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Universidad Nacional Experimental Politécnica

“Antonio José de Sucre”


Vicerrectorado Puerto Ordaz
Sección de Humanidades
Ciudadanía y Poder
Sección M1

Profesor: Alumno:
Alfredo Campos German Manrique
C.I: 26549026

Ciudad Guayana, Julio de 2019.


Resumen del Articulo: https://nuso.org/articulo/la-larga-marcha-de-las-mujeres-en-las-
fuerzas-armadas-latinoamericanas/
Por Mariel R. Lucero, Noviembre 2018

Este artículo hace referencia a la inclusión masiva de las féminas en las fuerzas
armadas y las nuevas situaciones que llevan a pensar sobre la necesidad de adaptación a las
nuevas realidades sociales, regionales e internacionales.

La participación de las mujeres en el ámbito militar regional se remonta a las luchas


independentistas. En esa época las mujeres participaron como enfermeras, cocineras,
compañeras-amantes de los soldados y también en el campo de batalla.

Destacando las latinoamericanas Juana Azurduy en el Alto Perú; María Remedios


del Valle, Sargento Mayor de Caballería en el Río de la Plata; Catalina de Erauso, en Chile;
María Quitéria de Jesús, en Brasil; Magdalena «Macacha» Güemes de Tejada, en
Argentina; Manuela Sáenz, compañera de Simón Bolívar, en la Gran Colombia; la Capitana
Manuela Molina, mujer indígena de México; entre otras.

Sin embargo, no es hasta la década de los años treinta del siglo pasado que las
mujeres se incorporaron a las Fuerzas Armadas latinoamericanas, esta vez por la escasez de
mano de obra. En algunos países como Paraguay en 1932 y Chile y México en 1937 se
incorporó la mujer al ejército en las áreas de Enfermería e Intendencia, pero en diferentes
armas y, con distinta apertura en la oficialidad y sub-oficialidad de cada país. Hacia finales
de la década de 1980 las mujeres participaron en cada Ejército de la región, con la
excepción de Perú, que inició en 1997.

Además de la ocupación de cargos subalternos la mujer debió enfrentar la constante


«exigencia de demostración» de valores y capacidades en el desempeño profesional
femenino, principalmente cuando hablamos del campo de batalla. Por lo general, las
especialidades en las que se impedía o se impide el ingreso son aquellas relativas al
enfrentamiento directo en combate: Infantería, Caballería blindada, Artillería,
Submarinismo, Pilotaje de combate y Operaciones especiales, entre otras, aunque varían de
un país a otro.
Otro problema que ha enfrentado la mujer en las Fuerzas Armadas
latinoamericanas, ha sido el hostigamiento, el abuso y el acoso sexual el cual ha sido
abordado con diferentes grados de compromiso y mediante respuestas diversas, siendo uno
de los principales inconvenientes la dificultad para radicar denuncias y la designación de
los fueros que abordan las causas. En cada país, y de acuerdo con la jurisprudencia, las
causas pueden ser tratadas en el fuero militar o civil.

Sin embargo, es bueno resaltar cambios positivos en las Fuerzas Armadas realizados
en función de mejorar las condiciones de los cuerpos militares para el desempeño de la
mujer en estas instituciones como es la incorporación a los Programas de educación dentro
de las instituciones militares de cursos y talleres referidos a derechos humanos, diversidad
sexual, violencia y equidad de género

También como consecuencia de esta concienciación sobre la integración de las


mujeres en el ámbito militar, en diversos países se modificó la legislación sobre cuestiones
de ámbito privado del personal militar. Se trata de avances profundos y graduales
vinculados, en todo caso, a cambios en materia cultural y social en cada país.

Es importante resaltar que el porcentaje más alto de mujeres en las Fuerzas


Armadas, según el Informe de Resdal de 2016, está en República Dominicana, con 21,76%,
seguido por Venezuela con 21%, en ambos países las mujeres tienen acceso a los cargos
más altos, siendo el menor porcentaje en Brasil con un 5.

Otro de los avances obtenidos en las Fuerzas Armadas por la incorporación de la


mujer es la reestructuración de la infraestructura, equipamientos y uniformes, adaptada a las
necesidades de los cuerpos de las mujeres.

De este modo, la presencia de mujeres ha promovido rupturas destinadas a


desnaturalizar ciertas prácticas paternalistas, reflexionar sobre los procesos y sentido de la
inclusión y resignificar las tareas de profesionalización militar.

Para concluir La participación de las mujeres en las instituciones militares se ha


incrementado cuantitativamente a escala regional; variando en forma notoria en el aspecto
cualitativo según el país y resaltando como países más avanzados en materia de inclusión
femenina República Dominicana y Venezuela.

A partir de los cambios globales que se sucedieron desde comienzos del milenio, el
ámbito militar latinoamericano ha tenido un proceso intenso de reestructuración. En este
contexto, la incorporación masiva de mujeres a las Fuerzas Armadas generó un desafío que
va más allá de los números: su arribo pone la lupa sobre los comportamientos arraigados en
esas instituciones y obliga a reflexionar sobre prácticas y objetivos que responden a
paradigmas tradicionales.

Hasta el presente se ha demostrado la capacidad intrínseca de la mujer


latinoamericana para asumir un nuevo rol que tradicionalmente se ha reservado al hombre
bajo el cliché del guerrero preparado para asumir situaciones u “ocupaciones propias” de su
género. A la vez, las nuevas situaciones llevan a pensar sobre la necesidad de adaptación a
las nuevas realidades sociales, regionales e internacionales.

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