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Marcela Apablaza
To cite this article: Marcela Apablaza (2018): Inclusión escolar, marginación y apartheid
ocupacional: Análisis de las políticas educativas Chilenas, Journal of Occupational Science, DOI:
10.1080/14427591.2018.1487260
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Este artículo explora la relación entre las políti- escolar, basado en el enfoque de ‘acción afirma-
cas chilenas de inclusión escolar y formas tiva’ (MINEDUC, 2005).
específicas de injusticia ocupacional. Se proble- Sin embargo, resulta problemática la manera
matizan las tensiones entre el paradigma hege- en la que se ha elaborado el problema de la polí-
mónico de inclusión escolar que sostienen las tica sobre los asuntos de inclusión. El énfasis en
políticas actuales y las perspectivas críticas con- la carencia (desde donde se abordan las políticas
temporáneas enmarcadas en un sistema educa- de clase social) o en el déficit (en referencia a
cional, sustentado este último en principios políticas de género o discapacidad), invisibilizan
neoliberales en su financiamiento y administra- los discursos esencialistas sobre los sujetos que la
ción (Bellei, 2015; Carrasco, 2013b). política dice representar. De esta forma, las polí-
En Chile, a fines del siglo XX, los discursos de ticas afirmativas perpetúan una centralidad ficti-
inclusión fueron introducidos en el contexto cia y una marginalidad exteriorizante –que en su
educativo (Godoy, Meza, & Salazar, 2004), a par- cotidianeidad– configuran subjetividades cate-
tir de los lenguajes de educación especial y de gorizadas como ‘diferentes’ ‘otros’ ‘diversos’, en
Necesidades Educativas Especiales (NEE) contraposición a un grupo social que mantiene
(Booth & Ainscow, 2000), en respuesta a las y reafirma a su vez, una posición de privilegio,
demandas de movimientos sociales de personas bajo categorías de ‘normal’, ‘hombre’, ‘blanco’,
en situación de discapacidad. Bajo este escenario, al cual denominaré discursos de normalidad
se elabora un marco normativo de inclusión (Matus & Rojas, 2015).
Para ello, organizo el artículo en tres sec- Contrariamente, se denomina injusticia ocupa-
ciones. Inicialmente, precisaré algunas nociones cional a cualquier forma de restricción en su par-
teóricas vinculadas a inclusión y justicia ocupa- ticipación ocupacional debido a factores
cional. En un segundo momento, presentaré sociohistóricos y contextuales (Durocher, Gib-
algunas aproximaciones metodológicas necesa- son, & Rappolt, 2014) que desde una perspectiva
rias para el análisis. Y finalmente, analizaré la crítica, se asume como un asunto de relaciones
política de inclusión a partir de los lenguajes de poder (Galheigo, 2011; Hammell, 2015; Nils-
de NEE y problematizaré la relación entre son & Townsend, 2010; Whiteford et al., 2017).
inclusión/exclusión y formas específicas de Específicamente el sistema educacional chi-
injusticia ocupacional en el contexto escolar leno, dada su estructura y lógica de administra-
chileno. ción y financiamiento, es uno de los
componentes clave que permiten analizar distin-
tas formas de injusticia ocupacional. Este sis-
Inclusión Escolar y Justicia
tema marcado por principios neoliberales y de
Ocupacional
derecho, cuyo énfasis se centra en la competen-
En los últimos cuarenta años, los discursos de cia por los recursos y en la responsabilización de
inclusión han cobrado mayor relevancia tanto las escuelas por los resultados (accountability)
a nivel social como político (Pereira & White- (Carrasco, 2013a), conforma un campo restric-
ford, 2013). Bajo los principios de igualdad y jus- tivo para el desarrollo de una política de
ticia social (Booth & Ainscow, 2000), los países inclusión escolar (MINEDUC, 2015b).
han elaborado un conjunto de políticas orienta- Ciertamente, en este sistema educativo, pode-
das a resolver problemáticas de desigualdad mos distinguir algunas tecnologías de gobierno
social, conforme a lineamientos propuestos por que contraponen las perspectivas de derecho
organismos internacionales como la UNESCO, que la política de inclusión sostiene: 1) un curri-
la OCDE y el Banco Mundial (Rizvi & Lingard, culum nacional basado en estándares, 2) un
2013). fuerte componente de accountability 3) un
Particularmente, los Estados, a través de sus examen nacional para la medición de los resulta-
políticas de inclusión escolar y de discursos vin- dos escolares. Estos tres artefactos, en su interre-
culados a las diferencias, buscan responder a las lación generan efectos que configuran diversas
demandas educativas de ciertos grupos sociales formas de injusticia ocupacional, pues su preo-
categorizados como desventajados, en función cupación por alcanzar los resultados esperados
de su situación de exclusión y marginalización para obtener financiamiento, coapta a las escue-
ligadas a la participación social, económica y/o las a generar prácticas y micropolíticas de exclu-
política (Galheigo, 2006; Popkewitz & Lindblad, sión que desde una perspectiva de justicia
2000; Slee & Allan, 2001). funcionan como formas de injusticia
De este modo, la inclusión es comprendida ocupacional.
como una construcción política, cuyas premisas Actualmente, desde el marco de justicia ocu-
apuntan al reconocimiento del individuo como pacional, se han descrito cinco formas específi-
un sujeto de derechos (Pereira & Whiteford, cas de injusticia ocupacional: deprivación
2013), que requiere recursos y oportunidades ocupacional, desequilibrio ocupacional, aliena-
para participar de forma autónoma en su comu- ción ocupacional, marginación ocupacional
nidad (Booth & Ainscow, 2000). (Townsend & Wilcock, 2004b) y Apartheid ocu-
Estrechamente vinculado a la noción de pacional (Kronenberg & Pollard, 2006). Si bien,
inclusión, el marco de justicia ocupacional, si la política de inclusión escolar puede ser anali-
bien reconoce a los individuos como seres ocu- zada desde cada una de ellas, en esta investiga-
pacionales con potencialidades y particulari- ción nos centraremos en las dos últimas:
dades (Townsend & Wilcock, 2004a, 2004b; marginalización y apartheid ocupacional.
Wilcock & Jakobsen, 2001), enfatiza en las con- Marginalización ocupacional, ha sido
diciones sociopolíticas que posibilitan y delimi- definida como una forma de exclusión, que
tan sus oportunidades de participación como opera bajo la invisibilidad de acuerdos, expecta-
sujeto de derecho (Durocher, 2017). tivas y/o convenciones culturales y sociales que,
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sur de Chile, nombrada bajo el seudónimo del Comité de Ética de la Pontificia Universidad
‘Sur Austral’ para efectos de confidenciali- Católica de Chile.
dad. Los criterios de selección fueron admi-
nistradores relacionados directamente con
programas de inclusión. Complementaria- Resultados
mente, se analizaron documentos elaborados Como resultado del análisis se identificaron cua-
internamente (programas educativos, plan tro nudos temáticos en torno a las políticas de
de trabajo, instructivos y folletos, vinculados inclusión y formas de injusticia ocupacional: El
a las políticas de inclusión). primero se refiere a las transformaciones de la
4) Escuela: Asistí regularmente a una escuela política y su vinculación con las formas de injus-
municipal de ‘Sur Austral’ durante seis ticia ocupacional. El segundo y el tercero, anali-
meses. Los criterios de selección fueron: zan el PIE y el diagnóstico como tecnologías de
autodefinirse inclusiva, programas de gobierno productora de marginalización ocupa-
inclusión en ejecución e índice de vulnerabi- cional. Y el cuarto, analiza un taller laboral como
lidad. Se emplearon diferentes fuentes de ejemplo de apartheid ocupacional.
información: Entrevistas en profundidad,
individuales y grupales, a dieciséis infor-
mantes claves (docentes, equipo técnico Transformaciones en la política de
directivo, estudiantes, coordinadores, etc.), inclusión
seleccionados por su estrecha vinculación
con las políticas de inclusión. Las entrevistas Entre las transformaciones de la política de
fueron registradas por medio de audio y inclusión, distingo tres discontinuidades, para
transcritas posteriormente. Notas de campo así visibilizar algunas formas de marginalización
de distintas actividades escolares y observa- y apartheid ocupacional.
ción de espacios y acontecimientos que, mi- En primer lugar, la normativa que introdujo
rados en un primer plano, parecían neutros las escuelas especiales a mediados del siglo XIX
o desconectados, pero con el tiempo se con- (Godoy et al., 2004). Siguiendo el marco de
virtieron en material valioso de análisis (por gubernamentalidad, la racionalidad que subyace
ejemplo: recreos, actos, reuniones, exámenes a esta política es el principio de segregación,
nacionales, clases, talleres extracurriculares, donde el problema identificado se centraba en
conversaciones de pasillos, etc.). Documentos un sujeto vinculado a un déficit biológico,
elaborados o aplicados por la escuela cuyas premisas provenientes de discursos médi-
(Proyecto educativo, plan estratégico, cos, afirmaban los principios de normalidad-
material pedagógico, normativa interna, anormalidad, pues se asumía tal condición
etc.). Y registro fotográfico, con el propósito como un padecimiento/patología. Esto trajo
de examinar artefactos visuales vinculados a como efecto, formas de participación restringi-
inclusión (murales, arquitectura del estable- das, respecto del contexto de libertad que goza-
cimiento escolar, carteles, espacios, etc.). ban aquellas personas que no “padecían” una
discapacidad. Ejemplo de ello, es el artículo 3
Estos tres componentes analizados como un dis- de la normativa de escuelas especiales:
positivo, posibilitaron comprender la política de Artículo 3°: Las personas con discapaci-
inclusión en su materialidad, específicamente dades de carácter congénito o adquiridas,
como productora de formas específicas de mar- que presenten alteraciones en sus funciones
ginalización y apartheid ocupacional. físicas, sensoriales o mentales, … tendrán
Cabe señalar que las técnicas de producción acceso a opciones educativas en los estable-
de datos utilizadas, tanto entrevistas como la cimientos educacionales especiales.
etnografía escolar, se llevaron a cabo a través (Decreto 182/1992)
de consentimientos informados de las/los parti-
cipantes donde se estipulaban los principios de Esta modalidad, aun cuando en su origen bus-
voluntariedad y confidencialidad. Asimismo, caba aumentar la participación de un grupo
esta investigación cuenta con la certificación hasta ahora excluido, se instaló como un espacio
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actuará en un triple efecto: para el Estado como escuelas del centro, hay un contraste bas-
medida de fiscalización y evidencia del buen uso tante notable … ellas seleccionan, y obvia-
de los recursos, para la Escuela, como un recurso mente, no va a quedar ningún niño con
de supervivencia económica en el campo de la NEE … No hay PIE. (Miembro Equipo
autogestión y para los individuos, como una Directivo Escuela)
marca performativa de subjetivación, vinculada
a la figura de NEE, y con ello delimitará particu- Bajo esta lógica de voluntariedad, las escuelas
lares formas de participación/marginalización e que poseen PIE, son aquellas ubicadas en la peri-
incluso de apartheid ocupacional. feria de Sur Austral, en contraposición a las del
centro de la ciudad, que han decidido no incor-
porar dicho programa y que, a la vez, emplean
El PIE al Sur Austral: Resultados v/s otras formas de selección informal (pruebas de
autogestión selección, calificaciones como requisitos de
ingreso, entre otros), gozando en consecuencia,
La política de inclusión escolar, a través del PIE, de mejores resultados, mayor prestigio y mayor
constituye un fuerte importe económico para las demanda, en comparación con las ‘escuelas de
escuelas, especialmente de dependencia munici- la periferia’.
pal, siendo muy valorada sobre todo en aquellas, Esta condición es una de las particularidades
que por razones de segregación social tienen de Sur Austral, por un lado, la necesidad de
bajos resultados, bajo prestigio y a su vez decre- mayor financiamiento en las escuelas periféricas
cimiento de matrícula, exponiéndose a un esce- para su autogestión y, por otro lado, la volun-
nario de riesgo económico (de supervivencia), tariedad del PIE como una forma de selección
ante lo cual optan por declararse “escuelas inclu- empleada por escuelas del centro. Dicha opera-
sivas”, para así mantener niveles de matrícula ción, delimita una distribución geográfica de
que les permitan autofinanciarse. Esta es la rea- las diferencias, y cuyo efecto configura las difer-
lidad de la escuela estudiada: encias sociales, subsumidas bajo una lógica de
Todo lo que, entre comillas, se omite en centralidad/periferia que, al no poner en cues-
otras escuelas [que seleccionan], llega a tión los principios neoliberales que sostienen el
este municipal. (Miembro Equipo Direc- sistema educativo, dichas políticas operan en
tivo Escuela) un sentido productivo de la misma problemática
que pretenden abordar.
Más aún, el PIE es una de las principales polí- En consecuencia, podemos afirmar que la
ticas que la administración local pone a disposi- política de inclusión, opera bajo la lógica de
ción de las escuelas, dado su importe económico reproducción y afirmación de las diferencias,
(Decreto 170). Esto se expresa en la siguiente pero no en un sentido identitario de derechos,
cita: sino en un sentido diferencial marginal, con
menores posibilidades de accionar su capacidad
El PIE, es un programa interesantísimo que de agencia y su participación ocupacional. En
atiende a los niños con NEE permanentes y este sentido, la materialidad de la política
transitorias que lo hicimos crecer este año puede ser entendida como un tipo de marginali-
en mil alumnos ¡a mil alumnos! es decir, zación ocupacional (Townsend & Wilcock,
cien por ciento y un poco más. 2004b), pues la interrelación entre prácticas
(Administrador) implícitas de selección, accountability y condi-
A su vez, pese a la importancia económica que ción socio económica, configuran formas invisi-
este programa tiene para Sur Austral, su imple- bles, pero a la vez legitimadas sobre las
mentación depende de la voluntad de cada esta- posibilidades de participación ocupacional de
blecimiento educativo. Me comenta un ciertos grupos según clase social y capacidad,
entrevistado: tal como se expone en la realidad de la escuela
Sur Austral, donde sus estudiantes tienen escasas
Hay culturas escolares distintas, por ejem- posibilidades de ingresar a las escuelas del centro
plo, si pongo en contraste ésta con algunas y a su vez, escuelas como Sur Austral, terminan
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orden actual y afirmar un contexto político/insti- pues el criterio de ingreso al taller laboral, se
tucional de injusticia ocupacional, donde se pue- emplea de manera discrecional, pues en la
den visibilizar formas de marginalización mayoría de los casos siguen incorporados en el
ocupacional, mediante el diagnóstico como tec- sistema tradicional y no ingresan formalmente
nología de gobierno. al taller laboral. Es importante agregar que esta
modalidad funciona ocasionalmente como san-
ción para estudiantes que presentan conductas
Taller laboral: Apartheid ocupacional de
desajustadas (indisciplina) y que además man-
las NEE
tienen un bajo desempeño escolar. Por tanto,
Una particularidad de la escuela estudiada llamó los criterios que la política enuncia bajo un len-
mi atención. Separado del sector de salas de guaje objetivista y neutral, se diluyen cuando
clase, se encontraba un curso “especial”, con exponemos los otros usos de la misma modali-
un letrero en la puerta, cuya leyenda anunciaba: dad, lo que me condujo a pensar en el ‘cálculo
“Taller Laboral”. de la diferencia’, donde este tipo de régimen fun-
Esta modalidad corresponde a una alternativa ciona como una tecnología de gobierno, para el
educacional para jóvenes que presentan diagnós- propósito de gestión no sólo de la diferencia vin-
tico de discapacidad intelectual moderada a culada a NEE, sino de la otredad en general.
severa y un rezago pedagógico significativo En segundo lugar, los discursos de inclusión
(MINEDUC, 1992). En esta sección quiero dis- se contraponen de un modo problemático,
tinguir tres temas centrales: 1) situar la particu- pues esta modalidad se ofrece como una alterna-
laridad del contexto en el que opera una tiva vocacional y laboral para las/los estudiantes
modalidad educativa especial al interior de una que no se benefician con el sistema regular. No
escuela regular (experiencia poco frecuente en obstante, dicha formación no contempla una
nuestro sistema educacional actual); 2) analizar validación de estudios homóloga a lo exigido
críticamente las práticas de los sujetos (estu- en la educación regular.
diantes) que asisten al taller laboral y; 3) proble- En efecto, las/los estudiantes que asisten a
matizar la inclusión/exclusión que opera en esta modalidad, egresan con un certificado de
dicha modalidad y que categorizo como apart- “capacidades funcionales”, el cual no es válido
heid ocupacional. para certificar estudios. Para ello, deben rendir
Esta modalidad concentra estudiantes, prin- un examen de nivelación. Por tanto, una vez
cipalmente con diagnósticos de discapacidad que ingresan a esta modalidad, su nivel escolar
intelectual leve, frente a lo cual bien cabe la pre- queda en un estado de ‘congelamiento’.
gunta ¿por qué establecer una modalidad educa- Por consiguiente, las/los estudiantes al finali-
tiva especial adicional, cuando la escuela posee zar su proceso educativo no contarán con un
PIE? La escuela, plantea una respuesta casi natu- certificado que acredite su nivel de escolaridad.
ral, las/los estudiantes que asisten al taller tienen En este sentido, sus posibilidades de ingreso al
cierta “capacidad intelectual” que no les permite mundo laboral se ven mermadas desde el inicio,
desempeñarse de un modo satisfactorio en una pues en la ley laboral chilena se exige como
modalidad regular. Esta forma de inclusión sos- requisito mínimo para optar a un empleo for-
tiene discursos esencialistas y centrados en el mal, certificación de enseñanza básica o secun-
déficit, por lo que aun cuando existen alternati- daria, por lo que sus posibilidades de
vas legales para que este grupo participe de empleabilidad se restringen al campo laboral
una educación regular, la escuela opta por imple- informal y por tanto se presume un futuro
mentar una modalidad exclusiva y separada para laboral incierto o en su mejor escenario,
estos estudiantes. precario.
Esta forma de apartheid ocupacional, resulta Visto así, esta modalidad especial, puede ser
problemática en dos sentidos. En primer lugar, leída como una forma de apartheid ocupacional,
esta alternativa educativa distingue entre dos pues la demarcación normada de estos estu-
tipos de estudiantes, los de la escuela ‘normal’ diantes, conforma una participación ocupacio-
y los del ‘taller laboral’. Dicha ordenación de nal oficialmente excluida del contexto
las diferencias, constata su fabricación artificial, educativo regular (Kronenberg & Pollard,
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2006). Más aun, aquí los discursos eugenésicos este modo, el empleo del diagnóstico como una
(Baker, 2002) tienden a agudizarse, ya no se entidad totalizante de las/los sujetos que intenta
trata exclusivamente del diagnóstico y la inscrip- representar. Al respecto, Baker (2002) enfatiza
ción subjetivada que va moldeando de una que el uso del diagnóstico como un tecnología
forma recurrente y cotidiana individuos ‘espe- de demarcación, si bien posibilitaría la atención
ciales’, sino que en este caso, se legitima el aisla- especializada y la entrega de apoyos específicos a
miento, la separación y la segregación física en los estudiantes con NEE, pone en funciona-
relación con el resto de la escuela. miento otra forma de clasificación que operaría
como un control de calidad de los estudiantes,
pues su categorización, basada en criterios clín-
Discusión
ico, operaría como una forma de control de cali-
A la luz de los resultados expuestos es evidente la dad cuyo propósito primario es el cumplimiento
forma en la que la política de inclusión escolar, de los desempeños esperados.
en su operación produce discursos de diferencia. En este sentido, la materialidad de la política,
Más aun, a partir de la relación entre la lógica de cristalizada en prácticas locales que derivan de
accountability, el enfoque de derecho y los lógicas de managerialización (el PIE como
requerimientos de un sistema educacional neo- recurso de mejora de los resultados o el diagnós-
liberal, la política sostiene una mentalidad de tico como inmunidad en el examen nacional),
gobierno focalizada sobre la eficacia de los recur- son ejemplos de condiciones de producción de
sos, superponiéndola a los discursos de marginalización y apartheid ocupacional. Estas
inclusión. prácticas traen consigo efectos que operan en
Esto resulta problemático, pues su persis- contraposición con los principios de inclusión,
tencia en la ontología del déficit tal como lo puesto que accionan nuevas formas de identifi-
señala Baker (2002), por medio del diagnóstico cación/marcación y estigmatización, selección/
como principal tecnología de subjetivación, exclusión, para calcular/gestionar las diferencias
configura formas de marginalización y en sus según el criterio de deseabilidad/no deseabilidad
micropolíticas más radicales, como apartheid en función del sistema de administración/finan-
ocupacional. En este sentido, Ramughondo ciamiento educacional.
(2015), nos insta a tomar consciencia sobre Desde este punto de vista, la política de
las dinámicas de hegemonía y específicamente inclusión educativa, ya no sólo estaría operando
sobre las prácticas dominantes que, sostenidas como una forma de marginalización ocupacio-
en el tiempo, naturalizan y perpetúan prácticas nal, sino también bajo una lógica de apartheid
de injusticia ocupacional, especialmente de ocupacional, que, si bien se elabora en un espacio
apartheid. extranormativo o distanciado del espíritu de la
Si nos centráramos exclusivamente sobre los ley, su articulación entre la racionalidad de mer-
avances de las políticas de inclusión, en la trans- cado y de accountability, trastoca los principios
formación retórica de sus discursos basados en la de justicia ocupacional. Dichas formas de mar-
justicia, o bien nos limitáramos a constatar la ginalización y apartheid ocupacional dan cuenta
brecha entre la exclusión y la inclusión, oscure- de una vigencia poco cuestionada sobre los dis-
ceríamos las microprácticas y tecnologías que cursos de normalidad/diferencia.
funcionan como condiciones reproductoras de Finalmente, a diferencia de cómo han sido
injusticia ocupacional o de formas de exclusión abordadas las formas de marginalización
social. (Whiteford et al., 2017) y especialmente la
Esta deconstrucción de las políticas de noción de apartheid ocupacional, los resultados
inclusión, permite develar los efectos que traen aquí expuestos nos orientan ya no a visibilizar
consigo la construcción del problema a partir solamente las formas de injusticia ocupacional,
de premisas identitarias, donde el sujeto (estu- sino a problematizar las condiciones que produ-
diantes con NEE) es puesto al centro de la pro- cen dichas situaciones, es decir, los mecanismos
blemática y en cuya definición se le asignan o las microprácticas que reafirman en forma
significados y cualidades que requieren singular- cotidiana los discursos de normalidad y diferen-
izar su posición en la política, legitimando de cia en sociedades neoliberales.
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