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09 LA MINISTRACIÓN DEL ALMA


Módulo II "Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu,
Doctrina perfeccionando la santidad en el temor de Dios"
Básica LBA 2 Corintios 7:1

L os hombres somos seres tripartitos formados por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23). Ahora que somos salvos del
pecado, debemos limpiar nuestra alma de la influencia del pecado y de la mala manera de vivir que heredamos de
nuestros padres. Solo así disfrutaremos la vida abundante y tendremos paz (1 P. 1:18; Mr. 10:30)

Ministrar es una palabra que se traduce del vocablo griego Diakoneo y significa asistir, servir a uno, ayuda, socorro,
servicio, ministrar.

A lma se traduce del idioma griego Psuche y significa; ser, persona, vida, alma, corazón. La condición de nuestra
alma es reflejada con el ejemplo de Lázaro, quien fue llamado de la tumba para que tuviera vida, pero cuando salió
iba con ataduras en sus manos y en los pies, además tenía un sudario en el rostro que le impedía ver (Jn 11:43-
44).Él Señor ordenó a los discípulos que lo desataran.

A nosotros nos dieron nueva vida, pero al igual que Lázaro aun tenemos ataduras que nos impiden caminar con libertad.
Entonces llega la orden de Cristo para que los ministros nos desaten, ellos fueron designados para ayudarnos a ser libres
por medio de la ministracion.

EL PROCESO DE LA MINISTRACION (Jn. 13:8-10)


La ministración del alma es socorrerla para que sea restaurada y prosperada (3 Jn. 1:2). La primer ministración al alma la
obtenemos cuando nos bautizamos en agua, porque el viejo hombre es reducido a la impotencia, morimos a nuestra vida
anterior y resucitamos a novedad de vida (Ro. 6:1-6).

Cuando Jesús lavó los pies a los discípulos, les dijo que el que estaba bañado (Gr. Louo Bañarse la persona entera) no
necesitaba más que lavarse los pies (Gr.Nipto, lavar especialmente pies, manos y rostro) enseñándonos que después de
bautizarnos tenemos que seguir un proceso de limpieza por las contaminaciones que adquirimos en nuestro caminar.
Veamos algunos aspectos de la ministracíon:

CONSEJERÍA (Pr. 19:20)


El diccionario define consejo como una opinión o juicio que se da o recibe para resolver un asunto. Es importante recordar
que cuando una persona pide consejo escucha ángulos distintos de lo que está pensando hacer, pero no necesariamente
está obligado a poner en práctica lo que le aconsejan. La persona debe de utilizar ese consejo (que generalmente está
basado en la palabra de Dios), para tomar la mejor decisión y que esta repercuta positivamente en su vida.

El consejero debe de ser una persona que ha sido enseñada y delegada para eso. Un cristiano maduro aconseja basado en
la palabra de Dios, porque sabe que un mal consejo puede traer consecuencias graves en la vida de quien lo recibe. Por lo
tanto, quien pide consejo debe de buscar a las personas reconocidas como idóneas para ese fin. Veamos otro aspecto:

OBTENER LIBERACIÓN DE DEMONIOS (Mr. 7:26-29)


Los demonios pueden influenciar a un cristiano cuando se le han otorgado derechos. Una entidad espiritual del lado de las
tinieblas estorba al cristiano, tentándolo, engañándolo, acusándolo, condenándolo, oprimiéndolo, deprimiéndolo,
destruyéndolo, robándole la paz, etc. , con el propósito de dañar su relación con Dios y que no disfrute la vida abundante
(Jn. 10:10).

El pan de la liberación es para los hijos, como hijos de Dios tenemos derecho a ser liberados de ataduras que podríamos
tener en nuestra alma; el proceso de liberación comienza con el bautismo en agua. Es necesario mencionar que ninguna
persona debe de ser ministrada para liberación de demonios si no quiere bautizarse.

REENTRENAR EL ALMA

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El alma responde según la información que tiene almacenada, sea buena o mala y que le ha sido proporcionada a través
del tiempo. Esa información condiciona nuestra conducta llevándonos a vivir, en la mayoría de las veces; deprimidos,
tristes, con miedos, violentos, etc., y por ello algunos creyentes se refugian en costumbres insanas, tales como
tabaquismo, alcohol, drogas, sexo ilícito, pornografía. Debido a nuestra vida anterior, aun tenemos actitudes que se
formaron en nuestra alma y que nos hacen reaccionar de manera equivocada. Pero es necesario saber que Dios tiene
cuidado de nosotros, es por eso que debemos buscar ayuda con un ministro para que nuestra alma sea reprogramada y
reentrenada.

El reentrenamiento es un proceso que debemos de llevar para que la imagen de Cristo sea formada en nosotros y seamos
esculpidos en la palma de la mano de Dios (Is. 49:16), un ejemplo del reentrenamiento es este; quien había sido
entrenado para robar, ahora debe de usar sus manos para trabajar y para bendición de otros, etc. (Ef. 4:28). El Cristiano
que está verdaderamente arrepentido debe hacer procurar hacer obras dignas de arrepentimiento (Jer 31:19-20; Mt 3:8 )

NECESIDAD DE LA MINISTRACION (3 Jn 1:2)


Nuestro ser pudo ser afectado con una ministración negativa, desde que estábamos en el vientre de nuestra madre hasta
la edad actual. Durante ese período quizás sufrimos rechazos, maltratos, abuso sexual, preferencias entre hermanos, etc.,
con esos daños nos ministraron temores, dudas, amargura, deseos de venganza, frustración, confusión y otras cosas que
hicieron de nuestra alma un área donde el enemigo puede manipularnos para destruirnos y dañar a otros.

Jesús primero le perdonó los pecados a un paralítico, luego le restauró la salud en su cuerpo para que pudiera caminar y
valerse por sí mismo (Mt. 9: 2-6). Dios trabaja primero el alma del hombre y luego atiende el cuerpo. Por esa razón
debemos desear ser limpios de ataduras y sanos de nuestra alma, para obtener una prosperidad integral. Veamos qué
beneficios se obtienen a través de la ministración:

Restauración del alma (Sal 19:7) restaurar; es retornar, refrescar, reparar. Debemos prepararnos para ganar la batalla
interna entre la antigua y la nueva naturaleza. La victoria la obtenemos a medida que el alma va evolucionando, a través
de tener una nueva programación, por medio del proceso de ministrcíon.

Prosperidad en nuestra alma (Pr 13:4) prosperar es guiar por un camino directo y fácil. Para empezar a tener prosperidad
en el alma lo primero que debemos hacer es arrepentirnos de nuestra vida pasada (Hch. 26:20) y perdonar a quienes nos
causaron daños (Mt. 6:15). Quien está seguro que recibió el perdón de Dios puede perdonase él mismo y a los que lo
dañaron.

Consagración y santificación (1 Ts. 5:23) Cuando el señor Jesucristo venga por su iglesia, vendrá por una virgen pura sin
mancha y sin arruga (2 Co. 11:2) la Amada debe de estar preparada para el encuentro con su Señor y debe reflejar la
pureza de su interior con su aspecto exterior (Ap. 19:8), el proceso de ministración le permitirá a la iglesia alcanzar la
estatura que Dios espera de ella.

PARTICIPANDO DE LA MINISTRACION
En el Antiguo Testamento, la casa contaminada con lepra era examinada por un sacerdote, quien quitaba la parte
inmunda y la sustituía con piedras y barro nuevo para descontaminarla (Lv. 14:34-44) También la persona que le salía una
mancha lustrosa y blanca en la piel, tenía la necesidad de recurrir al sacerdote para que le dictaminara si podía convertirse
en lepra (figura de pecado, Lv. 13:1-6)

Debemos buscar a ministros delegados para que nos auxilien cuando tengamos problemas en nuestro ser integral.
Algunos cristianos creen que después de ser perdonados ya no necesitan nada mas, pero olvidan que El Señor le ordenó a
un leproso después de sanarlo que se presentara al sacerdote para que lo declarara limpio (Mt. 8:1-4). La Biblia dice que
debemos de despojarnos de todo peso y de pecado que tan fácilmente nos envuelven (He. 12:1)

FUNCIÓN DEL QUE MINISTRA (Jn. 11:39-44)


Jesús pidió a los siervos que quitaran la piedra de la tumba de Lázaro, seguido a eso los delegó para que le quitaran los
estorbos que le impedían caminar. Dios siempre tiene siervos preparados para libertar al pueblo, por ejemplo, Moisés
libertó al pueblo de la opresión de faraón; Josué fue preparado por el Señor para que condujera al pueblo hacia Canaán

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(Jos. 1:2); en este tiempo, ha preparado ministros llenos del Espíritu Santo que puedan atender a las ovejas que están
débiles, enfermas, perniquebradas etc.

C uando nos sentimos limpios podemos entrar confiadamente a la casa del Señor y adorar con libertad. La
ministracion es un proceso para que en todo tiempo seamos encontrados con vestiduras limpias, gozando de
libertad, restauración y vida abundante.

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