Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La resistencia mecánica del material es la capacidad que dichos materiales tienen para
soportar los diferentes esfuerzos sin llegar a deformarse de forma permanente o romperse.
La resistencia que ofrece un material al cambio de forma depende de las fuerzas de cohesión
interna de los átomos que lo componen. Si las fuerzas exteriores, aplicadas sobre el cuerpo
sólido, son superiores a las fuerzas de cohesión, el material experimenta la rotura.
La tenacidad del material es esta resistencia al cambio de forma, con separación y con rotura,
entendida como la energía o trabajo absorbido por el material durante su deformación y
posterior rotura.
Por el contrario, la capacidad que tienen los materiales de recuperar la forma después de
haberse aplicado fuerzas externas es la elasticidad del material.
En aquellos cuerpos en los cuales la deformación persiste sin que se rompan, aparece la
plasticidad del material. La propiedad de la plasticidad del material es utilizada en la
fabricación de cables y perfiles de materiales, especialmente dúctiles.
1
La maleabilidad es la capacidad que tienen los materiales inelásticos o plásticos para ser
deformados en forma de láminas delgadas.
La dureza se entiende como la resistencia que opone el material a ser penetrado por otro.
Una propiedad mecánica de interés, en cuanto a la resistencia que opone el material al choque
o a esfuerzos de impacto, es la resiliencia. La capacidad del material para resistir estos efectos
de reiterados ciclos de trabajo es la fatiga.
Los materiales, al estar sometidos a cargas o fuerzas, experimentan una respuesta llamada
comportamiento mecánico. Según se apliquen las cargas o fuerzas en las diferentes secciones
del material en estudio, los esfuerzos generados serán de tracción y de compresión, así como
esfuerzos combinados de flexión, cizalladura o corte y torsión.
La tracción se entiende como la resistencia que opone un material sólido, que está sometido a
la acción de fuerzas externas tendentes a alargarlo (figura 1.2).
La compresión es la resistencia que opone un material sólido cuando las fuerzas externas, a las
cuales está sometido, tienden a comprimirlo (figura 1.3).
La torsión es la resistencia ofrecida por el cuerpo sólido ante la aplicación de un par de fuerzas
que retuercen el material y lo hacen girar, por lo que aparece un momento de giro (figura 1.6).
Ensayo de tracción
S: superficie en mm2.
𝐿i−𝐿0 ∆𝐿
El alargamiento unitario se expresa como: s = 100 = (%)
𝐿 𝐿
Ensayo de dureza
𝜋𝐷(𝐷−√𝐷2−𝑑2)
F: carga (N) 𝐴= A: superficie de la marca en la esfera (𝑚𝑚2)
2
Esta prueba es dinámica y ensaya la forma de rotura que experimenta el material, sometido a
una flexión por impacto, en el punto donde se realiza el test. El denominado péndulo de
Charpy parte de una posición con una altura determinada en relación al punto donde se
encuentra la probeta. Una vez se ha realizado el golpe y considerando la
ley de la conservación de la energía, parte de la cinética del movimiento
pendular es disipada en el impacto con el material, que permanece en
una exclusa, haciendo que el material se rompa y que el martillo
pendular se desplace hasta una altura inferior a la de la cota de inicio del
movimiento.
Ensayo de fatiga
Este tipo de ensayos se realiza en las condiciones de trabajo útil de la propia máquina,
sometiéndola a un conjunto de esfuerzos de flexión plana, esfuerzos axiales, torsión y flexión
rotativa. La expresión de los resultados del ensayo se muestra en el diagrama de Wöhler,
gráfica en la que el eje de abscisas representa el número de ciclos N que persiste en la probeta
hasta la rotura final, y el eje de las ordenadas expresa la amplitud del esfuerzo aplicado S. El
valor 𝑁ƒ es el número de ciclos que puede soportar el material, en una determinada amplitud
del esfuerzo, y define la vida útil del mismo. Se conoce como límite de fatiga el máximo valor
de la amplitud del esfuerzo aplicado, que no produce rotura en un número de ciclo, al tender
hacia infinito.
2.2 Propiedades físicas de los materiales
Las propiedades físicas de los materiales son aquellas que responden al comportamiento del
material ante fenómenos físicos, ya sean de tipología térmica, eléctrica y magnética.
Densidad
Conductividad calorífica
Dilatación térmica
Conductividad eléctrica
Es la propiedad del material en la que se testa la corriente eléctrica que pasa a través de un
cuerpo de masa conocida. La corriente está generada por el paso de los electrones entre dos
puntos del cuerpo con un diferente potencial. Los materiales metálicos son buenos
conductores de la electricidad, ya que en su estructura cristalina regular se movilizan los
electrones de valencia, dando lugar a un transporte neto de carga. Los metales conductores de
la corriente eléctrica lo son debido a los electrones libres; por el contrario, existen otros
materiales, denominados aislantes, que no dejan pasar fácilmente la corriente eléctrica, como
es el caso de la madera, el vidrio, las cerámicas, los plásticos, etc. En electrónica existen unos
materiales que dejan pasar la corriente eléctrica bajo ciertas condiciones de temperatura, de
luz, de corrientes intensas o de dopaje de la estructura cristalina con átomos de boro y
arsénico, entre otros. Se trata de los materiales semiconductores, presentes en diodos, LED,
transistores, termistores y circuitos integrados para el control automático de procesos.
Capacidades magnéticas
Las propiedades magnéticas de los materiales están relacionadas con la capacidad que tienen
algunos de ellos para generar un campo magnético, tales como el hierro, el cobalto el níquel y
el acero. Gran parte de los dispositivos eléctricos basan su funcionamiento en el
electromagnetismo: al pasar una corriente eléctrica en cables y bobinados se genera inducción
magnética, necesaria en motores, generadores, transformadores, electroimanes y
componentes de electrónica.
Propiedades ópticas y de reflexión de la luz
Las propiedades ópticas son entendidas como la respuesta que experimenta el material ante la
acción de la luz. Los materiales atravesados por la luz son trasparentes, mientras que los
materiales que son atravesados parcialmente por los rayos de luz son traslúcidos. El material
que no es traspasado por los rayos de luz es opaco.
Los procesos químicos dan lugar a otras sustancias con características y propiedades
diferentes. Las propiedades más relevantes son la corrosión y la oxidación de los materiales.
Cuando el oxígeno ejerce la degradación de las superficies de los materiales, reaccionando con
este en forma de reacción redox y pérdida de electrones, se entiende como oxidación. En el
caso de los metales, cuando la acción destructora se origina por la acción conjunta del aire
atmosférico y de otros agentes químicos, esencialmente sobre la superficie de los metales,
hablamos de corrosión. Específicamente en la industria alimentaria, los agentes químicos no
solamente son vapores de agua; pueden ser sales, ácidos de los alimentos, reactivos de
procesos y agentes detergentes en combinación con el oxígeno.
Cobre
Aluminio
La calidad del aluminio se diferencia según la proporción del propio elemento y la aleación con
otros:
I. Aluminio puro al 99,5% (serie 1050): en tubos deformables para envases de productos
alimentarios, láminas de condensadores, cables de conducción eléctrica, equipos y envases en
industria alimentaria.
II. Aluminio en aleación con manganeso (serie 3003). Se mejoran las propiedades de
resistencia mecánica con respecto al aluminio puro, así como el comportamiento a bajas
temperaturas. Se aplica en depósitos de combustible, estructuras de manutención en la
industria, cubiertas y paramentos y equipos criogénicos.
III. Aluminio en aleación con magnesio y manganeso (Al Mg 2%, Mn 0,8%) (serie 5000). Con el
magnesio alcanza una gran resistencia en medios salinos y a la corrosión atmosférica después
de ser tratado con recocido; fácil soldadura para conformar planchas y paramentos
estructurales.
Níquel
Latón
El latón es una aleación de cobre con zinc. Los latones ordinarios están formados por
proporciones entre el 30 y el 55% y se utilizan en la fabricación de tornillería y piezas diversas
de maquinaria.
Los metales férricos son aquellos que tienen el elemento hierro (Fe) en su composición
principal. Según esta composición, pueden diferenciarse cuatro tipos de productos férricos, los
cuales dependen de la proporción de carbono (C) en la aleación: hierro, acero, fundición y
grafito.
Hierro
Las características del hierro son color blanco grisáceo, peso específico de 7,85 kg/𝑑𝑚3 ,
temperatura de fusión de 1.530 ºC y resistencia a la tracción de 25 kg/𝑚𝑚2. El hierro
industrialmente puro no suele tener muchas aplicaciones en razón de sus bajas propiedades
mecánicas, especialmente de su fragilidad como material. Sin embargo, se utiliza para la
formación de ferritas de utilidad en electrónica y en electricidad.
Acero
El acero inoxidable está tratado para poder resistir favorablemente la corrosión. A pesar de
que la gama de aceros inoxidables clasificados es extensa, la selección de uno u otro en la
construcción de maquinaria para el sector alimentario dependerá de los factores que llevan a
la corrosión, tales como los propios iones involucrados, los valores de rango de pH, la amplitud
en rango de temperaturas del proceso y los agentes químicos detergentes. Asimismo, las
propiedades mecánicas y las características de maquinabilidad, conformado, soldabilidad,
dureza y relación calidad-precio resultan decisivas al determinar el material específico para
cada aplicación.
Fundición
En la fundición blanca, la mayor parte del carbono está en forma de cementita (𝐶𝐹𝑒3), carburo
que endurece el material de la fundición en relación al acero, pero que lo fragiliza. La fractura
blanquecina da nombre a la fundición blanca. La granulometría de la fundición gris es muy
fina, quedando la textura del carbono laminada entre la masa de hierro. La fundición
atruchada tiene propiedades semejantes a las fundiciones antes señaladas, aunque mejoradas
por lo que se refiere a las propiedades mecánicas y autolubricantes. Las fundiciones aleadas
contienen hierro-carbono y elementos tales como níquel, cromo, titanio, vanadio, molibdeno y
aluminio. Las fundiciones especiales están tratadas térmicamente o con otros materiales. Las
maleables son intermedias entre la fundición gris y el acero moldeado. Su fabricación parte de
la fundición blanca con posterior tratamiento térmico.
Grafito
Se considera una de las variedades alotrópicas del carbono. Se caracteriza por ser blando,
viscoso y gris oscuro. En las fundiciones grises está laminado y en las maleables en forma
nodular, formando esferas en las fundiciones especiales. Se emplea en rodamientos,
juntamente con resinas sintéticas, por sus características antifricción, así como lubrificante
seco en compresores, juntas de fricción, ánodos, cátodos y electrodos.
Los termoestables no son dúctiles y, una vez polimerizados, su consistencia se mantiene sin
deformarse plásticamente en caliente.
Los plásticos son materiales de síntesis poliméricos, que en la industria alimentaria están
seleccionados bajo criterios de higiene y salubridad, cumpliendo las especificaciones de la
directiva 10/2011 para los materiales sintéticos. Por una parte, estos materiales han de tener
características de resistencia a los agentes químicos detergentes y desinfectantes; por otra
parte, no deben migrar hacia el alimento. Existen otros requisitos en la elección de los
polímeros, tales como la compatibilidad con los alimentos y los ingredientes (especialmente
grasas, aceites y conservantes), la resistencia a las temperaturas en los rangos del proceso, la
resistencia a los vapores y a la corrosión por tensión, la alta hidrofobicidad, la baja reactividad
en superficie, la facilidad para realizar conformados lisos en superficie, el bajo nivel de
absorción, las características mecánicas específicas de dureza y resiliencia, la resistencia a la
abrasión y a la fluencia en frío, y la adaptabilidad a las tecnologías de procesado. La industria
alimentaria ha seleccionado un listado de materiales sintéticos. Los más comunes son el
polipropileno (PP), la poliamida(PA), el policloruro de vinilo (PVC), el polifluoruro de vinilideno
(PVDF), el polióxido de metileno (POM), el polimetilmetacrilato (PMMA), el policarbonato (PC),
el polietileno de alta densidad (HDPE), el polietilentereftalato (PET), el poliéter-éter-cetona
(PEEK) y el fluoroelastómero (PTFE).
1. El acero galvanizado, con baño de zinc enfriado en forma de cristales diferenciados, ha sido
frecuente en la industria alimentaria. La protección anticorrosión del galvanizado se utiliza en
conducciones de agua fría de proceso (a pH neutro), en chapas y en perfiles estructurales y
conducciones de aire acondicionado para salas frías y salas blancas.
2. Las soldaduras que tienen una proporción considerable de plomo, cadmio y antimonio no
son apropiadas en el entorno del proceso, de manera que las aleaciones de bajo punto de
fusión, tipo Darcet y Cerrolow, están restringidas en el uso de materiales fuera del área de
proceso y de producción.
La corrosión localizada se aprecia con una agresión puntual en la superficie, según sean las
condiciones ambientales. Las formas que puede tener la corrosión húmeda localizada son
aparición de picaduras, cavidades, deterioro intergranular, fractura por baja tensión y
corrosión galvánica. La aparición de picaduras degrada mucho el material, que únicamente se
ve alterado en un lateral de la superficie e incluso no se visualiza. Esta corrosión se da en
ambientes muy húmedos y también con la acción de sales y cloruros.
La corrosión por fractura se da por tensiones en el material, cuya superficie está sometida a
un medio corrosivo. Las causas de esta corrosión son agentes químicos, sales, cloruros,
sulfuros y elevadas temperaturas, por encima de los 50 ºC.
Los componentes tienen un mayor o menor riesgo de recibir ataques corrosivos, dependiendo
de su situación, ubicación y uso en el proceso. Por ejemplo, los componentes con menor riesgo
de corrosión corresponden a aquellos de menor tamaño, que tienen funciones de retención o
lubricantes, como arandelas, manguitos, rodamientos y cojinetes. La corrosión es elevada, e
incluso extrema, en los componentes en contacto directo con el ambiente industrial,
detergentes y desinfectantes, expuestos a la intemperie y sometidos a los reactivos químicos
del proceso. Podríamos enumerar los principales factores que influyen en el deterioro
corrosivo en los procesos productivos:
1. La exposición a las aguas potables durante periodos largos de tiempo y en temperaturas con
rangos por encima de los 60 ºC.
4. Los ingredientes, aditivos y alimentos según ácidos acético, nítrico, málico, láctico y
tartárico.
Las acciones preventivas para evitar la corrosión en los aceros inoxidables, según tipología de
proceso corrosivo, son las siguientes:
2. Prestar atención a los límites y cuerdas de soldadura, eliminando los óxidos incorporados en
su entorno.
10. Realizar pruebas y ensayos en piezas, para poder disolver los carburos de cromo.
13. Afinar las soldaduras y utilizar técnicas que eliminen las tensiones en el cordón de las
mismas.
Los revestimientos químicos utilizan fosfatados, zinc y cromo con componentes de tipo
orgánico. Son tratamientos estratificados, aplicados diferencialmente en función del tipo de
utilidad de la pieza.
En los revestimientos de tipo mecánico se aplican fórmulas de polvo de metal que impacta
sobre la pieza, con contenidos de zinc, estaño, aluminio y aleaciones de estos metales,
otorgando a las piezas, normalmente de unión, altas resistencias a los esfuerzos mecánicos.
Existen en estas cadenas poliméricas infinitud de enlaces covalentes que se rompen, ya sea por
la acción de radiación lumínica, cambios de temperatura o reacciones con agentes químicos,
numerosos entre los productos detergentes, higienizantes y del proceso. También es conocida
la acción degradante del oxígeno en condiciones desfavorable de altas temperaturas. Cuando
existe degradación polimérica, las propiedades mecánicas y fisicoquímicas del material están
gravemente comprometidas. Los líquidos y reactivos que se utilizan en los procesos provocan
el hinchamiento y la disolución de los polímeros deteriorados, reabsorbiéndose el líquido en la
propia estructura polimérica.
La escisión o rotura de las moléculas, causada por acción mecánica y promovida por el
aumento de la temperatura, es otra de las causas de la degradación de los polímeros.
Los efectos de radiaciones electromagnéticas sobre el material, ya sean de tipo lumínico, rayos
ultravioletas u otros, como el uso de láseres en algunos de los equipos, son palpables al
penetrar la radiación en el material y encadenar reacciones de ionización que lo reblandecen,
convirtiéndose en no apto por sus propiedades características alteradas. Del mismo modo,
efectos de escisión y de cambios en los enlaces covalentes son ocasionados por reactivos
químicos, que logran separar dobles enlaces de cadenas alifáticas, por ejemplo, en los
polietilenos de alta densidad. En este ataque químico o del oxígeno aparecen grietas,
debilitando el material.