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Oración a María contra las influencias

diabólicas
¡Oh Virgen lnmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de los
Ángeles, acoge mi humilde oración y dígnate presentarla ante el trono
del Altísimo. Recibiste de Dios la misión de aplastar por medio de tu
divino Hijo la orgullosa cabeza de Satanás. Llena
de gracias fuiste concebida, Inmaculada y acogiste a Jesús que vino
a salvar nuestras almas cubriéndolas con su preciosa Sangre.

Por ello, te suplicamos que intercedas ante Dios para que envíe a sus


Santos Ángeles y alejen al demonio tentador, desvelen sus embustes,
repriman su audacia y lo encadenen en el Infierno. Consíguenos de la
Misericordia Divina oír en nuestro corazón el grito de adhesión a Dios
del arcángel San Miguel en su victoriosa intervención: “¿Quién es
como Dios?”.

¡Oh tierna Madre, ayúdanos a ser más humildes ante Dios y los


hombres! Ayúdanos a ser cada vez más prontos en rechazar las
tentaciones de impureza o de codicia. Ayúdanos
a mantenernos perseverantes y atentos en la oración. Haz que crezca
en nosotros el deseo de la Santa Misa y de la santa comunión.
Ayúdanos a amar a nuestro prójimo, a vivir en paz con todos, a
perdonar las ofensas y las incomprensiones, a fin de que ofrezcamos
al Corazón de tu divino Hijo la alegría de vivir el Evangelio.

¡Oh Santa Madre, nos refugiamos bajo tu manto de misericordia con


la certeza de que nos defenderás contra todos los embustes del
demonio! Guarda en nosotros la fe, el amor de Dios, el celo por su
Gloria, la observancia de su Santa Ley y del Evangelio. Por
último, Madre Dulcísima, te suplicamos que nos asistas en los
momentos finales de nuestra vida, nos preserves de las malignas
insinuaciones del enemigo infernal, nos mantengas confiados en la
bondad de Dios Padre y en la firme esperanza de que entraremos en
la alegría infinita
del cielo para cantar eternamente las Misericordias del Señor. Amén.

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