Universidad Nacional Experimental De La Seguridad Sede La Guaira Licenciatura Policial Proceso-II 2020
Resumen sobre el uso de la fuerza
Facilitador: Willians Rivas
participante: Alberto Palombaro C.I: V-15.267.830
31 de marzo del 2021
La expresión funcionarios encargados de hacer cumplir la ley abarca todas las fuerzas de seguridad, incluidas las fuerzas militares, que ejercen funciones de policía, especialmente las facultades de arresto y detención. Por razones de legibilidad, a veces se emplea el término ‘policía’, pero en su sentido más amplio, para incluir a todo otro personal encargado de hacer cumplir la ley que ejerza funciones policiales. Véase también: comentarios a y b al artículo 1 del Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley. Comentario adicional: en la versión española, el género masculino es utilizado para facilitar la lectura. El uso de la fuerza está orientado por el principio de afirmación de la vida como valor supremo constitucional y legal y el traspaso en el uso de la fuerza mortal sólo estará justificado para la defensa de la vida de la funcionaria o funcionario policial o de un tercero. El concepto del uso de la fuerza es la cantidad de esfuerzo intelectual o físico del funcionario encargado de la seguridad, manifestado a través de acciones, cuya aplicación debe ser sistematizada y respetando el ordenamiento jurídico correspondiente, a los fines de controlar los niveles de resistencia de las ciudadanas, ciudadanos o grupo de éstos. Los Principios Básicos son aplicables a todo el personal encargado de hacer cumplirla ley. Esto incluye – de acuerdo con los comentarios a y b sobre el artículo: 1 del Código de Conducta de la ONU para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley a todas las fuerzas de seguridad, incluidas las fuerzas militares que ejercen funciones de policía, especialmente las facultades de arresto y detención (incluidos los miembros del personal que trabajan dentro de lugares de detención). En los países donde el Estado contrata a compañías de seguridad privada para llevar a cabo funciones de aplicación de la ley, estas Directrices también son aplicables al personal de seguridad privada que actúa en nombre del Estado. Los Principios Básicos no contienen una definición explícita de qué se considera fuerza en el contexto de la aplicación de la ley. Sin embargo, los elementos siguientes indican con claridad qué ha de considerarse “fuerza” en el sentido de los Principios Básicos, los cuales exigen que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley apliquen en la medida de lo posible medios no violentos antes de recurrir a la fuerza . Se pone también un énfasis especial en “los medios que puedan sustituir el empleo de la fuerza y de armas de fuego, por ejemplo, la solución pacífica de los conflictos, el estudio del comportamiento de las multitudes y las técnicas de persuasión, negociación y mediación” (Principio Básico 20). De esto se deduce claramente que cualquier medio o método que vaya más allá de estas alternativas que son básicamente diversas formas de comunicación ha de considerarse uso de la fuerza y analizarse a la luz de los Principios Básicos. Propósito del uso de la fuerza: establecer normas y procedimientos de actuación en el marco del respeto a los derechos humanos relacionados con el uso de la fuerza, y regularla bajo nuevo concepto del funcionario establecido en la ley que rige la materia, prevaleciendo los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad, enmarcados en la ética profesional. La obligación del funcionario policial de actuar de acuerdo a los principios universales de legalidad, necesidad y proporcionalidad. Legalidad: es la respuesta a una situación que represente una amenaza y que requiera de una acción inmediata para evitar agravamiento en actos delictivos o ilegales. El uso de la fuerza física es necesario cuando no existe otra forma de lograr un objetivo legal. Son todos los actos que realizan los funcionarios dentro del marco jurídico nacional e internacional. El uso de la fuerza debe estar dirigido a lograr un objetivo legal. Es la respuesta a una situación que represente una amenaza y que requiera de una acción inmediata. Necesidad: es la respuesta a una situación que represente una amenaza y que requiera de una acción inmediata para evitar agravamiento en actos delictivos o ilegales. El uso de la fuerza física es necesario cuando no existe otra forma de lograr un objetivo legal. Proporcionalidad: es la evaluación que hace el funcionario encargado de la seguridad entre la gravedad de la amenaza y la cantidad de fuerza empleada. Teniendo en mente sus posibles consecuencias para alcanzar el objetivo legal deseado. Sólo la actitud y conducta de la persona sujeta a un procedimiento policial, en el momento del desarrollo de dicha intervención, determina el nivel de fuerza a ser empleado por policía. El método considera: la obligación del funcionario policial de actuar de acuerdo a los principios universales de legalidad, necesidad y proporcionalidad. La ley orgánica del servicio de policía establece en su artículo 70 que “las funcionarias y funcionarios policiales emplearán la fuerza física con apego a los siguientes criterios: 1.el nivel del uso de la fuerza a aplicar está determinado por la conducta de la persona y no por la predisposición de la funcionaria o funcionario. 2. El uso diferenciado de la fuerza implica que, entre la intimidación psíquica y la fuerza potencialmente mortal, la funcionaria o funcionario graduará su utilización, considerando la progresión desde la resistencia pasiva hasta la agresión que amenace la vida, por parte de la persona. 3. La funcionaria o funcionario policial debe mantener el menor nivel del uso de la fuerza posible para el logro del objetivo propuesto. Aplicación del uso de la fuerza: en ningún momento debe haber daño físico innecesario, ni maltratos morales a las personas objeto de la acción policial, ni emplearse la fuerza como forma de castigo directo”. La presencia, despliegue táctico y el diálogo deben ser los métodos habituales del funcionario policial para la solución de los conflictos entre ciudadanas, ciudadanos o grupos de éstos. El diálogo es la principal herramienta a ser utilizada por el funcionario policial, con el fin de resolver la mayoría de las situaciones conflictivas. El diálogo como instrumento de fuerza, evita causar maltratos físicos innecesarios a los ciudadanos en conflictos mediante un trato digno y respetuoso. Diálogo investigativo: es el que permite indagar la raíz del problema, el contexto y diseñar la estrategia persuasiva. Diálogo persuasivo: es el que permite influenciar sobre la persona a fin de que desista de su actitud de manera voluntaria, utilizando principalmente para esto argumentos legales o morales. Diálogo de advertencia: consiste en informarle a la persona de manera directa y clara las consecuencias legales o morales que pueden acarrearle su conducta o nivel de resistencia ante la autoridad. Diálogo de amenaza: consiste en informar de manera imperativa a la persona o grupo de estos, que cumpla con las instrucciones impartidas por el o la funcionaria policial o que de lo contrario será detenido o aplicada la acción legal correspondiente. Posicionamiento táctico: el posicionamiento táctico está basado en la presencia, parada y posicionamiento del funcionario o funcionaria policial ante cualquier evento. Aplicación: la presencia del funcionario o funcionaria policial debe ser erguido e impecable. • las manos deben estar libres y ubicadas en la parte frontal del cuerpo a fin de responder oportunamente a una agresión física. • la parada del funcionario o funcionaria policial se refiere a la ubicación de los pies en dos ejes distintos o en diagonal, que permitan de- finir la “posición fuerte”. • evite la zona de peligro • verifique siempre su espacio de maniobra posicionamiento táctico y zona de peligro Aplicación del uso de la fuerza en posicionamiento relativo: • el posicionamiento relativo se fundamenta en la ubicación del funcionario o funcionaria en un plano superior al agresor. • identifique los puntos vulnerables en el agresor, trate de ubicar mentalmente la técnica más efectiva según su complexión física u otro indicador. Técnicas de Esposamiento: es la técnica que utiliza el funcionario o funcionaria policial para inmovilizar a un ciudadano en conflicto. Esposamiento de pie: se emplea para esposar personas cooperativas que no re- presenten riesgos potenciales para el oficial. Esposamiento de rodilla: se aplica a ciudadanos con actitudes indecisas, que puedan representar peligro de fuga o posibles riesgos físicos para éstos. Aplicación del uso de la fuerza Esposamiento cúbito abdominal (tendido): es realizado ante ciudadanos no cooperativos y que potencialmente representen alto riesgo para el oficial o terceros. Presencia, parada y distancia El Programa Policía y Derechos Humanos de la Sección Neerlandesa de Amnistía Internacional El ámbito de la actuación policial y de los derechos humanos constituye un campo de estudio dinámico y en constante evolución. En los últimos años, el análisis de los derechos humanos ha ampliado su foco de atención de tal forma que ahora se incluyen no sólo las funciones negativas del Estado y sus agentes como perpetradores de violaciones de los derechos humanos, sino también sus obligaciones de carácter positivo. Esta perspectiva brinda a la policía la oportunidad de ser considerada también como agente protector de los derechos humanos. El esfuerzo común tanto de policías como de defensores y defensoras de los derechos humanos es (debería ser) trabajar para que las sociedades en que vivimos gocen de unas garantías básicas de seguridad y protección. El objetivo del Programa Policía y Derechos Humanos de la Sección Neerlandesa es incrementar el conocimiento y la comprensión de la policía y de la actuación policial en Amnistía Internacional como movimiento – y en el de la comunidad general de defensa de los derechos humanos – para mejorar la eficacia de nuestro trabajo al abordar cuestiones relacionadas con la policía o su actuación. Paralelamente, pretendemos fomentar los derechos humanos en el trabajo policial, basándonos en la convicción de que sólo una actuación policial que sea respetuosa con los derechos humanos será una actuación óptima y efectiva. Una de las cuestiones en las que más empeño pone el Programa Policía y Derechos Humanos es demostrar en su trabajo y sus publicaciones – como las presentes Directrices – que la implementación de las reglas y normas de derechos humanos son factibles e indispensables en la práctica diaria de la labor policial.