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Dos textos muy bellos, uno del magisterio contemporáneo y otro de la tradición
patrística, nos proporcionan el suelo y el cielo para nuestro caminar:
“El monaquismo, de modo particular, revela que la vida está suspendida entre dos
cumbres: la Palabra de Dios y la Eucaristía…La Palabra de Dios es el punto de
partida del monje, una Palabra que llama, que invita, que interpela personalmente,
como sucedió en el caso de los Apóstoles. Cuando la Palabra toca a una persona,
nace la obediencia, es decir, la escucha que cambia la vida. Cada día el monje se
alimenta del pan de la Palabra. Privado de él, está casi muerto, y ya no tiene nada
que comunicar a sus hermanos, porque la Palabra es Cristo, al que el monje está
llamado a conformarse. Incluso cuando canta con sus hermanos la oración que
santifica el tiempo, continúa su asimilación de la Palabra. La riquísima iconografía
1
Este material puede utilizarse también en retiros espirituales, jornadas de oración, días de desierto
personales o comunitarios (Cf. Apéndice).
2
Abadía Cristo Rey, El Siambón, Tucumán, Argentina. Congregación Benedictina de la Santa Cruz del
Cono Sur.
3
Cf. P. E. GÓMEZ, “Dulcis Iesu Memoria: El dulce método de la teología monástico medieval”, en
Cistercium 254 (2010), pp. 169-224; Cistercium 259 (2012), pp. 81-132.
4
Título de un artículo de S. SALAVILLE, RAM 25 (1949), pp. 247-259.
5
T. SPIDLIK, “La vida en Dios” (http://ermitaniourbano.blogspot.com.ar/2009/01/la-vida-en-
dioscardenal-toms-spidlik-sj.html).
6
Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación postsinodal Verbum Domini 87.
7
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%C3%BAs,%20Nuestro%20Se%C3%B1or.html
8
Akathistos a nuestro dulce Señor Jesucristo,
http://issuu.com/akathistoscomarca/docs/a_nuestro_dulce_senor_jesucristo_pd, (A); Akatisto a nuestro
dulcísimo Señor Jesucristo, Publicaciones del Monasterio Ortodoxo Lavra Mambré, Lago Azul, Lago de
Amatitlán, Villa Nueva, Guatemala, 2000,
http://hogarafaelayau.org/cms/media/download_gallery/Publicaciones/B._Akatisto_a_Nuestro_Dulcisimo
_Senor_Jesucristo.pdf , (B).
litúrgica, de la que con razón se enorgullecen todas las Iglesias del Oriente
cristiano, no es más que la continuación de la Palabra, leída, comprendida,
asimilada y, por último, cantada: esos himnos son, en gran parte, sublimes
paráfrasis del texto bíblico, filtradas y personalizadas mediante la experiencia de la
persona y de la comunidad. Frente al abismo de la misericordia divina, al monje no
le queda más que proclamar la conciencia de su pobreza radical, que se convierte
inmediatamente en invocación y grito de júbilo para una salvación aún más
generosa, por ser inseparable del abismo de su miseria. Precisamente por eso, la
invocación de perdón y la glorificación de Dios constituyen gran parte de la oración
litúrgica. El cristiano se halla inmerso en el estupor de esta paradoja, última de una
serie infinita, que el lenguaje de la liturgia exalta con reconocimiento: el Inmenso se
hace límite; una Virgen da a luz; por la muerte, Aquel que es la vida derrota para
siempre la muerte; en lo alto de los cielos un Cuerpo humano está sentado a la
derecha del Padre. En el culmen de esta experiencia orante está la Eucaristía...”9.
“Me parece que son cuatro las partes de la oración que me toca describir y que hallo
dispersas en las Escrituras, y a cuyo modelo debe cada cual reducir, como a un todo,
su propia oración. Estas son las partes de la oración. Según la capacidad de cada
cual, al principio y como en el exordio de la oración, hay que dar gloria a Dios, por
Cristo coglorificado, en el Espíritu Santo coalabado. Después, cada cual debe situar
la acción de gracias universal por los beneficios concedidos a la comunidad y luego
las gracias recibidas de Dios. A la acción de gracias parece oportuno le suceda la
dolida acusación ante Dios de sus propios pecados y la petición, en primer lugar, de
la medicina que lo libere del hábito y de la inclinación al pecado, y luego, del
perdón de los pecados cometidos. En cuarto lugar y después de la confesión me
parece que ha de añadirse la súplica implorando los magníficos bienes celestiales
tanto para sí mismo, como para toda la comunidad humana, para los familiares y
para los amigos. Y por encima de todo esto, la oración debe finalizar por la
glorificación de Dios, por Cristo, en el Espíritu Santo. Pues es justo que una oración
que comenzó por la glorificación, con la glorificación termine, alabando y
glorificando al Padre de todos, por Jesucristo, en el Espíritu Santo, a quien sea la
gloria por los siglos”10.
9
JUAN PABLO II, Carta Apostólica “Orientale Lumen” 10.
10
ORÍGENES, Sobre la oración, ns. 31-33.
11
Kontakion (Griego: κοντάκιον) es un tipo de himno de ortodoxo. El término deriva de la palabra griega
κόνταξ (kontax, "palo"), el eje en el que se enrolla el pergamino. Esto describe el modo en el que las
palabras aparecen cuando se lee el rollo. La palabra se usaba para describir una forma de poesía bizantina
cuyos orígenes datan del siglo VI, compuesta de versos o οικοι (ikoi, "casas").
12
Conductor audaz (A), A Ti, Líder triunfante y Señor (B).
13
Hades (B).
14
Porque me libraste (A).
15
Te dedico este Himno de Alabanza (A), Te ofrezco un canto de alabanza (B).
cuya misericordia no tiene límite16, libérame hoy de todo peligro17, Tú, a quien yo
invoco18: Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí19.
Ikos 1. Oh Creador de los ángeles y Señor de las potencias del cielo 20, Tú que has
abierto el oído y dado la palabra al sordomudo, ilumina mi espíritu y desata mi lengua
para que pueda alabar a Tu Nombre purísimo y dirigirme a Ti con este canto21:
Jesús, belleza luminosa22, estupor23 de los ángeles.
Jesús, fuerza invencible24, liberador de nuestros padres25.
Jesús, dulzura inmensa26, alabanza27 de los patriarcas.
Jesús, Señor muy amado28, cumplimiento de los profetas.
Jesús, admirable en la fuerza29, gloria30 de los mártires.
Jesús, paz resplandeciente31, alegría de los monjes32.
Jesús, lleno de benevolencia33, dulzura de los sacerdotes34.
Jesús, misericordia incansable35, regocijo36 de los santos37.
Jesús, purísimo38, pureza39 de las vírgenes.
Jesús, Tú eres desde siempre40, salvación de los pecadores.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí41.
42
Llorar amargamente (A).
43
Del hijo de ella (A), Te conmoviste (B).
44
Levantaste (B).
45
Que era llevado al sepulcro (A), la sepultura (B).
46
Amigo del hombre (A).
47
Resucita nuestro espíritu herido por los pecados (A), levanta mi alma (B).
48
Ten piedad de nosotros (A).
49
Mientras clamamos: ¡Aleluya! (A), mientras clamo (B).
50
Que quería entender aquello que no es inteligible (A), conocimiento desconocido (B).
51
Exclamó (A).
52
Que estás conmigo (A).
53
Y aún no has comprendido (A).
54
Que el Padre está en Mí y Yo en Él (A).
55
Renunciando a comprender (A), oh inescrutable (B).
56
Te invocamos (A).
57
Eterno (A), Dios antes de los siglos (B). Se agrega: Jesús, Rey fuerte (A), Rey Todopoderoso (B).
58
Señor de la paciencia (A), Maestro sufriente (B).
59
Misericordioso (A y B).
60
Custodio amable (A), amable Guardián (B).
Jesús, purifícame de mis pecados61.
Jesús, aparta tu mirada de mis culpas62.
Jesús, libera mi corazón de toda falsedad63.
Jesús, yo espero en Ti, no me abandones64.
Jesús, no me rechaces lejos de Ti65.
Jesús, mi Creador, no me olvides66.
Jesús, Tú el único Pastor Bueno, vela por mí67.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.
61
Sé benevolente con nuestros pecados (A), mis pecados (B).
62
Ayúdanos a evitar nuestras transgresiones (A), borra mis iniquidades (B).
63
Libéranos de nuestras iniquidades (A), perdona mi injusticia (B).
64
Esperanza nuestra no nos abandones (A), mi esperanza (B).
65
Ayuda nuestra, no nos apartes (A), mi Ayuda no me rechaces (B).
66
Creador, no te olvides de nosotros (A), mi Creador, no me olvides (B).
67
Pastor, no nos dejes morir (A), mi pastor, no me sueltes (B).
K. 3. Jesús, Tú has revestido con el poder de lo alto a los apóstoles que permanecían 68
en Jerusalén69. Del ardor70 del Espíritu Santo revísteme también a mí aunque esté
desprovisto71 de toda obra buena y concédeme cantarte con amor72: Aleluya.
I.3. Jesús, en la riqueza de tu misericordia has llamado al publicano y al pecador, ahora
vuélvete hacia mí, que soy como ellos y acepta este canto como mirra muy preciosa73:
Jesús, fuerza74 invencible.
Jesús, ternura75 infinita76.
Jesús, belleza luminosa77.
Jesús, amor inefable78.
Jesús, Hijo de Dios viviente.
Jesús, ten piedad de mí, pecador79.
Jesús, ilumíname porque estoy en la oscuridad80.
Jesús, purifícame de toda culpa81.
Jesús, recondúceme a Ti, como al hijo pródigo82.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.
K. 5. Con tu sangre derramada, nos has rescatado. Así, Jesús, no nos dejaste prisioneros,
esclavos de nuestras pasiones y de la profunda tristeza. Haznos verdaderamente libres, a
nosotros que te gritamos108: Aleluya.
I.5. Los hijos de tu pueblo han visto, en un cuerpo como el nuestro, a Aquél que con su
mano había creado al hombre109. Y, habiéndolo reconocido como el Señor110, buscaban
104
Luz nuestra, ilumínanos (A).
105
Mantennos alejados de los tormentos (A).
106
Sálvanos, aunque somos indignos (A), que soy indigno (B).
107
Ten piedad de nosotros (A).
108
Un día, con tu sangre divina expiaste nuestra merecida maldición, Oh Jesús. Sálvanos del acecho de la
serpiente que nos ha enredado con las pasiones terrenas, sálvanos de la lujuria terrestre, sálvanos de la
maldad, para que así te podamos cantar (A), Desde antaño nos redimiste de la maldición de la ley por Tu
divina sangre derramada, Oh Jesús, de igual manera rescátanos de las asechanzas en las que la serpiente
nos ha enredado a través de las pasiones de la carne, incitaciones lujuriosas y un letargo peligroso,
mientras clamamos a ti (B).
109
Al contemplar en forma humana a Quien con su mano creó (formó –B) al hombre (A).
110
Y comprender que era su Señor (Maestro-B) (A).
festejarle agitando los ramos y gritando111: ¡“Hosanna”! Del mismo modo, nosotros te
ofrecemos un himno diciendo112:
Jesús, verdadero Dios.
Jesús, Hijo de David.
Jesús, Rey de la gloria113.
Jesús, Cordero inocente114.
Jesús, Pastor maravilloso115.
Jesús, Custodio de mi infancia116.
Jesús, Consejero de mi juventud117.
Jesús, alabanza de mi vejez118.
Jesús, esperanza en la hora de mi muerte119.
Jesús, vida después de la muerte120.
Jesús, consolación en la hora misma de mi juicio121.
Jesús, mi único deseo ábreme la puerta de tu Reino122.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.
K. 7. Queriendo revelar el misterio escondido desde los siglos, como un cordero mudo
has sido inmolado, Jesús137. Siendo Dios, has resucitado de entre los muertos y has
subido al cielo en la gloria138. Contigo, nosotros hemos resucitado, y te aclamamos 139:
Aleluya.
I.7.Ante nuestros ojos hiciste tu obra maravillosa cuando el Creador, nacido de la
Virgen, se manifestó, resucitó de la tumba y se presentó corporalmente a los apóstoles
que estaban con las puertas cerradas. Por esto, maravillados cantamos con fuerza140:
Jesús, Verbo incomprensible141.
Jesús, Palabra impenetrable142.
Jesús, poder inaccesible143.
137
Al desear develar el misterio vedado (escondido – B) por todos los tiempos (siglos – B), fuiste
conducido como un cordero (oveja – B) para ser sacrificado, Oh Jesús (A), como una oveja muda ante el
trasquilador (B).
138
Pero como Dios has resucitado (Te levantaste – B) de entre los muertos y has ascendido gloriosamente
a los cielos (A).
139
Y (junto contigo – B) nos elevas (levantaste – B) a nosotros, que te aclamamos (A),…los que
clamamos (B).
140
Haciéndote presente como criatura, Te revelaste como nuestro Creador. Concebido sin intervención
humana de una Virgen, resucitaste del sepulcro sin romper los precintos y entraste con Tu cuerpo, allí
donde estaban loa Apóstoles a puertas cerradas. Frente a todos, maravillados, Te cantamos (A), Nueva fue
la Creación que nos reveló el Creador cuando El apareció, pues, sin simiente tomó carne de una Virgen y
se levantó de la tumba; sin romper el sello de ambas y con su cuerpo, entró hasta los Apóstoles mientras
las puertas estaban cerradas. Así, maravillosamente ante esto cantamos (B).
141
Palabra innominable (A), incontenible (B).
142
Inestimable (A), Inteligencia insondable (B).
143
Fuerza inalcanzable (A), Poder incomprensible (B).
Jesús, sabiduría inconcebible144.
Jesús, divinidad inmensa145.
Jesús, Señor de todo el universo146.
Jesús, soberanía infinita147.
Jesús, fuerza estrepitosa148.
Jesús, poder eterno149.
Jesús, mi Creador, ten compasión de mí150.
Jesús, Salvador, sálvame151.
144
Impensable (A), inconmensurable (B).
145
Indescriptible (A), irrepresentable (B).
146
Potencia incalculable (A), Dominio ilimitado (B). Se agrega: Jesús, reino invencible (A-B).
147
Interminable (B). Se agrega: Jesús, Señorío inimitable (A).
148
Altísima (A), sublime (B).
149
Potencia eterna (A), Autoridad eterna (B).
150
Creador nuestro, sé benevolente (A), fórmame de nuevo (B).
151
Nuestro, sálvanos (A). Se agrega: Jesús, Hijo de Dios: ten piedad de nosotros (A), ten piedad de mi
(B).
152
Al contemplar un Dios prodigiosamente hecho hombre, apartémonos de este mundo y elevemos
nuestra mente a las cosas de Dios (A), Al contemplar la extraña Encarnación de Dios, apartémonos de
este mundo vano (B).
153
Dios descendió sobre la tierra para elevar al Cielo a quienes cantamos (A), Para este fin Dios
descendió a la Tierra; que El pueda elevar al Cielo a los que clamamos (B).
I.8. Tú estás plenamente presente en la tierra sin dejar de estar en el cielo. Jesús,
¡cuánto, voluntariamente, has sufrido por nosotros! Con tu muerte, has vencido a la
muerte, y con tu resurrección, nos has dado la vida, y por esto nosotros te cantamos154:
Jesús, dulzura del corazón155.
Jesús, vigor156 del cuerpo157.
Jesús, limpieza158 del alma159.
Jesús, vivacidad del espíritu160.
Jesús, alegría de mi corazón161.
Jesús, mi esperanza, mi única esperanza162.
Jesús, alabanza excelsa, alabanza eterna163.
Jesús, plenitud de mi alegría164.
Jesús, mi único deseo, no me rechaces165.
Jesús, mi Pastor, búscame166.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.
154
Aun estando Él en la tierra nos dejó de estar en los Cielos. Eligió de manera voluntaria sufrir por
nosotros y con Su muerte ha terminado con nuestra muerte. Con Su resurrección nos ha donado la vida a
nosotros que Le cantamos (A), Totalmente presente con los que están abajo, sin estar separado de los que
están arriba estaba el Incircunscripto, cuando voluntariamente sufrió por nosotros; por Su muerte
destruyó, nuestra muerte, y por su Resurrección, otorgó la vida a los que cantamos palabras como éstas
(B).
155
De mi (B).
156
Fortaleza (A).
157
Fuerza de mi cuerpo (B).
158
Esplendor (A).
159
Luz de mi alma (B).
160
Presteza de la (mi -B) mente (A).
161
De la conciencia (A), Regocijo de mi conciencia (B).
162
Esperanza verdadera (A), insuperable (B). Se agrega: Jesús, Memoria eterna (A), Remembranza eterna
(B).
163
Loa altísima (A), Alabanza exaltada (B).
164
Gloria suprema (A), mi Gloria más sublime (B).
165
Deseo nuestro, no nos abandones (A), mi Deseo, no me rechaces (B).
166
Pastor nuestro, búscanos (A). Se agrega: Jesús, Salvador, sálvanos (A), mi Salvador, sálvame (B).
4. Icono narrativo de la resurrección de su amigo Lázaro (Jn 11). Enfermedad-
muerte. Vida-Gloria de Dios. Marta y María, se invierten los roles. “Yo soy la
resurrección y la vida”. Acción de gracias, glorificación de Dios y súplica.
“Lázaro, sal fuera” (Cf. Jn 5, 25). Jesús es la resurrección y la vida ya desde
ahora (la tierra), no hay que esperar a la resurrección del último día (el cielo).
5. Textos bíblicos: Efesios 4, 1- 13; Colosenses 3, 1-10; 1 Juan 1, 1-10.
167
En los cielos, Oh Jesús, todas las jerarquías angelicales glorifican constantemente Tu nombre
Santísimo cantando (A).
168
En la tierra también nosotros pecadores con nuestras bocas mortales cantamos (A).
169
Los oradores más elocuentes quedan mudos como peces ante Ti, Oh Jesús Salvador nuestro, no
estamos a la altura de explicar como Tú eres, Dios inmutable y un hombre perfecto. Estupefactos a causa
del misterio, cantamos con fe (A).
170
Eterno (A), de dioses (B).
171
Gobernantes (A).
172
Juez (A).
173
De los desesperados (A).
174
Consuelo de los afligidos (A).
175
Pobres (A), Provisión de los pobres (B). Se agrega: Jesús, no nos juzgues por nuestras acciones (A), no
me condenes por mis obras (B).
176
Purifícanos con tu benevolencia (A), límpiame por Tu misericordia (B).
177
De nosotros la tristeza (A), disipa mi desánimo (B).
178
De nuestro (A).
179
Haznos (siempre – B) atentos a la muerte (A). Se agrega: Jesús, Hijo de Dios: Ten piedad de nosotros
(A), Ten misericordia de mi (B).
Alegría-Ánimo, Luz, Vida. El orante sin esperanza, llorando, humilde y
confiadamente súplica cantando: cúrame, expulsa, ilumina, mantén despierto.
3. Misterio de Jesucristo en su Encarnación-Unión hipostática (“Dios inmutable y
hombre perfecto”). Admiración ante el misterio que se hace canto, en el cielo
por los ángeles y en la tierra por los hombres, con labios de arcilla (impuros),
bocas mortales y lenguas de barro, purificados por el fuego (Is 6, 1-8). Los
oradores más elocuentes quedan silenciados como peces, pero los fieles cantan
con fe. Santo Nombre de Jesús, Dios salva, y Emanuel, Dios con nosotros,
nombres dados por los ángeles.
4. Icono narrativo de la pesca milagrosa-llamada de los primeros discípulos (Lc 5,
1-11). Jesús - “Navega mar adentro y hecha las redes”: desafío vocacional.
Pedro - “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”: distancia. Jesús - “No
temas, en adelante serás pescador de hombres”: cercanía (Cf. Jn 21). Vocación
de Isaías – de los discípulos.
5. Textos bíblicos: Isaías 6, 1-8 (Cf. Apocalipsis 4, 1-11); Filipenses 2, 1-13;
Mateo 1, 18-25 (Cf. Lucas 2, 21-24.
K. 10. Queriendo salvar el mundo, oh Sol que surges, has tomado un cuerpo como el
nuestro y te has humillado hasta la muerte 180. Por esto tu Nombre ha sido exaltado sobre
todo nombre y de todos los seres de la tierra y del cielo sientes cantar181: Aleluya.
I.10. ¡Dios eterno, Consolador! Cristo verdadero: purifícanos de toda mancha, como has
purificado a los diez leprosos y cúranos como has curado a Zaqueo, el publicano, de
modo que arrepentidos te cantemos182:
Jesús, tesoro incorruptible183.
Jesús, riqueza inexorable184.
Jesús, alimento de los fuertes185.
Jesús, fuente inextinguible186.
Jesús, vestido187 de los pobres.
Jesús, abogado188 de las viudas.
Jesús, defensor189 de los huérfanos.
Jesús, ayuda de los trabajadores190.
180
Queriendo salvar al mundo, Oh Aurora del Oriente, viniste del (sic) oscuro occidente de nuestra
naturaleza y Te humillaste hasta la muerte (A).
181
Es el más glorificado de todos los nombres y de todos los seres celestiales y terrenales, y escuchas (A),
Por eso, Tu Nombre es exaltado sobre todo nombre y de todos los seres creados en el Cielo y en la Tierra
escuchas (B).
182
Rey eterno, Consuelo, Cristo verdadero, enviado para enfrentar las depravaciones, así como limpiaste a
los diez leprosos, cúranos como curaste el alma avara de Zaqueo, el publicano. Temerosamente, Te
imploramos y Te llamamos (A), Haz a Tus santos Ángeles, nuestro refugio, oh Cristo, Tú Padre del siglo
venidero, y límpianos de toda mancha, como limpiaste a los diez leprosos, y sánanos, como sanaste el
alma llena de avaricia de Zaqueo el publicano, que podamos clamar a Ti con compunción y decir (B).
183
Infalible (B).
184
Inagotable (A), inderrochable (B).
185
Nutriente robusto (A), Alimento sustancial (B).
186
Inconmensurable (A), Bebida inagotable (B).
187
Vestimenta (A).
188
Defensor (A).
189
Protector (A).
190
De los que sufren (A), Consuelo de los apenados (B).
Jesús, guía de los peregrinos191.
Jesús, piloto de los navegadores192.
Jesús, consuelo de los angustiados.
Jesús, levántame de mi culpa193.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.
196
Nuestro Rey fuerte (A), mi Rey supremamente poderoso (B).
197
Nuestro Dios potente, nuestro Señor inmortal (A), mi Dios omnipotente, mi Señor inmortal (B).
198
Nuestro Creador glorioso (A), gloriosísimo (B).
199
Nuestro buen Maestro (A), mi Guía supremo en bondad (B).
200
Nuestro Pastor generoso (A), mi Pastor compasivo (B). Se agrega: Jesús, nuestro Soberano
benevolente (A), mi Amo rico en misericordia (B).
201
Nuestro Salvador misericordioso (A), mi Salvador, Amigo del hombre (B).
202
Nuestros sentimientos ofuscados (A), oscurecidos (B).
203
Sana nuestro cuerpo penetrado por el pecado (A), sana mi cuerpo, herido por los pecados (B). Se
agrega: Jesús, purifica nuestra mente (A), limpia mi mente (B), de los pensamientos vanos (A).
204
Protege nuestro corazón de la avara maldad (A), preserva mi corazón de deseos malignos (B).
K. 12. Dadme la gracia, Jesús, tú que perdonas toda deuda205. Acógeme, arrepentido,
como has acogido a Pedro que te había negado. Llámame, a mí pecador 206, como has
llamado a Pablo que te perseguía, Y escúchame, que te canto207: Aleluya.
I.12. Celebrando tu Encarnación, todos nosotros te alabamos 208. Con Tomás, te
confesamos209 Dios y Señor, que sentado a la diestra del Padre vendrás a juzgar a vivos
y a muertos. Otórgame un lugar a tu derecha a mí que te canto210:
Jesús, fuego de amor, enciéndeme211.
Jesús, morada eterna, refúgiame212.
Jesús, manto de luz, revísteme de tu belleza213.
Jesús, perla de gran precio, brilla sobre mí214.
Jesús, sol que surge, ilumíname215.
Jesús, luz santa, esclaréceme216.
Jesús, de toda enfermedad, presérvame217.
Jesús, arráncame de la mano del adversario218.
Jesús, libérame de la pena eterna219.
K. 13. Oh Jesús, manso y humilde de corazón, en tu amor que nada desprecia, mira
nuestra miseria, perdónanos sin límite y en tu compasión infinita acepta nuestra humilde
oración como has aceptado la pobreza ofrecida de la viuda220.
Jesús, a imagen de los niños, tus preferidos, transfórmame.
Jesús, como los pastores asombrados, atráeme hacia Ti
Jesús, como al ciego de nacimiento, tócame, para que yo te vea.
Jesús, como al paralítico, cúrame para que yo camine contigo.
Jesús, como la cananea que te suplicaba, escúchame.
Jesús, como a María que te escuchaba, háblame de Ti
Jesús, como sobre Pedro que te había negado, fija tu mirada sobre mí.
Jesús, como María Magdalena que te amó mucho, perdóname.
Jesús, como Zaqueo, llámame y ven a mí.
Jesús, como a la hija de Jairo, revíveme.
Jesús, como a la Samaritana, transfórmame.
Jesús, como a Juan –el discípulo amado- hazme permanecer en Ti
Jesús, al terminar mi vida, como al buen ladrón, dime:
“Hoy estarás conmigo en mi Reino.”
Oración inicial221:
Bendito sea nuestro Dios, perpetuamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloria a Ti, Oh Dios nuestro y Esperanza nuestra, Gloria a Ti Bendito sea nuestro Dios
en todo tiempo ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria a Ti, Dios nuestro, Gloria a Ti Rey celestial, Consolador, Espíritu de la verdad,
que estas en todo lugar y llenas el universo, Tesoro de bienes y dador de Vida, ven a
habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras
almas.
Santo es Dios, santo y fuerte, santo e inmortal. Ten piedad de nosotros (3 veces).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en un principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Trinidad Santísima, ten piedad de nosotros. Señor perdona nuestros pecados. Soberano
remite muestras culpas. Santo visítanos y cura nuestras debilidades por amor de tu
nombre.
Venid, adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y nuestro Dios. Venid, adoremos y
postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios. Venid, adoremos y
prosternémonos ante Cristo, Él es nuestro Rey, nuestro Señor y nuestro Dios.
Meditación personal224:
Sobre la oración: ¿Qué parte de la oración predomina (glorificación de Dios, acción
de gracias, petición de perdón y súplica implorando los magníficos bienes
celestiales)?
La relación personal del orante con el Señor: ¿Cómo se describe, se percibe el
orante? ¿Cómo es presentado, contemplado, el Señor? ¿Qué súplica? ¿Cómo
suplica?
El misterio de Cristo: ¿Qué dimensión aparece subrayada?
Lectio del icono narrativo propuesto.
Ecos bíblicos propios.
221
Para el momento de oración es conveniente tener delante un icono del Salvador iluminado y la
Sagrada Escritura abierta.
222
Si el retiro es de menos días se sugiere realizar una selección de estrofas.
223
Es conveniente hacerlo de pie, de allí el nombre de “Akathistos”. Se puede cantar la respuesta al
Kontakion (Aleluya, o Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, o Kyrie eleison), y/o hacer de modo
responsorial los tropos del Ikos.
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Se pueden leer los puntos indicados después de cada estrofa. Si se hace en comunidad se puede realizar
una colación para compartir en el diálogo fraterno las resonancias-ecos y realizar el discernimiento
espiritual.
Oración conclusiva225:
Oh Soberano Señor, Jesucristo, Dios mío, por Tu indecible amor al hombre asumiste al
final de los siglos un cuerpo humano de la siempre Virgen María. Nosotros, Tus siervos,
cantamos a Tu providencia salvífica. Oh Soberano: nos dirigimos a Ti A través de Ti
hemos conocido al Padre. Te bendecimos porque por Ti el Espíritu ha venido al mundo.
Nos postramos frente a Tu purísima Madre terrena, que ha permitido la realización de
un misterio tan maravilloso. Alabamos a Tus ejércitos de ángeles que exaltan y sirven
Tu magnificencia. Veneramos a Juan el precursor que Te bautizó. Señor, enaltecemos a
los profetas que Te preanunciaron; glorificamos a Tus santos Apóstoles. Exaltamos a
los mártires; ponderamos a Tus sacerdotes. Nos inclinamos frente a tus santos y
festejamos Tu justicia. Este múltiple e indecible canto divino, nosotros, siervos tuyos, lo
ofrecemos como oración a Ti, Dios generoso, y por tantos errores pedimos perdón.
Concédenos el perdón por la intercesión de todos Tus Santos y especialmente por Tu
generosidad, porque Tú, eres y serás bendecido por los siglos de los siglos. Amén.
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Durante la recitación se puede venerar el Icono y la Palabra con una reverencia y/o un beso.