Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Paucara
estos principalmente como elementos naturales por Bridson & Forman (1992) a fin de determi-
de delimitación de predios agrícolas y caminos. nar la ubicación taxonómica de las especies en
En éste espacio destacan también testimonios estudio.
de ocupación humana desde épocas tempranas
(Pre Inka) como el caso de Ak’awillay en la pam- La determina¬ción taxonómica familia, género y
pa de Anta, el S. A de Wata margen izquierda especie se efectuó a través del uso de claves y des-
de la Subcuenca del rio Pomatales, Yuthu en las cripciones disponibles en la literatura botánica,
proximidades de la laguna de Huaypo, Cheqoq a teniendo como base las publicaciones de Flora of
la vera del camino rumbo a Maras (Belisle 2011, Peru (Macbride et al. 1936 - 1971). Como parte
Bauer 2008, Davis & Delgado 2009, Covey et al. del proceso de identificación se realizaron com-
2013, Quave et al. 2012), finalmente el sitio ar- paraciones con las colecciones depositadas en los
queológico de Ollantaytambo, tambo Inka, como herbarios Vargas - CUZ. UNSAAC y Ferreyra de
entrada al Santuario Histórico y Natural de Ma- la UNMSM. El sistema de clasificación empleado
chupicchu en la cuenca del río Vilcanota. para el ordenamiento de los taxones es acorde a
Angiosperm Phylogeny Group III (2009). El re-
Método ferente temporal de los usos y aplicaciones, fue-
ron sustentados a partir de la información cro-
Consistió en la evaluación y observación directa nística, destacando el trabajo de Cieza de León
In situ, así como entrevistas que permitieron gra- (1973 [1553]) Crónica General del Perú, el cual
ficar las aplicaciones actuales de estos vegetales. refiere sobre la plantas alimenticias utilizadas
Los usos y atributos conferidos fueron discerni- principalmente para la costa occidental de Amé-
dos a partir de toda una carga de conocimientos rica del Sur. Gonzalo F. de Oviedo (1959 [1553])
aplicados producto de una formación especia- en su Historia Natural y General de las Indias
lizada en la apertura y construcción de infraes- aporta datos importantes sobre la flora y la fau-
tructura vial y agrícola (como ejemplos sobresa- na de nuestro territorio. Acosta (1979 [1590]) en
lientes). Los principios lingüísticos a través de la su Historia Natural y Moral de las Indias y la de
comunicación y la ecuación personal asociado Bernabé Cobo (1895 [1653]) en su Historia del
a analogías etnográficas permitieron interpretar Nuevo Mundo, estos últimos compilan impor-
el valor cultural de Agave y Furcraea en nuestro tante información sobre las especies económicas
medio. del Perú, incluyendo aspectos relacionados a la
morfología, distribución, cultivo. Finalmente la
Desde el actuar botánico, se emplearon técnicas obra de Garcilaso de la Vega (1829 [1609]) en sus
estándares para la colecta, herborización y mane- Comentarios Reales aporta información impor-
jo posterior de los especímenes, recomendados tante de los usos de estas especies.
Figura N° 1
jardines botánicos europeos debido a la crecien- para la construcción utilizando las hojas acana-
te importación de especies Americanas a Euro- ladas en techos y vigas, finalmente la obtención
pa en el siglo XVI por importantes taxónomos de jabón, miel, vinagre y otros brebajes. Guamán
como Haworth (1768, 1833), Moench (1794), Poma (1975 [1613]) hace un dibujo evidente de
Jacobi (1864-1867) los que probablemente nunca redes elaboradas con fibras de esta especie para
vieron un Agave en su lugar de origen, como lo la captura de aves. Cobo (1895 [1653]) menciona
señala Gentry (1998). su utilización como vigas, constituido por los ta-
llos de la inflorescencia “chuchao”.
La multiplicación clonal frecuentemente usa-
da en los jardines se puede haber traducido en Durante los siglos XVIII y XIV, Haenke (1761-
una diferenciación fenotípica, que no determina 1817) da cuenta del uso de la planta para la con-
necesariamente la existencia de una especie dife- fección de sogas que llaman “cabuya” y para cons-
rente, a lo que se suma una gran facilidad de hi- truir maromas que sirven en los puentes, además
bridación. Todo esto determina una clasificación de bayetas, suelas y zapatos. El padre de la orden
taxonómica confusa. Salesiana J. Soukup (1970) la concibe como una
planta medicinal como cicatrizante, desinflama-
En nuestro medio Agave americana L. “maguey” torio estomacal y ocular, igualmente en el trata-
representa a una planta de hábito xerófito, por lo miento de la ictericia, dolencias hepáticas y de la
que se adapta fácilmente a regiones de altura has- apendicitis. Reynel & Morales (1987) reportan el
ta los 3800 m.s.n.m. donde las condiciones impe- uso tintóreo y agroforestería en la modalidad de
rantes son la sequedad y bajas temperaturas, ha- cercos vivos con espinas.
ciéndola resistente a ambientes secos, igualmente
muestra una amplia tolerancia a diferentes tipos Del mismo modo Reynel & León (1990) dan
de suelos adaptándose a todos los territorios no cuenta de su uso en los bordes de canales para
húmedos o pobres en materia orgánica. mantener las riberas estables, reafirmando su uso
como cerco vivo además, confirman la obtención
Prefieren suelos pedregosos (litosoles) secos ex- de productos como leña, fibras, jabón y miel y
puestas a pleno sol (Gentry 1998: 45). Según Bu- como medicinal. Dharmashaktu et al. (1987)
casov (1981) crecen bien en las pendientes secas mencionan el efecto biocida de la planta contra
de los cerros y en conglomerados calizos sueltos. las larvas de Anopheles sp “zancudos” cuando se
utiliza el extracto de sus hojas, también en Ma-
Los usos y aplicaciones de la especie se remontan rinos et al. (2004). Pardo (2005) reporta la pro-
al pasado histórico. Acosta (1954 [1590]) lo men- ducción de chancaca a partir del aguamiel en el
ciona como “maguey” señalando también que de centro del Perú.
ella se obtienen alimentos como: miel, arrope,
aceite, bebidas alcohólicas, vino, aguardiente, vi- A portas del siglo XIX, Brack (1986, 1999) men-
nagre, agujas, fibras como hilos y cuerdas, ade- ciona su uso como alimento en forma de chicha,
más de su uso como combustible “leña”. miel y vinagre; en la obtención de fibras para la
confección de cuerdas y bolsos; en la construc-
Valera (1879 [1551]) y Garcilaso (1985 [1601]) en ción para la fabricación de vigas y techumbres; en
imaginería para la fabricación de esculturas, en agroforestería como cerco vivo y controlador de
medicina para la curación de llagas canceradas erosión en laderas, estabilización de canales, ace-
o inflamadas, extirpar gusanos y para la limpieza quias, muros y andenes. Su uso medicinal como
de la piel; como uso doméstico para la limpieza planta vulneraria, anti-cefaleas, anti-irritante,
de manchas en la ropa, también la obtención de depurador de la sangre y su uso en el tratamien-
fibras para la confección de ropa, suelas de cal- to de la ictericia, enfermedades hepáticas, apen-
zado, sogas e hilos para redes de captura de aves, dicitis, hidrofobia, conjuntivitis, quebraduras y
luxaciones, además se utiliza para la obtención ba, Ollantaytambo) usan las fibras secas a mane-
de jabones, agujas que son reportados desde el ra de hilos para tejer sacos y vestidos llamados
Prehispánico. Su uso como planta ornamental y “tukuyos”.
plaguicida contra la rancha y la polilla de la papa,
finalmente como combustible principalmente las El Lic. Guillermo Miranda A. y el Bach. Edwin
hojas secas “leña”. Masias U. recogen la información de que en las
proximidades del Humedal Lucre-Huacarpay los
En nuestro medio investigadores como el Dr. lugareños utilizan el escapo florífero “chuchao”
José L. Venero (2006) reporta nuevos usos para como alimento temporal para el ganado vacuno,
el área circunlacustre del Humedal Lucre – Hua- este uso estaría sujeto a la disponibilidad de es-
carpay ubicado a 32 Km al sur de la ciudad del capos tiernos principalmente entre los meses de
Cusco, reportando que especies de aves princi- septiembre a enero, coincidiendo en afirmar que
palmente rapaces utilizan los escapos floríferos se les da de comer porque contiene vitaminas
como perchas, avistando a Falco femoralis y Fal- siendo así buen alimento, los pobladores también
co sparverius “killincho” los cuales acostumbran refieren que la ingesta de este ayuda a combatir al
posarse en las ramas de la inflorescencia cuando “kallotaka” fasciola hepatica, parásito del hígado
esta alcanza su plenitud, para desde ahí, otear y que diezma al ganado en este sector.
capturar sus presas; menciona también que los
escapos frescos sirven de soporte para la instala- Igualmente se reporta nuevos usos para el esca-
ción de cercos de alambres para así proteger los po florífero de Agave americana L. denominado
cultivos, igualmente anota que los campesinos “chuchao”, como: la restauración de imágenes
generalmente jóvenes realizan inscripciones en (santos, niños, vírgenes) y la restitución de apén-
el haz de las hojas, estos son hechos con carác- dices por la maleabilidad y fácil trabajo del chu-
ter sentimental los cuales al secar quedan per- chao, además de que esta madera presenta casi
fectamente grabados utilizando para este fin las siempre un buen estado sanitario (sin fitófagos).
propias espinas del ápice de la hoja a manera de Para la fabricación de instrumentos de percusión
punzones. llamados “jambes” (base de la planta).
Otros investigadores sociales como el Arqlg. En el poblado de Maras los agricultores utilizan
Marcelino Soto H., investigador de la Red Vial las hojas anchas de A. americana L. para mon-
Inca - Qhapap Ñan Cusco refiere que el “ma- tarlos a manera de canaletas los que permiten
guey” se constituye como elemento vegetal que una correcta distribución del agua a los surcos
delimita muchas secciones de caminos en nues- de “maíz” evitando su percolación en sitios no
tra región, dando cuenta de que éste se instauró deseados.
con mayor asidero durante el periodo colonial.
Figura N° 2
Agave americana L. “maguey” / a.- detalle de la planta entera, b.- Hojas y flores, c.- Delimitación del
camino con plantas de “maguey”, sección Chinchero – Cruzpata (proximidades de la laguna de Hua-
ypo, 3650 m.s.n.m.), d.- misiva escrita en la hoja.
Furcraea occidentalis Trelease “cabuya” rrera (1939), “maguey” Pizarro, ([1571]), "penca"
Sinónimo: Furcraea andina Trel. Macbride (1936: 666-667).
Etimológicamente el género Furcraea fue llama- Esta especie representa a plantas grandes y grue-
do así por Etienne Pierre Ventenat en 1793 en ho- sas con cáudice erecto aéreo o subterráneo, las
nor del conde Antoine de Fourcroy, químico del hojas están agrupadas en el ápice del cáudice, es-
Jardín Botánico Do Roy de Paris. Francia (www. tas son de formas lanceoladas largas y angostas
Google.com). Representa a una especie nativa pudiendo ser delgadas o gruesas, márgenes sub-
de América del Sur y endémica de siete depar- enteros o espinoso-dentados, ápice con un mu-
tamentos del Perú entre los 500 – 3500 m.s.n.m. crón “espino” cortó.
Brako & Zaruchi (1993: 113).
Inflorescencia en panículas grandes terminales,
En el Perú los nombres atribuidos a esta especie usualmente de forma piramidal, flores erectas
son: “cañamo” Estete (1918 [1533]), “cabuya” Cie- o pendientes, solitarias o fasciculadas de color
za de Leon (1973 [1553]) “chuchao” o “cardon” blanco a verdosas, ocasionalmente reemplaza-
Garcilaso de La Vega (1985 [1609]), “chuchao” das por bulbillos; perianto (corola y cáliz) con 6
Yacovleff & Herrera (1934), “chuntapacpa” He- segmentos iguales, segmentos ovalado-oblongos
libres casi hasta la base, filamentos dilatados por rio en Chancay cerca de Huacho fueron identifi-
arriba del punto medio adnados a la base de los cados (Ugent & Estrada 1997).
segmentos del perianto y más cortos que éstos,
anteras linear-oblongas; ovario ínfero, 3-locular, Para el Horizonte Tardío (1450-1532 d.C.) se
usualmente cortamente rostrado en el ápice, es- reportó la confección sandalias de fibras de Fur-
tilo columnar engrosado por debajo del medio, craea, este material se encontró en tumbas Inca
estigma pequeño inconspicuamente 3-lobado, en la ciudad del Cusco (Yacoleff & Herrera 1985).
óvulos numerosos y en 2 hileras en cada lóculo.
Para el Periodo Colonial los registros de cro-
Fruto en cápsula oblonga u ovoide loculicida por nistas durante los siglos XVI y XVII refieren los
3 valvas rostrada en el ápice estipitada o compri- usos de esta especie durante este periodo (Este-
mida en la base; semillas aplanadas y deltoideas te [1535], Cieza de León [1554], Casas [1550],
(Angiosperm Phylogeny 2009). Betanzos [1551], Pizarro [1571], Garcilaso de la
Vega [1609], Cobo [1653]), es así que en la cróni-
Este género contiene cerca de 20 especies dis- ca El descubrimiento y la conquista del Perú de
tribuidas en México, Centroamérica y oeste de Estete (1918 [1535]) se menciona que las fibras
Sudamérica, 2 especies son nativas de América fuertes fueron utilizadas para la fabricación de
Septentrional (Weberbauer 1945) Solamente una sogas que soportaban los puentes, esta informa-
de las especies nativas Furcraea occidentalis Tre- ción es corroborada por Blas Valera en Garcilaso
lease es conocida en el ámbito peruano y nuestra de La Vega (1985 [1609]) sosteniendo que la ho-
región. (Ugent & Ochoa 2006: 27). jas secas y maduras de la base de esta planta pre-
sentan fibras fuertes que pueden ser usadas para
Los referentes arqueológicos e históricos estu- hacer hasta suelas de zapatos, sogas, correas y
diados por Donald Ugent y Cesar Ochoa para otros productos toscos, otras fibras menos toscas
la costa occidental del Perú, constituyen uno de fueron utilizadas para hacer hondas, en la prepa-
los principales aportes de los usos de esta especie. ración de redes para cazar aves, bandas que van
En el orden cronocultural se tiene la procedencia alrededor de la cabeza y vestuarios a la falta de
de fibras teñidas de azul “añil” para confeccionar lana o algodón.
cabellos artificiales de una momia, esto durante
un Periodo desconocido en el valle de Chillon Otra información importante recogida es el
(Yacovleff & Herrera 1934). aporte del botánico Hipólito Ruiz refiriendo que
el “maguey mexicano” Agave americana L. “ma-
Para el Periodo Inicial antes de nuestra era, en el guey” se usaba de preferencia para la fabricación
yacimiento El Paraíso (1800 -1500 a.C.) valle de de setos y la “cabuya” para la obtención de fibra
Chillon se reportó la presencia de restos vegeta- (Ruiz 1952: 149-150), esta información corrobora
les correspondientes a esta especie (Quilteret et la predisposición del uso de la “cabuya” Furcraea
al. 1991). Para el Intermedio Temprano (400 a.C. occidentalis Trelease “cabuya” en la construcción
- 450 d.C.) en la Necropolis de Paracas (ca. 2300 de puentes; del mismo modo, otro reporte men-
a.C.) las fibras de Furcraea fueron utilizadas para ciona el uso de fibras de “cabuya” atadas a ambas
la confección de dos ondas y un cordón plegado orillas del río permitiendo así cruzarlos, atribu-
(Towle 1952). yéndosele de allí el nombre de “cabuyas” a cier-
tos puentes célebres de “crizneja” que datan del
Para el Intermedio Tardío (900-1450 d.C.) Ne- Perú Prehispánico, actualmente muchos de estos
crópolis de Ancón (cerca 1300 d.C.) se encontra- puentes siguen en uso en las localidades de Sar-
ron fibras de esta especie para la confección de hua y Huayopampa en el norte del Perú. Se hace
sandalias (Rochebrune 1879), igualmente en Ce- (la crizneja) de cabuya que es la planta de que se
rro Colorado los restos vegetales de un cemente- hace la pita (Anónimo 1958: 86-87).
El uso indistinto de “maguey” o “cabuya”, como de 6000 hombres, igualmente basándose en da-
ejemplos de caso, es aplicado durante la edifica- tos de Fray Blas Valera, Garcilaso describe que
ción de la fortaleza de Sacsayhuamán en Cusco, del “maguey” se obtenían dos tipos de fibras, un
según Cieza de León (1880: 192 [1554]) se con- tipo particular de fibra procedía de las hojas se-
feccionaron maromas de cuero para movilizar las cas de la base de la planta, y otra de las hojas fres-
imponentes piedras a partir de este vegetal, para cas cortadas y mojadas en agua (Garcilaso 1945:
lo cual se contaba con un número aproximado 183-184 pt. II [1617]).
Figura N° 3
Furcraea occidentalis Trelease “cabuya” / a.- Planta entera con el escapo florífero, “cabuya” como agen-
te delimitador del camino, b.- Inflorescencia, c.- Hojas: Ollantaytambo - Machupicchu (margen iz-
quierda del río Vilcanota 2800 m.s.n.m.).
Aproximaciones al tratamiento botánico de Aga- ca de Paris Francia” ésta sería la variedad que se
ve americana L. “maguey” halla en varios lugares del Mediterráneo y cuyo
origen Gentry sitúa al sudoeste de los Estados
Varias especies de Agave son cultivadas en Cen- Unidos y Jalisco en México.
troamérica y Sudamérica como ornamentales,
para la obtención de fibra, preparación de bebi- Entre 1864 y 1867 el General Georg Albano von
das alcohólicas (pulque, mezcal y tequila), cercos Jacobi describió 78 especies de “Agaves” en un
vivos y otros múltiples usos locales. inicio y terminó con la cifra exorbitante de 157
especies y 18 “Furcraeas” todos descritos a partir
Agave americana L. “maguey” es descrita como de especímenes cultivados en los jardines e in-
especie tipo para el grupo Americanae y para vernaderos de Europa. Otra información refiere
todo el género (Gentry 1998: 24). Su uso ha sido que en un artículo sobre la nomenclatura de los
muy difundido por lo que su área de distribución Agaves, Jan Kolendo escribió sobre Jacobi, men-
natural es especulativa e incierta, no pudién- cionando: “El problema de sus trabajos y los de
dose determinar su origen con certeza (Irish & ciertos autores de la época es que los nombres
Irish 2000). Según Middendorf (1974) su área de estaban basados en plantas cultivadas en mace-
dispersión es muy grande encontrándose desde ta, frecuentemente inmaduras en las colecciones
América Central a América del Sur y hasta los europeas lejos de las condiciones de México” es-
3700 m.s.n.m. considerándose como la especie tos hechos muestran que los autores de las des-
de agave más difundida, aunque no es posible cripciones no conocieron el género Agave en su
asegurar que él se haya referido exclusivamente estado natural, no pudiendo observar los rasgos
a A. americana L. fisonómicos y morfológicos que tipifican a la es-
pecie; hoy en día se sabe que las diferencias en
Se pueden reconocer variedades como: Agave la inflorescencia (escapo florífero) y órganos flo-
americana L. var. oaxacensis Gentry, Agave ame- rales, representan un carácter indispensable para
ricana ssp. protamericana Gentry y Agave ame- clasificarlos. Howard Scott Gentry en el año 1982
ricana var. expansa (Jacobi) Gentry. Igualmente fue el primer botánico en incluir los caracteres de
existen varias plantas “variegadas” cultivadas y la inflorescencia para la identificación.
especies similares que se confunden frecuente-
mente como el caso de Agave americana var. pic- En nuestro ámbito el naturalista A. Weberbauer
ta (Salm-Dyck) Terrac., también llamada Agave al referirse a Agave americana L. escribe: “es
picta Salm-Dyck e inclusive Agave ingens. En aparentemente salvaje en ciertos parajes” pero
Sudamérica se da por hecho que el agave cultiva- agrega: “es dudoso que sea verdaderamente in-
do por doquier en la zona andina es una especie dígena...”. Tomando en consideración su origen
introducida desde la época Prehispánica natura- y distribución los autores Joël Lodé y Guillermo
lizada en ciertos parajes y reconocida como Aga- Pino designan a esta especie como Agave cordi-
ve americana var. expansa (Jacobi) Gentry. Sin llerensis J. Lodé & G. Pino, considerándola como
embargo, últimos estudios botánicos (filogenia) autóctona, su trabajo se sustenta en variaciones
refieren que esta especie “introducida”, podría morfológicas entre ambas especies con marcadas
tratarse en realidad de otra especie autóctona diferencias sobre todo en la disposición de los es-
presente en Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia. pinos en las hojas, la inflorescencia (inserción de
Estos estudios están fundamentados en informes los pedicelos en los pedúnculos) y el tamaño de
de investigadores botánicos, al respecto de Aga- la planta. A la luz de estos hechos la descripción
ve americana var. expansa, Gentry nos informa: original de Agave americana L. denota grandes
“Esta variedad es conocida sólo como cultivar, diferencias con la descripción morfológica de
introducida en el Oeste de Europa donde ha sido Agave cordillerensis J. Lodé & G. Pino, acrecen-
descrita creciendo en St. Germain en Laye cer- tando la posibilidad de que un tipo de “maguey
andino” haya sido conocido y utilizado desde este hecho este asociado al carácter utilitario ex-
nuestros antepasados. clusivo de las fibras como nos presenta Guamán
Poma de Ayala (dibujo de un indígena con redes
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES para cazar aves). Finalmente los especialistas que
trabajan con plantas en la era del hombre (Holo-
La noción de origen único ligado a un espacio ceno) saben que los seres humanos tienen algún
físico delimitado y una agrupación humana no es vínculo relacional con ellas.
aplicable a los procesos socioeconómicos en que
se enmarca la manipulación de especies vegeta- Los géneros Agave y Furcraea, están actualmen-
les. Es así que la presencia de Agave en nuestro te incluidas en la familia ASPARAGACEAE, se
territorio data del Perú Prehispánico, ésta afir- constituyen como parte de la flora local del Cus-
mación se corrobora con información etnohis- co y Valle Sagrado de los Incas (declive oriental).
tórica y etnobotánica que establece un continuo Son elementos importantes para la preservación
entre el uso actual y la percepción histórica que de suelos, aterrazamiento de taludes, delimita-
se tuvo de éste en el pasado. El tratamiento de ción y soporte de caminos, demarcación de pre-
Agave y Furcraea en el contexto cultural apertura dios agrícolas y en la agroforestería.
una nueva línea de investigación que involucra
vínculos disciplinarios, con la consecuente ade- Su presencia está condicionada por la gradiente
cuación teórica y metodológica. altitudinal y factores climáticos imperantes del
medio. Agave americana L. “maguey” se halla en
Son los estudios en Paleoetnobotánicos y Bio- los pisos de Q´eswa, Suni y Yunga entre los 2500
moleculares aplicados a restos vegetales arqueo- y 3700 m.s.n.m. su presencia es dominante en los
lógicos los que podrán ampliar las relaciones de dos primeros pisos; en contraste Furcraea occi-
progenitura, distribución espacial, rango crono- dentalis Trelease “cabuya” crece por debajo de los
lógico, conocimiento adquirido, y así poder su- 2800 m.s.n.m, correspondiente al piso de Yunga
mar información de la economía vegetal preté- de carácter más cálido.
rita. Los reportes de evidencia arqueológica, no
son conocidos para nuestro medio, quizá la natu- El cultivo de “maguey” en nuestro medio ofrece
raleza del medio impide su conservación. muchísimas ventajas por su naturaleza prolífica
no demandando inversión económica para su
Es preciso afianzar las técnicas correctas de recu- producción, éste se reproduce vegetativamente
peración del material arqueológico y su análisis y con gran eficiencia, presenta también multipli-
en laboratorio. Estos tratamientos podrían dar cación por viviparía pues las semillas germinan
luz para esclarecer respecto de la especie utiliza- dentro de los frutos y cuando caen al suelo ya son
da. Por el momento es claro que la oferta ambien- plántulas independientes. Las labores culturales
tal, disponibilidad del recurso, biología y hábitat de corte de los escapos floríferos emergentes,
definen el uso indistinto, como se observa en la constituye una forma de manejo de la especie,
delimitación de caminos: el “maguey” para cotas especialmente cuando llegan a desarrollar com-
altoandinas y la “cabuya” para pisos más cálidos pletamente pudiendo causar desestabilización de
y bajos. muros al tumbarse.
Varias culturas del Perú Prehispánico modela- Considerando que tenemos escenarios geográ-
ron y representaron artísticamente en cerámica, ficos diferentes, la discusión acerca del carácter
arte rupestre, dibujos en paños, murales y en los autóctono de Agave conlleva a escrutar más al
vasos ceremoniales llamados Keros varios repre- respecto, hay que acotar que los datos compa-
sentantes de la flora local, no registrándose plan- rativos entre las especies de Agave reportados
tas de “maguey” ni de “cabuya”, posiblemente actualmente con claras diferencias en el tamaño
de órganos vegetativos podrían estar condiciona- LODÉ J.; PINO G. en línea 2007 Una nueva especie de
dos por el ambiente natural donde se desarrollan Agave de América del Sur. www.agavaceae.com
(polimorfismos). ONERN 1976 Mapa Ecológico del Perú: Guía Explicati-
va. Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales
BIBLIOGRAFÍA Lima. 146 p.
ACOSTA, José de 1954 [1590] Historia Natural y Moral de PARDO, O. 2005 El agave americano (Agave americana
las Indias. Biblioteca de Autores Españoles. Ediciones At- L.): uso alimentario en Perú. Chloris Chilensis Año 8 Nº 2.
las, Real Academia Española. Madrid.
BAUER, Brian PULGAR, Vidal J. 1946 Historia y Geografía del Perú: Las
ocho regiones Naturales del Perú (décima edición, 1996).
2008 Cuzco Antiguo, tierra natal de los Incas. Centro Bar- Lima.
tolomé de las Casas CBC. Cusco.
REYNEL, C.; LEON, J. 1990 Árboles y arbustos andinos
BRACK, Antonio, 1986 Ecología de un país complejo. In para agrosforestería y conservación de suelos. Lima. Pro-
Mafer y Mejia Baca (Eds.). Gran Geografía del Perú, Natu- yecto FAO/Holanda/INFOR. 508 pp. (2 vol.).
raleza y Hombre. Vol. II. Barcelona España.
UGENT, Donald; OCHOA, Cesar. 2006 La Etnobotáni-
1999 Diccionario enciclopédico de plantas útiles del Perú. ca del Perú. Desde la prehistoria al presente. Lima, CON-
Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las CYTEC.
Casas. Cusco. 2003. Perú: Diez mil años de domesticación.
Ed. Bruño. Lima. 2006 Formas de uso del maguey (Agave americana) en el
humedal Lucre-Hucacarpay, Cusco, Perú. Chloris Chilen-
BUKASOV, S.M. 1981 Las plantas comestibles de Mé- sis N°2.
xico, Guatemala y Colombia. De la traducción inglesa de
M. H. y Leveld. Centro Agronómico de investigación de WEBERBAUER, A. 1945 El mundo vegetal de los andes
Turrialba, Costa Rica, C. A. peruanos. Estudio fitogeográfico. Lima. Estación experi-
mental agrícola de la Molina. Ministerio de agricultura.
CHANZARO, M. 1989 Agavaceae del Centro de Veracruz
y Zona limítrofe de Puebla. Cactáceas, (1): 3-15, ene – mar, YACOVLEFF, E.; HERRERA, Fortunato 1934-1935 El
1989. Órgano de la Sociedad Mexicana de Cactología, A.C. mundo vegetal de los antiguos peruanos. Revistas del Mu-
seo Nacional. Perú.
COBO, Bernabé 1895 [1653] Historia del Nuevo Mundo.
Sevilla: Sociedad de Bibliófilos Andaluces, 4 vol.