Como ha podido evidenciarse durante las lecturas de La historia de Colombia y
sus oligarquías y ¿Por qué fracasa Colombia?, existen deferentes perspectivas sobre lo que fue la conquista. Caballero relata los acontecimientos haciendo énfasis en la versión de la leyenda negra mientras que Serrano pareciera inclinarse más por la leyenda rosa. En ese sentido, los poemas de Lope de Aguirre y Patria, muestran también estas dos facetas opuestas. Ospina nos muestra a un Lope de Aguirre encantado por la América exótica. Alguien que ve en el nuevo mundo una oportunidad para desvincularse de lo cotidiano de Europa. El conquistador español resulta conquistado por la selva y es ese proceso de conquista el que justifica su actuar; si la selva es salvaje, él decide volverse un tigre. Este poema hace un intento por mostrarnos la conquista desde el ángulo del conquistador: alguien que ha llegado a un lugar exótico y casi fantástico repleto de tesoros. No se ve allí mucho de la leyenda negra, sino que, más que hablarnos sobre un conquistador, nos habla de un hombre que ha encontrado un lugar compatible con su propia naturaleza. Caballero plantearía el rol de Lope de Aguirre desde una perspectiva completamente diferente. Por otro lado, en Patria, María Mercedes Carranza nos muestra una Colombia que va en contra de la tesis de Serrano. Carranza plantea una patria en la que la violencia sí ha sido un factor determinante. Plasma la patria como una casa colonial en donde estamos enterrados, quizás pretendiendo hacer alusión a que seguimos teniendo la mentalidad de hace siglos. Este poema, aunque no hace referencia directa al periodo de conquista, nos cuenta que la violencia es algo que hace parte de esta casa en ruinas. En conclusión, no puede decirse que alguno de los poemas sea incorrecto o correcto. Tal como ocurre con Serrano y Caballero, el asunto es de perspectivas, y cada lector puede llegar a sus propias conclusiones al hacer un análisis critico de las diferentes perspectivas que existen del tema.