Está en la página 1de 6

GUIA UNICA FILOSOFIA

DILAN ESNEIDER PEZZOTTY CASTELLANO


11-02

INSTITUCION EDUCATIVA CASD JOSE PRUDENCIO PADILLA


BARRANCABERMEJA / SANTANDER
FILOSOFIA
JAVIER VEGA

AÑO
2021
LECTURA Nietzsche, Friedrich. La Genealogía de la moral
TRATADO PRIMERO
“Bueno y malvado”, “bueno y malo”
—Más volvamos atrás: el problema del otro origen de lo “bueno” tal como se lo ha
imaginado el hombre del resentimiento exige llegar a su final. —El que los
corderos guarden rencor a las grandes aves rapaces es algo que no puede
extrañar: sólo que no hay en esto motivo alguno para tomarle a aquellas el que
arrebaten corderitos. Y cuando los corderitos dicen entre sí “estas aves de rapiña
son malvadas; y quien es lo menos posible un ave de rapiña, sino más bien su
antítesis, un corderito, —¿no debería ser bueno?”, nada hay que objetar a este
modo de establecer un ideal excepto que las aves rapaces mirarán hacia abajo
con un poco de sorna y tal vez se dirán: “Nosotras no estamos enojadas en
absoluto con esos buenos corderitos, incluso los amamos: no hay nada más
sabroso que un tierno cordero”. —Exigir de la fortaleza que no sea un querer-
dominar, un querer-sojuzgar, un querer-enseñorearse, una sed de enemigos y de
resistencias y de triunfos, es tan absurdo como exigir de la debilidad que se
exteriorice como fortaleza. Un quantum de fuerza es justo un tal quantum de
pulsión, de voluntad, de actividad, ese mismo querer, ese mismo actuar, y, si
puede parecer otra cosa, ello se debe tan solo a la seducción del lenguaje (y a los
errores radicales de la razón petrificados en el lenguaje), el cual entiende y
malentiende que todo hacer está condicionado por un agente, por un “sujeto”. Es
decir del mismo modo que el pueblo separa el rayo de su resplandor y concibe al
segundo como un hacer, como la acción de un sujeto que se llama rayo, así la
moral del pueblo separa también la fortaleza de las exteriorizaciones de la misma,
como si detrás del fuerte hubiera un sustrato indiferente, que fuera dueño de
exteriorizar y, también, de no exteriorizar fortaleza. Pero tal sustrato no existe; no
hay ningún “ser” detrás del hacer del actuar, del devenir; “el agente” ha sido
ficticiamente añadido al hacer, el hacer es todo. En el fondo el pueblo duplica el
hacer; cuando piensa que el rayo lanza un resplandor, esto equivale a un hacer-
hacer: el mismo acontecimiento lo pone primero como causa y luego, una vez
más, como efecto de aquella. Los investigadores de la naturaleza no lo hacen
mejor cuando dicen “la fuerza mueve, la fuerza causa” y cosas parecidas, —
nuestra ciencia, a pesar de toda su frialdad, de su desapasionamiento, se
encuentra sometida aún a la seducción del lenguaje y no se ha desprendido de los
hijos falsos que se le han infiltrado, de los “sujetos” (el átomo, por ejemplo es uno
de esos hijos falsos, y lo mismo ocurre con la “cosa en sí”); nada tiene de extraño
que las reprimidas y ocultamente encendidas pasiones de la venganza y del odio
aprovechen a favor suyo esa creencia e incluso en el fondo, ninguna otra
sostengan con mayor fervor que la de que el fuerte es libre de ser débil, y el ave
de rapiña, libre de ser cordero: —con ello conquistan, en efecto, para sí el derecho
de imputar al ave de rapiña ser ave de rapiña... Cuando los oprimidos, los
pisoteados, los violentados se dicen, movidos por la vengativa astucia propia de la
impotencia:
“¡Seamos distintos de los malvados, es decir, seamos buenos! Y bueno es el que
no violenta, el que no ofende a nadie, el que no ataca, el que no salda cuentas, el
que remite la venganza a Dios; el cual se mantiene en lo oculto igual que nosotros,
y evita todo lo malvado, y exige poco de la vida, lo mismo que nosotros los
pacientes, los humildes, los justos” —esto escuchado con frialdad y sin ninguna
prevención, no significa en realidad más que lo siguiente: “Nosotros los débiles
somos desde luego débiles; conviene que no hagamos nada para lo cual no
somos bastante fuertes” —pero esta amarga realidad de los hechos, esta
inteligencia de ínfimo rango, poseída incluso por los insectos (los cuales, cuando
el peligro es grande, se fingen muertos para no hacer nada “de más”), gracias a
este arte de falsificación y a esa auto mendacidad propias de la impotencia, con el
esplendor de la virtud reanunciadora, callada, expectante, como si la debilidad
misma del débil —es decir, su esencia, su obrar, su entera, única, inevitable,
indeleble realidad —fuese un logro voluntario, algo querido elegido, una acción, un
mérito. Por un instinto de autoconservación, de autoafirmación, en el que toda
mentira suele santificarse, esa especie de hombre necesita creer en el “sujeto”
indiferente, libre para elegir. El sujeto (o, hablando de un modo más popular, el
alma) ha sido hasta ahora en la tierra el mejor dogma tal vez porque a toda la
ingente muchedumbre de los mortales, a los débiles y oprimidos de toda índole,
les permitía aquel sublime autoengaño de interpretar la debilidad misma como
libertad, interpretar su ser-así-y-así como mérito.

1.Explica la siguiente oración de Nietzsche: “los oprimidos, los pisoteados,


los violentados se dicen, movidos por la vengativa astucia propia de la
impotencia: “¡Seamos distintos de los malvados, es decir, seamos buenos!”

Los oprimidos, en medio de su impotencia, se dan su propia esperanza diciendo


que son buenos, o mejores.

2. Según Nietzsche, ¿cuál es la principal estrategia de los oprimidos y los


débiles para auto confirmarse y auto conservarse?

La moral de los esclavos, privilegia la igualdad, la compasión, la dulzura y la


paciencia. Es propia de los oprimidos y los débiles que a menudo desprecian esta
vida y se refugian en el mas allá.
3. Elabora un ensayo en el que compares las ideas de Nietzsche con los
preceptos fundamentales de la moral cristiana. Es necesario que realices
una investigación previa para llevar a cabo esta actividad.

ENSAYO IDEAS DE NIETZSCHE CON LOS PRECESPTOS FUNDAMENTALES


DE LA MORAL CRISTIANA

Un autor importante del siglo XIX, es Friedrich Nietzsche (1844-1900), quien


despliega una filosofía práctica de corte ascético en varias de sus obras,
especialmente en La genealogía de la moral.
Nietzsche desarrolla la teoría de la transmutación de los valores, a través de la
metáfora de “la moral de señor y la moral del esclavo” pues en ella realiza una
crítica a la moral cristiana, la cual reduce a la vida de los esclavos y el
resentimiento de estos con respecto a la clase aristocrática; porque esta es
creadora exitosa de su moral, pero la moral del esclavo es servil y de sumisión.
Por esta razón es que, desde la opinión de este autor, solo es vista la perspectiva
externa de la moral del dominado y es por estos valores obedientes a la
aristocracia se encuentra basada la moral cristiana. En relación con esta cuestión
expresa que incluso los individuos con almas bellas son personas resentidas, que
solo ven la realidad que desean ver, Nietzsche dice que la existencia está hecha
de odio y maldad, viéndose de esa forma un cierto pesimismo en su apreciación
de la vida.
Siguiendo esta línea de razonamiento, este filósofo expresa: “Dios ha muerto”
(Nietzsche, 1997, págs. 137-138), esto no significa que Dios como ser espiritual,
que constituye el centro de la religión, ya no exista, sino que la moral imperante en
el siglo XIX, se encuentra en decadencia.
Acerca de este defecto que posee el mundo, elabora la propuesta de un nuevo
tipo de moral. Hace este proyecto ético retomando los valores de la tragedia,
perteneciente a la cultura occidental; pues en esta hay una afirmación de la vida y
de lo que brota de ella: el deseo, el impulso y la creación, es decir la propuesta
nietzscheana es la de creación e invención de nuevos valores que se encuentran
en sintonía con el eterno retorno, la vida y la voluntad de poder, solo pudiendo ser
producidos por alguien que sea capaz de romper con la tradición, la sumisión, sea
un sujeto revolucionario, amante de los placeres de la vida y dueño de sí mismo, o
sea, desde nuestro punto de vista, este personaje es el superhombre.
SELECCIONE LA RESPUESTA CORRECTA
4. ¿A quiénes se refiere Nietzsche con las imágenes de aves y corderos
respectivamente?
a. A los humanos débiles, traicioneros y a los humanos buenos, inocentes.
b. A los humanos fuertes y a los humanos débiles.
c. A los humanos indefensos y los humanos rapaces.
d. A los humanos predadores y a los humanos presas.

5. ¿Cuál es la diferencia que el lenguaje impone y con la cual Nietzsche no


está de acuerdo?
a. La diferencia entre ser y actuar porque para Nietzsche no hay tal cosa como ser
sin acción.
b. La diferencia entre la fortaleza y las acciones de la misma.
c. La diferencia entre los buenos y los malos.
d. La diferencia entre los resentidos y los nobles.

EN LA PREGUNTA NÚMERO SEIS DEBE SELECCIONAR DOS OPCONES (


1Y2, 2Y3, 3Y4, 2Y4)
6. El desarrollo científico que más afectó a la ética después de Newton fue la
teoría evolutiva de Darwin, la cual postula la supervivencia del más apto.
Nietzsche desarrolló la tesis darwinista de la selección natural aludiendo que
la conducta moral, defendida por el judeo cristinianismo, era una doctrina
esclava necesaria tan sólo para el débil. De esta manera aplicó el principio
de selección natural a los humanos al
1. afirmar que la vida de los hombres era una lucha incesante y despiadada por el
poder
2. señalar que la conducta moral tendía a permitir que el débil impidiera la
autorrealización del fuerte
3. realizar una fuerte crítica a la moral y especialmente a la tradición judeo –
cristiana
4. postular que la acción tendría que estar orientada al desarrollo de un
superhombre
7. Para Nietzsche, el superhombre es aquel que ha superado la moral
impuesta por la religión, renunciando a la metafísica y volviendo a la
naturaleza. En este sentido, la naturaleza reemplaza a Dios. Por tanto, si en
el antiguo sistema Dios era la fuente de toda certeza, ahora
A. la naturaleza es creada por Dios y en ella está la sabiduría
B. el hombre creó dios
C. la naturaleza es la que permite al superhombre tener certeza sobre sus juicios
D. Dios ilumina al entendimiento para conocer la verdad

También podría gustarte