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Mujeres profetisas

vet, (a) Mujer llamada por Dios al ministerio profético. María, la hermana de Aarón y de Moisés,
era profetisa (Ex. 15:20, 21; Nm. 12:2; Mi. 6:4); Débora fue otra profetisa (Jue. 4:4). Los israelitas
recurrían a las instrucciones de Débora; el Señor se sirvió de ella para anunciar Su voluntad al
pueblo (Jue. 4:5, 6, 14). Hulda ejerció también el ministerio profético. El rey Josías ordenó al sumo
sacerdote que consultara con ella acerca del libro de la Ley hallado en el Templo; ella le reveló
entonces los propósitos de Dios (2 R. 22:11-20). El evangelista Felipe tenía cuatro hijas vírgenes
que profetizaban (Hch. 21:9). (b) Esposa de un profeta: ésta es la interpretación más plausible de
Is. 8:3.

En el Nuevo Testamento aparece Ana la profetisa (Luc. 2.36), que anuncia maravillas sobre Jesús.
Y se habla también de las cuatro hijas de Felipe, que eran profetisas (Hech. 21.9). Y, para terminar,
en el Apocalipsis se cita a la profetisa Yezabel (Ap. 2.20).

Por lo tanto en Israel antiguo y en el nuevo hay lugar para la profecía femenina, a juzgar por estos
destellos. Y la profecía era dignidad, contacto con Dios, misterio celeste.

https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/topics/Profetisa

Profetas mujeres en el Antiguo Testamento


El papel de profeta en el Antiguo Testamento no esta reservado para varones únicamente.
Aunque la cultura veterotestamentaria era decididamente patriarcal, los sagrados autores
mencionan la acción profética de varias mujeres, como vamos ahora a considerar. Las
características de las profetisas son las mismas de sus homólogos varones: son llamadas por
Dios, hablan en nombre de Dios, etc. En primer plano podemos considerar a Miriam,
hermana de Aarón y Moisés, de quien el profeta Miqueas nos menciona su llamado en Miq
6:4 «Yo te saqué de Egipto y te rescaté de la casa de los esclavos; yo puse para que te guiaran
a Moisés, Aarón y Miriam.» Una manera en que Miriam actúa proféticamente es
reconociendo la acción de Dios en el éxodo de los Israelitas de Egipto en Ex 15:20-21:
«Entonces Miriam, la profetisa, hermana de Aarón, tomó su pandereta en la mano, y todas
las mujeres la seguían con tímpanos, danzando en coro. Y Miriam les entonaba las palabras:
«Canten a Yahvé, que se ha cubierto de gloria; carros y caballos ha arrojado en el mar.»

Deborah
Otra mujer en el AT considerada como profetisa es la formidable Deborah, que es
introducida en el libro de Jueces 4:4 «En aquel tiempo, la profetisa Débora, mujer de Lapidot,
juzgaba a Israel». Como juez y profeta, ella tiene autoridad de autorizar sobre materias
militares, políticas y judiciales. Uno de sus pronunciamientos proféticos se encuentra en
Jueces 4:6-7 «{Deborah} Mandó a buscar a Barac, hijo de Abinoam, de Cadés en Neftalí. Le
mandó a decir: «Esta es la orden de Yahvé, el Dios de Israel: Dirígete al monte Tabor y recluta
a diez mil hombres entre los hijos de Neftalí y los hijos de Zabulón. 7 Yo atraeré hacia ti en el
torrente de Quisón a Sísera, jefe del ejército de Yabín, junto con sus carros y todos sus
hombres, y lo pondré en tus manos»». Débora aquí no solo autorizando la guerra, sino que
anuncia su resultado victorioso. Para un estudio mas completo, les recomiendo que lean los
pasajes donde se muestras otras mujeres del AT como profetisas: Julda en 2 Rey 22:14-20;
muy brevemente Noadias en Nehemías 6:14; y la esposa de Isaías en Is 8:3.

HAY FALSAS PROFETISAS APOCALIPSIS 2:20

`Pero tengo {esto} contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y
enseña y seduce a mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a
los ídolos.

Raab, también mencionada como Rahab (es decir "larga") fue una prostituta de Jericó que ayudó a los
espías israelitas de Josué. Aparece en textos bíblicos del Libro de Josué, el Evangelio según San Mateo,
la Epístola a los hebreos y la Epístola de Santiago,
Rahab es mencionada por primera vez en el Libro de Josué, allí aparece como una prostituta que vivía en la
ciudad cananea de Jericó y que los israelitas comandados por Josué se disponían a tomar. Al llegar espías de
Israel a ver las defensas de la ciudad, el rey de Jericó ordenó su apresamiento y ejecución. Rahab entonces
decidió esconderlos bajo "el trigo que se asoleaba en la terraza" y una vez fuera de peligro les contó acerca
del miedo de los habitantes de la ciudad. Hasta ellos habían llegado los rumores de cómo el Dios de Israel
había dividido el Mar Rojo para dejarles pasar, de las tribus que habían exterminado en el camino y de la ira
del Dios de Jacob. Luego de aquello los ayuda a escapar escalando los muros de la ciudad dado que "su casa
estaba pegada a la muralla", pidiéndoles antes que salvaran a su familia si la ciudad caía. Siendo así se
menciona que los espías le pidieron "colgar un cordón escarlata de su ventana" para reconocer su casa y no
destruirla. Al caer Jericó, Rahab y al menos la familia que estaba con ella en su casa no fueron dañados. De
esta manera acaba la historia de Rahab en cuanto a la toma de Jericó. Más adelante es nombrada en
el Evangelio según San Mateo en los primeros capítulos, al reconocer la genealogía de Cristo se observa que
Rahab se casó y que tuvo hijos, descendencia de la cual nacería Jesús de Nazaret. También la menciona San
Pablo en varias Epístolas al ser esta un ejemplo de fe.
MUJERES DE FE
4. MUJERES QUE MANTUVIERON COMUNIÓN CON EL SEÑOR
a. ANA. 1 Sam. 1:1-18 “ Gracia, favor “
Una mujer creyente, sumisa y de fe. No se detiene ante la realidad adversa de su vida, encuentra en Jehová la solución a su
miseria.

i. Características de su vida. Vs. 6-8

1) Estéril

2) Matrimonio inestable

3) Menospreciada por la sociedad

4) Objeto de burla por su rival

5) Mujer angustiada

6) Deprimida

ii. Su oración. Vs.9-13

1) Confiaba en Dios

2) Derrama su alma en Jehová su angustia. V.10 (oración ferviente)

3) Su oración fue secreta. V.13

4) Pide un hijo. V. 11 iii. Su voto. Vs. 11

1) Promete dedicarlo al Señor para su servicio. (Nm.4:2-3)

2) Hace un voto de nazareo. (Nm.6:1-8)

iv. Resultado. Vs. 17-19

1) Paz interior

2) Seguridad

3) Estabilidad espiritual

4) Dio a luz un hijo

Mujer que reconoce que la relación con el Señor puede cambiar la vida. i. Decide pasar tiempo a solas con el Señor

ii. Se interesa por aprender del Señor

Ana fue una de las dos esposas de Elcaná; Penina, su otra esposa había dado hijos a Elcaná, pero Ana no. Aun así el la
prefería. Cada año Elcaná ofrecía un sacrificio en el santuario de Silo y y daba a Penina y sus hijos una porción, mas a
Ana le daba el doble. Penina disgustada provocaba a Ana humillándola por su esterilidad. El continuo dolor de Ana hizo
que fuese al templo y oro incesantemente clamando por un hijo.

Ana tenía una concepción clara de que Dios podía concederle un hijo. En su tribulación Ana se rinde por completo a la
confianza de Dios. Su fe firme es que Dios puede convertirla en madre. Había llegado otra vez el tiempo en que Elcana y su
esposa iban a Silo para las festividades. Y entrando en el santuario «con amargura del alma oró a Jehová y lloró
abundantemente». Oró con todo el fervor de su alma. Luchaba con Dios y no estaba dispuesta a ceder hasta recibir
respuesta a su oración.La petición fue contestada,el Señor le dio a Samuel. Como es natural, no toda madre está dispuesta
a entregar a su hijo a Dios en el momento de nacer. Pero Ana lo hizo.

En su espera prolongada vemos que Dios está preparando a Ana para su decisiva contribución a la vida de Samuel. Este
era un momento decisivo en la historia de su pueblo y Dios había dispuesto que Samuel, el futuro profeta, naciera de Ella.

1 Samuel 2:21
Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía
21 

delante de Jehová.

MUJERES DEL ANTIGUO TESTAMENTO

LA MADRE DE SANSÓN (JUECES CAPÍTULO 13) 

En Jueces, capítulo 13, hay una narrativa en donde un Ángel de Dios,[3] revela el plan de Dios para la liberación de Israel, y se le
revela a una mujer sin nombre. Esta mujer sin nombre estaba casada con un hombre llamado Manoa y a pesar de esto, el Ángel le
confío los planes de Dios y las instrucciones a la mujer. El Ángel le dice a la mujer que dará a luz a un niño especial, y que su hijo
liberaría a Israel de los Filisteos. El Ángel le dio a la mujer instrucciones acerca de su dieta y le indicó que nunca le cortara el
cabello a su hijo.

La mujer le dijo a su esposo acerca de su encuentro. Manoa, el esposo, quería saber cuáles eran las instrucciones, así que le pidió a
Dios que enviara a un ángel de nuevo, para enseñarle como criar al niño (Jueces 13:8). Dios respondió su plegaria, pero el Ángel
apreció de nuevo, inicialmente a la mujer. La mujer corrió por su marido. Cuando Manoa conoció al Ángel, el Ángel repitió lo que
ya le había dicho anteriormente a la mujer:

“El ángel del Señor respondió: Que tu mujer haga todo lo que le he dicho: que no tome vino ni ningún otro producto de la uva, ni
ninguna otra bebida fuerte, ni coma nada impuro. Simplemente, que haga lo que le he ordenado” (Jueces 13:13-14)

¡Claramente Dios confiaba totalmente en que la mujer iba a obedecer y seguir estas instrucciones sin el permiso de su esposo o su
ayuda!

Todavía más, la mujer reconoció desde el principio que el mensajero se “parecía el ángel mismo del Señor” (Jueces 13:6), pero
Manoa no se dio cuenta de que el mensajero era un ángel hasta que le ofreció un sacrificio y el Ángel del Señor ascendió en
llamas y desapareció (Jueces 13:17). Atemorizado, él le dijo a su esposa “Con toda seguridad vamos a morir, porque hemos visto
a Dios. Pero ella le contestó:—Si el Señor nos hubiera querido matar, no habría aceptado nuestro holocausto ni nuestra ofrenda, ni
nos habría dejado ver estas cosas. Tampoco nos habría anunciado todo esto.” A lo largo de este relato que la mujer muestra ser
discerniente y sensible.

DÉBORA (JUECES CAPÍTULOS 4-5) 

Ninguna lista de mujeres con autoridad spiritual estaría completa sin Deborah, la cual fue la Líder de Israel en un punto de su
Historia. Jueces, capítulo 4 y 5 relata acerca del liderazgo de Deborah y no menciona que hubiese nada peculiar del hecho de que
fuese tanto líder como mujer. ¡De hecho su género parece no haber sido ningún tipo de inconveniente! Deborah estaba casada,
pero la Biblia no menciona del todo a su esposo, aparte de su nombre Lapido (Jueces 4:4).

En Jueces, Capítulo 5, leemos que antes del liderazgo de Deborah, la vida en Israel había cesado “Cesaron los campesinos,
cesaron en Israel” (Jueces 5:7), las calles estaban abandonadas “En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Jael, quedaron
desiertos los caminos, y los viajeros andaban por sendas tortuosas“(5:6), y Israel había escogido a dioses falsos “Escogieron
nuevos dioses”(5:8). La implicación clara es que la sociedad Israelita se hizo más civilizada, segura y más temerosa de Dios a
causa del liderazgo de Deborah.

Deborah era una líder excelente y versátil. Ella era una profetisa (Jueces 4:4, 14) una jueza (4:5) y una líder militar (4:6-10). La
visión profética de Deborah era exacta y que mostró un liderazgo decisivo en los asuntos militares.

Una mujer sunamita le ocurrió la idea de construir una pequeña sala para acomodar el profeta Eliseo. Su percepción, la iniciativa
y la generosidad trajeron gran bendición para ella, su esposo y su hijo. Al leer su historia en 2 Reyes 4:8-37, podemos ver que esta
mujer tenía una visión espiritual y de fortaleza. La mujer sunamita, y no su marido (4:23 a), muestra y usa la autoridad espiritual
para el beneficio de su familia.

Hannah es claramente el protagonista del relato de 1 Samuel capítulo 1, donde ella reza para un niño, se compromete a dar a ese
niño de regreso a Dios para ser empleado en el tabernáculo de servicio, y luego cumple su promesa. Marido de Hannah, Elcana, es
retratado como una persona cariñosa y comprensiva. Elcana confía y está de acuerdo en las decisiones y acciones de su esposa.
Aparte de 1 Samuel 1:19 b, parece que Elcana no medio o intervino en esta situación en absoluto. Por otra parte, la oración de Ana
en 1 Samuel 2:1-10 es parte de la sagrada escritura, y tiene la autoridad espiritual de la escritura.

MUJERE DEL NUEVO TESTAMENTO 

MARÍA, MADRE DE JESÚS (LUCAS 1:26-38)

La mayoría de los eruditos bíblicos creen que María era una adolescente cuando fue visitada por el ángel Gabriel. A pesar de su
edad y sexo, Dios envió al ángel a María directamente con el mensaje de que había sido elegida para el maravilloso papel de ser la
madre del Mesías. María habría estado bajo la protección de un tutor, que muy probablemente era un hombre, y ella estaba
desposada con un hombre llamado José, sin embargo, el ángel Gabriel tomó la palabra de Dios directamente a esta chica
adolescente.[6]

Si el concepto complementario de la autoridad masculina es válida, es de suponer que Gabriel habría visitado el patriarca de la
familia de María con la noticia, sobre todo teniendo en cuenta las ramificaciones de la situación extraordinaria y potencialmente
escandalosa en la que pronto se encontraría María.

El cumplimiento humilde de María con vocación extraordinaria hacia Dios en su vida es ejemplar.[7] Por otra parte Lucas registró
una canción llena de alabanza de parte de Maria, a menudo llamado El Magnificat, en su evangelio (Lucas 1:46-55). Estas
palabras de María tienen la autoridad de las Sagradas Escrituras.

MARÍA MAGDALENA (MATEO 28:9-10, MARCOS 16:9-11; JUAN 20:17-18) 

Es difícil sobreestimar la importancia del hecho de que la primera persona que vio a Jesús vivo después de su crucifixión fuese
una mujer. ¿Fue acaso que María simplemente estaba en el lugar correcto en el momento correcto para esta reunión
monumentalmente trascendental con el recién resucitado Jesús? ¿O fue un encuentro por decreto divino?

Creo que no es casual que la primera persona que vio a Jesús después de su resurrección—en el amanecer de la nueva alianza—
fuese una mujer. El acto de redención de Jesús y de su toma de posesión de la nueva alianza trajo la igualdad para todas las
personas independientemente de su sexo, y con igualdad había la posibilidad real de afinidad y armonía entre los sexos—la
inversión de la división a causa del pecado.

En su reunión, Jesús autoriza y le encomienda a María ciertos mensajes para sus discípulos, que todavía seguía creyendo que su
Señor y amigo, junto con sus esperanzas, estaba muerto.

María Magdalena fue a los discípulos con la noticia: “He visto al Señor!” Y ella les dijo que él le había dicho estas cosas para ella
“(Juan 20:18).

Jesús no tenía ningún problema en autorizar y encomendar su mensaje maravilloso, de que Él estaba vivo, a una mujer. Esta
comisión extraordinaria ha llevado a la Iglesia Ortodoxa Oriental en llamar a María Magdalena “la apóstol de los apóstoles”. [Más
sobre Maria Magdalena aquí.]

MARTA (JUAN CAPÍTULO 11) 

Marta ha sido injustamente criticada y juzgada por algunos debido a un solo incidente (Lucas 10:38-42), pero Marta hizo algunas
declaraciones muy astutas de fe sobre Jesús y la vida eterna registrada en Juan capítulo 11.

Marta respondió: “Yo sé que él [su difunto hermano Lázaro] resucitará en la resurrección en el día postrero.” Juan 11:24

“Sí, Señor”, le dijo, “Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que había de venir al mundo.” Juan 11:27

Esta segunda afirmación es muy similar a la de Pedro registrada en Mateo 16:15-17:

“Pero, ¿qué hay de ti?” Él [Jesús] le preguntó. “¿Quién decís que soy yo?”
Simón Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”
Jesús le respondió: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está
en los cielos.”

Jesús afirma que Pedro no podía saber que él era el Cristo, el Hijo de Dios, a menos que Dios el Padre le había revelado a él. Del
mismo modo, las declaraciones de Marta fe sólo podía haber llegado por inspiración divina.

Marta, a su hermana María de Betania fueron discípulas dedicadas de Jesús. Jesús le permitió a María de Betania para ungirlo y
prepararlo para el entierro (Juan 11:2). No hemos oído nada acerca de la fe de su hermano Lázaro en las Escrituras aun cuando, en
Juan 11:5 que dice, Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Aquí aparece el nombre Marta significativamente en primer
lugar. Marta era una mujer de gran fe y agudeza espiritual.

OTRAS MUJERES DEL NUEVO TESTAMENTO


Desde el día de Pentecostal, Dios se ha comunicado personalmente con su gente con mayor libertad, principalmente a través de la
agencia del Espíritu Santo. Cuando Pedro citó la profecía de Joel en el día de Pentecostal en Hechos 2, dejó en claro que las
capacidades espirituales, en la profecía particular, eran ahora disponible gratuitamente para los hombres y las mujeres, a los
jóvenes y a los ancianos (Hechos 2:17-18).

El Espíritu Santo nos da sus dones y habilidades sin aparente consideración de género (1 Corintios 12:4-11), incluyendo los dones
de liderazgo y enseñanza (Romanos 12:6-8). Incluso la mujer Complementaria Mary Kassian (1990:168) observa: “No hay
ninguna evidencia en la Biblia que los regalos son asignados por género. Si bien es cierto que [varónes] ancianos pueden poseer
dones de la enseñanza, la administración y de pastor, no es menos cierto que las mujeres poseen estos dones idénticos”.

De hecho, varias mujeres son mencionados por su nombre en el Nuevo Testamento las cuales funcionaban como líderes de la
iglesia y ministros: Priscilla (con Aquila), Chloe, Ninfa, Febe, Junia (con Andrónico), Evodia y Síntique, etc [Para más
información sobre estas las mujeres ver los siguientes enlaces.]

Mujeres ejemplares

Maria, elisabeth (lucas 1:5), Ana (1 de samuel 1), Sara (Hebreos 11), Ruth, Deborah,

La historia de Deborah
Una orden del Señor
Débora era líder, juez y profetisa en Israel – una persona a la que Dios pudo revelar sus secretos. (Amós 3:7)
Dios la usó para transmitir Su voluntad al pueblo de Israel. Puedes leer toda la historia en Jueces 4-5.
Cuando Débora recibía una instrucción de Dios, era rápida para actuar. No se quedaba meditando en las
ventajas y desventajas, pensando en todo lo que podría ir mal, o dudando de sus habilidades para hacer lo
que Dios le mandó. Si Dios decía que algo se necesitaba llevar a cabo, era suficiente para ella. Su fe en Él le
dio el poder para actuar. Ella recibió todo lo que necesitaba de Él para llevar a cabo Su voluntad.
Un día Déborah recibió instrucciones claras del Señor. Tenía que llamar a un hombre que se llamaba Barac
y decirle que el Señor Dios le mandó a juntar 10.000 hombres en el monte de Tabor. Allí Dios iba a ayudar a
Barac y a los Israelitas a derrotar a Sísara, el capitán del ejército de Canaán, el cual había oprimido a Israel
durante muchos años. A causa de esa opresión incesante, los Israelitas habían clamado a Dios por ayuda, y
ese era el plan de Dios para derrotarlo una vez por todas.
El Señor está contigo: ¿Estás dispuesto?
El hecho que Sísara tenía 900 carros herrados no significaba nada para Dios, pues Él estaba listo y dispuesto
a dar a Israel la victoria sobre el capitán y su ejército. Pero Barac no estaba dispuesto a guiar al ejército de
Israel solo. Respondió a Débora: “Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.”
Por supuesto Débora fue con él. Era celosa para hacer lo que el Señor había mandado, y en el día de la
batalla dijo: “Este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová
delante de ti?”
Imagínate, ¡que actitud y disposición! Mientras Barac estaba asustado de ir a la batalla sin ella, Débora
estaba llena de fe en que Dios iba a dar la victoria a Israel. Creyó en la palabra de Dios y actuó de acuerdo a
las palabras de le había dado.
¡La fe lleva a completa victoria!
Israel ganó completamente la victoria contra sus enemigos en aquel día. Después de eso hubo paz en Israel
durante 40 años. Probablemente las cosas hubieran sido diferentes si Débora no hubiera querido ir a la
batalla. Debido a su fidelidad y celo – su poder para actuar – se llevó a cabo la voluntad de Dios, e Israel fue
liberado.
La batalla hoy en día
Es completamente posible para nosotros tener el mismo espíritu que Débora tenía – llenos de fe y celo en
Dios. Todos los “carros herrados” que nos detienen a ir a la acción – pensamientos de inferioridad, miedo de
lo que los demás piensan de nosotros, dudas, orgullo, flojera, falta de disposición, etc. – no son nada para
Dios. ¿Creemos en realidad lo que Dios dice y atacamos a los enemigos que vemos en nuestras propias
vidas? Esos enemigos no son despiadado capitanes. Dios intenta liberarnos de algo muy diferente hoy día:
de cosas como la envidia, la pereza, dudas, orgullo, e impureza ¡Dios nos quiere liberar del pecado!
Tengamos el espíritu de Débora cuando vemos lo que se tiene que hacer en nuestras vidas. No retrocedamos
al ver a nuestros enemigos, o al entrar a una situación difícil. Que nos llenemos del espíritu de fe que se
encuentra en la Palabra de Dios. Seamos rápidos para llevar a cabo la Palabra de Dios y lo que Su Espíritu
nos manda hacer, entonces también nosotros seremos victoriosos.
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación
del alma.” Hebreos 10:39.

Jesús es ungido en Betania

(Mr. 14.3-9; Jn. 12.1-8)

Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,


vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la

cabeza de él, estando sentado a la mesa.

Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?

Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.

Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una
10 

buena obra.

11 
Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.

Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la
12 

sepultura.

De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también
13 

se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.

Hechos 9:36-42
Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido {al griego} es Dorcas); esta mujer era
rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. Y sucedió que en aquellos días se enfermó y
murió; y lavado {su cuerpo,} lo pusieron en un aposento alto. Como Lida estaba cerca de Jope, los
discípulos, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándo{le:} No tardes en venir a nosotros
Hechos 21:8-9
Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno
de los siete, nos quedamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.
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Mujeres

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