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Carl Sagan
Información personal
Nombre en inglés Carl Edward Sagan Ver y modificar los datos en Wikidata
(62 años)
Nacionalidad Estadounidense
Religión Agnóstico
Familia
Educación
Información profesional
Área Astrofísica, astronomía, exobiología, cosmología, literatura, divulgación científica
Cosmos
Placa de la Pioneer
Contacto
Alumnos James B. Pollack, Neil deGrasse Tyson y Chris topper Ver y modificar los datos
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Obras notables
Cosmos
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Carl Edward Sagan (Nueva York, 9 de noviembre de 1934 - Seattle, 20 de diciembre de 1996)
fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico
estadounidense. Inicialmente fue profesor asociado de la Universidad de Harvard y
posteriormente profesor principal de la Universidad de Cornell. En esta última, fue el primer
científico en ocupar la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio, creada en
1976, y además director del Laboratorio de Estudios Planetarios.
Fue un defensor del pensamiento escéptico científico y del método científico, pionero de la
exobiología, promotor de la búsqueda de inteligencia extraterrestre a través del proyecto SETI.
Impulsó el envío de mensajes a bordo de sondas espaciales, destinados a informar a posibles
civilizaciones extraterrestres acerca de la cultura humana. Mediante sus observaciones de la
atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala
planetaria.
Carl Sagan ganó gran popularidad gracias a la galardonada serie documental de TV Cosmos: Un
viaje personal, producida en 1980, de la que fue narrador y coautor. También publicó
numerosos artículos científicos,1 y fue autor, coautor o editor de más de una veintena de
libros de divulgación científica, siendo los más populares sus libros Cosmos, publicados como
complemento de la serie, y Contacto, en el que se basa la película homónima de 1997. En 1978
ganó el Premio Pulitzer de Literatura General de No Ficción por su libro Los dragones del Edén.
A lo largo de su vida, Sagan recibió numerosos premios y condecoraciones por su labor como
comunicador de la ciencia y la cultura. Hoy es considerado uno de los divulgadores de la
ciencia más carismáticos e influyentes, gracias a su capacidad de transmitir las ideas científicas
y los aspectos culturales al público no especializado con sencillez no exenta de rigor.
Índice
1 Infancia y adolescencia
1.1 La Exposición Universal de 1939
3 Logros científicos
4 Activismo
4.1 Pacifista
6 El caso Apple
7 Enfermedad y fallecimiento
8 Reconocimientos y premios
9 Obra divulgativa
11 Véase también
12 Referencias
13 Bibliografía
14 Enlaces externos
Infancia y adolescencia
Nació en Brooklyn, Nueva York,2 en una familia de judíos ucranianos. Su padre, Sam Sagan, era
un obrero de la industria textil nacido en Kamianets-Podilsky, Ucrania,3 y su madre, Rachel
Molly Gruber, era ama de casa. Carl recibió su nombre en honor de la madre biológica de
Rachel, Chaiya Clara, en palabras de Sagan "la madre que ella nunca conoció". Tenía una
hermana llamada Carol.
Según el biógrafo Keay Davidson, la guerra interior de Sagan era resultado de la estrecha
relación que mantenía con sus padres, quienes eran opuestos en muchos sentidos. Sagan
atribuía sus posteriores impulsos analíticos a su madre, una mujer que conoció la pobreza
extrema siendo niña, y que había crecido casi sin hogar en la ciudad de Nueva York, durante la
I Guerra Mundial y la década de 1920.4 Tenía las ambiciones propias de una mujer joven, pero
bloqueadas por las restricciones sociales, por su pobreza, por ser mujer y esposa, y por ser
judía. Davidson señala que ella, por tanto, adoraba a su hijo; él haría realidad sus sueños no
cumplidos.4
Sin embargo, su capacidad para sorprenderse venía de su padre, que era un tranquilo y
bondadoso fugitivo del Zar. En su tiempo libre, regalaba manzanas a los pobres o ayudaba a
suavizar las tensiones entre patronos y obreros en la tumultuosa industria textil de Nueva
York.4 Aunque intimidado por la brillantez de Carl, por sus infantiles parloteos sobre estrellas y
dinosaurios, se tomó con calma la curiosidad de su hijo, como parte de su educación.4 Años
más tarde, como escritor y científico, Carl recurriría a sus recuerdos de la infancia para ilustrar
ideas científicas, como hizo en su libro El mundo y sus demonios.4 Sagan describe así la
influencia de sus padres en su pensamiento posterior:
Mis padres no eran científicos. No sabían casi nada de ciencia. Pero al iniciarme
simultáneamente al escepticismo y a hacerme preguntas, me enseñaron los dos modos de
pensamiento que conviven precariamente y que son fundamentales para el método
científico.5
Sagan recordaba que vivió una de sus mejores experiencias cuando, con cuatro o cinco años de
edad, sus padres lo llevaron a la Exposición Universal de Nueva York de 1939, lo cual fue un
punto de inflexión en su vida. Tiempo después recordaba el mapa móvil de la América del
Mañana:
Se veían hermosas autopistas y cruces a nivel y pequeños coches General Motors que llevaban
gente a los rascacielos, edificios con bonitos pináculos, arbotantes... ¡y todo tenía una pinta
genial!4
En otras exhibiciones, recordaba cómo una lámpara que iluminaba una célula fotoeléctrica
creaba un sonido crujiente, y cómo el sonido de un diapasón se convertía en una onda en un
osciloscopio. También fue testigo de la tecnología del futuro que reemplazaría a la radio: la
televisión. Sagan escribió:
Sencillamente, el mundo contenía maravillas que yo nunca había imaginado. ¿Cómo podía
convertirse un tono en una imagen, y una luz convertirse en ruido?4
También pudo ver uno de los eventos más publicitados de la Exposición: el entierro de una
cápsula del tiempo en Flushing Meadows, que contenía recuerdos de la década de 1930 para
ser recuperados por las generaciones venideras de un futuro milenio. "La cápsula del tiempo
emocionó a Carl", escribe Davidson. De adulto, Sagan y sus colegas crearon cápsulas del
tiempo similares, pero para enviarlas a la galaxia: la placa de la Pioneer y el disco de oro de las
Voyager fueron producto de los recuerdos de Sagan sobre la Exposición Universal.4
La II Guerra Mundial
Durante la II Guerra Mundial, la familia de Sagan estuvo preocupada por el destino de sus
parientes europeos. Sagan, sin embargo y por lo general, no fue consciente de los detalles
sobre el curso de la guerra. Escribió: "Cierto es que tuvimos parientes que quedaron atrapados
en el Holocausto. Hitler no era un sujeto popular en nuestra casa... Pero, por otro lado, yo
estuve bastante aislado de los horrores de la guerra". Su hermana, Carol, dijo que su madre
por encima de todo quería proteger a Carl... Ella lo estaba pasando extraordinariamente mal
con la II Guerra Mundial y el Holocausto.4 En su libro El mundo y sus demonios (1996), Sagan
incluye sus recuerdos sobre aquel período conflictivo, cuando su familia se enfrentó a la
realidad de la guerra en Europa, pero trató de evitar que esta socavara su espíritu optimista.5
Poco después de ingresar en la escuela elemental, Sagan comenzó a expresar una fuerte
curiosidad por la naturaleza. Sagan recordaba sus primeras visitas en solitario a la biblioteca
pública, a la edad de cinco años, cuando su madre le regaló un carné de lector. Quería saber
qué eran las estrellas, ya que ninguno de sus amigos ni sus padres sabían darle una respuesta
clara:
Fui al bibliotecario y pedí un libro sobre las estrellas... Y la respuesta fue sensacional. Resultó
que el Sol era una estrella pero que estaba muy cerca. Las estrellas eran soles, pero tan lejanos
que solo parecían puntitos de luz... De repente, la escala del universo se abrió para mí. Fue una
especie de experiencia religiosa. Había algo magnífico en ello, una grandiosidad, una escala
que jamás me ha abandonado. Que nunca me abandonará.4
Por la época en que tenía seis o siete años, Sagan y un amigo fueron al Museo Americano de
Historia Natural de la ciudad de Nueva York. Allí estuvieron en el Planetario Hayden y pasearon
por las exhibiciones de objetos espaciales del museo, como los meteoritos, y las muestras de
dinosaurios y animales en entornos naturales. Sagan escribió sobre esas visitas:
Los padres de Sagan ayudaron a alimentar el creciente interés de este por la ciencia
comprándole juegos de química y materiales de lectura.6 Su interés por el espacio era, sin
embargo, su principal foco, especialmente después de leer las historias de ciencia-ficción de
escritores como Edgar Rice Burroughs, quienes estimulaban su imaginación acerca de cómo
sería la vida en otros planetas, como Marte. Según el biógrafo Ray Spangenburg, estos
primeros años en los que Sagan trataba de comprender los misterios de los planetas, se
convirtieron en una fuerza motora en su vida, una chispa continua para su intelecto, y una
búsqueda que jamás sería olvidada.5
Carl Sagan se graduó en la Rahway High School de Rahway, Nueva Jersey, en 1951.4 Se
matriculó en la Universidad de Chicago, donde participó en la Ryerson Astronomical Society.7
En esta universidad se graduó 1954 en Artes con honores especiales y generales, en 1955 se
graduó en Ciencias y en 1956 obtuvo un máster en Física, para luego doctorarse en Astronomía
y Astrofísica en 1960.8 Durante su etapa de pregrado, Sagan trabajó en el laboratorio del
genetista Hermann Joseph Muller. De 1960 a 1962, Sagan disfrutó de una Beca Miller para la
Universidad de California, Berkeley. De 1962 a 1968, trabajó en el Smithsonian Astrophysical
Observatory en Cambridge, Massachusetts.
Sagan impartió clases e investigó en la Universidad de Harvard hasta 1968, año en que se
incorporó a la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, donde impartió un curso de
pensamiento crítico hasta su muerte en 1996. En 1971, fue nombrado profesor titular y
director del Laboratorio de Estudios Planetarios. De 1972 a 1981, Sagan fue director Asociado
del Centro de Radiofísica e Investigación Espacial de Cornell. Desde 1976 hasta su muerte, fue
el primer titular de la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio. En Londres,
impartió la edición de 1977 de las Royal Institution Christmas Lectures.9
Sagan estuvo vinculado al programa espacial estadounidense desde los inicios de este. Desde
la década de 1950, trabajó como asesor de la NASA, donde uno de sus cometidos fue dar las
instrucciones del Programa Apolo a los astronautas participantes antes de partir hacia la Luna.
Sagan participó en muchas de las misiones que enviaron naves espaciales robóticas a explorar
el sistema solar, preparando experimentos para varias expediciones. Concibió la idea de añadir
un mensaje universal y perdurable a las naves destinadas a abandonar el sistema solar que
pudiese ser potencialmente comprensible por cualquier inteligencia extraterrestre que lo
encontrase. Sagan preparó el primer mensaje físico enviado al espacio exterior: una placa
anodizada, unida a la sonda espacial Pioneer 10, lanzada en 1972. La Pioneer 11, que llevaba
otra copia de la placa, fue lanzada al año siguiente. Sagan continuó refinando sus diseños; el
mensaje más elaborado que ayudó a desarrollar y preparar fue el Disco de Oro de las Voyager,
que fue enviado con las sondas espaciales Voyager en 1977. Sagan se opuso frecuentemente a
la decisión de financiar el transbordador espacial y la estación espacial a expensas de futuras
misiones robóticas.10
De 1968 a 1979, Sagan fue editor de la Revista Icarus, publicación para profesionales sobre
investigación planetaria. Fue cofundador de la Sociedad Planetaria, el mayor grupo del mundo
dedicado a la investigación espacial, con más de cien mil miembros en más de 149 países, y fue
miembro del Consejo de Administración del Instituto SETI. Sagan ejerció también de
Presidente de la División de Ciencia Planetaria (DPS) de la Sociedad Astronómica Americana,
de Presidente de la Sección de Planetología de la American Geophysical Union y de Presidente
de la Sección de Astronomía de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
Logros científicos
Las contribuciones de Sagan fueron vitales para el descubrimiento de las altas temperaturas
superficiales del planeta Venus. A comienzos de la década de 1960 nadie sabía a ciencia cierta
cuáles eran las condiciones básicas de la superficie de dicho planeta, y Sagan enumeró las
posibilidades en un informe que posteriormente fue divulgado en un libro de Time-Life
titulado Planetas. En su opinión, Venus era un planeta seco y muy caliente, oponiéndose al
paraíso templado que otros imaginaban. Había investigado las emisiones de radio procedentes
de Venus y llegado a la conclusión de que la temperatura superficial de este debía de ser de
unos 380 °C. Como científico visitante del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA,
participó en las primeras misiones del Programa Mariner a Venus, trabajando en el diseño y
gestión del proyecto. En 1962, la sonda Mariner 2 confirmó sus conclusiones sobre las
condiciones superficiales del planeta.
Sagan fue de los primeros en plantear la hipótesis de que una de las lunas de Saturno, Titán,
podría albergar océanos de compuestos líquidos en su superficie, y que una de las lunas de
Júpiter, Europa, podría tener océanos de agua subterráneos. Esto haría que Europa fuese
potencialmente habitable por formas de vida.11 El océano subterráneo de agua de Europa fue
posteriormente confirmado de forma indirecta por la sonda espacial Galileo. El misterio de la
bruma rojiza de Titán también fue resuelto con la ayuda de Sagan, debiéndose a moléculas
orgánicas complejas en constante lluvia sobre la superficie de la luna saturniana.12
Sin embargo, Sagan es más conocido por sus investigaciones sobre la posibilidad de la vida
extraterrestre, incluyendo la demostración experimental de la producción de aminoácidos
mediante radiación y a partir de reacciones químicas básicas.13 Él y su colega de Cornell,
Edwin Ernest Salpeter, especularon sobre la posibilidad de la existencia de vida en las nubes de
Júpiter, dada la composición de la densa atmósfera del planeta, rica en moléculas orgánicas.
Activismo
Pacifista
Sagan creía que la ecuación de Drake, a falta de estimaciones más razonables, sugiere la
formación de un gran número de civilizaciones extraterrestres, pero la falta de evidencia de la
existencia de las mismas, resaltada por la paradoja de Fermi, indicaría la tendencia de las
civilizaciones tecnológicas hacia la autodestrucción. Esto dio pie a su interés en identificar y dar
a conocer las diversas maneras en que la humanidad podría destruirse a sí misma, con la
esperanza de poder evitar dicha catástrofe y, finalmente, posibilitar que los seres humanos se
conviertan en una especie capaz de viajar por el espacio. La profunda preocupación de Sagan
acerca de una potencial destrucción de la civilización humana en un holocausto nuclear quedó
plasmada en una memorable secuencia en el último episodio de la serie Cosmos, titulado
¿Quién habla en nombre de la Tierra?. Sagan acababa de dimitir de su puesto en el Consejo
Científico Asesor de las Fuerzas Aéreas estadounidenses y de rechazar voluntariamente su
autorización de acceso a asuntos ultra secretos en protesta por la Guerra de Vietnam.14 Tras
su matrimonio con la escritora y activista, Ann Druyan, en junio de 1981, Sagan incrementó su
actividad política, concretamente en su oposición a la carrera armamentística nuclear, durante
la presidencia de Ronald Reagan.
En el clímax de la Guerra Fría, Sagan dedicó parte de sus esfuerzos a concienciar a la opinión
pública sobre los efectos de una guerra nuclear cuando un modelo matemático del clima
sugirió que un intercambio nuclear de proporciones suficientes podría desestabilizar el
delicado equilibrio de la vida en la Tierra. Fue uno de los cinco autores (el autor "S") del
informe TTAPS, como fue conocido dicho artículo de investigación. Finalmente, fue coautor del
artículo científico que planteaba la hipótesis de un invierno nuclear global tras una guerra
nuclear.15 En su libro El mundo y sus demonios, Carl Sagan relató su participación en los
debates políticos sobre el invierno nuclear. También fue coautor del libro A Path Where No
Man Thought: Nuclear Winter and the End of the Arms Race ("Un camino que ningún humano
pensó: el invierno nuclear y el fin de la carrera armamentista"), un análisis exhaustivo del
fenómeno del invierno nuclear.
En marzo de 1983, Reagan dio a conocer la llamada Iniciativa de Defensa Estratégica, un
proyecto en el que se invirtieron miles de millones de dólares para desarrollar un completo
sistema de defensa contra ataques con misiles nucleares, que fue popularmente conocido
como Programa Guerra de las Galaxias. Sagan se opuso al proyecto, argumentando que era
técnicamente imposible desarrollar un sistema semejante con el nivel de perfección requerido,
y que sería mucho más caro elaborarlo que para un enemigo el eludirlo mediante señuelos u
otros medios, y que su construcción desestabilizaría seriamente la balanza nuclear entre los
Estados Unidos y la Unión Soviética, tornando imposible cualquier progreso hacia el desarme
nuclear.
Cuando el líder soviético Mijaíl Gorbachov declaró una moratoria unilateral sobre las pruebas
de armamento nuclear, que comenzaría el 6 de agosto de 1985, en el 40 aniversario de los
bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, el gobierno de Reagan desestimó la
dramática iniciativa tachándola de propaganda, y rechazó seguir el ejemplo soviético. En
respuesta, activistas anti-nucleares y pacifistas estadounidenses llevaron a cabo una serie de
protestas en el emplazamiento de pruebas de Nevada, que se iniciarían el domingo de Pascua
de 1986 y continuarían hasta 1987. Cientos de personas fueron arrestadas, incluyendo a
Sagan, quien fue detenido en dos ocasiones al tratar de saltar un cordón de seguridad.5
Sagan es uno de los que discuten la probabilidad de vida en otros planetas en Who's Out
There? (1973), un galardonado documental de la NASA de Robert Drew.
Defensor de la marihuana
Sagan fue consumidor y defensor del uso de la marihuana. Bajo el pseudónimo Mr. X, aportó
un ensayo sobre el cannabis fumado al libro de 1971, Marihuana Reconsidered.1617 El ensayo
explicaba que el uso de la marihuana había ayudado a inspirar parte de los trabajos de Sagan y
a mejorar sus experiencias sensoriales e intelectuales. Tras la muerte de Sagan, su amigo
Lester Grinspoon desveló esta información al biógrafo Keay Davidson. La publicación de la
biografía Carl Sagan: Una vida, en 1999, atrajo la atención de los medios hacia este aspecto de
la vida de Sagan.181920 Poco después de su muerte, su viuda, Ann Druyan, aceptó formar
parte de la junta asesora de la NORML, una fundación dedicada a la reforma de la legislación
sobre el cannabis.21
Matrimonios y descendencia
Sagan contrajo matrimonio tres veces: en 1957, con la bióloga Lynn Margulis, madre del
escritor Dorion Sagan y del programador y empresario informático Jeremy Sagan; en 1968, con
la artista y guionista Linda Salzman, madre del escritor y guionista Nick Sagan; y en 1981, con la
escritora y activista Ann Druyan, madre de la productora, guionista y directora Sasha Sagan y
de Sam Sagan; unión que duraría hasta la muerte del científico en 1996.
Ciencia y religión
El escritor Isaac Asimov describió a Sagan como una de las dos únicas personas que había
conocido cuyo intelecto superaba al suyo, siendo la otra el informático y experto en
inteligencia artificial, Marvin Minsky.22
Sagan escribía a menudo sobre la religión y sobre la relación entre esta y la ciencia,23
expresando su escepticismo sobre la convencional conceptualización de Dios como ser
sapiente:
Alguna gente piensa en Dios imaginándose un hombre anciano, de grandes dimensiones, con
una larga barba blanca, sentado en un trono en algún lugar ahí arriba en el cielo, llevando
afanosamente la cuenta de la muerte de cada gorrión. Otros —por ejemplo, Baruch Spinoza y
Albert Einstein— consideraban que Dios es básicamente la suma total de las leyes físicas que
describen al universo. No sé de ningún indicio de peso en favor de algún patriarca capaz de
controlar el destino humano desde algún lugar privilegiado oculto en el cielo, pero sería
estúpido negar la existencia de las leyes físicas.24
La idea de que Dios es un hombre blanco de grandes dimensiones y de larga barba blanca,
sentado en el cielo y que lleva la cuenta de la muerte de cada gorrión es ridícula. Pero si por
Dios uno entiende el conjunto de leyes físicas que gobiernan el universo, entonces está claro
que dicho Dios existe. Este Dios es emocionalmente insatisfactorio... no tiene mucho sentido
rezarle a la ley de la gravedad.25
En el libro El mundo y sus demonios (1995), Sagan ejemplifica la falacia del argumento especial
con ejemplos exclusivamente religiosos:
un argumento especial, a menudo para salvar una proposición en un problema retórico
profundo (p. ej.: ¿Cómo puede un Dios compasivo condenar al tormento a las generaciones
futuras porque, contra sus órdenes, una mujer indujo a un hombre a comerse una manzana?
Argumento especial: no entiendes la sutil doctrina del libre albedrío. O: ¿Cómo puede haber
un Padre, Hijo y Espíritu Santo igualmente divinos en la misma persona? Argumento especial:
no entiendes el misterio divino de la Santísima Trinidad. O: ¿Cómo podía permitir Dios que los
seguidores del judaísmo, cristianismo e islam —obligados cada uno a su modo a medidas
heroicas de amabilidad afectuosa y compasión— perpetraran tanta crueldad durante tanto
tiempo? Argumento especial: otra vez no entiendes el libre albedrío. Y, en todo caso, los
caminos de Dios son misteriosos);26
En 1996, en respuesta a una pregunta acerca de sus creencias religiosas, Sagan contestó: Soy
agnóstico.27 El punto de vista de Sagan sobre la religión ha sido interpretado como una forma
de panteísmo comparable a la creencia de Einstein en el Dios de Spinoza.28 Sagan sostenía
que la idea de un creador del universo era difícil de probar o refutar, y que el único
descubrimiento científico que podría desafiarla sería el de un universo infinitamente viejo.29
Según su última esposa, Ann Druyan, Sagan no era creyente:
Cuando mi esposo murió, debido a que era tan famoso y conocido por ser un no creyente,
muchas personas se me acercaban —todavía sucede a veces— a preguntarme si Carl cambió al
final y se convirtió en un creyente en la otra vida. También me preguntan con frecuencia si
creo que le volveré a ver. Carl se enfrentó a su muerte con infatigable valor y jamás buscó
refugio en ilusiones. Lo trágico fue saber que jamás nos volveríamos a ver. No espero volver a
reunirme con Carl.30
En 2006, Ann Druyan editó las Conferencias Gifford sobre Teología Natural, impartidas por
Sagan en Glasgow, en el año 1985, incluyéndolas en un libro llamado La diversidad de la
ciencia: una visión personal de la búsqueda de Dios, en el que el astrónomo expone su punto
de vista sobre la divinidad en el mundo natural.
Librepensador y escéptico
Carl Sagan (en el centro) charla con trabajadores de los CDC, en 1988.
Sagan también está considerado como librepensador y escéptico; una de sus frases más
famosas, de la serie Cosmos, es: Afirmaciones extraordinarias requieren evidencias
extraordinarias.31 Dicha frase está basada en otra casi idéntica de su colega fundador del
Comité para la Investigación Escéptica, Marcello Truzzi: Una afirmación extraordinaria requiere
una prueba extraordinaria.32 Esta idea tuvo su origen en Pierre-Simon Laplace (1749–1827),
matemático y astrónomo francés, quien dijo que el peso de la evidencia de una afirmación
extraordinaria debe ser proporcional a su rareza.
A lo largo de su vida, los libros de Sagan fueron desarrollados sobre su visión del mundo,
naturalista y escéptica. En El mundo y sus demonios, Sagan presentó herramientas para probar
argumentos y detectar falacias y fraudes, abogando esencialmente por el uso extensivo del
pensamiento crítico y del método científico. La recopilación Miles de millones, publicada en
1997 tras la muerte de Sagan, contiene ensayos, como su visión sobre el aborto, y el relato de
su viuda, Ann Druyan, sobre su muerte como escéptico, agnóstico y librepensador.
Sagan advirtió contra la tendencia humana hacia el antropocentrismo. Fue asesor de los
Alumnos de Cornell por el Trato Ético hacia los Animales. Hacia el final del capítulo Blues para
un planeta rojo, del libro Cosmos, Sagan escribió: «Si hay vida en Marte creo que no
deberíamos hacer nada con el planeta. Marte pertenecería entonces a los marcianos, aunque
los marcianos fuesen solo microbios».33
El fenómeno ovni
Sagan mostró interés en los informes sobre el fenómeno ovni al menos desde el 3 de agosto de
1952, cuando escribió una carta al Secretario de Estado estadounidense Dean Acheson
preguntándole cómo responderían los EE. UU. si los platillos volantes resultaran ser de origen
extraterrestre.34 Posteriormente, en 1964, mantuvo varias conversaciones sobre el asunto
con Jacques Vallée.35 A pesar de su escepticismo acerca de la obtención de cualquier
respuesta extraordinaria a la cuestión ovni, Sagan creía que los científicos debían estudiar el
fenómeno, aunque solo fuese por el gran interés que el asunto despertaba en el público.
Stuart Appelle comenta que Sagan «escribió frecuentemente sobre lo que él percibía como
falacias lógicas y empíricas acerca de los ovnis y las experiencias de abducción. Sagan
rechazaba la explicación extraterrestre del fenómeno pero tenía la sensación de que examinar
los informes ovni tendría beneficios empíricos y pedagógicos, y que el asunto sería, por tanto,
una materia de estudio legítima».36
En 1966, Sagan fue miembro del Comité Ad Hoc para la Revisión del Proyecto Libro Azul,
promovido por la Fuerza Aérea de los EE. UU. para investigar el fenómeno ovni.37 El comité
concluyó que el Libro Azul dejaba qué desear como estudio científico, y recomendó la
realización de un proyecto de corte universitario para someter el fenómeno a un escrutinio
más científico. El resultado fue la formación del Comité Condon (1966-1968), liderado por el
físico Edward Condon, y que, en su informe final, dictaminó formalmente que los ovnis, con
independencia de su origen y significado, no se comportaban de manera consistente para
representar una amenaza a la seguridad nacional.
Ron Westrum escribe: «El punto culminante del tratamiento que Sagan dio a la cuestión ovni
fue el simposio de la AAAS de 1969. Los participantes expusieron un amplio abanico de
opiniones formadas en el tema, incluyendo no solo a partidarios como James McDonald y J.
Allen Hynek sino también a escépticos como los astrónomos William Hartmann y Donald
Menzel. La lista de ponentes estaba equilibrada, y es mérito de Sagan el que dicho evento
tuviera lugar a pesar de la presión ejercida por Edward Condon».35 Junto al físico Thornton
Page, Sagan editó las conferencias y debates presentados en el simposio; estos se publicaron
en 1972 bajo el título UFOs: A Scientific Debate. En algunos de los numerosos libros de Sagan
se examina la cuestión ovni (al igual que en uno de los episodios de Cosmos) y se afirma la
existencia de un trasfondo religioso del fenómeno.
En 1980, Sagan volvió a revelar su punto de vista sobre los viajes interestelares en la serie
Cosmos. En una de sus últimas obras escritas, Sagan expuso que la probabilidad de que naves
espaciales extraterrestres visitasen la Tierra era muy pequeña. Sin embargo, Sagan creía que
era plausible que la preocupación causada por la Guerra Fría contribuyese a que los gobiernos
desorientasen a los ciudadanos acerca de los ovnis, y que «algunos de los análisis e informes
sobre ovnis, y quizá archivos voluminosos, hayan sido declarados inaccesibles al público que
paga los impuestos... Es hora de que esos archivos sean desclasificados y puestos a disposición
de todos». También previno acerca de sacar conclusiones sobre datos eliminados sobre los
ovnis e insistió en que no existían claras evidencias de que posibles alienígenas hubieran
visitado la Tierra ni en el pasado ni en el presente.38
Dilema de la desviación
En sus últimos años, Sagan abogó por la creación de una búsqueda organizada de objetos
cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) que pudieran impactar contra esta.39
Muchos expertos, entre otras soluciones, sugirieron la creación de grandes bombas nucleares,
para poder alterar la órbita de un NEO susceptible a impactar contra la Tierra. Para Sagan, esto
vendría a presentar un "dilema de la desviación": al existir la capacidad de alejar un asteroide
de la Tierra, también existe la capacidad de desviar un objeto no amenazante hacia esta,
creando así una auténtica arma de destrucción masiva.4041
Hipótesis errónea
Debido a los incendios petroleros de Kuwait iniciados en enero de 1991, Sagan y sus colegas de
"TTAPS" advirtieron que si el incendio se mantenía por varios meses, una cantidad suficiente
de humo procedente de estos podría alcanzar una altura tal que llegase a desmantelar la
actividad agrícola en el sur de Asia. Estas afirmaciones fueron el tema de un debate televisado
entre Carl Sagan y el físico Frederick Singer para el programa televisivo Nightline, en el cual
Sagan afirmó que los efectos del humo serían similares a los de un invierno nuclear.
Los incendios continuaron por varios meses antes de poder ser sofocados y no causaron
ningún enfriamiento de talla continental. Sagan posteriormente reconoció, en El mundo y sus
demonios, que dicha predicción no resultó ser correcta: estaba oscuro como boca de lobo a
mediodía y las temperaturas cayeron entre 4 y 6 °C en el Golfo Pérsico, pero no fue mucho el
humo que alcanzó altitudes estratosféricas y Asia se salvó.42 En 2007, un estudio aplicó
modelos computacionales modernos a los incendios petroleros de Kuwait, encontrando que
las columnas individuales de humo no son capaces de elevarse hasta la estratosfera, pero que
el humo procedente de fuegos que abarquen una gran superficie, como algunos incendios
forestales o los incendios de ciudades enteras producto de un ataque nuclear, sí que elevarían
cantidades significativas de humo a niveles estratosféricos.434445
2001: Una odisea del espacio
Sagan ejerció brevemente como asesor en la película 2001: Una odisea del espacio, dirigida
por Stanley Kubrick.4 Propuso que la película sugiriese, sin mostrarlo, la existencia de una
superinteligencia extraterrestre.46