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LASTRES: LA MEDICINA E N LA REPÚBLICA
Lámina XXXI.
LASTRES: LA MEDICINA EN LA REPÚBLICA Lámina XXXII.
LASTRES: L A MEDICINA E N LA R E P Ú B L I C A Lámina XXXIIl.
LASTRES: LA MEDICINA EN LA REPÚBLICA Lámina XXXIV,
J.ASTRES: LA MEDICINA EN LA REPÚDLJCA - Lámina XXXV.
Lámhm XXXVI.
LASTRES: LA MEDICINA EN LA REPÚBLICA
L A A C A D E M I A N A C I O N A L DE M E D I C I N A Y E L P E R I O D I S M O M E D I C O 275
de esta Capital y de los demás pueblos del Perú en cuanto fuera posible;
9
2. Hacer la historia exacta de las enfermedades epidémicas que apareciesen
en lo sucesivo, procurando al mismo tiempo reunir todos los datos relativos
9
a la epidemia que se hubiera padecido anteriormente; 3. Ponerse en rela-
ción con las principales sociedades de Europa y del Continente americano;
A ? Estar al corriente de los progresos de las ciencias por medio de los pe-
riódicos científicos que se publiquen en las principales capitales del mundo;
9
5. Consignar süs trabajos en una publicación que se hará anualmente con
el título de Anuario de Medicina; 6.° Proponer cada año por asunto de dife-
rentes premios los puntos indecisos hasta hoy en la ciencia médica y sus di-
ferentes ramos a los que se insinúen de un año a otro". Suscriben este pro-
grama de acción, los siguientes médicos: Cayetano Heredia, José Dámaso
Herrera, Eugenio Eyzaguirre, José Domingo Espinar, Juan Vásquez Solís,
Carlos Tasset, Francisco Cervera, José Julián Bravo, Juan Gallagher, Fran-
cisco Santiago Afoscóte, Manuel Tordoya, Camilo Segura, Cecilio Velásquez,
Juan Copello, Francisco Rosas, Pedro Ravena, M. P. Montuat, Manuel Odrio-
zola, José Mariano Macedo, Mariano Arosemena Quesada, Juan C. Uribe, An-
tonio Sánchez Almodovar, Antonio María Hidalgo, Francisco Delgado Y u -
go, José Eboli, Antonio Raimondi y José Gariazo.
Así fueron los comienzos de esta primera Institución, cuyo siglo se va
a cumplir dentro de poco tiempo. Su vida, los dos primeros años, estuvo
entrabada por las mismas convulsiones de la política. Sólo a partir de 1856,
bajo Julián Bravo, sesionó con relativa frecuencia. Fueron sus presidentes
Miguel E. de los Ríos, Julián Sandoval, José Casimiro Ulloa, Francisco Rosas,
Manuel Odriozola, Celso Bambarén y otros connotados médicos de mediados
de la pasada centuria. Sufrió colapsos más o menos-prolongados durante
la guerra con Chile, y en el año 1867. Le sucedió la Academia Libre de
Medicina.
E l día 29 de julio de 1885, fué una fecha cimera para nuestro arte, pues,
se realizó la inauguración de la Academia Ubre de Medicina, Institu-
ción que continuaba, en el tiempo, los esfuerzos de la extinguida So-
ciedad de Medicina del 1854, que había brillado con la generación de
Heredia.
E l Dr. Manuel Odriozola, fué su primer Presidente, y pronunció en
esa ceremonia, un bello discurso, en el que hizo reseña de los esfuerzos
desplegados para crear ese organismo.
276 LA MEDICINA E N L A REPÚBLICA
Derecho Canónico y Medicina. Más tarde, en 1855, por decreto del 7 de abril,
dice que la Universidad constará de cinco facultades: Letras, Ciencias Natu-
rales, Jurisprudencia, Medicina y Teología, indicando la forma como debían
funcionar, especificando las atribuciones de los dirigentes del Claustro.
Esta reforma, por lo que atañe a Medicina, considera en su curriculum,
las siguientes materias: Anatomía, Fisiología e Higiene, Patología y Terapéu-
tica, Materia Médica y Farmacia, Nosografía, Medicina Operatoria y Obste-
tricia, Clínica Interna y Externa, Medicina Legal. Cursos auxiliares de His-
toria Natural y Química.
Así, después de haber dirigido sola sus destinos, desde 1808, la enseñan-
zade la Medicina volvía a estar supeditada a los dictados de San Mateos. E l
Reglamento orgánico de la Nueva Facultad, fué obra de una Comisión com-
puesta por Julián Sandoval, Camilo Segura y Miguel Evaristo de los Ríos.
Este Reglamento, atenuaba en parte, el estado de subordinación a que había
quedado sometida la nueva Facultad.
Año 1854:
Año 1857:
CORRADI, Juan. — El cólera morbo asiático y la fiebre amarilla: ¿son
contagiosos?
FINLAY, Eduardo. — Iritis sifilítica.
GUERIN, D. Teófilo. — Sobre la corea.
INJOQUE, M. H . — Reumatismo articular agudo.
RusiÑOL, Juan. — ¿Es lícito al médico promover el aborto?
Año 1858: @
5. ARARAZ, Miguel. —V* esterilidad considerada en el hombre.
ARNAIZ, José. — La tierra eri su origen fué incandescente y lo es' ac-
tualmente en su centro.
GARABÁN, Roberto. — "El cólcbico"; tratamiento del reumatismo arti-
cular agudo.
GARABÁN., Roberto. — Sobre el hierro y sus compuestos empleados en
ciertos casos de envenenamiento.
IBÁÑEZ, Antoñano, Valentín de. — Sobre los elementos mórbidos.
ITURRIAGA, José B. — Calórico animal.
LÓPEZ TORRES, Rufino. — Cuarentetuis.
LASTBES: LA MEDICINA EN LA REPÚBLICA Lámina XXXVIII.
T E S I S E N L A F A C U L T A D DE M E D I C I N A E N T R E 1854 Y 1900 291
Año 1859:
Año 1861:
V É L E Z , Armando. — Anatomía patológica de las verrugas.
Año 1864:
C O M B E S , Emile. — De la cbloro - anemie.
Año 1871:
D O U N O N , Paul Louis Victor. — Etude sur la verruga; maladie endémi-
que dans les Andes Peruviénnes. (París).
Año 1878:
SILVA SANTISTEBAN, Modesto. — Homicidio y suicidio; sus caracteres
médico - legales.
ZAGAL, Eulogio J . — Acción del cloroformo sobre el organismo; indica-
ciones y contraindicaciones terapéuticas.
Año 1879:
CEBALLOS T O R R E S , Manuel. — Ligeras ideas sobre fisiología del lenguaje.
R A M Í R E Z , Luis. — Influencia de la diátesis en el matrimonio.
SANTOS V I D A L Ó N , José. — Jurisprudencia médica del infanticidio.
Año 1880:
A R Z U B E , Manuel de I . — De la amenorrea,
A V E N D A Ñ O , Juan. — Consideraciones sobre la fisiología patológica de la
fiebre.
F E R N Á N D E Z D Á V I L A , Aníbal. — Del tratamiento de las heridas por ar-
mas de fuego del miembro inferior complicadas de fracturas.
MISPIRETA, Mariano César. — Estudio sobre la constipación.
292 LA MEDICINA E N L A REPUBLICA
Año 1881:
CARVALLO, Constantino T . •— Aplicaciones del oxígeno a la terapéutica.
CHOCANO, Carlos G. — Del aborto.
Año 1882:
CAMINO,Francisco de Paula. — De la pilocarpina en la difteria.
VÁSQUEZ SOLÍS, Francisco. — El principio vital.
GARCÍA, Emilio P. — Del ácido carbo - azótico como sucedáneo de la
quinina.
Año 1883;
IBÁÑEZ, Romualdo. — Del sulfuro de carbono en el tratamiento de las
úlceras, heridas.
MENÉNDEZ, Carlos. — Acción de la electricidad sobre los infartos del
epididimo.
MENÉNDEZ, Ramón B . — Tratamiento de las estrecheces orgánicas de la
uretra.
MORÓTE, Vidal. •— De la anestesia mixta.
MuÑíz, Manuel A. — Vida, animismo, materialismo. m
Año 1884:
ARGÜEDAS, Manuel B. — De la posición en el tratamiento de las frac-
turas.
BENITES, Juan M. —- De la trasfusión de la sangre.
CÁRDENAS, José Gil. — El matrimonio civil.
CÁRDENAS, J . G. — Fisiología y patología de la menstruación.
CHÁVEZ V I L L A R R E A L , Melchor. — La tuberculosis pulmonar se desarro-
lla con más frecuencia y es más favorecida, en su evolución, en los climas
en que hay exceso en el oxígeno inspirado, relativamente a la cantidad con-
sumida en el organismo.
C H O C A N O , Carlos. — Del aborto; sus causas, síntomas, diagnóstico, pro-
nóstico y tratamiento.
DEUSTÚA, Luis Fidel. — Higiene de la lactancia.
T E S I S E N L A F A C U L T A D DE M E D I C I N A E N T K E 1854 Y 1900 293
Año Í885:
A L J O V Í N , Miguel. •— De la responsabilidad criminal en la locura.
BARCO, Francisco P . del. — Del tratamiento de la epilepsia por el simulo.
M O R A L E S , Wenceslao. —' Patogenia de la eclampsia puerperal. *
G A N O Z A , Manuel R . — Ovariotomía; sus indicaciones, contraindicado'
nes y manual operatorio.
ITURRIZAGA, Augusto. — De la tuberculosis articular.
M A Ú R T U A , Lizandro. — Estudios médicos - sociales del Callao.
M O R E N O , Herminio. — Del ácido bórico en sus aplicaciones terapéu-
ticas.
PANCORVO, Nicanor A. — No son los antitérmicos medicamentos ino-
cuos administrados en las enfermedades.
R O J A S , Benjamín. — Empleo de las corrientes eléctricas continuas en
el tratamiento de las neuralgias esenciales.
Aña 1886:
Año 1887:
CHÁVEZ, Evaristo M . — Anemia perniciosa.
FERNÁNDEZ D Á V I L A , Aníbal. — Tratamiento de las hemorragias por re-
tención de la placenta. (Tesis doctoral).
Año 1888:
CÁRDENAS, Clodomiro L . —- Servicio sanitario para el Ejército.
GALDO, Manuel I . — Alumbrado público.
I R U J O , Manuel. — La convallaria majalis.
L E Ó N , Alfredo I . — Contribución al estudio de la hemoglobinuria.
N A V A S , Leonardo. —> Consideraciones sobre las resecciones traumáticas
parciales de los huesos largos de los miembros.
R O D R Í G U E Z , José S. — Anestesia quirúrgica por el cloroformo.
Y A T A C O , Martín. — Coxalgia.
Año 1889:
ANGELATS, Miguel. — De los tumores hemorroidales y su tratamiento.
BARRIOS, Enrique. •— Acción del alcohol sobre el organismo.
BELLIDO, Matías F. — El cornezuelo de centeno como hemostático ge-
neral.
CHÁVEZ, Serapio. — Higiene del soldado.
JUSTO, Telésforo. — Sobre la fabricación del alcohol de caña y el al-
coholismo en Lima.
O S T O L A Z A , Mariano. — Estudio del chancro.
R Í O S , Sabino. — Artritis blenorrágica.
R O D R Í G U E Z , Zacarías. — Hipnotismo.
S O L A R , Luis F . del. — Del empleo del clorhidrato de hioscina en los
alienados.
T A F U R , Maximino. — De los efectos que la estación en las elevadas re-
giones de la atmósfera produce en el organismo humano.
Año 1890:
ANTÚNEZ, Dámaso D . — La verruga peruana o enfermedad de Carrióu.
DÍEZ SALAZAR,José. — Neuralgia gastro - intestinal en el paludismo,
crónico.
TESIS E N L A FACULTAD DE MEDICINA ENTRE 1854 Y 1900 295
Ano 1891:
Año 1892:
BELLIDO, Matías T . — Accidentes de la primera dentición.
CUETO, José Félix. — Algunas formas clínicas de la grippe.
ESCOBAR, Daniel B . — Tratamiento clínico de la pústula maligna.
G AMARRA, Agustín S. G . — Viburnum prunifolium en obstetricia.
GARCÍA, P . G . — Tratamiento del chancro blando por el procedimiento
del Dr. Castell.
G A L U P , Pedro M. — Exéresis parcial del útero, (curetaje).
IZAGUIRRE, Samuel H . — De la conducta del partero a la cabecera de
una mujer próxima del parto.
LÓPEZ, Carlos M. — Corea de Sydenham.
L U N A , Augusto. —- Excisión de la uretra en el tratamiento de las estre-
checes infranqueables.
MATOS, Moisés..— Forceps Tarnier; sus ventajas.
MAYORGA, Juan M. —• Contribución al estudio de la influencia de la
presión atmosférica sobre el organismo.
MAYORGA, Wenceslao. — Tratamiento eléctrico de la parálisis de Bell.
RIPALDA, Pedro José. — La patogenia de la inflamación.
RODRÍGUEZ, Lucas. — Propiedades terapéuticas del salol.
URQUIETA, Lino Mariano. — Neuralgias directas y reflejos de origen
intestinal.
VELAZCO, Antenor D. — Patogenia y etiología de la septicemia puer-
peral.
Año 1893:
BALTRA, Abel S. — Hipertrofia de la próstata y su tratamiento por la
dilatación gradual obtenida por el cateterismo.
B E L L O , Eduardo. — Empleo de los puntos de fuego contra la hemoptisis
tuberculosa.
CAMACHO, Félix M. — Fístulas de ano y su tratamiento por termo cau-
terio.
CASTILLO, Abraham. — Bubón consecutivo al chancro blando, y su cu-
ración por cuchara cortante.
COPELLO, Eduardo. — Sobre el empleo del agua caliente como hemos-
tático.
D U R A N , Adolfo. — Etiología de la fiebre tifoidea y su tratamiento.
ESQUIVAR, Benjamín. — Cirrosis hipertrófica de origen palúdica.
G O N Z Á L E Z O L A E C H E A , Max. — Del epiplocele consecutivo a la abertu-
ra de los abscesos hepáticos por el método de las grandes Incisiones.
T E S I S E N L A F A C U L T A D D E M E D I C I N A E N T R E 1854 Y 1900 297
Año 1894:
BECERRA, Mariano. •— Somnal; aplicaciones terapéuticas.
CAMPODÓNICO, Esteban. — Breves consideraciones sobre algunos casos
de traumatismos medulares.
CONGRAINS, Elias L . — Declaración obligatoria de las enfermedades in-
fecto - contagiosas en el Perú.
JIBAJA, Alfredo. — Observaciones clínicas sobre la acción terapéutica del
vejigatorio en el tratamiento de la neumonía.
L A TORRE, Carlos A. de. — Empleo del muriato de amoníaco en las he-
patitis agudas.
MAYORGA, Wenceslao. — Electro - terapia.
MERCADO, Rodolfo. — Aplicaciones higiénicas y terapéuticas de la coca.
M O L I N A , M . S. — El diagnóstico de las presentaciones y posiciones en
obstetricia.
PAREDES, Víctor. — Ligeras observaciones sobre los efectos del proyec-
til "Manulicher".
298 LA MEDICINA E N L A REPÚBLICA
Año 189S;
BARROS, Pedro Teobaldo. — Estudio clínico sobre la uta del Perú o Lu-
pus.
IÍLONDET, E . R . — El alcoholismo hereditario como causa de meningitis
tuberculosa en los niños.
DENEGRÍ, Juvenal. — Del tratamiento quirúrgico de los fibromiomas
uterinos.
G A F F R O N , Eduardo. — Observaciones oftalmológicas en Lima y estadís-
tica de 3247 enfermos de los ojos.
GARCÍA, Félix F . — De la neumonía palúdica.
OLANO, D. Guillermo. — Fracturas conminutas por proyectiles de guerra
de pequeño calibre curadas sin amputación, en el servicio del Dr. Ernesto
Odriozola.
PATRÓN, José. — El guayacol como antitérmico usado en embrocaciones.
PRIETO, Matías E . — Cuatro casos de meningitis tuberculosa en adultos
de diagnóstico difícil.
R A M Í R E Z DEL V I L L A R , B . —- JJber die verruga peruana. (Berlín).
V É L E Z , José C. '—' Ambulancias civiles y servicio sanitario militar.
Año 1896:
CAMPODÓNICO, Esteban. —• Consideraciones sobre algunos casos de em-
barazo extra - uterino. Tesis doctoral.
FlGUEROA, Jorge M..—La anemia o uncmariosis de las montañas del Pe-
rú y Bolivia.
FlGUEROA, Víctor M. — La escarlatina en el puerperio.
L A TORRE, Benjamín de . — La digitalina en la neumonía.
MOLINA, Wenceslao F. — El curetaje uterino.
MONTERO, Manuel. — Tratamiento de las estrecheces uretrales por la di-
latación progresiva.
R Á E Z , Ernesto L . — De los abscesos hepáticos y las hernias abdominales.
V I L L A R Á N , César E . — Nicotismo crónico como causa de aborto.
V l L L A N U E V A , César O. — Tratamiento local del eczema por el agua
caliente.
VILLEGAS, Alejandro. — El cloruro de sodio como agente terapéutico.
V i V A N C O , C. M. — El calomel en la neumonía.
LAS-TRES: L A M E D I C I N A E N LA R E P Ú B L I C A Lámina X X X I X .
T E S I S E N L A FACULTAD DE M E D I C I N A E N T R E 1854 Y 1900 299
Año 1897:
CÁCERES, José G . — Curación radical del hidrocele.
C A R R I L L O , Araujo Elias. — Efectos clínicos de las enteroclisis bortcadas en
el tratamiento de la fiebre tifoidea.
CARVALLO, L . — Algo sobre el valor comparado de las inyecciones mer-
curiales en el tratamiento de la sífilis.
CASTAÑEDA Y A L V A R E Z , A . — El alcoholismo en Lima bajo el punto de
•vista médico - social.
GARCÍA, Enrique L . — Dilatación del estómago sin estenosis pilórica.
L U N A , Augusto. — Un caso de aneurisma sacciforme de la aorta ascen-
dente, perforante del esternón.
M O Y A N O , Pedro A. — Inflamaciones circunscritas del hígado.
O C H O A , Matías Néstor. <— Chalazion y su tratamiento por el raspado.
SALDÍVAR, Maximiliano. — Tratamiento de la blefaritis ulcerosa por la
depilación de las pestañas.
Año 1898:
BECERRA, Daniel. — Contribución al estudio de la materia médica pe-
ruana.
B E L L O , Eduardo. -— Tratamiento del aborto Incompleto. Tesis doctoral.
CARVALLO, Luis. -— Empleo de los ioduros en algunas manifestaciones
de la arterieesclerosis.
r
CASTRO, Rubén. — Policía sanitaria internacional.
GAGLIARDO, Juan B . L . — Contribución al estudio de la cirrosis; expe-
riencias de laboratorio.
CASTAÑEDA, Guillermo M. — Diagnóstico bacteriológico de la difteria.
L E Z A M E T A , Juan N . — La antipirina en el tratamiento de las cistitis
blenorrágicas agudas.
M A T T O , Abel D. .— La amputación autoplástica del cuello uterino co-
mo tratamiento de la metritis crónica.
MAYORGA, Juan Manuel. *~ Contribución al estudio del tratamiento de
la enteritis infantil por la leche peptomzada.
M O R A N T E , Miguel. — La cistotomía supra • pubiana y el cistodrenaje
hipogástrico.
PABDO F I G U E R O A N I E T O , Estanislao. — Accidentes debidos al empleo del
ácido fénico como antiséptico en cirugía.
P R I E T O Y R I S C O , Samuel. — Indicaciones del lavado del estómago.
Año 1899;
A C C I N E L L I , Américo. — La dieta hídrica en la enteritis infantil.
J Á U R E G U I G A R C Í A , M . — Contribución al tratamiento de la bronconeu-
monta por la apomorfina.
L A M A , Eleodoro de la. — Tratamiento de la septicemia puerperal por
las inyecciones de suero del Dr. Marmorek.
MATOS, Guillermo. —• Algunos apuntes más sobre profilaxia y tratamien-
to de la tuberculosis.
MENDOZA, Valdemaro. — El cercado metálico en el tratamiento de las
fracturas de la rótula.
M I M B E L A , P a b l o S. — La panbisterectomia abdominal en los fibromas
uterinos.
P E Ñ A M U R R I E T A , Rodríguez. — Acción de la analgesina sobre los pro-
cesos de las queratitis, conjuntivitis y querato - conjuntivitis flictenuleres.
PuNTRlANO, José F . — Tratamiento de la conjuntivitis blenorrágica por
el protargol.
RODRÍGUEZ, Laura E . — Empleo del ictiol en las inflamaciones pel-
vianas.
R O D R Í G U E Z D U L A N T O , Abraham M . — Estudios criminológicos,
V E L A O C H A G A , Manuel I . — Estudio clínico de la albuminuria gravídica.
P É R E Z V E L A S Q U E Z ^ N . — El suicidio como entidad neuro - patológica.
Año 1900:
A L J O V Í N , Miguel C . — Contribución al estudio de las salpingo - ovaritis.
C A M P O , Juan M. del. — Ligeros apuntes sobre ectopía renal y su trata¬
miento por la nefropexia.
D U F F A U T , L . F . — Ligeras consideraciones sobre la estenosis del cuello
del útero y su tratamiento.
E L I A S DE O R E L L A N A , Blas. — El ankylostoma duodenale, bajo su punto
de vista patológico en el Perú.
F E B R E S Y O D R I O Z O L A , Enrique. — De la importancia del procedimiento
de Laws on Tait modificado por Pozzi, en el tratamiento de las desgarradu-
ras perincales consecutivas al parto.
H E R C E L L E S , Oswaldo. — Ligeros apuntes sobre la histología patológica
de la verruga peruana, teoría vascular.
T E S I S E N L A F A C U L T A D DE M E D I C I N A E N T R E 1854 Y 1900 301
partes para salir de allí. Cierto esta enfermedad fué plaga nueva y nunca vista en
el mundo, aunque no fué nueva en los españoles, que en aquellos indios se usaba,
pero no tan dañosa, por ser su propia tierra". ( E S T E T E ) .
".. .y en riesgo de se perder si no les viniera el dicho socorro, pasaado grandes ham-
bres e necesidades e trabaxos, donde murieron muchos españoles de verrugas y otras
enfermedades... y los que estaban enfermos e flacos de la enfermedad de verrugas y
otras enfermedades...".
" Y en aquefte Reyno del Perú ay vna Provincia de muy malas aguas y manteni-
mientos, aunque se atribuye mas a las aguas, que es Guaylas la Baxa, a vn lado de
Trujillo, y Santa Fé, que los que beben de aquel agua, o a los mas les falen vnas
berrugas en el roftro, y la cabeca, y en los demás miembros, que parecen carneros
cafí, que si las quieren curar, y las tratan con algún rigor, fe irritan, y exafperan, y
crecen mucho con bravos accidentes; y en no curándolas, folo con beber agua de
las vellotillas del Maguer, y vntandolas con ellas, y vntandolas con verengenas arfa-
das, y con fal molida o con agua de las verengenas facada por alquitara, fin otra
cosa, ni remedio fe fecan, y caen de fuyo, o con agua de cal".
"No había tenido muchos días de descanso en Pativilca, cuando recibí orden de
marchar con mi tropa, al cuartel general del General Sucre en la ciudad de Huarás.
Se me dieron todas las instrucciones necesarias para la marcha y las prevenciones
oportunas contra las célebres aguas de verrugas que se encuentran en muchos arroyos
en el tránsito por la sierra... Esta instrucción la conservo en mi poder hasta el mo-
mento en que escribo estos mis recuerdos (año de 1869) — Prohibición absoluta
de tocar estas aguas, ni dejarse salpicar los soldados por ellas, al pasar los arroyos. —
Y con todo yo no escapé. Mi caballo me salpicó una gota de esa agua en la pierna
derecha al pasar un arroyo. La enfermedad que causan estas aguas son unas verru-
gas que duran seis meses: dos mientras se están formando, dos que permanecen afue-
ra, y dos en su desaparición, ocasionando al mismo tiempo, en el enfermo una tris-
teza profunda. Cuando revientan en la cara, ponen al individuo como un monstruo.
A algunos de los oficiales del ejército les sucedió esto principalmente a un capitán
Mogosi, del batallón Rifles de la Guardia. Estando en Jauja, el General Milter me
invitó a un paseo, para el que me dió uno de sus caballos... el caballo se me desbocó
en un galope y, con la fuerza que yo hacía para sujetarlo, se me reventó la verruga
que tenía desde la salida de Patívílca a Huarás. Todo el tiempo que se me estaba
formando, me sentía muy decaído y muy triste, sin saber por qué; al tiempo de re.
ventar, se me llenó la bota de una sangre muy negra. A nuestro regreso, dije al
coronel me hiciera traer al doctor Blair, cirujano del batallón Rifles. Me adminis-
tró unos polvos de Dover, con lo que amanecí aliviado y seguí la marcha.. .". ( V A L -
DIZÁN, H.: Apuntes para la historia de la verruga peruana).
En una primera etapa, como dice Mackehenie, 1531 -1870, fué juzgada
como enfermedad exantemática, no tomándose en cuenta el síntoma ane-
mia. "Las notas de los que ocasionalmente la estudiaron o sufrieron, lo re-
velan claramente. Durante la construcción del Ferrocarril de Lima a la
Oroya, se pobló la zona verrucosa central, unos treinta kilómetros—• con nume-
rosos trabajadores, extranjeros en su mayoría, y esta agrupación mal nutri-
da, atacada por la disentería y la malaria, sufrió la agresión da la Barloadla,
306 L A M E D I C I N A E N L A REPÚBLICA
que los regnícolas —según Dámaso Antúnez— ven con admirable desdén.
Nació entonces la idea de haberse presentado, por primera vez, la fiebre de
la Oroya, cuyo diagnóstico casi equivalía a sentencia de muerte".
Espinal vió claro que este intrincado problema y poco antes que Carrión,
sostuvo la unidad de los dos procesos. Muchos de los sobrevivientes de la
terrible epidemia de la Oroya, vieron aparecer tarde o temprano, un brote
exantemático. "Quien antes que nadie, advirtió que la enfermedad que tan
justamente lleva su nombre, engendra anemias, fué Daniel Alcides Carrión.
Se había insistido antes, sobre las pérdidas sanguíneas por hemorragias; pe-
ro él subrayó la hipoglobulia por causas internas". (Mackehenie).
1
La historia de las Neuro - bartonelosis, o síndromes neuro - psíquicos
de la Enfermedad de Carrión, está plena de interés. Por ella llegamos al
conocimiento de los esfuerzos realizados por clínicos e investigadores pe-
ruanos. Sus páginas son heroicas y esforzadas. A través de cada una de ellas
descubrimos las esperanzas, los trabajos, las fatigas y los triunfos de todos
aquellos amantes de la Ciencia, que no tuvieron reparo en sacrificar sus años
más hermosos y hasta su propia vida, por darse íntegros al cumplimiento de
una abnegada tarea.
Este Capítulo está en plena era de renovación científica. L o que pode-
mos decir aquí, no son más que concepciones temporales, hasta el momen-
to presente, y creo que no se ha hecho sino plantear este espinoso, como
atrayente problema.
1
El término Neuro-bartonelosis, lo utilicé por primera vez, al tratar del pro-
ble clínico de la "Cefalea en la Verruga peruana", conferencia sustentada en el Hos-
pital Militar de San Bartolomé el día 17 de julio de 1942. ("El Comercio", Lima, 18
de julio de 1942). "Dijo el orador, que en realidad debe hablarse de Neuro-barto-
nelosis, para los diversos casos en que se presenten síntomas nerviosos en el curso
de la evolución de la Verruga peruana...". Posteriormente estudié en forma exhaus-
tiva este ioteresante problema de la Clínica peruana y publiqué: Las Neuro-bartonelo-
sis, síndromes neuro-psíquicos de la Enfermedad de Carrión - Verruga peruana. Edi-
tora Médica Peruana S. A. Lima-Perú, 1945.
310 LA MEDICINA E N LA REPUBLICA
entre los síntomas que más le llaman la atención: los dolores, las contrac-
ciones y la impotencia muscular.
Igualmente, son interesantes las observaciones de Archibaldo Smith, de
T o m á s Salazar en 1858, de Armando Vélez en 1861, del sabio Raimondi en
1873, Nicanor Pancorvo en 1875, Puelma Tuper en 1877, y de algunos otros,
pero estos estudios están muy lejos a ú n , de señalar como sede de la noxa
verrucosa, el sistema nervioso. Cabe citar, para finalizar esta primera eta-
pa, a l D r . Aurelio Alarco, que el año 1879 pensó en la verruga cerebral",
y a la autopsia encontró "erupción verrucosa en el cerebro". *
Es a partir de 1885, la época que abarca desde el sacrificio de Carrión,
hasta los estudios que más tarde realizara el D r . Ernesto Odriozola, donde la
historia de las Neuro-bartonelosis presenta una etapa que evidencia relativo
progreso en el reconocimiento de los síntomas y síndromes neurológicos.
Entre los años 1881 y 1885, Daniel A . Carrión, observa enfermos de Verru-
ga internados en el Hospital Dos de Mayo. Toma nota cuidadosa de sus sínto-
mas, datos que le sirven para confeccionar su tesis de bachiller. Nueve his-
torias clínicas, cuidadosamente bien llevadas, y otras más seguramente, que
la muerte prematura del héroe, dej ó inconclusas, forman la base del gran edi-
ficio que pensaba construir. Entre los numerosos síntomas consignados, están
las ostalgias, artralgias, raquialgia, los "dolores contusivos en casi todo el cuer-
po", que son el f e n ó m e n o esencial y el signo más característico de la enfer-
medad. Indica las miosalgias, "rigidez de ciertos músculos", con produc-
ción de tortícolís, opistótonos y contracturas más o menos permanentes de
los miembros, tanto superiores, como inferiores. T a m b i é n señala la cefa-
lalgia, síntoma que para él es constante, los zumbidos de oídos, el aturdi-
miento, deslumbramiento, insomnio, dilatación pupilar, calambres y otras
alteraciones de sede nerviosa. L a sexta historia clínica, es quizá la m á s
ilustrativa a nuestro punto de vista. Diagnostica el proceso como "Verruga
probable de las meninges" y describe el caso de un enfermo con cefalea, hi-
perestesia, estado comatoso y muerte. Carrión se pregunta con criterio cien-
tífico " ¿ P o r q u é no hemos de admitir que puedan desarrollarse en la sero-
sa cerebral los tumores verrucosos?".
L a misma auto - observación que realiza más tarde, su bella experiencia
in anima nobile, viene a indicarnos que el mal atacó los centros nerviosos.
E l día 19 de setiembre (1885), los dolores que se habían generalizado, llegaban
a impedirle todo movimiento. Su Cuaderno de notas, señala: cefalalgia
gravativa, dolor constrictivo en el tórax y paredes abdominales, dolores mo-
mentáneos que seguían el trayecto de ciertos nervios y músculos, tales como
e l bíceps y los de la región externa de antebrazos y piernas. Estos dolo-
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ción, hizo decir a Carrión: " . . .si lo que tengo es la fiebre de La Oroya,
aquella fiebre de que murió Orihuela, mejor es no pensar en esto... fume-
mos un cigarro...".
En 1890, el profesor Max González Olaechea, publicó un Caso de Ve-
rruga complicada. Se trataba de un muchacho procedente de Huaraz, con
síntomas de epilepsia. Los ataques en número de uno, o más, le acometían
cada dos o tres días y ponían en evidencia la síntomatología del gran mal.
£1 enfermo sufría además de tuberculosis pulmonar y síntomas mentales.
Practicada la autopsia, se encontró una induración algo más pequeña que una
nuez, colocada en la Insula de Reil, del lado izquierdo. A l hacer el comen-
tario del Caso, el citado profesor, dice: "La induración que se encontró en
la base del encéfalo, no obstante de tener el mismo aspecto que la masa en-
cefálica, era de suponer fuera de naturaleza verrucosa, y que ella fuese la
causa de los ataques de epilepsia que aquejaron al enfermo desde su ingreso
al hospital". La falta de estudio histológico, y la concomitancia de una
tuberculosis pulmonar dejan la duda en el espíritu, de que pudiera haber ha-
bido un ruberculoma en el cerebro
En 1890, Dámaso Antúnez relata "dolores comparados por los enfer-
mos a golpes de martillo o a torniquetes, cefalalgia, deslumbramientos y am-
bliopías pasajeras", señalando además, prurito marcado. Indica que todos
estos síntomas cesan tan luego se presenta la erupción y que desaparecen
tanto más velozmente, cuanto más franca es ésta. Estas formas dolorosas,
llamadas por. él "Formas reumatoideas", van acompañadas de sensación
de frío en los huesos, especialmente en tibias y fémures. Se añade con-
tracción dolorosa de algunos músculos, en particular dé los gemelos y de los
esterno - cleido - mastoideo5, con aparición momentánea de nudosidades en
el cuello y la corva. Más tarde, el. mismo autor se refiere al siguiente
caso: "Conozco una señora, cuya hija durante dos años después de su sali-
da de Caraz, sentía dolores reumáticos y se volvía anémica, cuando el día
menos pensado se presenta una herniosa verruga en la frente y otra en la
pierna, disminuyendo y cesando desde entonces sus dolores". Señala, ade-
más,; el clínico ancashino, la disposición simétrica que adoptan los dolores,
tomando siempre los temporales y el occipital. Como conclusión atribuye a
la anemia cerebral, la génesis de estos dolores "osteócopos", que vendrían a
ser los causantes del insomnio, tan común en estos enfermos. Crea este au-
tor, las formas crónicas y sub - crónicas en la Verruga.
En 1894, Santiago Daniel Parodi señala en su tesis un caso de Verru-
ga con manifestaciones encefálicas, vómitos, estrabismo interno doble, mio-
sis, estado comatoso, ligeras convulsiones parciales, delirio, etc. Todo este
cuadro correspondería a fenómenos irritativos de la corteza cerebral, pará-
LASTRES: LA MEDICINA E N I.A REPÚBLICA lamina XIJ,
L A H I S T O R I A DE L A VERRUGA Y A L B E R T O L . B A R T O N 315
ella patrimonio personal, menos blasón de ufanía, que pudo ser y que es.
No creyó su hallazgo portentoso, máxime para mirar por encima a los de-
más".
£1 Dr. Fortunato Qucsada, presidente de la Academia Nacional de Me-
dicina, homenajeó al sabio peruano: . .Alberto Barton ha sido el descu-
bridor. Nadie lo ha podido igualar hasta hoy en el Perú. Su monumento
lo talló él en persona y lo ha obsequiado a sus semejantes sin reportar otro
beneficio propio que un triunfo rotundo de peruanidad científica, en medio
de un discreto himno espiritual que es el mejor diálogo del bronce con el
g r a n i t o . . ( L a R. M. nov., 1950).
Así despidió Lima al eminente médico, que desde el comienzo del siglo
xx, había conquistado la Gloría y cuyo nombre figura, para honra del Pe-
rú, al lado del inmortal Carrión, en todos los libros de Patología mundiales.
CAPITULO X X X V
tamiento brutal» de cepo y grillos, en que metían a los infelices locos, por
creerlos víctimas de la posesión demoníaca. En un opúsculo de Brandin,
al lado de la -erudición fatigosa y el poco manejo del idioma" español, se
pueden obtener datos sobre frecuencia, síntomas, forma de curación e
ideas patogénicas de la época de Pinel y Esquirol, cuando recién comen-
zaba por Europa, el tratamiento humano de los locos.
La Cirugía, en el primer tercio del siglo, cobra nuevos alientos, gracias
a los cirujanos extranjeros y nacionales preparados en la vieja Europa. La ope-
ración cesárea, ordenada por decreto real, la practicaban no sólo los ciru-
janos, sino los curas, siguiendo una técnica reglada por el Colegio de Ciru-
gía de San Carlos de España.
E l Dr. Pedro Dunglas, de origen francés, tuvo larga estada entre noso-
tros, obteniendo éxitos operatorios, entre otros, el haber practicado por pri-
mera vez la talla vesical. E l Dr. Dunglas, "cuyos esfuerzos y luces han da-
do tanto impulso a la Cirugía del país, practicaba con destreza operaciones
delicadas como la talla con serenidad y tino admirables..." ( E l Progreso,
Lima, 1849). Fué una operación de litotomía. "...una admirable opera-
ción de extraerle a pedazos, una piedra de doce líneas de diámetro y poco
más de longitud, que tiempo ha la tenía postrada sin conseguir el más leve
a l i v i o . . . " ( E l Comercio, 3 agosto, 1847). Desgraciadamente Dunglas te-
nía muy mal carácter y sostiene acres polémicas con M. Solari y C. Garviso,
oculista francés. En la prensa de la época, se recogen artículos bastante/
desconsiderados, de los partidarios de cada cirujano. Dunglas decía que en
1847, radicaba ya en Lima desde hacía 15 años, habiendo practicado la ta-
lla "vajino - vesical, según el método de Clermont". ( E l Com. 23 de oct.
1847).
Evaristo D'Ornellas fué un buen Cirujano, al que se debe la primera
?
operación de uretrotomía interna entre nosotros el año 1856 ( G . M., N 3)> en
el curso de una estrechez marcada de la uretra complicada con fístula uri-
naria.
E l mes de abril de 1847, es la fecha que he identificado, como de intro-
ducción oficial entre nosotros de la anestesia por éter. Julián Sandoval,
Cirujano Militar, es quien primero la practica, valiéndose de una botella,
y un insuflador improvisado. Rápidamente se propaga en nuestros hos-
pitales y entre los cirujanos militares la bondad de este método de aneste-
sia que luego sería reemplazada por el cloroformo, el gas risueño y mucho
después, por la anestesia local. En los combates de La Palma en 1854, en
el Callao, el Dos de Mayo, en Arequipa y en todas las batallas posteriores
a 1847, se usó la anestesia, disminuyendo los ayes lastimeros de los heridos
en los campos de batalla. Posteriormente, el método antiséptico de Lister