectuar la tradición del dominio de esta clase de bienes y de los demás derechos reales
enumerados en el artículo 688 del Código Civil.

El legislador al crear la institución del Registro del Conservador de Bienes Raíces, echó las
bases sobre las cuales descansa la teoría de la posesión inscrita en nuestro Código,
consagrando así como la única manera válida y legal de efectuar la tradición del dominio de los
bienes raíces y demás derechos reales constituidos sobre ellos, exceptuadas las servidumbres,
la inscripción del título en el Registro del Conservador de Bienes Raíces (art.686).

Así, la inscripción conservatoria desempeña en nuestro Derecho una triple función jurídica, a
saber: 1°. Es la única forma legal de efectuar la tradición del dominio de los bienes raíces y de
los demás derechos reales constituidos en ellos, excepción hecha de las servidumbres - salvo la
servidumbre de alcantarillados en predios urbanos, art. 1º Ley 6.977 - y del derecho real de
herencia; 2°. Dar una amplia publicidad a la situación de la propiedad inmobiliaria, con sus
gravámenes, cargas y limitaciones; y 3°. La inscripción es requisito, prueba y garantía de la
posesión de los bienes raíces.

El propio Mensaje del Código Civil lo señala claramente, al decir que “La transferencia y
transmisión de dominio, la constitución de todo derecho real, exceptuadas, como se ha dicho,
las servidumbres, exige una tradición, y la única forma de tradición que para estos actos
corresponde es la inscripción en el Registro Conservatorio. Mientras ésta no se verifique, un
contrato puede ser perfecto, puede producir obligaciones y derechos entre las partes, pero no
transfiere el dominio, no transfiere ningún derecho real, ni tiene respecto de terceros existencia
alguna”

De acuerdo con el artículo 686, la tradición del dominio de los bienes raíces y de los demás
derechos reales constituidos en ellos, se efectúa únicamente por la inscripción del título en el
Registro del Conservador. Y que, de acuerdo con el artículo 696, no puede adquirirse la
posesión efectiva del dominio y de los demás derechos reales cuya tradición se opera por medio
de la inscripción en el Registro, mientras dicha inscripción no se efectúe de la manera señalada

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en la ley.

La inscripción, señala el Mensaje, es la que le da la posesión real efectiva, y


mientras ella no se ha cancelado, el que no ha inscrito su título, no posee, es un
mero tenedor. Como el Registro Conservatorio está abierto a todos, no puede haber
posesión más pública, más solemne, más indisputada, que la inscripción

. La inscripción es, pues, la señal de partida de la posesión de los bienes raíces, cuando se
invoca un título traslaticio y sólo quien tiene título inscrito a su favor puede considerarse en
posesión de esta clase de bienes.

De ahí que el artículo 724 establezca que “si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse
por inscripción en el Registro del Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino por
ese medio”. Y, el artículo 728 agrega que para que cese la posesión inscrita es necesario que la
inscripción se cancele, sea por voluntad de las partes o por una nueva inscripción en que el
poseedor inscrito transfiere su derecho a otro o por decreto judicial.

Por su parte, el artículo 2505 establece que “contra un título inscrito no tendrá lugar la
prescripción adquisitiva de bienes raíces o de derechos reales constituidos en éstos, sino en
virtud de otro título inscrito, ni empezará a correr sino desde la inscripción del segundo”.

En cuanto al Registro Conservatorio de Bienes Raíces, su organización y funcionamiento están


consignados en el Reglamento y en el Código Orgánico de Tribunales (arts. 446 y sgtes.).

Los libros fundamentales son el Repertorio, el Registro y el Indice General. En lo que interesa El
Repertorio (arts. 21 y sgtes) es el libro de ingreso de la oficina; en él se deben anotar todos los
títulos que se presentan al Conservador, por orden cronológico de llegada, cualquiera sea su
naturaleza (arts. 21 y 27); es anual y la anotación debe contener ciertos datos que menciona el
art. 24.

La anotación en el Repertorio es presuntiva y caduca a los dos meses desde su fecha si no se


convierte en inscripción. Convertida en inscripción, ésta surte efectos desde la fecha de la
anotación; opera, pues retroactivamente (arts. 15, 16 y 17);

NOVENO
Que procede a continuación abordar las diversas cuestiones de fondo planteadas en el recurso.
Siguiendo el orden establecido en el libelo, el primer aspecto que la recurrente somete a
consideración de esta Corte versa sobre la vulneración del artículo 1464 Nº 3 del Código Civil,
habida consideración que al momento de practicarse la inscripción de las adjudicaciones en
Conservador de Bienes Raíces, los inmuebles no se encontraban gravados con embargos y
medidas precautorias de prohibición de celebrar actos y contratos, toda vez que a la subasta se
contaba con la autorización del juez que decretó el embargo y que la inscripción de la medida
precautoria de celebrar actos y contratos se hizo con posterioridad a la anotación presuntiva en
el Repertorio del respectivo Conservador;

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DECIMO
Que la sentencia recurrida al confirmar el fallo de la instancia, establece, con relación a las
infracciones alegadas, que las enajenaciones de las propiedades raíces sub lite, al momento de
convertirse en tales (inscripción de dominio), se encontraban afectas a una medida prejudicial
precautoria de prohibición de celebrar actos y contratos y a sendos embargos trabados por
resolución judicial, todos los gravámenes y limitaciones debidamente inscritos y vigentes a la
época que nos atañe”. Agrega que, “si bien la medida prejudicial precautoria aludida aparece
anotada en el título correspondiente con posterioridad a la fecha del requerimiento de la
inscripción de venta forzada, puesto que este (el requerimiento) se efectuó con fecha 9 de junio
de 2009, aún en ese caso y considerando que dicha anotación se convirtió recién en inscripción
con fecha 29 de julio, es decir, una vez que las propiedades sub lite se encontraban afectas a
las antedichas medidas cautelares, dichas circunstancias conducen necesariamente a
establecer que las enajenaciones en comento adolecen de objeto ilícito”;

UNDECIMO
Que, de conformidad al artículo 1464 del mismo Código señala hay objeto ilícito en la
enajenación: “3º De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice
o el acreedor consienta en ello”.

De acuerdo con dicha norma hay objeto ilícito en la venta del inmueble embargado por decreto
judicial hecha sin autorización del juez o el consentimiento del acreedor, toda vez que lo que la
ley prohíbe y sanciona con nulidad absoluta es la enajenación, o sea, el acto por el cual se
transfiere a otro, a cualquier título, la propiedad u otros derechos reales sobre las cosas
embargadas por decreto judicial, entendiéndose por tales cosas los bienes retenidos o
prohibidos de enajenar o gravar por orden del juez competente.

El legislador, al emplear el término “enajenación” no lo hace en sentido estricto de transferencia


del dominio sino en un sentido amplio, o sea como un acto por el cual se transfiere a otro la
propiedad u otro derecho real sobre una cosa a cualquier título (Repertorio de Legislación y
Jurisprudencia. Editorial Jurídica, año 1969, p.69).

Si bien es cierto que la enajenación y la venta son jurídicamente conceptos distintos, esta
distinción no tiene importancia tratándose de una compraventa, ya que, cualquiera que sea su
alcance, al disponer el artículo 1810 que “no pueden venderse las cosas corporales e
incorporales cuya enajenación esté prohibida por la ley”, hace extensivo el objeto ilícito a la
compraventa de las cosas embargadas por decreto judicial, que se efectúa sin la autorización
del juez o el consentimiento del acreedor.

DUODECIMO
Que partiendo de la doctrina transcrita en el apartado anterior, en el presente caso deben
examinarse dos aspectos, a saber: a) la existencia de embargos a la fecha de la subasta y a la
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de la anotación en el Repertorio; y b) la existencia de un embargo o medida prejudicial inscrita


con posterioridad a la subasta y a la anotación en el Repertorio;

DECIMO TERCERO
Que en lo atinente al primer aspecto, desde la perspectiva del artículo 1463 Nº 3 del
Código Civil, no es nulo el contrato de compraventa sobre una propiedad a la cual le afecta un
embargo, si se cuenta con la autorización del juez o del acreedor y si dicho embargo fue alzado
antes de proceder a la inscripción del referido contrato; situación que se manifiesta en el
presente caso.

En efecto, al subastarse el bien el 10 de marzo de 2009, se contaba con la autorización del juez
del 21º Juzgado Civil de Santiago, cumpliendo con lo dispuesto con el referido Nº3 del artículo
1464. La escritura de adjudicación se “anotó presuntivamente” en el Repertorio del Conservador
de Bienes Raíces de Chillán el 9 de junio de 2009, anotación que se convirtió en inscripción el
29 de julio de 2009, previa anotación marginal de la resolución que ordenaba el alzamiento del
embargo datada el 20 de julio de 2009;

DECIMO CUARTO
Que en lo que dice relación al segundo de los aspectos señalados, esto es, la inscripción de
una medida prejudicial con posterioridad a la anotación en el Repertorio, cabe señalar que
efectuada una anotación en el Repertorio es perfectamente imaginable que puedan efectuarse
otras anotaciones, incompatibles con la primera, relativas al mismo inmueble y es ésta
precisamente la situación producida en el caso de autos, en que con posterioridad a la
anotación presuntiva de la transferencia del inmueble, un acreedor del vendedor logró se
decretara por juez competente medida prejudicial de celebrar actos y contratos sobre los bienes
raíces adjudicados y se inscribiera al margen de la inscripción de dominio de dichos inmuebles.

En efecto, la anotación en el Repertorio de la escritura de adjudicación fue hecha con fecha 9 de


junio de 2009. La inscripción de la prohibición de celebrar actos y contratos tiene fecha 17 de
julio de 2009 y la inscripción el 29 de julio de 2009. Por lo tanto, convertida la anotación en
inscripción, la inscripción de la prohibición en nada afecta a esta última, cobrando plena validez
el efecto retroactivo que le asigna el artículo 17 del Reglamento que dispone: “Convertida la
anotación en inscripción, surte ésta todos los efectos de tal desde la fecha de la anotación, sin
embargo de cualquiera derechos que hayan sido inscritos en el intervalo de la una o la otra”

De estimare lo contrario, esto es, si se otorgara pleno valor a la inscripción de esa medida
prejudicial en el sentido de impedir la inscripción de dominio de un título que había sido
presentado para tal trámite y anotado en el Repertorio, ello importaría desconocer de manera
absoluta el efecto retroactivo que indudablemente le asigna el artículo 17 a la anotación,
cuestión que resulta legalmente improcedente.

En este mismo sentido ha resuelto esta Corte, al señalar que la intención del legislador ha sido
dejar en claro que si la anotación se convierte en inscripción, nada de lo que ocurra con

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posterioridad a la primera puede afectar a la segunda, pues el titular es legalmente dueño del
bien por tradición, precisamente, desde la fecha de la anotación presuntiva, que es también,
para todos los efectos, la de la inscripción (C.S. 14 abril de 2010, rol Nº 5574-08, C.S. 10 abril
2013, rol 7449-12);

DECIMO QUINTO
Que, en consecuencia, de conformidad con el principio de retroactividad de que habla el artículo
17, para todos los efectos legales la fecha de tradición de un bien raíz es la de su inscripción en
el Registro de Propiedad del Conservador de Bines Raíces respectivo y la fecha de la
inscripción es, de acuerdo al tantas veces citado artículo 17 del Reglamento, la de su anotación
en el Repertorio. Por lo tanto, no cabe sino concluir que el 9 de junio de 2009, fecha de
anotación del título en el Repertorio que posteriormente se convertió en inscripción, la
demandada se hizo dueña por tradición de los bienes inmuebles adjudicados en remate judicial
llevado a efecto el 10 de marzo de 2009 y que, por otro lado, al haberse inscrito la medida
prejudicial el 17 de julio de 2009, esto es, con posterioridad a la tradición, de forma tal que ni la
enajenación y tradición adolecen de objeto ilícito, en los términos señalados en el número 3º del
artículo 1464 del Código Civil;

DECIMO SEXTO
Que los jueces de la instancia han razonado precisamente en el sentido contrario en que
discurren las consideraciones vertidas en los fundamentos que anteceden, de manera tal que no
cabe sino concluir que han incurrido en los errores de derecho que se les atribuye en el recurso
y que, en razón de ello, la casación en el fondo intentada debe ser acogida;

DECIMO SEPTIMO
Que en razón de expuesto en el apartado anterior, no resulta necesario abordar las otras normas
que el recurrente estima que han sido también vulneradas.

Y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los artículos 764, 765, 767 y
805 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el fondo deducido
en lo principal de fojas 399 por el abogado don Claudio Patricio Lefever Celedón, en
representación de la parte demandada, en contra de la sentencia de dieciséis de mayo de dos
mil catorce, escrita a fojas 393, la que se invalida en lo pertinente y se la reemplaza por la que
se dicta acto continuo, sin nueva vista, pero separadamente.

Regístrese.

Redacción del abogado integrante señor Jorge Lagos G.

N° 21.900-14.-

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Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Nibaldo Segura P.,
Patricio Valdés A., Guillermo Silva G. y Abogados Integrantes Sres. Jorge Lagos G. y Alfredo
Prieto B.

No firman el Ministro Sr. Segura y el Abogado Integrante Sr. Prieto, no obstante haber concurrido
a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haber ambos cesado en sus funciones.

Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a veinte de abril de dos mil quince, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.

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