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¡ALÉGRATE MARÍA!

¿Alégrate, María????? ¿Cómo tener alegría en estas


circunstancias tan, pero tan adversas?

Desde hace unos días le he dado vueltas a la frase FELIZ


NAVIDAD, tan repetida en estas temporadas, y he dudado en
expresarla o decírsela a alguien, pues en la mayoría de las
familias hay situaciones de dolor, pérdidas de familiares a
causa del COVID o consecuencias de la pandemia, como el
desempleo, la depresión o conflictos familiares…

Y entonces, ¿es posible decir: ¡FELIZ NAVIDAD!...?

¿Cómo se atreve el ángel Gabriel a decirle a María: ¡Alegrate!,


cuando lo que se le viene a causa de su embarazo es rechazo y
conflicto? ¿Cómo compartir su alegría de ser elegida para
hacer llegar al mundo a Jesús, el Mesías esperado?

Y luego sigo leyendo el Evangelio, donde después de que el


ángel le dice: ¡Alégrate María! Continúa diciéndole: “llena eres
de gracia, EL SEÑOR ES CONTIGO…” y me doy cuenta que María es capaz de responder ¡SI! Porque
Dios está con ella, es cosa de El, por lo tanto, no la dejará sola, y además “ha hecho obras
grandes”, Isabel, que era estéril, está esperando un hijo…”porque para Dios NO HAY
IMPOSIBLES”…

Esta certeza que impulsó a María a decir un SI que sostuvo durante toda su vida, fue basada en la
fidelidad de Dios, que permanece a nuestro lado.

Y repaso, a ejemplo de María, lo que Él ha hecho en mi historia, en mi familia, en mi congregación,


y en muchas personas que me dan testimonio de esa permanencia.

Y constato que aunque ciertamente existe hoy mucho dolor, también podemos alegrarnos por
todo lo bello que podemos seguir disfrutando, la llegada de vidas nuevas (en estos últimos meses
han llegado varios bebés a nuestra familia) nuestros pequeños logros en esta nueva forma de
hacer misión, las muestras de solidaridad entre las personas, la entrega de tantos médicos ,
enfermeras, trabajadores de los hospitales, las mamás y papás convertidos en maestros de sus
hijos, tantos aprendizajes que hemos hecho posibles en este tiempo de “encierro”…y la vida, la
vida que testarudamente sigue creciendo a nuestro
alrededor…a pesar de todo…

Por eso es bueno alegrarnos, recuperar todo lo bueno


que nuestros seres queridos que se han ido al
encuentro pleno con el Señor, nos han dejado, también
orar unos por otros, disculparnos, amarnos y trabajar
cada día por defender esa alegría que Dios nos regala, y
que una joven mujer, sencilla y pobre, aceptó hacernos llegar en el pequeño y frágil Jesús,
NUESTRA ESPERANZA.

Dios esta llegando, nunca se ha ido, celebremos que llegó para quedarse con nosotros, esa es
nuestra alegría, por eso se vale decir ¡FELIZ NAVIDAD!. (Hna. Carmen Castillo Religiosa
Filipense.)

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