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EL DON DE FORTALEZA

Proclamar: II Corintios 12,6-12

El don de fortaleza es un hábito sobrenatural que fortalece al cristiano para que, por obra
del Espíritu Santo, pueda ejercitar sus virtudes heroicamente y logre así superar con
invencible confianza todas las adversidades de este tiempo de prueba y de lucha, que es su
vida en la tierra.

Cuando el Espíritu Santo activa en los fieles el don de fortaleza, éstos se ven asistidos por la
fuerza misma del Omnipotente, y superan con facilidad y seguridad toda clase de pruebas,
sean internas o externas. Es entonces cuando los cristianos prestan con toda naturalidad
servicios que exigen una abnegación heroica, y cuando soportan sin queja alguna la
soledad, el desprecio, la marginación y toda clase de adversidades, ordinarias o
extraordinarias. Todo lo aguantan con serenidad y paciencia, sin vacilaciones, con buen
ánimo, sin alardes, con toda confianza y sencillez, es decir, con una facilidad sobrehumana.
Y es sobrehumana porque ya no es sólo la ​virtud d ​ e la fortaleza quien actúa en ellos, sino
el ​don​ del Espíritu Santo.

La virtud moral de la fortaleza​ se ejercita al ​modo humano,​ es decir, no llega a quitar del
alma en forma absoluta toda vacilación, y todo temor o angustia. Quizá nunca como hoy, la
virtud de la fortaleza tiene necesidad de ser sostenida por el don sobrenatural de Fortaleza
que recibimos del Espíritu Santo.

El don espiritual de fortaleza,​ por obra inmediata del Espíritu Santo, al ​modo divino,​ de
manera sobrehumana, aleja del alma todo miedo, no solo en momentos dramáticos como
el del martirio, sino también en las habituales condiciones de dificultad (en la lucha por
permanecer coherentes con los propios principios cristianos; en el soportar ofensas y
ataques injustos, en una perseverancia con valentía, incluso entre incomprensiones y
hostilidades, en el camino de la verdad y honradez) le infunde un valor divino y una
serenidad inviolable, de tal modo que puede pensar, decir o hacer todo lo que Dios quiera
obrar en él, sin temor alguno,​ ​y sin caer, por supuesto, en actitudes imprudentes.

El don de fortaleza lleva a la perfección el ejercicio de la virtud de la fortaleza, pero asiste


también a todas las demás virtudes -la paciencia, la humildad, la pobreza, la castidad, la
obediencia, etc.-, de modo que, gracias a este don, todas ellas puedan practicarse con
prontitud, seguridad y perfección en cualquier circunstancia.

Toda «la vida del hombre sobre la tierra es un combate»: lucha contra sí mismo -la propia
malicia y debilidad del hombre carnal-, lucha contra el mundo, lucha contra el demonio. Es
un combate continuo, incesante, agotador, en el que ciertos desfallecimientos
inoportunos, en determinados momentos cruciales, pueden causar enormes daños en la
persona que los sufren y en los demás.
Pues bien, no podrá el cristiano salir victorioso de una batalla tan continua y terrible si
Cristo Salvador -sin el cual nada podemos (Juan 15,5)- no le comunica su fuerza, primero al
modo humano, por la virtud de la fortaleza, y más tarde al modo divino, por el don de
fortaleza.

Si grande ha de ser en el cristiano la fortaleza espiritual para vencer la debilidad de su


propia ​carne​ y las persecuciones del ​mundo​, aún más ha de serlo para vencer las
tentaciones directas del ​Demonio​. No olvidemos lo que escribe San Pablo:

"Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra
las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del
Mal que están en las alturas." ​Efesios 6,12

Por todo esto los cristianos, para sí mismos y para sus hermanos, han de pedir
continuamente la fortaleza del Espíritu Santo, como lo hacían los apóstoles:

“Por eso, tampoco nosotros dejamos de rogar por vosotros desde el día que lo oímos, y de
pedir que lleguéis al pleno conocimiento de su voluntad con toda sabiduría e inteligencia
espiritual, para que viváis de una manera digna del Señor, agradándole en todo,
fructificando en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios; confortados con
toda fortaleza por el poder de su gloria, para toda constancia en el sufrimiento y paciencia;
dando con alegría”​ ​Colosenses 1,9-11

"Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. Revestíos de las armas de


Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. Fortaleceos en el Señor y en la fuerza
de su poder. Vestíos de toda la armadura de Dios​… siempre en oración y súplica, orando en
toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los
santos," E​ fesios 6,10-11. 18

"Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a
quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el
mundo soportan los mismos sufrimientos." ​1 Pedro 5, 8 -9

Si la fuerza del cristiano no está en sí mismo, sino en el Señor, mayor será su fuerza
espiritual cuanto, encontrándose más débil en sí mismo, más se apoye puramente en la
fortaleza de Dios. Por eso Jesús le dice al Apóstol:

"Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza. Por
tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite
en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las
necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy
débil, entonces es cuando soy fuerte."​ ​II Corintios 12,9-10

El don de fortaleza ha de ser ​pedido​ al Espíritu Santo y para ejercitarlo debemos:


● ​Amar a Jesús crucificado​, y querer tomar parte en su Cruz,

"Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne
lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,"
Colosenses 1,24

● ​Aceptar con sumo cuidado todas y cada una de las penas de la vida,​ tengan origen
bueno o malo, digno o indigno.

● Evitar quejarse.

«un buen cristiano no se queja jamás» ​Santo Cura de Ars

● Obedecer con fidelidad​.

«hija, la obediencia da fuerzas» (​ Jesús a Santa Teresa de Ávila)

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