Está en la página 1de 3

Del saber del poder al poder del saber en las

metáforas populares
Por Juan Huaylupo Alcázar - 24 Junio, 2020 - En Opinión 1

Los propietarios del capital como plañideros lamentan las dificultades de las restricciones
impuestas al funcionamiento de sus negocios ante el riesgo de la salud pública, pero sus letanías
trascienden el malestar economicista, para manifestar su influencia e intransigencia política contra
el Gobierno y particularmente contra las decisiones de las autoridades del Ministerio de Salud y
la Caja Costarricense de Seguro Social. Los empresarios no sólo influyen en la liberación de las
limitaciones de apertura mercantil, sino que exigen que les sea consultada toda decisión que
atienda preferentemente la salud pública y no sus negocios, e incluso se atreven querer destituir a
las actuales autoridades sanitarias para proponer a otros que sean complacientes con sus intereses,
aun cuando se atente contra la salud pública y la vida de las personas. Estas prácticas en la
sabiduría popular son metafóricamente calificadas como “lágrimas de cocodrilos”.

La actitud de empresarios y sus Cámaras de propietarios revela que su sensibilidad no es ofrecer


trabajo digno a los despedidos ni ofrecer los mejores precios y atenciones a las necesidades
ciudadanas, por el contrario, la menor cabida laboral está obligando a que los trabajadores
contratados, prolonguen sus jornadas laborales e intensifiquen su trabajo. La motivación para la
apertura de los negocios sin restricciones es el restablecer las ganancias, utilidades o excedentes,
sin importar las consecuencias en la salud pública de sus decisiones privadas. Dicho breve y
popularmente, lo que expresan los propietarios “no es el amor al chancho sino a los chicharrones”.

El poder económico y la “teoría” económica que los ampara ideológicamente, al parecer


comparten un pensamiento que se valida a sí mismo, que no requiere renovarse ni actualizarse,
porque el poder no lo requiere e incluso puede despreciarlo por tener la capacidad para generar
leyes, resoluciones, decretos en su favor, así como imponer condiciones a trabajadores con relativa
capacidad organizativa y movilizadora, en un contexto de desocupación, reducción salarial,
inseguridad laboral y miedo. El saber del poder, no necesita de la argumentación razonada, lúcida
ni contextualizada, como tampoco requiere responder a las críticas, negociar, escuchar y menos
aún ser solidarios, porque como dicen los nuestros, “perros que ladran no muerden”.

La prepotencia, unilateralidad y cinismo de los propietarios del capital que, sin compromiso ético
ni social, se presentan como las exclusivas víctimas de la crisis sanitaria y los únicos capaces de
superar la condición pandémica, cuando son parte de la creación de estructuras de la exclusión y
la explotación, sin embargo, amenazan a trabajadores y sus críticos, además de exigir y lograr
concesiones financieras, se les otorga millones de dólares en “préstamos” no reembolsables
(regalados) y presionan por dictaminar las políticas sanitarias, laborales y sociales del país. Los
propietarios del capital, no solo inciden sobre el Estado, quieren ser Estado. Así, parafraseando a
Juan Luis de Alarcón y Martínez de 1630, se puede decir que “los muertos gozan de buena salud”.

En el presente crítico, sanitario, económico, político, también se sufre una crisis de la inteligencia.
Las teorías o explicaciones de las realidades se han convertido en dogmas, lo nuevo y peculiar
pretende ser comprendido con lo viejo y estandarizado, el conocimiento y las iniciativas creadoras
son sustituidas por técnicas ajenas a las realidades y sus peculiaridades, las ciencias sociales imitan
a las profesiones técnicas, las incertidumbres son sustituidas con infundadas fantasías, ilusiones u
otros miedos. Asimismo, los legisladores y gobernantes creen que las sociedades cambian con
leyes y decretos, que la democracia es el resultado cuantitativo de las componendas con los ricos
y los usureros del sistema financiero. La riqueza privada es ofensiva, inmoral y pone riesgo
extinción de la vida y del planeta, e incluso los ignorantes de la historia, de aquellos que detentan
el poder económico, estatal y judicial, es tal, que imaginan a los pobres, a los que sufren hambre,
los desempleados y los explotados, que son cosas que pueden controlar y supeditar eternamente.
No obstante, como ha ocurrido en otros momentos “a todo marrano le llega su noche buena”.

No cabe duda que vivimos una regresión cognoscitiva que se alimenta con las formas mediáticas
y de una educación fragmentada, repetitiva, absoluta, descontextualizada de los conocimientos y
las realidades. Ello, por supuesto, no hace seres libres sino esclavos del poder, dado que nos
necesitan ignorantes, sumisos y temerosos de la violencia. Sin embargo, la dominación
omnipotente es una falsa ilusión, porque “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
(*) Juan Huaylupo Alcázar, Catedrático en Administración Pública. Facultad de Ciencias
Económicas. Universidad de Costa Rica.

https://www.elpais.cr/2020/06/24/del-saber-del-poder-al-poder-del-saber-en-las-
metaforas-populares/

ETIQUETASCOVID-
19EMPRESARIOSEXPLOTACIÓNGOBIERNOPAGOPANDEMIAPODERSALUDTRABAJADORES

1 COMMENT

Rogelio Cedeño Castro


24 junio, 2020 at 10:06 am
El maestro Juan Huaylupo nos recuerda que ha llegado la hora de la verdad, los poderosos se lanzan
como buitres sobre los restos de un estado social de derecho que fue ejemplar en algún momento de
nuestra historia. Pretenden despojar a la población de sus derechos más esenciales, lo peor de todo es
algunos no entienden hasta aplauden el oscuro reino de la mentira en el que estamos viviendo, lo
hacen cuando falta poco para que tengan que subir al cadalso. ¡Vivan las cadenas! gritaban los tontos
reaccionarios que recibieron al rey Fernando VII, el déspota español más brutal, quien volvió lleno de
revanchismo en 1814, después de la derrota de Bonaparte, y que lo primero que hizo fue abolir la
avanzada Constitución de Cádiz. En Costa Rica algunos aplauden los dichos y hechos
antidemocráticos de los asnos que se sientan en las curules legislativas. EL SUEÑO DE LA RAZÓN
PRODUCE MONSTRUOS nos recordaba el gran pintor Francisco de Goya(1746-1828) en uno de
sus más célebres grabados, horrorizado en medio de aquella España reaccionaria y liberticida, sigue la
rueda de la historia girando hacia atrás. Estemos atentos y pellizquémonos a ver si despertamos de
esta pesadilla, los tiempos reaccionarios han vuelto o nunca se fueron.

También podría gustarte