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Mayo de 1968

El 7 de mayo, la dirección del Partido Comunista Mexicano se reúne por primera vez con el Presidente de la
República, Gustavo Díaz Ordaz. En la entrevista, el PCM plantea tres grupos de problemas: las condiciones
parala ampliación de la democracia; la situación económica nacional y su perspectiva; y la situación
internacional y la posición de México.
En el primer tema, el PCM plantea "dos cuestiones principales, las más inmediatas y urgentes, de las que
depende el desarrollo de la democracia en nuestro país": Una, la "libertad de todos los presos políticos y la
eliminación de la línea orientada a reprimir las actividades de la oposición de izquierda, y las acciones
independientes de masa". Dos, la reforma a la legislación electoral vigente, en un sentido democrático, con el
objeto de favorecer "la incorporación de grandes masas a la lucha política" y ampliar "la participación de
corrientes como la comunista en el proceso electoral".
A los pocos días de este encuentro, el jefe del FBI, Edgar Hoover, promueve la difusión de un documento
donde se denuncia al PCM de estar haciendo acopio de armas.

Lunes 22 de julio

Se desata una riña entre estudiantes de la Vocacional 2 y de la Preparatoria Isaac Ochoterena. Los hechos
ocurren en la Preparatoria, cuyo edificio sufre daños.

Martes 23 de julio

Los estudiantes de las vocacionales 2 y 5, azuzados por las pandillas de los "Arañas" y los "Ciudadelos", se
dirigen a la Escuela Preparatoria Isaac Ochoterena y lanzan piedras al edificio en presencia de los
granaderos. Al ver que su ataque no es repelido por los preparatorianos, optan por volver a sus escuelas,
pero aparecen los granaderos con actitud provocadora y amenazante. Éstos se retiran y regresan minutos
después con refuerzos de la 19 compañía de policía, al mando del capitán Manuel Robles, y 25 agentes de
los servicios especiales de la Jefatura de Policía, al mando del mayor Celso Peña Zúñiga. Policías y
granaderos golpean a los estudiantes y lanzan bombas lacrimógenas. Los estudiantes responden la agresión
aventando piedras. Los granaderos persiguen a los estudiantes por las calles de Bucareli, Versalles, Tres
Guerras, Abraham González y Lucerna.
Luego de varias horas de enfrentamientos, los estudiantes se refugian en la Vocacional 5. Una sección del
cuerpo de granaderos se introduce en el plantel, golpeando a los alumnos, profesores y empleados que les
impiden el paso. Este acto provoca el descontento y la indignación de estudiantes y maestros, quienes
deciden realizar un paro inicial de 24 horas en protesta por las agresiones de la policía. El paro se prolonga
hasta 72 horas.

Miércoles 24 de julio

Los estudiantes de las vocacionales 5 y 7 deciden realizar una manifestación en protesta contra las
agresiones de la policía. A su iniciativa, se adhieren otras vocacionales y Escuelas Superiores del Instituto
Politécnico Nacional. En la organización de la manifestación, afloran las diferencias entre los estudiantes
politécnicos.
La Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), sindicato estudiantil corporativo y oficialista, decide
encabezar la protesta para recuperar su posición política. La FNET había mantenido el control casi absoluto
del estudiantado del IPN hasta el Congreso de León, realizado pocos meses atrás. En este congreso,
decidieron salirse de la FNET las vocacionales 4, 5 y 7, las Escuelas Superiores de Economía (ESE),
Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Medicina (ESM), Físico-matemáticas, Ciencias Biológicas y algunos
tecnológicos de provincia.
Las otras dos corrientes con influencia dentro del IPN, una aglutinada en la Juventud Comunista y la otra en el
espartaquismo, coinciden en la necesidad de romper el control de la FNET y
Jueves 25 de julio
Dirigentes de la FNET se entrevistan con el secretario general del Departamento del Distrito Federal, Rodolfo
González Guevara, para pedir su autorización para efectuar la manifestación. En la entrevista, que dura más
de dos horas, las autoridades del DDF acceden a la solicitud, aunque hacen "ver a los directivos de la FNET
la posibilidad de que elementos provocadores" puedan "mezclarse con los manifestantes, tratando de impedir
que los directivos de la federación" lleven "a cabo su acto en el orden que estaban ofreciendo. El joven
Cebreros, directivo" de la federación, indicó que ellos mismos se encargarían de expulsar a los alborotadores
y se hacían responsables de que los auténticos estudiantes respetarían las normas señaladas por la
Federación"

Viernes 26 de julio

Se llevan a cabo dos manifestaciones autorizadas por el Departamento del Distrito Federal. Cada una de ellas
es convocada por diferentes agrupaciones y tienen itinerarios y horarios distintos. Una es convocada por los
estudiantes del IPN en protesta por la intervención de los granaderos en la Escuela Vocacional 5 y en
demanda de la desaparición del cuerpo de granaderos y la destitución de los jefes de la policía preventiva del
DF, Luis Cueto y Raúl Mendiolea. La otra manifestación es convocada por la CNED, la Juventud Comunista y
las sociedades de alumnos de diversas escuelas del IPN y de la UNAM, la cual es denominada Marcha
Juvenil por el 26 de Julio, en conmemoración del XV aniversario del asalto al cuartel Moncada y en solidaridad
con la Revolución Cubana. Los organizadores de esta marcha conocen el problema de los estudiantes de la
Vocacional 5, por lo que incluyen en sus mantas lemas de apoyo a sus reclamos. Esta marcha parte a las 18
horas del Salto del Agua, continúa por San Juan de Letrán (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas) y concluye con
un mitin en el Hemiciclo a Juárez.
La manifestación de los estudiantes del IPN sale a las 16 horas de la Plaza de la Ciudadela. Al pasar por el
Monumento a la Revolución, un estudiante, Efraín García Reyes, se sube a un camión y arenga "a los jóvenes
para romper el control de la FNET"; de inmediato, "gente de Chayo Cebreros" (José Rosario Cebreros
Manjarrez) lo apedrean y lo corretean a él y a otros estudiantes. La marcha continúa su ruta en orden y
concluye con un mitin en la Plaza del Carrillón del Casco de Santo Tomás, cerca de las 19:30 horas. En ese
momento, un grupo de estudiantes opositores a la FNET se apodera del sonido para invitar a los
manifestantes a ir al Zócalo. La invitación es aceptada por cientos de estudiantes, quienes se organizan y
emprenden el camino; toman varios autobuses, se bajan en el Panteón de San Fernando y desde aquí inician
la marcha en dirección al Zócalo. A la altura de la Torre Latinoamericana, coinciden con la manifestación de
apoyo a la Revolución Cubana. Ahí se marca una línea para que ésta continúe su ruta hacia el Hemiciclo a
Juárez y los del Politécnico hacia el Zócalo por la calle de Madero. En la esquina de Madero y Palma, son
atacados por granaderos y obligados a retroceder hasta la Alameda Central. Los estudiantes se dirigen al
mitin que se lleva a cabo en el Hemiciclo, donde informan de la golpiza que han sufrido y piden apoyo. De
inmediato, se organiza una marcha conjunta que avanza hacia la Plaza de la Constitución, vitoreando a la
UNAM y al IPN y lanzando consignas a favor de la unidad estudiantil y contra los jefes policíacos y la
represión. En el camino, algunos estudiantes sacan alcantarillas de concreto y las estrellan contra el piso para
hacerse de piedras.
En las calles de Palma y Cinco de Mayo, los estudiantes se encuentran de nuevo con los granaderos y la
policía, bajo el mando del subjefe de la Policía Preventiva del DF, general Raúl Mendiolea Cerecero. Éste se
aproxima a los manifestantes para ordenarles que se retiren, "recibiendo en respuesta una lluvia de piedras".
De inmediato el general citado da una orden a las fuerzas policiacas. Éstas se lanzan contra los
manifestantes, correteándolos y golpeándolos con brutalidad "sin distinguir entre manifestantes y simples
transeúntes, lo que obliga a todo el público a replegarse hasta la glorieta del Caballito".
Estudiantes del Politécnico se dirigen a la Escuela Superior de Economía, donde está realizándose un festival
en homenaje a la Revolución Cubana. Allí los estudiantes acuerdan lanzarse a la huelga esa misma noche. A
ese acuerdo se van sumando las Vocacionales 5 y 7, la Escuela Nacional de Medicina Homeopátic, y, al día
siguiente, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, la Escuela Técnica Industrial Wilfrido Massieu y la
Escuela Superior de Ciencias Físico-Matemáticas.
Los estudiantes de las preparatorias 2 y 3, al salir del festival que se realizaba en el Colegio de San Ildefonso,
fueron golpeados por ganaderos. Indignados, los preparatorianos se refugian en los edificios universitarios e
inician la batalla contra la policía. El conflicto se extiende en una área "de ocho manzanas, siendo en esta
zona donde los estudiantes secuestran los primeros camiones y posteriormente, al no disminuir la represión,
son destruidos e incendiados."
Como resultado de la represión policiaca, hay más de 500 heridos y decenas de detenidos, entre ellos
algunos extranjeros.
El procurador general de la República, Julio Sánchez Vargas, gira órdenes de aprehensión contra "personas
ligadas a los desórdenes", entre los cuales se encuentran varios miembros del Partido Comunista Mexicano.
A partir de las 21:30 horas, agentes de la Dirección Federal de Seguridad, con el apoyo de elementos del
Servicio Secreto y de otras policías, ocupan las oficinas del Comité Central del Partido Comunista y los
talleres gráficos de la Voz de México (órgano del PCM) y aprehenden a las personas que se encuentran en
las instalaciones. En otros sitios, se toman presos, sin orden judicial, a miembros del PCM, de la Juventud
Comunista y de la CNED.

Sábado 27 de julio
El jefe de la policía del DF niega que los disturbios hubieran sido promovidos por "auténticos estudiantes" y
señala como culpables a los "agitadores profesionales". Afirma que detrás de los hechos violentos hay una
"Conjura Internacional" diseñada por los comunistas.
En un informe policiaco, se asienta que la Jefatura de Policía intervino en la manifestación del día anterior "en
auxilio y a petición de los directivos de la FNET ; ésta apoya públicamente al gobierno y responsabiliza a
"elementos trostkistas" de haber azuzado a "los estudiantes para trasladarse a un mitin organizado por
agitadores profesionales y lograr un enfrentamiento con la policía".
Estudiantes de las vocacionales y escuelas superiores del IPN realizan una asamblea en las instalaciones de
la Vocacional 5. Allí se constituye el Comité Coordinador de Huelga del IPN y se acuerda: 1) Lanzarse a la
huelga general y no suspenderla hasta que sean resueltas las demandas de desaparición del Cuerpo de
Granaderos y la renuncia del jefe y subjefe de la Policía Preventiva del DF, generales Luis Cueto y Raúl
Mendiolea, respectivamente; 2) Desconocer a la FNET como órgano representativo de los estudiantes
Politécnicos; 3) Formar comités de Lucha en todas las escuelas técnicas; y 4) Designar comisiones para
discutir con estudiantes universitarios, normalistas y chapingueros la integración de un frente estudiantil.
Los comités de lucha paralizan las actividades en sus respectivas escuelas.
Desde las 10 de la mañana, estudiantes de la UNAM, del IPN y de la Escuela Normal se posesionan del área
adyacente a las preparatorias 1, 2 y 3; cierran el tráfico en las esquinas de Justo Sierra y El Carmen, de San
Ildefonso y El Carmen, de Argentina y Guatemala, de Argentina y Venezuela, de Brasil y Donceles y de Brasil
y Luis González Obregón. En cada bocacalle tienden una cuerda y se destacan veinte estudiantes, quienes
impiden el acceso a cualquier persona que no sea estudiante. Cerca de las 13 horas, los estudiantes cambian
los cordones por barricadas formadas por camiones con las llantas desinfladas. A las 17 horas, efectúan una
asamblea en el anfiteatro Justo Sierra en el Colegio de San Ildefonso. Después de largas deliberaciones
resuelven no retirar las barricadas en tanto no sean puestos en libertad los estudiantes detenidos la noche
anterior. Varios funcionarios de la UNAM mantienen contacto con los estudiantes y las autoridades del DF
para buscar una solución pacífica al conflicto. A las 20 horas, dos de los funcionarios de la UNAM que fungen
como mediadores -el doctor Alfonso Millán, subdirector de Orientación y Servicios Sociales de la UNAM, y el
licenciado Eduardo Martínez- son agredidos por agentes policiacos y conducidos a la Procuraduría General
de la República. Después de una hora de interrogatorios, son puestos en libertad. Alrededor de las 21 horas,
en los alrededores del Colegio de San Ildefonso (donde se ubican las preparatorias 1 y 3), se inician los
enfrentamientos entre estudiantes y granaderos.
El general Luis Cueto Ramírez ofrece una conferencia de prensa en la que da a conocer los nombres de 76
personas detenidas, a quienes se atribuye ser autoras de "los disturbios" de los dos últimos días; califica los
sucesos del 26 de julio "como un movimiento subversivo" que "tiende a crear un ambiente de hostilidad para
nuestro gobierno y nuestro país en vísperas de los Juegos de la XIX Olimpiada".

Domingo 28 de julio
Las autoridades retiran las barricadas formadas por los estudiantes en el área de las preparatorias 1, 2 y 3,
mientras que grupos de estudiantes se mantienen dentro de los edificios escolares, a puertas cerradas.
La Procuraduría de Justicia del Distrito y Territorios Federales informa que consignó a las personas detenidas
los días 26 y 27 de julio, "por los delitos de daño en propiedad ajena, robo, lesiones, injurias y amenazas
contra agentes de la autoridad, secuestro de ambulancias de la Cruz Roja, resistencia de particulares y
pandillerismo". Asimismo, notifica que "a los que se comprobó la comisión de delitos del orden federal los
puso a disposición de la Procuraduría General de la República" y que sólo quedan 43 detenidos en los
separos de la Jefatura de Policía.
La PGR consigna en el Juzgado 1o. de Distrito del DF en materia penal a 16 de las personas detenidas los
días 26 y 27 de julio. Los delitos que se les atribuyen son: daño en propiedad ajena y ataques a las vías
generales de comunicación. Los consignados son: Arturo Zama Escalante, Félix Goded Andrew, Rubén
Valdespino García, Gabriel Zúñiga Meraz, César Romero González, Arturo Ortiz Marbán, Gerardo Unzueta
Lorenzana, Juan Ferrera Rico, Agustín Montiel Montiel, Roberto Miñón Corro, Leopoldo Velázquez González,
Roberto Gallangos Cruz y Carlos Ramírez González, así como los extranjeros William Rosado Laporte,
portorriqueño; Mika Seeger Salter, norteamericana, y Raúl Poblete Sepúlveda, chileno.
En la UNAM, se reúnen por primera vez el Comité Coordinador de Huelga del IPN y los representantes de
varias escuelas de la UNAM, de la Escuela de Agricultura de Chapingo y de la Escuela Normal. Debaten la
posibilidad de lanzarse a una huelga en todos los planteles y suspenderla hasta que sean satisfechas las
siguientes demandas: 1) Desaparición de la FNET, de la "porra" universitaria y del MURO (Movimiento
Universitario de Renovadora Orientación); 2) Expulsión de los estudiantes miembros de las citadas
agrupaciones y del PRI; 3) Indemnización por parte del gobierno a los estudiantes heridos y a los familiares de
los que resultaron muertos; 4) Libertad a todos los estudiantes detenidos. 5) Desaparición del Cuerpo de
Granaderos y demás policías represivas; y 6) Derogación del artículo 145 del Código Penal, que sanciona los
delitos de "disolución social".
La Facultad de Ciencias Políticas está en huelga desde el 14 de julio en solidaridad con Demetrio Vallejo, lider
ferroviario preso.
Se publica en la prensa diversos desplegados de organizaciones de profesores y alumnos y del Partido
Comunista Mexicano. Todos coinciden en manifestar su enérgico rechazo a las acciones represivas del
gobierno y de sus agentes policiacos.

Martes 10 de octubre

El Consejo Nacional de Huelga anuncia la realización de un mitin el 2 de octubre en la Plaza de la Tres


Culturas, y se indica que al terminar el mitin saldrá de este lugar una manifestación hacia el Casco de Santo
Tomás para pedir la salida del ejército de los planteles del Instituto Politécnico Nacional.

Miércoles 2 de octubre

Una delegación del Consejo Nacional de Huelga, formada por Luis González de Alba, Gilberto Guevara Niebla
y Anselmo Muñoz, se entrevista, por la mañana, con los representantes del presidente de la república, Andrés
Caso y Jorge de la Vega Domínguez. Los delegados estudiantiles son detenidos en el mitin de Tlatelolco.

El general Marcelino García Barragán, en información publicada después de su muerte, indica que a las 7 de
la mañana del 2 de octubre, "estaba en mi despacho [...] planeando la forma de terminar con el movimiento;
en esos momentos llegó el capitán Barrios" (era el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, jefe de la Dirección
Federal de Seguridad en 1968) "al que esperábamos sus informes, para completar mi plan.

"Reunidos en mi Despacho, escuché todos los informes y pregunté al Capitán Barrios podremos encontrar en
el Edificio Chihuahua algunos departamentos vacíos, donde meter una Compañía?, Barrios me contestó,
déjeme ver; tomó el teléfono y habló con el general Oropeza, me pasó el audífono, y le dije a Oropeza que me
consiguiera para antes de las dos de la tarde los departamentos que pudiera para meter una Compañía; en
media hora tenía conseguidos tres departamentos vacíos a mi disposición, uno en el tercer piso y 2 en el
cuarto piso, serían las 11 del 2 de octubre cuando recibí este informe [que] se necesitaba para completar mi
plan que nada mas yo lo sabía, pues el Estado Mayor me indicó que no encontraban la forma de aprehender
a los cabecillas sin echar balazos. [...] mi plan consistía en aprehender a los cabecillas del movimiento, sin
muertos ni heridos; éstos tenían cita a las cuatro de la tarde en el 3er. piso del Edificio Chihuahua…

"Terminamos el plan a las dos de la tarde y lo traducimos en órdenes que se cumplieron a las 15:30 de esa
tarde. El capitán Careaga faltando 20 minutos estaba acantonado en los departamentos vacíos del Edificio
Chihuahua, con órdenes de aprehender a Sócrates Amado Campos cuando estuviera al micrófono; el coronel
Gómez Tagle a las 3:40 del día 2 estaba con su Batallón Olimpia con su dispositivo, para tapar todas las
salidas del Edificio Chihuahua, para evitar la fuga de los cabecillas que a las cuatro de la tarde ya estaban
todos en los balcones del 3er. piso y una terraza para empezar el mitin".

En otro texto, el general García Barragán, señala que el general Luis Gutiérrez Oropeza, jefe del Estado
Mayor Presidencial, "mandó apostar, en los diferentes edificios que daban a la Plaza de las Tres Culturas,
diez oficiales armados con metralletas, con órdenes de disparar sobre la multitud ahí reunida y que fueron los
actores de algunas bajas entre gente del pueblo y soldados del ejército."

A las 17:30 horas, se inicia en la Plaza de las Tres Culturas el mitin convocado por el CNH. Algunas fuentes
señalan la asistencia de 15,000 personas; otras calculan la presencia de entre cinco y seis mil gentes. En el
acto, se encuentran estudiantes, electricistas, comerciantes, ferrocarrileros y periodistas nacionales y
extranjeros.
Entre los manifestantes, cunde el rumor de que hay "decenas de agentes policiacos vestidos de civiles". A las
18:10 horas, el mitin está por concluir y se ha informado a la multitud la decisión del CNH de suspender la
marcha hacia el Casco de Santo Tomás, como medida de seguridad para evitar posibles enfrentamientos con
la fuerza pública, pues se ha observado la concentración de tropas a lo largo de la ruta. Se solicita a los
asistentes que se retiren a sus casas en cuanto concluya el acto. En ese momento, un helicóptero sobrevuela
la Plaza y una luz de bengala aparece en el cielo y cae lentamente a un costado de la torre de la iglesia de
Santiago Tlatelolco. Los manifestantes dirigen, "casi automáticamente, sus miradas hacia arriba", y cuando se
preguntan qué es lo que sucede, se escucha "el avance de los soldados," que van entrando a la plaza. Al
mismo tiempo, otro helicóptero sobrevuela la zona y lanza dos luces de bengala. Inmediatamente después, se
escucha el ruido de carros militares que se acercan. Estos se estacionan alrededor de la plaza. Los soldados
saltan de los carros con sus ametralladoras y entran a la plaza. En los tejados de los edificios, hay también
soldados con ametralladoras y pistolas automáticas.

La mayoría de los manifestantes asegura "que los soldados, sin advertencia ni previo aviso, comenzaron a
disparar". La plaza se convierte "en un infierno. Las ráfagas de las ametralladoras y fusiles de alto poder"
zumban en todas direcciones. La gente corre de un lado a otro.

Por el andador de la Escuela Vocacional 7, entran contingentes de soldados, que se colocan pecho a tierra
apuntando sus fusiles hacia arriba en dirección al Edificio Chihuahua. Desde las tanquetas instaladas sobre la
prolongación de San Juan de Letrán, los soldados comienzan a disparar sus ametralladoras hacia el Edificio
Chihuahua. También por el poniente, a un costado del edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores,
avanzan tanques ligeros que se colocan enfrente de las puertas del citado edificio.

En la terraza del tercer piso de ese edificio, se encuentran los oradores y varios miembros del Consejo
Nacional de Huelga. Desde esa terraza, señala Félix Fuentes, reportero de La Prensa, "abrieron fuego
agentes de la Dirección Federal de Seguridad y de la Policía Judicial del Distrito". Y añade: "pudimos
percatarnos que agentes policiacos, unos al mando del comandante Cuauhtémoc Cárdenas, de la Judicial del
Distrito, esperaba la llegada del ejército para emprenderla contra los líderes estudiantiles."

El dirigente estudiantil Pablo Gómez, que se encontraba en el tercer piso del Edificio Chihuahua, narra que
tenían información de que en el basamento de la planta baja de aquel edifico había militares vestidos de civil y
policías de la Dirección Federal de Seguridad, por lo que, comenta, "decidimos acelerar el mitin". Pero cuando
aparece la luz de bengala, que "es evidentemente una señal", ya que de inmediato se mueven "los dos
bandos del ejército: el ejército uniformado avanza sobre la plaza y el Batallón Olimpia, junto con la policía
política, toma el tercer piso del Edificio Chihuahua. Ambas partes del ejército actúan exactamente al mismo
tiempo". Cuando los elementos del Batallón Olimpia, todos armados -"unos con ametralladoras Thomson,
otros con metralletas, otros con pistola calibre 45"-, llegan al tercer piso, "un individuo vestido de traje azul,
rubio, pelado a la brush, se acerca al barandal y empieza a disparar. Hasta ese momento no había habido
ningún balazo, de ningún lado". Después de que este sujeto disparó, "los tiros siguientes no proceden del
Edificio Chihuahua, los siguientes balazos proceden de la Plaza, con armas de alto poder".

La reportera italiana Oriana Fallaci, que se encontraba también en el tercer piso del Chihuahua, relata que
escuchó "un fuerte ruido en las escaleras. Estaban disparando y fuimos rodeados por policías vestidos de
civil. Cada uno de ellos tenía un guante o pañuelo blanco en su mano izquierda, para que pudieran
reconocerse. Saltaron sobre los dirigentes estudiantiles y sobre mí. Luego, la policía nos ordenó que
permaneciéramos tendidos sobre nuestro estómago. La única manera que uno podía protegerse de las balas
que provenían de arriba era cubriéndose detrás de la pared frontal de la terraza. De ese modo, la policía usó
esta barrera de seguridad, nos colocó a los arrestados, a lo largo de la pared opuesta, donde nos
encontramos expuestos a las balas. Estuvimos tendidos ahí cerca de una hora. Cada vez que hacíamos un
movimiento, disparaban sus armas contra nosotros." En esos momentos, añade la reportera, "ya había un
fuego intenso de los soldados abajo, con rifles, ametralladoras, pistolas automáticas"; desde las azoteas y
desde helicópteros, se hacían disparos de ametralladora.

En la publicación póstuma del testimonio del general García Barragán, éste señala que "a la hora en que
Sócrates estaba más entusiasmado hablando a la multitud con micrófono en mano, un soldado escogido por
el capitán X, muy fuerte y decidido jaló de las piernas a Sócrates derribándolo, éste siguió hablando hasta que
el capitán le puso su pie en el micrófono y se lo quitó, en esos momentos comenzaron los disparos de las
cinco columnas de seguridad que a las órdenes de XXX estaban apostadas en las azoteas de los demás
edificios esperando al ejército, que contestó el fuego". Y, agrega, "A los primeros disparos el Batallón Olimpia
se replegó en las entradas del Edificio Chihuahua, y aprehendió como 400 individuos entre los que se
encontraron todos los cabecillas del movimiento, descabezándolo con este hecho, que fue el éxito completo
de mi plan..." Y comenta que "como a las 7:30 de la noche me habló el general Mazón, para pedir permiso
para registrar los edificios donde había franco-tiradores, lo autoricé y como a los 15 minutos me habló el
general Oropeza.

"Mi general, me dijo: tengo varios oficiales del Estado Mayor Presidencial apostados en algunos
departamentos, armados con metralletas para ayudar al ejército con órdenes de disparar a los estudiantes
armados, ya todos abandonaron los edificios, sólo me quedan dos que no alcanzaron a salir y la tropa ya va
subiendo y como van registrando los cuartos temo que los vayan a matar, quiere usted ordenar al general
Mazón que los respeten." gl General Barragán comenta que habló con éste, "trasmitiéndole la petición del
general Oropeza", y que aquél le comunicó haber encontrado a los dos hombres armados con metralletas y
dijeron "haber disparado hacia abajo".

En la plaza se ha generalizado la balacera. Mujeres, niños, jóvenes y adultos corren despavoridos; algunos se
tiran al suelo; otros buscan protección en las escalinatas o entre los vestigios prehispánicos; otras más se
esconden debajo y detrás de los automóviles estacionados, o intentan refugiarse en los departamentos de
Tlatelolco. Mucha gente logra huir por el costado oriente de la plaza, otras personas se topan con "columnas
de soldados que empuñaban sus armas a bayoneta calada y disparaban a todas direcciones". Las menos
afortunadas están tendidas en el suelo, muertas o heridas.

El fuego intenso dura aproximadamente 30 minutos. Luego, los disparos disminuyen, pero se mantiene el
tiroteo hasta las 20:30 horas. En ese lapso se "evitó que las ambulancias de las cruces Roja y Verde llegaran
a la Plaza de las Tres Culturas."

A las 21 horas, varios edificios habían sido ocupados en su totalidad por la tropa y algunos otros estaban
siendo cateados. Los elementos del Batallón Olimpia, vestidos de civil, tienen como contraseña un pañuelo
envuelto en la mano derecha. Así se identifican unos a otros, y se les oye gritar: ¡Batallón Olimpia, no
disparen! Cientos de personas con las manos en alto son conducidas por los soldados hasta el muro sur de la
iglesia de Santiago Tlatelolco. Todas están detenidas, a excepción de los fotógrafos y periodistas que pueden
identificarse, y ninguna persona puede abandonar o entrar a la zona, salvo rigurosa identificación. Unos
trescientos tanques, unidades de asalto, yeeps y transportes militares, tienen rodeada la zona, de Insurgentes
a Reforma, hasta Nonoalco y Manuel González.

Algunos de los dirigentes del Consejo Nacional de Huelga han sido capturados en el Edificio Chihuahua,
cuyos departamentos son desocupados violentamente por unidades del ejército, del "Batallón Olimpia" y de la
policía de la Federal de Seguridad.

Otros dirigentes son detenidos en la plaza. Todos ellos son conducidos al lugar donde se ha concentrando a
los demás detenidos. Posteriormente cientos de ellos son trasladadas al Campo Militar Número Uno. Se
calcula que son más de 2,000 personas las aprehendidas en Tlatelolco.

Por orden del general Raúl Mendiolea Cerecero, los hospitales de la Cruz Roja y de la Cruz Verde -así como
la información sobre heridos y muertos- queda bajo el control policiaco a partir de las 21 horas. La vigilancia
policiaca se extiende a todos los hospitales a los que son conducidos los heridos y muertos. Antes de las 21
horas, se informa que a la Cruz Roja han llegado 4 cadáveres y se ha atendido a 50 heridos de bala de fusil,
entre ellos 15 niños; en la tercera delegación se encuentran 18 cadáveres, 15 hombres y 3 mujeres; en el
Rubén Leñero, un muerto y 27 heridos; en la Villa, un muerto, y en el 20 de Noviembre no se especifica el
número de heridos y muertos.

Se calcula que participan en la operación militar de Tlatelolco unos 5,000 soldados. En las instrucciones de la
Secretaría de la Defensa Nacional se indica que la operación militar del 2 de octubre (denominada "Galeana"),
al mando del general Crisóforo Mazón Pineda, estaba formada por tres agrupamientos y el Batallón Olimpia,
éste al mando del coronel de infantería Ernesto Gutiérrez Gómez Tagle. El general Mazón emitió un reporte
del personal militar muerto y herido en esta operación: un muerto y 16 heridos, entre los heridos se menciona
al general José Hernández Toledo.

A media noche, después de la masacre en Tlatelolco, ante la insistencia de los periodistas extranjeros, el
director de prensa y relaciones públicas de la Presidencia de la República, Fernando M. Garza, declara que la
intervención de la autoridad en la Plaza de las Tres Culturas "acabó con el foco de agitación que ha
provocado el problema".

Jueves 3 de octubre

El secretario de la Defensa Nacional, general Marcelino García Barragán, da una conferencia de prensa, en la
que justifica la intervención del ejército: "Se ordenó un dispositivo para evitar que los estudiantes fueran del
mitin de Tlatelolco al Casco de Santo Tomás. El Ejército intervino en Tlatelolco a petición de la policía y para
sofocar un tiroteo entre dos grupos de estudiantes". Y, asienta: "El comandante responsable soy yo. No se
decretará el estado de sitio. México es un país donde la libertad impera y seguirá imperando." Y amenaza con
actuar con la misma energía si "aparecen más brotes de agitación".

Los soldados continúan cateando los edificios cercanos a la Plaza de la Tres Culturas en busca de
estudiantes que se habían refugiado en ellos durante la refriega del día anterior. Muchos jóvenes han sido
detenidos y conducidos al corredor de la planta baja del Edificio Chihuahua, donde permanecen varias horas
con los brazos en alto. El piso de la explanada de Tlatelolco muestra los efectos del día anterior: propaganda,
volantes, pancartas y pedazos de vidrios revueltos con sangre y zapatos de niños, mujeres y hombres.

Según informes oficiales, las cifras de personas civiles muertas y heridas en Tlatelolco, registradas hasta este
día, son 30 muertos y 70 heridos; 53 de ellos con heridos graves. También se notifica que en el Campo Militar
Número Uno están detenidas 1,500 personas.

El Senado de la República, en un documento oficial firmado por 30 legisladores de la Gran Comisión, "justifica
plenamente" la intervención de la fuerza pública el 2 de octubre.

Viernes 4 de octubre

Cientos de personas continúan buscando a familiares y amigos en las diversas cárceles, hospitales y servicios
forenses.

Sábado 5 de octubre

El Consejo Nacional de Huelga da una conferencia de prensa, en la que declara: Los estudiantes no
provocaron ni prepararon o realizaron los sangrientos sucesos del 2 de octubre. Quienes dieron pretexto para
la represión militar fueron grupos de individuos que ametrallaron al ejército y al pueblo, los cuales se
identificaban entre sí por medio de un guante o venda en la mano izquierda, los mismos que fueron vistos por
algunos estudiantes hacer arrestos y acatar órdenes de las autoridades policiacas. El grupo mencionado
causó la muerte con su acción a 150 civiles y 40 militares. El propósito de la brutal represión del 2 de octubre
era aprehender a todos los miembros del CNH para descabezar el movimiento.

Miércoles 9 de octubre

El Consejo Nacional de Huelga informa, en conferencia de prensa, que han venido realizando conversaciones
informales con los representantes del presidente de la república, los licenciados Jorge de la Vega Domínguez
y Andrés Caso, en las que "cada parte trata de definir sus posiciones en el problema". El CNH advierte de la
necesidad de que sean cumplidas tres condiciones para que el diálogo público pueda iniciarse: 1) libertad de
los presos políticos; 2) salida de las tropas del ejército del Casco de Santo Tomás y de los demás planteles; 3)
cese definitivo de la represión policiaco-militar.
El CNH denuncia que los estudiantes detenidos son sometidos a torturas y que las declaraciones obtenidas,
de tinte policiaco, sólo sirven para confundir a la opinión pública. Asimismo, exige información del paradero de
entre 200 y 300 estudiantes, algunos de ellos miembros del CNH, que han desaparecido.

Sábado 12 de octubre

Se inauguran los Juegos Olímpicos.

El Juez 1o. de Distrito en Materia Penal del Distrito Federal, Lic. Eduardo Ferrer Mc Gregor, declara
formalmente presas a las 15 personas que le fueron consignadas, haciéndolas responsables de 10 delitos del
orden federal: "invitación a la rebelión, asociación delictuosa, sedición, daño en propiedad ajena, ataques a
las vías generales de comunicación, robo, despojo, acopio de armas, homicidios y lesiones contra agentes de
la autoridad". Los acusados son: Gilberto Guevara Niebla, Pablo Gómez Álvarez, José Luis González de Alba,
Sócrates Amado Campus Lemus, Florencio López Osuna, Sergio Castañeda Bes, Octavio Martínez Alcalá,
José Carlos Andrade Ruiz, Ayax Segura Garrido, Carlos Martín del Campo y Servando Dávila Jiménez.

Todos los acusados manifiestan su inconformidad con el decreto de formal prisión y anuncian que apelarán
del auto que les fue comunicado.

Diez días después de los sucesos de Tlatelolco, el embajador estadunidense Fulton Freeman envió un
telegrama al secretario de Estado en Washington, en el que comenta:

"El interrogatorio de un gran número de personas (se ha informado que más de 2,000) detenidas en Tlatelolco
ha tomado un tiempo considerable. La gran mayoría ha sido liberada, pero la operación capturó a un número
de extremistas y a sus líderes. El gobierno parece creer que el resultado ha sido sustancial en desmembrar a
la organización terrorista. La técnica de declaraciones públicas de líderes terroristas frente a la prensa ha sido
probablemente efectiva en crear miedo, desconfianza mutua e incertidumbre entre los estudiantes en general,
así como entre los elementos restantes del grupo terrorista.

"Respecto de las declaraciones públicas sobre conspiración extranjera, es importante notar el uso frecuente
en México del chivo expiatorio extranjero y, en esta instancia, están diseñadas para desacreditar al
movimiento estudiantil y tal vez, hasta cierto grado, desviar la atención de las largas raíces locales del
problema."

Jueves 17 de octubre

Cincuenta y ocho estudiantes presos en Lecumberri dan a conocer al pueblo de México su testimonio:

"1o. El miércoles 2 de octubre en la Plaza de Tlatelolco, algunos de nosotros participamos en un mitin


completamente pacífico y fuimos testigos de que personas vestidas de civil, que posteriormente pudimos
saber que pertenecen al cuerpo especial del Ejército Mexicano llamado Batallón 'Olimpia' y a los cuerpos
policiacos del D. F., junto con uniformados del mismo ejército, dispararon, sin miramiento alguno, contra la
gente inerme e indefensa que participaba en el mitin.

"2o. Después de los sangrientos sucesos de ese día, fuimos detenidos con todo lujo de violencia, unos en el
lugar de los hechos y otros en casas particulares o en la calle, en todos los casos no hubo, por parte de
nosotros, resistencia alguna a nuestra detención.

"3o. Ninguno de nosotros hizo uso de ninguna arma de fuego, contrariamente a lo que se nos imputa.

"4o. La mayoría, después de ser detenidos, fuimos salvajemente golpeados por elementos policiacos y
militares, en locales que ocupan el Servicio Secreto, la Dirección Federal de Seguridad y el Campo Militar No.
1.
"5o. Fuimos sometidos a interrogatorios y torturas y dentro de este clima de tensión se nos forzó a declarar
ante el Ministerio Público.

"6o. Ninguno de nosotros ha recibido consignas del Consejo Nacional de Huelga para hacer uso de la
violencia y este organismo, a nuestro entender, sólo ha utilizado formas pacíficas y legales de lucha.

"7o. Todos nosotros estamos seriamente preocupados por la suerte que corre el compañero Raúl Álvarez
Garín, miembro del Consejo Nacional de Huelga que, nos consta, hasta el miércoles 9 de este mes,
permanecía preso en la prisión del Campo Militar No. 1. Hasta la fecha el compañero Raúl Álvarez no ha sido
consignado ante ningún juzgado, por lo que exigimos se haga público su paradero y se respete su integridad
física…"

Sábado 19 de octubre

Son declarados formalmente presos Raúl Álvarez Garín y Miguel Eduardo Valle Espinosa, miembros del
Consejo Nacional de Huelga.

En un documento oficial se indica que del 26 de julio al 24 de octubre de 1968 se han efectuado la
aprehensión de aproximadamente 5,000 personas, de las cuales se han consignado al 10 por ciento
aproximadamente.

Viernes 25 de octubre

En asambleas efectuadas en la Unidad Profesional de Zacatenco, los estudiantes se pronuncian por no


regresar a clases en tanto no se obtenga la libertad de los estudiantes presos.

Domingo 27 de octubre

Clausura de los Juegos Olímpicos.

Martes 29 de octubre

A las 12:30 horas, la Secretaría de la Defensa Nacional entrega a las autoridades del IPN los edificios e
instalaciones que habían sido ocupados por el ejército desde el 24 de septiembre. El Consejo Nacional de
Huelga efectúa asambleas generales en diversas facultades y escuelas de la Ciudad Universitaria y de la
Unidad Profesional de Zacatenco. En todas las asambleas se confirma que el movimiento estudiantil debe
proseguir hasta la solución de las demandas contenidas en el pliego petitorio de seis puntos.

Jueves 31 de octubre

A las 17:30, se inicia en la explanada de la Ciudad Universitaria el "Mitin de la Unidad", programado por el
CNH para mostrar la continuidad de la unidad del estudiantado y del movimiento. En el mitin se toma el
acuerdo de celebrar asambleas generales en todas las escuelas del IPN y de la UNAM a partir del 4 de
noviembre, para que la base estudiantil decida la forma que adoptará el movimiento en las nuevas
circunstancias.
En apoyo a su candidatura olímpica, el Departamento del Distrito Federal -órgano de gobierno de la Ciudad
de México- presentó al Comité Olímpico Internacional un libro trilingüe de 207 páginas denominado México
Demande-Requests-Solicita que no solamente respondía al cuestionario oficial, sino que presentaba una
semblanza histórica de la ciudad de México, un listado de eventos deportivos efectuados con anterioridad, un
informe detallado de las instalaciones deportivas con las que se contaba y las que habría que construir, las
condiciones climáticas de la Ciudad de México, diferentes opiniones médicas de los posibles efectos de su
altura (2.240 m sobre el nivel medio del mar) y un estudio minucioso de los sistemas de comunicaciones con
los que contaba la ciudad a principios de 1963.

En los juegos participaron 5.531 atletas, representando a 113 países, compitiendo en 18 deportes y 172
especialidades.

La Ciudad de México fue elegida como sede en la Asamblea del Comité Olímpico Internacional celebrada en
1963 en Baden-Baden, Alemania. Las otras ciudades que se habían propuesto eran Lyon en Francia, Detroit
en Estados Unidos de América y Buenos Aires en Argentina.

Evaluados los datos y argumentos, la Ciudad de México obtuvo 30 votos de los 58 emitidos, Detroit 14, Lyon
12 y Buenos Aires 2. Las gestiones mexicanas iniciadas el 7 de diciembre de 1962 habían, pues, triunfado.

Era obvio que el COI, al conferir la sede a México, no pensaba que su altitud pudiera dañar la salud de los
participantes y mucho menos daba fe a algunos peregrinos e infundados comentarios que fueron apareciendo
en la prensa de diversos países: Si los atletas tienen que amoldarse en seis u ocho días a una altura de más
de dos mil metros..., seré pesimista: ¡van a caer como moscas! No debe uno dejarse influenciar por la
propaganda de los mexicanos, que naturalmente están poniendo a su ciudad por las nubes, decía Manfred
Kinder en el Berliner Ausgabe (Hamburgo; diciembre 11 de 1964).

Cita del Extra-Bladet~ (Copenhague; octubre 20 de 1965): Los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México se
encuentran seriamente amenazados. Deportistas de muchos países europeos fueron invitados a la Ciudad de
México para participar en una especie de Olimpiada de ensayo. Todos han regresado diciendo: ¡Es un
escándalo que se haya confiado a México ser anfitrión de los Juegos Olímpicos! Se necesitaría estar allí
siquiera medio año antes de poder acostumbrarse al aire pobre en oxígeno...Se pondría en peligro la vida si
se trata de batir récords. Toda la prensa europea se pregunta cómo ha sido posible que el Comité Olímpico
aceptara que tantos deportistas sean expuestos a condiciones tan poco frecuentes. Ya se formula la
exigencia: ¡Quítenle a México los Juegos Olímpicos!

Había también comentarios menos agresivos: Nadie espere que se rompan récords en los Juegos de México,
en las pruebas de medio fondo y fondo, en las carreras a pie y en natación -Le Monde (París; octubre 22 de
1965). Pero el COI tuvo la firme convicción de que la altitud no podía ser tan peligrosa si en la Ciudad de
México vivían tranquilamente más de 6 millones de habitantes, a quienes visitaban anualmente más de un
millón de turistas provenientes de diferentes climas y altitudes.

Estos temores -basados en conjeturas, más que en hechos- fueron ampliamente invalidados durante la 111
Semana Deportiva Internacional efectuada en la Ciudad de México, como había ofrecido el Comité
Organizador de la Olimpiada, en Baden-Baden. Los resultados de los diferentes eventos -así como de las
investigaciones fisiológicas llevadas a cabo por los científicos de los países que participaron en ella-
resolvieron de una vez por todas la controversia sobre la altitud, y las naciones, convencidas de lo infundado
de estos temores, enviaron a sus contingentes completos.

Pero en los meses anteriores a los juegos no solo fueron consideraciones deportivas las que estuvieron a
punto de que se suspendieran. 1968 estuvo plagado de problemas políticos y sociales. Algunos países
amenazaron con no ir si competía la Unión Soviética, que había invadido Checoslovaquia. También hubo
algunos deportistas norteamericanos de raza negra que renunciaron a competir porque se sentían
discriminados en su país o el caso de Lew Alcindor, más conocido como Kareem Abdul-Jabbar, uno de los
mejores basquetbolistas de todos los tiempos. Casi todos los mejores deportistas acudieron pero protestaron
públicamente en el Estadio Olímpico y varios atletas de raza negra recibieron sus medallas en el podio
mientras levantaban el puño cerrado, algunos de ellos con una boina verde en la cabeza; por esta razón los
Juegos de México fueron considerados los juegos del "Black Power".

Estatua basada en el momento histórico del saludo de protesta.

Diez días antes del comienzo de los juegos, el 2 de octubre, el Ejército Mexicano disolvió con violencia un
mitin del Consejo Nacional de Huelga en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, en lo que se conoce
como la Matanza de Tlatelolco. Murieron un número indeterminado de personas. De acuerdo al libelo "El
Móndrigo" -que después se supo fue escrito en la Secretaría de Gobernación-, el Consejo Nacional de Huelga
tenia instrucciones de disparar contra la muchedumbre para provocar el caos ("...mientras más muertos, mejor
para el movimiento). Era un claro intento de aprovechar la vitrina ofrecida por los Juegos Olmpicos para
mostrar a México ante el mundo como un país con inestabilidad política. Se quería culpar al ejército y al
gobierno. Sin embargo ahora se conoce, que el autor principal de la matanza fue el mismo gobierno. Los
resultados ya los conocemos. Los francotiradores (personal del Estado Mayor Presidencial) empezaron a
disparar contra los estudiantes, el pueblo y soldados del ejército mexicano que se encontraban en la Plaza de
las Tres Culturas, dentro del entonces recientemente inaugurado Centro Urbano Nonoalco-Tlatelolco. El saldo
de las muertes es controvertido. Algunos calculan entre 100 y 500, y al menos 445 heridos. En el artículo "Los
68 del 68", Jorge Castañeda publicó en el Diario Reforma del 30 de agosto de 2006:

De acuerdo con el informe histórico, en la Plaza de las Tres Culturas murieron ―cabalísticamente― 68
estudiantes y un soldado […]". Y todo uso de la fuerza pública se empezó automáticamente a asimilar al 68,
pero al 68 magnificado: al de los 500, no al de los 68. Todo uso de la fuerza se volvió una masacre en
potencia […]

El COI consideró el suceso como un problema interno que no debería afectar al desarrollo de los juegos y
decidió no suspenderlos. Más tarde, el día 9 de Octubre, el CNH acepta la tregua Olímpica; ninguna
manifestación del 12 al 28 de octubre, hecho que la bautizó inicialmente como "La Olimpiada de la Paz", de
ahí su logotipo, aunque acabó siendo conocida como la del Black Power, por la polémica con los atletas
negros. Pese a todo, durante los juegos, la ciudad permaneció fuertemente vigilada por elementos del Ejército
Mexicano.
 Enriqueta Basilio fue la primera mujer que encendió el fuego olímpico.

 Se empezó a utilizar el tartán para la pista atlética para un estadio olímpico.


 Dick Fosbury ganó el salto de altura con una técnica innovadora a la que se le dió su nombre.
 Las dos Alemanias concurrieron con delegaciones separadas.
 Se batieron 22 records del mundo en atletismo. El atleta Bob Beamon (EE. UU.), con su salto de
8,90 m, estableció un nuevo récord del mundo de salto de longitud que se mantuvo vigente durante
veintitrés años, el de 4 x 400 m del equipo nacional de EE. UU. más de 22 años, y el de 400 m lisos
de Lee Evans casi otros 20 años.
 En los 100 m lisos, por primera vez se corrió en menos de 10 segundos: Jim Hines lo hizo en 9,95 s.
 Más que en el medallero, los atletas afroamericanos fueron noticia por una acción de reivindicación
racial. En el acto de proclamación de vencedores, Tommie Smith, John Carlos, oro y bronce en los
200 metros lisos, alzaron el puño enfundado en un guante negro y bajaron la cabeza cuando sonó el
himno de su país; con este gesto hicieron ostensible su protesta por la tensión racial que se vivía en
Estados Unidos, el australiano Peter Norman, plata, les secundó con un adhesivo reivindicativo
pegado en su pecho a la altura del corazón, como apoyo a su causa. Después de este gesto fueron
expulsados de su respectivos equipos y desalojados de la Villa olímpica, otros atletas le secundaron (
Lee Evans, G. Lawrence James y Ronald Freeman) e incluso amenazaron con no participar. Estos
dos atletas que iniciaron la protesta, a su regreso a EEUU fueron discriminados y tratados como
delincuentes o apestados, no encontraron trabajo durante años, la mujer de John Carlos se suicidó, y
Tommie Smith se divorció.
 México ganó por primera vez nueve medallas en una sola edición olímpica, incluyendo victorias de
atletas femeniles: Pilar Roldán de Giffening, plata individual en florete; y María Teresa Ramírez,
tercera en 800 metros libres.
 La medalla mexicana más celebrada fue la de Felipe Muñoz Kapamás, campeón olímpico en 200
metros pecho en natación, pues derrotó a los favoritos Vladimir Kosinsky de la URSS y Brian Job de
los Estados Unidos.
 La presea más emotiva fue la plata ganada en 20 km marcha (popularmente conocida en México
como caminata) por el militar mexicano José Pedraza, quien entró al Estadio de Ciudad Universitaria
en tercera posición y logró remontar ante el apoyo de todos.
 Se introducen por primeras vez controles de sexo y análisis antidopaje, el dudoso honor de ser el
primer competidor en unos juegos olímpicos en dar positivo le corresponde al sueco Hans-Gunnar
Liljenval, inscrito en pentlatlon, que dio positivo con alcohol.
 Fueron los primeros Juegos Olímpicos que se transmitieron por televisión vía satélite a todo el
mundo, en directo. Para esto se estableció una estación terrena de transmisiones en Tulancingo,
Hidalgo, diseñada por el ingeniero mexicano Jorge Suárez Díaz, y toda una red nacional de
comunicaciones vía microondas por todo el país.
 La gimnasta checoslovaca Vera Caslavska, ganadora de cuatro medallas de oro, se casó en la
catedral Metropolitana de la Ciudad de México con su compatriota y atleta Josef Odlozil.

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