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CSJN, 31/07/63, Corporación El Hatillo en Potosí S.A. c. Cóccaro, Abel F.

Buenos Aires, 31 de julio de 1963.-


Vistos los autos "Recurso de hecho deducido por tercerista en la causa Corporación El Hatillo (Cor Hati) C.A. en
autos `Potosí S.A.´ c. Cóccaro, Abel F.", para decidir sobre su procedencia.
Y considerando: Que, concordantemente con lo dictaminado por el señor procurador general, el tribunal estima
que existe en los autos principales cuestión federal bastante para ser examinada en la instancia de excepción.
Que, además, la resolución recurrida debe equipararse a sentencia definitiva por tratarse de la ocasión pertinente
para la tutela del derecho que se estima vulnerado.
Por ello, y habiendo dictaminado el señor procurador general, se declara procedente el recurso extraordinario
denegado a foja 167 de los autos principales.
Y considerando sobre el fondo del asunto por no ser necesaria más sustanciación:
Que la sociedad recurrente, que tiene su domicilio real en la ciudad de Caracas, República de Venezuela, confirió
oportunamente mandato al señor Abel Francisco Cóccaro a fin de que éste, entre otras facultades concordantes
que se mencionan en el instrumento de fojas 2/5, "represente al mandante en todos los actos y contratos
relacionados con la constitución en la República Argentina de la Sociedad Anónima Gulf Stream Investment
Argentina; para que suscriba en nombre y representación del mandante acciones de dicha compañía, las cuales
pagará en dinero efectivo o mediante el aporte de bienes del mandante, quedando facultado para traspasar los
bienes que aporte en propiedad a la expresada sociedad anónima; y para que firme en nombre y representación
del mandante las actas, documentos constitutivos y estatutos de la expresada sociedad anónima; todos de acuerdo
con las instrucciones que al efecto se le comuniquen…".
Que, en ejercicio de tales atribuciones, el señor Cóccaro concurrió al acto de constitución de la mencionada
sociedad anónima, suscribiendo acciones, en nombre de su mandante, por la suma de m$n. 59.450.000, e
integrando la cantidad de m$n. 17.450.000 mediante el aporte de las cinco máquinas individualizadas en el
instrumento de fojas 6/22, de propiedad de la sociedad recurrente.
Que, posteriormente, el señor Cóccaro constituyó una prenda sobre dichas máquinas a favor de Potosí S.A.,
impidiendo que se concretara su efectiva transferencia a la sociedad anónima a constituirse. Luego, con motivo
de la ejecución promovida por el acreedor prendario, la sociedad recurrente se presentó en las respectivas
actuaciones deduciendo tercería de dominio sobre los bienes prendados, y solicitando, a tenor de lo dispuesto por
el artículo 38 de la ley de prenda con registro, la suspensión del procedimiento ejecutivo, medida a la que el juez
de primera instancia hizo lugar (f. 127).
Que la Cámara a quo revocó la resolución de primera instancia con fundamento en que la tercerista, en tanto no
cumplió los requisitos exigidos por el artículo 287 del Código de Comercio y disposiciones de la ley 8867, carece
de personería para actuar en juicio (fs. 156/157).
Que, aun con prescindencia del régimen de derecho común en que corresponda encuadrar a la sociedad tercerista,
resulta manifiesto que lo decidido por la resolución apelada no se compadece con el modo y las especiales
circunstancias en que aquélla se ha visto obligada a tomar intervención en los procedimientos judiciales de que se
trata.
Que, en efecto, la exigencia del previo cumplimiento de los recaudos atinentes al registro y publicación de los
actos sociales, y el mandato del representante, no guarda relación con la celeridad de trámites que es propia de la
ejecución prendaria, y con la consiguiente premura con que la recurrente ha debido hacer valer en ella su derecho
de dominio sobre los bienes respectivos, tanto más cuanto que no media en el caso circunstancia alguna que
autorice a suponer que la conducta del mandatario, y la posterior ejecución, hubiesen sido contingencias
previsibles con suficiente antelación como para cumplir las formalidades a que se refiere la resolución en
recurso.

Que, en tales condiciones, y en tanto lo resuelto comporta un efectivo impedimento a la tutela jurisdiccional que
la sociedad apelante requiere, cabe declarar configurado, en el caso, el invocado agravio a la garantía
constitucional de la defensa en juicio -doctrina de Fallos, 241-371; 250-776-.
Que, por lo demás, y en razón del interés institucional que revisten, a juicio de esta Corte, las cuestiones
planteadas en la causa -Fallos, 248-189-, corresponde decidir, incluso, que la declarada aplicabilidad del artículo
287 del Código de Comercio y disposiciones de la ley 8867 no resulta tampoco conciliable con la índole
específica de los actos de comercio cuya realización en la República fue encomendada al mandatario. La
sentencia apelada, en efecto, carece de fundamentos que justifiquen la prescindencia, para la resolución del caso,
de la norma contenida en el artículo 285 del Código de Comercio.
Que se impone, en tales circunstancias, la revocación del pronunciamiento recurrido.
Por ello, se revoca la resolución de fojas 156/157 en lo que ha sido materia de recurso extraordinario.- B.
Villegas Basavilbaso. A. D. Aráoz de Lamadrid. R. Colombres. E. Imaz. J. F. Bidau.

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