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“Caballos de medianoche”

Presente relato narra la crónica de un papá con su hijita. No obstante, a pesar que
tendría que estar bastante niña para que su papá le dé un baño, el realizado es que
esa niña según se lee los diálogos, parece tener más edad, pues habla y refuta en
algunas ocasiones como una joven o más todavía. Además, se hace mención de un
vaso que hablado papá menciona en el relato, el cual no se cuenta su contenido, sin
embargo, que se puede aceptar que es whisky, debido a que menciona que tenía
dentro unos cubos de hielo. Primero estampa un beso en los labios del papá, y
después lo convence para reposar en la cama de él. El papá se levanta bastante
sigilosamente. Además, se lleva al baño y al verse en el espejo, el narrador hace
referencia a que comentado hombre estrella su cara contra su imagen, sangrando en
el acto. Una vez llevado a cabo esta operación va a la cocina y abre la llave del gas,
para luego dirigirse a recostarse nuevamente en su cama con su hijita. Culminando la
historia, siendo ese hombre testigo de la fuerza del fuego, que se esparcía por toda la
vivienda, y alucinando esas candelas monumentales como caballos blancos que
galopaban sobre ellos, sin pena ni gloria.

“No oyes ladrar los perros"


“No oyes ladrar los perros" es un cuento que se desarrolla en dos planos, el padre de
Ignacio que camina en busca de Tonaya, un pueblo cercano y su hijo al que lleva
cargando por estar herido, el narrador con tono trágico y de dolor profundo nos
presenta por un lado a Ignacio que se encuentra en peligro de muerte como
consecuencia dela vida de maleante que siempre llevó –“me derrengaré, pero llegaré
con usted a Tonaya para que le alivien esas heridas que le han hecho. y estoy seguro
que, en cuanto se sienta usted bien, volverá a sus malos pasos. Eso ya no me
importa. con tal que se vaya lejos, donde ya no vuelva a saber de usted. con tal de eso
porque para mí usted, ya no es mi hijo. he maldecido la sangre que usted tiene de mí.
La parte que a mí me tocaba la he maldecido., He dicho:! Que se le pudra en los
riñones la sangre que le di!, lo dije desde que supe que usted andaba trajinando por
los caminos, viviendo del robo y matando gente... y gente buena". El hecho de querer
salvar al hijo es sólo el cumplimiento del deber por parte del padre, el hijo no recibe
palabras de alivio ni de consuelo o solidaridad, el padre no siente pena por el hijo
moribundo, siente la desesperación de quien ha perdido la esperanza de recobrar al
hijo amado. El padre de Ignacio cumple con la obligación que siente hacia quien fue su
mujer y así se lo dice al hijo. se percibe el dolor del padre de ese hijo delincuente que
pronuncia las palabras llevado por el dolor y la rabia. No Oyes ladrar los perros, cuento
realista de Rulfo que nos presenta al hijo que necesita del amor y apoyo del padre,
pero también al padre que ha llegado al límite de la desesperanza y la inminente
muerte del hijo lo conduele.

Emma Zunz
En Emma Zunz (cuento incluido en El Aleph, 1949) se desarrolla la historia de una
venganza. El personaje central, Emma, decide matar a Aarón Loewenthal : éste había
robado los fondos de la compañía de tejidos donde él y Emanuel Zunz, padre de
Emma, trabajaban, pero imputó el hecho al Sr. Zunz. A consecuencia de esto,
Emanuel sufre el remate de su casita de Lanús, la prisión, la vergüenza, y el exilio por
la deshonra. Fue así como Aarón, de gerente, llegó a ser uno de los dueños de la
fábrica. La historia de “Ema Zunz” se ubica entre 1916 y 1922, año en que Emanuel
muere en el Brasil y Emma decide ejecutar su venganza. Se desarrolla en Buenos
Aires con la mención de los pueblos de Lanús y Gualeguay, además del Brasil. Los
personajes de la historia son de ascendencia judía, seguramente conectados con las
inmigraciones europeas que en la Argentina fueron numerosas. Emma, hija única, a
sus diecinueve años, no ha tenido novio y es obrera en la misma fábrica de tejidos
donde ahora Loewenthal es el dueño. Éste, viudo, vive solo en compañía de un gran
perro (por temor a los ladrones) en lo alto de la propia fábrica ubicada en un arrabal.
Su verdadera pasión es el dinero. Emma recibe una carta en Buenos aires, desde
Brasil, firmada por el tal Fein o Fain, pero en ella no se habla de suicidio sino de que el
señor Maier había tomado por error una fuerte dosis de veneno y había fallecido. Es
Emma la que saca la conclusión de que su padre se ha suicidado por la vergüenza a
que lo sometió Loewenthal con la acusación del desfalco. Es así que durante cuatro
jornadas de enero Emma planea y ejecuta la venganza.: primero decide entregarse
como prostituta a un marino para perder su virginidad, luego se dirige a la fábrica y con
el pretexto de darle a Loewnthal información valiosa sobre la huelga de los obreros
consigue que éste la haga pasar. Le pide agua con la intención de hacerlo salir un
instante para tomar el pesado revólver. Los tres tiros que al final Emma le dispara a
Loewenthal -dos en el pecho y uno en la boca- no le sirven para dejarla satisfecha
porque el hombre muera antes de que ella pueda notificarle que lo mataba en
venganza por el suicidio de su padre. Finalmente llama a las autoridades:
seguramente mentirá, diciendo que Loewenthal, con el pretexto de la huelga, la hizo
venir para abusar de ella. Había matado en defensa propia.

“Calixto Garmendia”
Calixto Garmendia, habitante de un pueblo de la sierra, trabajador muy digno, se
dedicaba a la carpintería, el poseía un terreno agrícola, en la cual vivía su familia con
tranquilidad y nunca bajaba la cabeza ante los problemas que se le presentaba. El
odiaba la injusticia y que siempre encabezaba en las luchas de protestas. Un año vino
la epidemia del tifo, ya que los habitantes comenzaron a fallecer, entonces es ahí
cuando las autoridades toman el terreno de Calixto para ocuparlo como panteón, el
muy humilde iba a las autoridades siempre le decían que no había plata.

La familia de Calixto cada vez se encontraba peor ya que los trabajos llegaban un mes
o más. Llego un día donde falleció el alcalde, es ahí cuando llego el trabajo para
Calixto, el muy contento, pues el cansado de tanta injusticia le cobro $50.00 mientras
que a otros le cobraban solamente $10.00

Después de la muerte del alcalde llego a entrar otro, Calixto fue a cobrar pero igual
seguía con la misma situación y así su padre lucho casi toda una vida fue
envejeciendo pero él nunca encontró justicia, solo lo que encontró es que le metieran a
la cárcel, remigio y su madre fueron al alcalde a clamarle para que lo dejasen libre
poco tiempo después su padre fallece.

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