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Hola amigos, los invito a navegar por las maravillosas aguas de este mar de encanto que
llamamos técnicas de exploración psicológica, abran su corazón y prepárense para la
aventura.
Características
Evalúan distintas estrategias cognitivas así como permiten acceder a aspectos no
cognitivos de un sujeto.
Deben considerarse útiles en la primera aproximación para el despistaje
(screening) de dificultades en el aprendizaje escolar.
Puede administrarse a sujetos de culturas diferentes, siempre y cuando se tengan
en cuenta a la hora de hacer las adaptaciones necesarias:
las equivalencias conceptuales (tener en cuenta el contenido y el
concepto del constructo)
las equivalencias lingüísticas (considerar las diferencias lingüísticas entre
las distintos países)
las equivalencias métricas (cerciorarse de que al traducir determinado
test siga midiendo aquella variable que medía el original y de la misma
manera).
Otro factor fundamental es la construcción de baremos correspondientes a la
región en cuestión, para poder hacer la comparación de los puntajes obtenidos
por los individuos examinados según sus poblaciones de referencia.
(Poblaciones que compartan cultura, edad, sexo, etc.)
¿Qué evalúa?
Está integrada por 4 subtest con 26 tarjetas impresas con dígitos y no da un puntaje de
11 dígitos. Los subtest son:
Se presentan las series de dígitos que figuran en las tarjetas 2-A y 2-10 y
se pide la evocación oral de lo percibido. Es decir, el niño debe
reproducir oralmente una serie impresa de dígitos que lee.
¿Como se administra?
para el alumno:
Un juego de 26 tarjetas
Una hoja de papel blanco
Un lápiz
Una goma de borrar
para el examinador:
Un lápiz
Un protocolo de respuestas.
Un reloj con minutero o un cronómetro.
El procedimiento sigue de la siguiente manera:
Una vez que el niño se ha acomodado en el pupitre o en un escritorio se les muestra las
tarjetas de VADS. Hay que tener en cuenta la edad del niño. Puede decírsele: “Aquí
tengo unas tarjetas con números, quiero ver tu habilidad para recordarlos”.
Se procede luego a realizar el primer subtest. Se contesta cualquier tipo de pregunta que
el niño quiera formular. Es importante observar cómo trabaja el niño y se toma nota no
sólo de sus respuestas sino de sus actitudes y comportamientos en general.
“Voy a decir algunos números; cuando yo termine quiero que los repitas”. Se leen los
dígitos, uno por uno, siguiendo un ritmo parejo.
Edades
Cinco años y medio a seis: Se comienza con la serie de 3 dígitos. Si falla con la
primera serie, se usa la segunda serie de 3 dígitos. Si falla nuevamente, se pasa a
una serie de 2 dígitos hasta que logre reproducirla y luego se suspende. Si el
niño repite uno de los 3 dígitos correctamente, se pasa a la serie de 4 dígitos y
así sucesivamente. Se abandona este subtest cuando el niño fracasa en ambos
intentos en cualquier serie de dígitos.
Siete años a nueve o con niños mayores pero con cierto retardo: se comienza con
la serie de 4 dígitos. Si falla en las dos series de 4 se pasa a la de 3, hasta que
pueda repetir una secuencia en forma correcta. Si realiza de manera correcta la
serie de 4 se pasa a la de 5, y así sucesivamente.
Diez años no sospechosos de retardo: se comienza con la serie de 5 dígitos.
Este subtest es aplicable a niños que puedan leer dígitos, en caso de dudas se le
pide al niño que lea en voz alta los dígitos de la tarjeta 2-10. Si no logra hacerlo, se
omite este subtest al igual que el Visual Gráfico.
Si un niño confunde, por ejemplo 6 con 9, pero puede leer de manera correcta
los otros dígitos, se toma el subtest aclarando la confusión. Para tener la certeza de que
el alumno está repitiendo lo que lee, se aconseja que los niños pequeños como los que
tienen cierto retardo lean la secuencia en voz alta y no de forma silenciosa.
Si el niño logra leer dígitos, se le dice: “Ahora te voy a mostrar algunos números
y quiero que me los digas después que retire la tarjeta. No te apures, podes mirar la
tarjeta todo el tiempo mientras yo te la muestro”. Se exhibe la tarjeta durante 10
segundos, se la retira y se le pide al niño que repita los dígitos uno por uno.
Niños de cinco años y medio a seis años: se comienza con la tarjeta 2-1. Si
fracasa en repetirlos, se muestra la tarjeta 2-2 con la segunda serie de 3 dígitos.
Si fracasa en los dos intentos, se presenta la serie de dígitos de la tarjeta 2-A y 2-
B si fuera necesario. No se continúa con el subtest si fracasa. Si el niño repite el
1º y 2º digito de una serie de tres sin equivocarse, se le muestra la tarjeta 2-3 con
la serie de 4 dígitos y se continúa de ésta forma.
Niños de siete a nueve años o con niños mayores con retardo: se comienza con
la tarjeta 2-3.
Con niños de diez años o más sin retardo: se comienza con la tarjeta 2-5.
Si puede escribir los dígitos, se le indica: “Ahora voy a decir algunos números y
después de escucharlos los vas a escribir en la hoja”. Se nombran los números uno por
segundo.
Niños de cinco años y medio y seis con retardo: se comienza con la tarjeta de 3
dígitos.
Con los niños que tienen entre ocho y 12 años sin retardo se inicia con la
secuencia de 4 dígitos.
Subtest IV (V-G) (Tarjetas 4-A a 4-10)
Se puede realizar esta prueba si el niño puede leer y escribir dígitos. De no ser
posible, se la omite. Se indica: “Te voy a mostrar unos números y cuando yo los retire
de tu vista quiero que los escribas”. Se muestra durante diez segundos cada tarjeta.
Se abandona la prueba cuando el niño fracasa en los dos intentos de una secuencia
de dígitos.
Cuando se completan los cuatro subtest de VADS se pide al niño que escriba su
nombre en la hoja de protocolo y así podemos tener una breve muestra de su escritura.
¿Qué evalúa?
¿Cuál es la consigna?
“Querría que en esta hoja dibujaras una persona ENTERA. Puede ser cualquier clase
de persona que quieras dibujar, siempre que sea una persona completa, y no una
caricatura o una figura hecha con palotes’’
Requiere que el niño dibuje “una persona entera” a pedido del examinador, en su
presencia, quedando librado a cada uno determinar la edad y el sexo de la figura que
eligen representar. Para los niños pequeños que pueden no entender el significado de
“persona”, se puede agregar: “puedes dibujar un hombre o una mujer, un chico o una
chica, lo que te guste dibujar”.
¿Cómo se administra?
Puede aplicarse de forma colectiva o a nivel individual, si bien, se reconoce la ventaja
de efectuarlo individualmente ya que permite la observación directa del niño durante la
ejecución del dibujo y aportarnos información adicional.
Al administrar el test, el examinador debe sentar al niño confortablemente frente a un
escritorio o mesa completamente vacía, y presentarle una hoja de papel tamaño 21,25
cm y un lápiz número 2 con goma de borrar. Luego el examinador le dirá al niño la
consiga (expuesta anteriormente). No hay tiempo límite en esta prueba. La mayoría de
los niños termina en menos de diez minutos, algunos lo completan en uno o en dos.
El niño es libre de borrar, rectificar o cambiar su dibujo durante la ejecución.
La autora, además, sugiere a partir de su larga experiencia, tres principios básicos a
tener en cuenta a la hora de analizar el DFH de niños dentro del rango de edad de 5 a 12
años:
Como dibuja la figura, sin tener en cuenta a quien dibuja, refleja el concepto
que el niño tiene de sí.
A quien dibuja, es a la persona de mayor interés e importancia para el niño en el
momento de realizar el dibujo.
Lo que el niño está diciendo en su DFH puede presentar dos aspectos; ser una
expresión de sus actitudes y conflictos, o ser un deseo, o ambas cosas a la vez.
Los Principios de la Gestalt en los que se basa la ejecución del sujeto en la Prueba de
Bender son (Benavides y Di Castro, 1982):
c) Similitud: Se perciben como parte de una misma forma aquellos elementos parecidos
entre sí.
f) Destino Común: Los elementos que se desvían de una estructura son agrupados a su
vez.
g) Cierre: Tendencia a percibir una forma de la mejor manera posible. La figura mejor
percibida es la más estable.
¿Cuál es la consiga?
Según el Manual de 1946, es siguiente: "He aquí una serie de dibujos para que usted los
copie, cópielos tal como los ve".
Este Sistema, publicado en 1964, busca detectar en niños: madurez para el aprendizaje,
problemas en la lectura, dificultades emocionales, lesión cerebral y deficiencia mental.
Con este fin, la Dra. Koppitz construyó dos Escalas, una de Maduración (que abarca las
edades desde 5 hasta 10 años 11 meses) y otra de Indicadores Emocionales.
a) distorsión de la forma,
b) rotación,
c) sustitución de puntos por círculos o rayas,
d) perseveración,
e) falla en la integración de partes de una figura,
f) sustitución de curvas por ángulos,
g) adición u omisión de ángulos.
Cada una de ellas es valorada en las diferentes figuras, de tal manera que al evaluar cada
protocolo, el número máximo de errores posibles es de 30.
Los datos obtenidos con el sistema de la Dra. Koppitz (puntuación cruda) pueden
interpretarse de tres maneras, el aplicador debe elegir la más adecuada, con base al
motivo por el cual se utiliza la Prueba de Bender:
Con relación a los problemas emocionales, la Dra. Koppitz desarrolló una escala, en la
que relaciona las ejecuciones con ciertos rasgos de personalidad y actitudes. Las
categorías que la conforman son:
5. Gran tamaño. Se considera cuando una figura es una tercera parte mayor que la
origina. Se ha relacionado con tendencia a la impulsividad.
8. Repaso del dibujo o de los trazos. Se repasa el dibujo con líneas gruesas e impulsivas.
Se asocia con impulsividad y agresividad
9. Segundo Intento. Puede estar relacionado con impulsividad en niños mayores de 8
años que se dan cuenta que sus dibujos son incorrectos pero no tienen la paciencia ni el
control para borrar y corregir, de tal manera que prefieren repetirlo en otro lado.
10. Expansión. En los niños que han alcanzado algún grado de escolaridad, este
indicador se correlaciona con impulsividad.
¿Cómo se administra?
Siente al niño cómodamente frente a una mesa donde se hayan dispuesto dos
hojas de papel tamaño carta, un lápiz del No. 2 y una goma para borrar.
Luego de establecer un buen "rapport" muéstrele al niño la pila de tarjetas del
Bender diciéndole: "Aquí tengo nueve tarjetas con dibujos para que los copies.
Aquí está el primero. Haz uno igual a éste" (es la consigna).
Luego que el niño ha acomodado la posición del papel, coloque la primera
tarjeta, la Figura A, frente al niño.
No se hacen comentarios; se anotan las observaciones sobre la conducta del niño
durante la prueba.
No hay tiempo límite en esta prueba.
Cuando el niño ha terminado de dibujar una figura, se retira la tarjeta y se pone
la siguiente. Se procede de la misma manera hasta terminar.
Si un niño hace preguntas sobre el número de puntos o el tamaño de los dibujos,
etc. se le debe dar una respuesta neutral del tipo:"Hazla lo más parecido al
dibujo de la tarjeta que puedas".
No se le debe alentar ni impedir el uso de la goma, o realizar varios intentos
cuando está dibujando un diseño.
Se le permite a cada chico usar todo el papel que desee.
Cuando un niño empieza a contar los puntos de la Figura 5, el examinador puede
decirle: "No necesitas contar los puntos, simplemente trata de hacerlo lo más
parecido a la tarjeta". Si el niño todavía persiste en contar los puntos, entonces
adquiere significación diagnóstica.
Si el niño ha llenado la mayor parte de la hoja de papel y la hace girar para
ubicar la Figura 8 en el espacio restante, se debe anotar en el protocolo, pues no
se considera esto una rotación del dibujo.
Se debe cuidar que el test de Bender sea administrado al comienzo de una sesión
de diagnóstico cuando el niño está descansado, ya que un niño fatigado no rinde
óptimamente. Si se tiene la impresión de que el niño ha sido muy rápido en la
ejecución del test, o que no se ha obtenido el mayor desempeño posible, se le
puede pedir que repita el dibujo de la figura del Bender en otra hoja de papel.