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Cantar sabiamente el “Acatistos al dulcísimo Jesús”1

Pedro Edmundo Gómez, osb.2

“Existe todavía…-escribió el Cardenal Spidlik- entre los Bizantinos, un ‘Oficio a


Jesús dulcísimo’ que es anterior al Jubilus (Dulcis Iesu memoria3) de San
Bernardo…4”5.
Nosotros, que queremos aprender a “orar con el espíritu y también con la
inteligencia, cantar himnos con el espíritu y también con la inteligencia” (1 Cor 14, 15),
nos proponemos cantar sabiamente, celebrando y saboreando, este himno litúrgico
oriental, siguiendo el camino de la lectio divina6:
1) leyendo-oyendo atentamente el texto, por eso copiamos la versión del Acatistos
al dulcísimo Jesús subida a: http://theoesis.blogspot.com.ar/2012/07/acatistos-
al-dulcisimo-jesus.html7, y en nota al pie colocamos las diferencias, aunque
sean mínimas, con otras traducciones8 para apreciar las tonalidades y matices;
2) meditando-rumiando gustosamente el contenido, por lo que colocamos algunos
títulos, subrayamos posibles puntos para la meditación-colación, e indicamos
otros textos bíblicos como ecos;
3) orando-dialogando silenciosamente, engrandeciendo nuestro deseo del Dulce
Jesús, para que recupere su centralidad en nuestra vida.

Dos textos muy bellos, uno del magisterio contemporáneo y otro de la tradición
patrística, nos proporcionan el suelo y el cielo para nuestro caminar:

“El monaquismo, de modo particular, revela que la vida está suspendida entre dos
cumbres: la Palabra de Dios y la Eucaristía…La Palabra de Dios es el punto de
partida del monje, una Palabra que llama, que invita, que interpela personalmente,
como sucedió en el caso de los Apóstoles. Cuando la Palabra toca a una persona,
nace la obediencia, es decir, la escucha que cambia la vida. Cada día el monje se
alimenta del pan de la Palabra. Privado de él, está casi muerto, y ya no tiene nada
que comunicar a sus hermanos, porque la Palabra es Cristo, al que el monje está
llamado a conformarse. Incluso cuando canta con sus hermanos la oración que
santifica el tiempo, continúa su asimilación de la Palabra. La riquísima iconografía
1
Este material puede utilizarse también en retiros espirituales, jornadas de oración, días de desierto
personales o comunitarios (Cf. Apéndice).
2
Abadía Cristo Rey, El Siambón, Tucumán, Argentina. Congregación Benedictina de la Santa Cruz del
Cono Sur.
3
Cf. P. E. GÓMEZ, “Dulcis Iesu Memoria: El dulce método de la teología monástico medieval”, en
Cistercium 254 (2010), pp. 169-224; Cistercium 259 (2012), pp. 81-132.
4
Título de un artículo de S. SALAVILLE, RAM 25 (1949), pp. 247-259.
5
T. SPIDLIK, “La vida en Dios” (http://ermitaniourbano.blogspot.com.ar/2009/01/la-vida-en-
dioscardenal-toms-spidlik-sj.html).
6
Cf. BENEDICTO XVI, Exhortación postsinodal Verbum Domini 87.
7
file:///C:/Users/Usuario6788/Desktop/EL%20Santo%20Nombre_%20Akathistos%20a%20Jes
%C3%BAs,%20Nuestro%20Se%C3%B1or.html
8
Akathistos a nuestro dulce Señor Jesucristo,
http://issuu.com/akathistoscomarca/docs/a_nuestro_dulce_senor_jesucristo_pd, (A); Akatisto a nuestro
dulcísimo Señor Jesucristo, Publicaciones del Monasterio Ortodoxo Lavra Mambré, Lago Azul, Lago de
Amatitlán, Villa Nueva, Guatemala, 2000,
http://hogarafaelayau.org/cms/media/download_gallery/Publicaciones/B._Akatisto_a_Nuestro_Dulcisimo
_Senor_Jesucristo.pdf , (B).
litúrgica, de la que con razón se enorgullecen todas las Iglesias del Oriente
cristiano, no es más que la continuación de la Palabra, leída, comprendida,
asimilada y, por último, cantada: esos himnos son, en gran parte, sublimes
paráfrasis del texto bíblico, filtradas y personalizadas mediante la experiencia de la
persona y de la comunidad. Frente al abismo de la misericordia divina, al monje no
le queda más que proclamar la conciencia de su pobreza radical, que se convierte
inmediatamente en invocación y grito de júbilo para una salvación aún más
generosa, por ser inseparable del abismo de su miseria. Precisamente por eso, la
invocación de perdón y la glorificación de Dios constituyen gran parte de la oración
litúrgica. El cristiano se halla inmerso en el estupor de esta paradoja, última de una
serie infinita, que el lenguaje de la liturgia exalta con reconocimiento: el Inmenso se
hace límite; una Virgen da a luz; por la muerte, Aquel que es la vida derrota para
siempre la muerte; en lo alto de los cielos un Cuerpo humano está sentado a la
derecha del Padre. En el culmen de esta experiencia orante está la Eucaristía...”9.

“Me parece que son cuatro las partes de la oración que me toca describir y que hallo
dispersas en las Escrituras, y a cuyo modelo debe cada cual reducir, como a un todo,
su propia oración. Estas son las partes de la oración. Según la capacidad de cada
cual, al principio y como en el exordio de la oración, hay que dar gloria a Dios, por
Cristo coglorificado, en el Espíritu Santo coalabado. Después, cada cual debe situar
la acción de gracias universal por los beneficios concedidos a la comunidad y luego
las gracias recibidas de Dios. A la acción de gracias parece oportuno le suceda la
dolida acusación ante Dios de sus propios pecados y la petición, en primer lugar, de
la medicina que lo libere del hábito y de la inclinación al pecado, y luego, del
perdón de los pecados cometidos. En cuarto lugar y después de la confesión me
parece que ha de añadirse la súplica implorando los magníficos bienes celestiales
tanto para sí mismo, como para toda la comunidad humana, para los familiares y
para los amigos. Y por encima de todo esto, la oración debe finalizar por la
glorificación de Dios, por Cristo, en el Espíritu Santo. Pues es justo que una oración
que comenzó por la glorificación, con la glorificación termine, alabando y
glorificando al Padre de todos, por Jesucristo, en el Espíritu Santo, a quien sea la
gloria por los siglos”10.

I. DULCE JESÚS, CREADOR Y SEÑOR

Kontakion11 1. Oh Guía, defensor en la lucha12. Señor, vencedor del infierno13, ya que


me has salvado14 de la muerte eterna canto tu alabanza 15, yo, tu criatura, tu siervo. Tú,

9
JUAN PABLO II, Carta Apostólica “Orientale Lumen” 10.
10
ORÍGENES, Sobre la oración, ns. 31-33.
11
Kontakion (Griego: κοντάκιον) es un tipo de himno de ortodoxo. El término deriva de la palabra griega
κόνταξ (kontax, "palo"), el eje en el que se enrolla el pergamino. Esto describe el modo en el que las
palabras aparecen cuando se lee el rollo. La palabra se usaba para describir una forma de poesía bizantina
cuyos orígenes datan del siglo VI, compuesta de versos o οικοι (ikoi, "casas").
12
Conductor audaz (A), A Ti, Líder triunfante y Señor (B).
13
Hades (B).
14
Porque me libraste (A).
15
Te dedico este Himno de Alabanza (A), Te ofrezco un canto de alabanza (B).
cuya misericordia no tiene límite16, libérame hoy de todo peligro17, Tú, a quien yo
invoco18: Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí19.
Ikos 1. Oh Creador de los ángeles y Señor de las potencias del cielo 20, Tú que has
abierto el oído y dado la palabra al sordomudo, ilumina mi espíritu y desata mi lengua
para que pueda alabar a Tu Nombre purísimo y dirigirme a Ti con este canto21:
Jesús, belleza luminosa22, estupor23 de los ángeles.
Jesús, fuerza invencible24, liberador de nuestros padres25.
Jesús, dulzura inmensa26, alabanza27 de los patriarcas.
Jesús, Señor muy amado28, cumplimiento de los profetas.
Jesús, admirable en la fuerza29, gloria30 de los mártires.
Jesús, paz resplandeciente31, alegría de los monjes32.
Jesús, lleno de benevolencia33, dulzura de los sacerdotes34.
Jesús, misericordia incansable35, regocijo36 de los santos37.
Jesús, purísimo38, pureza39 de las vírgenes.
Jesús, Tú eres desde siempre40, salvación de los pecadores.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí41.

1. Invocación Inicial. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias,


petición de perdón y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal (yo-Tú) del orante (persona-comunidad) con el Señor. El
orante: salvado, redimido, rescatado, criatura y siervo, débil y en peligro. Jesús:
Hijo de Dios, Creador del universo y Señor de la Historia, Guía por el camino,
Defensor-Triunfador en la lucha espiritual y Misericordia sin límite. Súplica
pidiendo: líbrame, sálvame, ilumíname y desata, en el tiempo presente (“líbrame
16
Porque tú tienes una misericordia indecible (A), y por Tu inefable bondad amorosa (B).
17
Sálvanos de todos los males (A).
18
Te invocamos (A), para que pueda implorarte (B).
19
Oh Jesús Hijo de Dios: ten piedad de nosotros (A).
20
De los Ejércitos (B).
21
Abre nuestra mente incapaz y nuestra lengua para alabar tu nombre purísimo, como una vez abriste los
oídos y la lengua aquel que era sordo y mudo, para que con nuestra voz te podamos invocar (A),…desde
antaño abriste el oído y la lengua del que estaba sordo y mudo, abre ahora mi mente y lengua confusas
para alabar Tu Santísimo Nombre, para que pueda clamar a Ti (B).
22
Maravilloso (A).
23
Asombro (A).
24
Fortaleza (A), Poderosísimo (B).
25
Salvador de los antepasados (A), Libertador de los Antepasados (B).
26
Dulce (A), Dulcísimo (B).
27
Orgullo (A), Exultación (B). Se agrega: Jesús glorioso, sustento de los reyes (A).
28
Amadísimo (A), Muy deseado (B).
29
Venerable (A), Alabadísimo (B).
30
Salvador (A), Constancia (B).
31
Silencioso (A), Muy gozoso (B).
32
Consuelo de los Monásticos (B).
33
Piadoso (A), muy compasivo (B).
34
Presbíteros (B).
35
Misericordioso (A), Misericordiosísimo (B), Jesús dulce (A), Muy tierno (B). Se agrega: resistencia de
los hambrientos(A), Abstinencia de los que ayunan (B).
36
Fulgor (A).
37
Tus similares (A), Gozo de los Justos (B).
38
Honorable (A).
39
Castidad (A), Sobriedad (B).
40
Eterno (A).
41
Ten piedad de nosotros (A).
hoy”), porque ya ha experimentado la misericordia de Dios (“me has salvado de
la muerte eterna”). Cada invocación reúne un doble título, uno referido al Señor
en sí mismo y el otro a la creatura. Glorificación y santificación de toda la
creación (ángeles y potencias del cielo, hombres), de la Historia de la Salvación
(padres, patriarcas, reyes, profetas) y de la Iglesia (mártires, monjes, sacerdotes,
santos, vírgenes y pecadores).
3. Misterio de Jesucristo en su dimensión pascual: Lucha, Muerte e Infierno. Jesús
es el vencedor de todos nuestros obstáculos (pasiones, pecado, muerte) en la
lucha espiritual para conducirnos a la unión con Dios.
4. Icono narrativo de la curación del sordomudo (Mc 7, 31-37): La comunidad
(Iglesia) presenta al sordomudo. Jesús lo separa de la multitud (ruidos, voces,
gritos) y lo lleva aparte para imponerle las manos, tocarlo. Lectio Divina y Opus
Dei: primero pone los dedos en el oído (mente) abriéndolo para escuchar la
palabra (“dado la palabra”), y luego con su saliva toca la lengua confusa
desatándola para cantar la alabanza (Cf. Sal 50,17) al Santo y Dulce Nombre:
Jesús. Referencias al bautismo: “ilumina mi espíritu” y rito del “efatá”.
5. Textos bíblicos: Apocalipsis 19, 11-16; Isaías 35, 1-10; Mateo 15, 29-31.

II. DULCE JESÚS, PROFETA E ÍCONO DEL PADRE

K. 2. Cuando viste a la viuda quebrantada de dolor42, tuviste piedad de ella43, Señor, y


resucitaste44 a su hijo que estaban llevando a la tumba45. Del mismo modo, Tú que amas
a los hombres46, fortalece mi alma47 y ten piedad de mí48, que te grito49: Jesús, Hijo de
Dios, ten piedad de mí.
I.2. Buscando entender al Incomprensible50, Felipe te dijo51: “Señor, muéstranos al
Padre”. Tú le respondiste: “¿Hace tanto tiempo que estoy con ustedes 52 y tú no me
conoces53, Felipe? ¿No crees que yo estoy en mi Padre y que mi Padre está en mí 54?” A
Ti, que estás más allá de toda la comprensión55, con temor te grito56:
Jesús, Dios desde siempre y por siempre57.
Jesús, Maestro muy paciente58.
Jesús, Salvador lleno de compasión59.
Jesús, Amor inmenso, custódiame60.

42
Llorar amargamente (A).
43
Del hijo de ella (A), Te conmoviste (B).
44
Levantaste (B).
45
Que era llevado al sepulcro (A), la sepultura (B).
46
Amigo del hombre (A).
47
Resucita nuestro espíritu herido por los pecados (A), levanta mi alma (B).
48
Ten piedad de nosotros (A).
49
Mientras clamamos: ¡Aleluya! (A), mientras clamo (B).
50
Que quería entender aquello que no es inteligible (A), conocimiento desconocido (B).
51
Exclamó (A).
52
Que estás conmigo (A).
53
Y aún no has comprendido (A).
54
Que el Padre está en Mí y Yo en Él (A).
55
Renunciando a comprender (A), oh inescrutable (B).
56
Te invocamos (A).
57
Eterno (A), Dios antes de los siglos (B). Se agrega: Jesús, Rey fuerte (A), Rey Todopoderoso (B).
58
Señor de la paciencia (A), Maestro sufriente (B).
59
Misericordioso (A y B).
60
Custodio amable (A), amable Guardián (B).
Jesús, purifícame de mis pecados61.
Jesús, aparta tu mirada de mis culpas62.
Jesús, libera mi corazón de toda falsedad63.
Jesús, yo espero en Ti, no me abandones64.
Jesús, no me rechaces lejos de Ti65.
Jesús, mi Creador, no me olvides66.
Jesús, Tú el único Pastor Bueno, vela por mí67.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: Dios-Hijo, Misericordioso y
Compasivo, Amigo del hombre, Médico, Rey, Maestro, Salvador, Custodio,
Misericordia, Libertador, Esperanza, Ayuda, Creador y Pastor. Orante: pecador,
débil, enfermo (Cf. Sal 50, 3) e ignorante. Súplicas (“que te grito”, “con temor te
grito”) apelando a la cercanía, la paciencia, la ternura, la compasión y la
misericordia. La oración del publicano en el templo como en la estrofa anterior
(Cf. Lc 18, 9-14).
3. El Misterio de Jesucristo en su dimensión pascual: perdón de los pecados, vida
nueva (resurrección) e inhabitación trinitaria. Buen Pastor que da su vida, por
amor a las ovejas, y la recupera, por el amor de su Padre.
4. A) Icono narrativo de la resurrección del hijo (parte muerta-herida) de la viuda
(orante). Dos procesiones: una de vida y otra de muerte. Encuentro con Jesús
(Lc 7, 11-17) que ve primero, se conmueve y consuela (“no llores”). Toca el
féretro, detiene la procesión. El joven obedece la orden del Señor, se levanta,
habla y es entregado a la madre. Temor y alabanza de Dios, por un Gran Profeta.
Dios ha visitado a su pueblo. B) Icono narrativo del diálogo de Jesús con Felipe
(entre los diálogos con Tomás y Judas, Cf. Jn 14, 8-21). Doble camino para el
conocimiento del Padre: Apofatismo y Jesús, ícono del Padre. Relación de Jesús
con el Padre, y del orante con Jesús. Oración y cumplimiento de los
mandamientos. Promesa del Espíritu de la verdad. Imagen de Jesús en nosotros,
participación de su ser (parte viva-sana).
5. Textos bíblicos: Lucas 18, 9-14; Juan 10, 11-18.

III. DULCE JESÚS, FUERZA Y TERNURA

61
Sé benevolente con nuestros pecados (A), mis pecados (B).
62
Ayúdanos a evitar nuestras transgresiones (A), borra mis iniquidades (B).
63
Libéranos de nuestras iniquidades (A), perdona mi injusticia (B).
64
Esperanza nuestra no nos abandones (A), mi esperanza (B).
65
Ayuda nuestra, no nos apartes (A), mi Ayuda no me rechaces (B).
66
Creador, no te olvides de nosotros (A), mi Creador, no me olvides (B).
67
Pastor, no nos dejes morir (A), mi pastor, no me sueltes (B).
K. 3. Jesús, Tú has revestido con el poder de lo alto a los apóstoles que permanecían 68
en Jerusalén69. Del ardor70 del Espíritu Santo revísteme también a mí aunque esté
desprovisto71 de toda obra buena y concédeme cantarte con amor72: Aleluya.
I.3. Jesús, en la riqueza de tu misericordia has llamado al publicano y al pecador, ahora
vuélvete hacia mí, que soy como ellos y acepta este canto como mirra muy preciosa73:
Jesús, fuerza74 invencible.
Jesús, ternura75 infinita76.
Jesús, belleza luminosa77.
Jesús, amor inefable78.
Jesús, Hijo de Dios viviente.
Jesús, ten piedad de mí, pecador79.
Jesús, ilumíname porque estoy en la oscuridad80.
Jesús, purifícame de toda culpa81.
Jesús, recondúceme a Ti, como al hijo pródigo82.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración de glorificación de Dios, petición de perdón y súplica implorando los


magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor: Fuerza-debilidad, Ternura-pecador,
Luz (Belleza)-oscuridad, Amor-culpa, Hijo de Dios viviente-hijo pródigo
perdido. Pedido: ten piedad, escúchame, ilumíname, instrúyeme, purifícame,
límpiame, recondúceme y restáurame. El orante se identifica con los apóstoles y
con el publicano, los enfermos, los pecadores y los incrédulos. El himno-oración
es como la mirra, ofrenda (Mt 2,11), óleo de la unción (Ex 30,23); perfume del
amado (Ct 1,3; 3,6; 4, 6), de la sepultura (Jn 19, 39, Mt 2, 11), y de las
vestiduras del Mesías (Sal 44,8).
3. Misterio de Jesucristo en su dimensión pascual: Pentecostés y el don del Espíritu
(Cf. Sal 50, 12-14), prometido en la estrofa anterior. Somos revestidos del fuego
(calor) del Espíritu Santo, en nuestra desnudez (frialdad) de buenas obras, para
superar el temor (miedo y vergüenza), proclamar (cantar) en diversas lenguas las
68
Aguardaban (B).
69
Con el poder de las alturas, Oh Jesús, acogiste a los Apóstoles que te esperaban en Jerusalén (A).
70
Calor (B).
71
Despojado (B).
72
Revístenos también a nosotros, desnudos de buenas acciones, con el calor de tu Santo Espíritu, de modo
que con amor te podamos cantar (A), que amorosamente pueda cantarte a Ti (B).
73
En la abundancia de Tu misericordia, Oh Jesús, llamaste hacia Ti a los publicanos, los pecadores y los
paganos. No nos desprecies a nosotros que somos como ellos. Como preciosa ofrenda acepta nuestro
canto (A), En la abundancia de Tu misericordia, oh Jesús compasivo, llamaste a publicanos, pecadores e
incrédulos. No me desprecies ahora, que soy como ellos, sino acepta este himno como mirra piadosa (B).
74
Poder (B).
75
Bondad (A).
76
Misericordia interminable (B).
77
Radiante (A).
78
Indecible (A), inexpresable (B).
79
Ten piedad de nosotros, pecadores (A). Se agrega: Jesús, escúchanos, concebidos en la iniquidad (A),
atiéndeme a mí, concebido en iniquidad (B); Jesús, límpianos que nacimos en pecado (A), límpiame que
nací en pecado (B); Jesús, instrúyenos, que nos hemos vuelto necios (A), enséñame que me he vuelto
necio (B).
80
Nuestras tinieblas (A), ilumíname que estoy oscurecido (B).
81
Purifícanos, que nacimos corruptos (A), que estoy manchado (B); Jesús, danos fortaleza en nuestra
caída (A).
82
Restáurame a mí, pródigo (B).
maravillas de Dios y dar alegremente la paz por el perdón mutuo, participación
en la riqueza de su misericordia.
4. A) Icono narrativo del llamado de Mateo-Levi (Mt 9, 9-13; Cf. Marcos 2, 13-17;
Lucas 5, 27-32). Jesús misericordioso, perdona a los pecadores por el Espíritu.
Jesús médico, sana los enfermos por-con el Espíritu. Vocación (salvación) del
publicano, del pecador, del pagano. Mateo se levanta y lo sigue, come con él.
Actitud de los fariseos (hijos mayores, sanos, y justos) ignorantes de la
misericordia. B) Icono narrativo de la parábola del padre misericordioso (Lc 15,
11-32): Procesos de un Padre y dos hijos: Don generoso – Espera confiada –
Fiesta familiar. Pecado – Conversión – Misericordia. Enojo - Juicio –
Distanciamiento.
5. Textos bíblicos: Hechos 2, 1-13; Juan 20, 19-23.

IV. DULCE JESÚS, HIJO DE DIOS E HIJO DE DAVID

K. 4. Asaltado interiormente por una tempestad 83 de duda84, Pedro se hundía. Cuando te


ve presente corporalmente caminando sobre las aguas85, te reconoce86 verdadero Dios, y
aferrándose a la mano que salva dice87: Aleluya.
I.4. El ciego te siente pasar, Señor, y se pone a gritar 88: “¡Hijo de David, ten piedad de
mí!”. Llamándolo, Tú le devolviste la vista89. Del mismo modo, en tu ternura90, ilumina
los ojos91 de mi92 corazón, a mí que te grito, diciendo93:
Jesús, Creador de los ángeles94.
Jesús, Redentor de los hombres95.
Jesús, vencedor96 del infierno97.
Jesús, Tú has revestido de belleza a toda criatura98.
Jesús, reanima mi alma99.
Jesús, ilumina mi inteligencia100.
Jesús, colma de gloria mi corazón101.
Jesús, da la salud a mi cuerpo102.
Jesús, mi Salvador, sálvame103.
83
Interior (A).
84
Bajo la tempestad interior de pensamientos dudosos (B)
85
Pero al contemplarte caminar hecho hombre sobre las aguas (A), Pero contemplándote, oh Jesús, en la
carne y caminando sobre las aguas (B).
86
Supo (B).
87
Y al recibir la mano de la salvación, clamó (A), y acogiendo la mano de la salvación, clamó (B).
88
Cuando, pasando por el camino, el hombre ciego Te escuchó, imploró (A), Cuando el hombre ciego Te
escuchó, oh Señor, pasando por el camino, clamó (B).
89
Tú lo llamaste y abriste sus ojos (A), Y Tú lo llamaste y le abriste los ojos (B).
90
Con Tu bondad (A), Por Tu misericordia (B).
91
Espirituales (B).
92
Nuestro (A).
93
Te invocamos y exclamamos (A), mientras clamo a Ti, diciéndote (B).
94
De aquellos en lo alto (B).
95
Aquellos abajo (B).
96
Destructor (A).
97
De los poderes más bajos (B).
98
Ornamento de toda la creación (A), Adorno de cada criatura (B).
99
Consuelo de nuestra alma (A), Consolador de mi alma (B).
100
Luz de nuestro intelecto (A), Iluminador de mi mente (B).
101
Alegría de nuestro corazón (A), Alegría de mi corazón (B).
102
Salud de nuestro cuerpo (A).
103
Salvador nuestro, sálvanos (A).
Jesús, mi luz, ilumíname104.
Jesús, de todo tormento, libérame105.
Jesús, sálvame, aunque sea indigno106.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí107.

1. Oración de glorificación de Dios, petición de perdón y súplica implorando los


magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: Hijo de Dios, Verdadero Dios
(Encarnado) e Hijo de David (Mesías), Maestro. El orante se identifica con las
dudas (negaciones) de Pedro, que ve corporalmente, y la ceguera de Bartimeo,
que oye pasar a Jesús.
3. Misterio de Jesús: Creador-cielo, Redentor-tierra, Vencedor-infierno. Belleza,
Vida, Consuelo, Luz, Gloria, Alegría y Salud. El orante: criatura, alma,
inteligencia, corazón y cuerpo, que pide: ser reanimado, iluminado, colmado de
gloria, sanado, salvado, iluminado y liberado (“¿qué quieres que haga por ti?...
Maestro, que yo pueda ver”). Ora desde la totalidad de su ser, realidad, a pesar
de la oposiciones y contradicciones.
4. A) Icono narrativo de Jesús que camina sobre las aguas (Mt 14, 22-33; Cf.
Marcos 6, 45-53; Juan 6, 15-21) y Pedro que camina, se hunde y es salvado de
las aguas (Cf. Sal 68, 2-4). La vida, en sus crisis, con sus problemas, es como la
barca en la tempestad. El temor los hace pensar que es un fantasma. Mano
salvadora de Jesús. Mientras tuvo su mirada fija en Jesús pudo caminar sobre las
aguas. B) Icono narrativo de la curación del ciego Bartimeo (Mc 10, 46-52; Cf.
Lucas 18, 35-43): El orante está sentado al borde del camino pidiendo limosna
cuando pasa Jesús y lo que recibe es reprensión (desánimo) de la multitud. Jesús
lo escucha. Los discípulos llaman y animan. Vocación e iluminación. Confianza,
renuncia al manto. El orante: grito, fe, diálogo y visión. Camino del seguimiento
y seguimiento del Camino. Mano salvadora de Jesús que sana tocando los ojos,
como antes los oídos y la lengua en las estrofas anteriores.
5. Textos bíblicos: Mateo 26, 69-75; 20, 29-34.

V. DULCE JESÚS, REDENTOR Y SEÑOR

K. 5. Con tu sangre derramada, nos has rescatado. Así, Jesús, no nos dejaste prisioneros,
esclavos de nuestras pasiones y de la profunda tristeza. Haznos verdaderamente libres, a
nosotros que te gritamos108: Aleluya.
I.5. Los hijos de tu pueblo han visto, en un cuerpo como el nuestro, a Aquél que con su
mano había creado al hombre109. Y, habiéndolo reconocido como el Señor110, buscaban
104
Luz nuestra, ilumínanos (A).
105
Mantennos alejados de los tormentos (A).
106
Sálvanos, aunque somos indignos (A), que soy indigno (B).
107
Ten piedad de nosotros (A).
108
Un día, con tu sangre divina expiaste nuestra merecida maldición, Oh Jesús. Sálvanos del acecho de la
serpiente que nos ha enredado con las pasiones terrenas, sálvanos de la lujuria terrestre, sálvanos de la
maldad, para que así te podamos cantar (A), Desde antaño nos redimiste de la maldición de la ley por Tu
divina sangre derramada, Oh Jesús, de igual manera rescátanos de las asechanzas en las que la serpiente
nos ha enredado a través de las pasiones de la carne, incitaciones lujuriosas y un letargo peligroso,
mientras clamamos a ti (B).
109
Al contemplar en forma humana a Quien con su mano creó (formó –B) al hombre (A).
110
Y comprender que era su Señor (Maestro-B) (A).
festejarle agitando los ramos y gritando111: ¡“Hosanna”! Del mismo modo, nosotros te
ofrecemos un himno diciendo112:
Jesús, verdadero Dios.
Jesús, Hijo de David.
Jesús, Rey de la gloria113.
Jesús, Cordero inocente114.
Jesús, Pastor maravilloso115.
Jesús, Custodio de mi infancia116.
Jesús, Consejero de mi juventud117.
Jesús, alabanza de mi vejez118.
Jesús, esperanza en la hora de mi muerte119.
Jesús, vida después de la muerte120.
Jesús, consolación en la hora misma de mi juicio121.
Jesús, mi único deseo ábreme la puerta de tu Reino122.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Los títulos “bíblicos”: Dios, Hijo de
David, Creador, Maestro, Rey, Cordero, Pastor, se enlazan con títulos
“existenciales” en relación a las etapas de la vida del orante: Custodio-infancia,
Consejero-juventud, Orgullo-ancianidad, Esperanza-muerte, Consuelo-juicio y
Deseo-abre la puerta del reino (Cf. Sal 17, 2-4). Súplica: “haznos
verdaderamente libres”, sálvanos, rescátanos de las pasiones y de la tristeza.
Grito e himno a la vez.
3. Misterio de Jesucristo: Encarnación (“han visto, en un cuerpo como el nuestro, a
Aquél que con su mano había creado al hombre”) y Pascua (“con tu sangre
derramada, nos has rescatado”- entrada en Jerusalén). Creación y pecado-
maldición (Cf. Gn 4, 10): Serpientes abrazadoras (pasiones: incitaciones,
murmuración, letargo, tristeza, Cf. Nm 21, 4-9). Nueva creación y redención-
libertad (Cf. Hb 12, 2; Col 1, 20, 1 Pe 1, 19; Ap 5, 9): “Él te aplastará la
cabeza…”.
4. Ícono narrativo de la entrada de Jesús en Jerusalén (Lucas 19, 29-40; Cf. Mateo
21 1-11; Marcos 11, 1-11; Juan 12, 12-18). Alabanza al Rey Mesías. Señor de
todo (“El Señor lo necesita”). Mesías humilde y sencillo, paciente y sufriente,
justo y bondadoso. Actitud de la gente sencilla llena de alegría, que “habiéndolo
reconocido como el Señor” canta “hosanna” y grita sálvanos, y la actitud de las
autoridades: “reprende a tus discípulos”.
111
Los jóvenes (niños-B) hebreos se apresuraron a rendirle homenaje con ramos (palmas – B) y clamaron
(A).
112
También nosotros te ofrecemos este canto (A).
113
Rey glorioso (A).
114
Inmaculado (A).
115
Ejemplar (A).
116
Protector de nuestra infancia (A).
117
Alimento de nuestra juventud (A), Guía (B).
118
Orgullo de nuestra vejez (A), ancianidad (B).
119
Esperanza ante la muerte (A), mi Esperanza en la muerte (B).
120
Mi Vida después de la muerte (B).
121
Consuelo en el juicio (A), mi Consuelo en Tu juicio (B).
122
Nuestro deseo, no permitas nuestra vergüenza (A), mi Deseo, no dejes que me avergüence (B).
5. Textos bíblicos: Génesis 3, 14-15; Números 21, 4-9; Sabiduría 16, 5-13.

VI. DULCE JESÚS, MEDICO HERIDO Y LUZ DEL MUNDO

K. 6. Llevando a cumplimiento el mensaje de los profetas inspirados por Dios, viniste al


mundo, Jesús123. Quisiste habitar entre nosotros. Tú, el Infinito, tuviste compasión de
nuestra enfermedad. Porque, nos sanaste por tus heridas 124; nosotros hemos aprendido a
cantar: Aleluya.
I.6. La luz de tu Verdad se levantó sobre el universo entero y la mentira fue rechazada:
los ídolos, Señor, no soportaron tu poder y cayeron 125. Y nosotros que recibimos la
salvación de Ti, te cantamos:
Jesús, Verdad que rechaza la mentira126.
Jesús, luz que no decae127.
Jesús, tan grande en tu poder infinito128.
Jesús, Dios inquebrantable en tu compasión129.
Jesús, Pan de vida, sáciame, que tengo hambre130.
Jesús, fuente de la inteligencia, sáciame que tengo sed131.
Jesús, vestido de gloria, envuélveme, que soy corruptible132.
Jesús, manto de alegría, recúbreme, que soy indigno133.
Jesús, que das a quien pide, concédeme llorar mis pecados134.
Jesús, que abres a quien golpea, abre a mi pobre corazón135.
Jesús, Redentor de los pecadores, purifícame de mi pecado136.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: médico compasivo. Orante:
enfermo compungido. Jesús es el cumplimiento de las profecías-esperanzas
(salud, redentor, que purifica) y de los deseos (Pan de vida para el hambriento,
123
Al cumplir con las palabras y los anuncios de los Profetas, mensajeros (portadores – B) de Dios, Tú
apareciste en la tierra, Oh Jesús (A).
124
Tú que eres incontenible habitaste entre los hombres. Así, sanados por obra de Tus heridas (A).
125
Iluminaste el universo con la luz de Tu verdad, fue desterrada la maldad del diablo. Los ídolos no
toleraron tu fuerza, Oh Salvador nuestro y cayeron (A), Al brillar la luz de Tu verdad en el mundo, fue
alejado el engaño diabólico; pues los ídolos, oh Salvador nuestro, han caído, incapaces de soportar Tu
poder (B).
126
Que destruyes las ficciones diabólicas (A), que disipa la falsedad (B).
127
Que supera todas las otras luces (A), que trasciende toda luz (B).
128
Rey, que sobrepasa todas las fuerzas (A), todo en fuerza (B).
129
Que siempre eres misericordioso (A), constante en misericordia (B).
130
Sacia nuestra hambre (A), sáciame que estoy hambriento (B).
131
De conocimiento, refréscanos que estamos sedientos (A), manantial de conocimiento, refréscame que
estoy sediento (B).
132
Hábito de gloria, vístenos que estamos desnudos (A), vestidura de alegría, vísteme que estoy desnudo
(B).
133
Cúbrenos (A), Puerto de gozo, resguárdame que soy indigno (B).
134
Danos aflicción por nuestros pecados (A), Dador de aquellos que piden, concédeme llorar por mis
pecados (B). Se agrega: Jesús, recompensa de los que buscan, encuentra nuestra alma (A), Encuentro de
los que buscan, encuentra mi alma (B).
135
Que iluminas a aquellos que buscan, abre nuestro endurecido corazón (A), que abres a los que tocan,
abre mi corazón endurecido (B).
136
Purifica nuestras iniquidades (A), borra mis pecados (B).
fuente de la inteligencia para el sediento, vestido de gloria y manto de alegría
para el desnudo, que abre a quien golpea sin hogar, que da al que pide, y
recompensa de los que buscan felicidad: seguridad, poder y afecto). El orante
pide desde todas sus necesidades: corporales (“sáciame”), psicológicas
(“envuélveme”) y espirituales (“purifícame”).
3. Misterio de Jesucristo en su encarnación redentora: Encarnado (Infinito entre
nosotros) y herido (Médico herido, Siervo sufriente). Asume la naturaleza
humana en su estado original, sin desorden, la penetra y la deifica. “Nos sanaste
por tus heridas”: reconocidas, aceptadas, asumidas, ofrecidas, resucitadas y
abiertas, que no duelen cuando las tocan, sino que son ocasión de fe (Cf. Lc 20,
24-29).
4. Ícono narrativo de la curación del ciego de nacimiento de Jn 9: Ciego que pide
limosna (ceguera física) y fariseos en el templo (ceguera espiritual). Ceguera y
pecado. Noche y día. Luz del mundo que no decae y Verdad (Cf. Jn 1, 4; 8, 12;
9, 5. 39; 14, 6) que rechaza la mentira y aleja el engaño diabólico. Poder infinito
que vence a los ídolos (falsas imágenes de Dios construidas desde nuestras
heridas no reconocidas para profundizarlas). Cura la ceguera haciendo barro con
su saliva y poniéndolo sobre sus ojos y enviándolo a la piscina. “¿Crees en el
Hijo del hombre?...Tú lo has visto: es el que te está hablando…Creo, Señor”.
Por aceptar la luz de la Palabra es engendrado por Dios, llega a ser hijo de Dios.
5. Textos bíblicos: Isaías 53, 1-12; Zacarías 13,1-9; 1 Pedro 2, 19-25; Juan 1, 1-
18.

VII. DULCE JESÚS, CORDERO INMOLADO Y GLORIFICADO

K. 7. Queriendo revelar el misterio escondido desde los siglos, como un cordero mudo
has sido inmolado, Jesús137. Siendo Dios, has resucitado de entre los muertos y has
subido al cielo en la gloria138. Contigo, nosotros hemos resucitado, y te aclamamos 139:
Aleluya.
I.7.Ante nuestros ojos hiciste tu obra maravillosa cuando el Creador, nacido de la
Virgen, se manifestó, resucitó de la tumba y se presentó corporalmente a los apóstoles
que estaban con las puertas cerradas. Por esto, maravillados cantamos con fuerza140:
Jesús, Verbo incomprensible141.
Jesús, Palabra impenetrable142.
Jesús, poder inaccesible143.

137
Al desear develar el misterio vedado (escondido – B) por todos los tiempos (siglos – B), fuiste
conducido como un cordero (oveja – B) para ser sacrificado, Oh Jesús (A), como una oveja muda ante el
trasquilador (B).
138
Pero como Dios has resucitado (Te levantaste – B) de entre los muertos y has ascendido gloriosamente
a los cielos (A).
139
Y (junto contigo – B) nos elevas (levantaste – B) a nosotros, que te aclamamos (A),…los que
clamamos (B).
140
Haciéndote presente como criatura, Te revelaste como nuestro Creador. Concebido sin intervención
humana de una Virgen, resucitaste del sepulcro sin romper los precintos y entraste con Tu cuerpo, allí
donde estaban loa Apóstoles a puertas cerradas. Frente a todos, maravillados, Te cantamos (A), Nueva fue
la Creación que nos reveló el Creador cuando El apareció, pues, sin simiente tomó carne de una Virgen y
se levantó de la tumba; sin romper el sello de ambas y con su cuerpo, entró hasta los Apóstoles mientras
las puertas estaban cerradas. Así, maravillosamente ante esto cantamos (B).
141
Palabra innominable (A), incontenible (B).
142
Inestimable (A), Inteligencia insondable (B).
143
Fuerza inalcanzable (A), Poder incomprensible (B).
Jesús, sabiduría inconcebible144.
Jesús, divinidad inmensa145.
Jesús, Señor de todo el universo146.
Jesús, soberanía infinita147.
Jesús, fuerza estrepitosa148.
Jesús, poder eterno149.
Jesús, mi Creador, ten compasión de mí150.
Jesús, Salvador, sálvame151.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor: Nuestra resurrección-ascensión
(“contigo, nosotros hemos resucitado”). El bautismo es participación en su
Misterio. Pascua: Salvación, Nueva Creación. Jesús: Salvador, Creador.
Alabanza a Dios que utiliza un lenguaje que afirma y niega a la vez: via
eminentiae (“queriendo revelar el misterio escondido desde los siglos”).
3. Misterio de Jesucristo en su dimensión pascual: Jesús, es la Oveja muda,
Cordero Pascual (Cf. Jn 1, 29.36; Ap 5,6; 7,17; 17, 7.9.14), que implica la
Encarnación (“cuando el Creador nacido de la virgen, se manifestó”), Pasión,
Muerte, Resurrección y Ascensión. “Señor mío y Dios mío”. “Creo que
Jesucristo es el Hijo de Dios”.
4. Ícono narrativo de la aparición del Resucitado (Jn 20, 19-31). Paralelo entre: a)
nacimiento virginal-apareció, b) resurrección de la tumba-se levantó, c)
aparición con las puertas cerradas-entró. En los tres casos las puertas estaban
cerradas. Aparición (con su cuerpo, heridas de las manos y costado) a los
discípulos para darles el Espíritu Santo.
5. Textos bíblicos: 1 Timoteo 3, 16; Hechos 1, 3-11; 8, 26-39.

VIII. DULCE JESÚS, RESURRECCIÓN Y VIDA GLORIOSA

K. 8. Viéndote, Jesús, Dios misteriosamente encarnado, nosotros vivimos en el mundo


sin ser del mundo y caminamos llenos de esperanza hacia tu Reino 152. Si has bajado a la
tierra es para subirnos a nosotros al cielo, por esto te cantamos153: Aleluya.

144
Impensable (A), inconmensurable (B).
145
Indescriptible (A), irrepresentable (B).
146
Potencia incalculable (A), Dominio ilimitado (B). Se agrega: Jesús, reino invencible (A-B).
147
Interminable (B). Se agrega: Jesús, Señorío inimitable (A).
148
Altísima (A), sublime (B).
149
Potencia eterna (A), Autoridad eterna (B).
150
Creador nuestro, sé benevolente (A), fórmame de nuevo (B).
151
Nuestro, sálvanos (A). Se agrega: Jesús, Hijo de Dios: ten piedad de nosotros (A), ten piedad de mi
(B).
152
Al contemplar un Dios prodigiosamente hecho hombre, apartémonos de este mundo y elevemos
nuestra mente a las cosas de Dios (A), Al contemplar la extraña Encarnación de Dios, apartémonos de
este mundo vano (B).
153
Dios descendió sobre la tierra para elevar al Cielo a quienes cantamos (A), Para este fin Dios
descendió a la Tierra; que El pueda elevar al Cielo a los que clamamos (B).
I.8. Tú estás plenamente presente en la tierra sin dejar de estar en el cielo. Jesús,
¡cuánto, voluntariamente, has sufrido por nosotros! Con tu muerte, has vencido a la
muerte, y con tu resurrección, nos has dado la vida, y por esto nosotros te cantamos154:
Jesús, dulzura del corazón155.
Jesús, vigor156 del cuerpo157.
Jesús, limpieza158 del alma159.
Jesús, vivacidad del espíritu160.
Jesús, alegría de mi corazón161.
Jesús, mi esperanza, mi única esperanza162.
Jesús, alabanza excelsa, alabanza eterna163.
Jesús, plenitud de mi alegría164.
Jesús, mi único deseo, no me rechaces165.
Jesús, mi Pastor, búscame166.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor: Jesús, Dios encarnado por nuestra
salvación, dulzura, vivacidad, alegría del corazón (espíritu); limpieza, esplendor
deseo, esperanza del alma (mente, conciencia); vigor, fortaleza, salud del
cuerpo. Jesús es nuestro único deseo, nuestra vida. Vida plena de todo hombre y
de todo el hombre: estado del hombre perfecto (cuerpo, alma y espíritu) que
corresponde a la madurez de Cristo. Hombres, antes expulsados tristemente del
Paraíso, caminan en la luz llenos de esperanza hacia el Reino-Gloria. Ocultos
con Cristo, nuestra gloria, en Dios. Su Gozo es nuestro gozo, el gozo perfecto es
permanecer en el amor (Jn 15, 9-37). Estar en el mundo sin ser del mundo (Cf. 1
Jn 2, 15-17; 4, 4-11; 5, 4-8).
3. Misterio de Jesucristo: Encarnación-Kénosis (“has bajado a la tierra”) y Pascua-
Théosis (“para subirnos a nosotros al cielo”), del deseo egoísta del pecado
original (“seréis como dioses”) al don generoso de la Gracia (“voluntariamente,
has sufrido por nosotros”). Su muerte vence la muerte, su resurrección da la
vida. Paradoja de la humildad: descenso y ascenso, humillación y glorificación.

154
Aun estando Él en la tierra nos dejó de estar en los Cielos. Eligió de manera voluntaria sufrir por
nosotros y con Su muerte ha terminado con nuestra muerte. Con Su resurrección nos ha donado la vida a
nosotros que Le cantamos (A), Totalmente presente con los que están abajo, sin estar separado de los que
están arriba estaba el Incircunscripto, cuando voluntariamente sufrió por nosotros; por Su muerte
destruyó, nuestra muerte, y por su Resurrección, otorgó la vida a los que cantamos palabras como éstas
(B).
155
De mi (B).
156
Fortaleza (A).
157
Fuerza de mi cuerpo (B).
158
Esplendor (A).
159
Luz de mi alma (B).
160
Presteza de la (mi -B) mente (A).
161
De la conciencia (A), Regocijo de mi conciencia (B).
162
Esperanza verdadera (A), insuperable (B). Se agrega: Jesús, Memoria eterna (A), Remembranza eterna
(B).
163
Loa altísima (A), Alabanza exaltada (B).
164
Gloria suprema (A), mi Gloria más sublime (B).
165
Deseo nuestro, no nos abandones (A), mi Deseo, no me rechaces (B).
166
Pastor nuestro, búscanos (A). Se agrega: Jesús, Salvador, sálvanos (A), mi Salvador, sálvame (B).
4. Icono narrativo de la resurrección de su amigo Lázaro (Jn 11). Enfermedad-
muerte. Vida-Gloria de Dios. Marta y María, se invierten los roles. “Yo soy la
resurrección y la vida”. Acción de gracias, glorificación de Dios y súplica.
“Lázaro, sal fuera” (Cf. Jn 5, 25). Jesús es la resurrección y la vida ya desde
ahora (la tierra), no hay que esperar a la resurrección del último día (el cielo).
5. Textos bíblicos: Efesios 4, 1- 13; Colosenses 3, 1-10; 1 Juan 1, 1-10.

IX. DULCE JESÚS, SANTO Y SALVADOR

K. 9. Todos los ángeles magnifican incesantemente tu Santo Nombre Jesús, cantando en


el cielo: “Santo, Santo, Santo”167. Nosotros pecadores, también, con nuestros labios de
arcilla, sobre la tierra te cantamos168: Aleluya.
I.9. Viéndote, oh Jesús, nuestro Salvador, los oradores más elocuentes quedan sin
palabra. No son capaces de decir cómo tú permaneces Dios inmutable y hombre
perfecto. Pero nosotros, llenos de admiración delante del misterio, con fe aclamamos169:
Jesús, Dios desde toda la eternidad170.
Jesús, Rey de reyes.
Jesús, Señor de los señores171.
Jesús, justicia172 de los vivos y de los muertos.
Jesús, esperanza de quienes están sin esperanza173.
Jesús, consolación de los que lloran174.
Jesús, gloria de los humildes175.
Jesús, por tu compasión, cúrame176.
Jesús, expulsa de mí el desaliento177.
Jesús, ilumina los pensamientos de mi178 corazón.
Jesús, mantén despierto en mí el recuerdo de la muerte179.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: Santo, orante: pecador. Títulos
y súplicas en relación con la esperanza (dimensión escatológica): Dios eterno,
Rey, Señor, Juez-Justicia, Esperanza, Consuelo-Compasión, Gloria, Provisión,

167
En los cielos, Oh Jesús, todas las jerarquías angelicales glorifican constantemente Tu nombre
Santísimo cantando (A).
168
En la tierra también nosotros pecadores con nuestras bocas mortales cantamos (A).
169
Los oradores más elocuentes quedan mudos como peces ante Ti, Oh Jesús Salvador nuestro, no
estamos a la altura de explicar como Tú eres, Dios inmutable y un hombre perfecto. Estupefactos a causa
del misterio, cantamos con fe (A).
170
Eterno (A), de dioses (B).
171
Gobernantes (A).
172
Juez (A).
173
De los desesperados (A).
174
Consuelo de los afligidos (A).
175
Pobres (A), Provisión de los pobres (B). Se agrega: Jesús, no nos juzgues por nuestras acciones (A), no
me condenes por mis obras (B).
176
Purifícanos con tu benevolencia (A), límpiame por Tu misericordia (B).
177
De nosotros la tristeza (A), disipa mi desánimo (B).
178
De nuestro (A).
179
Haznos (siempre – B) atentos a la muerte (A). Se agrega: Jesús, Hijo de Dios: Ten piedad de nosotros
(A), Ten misericordia de mi (B).
Alegría-Ánimo, Luz, Vida. El orante sin esperanza, llorando, humilde y
confiadamente súplica cantando: cúrame, expulsa, ilumina, mantén despierto.
3. Misterio de Jesucristo en su Encarnación-Unión hipostática (“Dios inmutable y
hombre perfecto”). Admiración ante el misterio que se hace canto, en el cielo
por los ángeles y en la tierra por los hombres, con labios de arcilla (impuros),
bocas mortales y lenguas de barro, purificados por el fuego (Is 6, 1-8). Los
oradores más elocuentes quedan silenciados como peces, pero los fieles cantan
con fe. Santo Nombre de Jesús, Dios salva, y Emanuel, Dios con nosotros,
nombres dados por los ángeles.
4. Icono narrativo de la pesca milagrosa-llamada de los primeros discípulos (Lc 5,
1-11). Jesús - “Navega mar adentro y hecha las redes”: desafío vocacional.
Pedro - “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”: distancia. Jesús - “No
temas, en adelante serás pescador de hombres”: cercanía (Cf. Jn 21). Vocación
de Isaías – de los discípulos.
5. Textos bíblicos: Isaías 6, 1-8 (Cf. Apocalipsis 4, 1-11); Filipenses 2, 1-13;
Mateo 1, 18-25 (Cf. Lucas 2, 21-24.

X. DULCE JESÚS, AURORA Y CONSUELO

K. 10. Queriendo salvar el mundo, oh Sol que surges, has tomado un cuerpo como el
nuestro y te has humillado hasta la muerte 180. Por esto tu Nombre ha sido exaltado sobre
todo nombre y de todos los seres de la tierra y del cielo sientes cantar181: Aleluya.
I.10. ¡Dios eterno, Consolador! Cristo verdadero: purifícanos de toda mancha, como has
purificado a los diez leprosos y cúranos como has curado a Zaqueo, el publicano, de
modo que arrepentidos te cantemos182:
Jesús, tesoro incorruptible183.
Jesús, riqueza inexorable184.
Jesús, alimento de los fuertes185.
Jesús, fuente inextinguible186.
Jesús, vestido187 de los pobres.
Jesús, abogado188 de las viudas.
Jesús, defensor189 de los huérfanos.
Jesús, ayuda de los trabajadores190.

180
Queriendo salvar al mundo, Oh Aurora del Oriente, viniste del (sic) oscuro occidente de nuestra
naturaleza y Te humillaste hasta la muerte (A).
181
Es el más glorificado de todos los nombres y de todos los seres celestiales y terrenales, y escuchas (A),
Por eso, Tu Nombre es exaltado sobre todo nombre y de todos los seres creados en el Cielo y en la Tierra
escuchas (B).
182
Rey eterno, Consuelo, Cristo verdadero, enviado para enfrentar las depravaciones, así como limpiaste a
los diez leprosos, cúranos como curaste el alma avara de Zaqueo, el publicano. Temerosamente, Te
imploramos y Te llamamos (A), Haz a Tus santos Ángeles, nuestro refugio, oh Cristo, Tú Padre del siglo
venidero, y límpianos de toda mancha, como limpiaste a los diez leprosos, y sánanos, como sanaste el
alma llena de avaricia de Zaqueo el publicano, que podamos clamar a Ti con compunción y decir (B).
183
Infalible (B).
184
Inagotable (A), inderrochable (B).
185
Nutriente robusto (A), Alimento sustancial (B).
186
Inconmensurable (A), Bebida inagotable (B).
187
Vestimenta (A).
188
Defensor (A).
189
Protector (A).
190
De los que sufren (A), Consuelo de los apenados (B).
Jesús, guía de los peregrinos191.
Jesús, piloto de los navegadores192.
Jesús, consuelo de los angustiados.
Jesús, levántame de mi culpa193.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús: Consolador, que limpia
(purificación de los diez leprosos - salvación del samaritano) y cura (conversión
del avaro Zaqueo) al orante. Leprosos y Zaqueo son marginados, excluidos.
Jesús es todo lo deseable por el orante, pero todo ofrecido y recibido como don:
tesoro, riqueza, alimento, fuente, vestido del pobre, defensor de la viuda,
protector del huérfano, ayuda del que sufre, guía del peregrino, estrella del
navegante, paz del impetuoso. Súplica hecha con compunción.
3. Misterio de Jesucristo, Nombre exaltado sobre todo nombre por todos los seres
en el cielo y en la tierra: Encarnación, “tomado un cuerpo como el nuestro” y
Pascua, “humillado hasta la muerte”. Jesús: Sol que surges (Aurora del Oriente,
Rey eterno), que ha venido al “oscuro occidente”, vence el primer obstáculo que
es nuestra naturaleza herida (“enviado para enfrentar las depravaciones”), y con
su Pascua, el segundo obstáculo el pecado y la muerte.
4. Iconos narrativos de la curación de los diez leprosos-la salvación del samaritano
(Lc 17, 11-19) y de la conversión-salvación de Zaqueo (Lc 19, 1-10). Coinciden
el pedido del orante con el deseo de Jesús (“Jesús, Maestro, ten compasión de
nosotros” – “vayan a presentarse a los sacerdotes”, “El quería ver quién era
Jesús” – “Jesús miró hacia arriba y le dijo…”). La compunción y la alegría, el
arrepentimiento y la acción de gracias, anticipando la estrofa siguiente.
5. Textos bíblicos: Lucas 1, 68-79; 2, 29-32.

XI. DULCE JESÚS, SALUD Y LUZ

K. 11. Te ofrezco, yo indigno, un himno lleno de ternura y de arrepentimiento. Como la


cananea te llamo: “¡Jesús, ten piedad de mí!”. Cúrame, Jesús, a mí que te grito 194:
Aleluya.
I. 11. Pablo, que hasta aquel momento te perseguía, obedece al poder de la voz que lo
ilumina del conocimiento divino y se convierte al instante. Así también Señor -Luz que
ilumina a quien está en las tinieblas de la ignorancia- ilumina los ojos oscurecidos de mi
alma que te invoca195:
191
Compañero de los viajeros (B).
192
Estrella del navegante (A). Se agrega: Jesús, Paz de los impetuosos (A), Puerto tranquilo de los
atormentados (B).
193
Dios, levántanos de nuestras caídas (A).
194
Un himno compungido Te ofrecemos (ofrezco – B), indignos, te imploramos (clamo – B) como la
Cananea (cananita – B), Oh Jesús: ¡ten piedad de nosotros! No tengo una hija, pero sí un cuerpo poseído
de pasiones perversas, de un furor acuciante (sino la carne poseída violentamente por las pasiones e
inquieta por la cólera – B). Danos la sanación a quienes te invocamos (A).
195
Oh brillante faro de luz que alumbra a los que están en las tinieblas (oscuridad - B) de la ignorancia.
Pablo Te persiguió pero al ser iluminado por Tu luz y al percibir el poder de Tu voz (sabiamente – B)
divina, la furia de su alma fue mitigada. De igual manera, ilumina los ojos de nuestra alma oscurecida
cuando clamamos (A).
Jesús, Dios invencible en tu fuerza196.
Jesús, Señor omnipotente e inmortal197.
Jesús, Creador resplandeciente de gloria198.
Jesús, guía seguro199.
Jesús, Pastor infatigable en tu ternura200.
Jesús, Salvador muy compasivo201.
Jesús, ilumina a mis sentidos cegados202 por las pasiones.
Jesús, cúrame, que estoy desfigurado por el pecado203.
Jesús, defiende mi corazón de los malos deseos204.
Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Los títulos de Jesús (ver: A, en notas
al pie) precedidos del adjetivo posesivo mi, o nuestro. Orante: yo indigno,
enfermo, ojos oscurecidos (cegados), desfigurado, atacado. Súplica: ilumina los
sentidos (sentimientos) cegados por las pasiones, sana el cuerpo desfigurado por
el pecado, y purifica la mente de los pensamientos vanos, protege (defiende,
preserva) el corazón de los malos deseos. Grito e himno compungido, lleno de
ternura y arrepentimiento.
3. Misterio de Jesús: Médico y Salud. Hijo de David (Rey, Mesías) y Señor
(Dueño, Pastor): “¡Que se cumpla tu deseo!”. Luz (Faro de luz), Señor, Maestro,
que ilumina la “tiniebla (oscuridad) de la ignorancia” (“tenía los ojos abiertos,
no veía nada”- “cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista”).
4. A) Icono narrativo de la curación de la hija de la mujer cananea (Mt 15, 21-28;
Cf. Marcos 7, 24-30). La hija enferma (“atormentada por un demonio”) es el
“cuerpo poseído de pasiones perversas, de un furor acuciante - carne poseída
violentamente por las pasiones e inquieta por la cólera”. Pedido con una fe
grande, insistente e inteligente. B) Ícono narrativo de la conversión de Saulo-
Pablo (Hechos 9, 1-25; Cf. 22, 3-16; 26, 9-18), conversión de la “furia de su
alma”. Lucha espiritual contra las pasiones, facultades desordenadas, deseos
desorientados y sentimientos ofuscados que ciegan.
5. Textos bíblicos: Juan 8, 12-18.

XII. DULCE JESÚS, GRACIA Y MORADA

196
Nuestro Rey fuerte (A), mi Rey supremamente poderoso (B).
197
Nuestro Dios potente, nuestro Señor inmortal (A), mi Dios omnipotente, mi Señor inmortal (B).
198
Nuestro Creador glorioso (A), gloriosísimo (B).
199
Nuestro buen Maestro (A), mi Guía supremo en bondad (B).
200
Nuestro Pastor generoso (A), mi Pastor compasivo (B). Se agrega: Jesús, nuestro Soberano
benevolente (A), mi Amo rico en misericordia (B).
201
Nuestro Salvador misericordioso (A), mi Salvador, Amigo del hombre (B).
202
Nuestros sentimientos ofuscados (A), oscurecidos (B).
203
Sana nuestro cuerpo penetrado por el pecado (A), sana mi cuerpo, herido por los pecados (B). Se
agrega: Jesús, purifica nuestra mente (A), limpia mi mente (B), de los pensamientos vanos (A).
204
Protege nuestro corazón de la avara maldad (A), preserva mi corazón de deseos malignos (B).
K. 12. Dadme la gracia, Jesús, tú que perdonas toda deuda205. Acógeme, arrepentido,
como has acogido a Pedro que te había negado. Llámame, a mí pecador 206, como has
llamado a Pablo que te perseguía, Y escúchame, que te canto207: Aleluya.
I.12. Celebrando tu Encarnación, todos nosotros te alabamos 208. Con Tomás, te
confesamos209 Dios y Señor, que sentado a la diestra del Padre vendrás a juzgar a vivos
y a muertos. Otórgame un lugar a tu derecha a mí que te canto210:
Jesús, fuego de amor, enciéndeme211.
Jesús, morada eterna, refúgiame212.
Jesús, manto de luz, revísteme de tu belleza213.
Jesús, perla de gran precio, brilla sobre mí214.
Jesús, sol que surge, ilumíname215.
Jesús, luz santa, esclaréceme216.
Jesús, de toda enfermedad, presérvame217.
Jesús, arráncame de la mano del adversario218.
Jesús, libérame de la pena eterna219.

1. Oración completa de glorificación de Dios, acción de gracias, petición de perdón


y súplica implorando los magníficos bienes celestiales.
2. Relación personal del orante con el Señor. Jesús misericordioso que perdona
toda deuda: traición (negación), persecución, duda, incomprensión (ambición), y
da abundantemente su gracia. Súplica: perdóname la deuda como a la prostituta
que te amó, recíbeme como a Pedro que te negó, llámame como a Pablo que te
persiguió. Títulos de Jesús algunos referidos a la iluminación: sol que surge, luz
santa, perla de gran precio (Cf. Mt 13, 45-46), y otro, refugio (cobijo): morada
eterna, y otros asocian ambos: fuego de amor, manto de luz. Algunas versiones
se refieren a Jesús como “flor aromática (de dulce aroma), todo perfuma”, y
suplican: “hazme fragante”.
3. Misterio de Jesucristo: Alabanza de la Encarnación en oposición a la duda sobre
la Resurrección. A Jesús que está sentado en la Gloria a la derecha del Padre
(Ascensión, Rey eterno, Rey de paz) y vendrá a juzgar a los vivos y a los
muertos (Parusía, Juez) le pide un lugar a su derecha, contrapuesto a la
incomprensión y ambición egoísta (“queremos-podemos” de Santiago y Juan).
205
Tú que absuelves todos los pecados (A).
206
Que estoy abatido (B).
207
Llámanos del letargo así como en un tiempo llamaste a Pablo que te perseguía. Escucha nuestra voz
mientras Te invocamos (A), préstame atención cuando clamo a Ti (B).
208
Cantando himnos a Tu Encarnación todos te glorificamos (A).
209
Creemos que Tú eres (A).
210
Haznos dignos de estar a tu derecha mientras Te invocamos diciendo (A). Se agrega: Jesús, Rey
eterno, ten piedad de nosotros. Jesús, Flor aromática, todo perfuma(A), Rey de la paz, concédeme Tu paz.
Flor de dulce aroma, hazme fragante (B).
211
Rescoldo amado, caliéntanos (A), Cordialidad deseada, reconfórtame (B).
212
Templo eterno, repáranos (A), abrígame (B).
213
Hábito luminoso, adórnanos (A), Vestidura resplandeciente, adórname (B).
214
Perla genuina, haznos resplandecer (A), de gran precio, enriquéceme (B). Se agrega: Jesús, Piedra
preciosa, haznos brillar (A), ilumíname (B).
215
Sol de justicia, ilumínanos (A), brilla sobre mí (B).
216
Hazme radiante (B).
217
Protégenos de los males del alma y del cuerpo (A), líbrame de la debilidad del alma y del cuerpo (B).
218
Rescátanos de las garras del enemigo (A), rescátame (B).
219
Libéranos del fuego inextinguible y de los otros tormentos eternos (A), sálvame de los tormentos
eternos (B). Se agrega: Jesús, Hijo de Dios: ten piedad de nosotros (A), Ten piedad de mi (B).
4. A) Icono narrativo del diálogo de Jesús con Pedro (Jn 21, 15-19; Cf. Mateo 16,
13-20)), confesión de amor y segundo llamado. B) Icono narrativo del diálogo
de Jesús con Tomás (Jn 20, 24-29) considerando en esta ocasión la confesión y
bienaventuranza de la fe.
5. Textos bíblicos: Lucas 7, 36-50; Marcos 10, 35-41 (Cf. Mateo 20, 20-24).

XIII. DULCE JESÚS, AMIGO Y ESPOSO

K. 13. Oh Jesús, manso y humilde de corazón, en tu amor que nada desprecia, mira
nuestra miseria, perdónanos sin límite y en tu compasión infinita acepta nuestra humilde
oración como has aceptado la pobreza ofrecida de la viuda220.
Jesús, a imagen de los niños, tus preferidos, transfórmame.
Jesús, como los pastores asombrados, atráeme hacia Ti
Jesús, como al ciego de nacimiento, tócame, para que yo te vea.
Jesús, como al paralítico, cúrame para que yo camine contigo.
Jesús, como la cananea que te suplicaba, escúchame.
Jesús, como a María que te escuchaba, háblame de Ti
Jesús, como sobre Pedro que te había negado, fija tu mirada sobre mí.
Jesús, como María Magdalena que te amó mucho, perdóname.
Jesús, como Zaqueo, llámame y ven a mí.
Jesús, como a la hija de Jairo, revíveme.
Jesús, como a la Samaritana, transfórmame.
Jesús, como a Juan –el discípulo amado- hazme permanecer en Ti
Jesús, al terminar mi vida, como al buen ladrón, dime:
“Hoy estarás conmigo en mi Reino.”

1. Oración conclusiva de súplica implorando los magníficos bienes celestiales.


2. Relación personal (Esposo y Maestro – viuda y discípulo) entre Jesús: manso y
humilde de corazón/dulcísimo, y el orante que súplica “como” los pobres y
débiles que se relacionaron personal e íntimamente (amigos) con Jesús (Cf. Mt
18, 1-5): niños, pastores, ciego de nacimiento, paralítico, cananea, María de
Betania, Pedro, María de Magdala, Zaqueo, hija de Jairo, Samaritana, Juan,
Buen ladrón.
3. Súplica pidiendo protección contra los diversos peligros: enemigos visibles e
invisibles, invasores, enfermedad, hambre, tribulaciones, heridas, tormentos
futuros. Pide su protección, atracción, contacto, visión, curación, compañía,
acompañamiento, atención, palabra, diálogo, mirada, perdón, conversión,
transformación, cercanía, permanencia, presencia, en una palabra, está pidiendo
a Jesús mismo.
4. Dos iconos narrativos de la oración: A) La súplica (pequeño rezo) que se canta
es como la moneda de la viuda (todo lo que tenía para vivir), el orante vive de y
por la súplica confiada (Mc 12, 41-44, Cf. Lucas 21, 1-4). B) La oración de
Dimas el Buen Ladrón (Lc 23, 39-43): temor de Dios-reverencia, confesión del
pecado-compunción, súplica confiada y respuesta divina inmediata.
220
Dulce y generoso Jesús (dulcísimo y amoroso – B). Acepta ahora nuestro pequeño rezo (recibe esta
humilde súplica – B), como aceptaste (recibiste – B) las dos monedas de la viuda. Protege a tus hijos
(preserva Tu heredad – B) del enemigo visible e invisible, de la invasión extranjera, de la enfermedad, del
hambre, de cada desgracia (de las tribulaciones – B) y de la herida mortal. Libéranos de los tormentos
futuros a quienes te imploramos (a los que claman a Ti – B): ¡Aleluya! (En A y B es repetido tres veces).
5. Textos bíblicos: Mateo 11, 25-30; Éxodo 34, 6-13.

A modo de conclusión simplemente una invitación a escribir una nueva estrofa


personal siguiendo el mismo esquema del himno y como fruto de lo leído-escuchado,
meditado-rumiado, orado-dialogado y contemplado.

Apéndice: Guía para siete días de retiro espiritual

Oración inicial221:
Bendito sea nuestro Dios, perpetuamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloria a Ti, Oh Dios nuestro y Esperanza nuestra, Gloria a Ti Bendito sea nuestro Dios
en todo tiempo ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Gloria a Ti, Dios nuestro, Gloria a Ti Rey celestial, Consolador, Espíritu de la verdad,
que estas en todo lugar y llenas el universo, Tesoro de bienes y dador de Vida, ven a
habitar en nosotros, purifícanos de toda mancha, y salva, Tú que eres bueno, nuestras
almas.
Santo es Dios, santo y fuerte, santo e inmortal. Ten piedad de nosotros (3 veces).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en un principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Trinidad Santísima, ten piedad de nosotros. Señor perdona nuestros pecados. Soberano
remite muestras culpas. Santo visítanos y cura nuestras debilidades por amor de tu
nombre.
Venid, adoremos y postrémonos ante nuestro Rey y nuestro Dios. Venid, adoremos y
postrémonos ante Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios. Venid, adoremos y
prosternémonos ante Cristo, Él es nuestro Rey, nuestro Señor y nuestro Dios.

Lectura de la estrofa correspondiente222:


1°: I; 2°: II. III, 3°: IV. V; 4°: VI. VII; 5°: VIII. IX; 6°: X. XI; 7°: XII. XIII223.

Meditación personal224:
 Sobre la oración: ¿Qué parte de la oración predomina (glorificación de Dios, acción
de gracias, petición de perdón y súplica implorando los magníficos bienes
celestiales)?
 La relación personal del orante con el Señor: ¿Cómo se describe, se percibe el
orante? ¿Cómo es presentado, contemplado, el Señor? ¿Qué súplica? ¿Cómo
suplica?
 El misterio de Cristo: ¿Qué dimensión aparece subrayada?
 Lectio del icono narrativo propuesto.
 Ecos bíblicos propios.
221
Para el momento de oración es conveniente tener delante un icono del Salvador iluminado y la
Sagrada Escritura abierta.
222
Si el retiro es de menos días se sugiere realizar una selección de estrofas.
223
Es conveniente hacerlo de pie, de allí el nombre de “Akathistos”. Se puede cantar la respuesta al
Kontakion (Aleluya, o Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí, o Kyrie eleison), y/o hacer de modo
responsorial los tropos del Ikos.
224
Se pueden leer los puntos indicados después de cada estrofa. Si se hace en comunidad se puede realizar
una colación para compartir en el diálogo fraterno las resonancias-ecos y realizar el discernimiento
espiritual.
Oración conclusiva225:
Oh Soberano Señor, Jesucristo, Dios mío, por Tu indecible amor al hombre asumiste al
final de los siglos un cuerpo humano de la siempre Virgen María. Nosotros, Tus siervos,
cantamos a Tu providencia salvífica. Oh Soberano: nos dirigimos a Ti A través de Ti
hemos conocido al Padre. Te bendecimos porque por Ti el Espíritu ha venido al mundo.
Nos postramos frente a Tu purísima Madre terrena, que ha permitido la realización de
un misterio tan maravilloso. Alabamos a Tus ejércitos de ángeles que exaltan y sirven
Tu magnificencia. Veneramos a Juan el precursor que Te bautizó. Señor, enaltecemos a
los profetas que Te preanunciaron; glorificamos a Tus santos Apóstoles. Exaltamos a
los mártires; ponderamos a Tus sacerdotes. Nos inclinamos frente a tus santos y
festejamos Tu justicia. Este múltiple e indecible canto divino, nosotros, siervos tuyos, lo
ofrecemos como oración a Ti, Dios generoso, y por tantos errores pedimos perdón.
Concédenos el perdón por la intercesión de todos Tus Santos y especialmente por Tu
generosidad, porque Tú, eres y serás bendecido por los siglos de los siglos. Amén.

225
Durante la recitación se puede venerar el Icono y la Palabra con una reverencia y/o un beso.

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