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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Defensa


Universidad Nacional Experimental de
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana
Núcleo Guárico- Sede Tucupido
Ingeniería Civil - Sección D5-2

MECÁNICA
DE SUELOS

Profesor: Integrantes:
Tomas Camacho Pérez, Gregori C.I: 21.314.366
Correa, Yulianny C.I: 21.314.331
Sarmiento, Yusleidy C.I: 20.956.608
Torrealba, Carlos C.I: 20.631.214
Salcedo, Cándida C.I: 20.528.274
UNIDAD 8: ESTADO DE EQUILIBRIO PLÁSTICO Y EMPUJE DE TIERRA.
1.- Estado de equilibrio plástico en los suelos.
Los Estados plásticos de equilibrio o de equilibrio plástico, son las
condiciones en las cuales una masa de suelo que se encuentra detrás de un elemento
de retención se encuentra en un estado falla incipiente.

2.- Estados de equilibrio plástico de Rankine.


Rankine investigo los estados de tensión correspondientes a aquellos que se
producen simultáneamente en todos los puntos de una masa semiinfinita de suelo
sujeta solo a su propio peso, denominándolos estados de equilibrio plástico de
Rankine.

Los estados de equilibrio plástico de Rankine están representados por la fig. 1.


Donde AB representa la superficie horizontal de una masa semiinfinita de arena sin
cohesión de peso unitario γ , y E representa un prisma de base unitaria y de altura z.
Como el prisma es simétrico respecto a cualquier plano vertical, la presión normal en
la base y la presión normal en las caras verticales son tensiones principales.
3.- Hipótesis y Limitaciones.
Rankine en el año 1857, casi un siglo después de las aportaciones realizadas
por Coulomb, estudió de forma más racional el fenómeno de rotura del terreno que se
crea tanto en el trasdós de un muro como bajo sus cimientos. En su estudio, definió
los estados de equilibrio plástico, que corresponden a la condición de estados de
tensiones de los cuales todos los puntos de una masa semiinfinita de suelo están al
borde de la falla. Los estados tensionales definidos por Rankine corresponden a
aquellos producidos por relajación o compresión de una masa de arena seca, que
además presenta una superficie horizontal, y corresponde a un caso particularmente
sencillo de la teoría del campo de tensiones para suelos no cohesivos La aplicación de
la teoría de Rankine al cálculo de empuje de tierras, requiere la definición de algunas
hipótesis que deben ser consideradas en el cálculo, las cuales son:

1. Suelo homogéneo e isotrópico.


2. Muro vertical y liso.
3. Superficie del material de relleno horizontal.
4. Material con una resistencia al esfuerzo cortante dada por la ecuación
Coulomb-Terzaghi.
5. El material se encuentra en un estado de equilibrio plástico: Estado de
equilibrio plástico activo para el caso activo y estado de equilibrio plástico
pasivo para el caso pasivo.

Considerando estas hipótesis, la teoría de Rankine presenta algunas limitaciones


que hacen que los empujes de tierras obtenidos sean solo una aproximación a las
condiciones reales que se desarrollan en terreno. En efecto, la teoría de Rankine parte
de la hipótesis que toda la masa de suelo se encuentra en estado de rotura, situación
que en la práctica no se da. Además, los estados de esfuerzos que se desarrollan
asociados a esta teoría, requieren que no haya esfuerzos cortantes en los planos
verticales, lo que significa esencialmente que no exista rozamiento entre suelo y
muro.
Esta última situación tampoco se da en la práctica, debido a que los muros
presentan rugosidad y pueden desarrollar esfuerzos cortantes en ellos. Esta última
condición es la más limitativa en la aplicación de la teoría de Rankine en la
determinación de los empujes de tierra. En condiciones reales, cuando un muro se
desplaza en el plano horizontal debido al empuje, el terreno del trasdós se relaja y
tiende a asentar, mientras que el terreno situado en el intradós se comprime y tiende a
ser levantado, creándose un rozamiento en las zonas de contacto con el muro, que
dependerá de la rugosidad que este presente.

4.- Estado activo.


Rankine investigo en 1857 las condiciones de esfuerzos en el suelo en sus
estados límites plásticos, a continuación se plantean los estados activo y pasivo.
El estado activo ocurre cuando existe una relajación en la masa de suelo que lo
permite moverse hacia fuera del espacio que limitaba la tensión del suelo (por
ejemplo un muro de tierra que se rompe); esto es que el suelo está fallando por
extenderse. Ésta es la presión mínima a la que el suelo puede ser sometido para que
no se rompa.

5.- Estado Pasivo.


Una masa de suelo entra en un estado de equilibrio plástico pasivo cuando el
material experimenta una compresión en dirección horizontal, aumentando el
esfuerzo horizontal y permaneciendo constante el esfuerzo vertical. El aumento en la
presión horizontal es tal que se plastifica la masa de suelo.

6.- Coeficiente de empuje.


Para facilitar los cálculos, especialmente cuando se estudian macizos no
homogéneos, o sobrecargados, es cómodo sustituir el cálculo directo por un cálculo
de la presión vertical en las proximidades de la pantalla, y relacionar el empuje
unitario con esta presión vertical mediante un coeficiente de empuje, designado por
(K), así como se muestra en la figura:
σ v es la presión vertical a la profundidad h, y p la presión unitaria sobre la pantalla a
esta profundidad. El coeficiente de empuje (K) es un coeficiente sin dimensión.

De este modo se definen coeficientes de empuje activo y pasivo (K A) y (KP).


Al considerarse los equilibrios de Rankine se logra obtener una definición física más
satisfactoria de tales coeficientes que la de un simple artificio de cálculo.

7.- Empuje de tierras según la teoría de Rankine.


Rankine en 1857, estudió los estados de tensiones que se pueden generar al
interior de una masa semiinfinita de arena cuando esta se relaja o se comprime en el
plano horizontal, con el propósito de definir las condiciones límites que puede
desarrollar el material al momento de alcanzar el estado de rotura. La condición de
rotura así definida por Rankine, implica que toda la masa de suelo se encuentra en
estado de plastificación o en estado de equilibrio plástico.

Una masa de suelo se encuentra en estado de equilibrio plástico si todos sus


puntos están al borde la falla. Asumiendo que para alcanzar la condición de
plastificación en una masa de arena se debe cumplir el criterio de rotura de

ϕ' ϕ'
[ 2
Mohr‐Coulomb σ 1=σ 2∗tg 45+ ( 2 ) (
+2 c ’∗tg 45+
2 )]
, en la siguiente figura se

representan los estados de tensiones que se desarrollan cuando se produce la falla por
compresión o relajación en el plano horizontal, considerando que la tensión vertical σ
′vo permanece constante en todo momento.

Los estados de tensiones alcanzados son denominados, estado activo, cuando


toda la masa de arena sufre un movimiento horizontal por relajación de sus partículas,
y estado pasivo, cuando toda la masa de arena sufre un movimiento horizontal por
compresión de sus partículas. Un movimiento adicional de relajación o compresión
no produce estados de tensiones superiores, debido a que se ha alcanzado la
condición de rotura de la masa de arena.

8.- Suelos granulares.


La siguiente ecuación relaciona los esfuerzos principales con los parámetros
de resistencia al corte de un suelo:

1 = 3 N + 2 C (N)1 / 2 (1)
N = tan2 (45 + /2) (2)

Donde 1 es el esfuerzo principal mayor, 3 es el esfuerzo principal menor, C


es la cohesión del material y  es el ángulo de fricción interna del material. Mediante
la ecuación 1 se calculará la distribución del empuje de tierra contra una estructura de
contención utilizando la teoría de Rankine. Esta ecuación se aplicará tanto en suelos
granulares como en suelos cohesivos.

Empuje Activo: De las hipótesis 2 y 3 de Rankine, en el caso activo, implica


que el esfuerzo principal menor actúa en dirección horizontal; y el esfuerzo principal
mayor en el eje vertical, con lo que de la ecuación 1 se obtiene:
z = h N (3)

Despejando h de la ecuación anterior, se obtiene:

h = Ka z (4)
Ka = 1 / N (5)
Ka = coeficiente activo del empuje de tierras

Empuje Pasivo: De las hipótesis 2 y 3, en el caso pasivo, implica que el


esfuerzo principal mayor actúa en dirección horizontal; y el esfuerzo principal menor
en el eje vertical, con lo que de la ecuación 1 se obtiene:

h = z N (6)
h = Kp z (7)
Kp = N (8)
Kp = coeficiente pasivo del empuje de tierras
9.- Suelos cohesivos.
Empuje Activo: Con un procedimiento similar al empleado al caso activo en
suelo granular se obtiene:

h = Ka z – 2 C / (N)1 / 2 (9)

Para un suelo seco se obtiene:

h = Ka m z – 2 C / (N)1 / 2 (10)

De la ecuación 10 se obtiene que a una profundidad:


z0 = 2 C (N)1 / 2 / m (12)

la presión horizontal de tierra es nula.

De acuerdo con la teoría de Rankine para profundidades menores a z0 se tiene


tensión entre muro y suelo, lo que en la realidad no se da, debido a que el suelo no
soporta esfuerzos de tensión, por lo que para profundidades menores a z 0 se considera
la presión horizontal de tierra nula. Según Rankine, si el muro tiene una altura de:
H = Hc = 2 z0 = 4 C (N)1 / 2 / m (13)
el empuje total es cero y no se requiere muro de contención por lo que el material es
estable. Multiplicando la ecuación anterior por un factor de reducción de 2/3 se
obtiene la altura máxima recomendada a la que se efectúe un corte o talud vertical sin
el empleo de una estructura de retención, donde se obtiene:
Hr = (8/3) C (N)1 / 2 / m (14)
Siendo Hr la altura recomendada máxima a la que se efectúe una excavación o
un corte vertical sin el empleo de una estructura de retención de tierra. Se puede
demostrar que cuando se tiene una sobrecarga de magnitud q por unidad de área,
actuando en la superficie del relleno activo, la profundidad, z 0, de las grietas de
tensión vale:
z0 = [2 C (N)1 / 2 – q] / m (15)

En un muro de contención con agua en condición hidrostática, la profundidad,


z0, de las grietas de tensión vale:
z0 = [2 C (N)1 / 2 – q] / ’m (16)

’m es el peso unitario del material sumergido


Empuje Pasivo: De las hipótesis 2 y 3 anteriores, en el caso pasivo, implica
que el esfuerzo principal menor actúa en dirección vertical; y el esfuerzo principal
mayor en el eje horizontal, con lo que de la ecuación 1 se obtiene:
h = z N + 2 C (N)1 / 2 (17)
Para un suelo seco se obtiene:

h = Kp m z + 2 C (N)1 / 2

10.- Empuje de tierras según la teoría de Coulomb.


Coulomb publicó en 1776 su teoría racional para calcular empujes en soportes
de retención. Coulomb observó que si se retiraba el soporte de un suelo friccionante,
en el relleno se formaba una cuña de falla delimitada por la superficie del suelo, el
límite con el soporte y una superficie curva de falla desarrollada en el relleno y que
para fines prácticos consideró plana, como se muestra en la figura en donde W es el
peso propio de la cuña crítica, F es la resultante de la reacción del suelo, E es la
resultante de la reacción del soporte (es igual al empuje sobre el muro), α es el ángulo
de la inclinación del respaldo soporte con la vertical, β es el ángulo de inclinación de
la superficie del relleno con la horizontal, ϕ es el ángulo de fricción interna y δ es el
ángulo de fricción suelo - soporte.

El ángulo δ de fricción suelo – soporte, está en función de la textura del


soporte (de muy lisa a muy rugosa) con lo que teóricamente puede variar de 0 a φ,
recomendando Terzaghi tomar valores entre:
La solución matemática a la teoría de Coulomb para un suelo friccionante está
dada con la siguiente formula:
En el caso en que el paramento del soporte sea vertical (α=0), el relleno sea
horizontal (β=0) y la fricción suelo – soporte no exista (δ=0); las teorías de Coulomb
y Rankine para estado activo, coinciden:

En suelos cohesivos – friccionantes hay que considerar en la cuña de falla, la


zona de tensión que se presenta por la cohesión del suelo, así como dos vectores
adicionales: el C que representa la resultante de la cohesión en la superficie de falla y
el C´ que representa la adherencia suelo – soporte.

De estos dos vectores se puede conocer su magnitud, dirección y sentido,


según datos de cohesión y adherencia unitaria, multiplicado por la superficie de
contacto suelo – suelo y suelo – soporte, no incluyendo la correspondiente a la zona
de tensión.

El empuje del suelo sobre el soporte se puede determinar conociendo la cuña


crítica y resolviéndolo a través de sumar el polígono de vectores, debido a que
conocemos las magnitudes, direcciones y sentidos de los vectores W, C y C´, y las
magnitudes y direcciones de los vectores F y E.
11.- Teoría de Coulomb.
Coulomb en 1776 publicó su teoría para el cálculo de empujes de tierras sobre
estructuras de contención, que como comentan Jiménez Salas et al (1981), es muy
anterior a las teorías planteadas por Rankine para el mismo propósito. El método
propuesto por Coulomb se basa en la aplicación de las teorías de equilibrio límite, en
la que se considera que el suelo ha alcanzado la rotura en una superficie potencial de
deslizamiento debido a que su resistencia friccional ha sido movilizada
completamente.

Los métodos de cálculo basados en las teorías de equilibrio límite, han sido de
amplia difusión para la resolución de problemas geotécnicos, y en la actualidad
siguen siendo muy utilizados para el dimensionamiento de cimentaciones, muros de
contención de tierras, taludes, entre otros. Además, modelos de cálculo basados en
elementos finitos incorporan estas teorías para la resolución de ciertos problemas
geotécnicos.

La teoría de Coulomb se basa en suponer que, al moverse la estructura de


contención bajo la acción del empuje del relleno ubicado en su trasdós, se produce el
deslizamiento de una cuña de dicho terreno que se encuentra limitada por su trasdós,
la línea correspondiente al plano de deslizamiento que pasa por el pie del muro y la
superficie del relleno.

La teoría de Rankine presenta algunas limitaciones que condicionan su


aplicación al dimensionamiento de estructuras de contención de tierras, en especial a
lo relativo con la rugosidad que crea en su trasdós. El no considerar esta condición de
contorno, lleva a una determinación bastante conservadora del empuje de tierras,
debido a que la rugosidad tiende a reducir la presión de tierras activa, por lo que los
resultados obtenidos a partir de la aplicación de la teoría de Rankine están del lado de
la seguridad.
La teoría de Coulomb, en cambio, puede adaptarse para cualquier condición
de contorno, esto es, considerar la rugosidad que se crea en el trasdós de una
estructura de contención y, adoptar cualquier ángulo de inclinación de la superficie
del relleno y del trasdós de la estructura. Por otro lado, adopta una simplificación en
la forma de la superficie de deslizamiento del relleno del trasdós cuando se desarrolla
la condición activa o pasiva, asumiendo que dicha superficie es plana. Según
Terzaghi (1996), el error en la determinación de la presión de tierras obtenido a partir
de la teoría de Coulomb es comúnmente pequeño comparado con el asociado al uso
de la teoría de Rankine.

Para aplicar la teoría de Coulomb al dimensionamiento de una estructura de


contención de tierras, al igual que la teoría de Rankine, se deben considerar las
siguientes hipótesis (Bowles, 1996):

1. El suelo es isótropo y homogéneo, y tiene fricción y cohesión.


2. La superficie de deslizamiento es plana al igual que la superficie del relleno.
3. La resistencia a la fricción es distribuida uniformemente a lo largo de la
superficie de deslizamiento y el coeficiente de fricción suelo‐suelo es f = tgφ ′.
4. La cuña de falla que se desarrolla en el trasdós de la estructura es un cuerpo
rígido que experimenta traslación.
5. Existe fricción en la estructura de contención, debido al movimiento de la
cuña de falla respecto a la cara de su trasdós. Esta fricción se identifica
mediante un ángulo denominado frecuentemente δ.
6. La falla es un problema de deformación plana.

Tanto la teoría de Rankine como la de Coulomb parten de considerar que el muro


puede moverse libremente en el plano horizontal, desde la posición ab a la posición
a1b1 o a la posición a1b2, para el desarrollo de las condiciones activa y pasiva
respectivamente, y que el agua presente en los vacíos no ejerce una importante
presión de filtración.

12.- Cuña de falla.


Para muchos problemas prácticos, es conveniente suponer una serie de
superficies planas de falla para construir los polígonos de fuerzas correspondientes y
para determinar gráficamente el valor de empuje de tierras. El método de la cuña es
un procedimiento sencillo para unir todos los polígonos de fuerzas en un solo
diagrama. Por medio de este procedimiento puede determinarse la presión activa y
pasiva de tierras para una variedad de condiciones, incluyendo superficies de terrero
irregulares. También puede tomarse en cuenta el que el relleno este sumergido parcial
o totalmente en el agua.

El método de la cuña se realiza con la teoría de Coulomb. Se le puede agregar


la presión del agua U cuando el problema lo requiera:
Se tantea el método de la cuña para diferentes ángulos de falla. Se elabora un
diagrama de fuerzas de los diferentes tanteos y se maximiza el empuje por medio de
una recta tangente a la curva obtenida

13.- Método del círculo.


Los doctores Gilboy y A. Casagrande, desarrollaron un método para el
análisis de la estabilidad de taludes en fallas de rotación de suelos homogeneos con
cohesión y fricción, conocido como método del Círculo de fricción o Círculo φ, este
método consiste en determinar el estado de equilibrio de un polígono de fuerzas en
donde los vectores representan: el peso propio de la masa de suelo contenida en el
circulo de falla, la reacción del suelo considerando la fricción y la cohesión del suelo.

El vector W, corresponde al peso de la masa de suelo delimitada por la


superficie, el talud y el plano de falla circular. Este peso se calcula determinando el
área de influencia y multiplicándola por el peso especifico del suelo.

La línea de acción del vector W es vertical por los efectos de la gravedad.

El vector C, corresponde a la fuerza cohesiva y es la cohesión necesaria Cn


para lograr el equilibrio estático, multiplicada por la cuerda L´ de la circunferencia.
La línea de acción del vector C, es paralela a la cuerda L´ y su distancia al
origen del círculo (brazo de momento), es:

El vector F, corresponde a la fuerza de fricción (suelo – suelo) necesaria para


lograr el equilibrio estático.

La línea de acción del vector F pasa por el punto de intersección de las líneas
de acción de W y de C, forma un ángulo φ con respecto a la normal del arco y es
tangente al círculo de fricción.

Resolviendo el polígono de fuerzas, se puede determinar la magnitud de C,


con lo que se puede determinar el valor de la cohesión necesaria Cn para lograr el
equilibrio estático y compararla con la cohesión real del suelo c, para poder conocer
el factor de seguridad de la superficie de falla propuesta, en función de la cohesión:

De la misma forma puede aplicarse a la fricción si el valor propuesto del


ángulo de fricción interna es menor que el real:

14.- Métodos gráficos.


Culman (1875) desarrolló uno de los primeros métodos mediante el empleo de
gráficos para determinar el empuje activo de un suelo no cohesivo que actúa sobre
una estructura de contención. Este método se basa en la presión que ejerce una cuña
de suelo en el trasdós de un muro, localizada arbitrariamente sobre una superficie
plana de deslizamiento.
El método de Culman es principalmente usado si el muro tiene un trasdós
quebrado o inclinado, y si el relleno tiene una superficie irregular o lleva una
sobrecarga. También es posible considerar que el relleno esté parcialmente
sumergido.

15.- Efectos de sobrecarga.


El efecto de una sobrecarga uniformemente distribuida en un relleno
horizontal, puede considerarse incrementando uniformemente la presión actuante
contra el elemento de retención tomando en cuenta el efecto del coeficiente de estado
activo.
16.- Efectos del agua.
Las trayectorias del flujo de agua a través de los suelos reales y las
correspondientes presiones de poro son extremadamente complejas, debido a la
manera errática en la que es probable que varíe de un punto a otro y en diferentes
direcciones la permeabilidad.

Para el estudio del flujo de agua se considera que la permeabilidad del suelo
es la misma en todos los puntos y que es igual en todas las direcciones.

La trayectoria que describe una partícula de agua a través de la masa de suelo


se le conoce como líneas de flujo y, estas con producida por la carga hidráulica. Al
moverse la partícula de agua produce una presión de filtración en la estructura del
suelo.

A la línea que une los puntos de igual nivel piezométrico se le conoce como
línea equipotencial. Si la permeabilidad es constante y la misma en todas las
direcciones, se puede demostrar que las líneas equipotenciales deben ser
perpendiculares a las líneas de flujo. Esta conclusión permite resolver problemas en
los que interviene el movimiento a través de medios porosos, utilizando un
procedimiento grafico, en el que las líneas de flujo y las líneas equipotenciales se
dibujan por aproximaciones sucesivas, hasta que satisfacen las relaciones geométricas
necesarias. Al diagrama resultante se le conoce como red de flujo:
17.- Muros de sostenimiento.
Los muros de sostenimiento se emplean con el objeto de proporcionar soporte
lateral a las masas de suelo, que en este caso suelen recibir el nombre de rellenos o
terraplenes.

En la figura siguiente vemos un muro de gravedad, el cual contrapone su peso


propio para contrarrestar el empuje horizontal producido por la presión lateral del
suelo:

La falla de un muro de sostenimiento puede ocurrir por vuelco o por


deslizamiento a lo largo de su base, paralelamente a su posición original. Ambos tipos
de falla están acompañados por un movimiento descendente de la porción de suelo en
forma de cuña ubicada en la parte posterior del muro, denominada cuña de
deslizamiento.
Bibliografía:

Terzagui, Karl (1986) Mecánica de los Suelos. 2da Edición. Editorial El Ateneo.
Caracas. Venezuela.

González Caballero, Matilde (2001) El Terreno: Mecánica de Suelos. (Libro en


Línea). Ediciones UPC. España. Disponible: http://es.scribd.com/doc/52377637/El-
Terreno-Mecanica-de-Suelos-Matilde-Gonzalez-UPC. (Consultado 28/06/12).

Medrano Castillo, Rodolfo Crescenciano (2008) Mecánica de Suelos II. (Libro en


Linea. Instituto Tecnológico de Tehuacán. Tehuacán. México.
Disponible: http://es.scribd.com/doc/66779257/LIBRO-MECANICA-DE-SUELOS-
II-RODOLFO-C-MEDRANO-CASTILLO. (Consultado 29/06/12).

Jara Mori, Gonzalo Andrés (2008) Estudio De La Aplicabilidad De Materiales


Compuestos Al Diseño De Estructuras De Contención De Tierras Y Su Interacción
Con El Terreno, Para Su Empleo En Obras De Infraestructura Viaria (Versión
Completa en Línea). Tesis Doctoral, Universidad Politécnica De Madrid.
Disponible: http://oa.upm.es/1169/1/GONZALO_ANDRES_JARA_MORI.pdf.
(Consultado 29/06/12)

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