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INSTITUTO TÉCNICO ISAÍAS ARDILA DIAZ.

AÑO 2021
GUÍA DE SOCIALES 7.6 PERIODO 3
GRADO: ONCE
DOCENTE: MARIO IVÁN PÉREZ L.
CORREO: ivanmariopz13@gmail.com

TEMA: Conflictos medio ambientales en Colombia.


EVIDENCIA DE APRENDIZAJE: Analizar la importancia de la existencia de sociedades sostenibles.
IMPORTANTE: Los conflictos ambientales son conceptualizados como conflictos ecológicos-distributivos. Un
concepto nacido del consumismo acelerado de los países desarrollados que consumen cada vez más
materiales, energía y agua impulsando un desplazamiento geográfico de fuentes de recursos y de residuos
hacia los países que están por fuera de las dinámicas más importantes del capital.
LAS COMUNIDADES Y EL MEDIO AMBIENTE
Los análisis de casos de conflictos ambientales, muestran que estos se han presentado en diferentes momentos
de la historia, y la clave para entender estos fenómenos se encuentra en la “relación” que se establece entre
una comunidad con el medio ambiente. Una relación “socio-ambiental” consolidada que históricamente se
caracteriza por un vínculo entre sociedad y naturaleza específico que tiende a hacerse “tradicional” o “normal”.
Los conflictos ambientales aparecen de esta manera cuando se tensiona esta estabilidad histórica entre una
comunidad y su hábitat.
ORIGENES DE LOS CONFLICTOS MEDIOAMBIENTALES
La comprensión del conflicto ambiental sugiere dos elementos: los hechos que dieron lugar al conflicto y las
relaciones entre estos y su dimensión ambiental. En primer lugar, los hechos que dan lugar al conflicto los
constituye la materialización o amenaza de daño. Como condición necesaria para dar origen a un conflicto
ambiental, se necesita de la existencia de un daño que haya causado afectaciones o vulneraciones a una
comunidad humana determinada. Como segundo elemento, se requiere el vínculo de los hechos con la
dimensión ambiental. Esto significa que el objeto de afectación es el entorno natural o de vida. Aunque el daño
es una clara señal de su origen, no es el único. Es necesario que el mismo sea percibido por la comunidad, en
cuanto debe existir una conciencia o al menos percibir la situación de daño para que puedan tomarse las
correcciones que permitan generar soluciones. Una experiencia de daño es una experiencia que tiene un valor
negativo para la persona que la vive. En su mayoría, la gente está de acuerdo en qué es lo que tiene valor
negativo y aunque esos sentimientos no son uniformes de manera universal, permiten medir el nivel del daño
en cuanto afecte al mayor número de personas.
CONFLICTOS MEDIOAMBIENTALES EN COLOMBIA
La participación en asuntos ambientales ha sido reconocida por la Constitución Política de 1991 y por varios
instrumentos internacionales ratificados por Colombia desde tres puntos de vista: en primer lugar, como un
ejercicio que debe ser garantizado por el ordenamiento jurídico, en segundo lugar, como una obligación para el
Estado con el fin de que se respeten y se garanticen los derechos medioambientales de la ciudadanía y en
tercer lugar porque la participación supone un esfuerzo conjunto de la sociedad y de las instituciones para llevar
a cabo proyectos y acciones capaces de conducir a una mejor calidad de vida a los ciudadanos. Estos tres
aspectos son la base para construir una sociedad capaz de resolver sus conflictos por medios no violentos y
que garanticen el respeto de todos los derechos de las comunidades incluido el ambiente sano. Es necesario
hacer énfasis en la vinculación que tenemos como personas, ciudadanos o colectivos, frente al tema de la
protección medioambiental, pues la injerencia constante del ciudadano en los asuntos públicos ambientales
exige no solo una capacidad institucional de respuesta, sino una claridad por parte de los ciudadanos en cuanto
a los objetivos, naturaleza de los propósitos y estrategias que se pretenden llevar a cabo en cada ejercicio de
participación. En este sentido, la participación supone la manifestación de una necesidad social reconocida que
adquiere múltiples representaciones a través de diversas prácticas sociales, para lo cual las autoridades
ambientales deben estar preparadas. Por estas razones, la participación ciudadana es el eje de la gestión
ambiental, puesto que ella no solo tiene lugar a través de mecanismos institucionales sino también por medio
de mecanismos sociales y culturales. La participación actúa, entonces, como un mecanismo para el manejo del
conflicto, lo cual permite mantener la estabilidad del tejido social, siempre y cuando se tengan claros los
alcances, límites, objetivos y estrategias de la misma.
Los conflictos ambientales se pueden entender desde diferentes ópticas, porque pueden incluir la disputa de
los hombres por la naturaleza o por el conjunto de comunidades, grupos humanos y culturas enfrentados entre
sí, por el dominio de lo natural, o por el acceso a los recursos que esta ofrece. Son muchas entonces las razones
que hacen necesario y prioritario trabajar conjuntamente en la perspectiva de la solución de los conflictos entre
ellas, es necesario mencionar algunas: El deterioro significativo de los ecosistemas naturales y el hábitat, con
consecuencias graves para las poblaciones; La escasa o nula participación de los pobladores locales y
regionales tanto en la comprensión y el entendimiento de los conflictos ambientales, así como en la resolución
civilista de los conflictos ambientales; el débil protagonismo de las poblaciones locales sobre la incidencia en la
resolución de los conflictos, pues por lo general ceden el protagonismo a instancias ajenas a sus localidades o
territorios; existe una gran parte de la población que no goza efectivamente de los derechos humanos
fundamentales consagrados en la Constitución Política y en las leyes, ni encuentra mecanismos y recursos para
buscar salidas adecuadas o colaborativas a los conflictos ambientales que los afectan directamente; la falta de
capacidad local y regional, incluso nacional para mediar, buscar equilibrios entre los diferentes grupos de interés
y promover negociaciones viables y eficaces; Falta de sensibilidad y conciencia de la importancia de los
procesos sociales de educación y participación en los procesos de mediación y resolución de conflictos
ambientales; la existencia de una cultura exageradamente individualista, centrada en el consumo masivo, con
grandes desequilibrios y escasas oportunidades para todos, sumada a la falta de visión de los intereses
colectivos es la razón de gran peso que genera serios conflictos sociales, económicos y ambientales.
Frente a todos estos factores es importante señalar que hay que buscar en Colombia, la creación de equipos
de trabajo integrado e interdisciplinario que, desde la dimensión ambiental, generen o acompañen procesos de
educación y participación de largo aliento, promover un cambio cultural donde se revisen los procesos de
educación y participación ciudadana, para que sean procesos continuos, perseverantes de mediano y largo
plazo, donde se busque una cultura de la solidaridad, la reciprocidad, el respeto por la vida y la búsqueda de
acuerdos y consensos, en pocas palabras, una cultura de la democracia, donde sea posible el diálogo que
permita mediar, buscar consensos, puntos de equilibrio y definiciones donde todos ganemos, en especial las
poblaciones más vulnerables del país.

ROMPE CRÁNEOS:
1. ¿Podemos contribuir a la solución de problemáticas medio ambientales desde la educación?
2. ¿Hasta qué punto el diálogo y la defensa de los derechos colectivos pueden incidir en la solución de
situaciones que afecten el medio ambiente?
3. ¿Qué problemas medio ambientales se observan a nivel municipal y qué voluntad política o social se tiene
frente a la solución de los mismos?

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