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1 Introducción
Resumen
Bibliografía
1.1 Introducción
Se considera que un animal posee bienestar cuando están garantizadas sus cinco liberta-
des básicas:
Libre de hambre y sed.
El hecho de que un animal disponga de alimento y agua es fundamental para su super-
vivencia. Cuando se trata de animales de producción, la alimentación que se suministre
ha de ser la suficiente y adecuada al estado fisiológico de cada animal, de manera que
le proporcione todos los nutrientes que necesita. Animales bien alimentados gozarán
de salud y bienestar y de ellos se podrán obtener producciones óptimas, rentables y de
calidad.
Libre de dolor o enfermedad.
La presencia de enfermedades en una explotación, es una clara señal de ausencia de
bienestar. Para evitar las enfermedades o reducir sus efectos y que los animales gocen
de salud es necesario llevar a cabo un programa de prevención. Igualmente, cuando las
lesiones o enfermedades se producen es muy importante que el diagnóstico sea rápido
para que se aplique el tratamiento adecuado lo antes posible.
En las explotaciones pueden producirse numerosas situaciones que causan dolor a los
animales y que se pueden evitar con sencillas prácticas de manejo, como por ejemplo
el empleo de suelos que eviten caídas y heridas. Es relativamente sencillo saber si un
animal siente dolor físico o no, ya que en la mayoría de los casos su comportamiento lo
indica mediante chillidos, huida, agresividad, etc... Sin embargo, saber si un animal sufre
o no resulta algo más complicado, ya que puede existir sufrimiento sin necesidad de
dolor físico.
Libre de incomodidades.
Para garantizar el confort de los animales, las explotaciones deben estar limpias, bien
drenadas y adaptarse a las condiciones de temperatura, luz y ventilación necesarias
para los animales. Los animales han de disponer de espacio suficiente para que puedan
moverse libremente y/o tumbarse de forma confortable.
Libre de miedo y angustia.
El comportamiento de los animales se ve modificado cuando se someten a situaciones de
angustia o miedo. Los cambios de ubicación o las operaciones de carga y descarga son
situaciones nuevas y angustiosas para el animal. Es importante que cualquier cambio en
la rutina de manejo en las granjas se haga de forma progresiva, dando tiempo a que los
animales se acostumbren a la nueva situación. Será necesario realizar estas operaciones
con precaución, evitando ruidos fuertes o repentinos y la presencia de elementos extra-
ños. Igualmente es fundamental evitar situaciones de hacinamiento, ya que aumentan la
frecuencia de agresiones entre animales al producirse competencia por el espacio, el
alimento o el agua.
Libre para expresar su comportamiento natural.
Las condiciones en las explotaciones intensivas son muy diferentes a las que se dan en la
naturaleza. Sin embargo, en las granjas se debe proporcionar un entorno que permita
al animal expresar su comportamiento de la forma más natural posible. Algo tan sencillo
como proporcionar a las hembras un lugar confortable y material para que haga el nido
para sus crías, permite al animal expresar su comportamiento natural disminuyendo su
estrés en un momento tan delicado como es el parto.
Estudiar el comportamiento es muy útil para saber si nuestros animales se sienten bien o
no. Además es fácil de llevar a cabo ya que solo es necesaria la observación. La única
dificultad que nos podemos encontrar es saber interpretar que significa que un animal se
comporte de una manera determinada o que relación pueda tener ese comportamiento
con su bienestar. Un ejemplo claro es como cambian los cerdos su comportamiento en
función de la temperatura, con el objetivo de mantener su equilibrio fisiológico.
Estas conductas, tienen una función y se pueden considerar como normales. Sin em-
bargo, existe otro tipo de comportamientos repetitivos y sin función aparente llamadas
estereotipias, detrás de las cuales siempre hay un problema de falta de bienestar. Las
conductas agresivas también suelen esconder problemas relacionados con el mal manejo
y con situaciones de estrés.
Cuando los animales están sometidos a una fuerte ansiedad y miedo por un mal ma-
nejo, por peleas ó un mal aturdimiento en el momento del sacrificio, se desencadena
el síndrome general de adaptación y entre otros procesos bioquímicos, se producen la
liberación de azúcares desde el músculo hacia la sangre. La carne se vuelve
muy pálida, adquiere una gran ácidez y aumenta la capacidad de retención de agua.
El resultado final es una carne pálida, blanda y exudativa (que segrega líquidos), más
conocida por carne PSE por sus siglas del inglés (Pale=pálida, Soft=blanda, Exudati-
ve=exudativa).
Cuando el estrés o la actividad física es continuada y a esto se le une un ayuno pro-
longado, el azúcar del músculo se consume y no se produce acidificación.
El resultado son carnes oscuras, firmes y secas, también conocidas como DFD, por sus
siglas del inglés (Dark=oscura, Firm=firme, Dry=seca).
Esta carnes al presentar falta de sabor, son menos apreciadas por el consumidor. Igual-
mente tienen una menor vida útil para la industria cárnica, ya que se estropean antes.
Las canales con lesiones (huesos rotos, desgarros musculares) y la carne con hematomas
suponen una pérdida porque no es aceptada por el consumidor. Además no se puede
usar en la preparación de carnes procesadas pues se descompone fácilmente y por este
motivo debe ser decomisada durante la inspección. Se observa que aquellas canales
con índices superiores de hematomas y lesiones de piel se correlacionan con estrés pre-
vio al sacrificio y con ayunos muy largos que aumentan la agresividad de los animales y
las peleas.
Llegados a este punto, está claro que uno de los factores que más influyen en el bienes-
tar animal es la relación animal-hombre. Las llamadas “cuatro ies”, describen la respon-
sabilidad del hombre en la falta de bienestar de los animales de una explotación.
El trabajo en las explotaciones porcinas actuales cada vez requiere de una mayor prepa-